Atasco en el túnel del tiempo

Cuando el stronismo se fue en el 89, los amantes de la libertad bailamos en una pata. En los 25 años posteriores, vivimos semicontentos con las posibilidades de votar, manifestarnos y tener cierto dominio sobre algunas capacidades públicas y privadas, desde la forma de vestirnos y hablar hasta la opción política. La corrupción, los decepcionantes gobiernos colorados y otras delicias de la democracia a la paraguaya no lograron espantar la esperanza de que algún día se pueda conseguir un país para todas las opiniones y para todos los gustos, no solo para ellos, que vaciaron y siguen vaciando el Estado. Pero, desde hace unos añitos, parece que nos volvimos a trancar en el túnel del tiempo en una especie de embotellamiento al estilo la autopista.

Porque la verdad, los stronistas nunca se fueron del todo. Se fueron algunos de sus sistemas más perversos, como la tortura y el terror, pero quedaron sus métodos sutiles: el lavaje de cerebro y la manipulación de las mentes. Pero sobre todo se quedó en el ADN de cierta clase de paraguayos el molestoso lenguaje de odio instalado por los intelectuales de la dictadura, que en pleno siglo XXI no tiene cabida en ningún lugar del mundo civilizado.

Para el primer mandatario está bien amenazar con la guacha para quienes piensan diferente y para el viril jinete y senador es natural mandar a las mujeres a la cocina y a los homosexuales a las fuerzas armadas para que se vuelvan machos.

Pero si todavía no nos desilusionamos del stronismo remixado, para eso están los jóvenes, que tuvieron «un protagonismo histórico defendiendo a la Asociación Nacional Republicana y la Patria». La juventud republicana, representada por el ministro del sector, todavía no se enteró de que no hay miles, sino millones de chicas y muchachos más patriotas porque no tocan un céntimo del Estado, no se atan el pañuelo colorado al cuello y no lloran cada 23 de octubre por algo que sucedió hace 70 años. Pero ojo, que el rojo también es de los comunistas, otro cuculelé de los retrógrados que se quedaron estacionados en la Guerra Fría y no soportan ni siquiera la palabra y mucho menos las barbas.

Un caso aparte forman los que se creen de otra especie y se burlan del paraguayito, del cachique y del indio, como si ellos fueran críos de probeta aria.

Y para completar el combo están los curas, que creen en la premisa ingenua de que se puede tapar el sol con un dedo y piden censura, como si el Tiranosaurio aún reinara.

Pero no podemos perder la esperanza de que algún día paz y progreso sean un recuerdo en el álbum del Paraguay, cuando reinen unión e igualdad.

Por Lupe Galiano

http://www.ultimahora.com/atasco-el-tunel-del-tiempo-n988268.html

8 comentarios en “Atasco en el túnel del tiempo”

  1. Cristian Nielsen Altuna
    LOS «GUACHAZOS» DE CARTES

    El Presidente Cartes no pudo elegir una metáfora más desafortunada que la expresada el fin de semana pasado, durante una actividad en el regimiento de caballería N° 4 en donde habilitó un centro de capacitación. Cuando los ribereños desalojados por la inundación le reclamaron celeridad en la construcción de las proyectadas “mil viviendas” en esa zona para albergar a los damnificados, Cartes salió del paso diciendo que el ya había cumplido su parte y que a los que “hay que guachear” es a los senadores que trancan el proyecto.
    E individualizó al senador Arnoldo Wiens, a quien calificó de “matungo arruinado”, uno de cuyos parientes menonitas –añadió- es el principal objetor del proyecto, ese “matungo arruinado” que “tiene un socio menonita ahí que no quiere, que dice que la construcción del barrio le va a desvalorizar su terreno, esa es la realidad. Reclámenle a ese matungo arruinado”.
    Difícilmente se pueda encontrar expresiones más brutales en boca de un dignatario de tan altas responsabilidades.
    Pasemos por alto lo de “matungo arruinado” que refleja vaya uno a saber que cuentas personales pueda guardar con el senador en cuestión.
    Pero detengámonos en lo de “hay que guachear” a los senadores.
    No faltarán los panegiristas y los defensores del “sentido común” que van a restar importancia a este incidente y sí pondrán toda la carga sobre quienes nos ocupamos de comentarlo.
    Y realmente sería un hecho irrelevante si no fuera por la figura retórica elegida por el presidente: “guachear”.
    Consultado el termino con gente que conoce el instrumento y su uso específico y por extensión, la “guacha” es una suerte de rebenque –berrenque en el lenguaje popular- formado por un mango de madera sólida terminado en una lengua de cuero muy duro que se utiliza, generalmente, para controlar animales indóciles, los montados en especial.
    Pero su uso no se agota en el disciplinado de animales.
    La “guacha” era el instrumento preferido de los agentes de la represión, especialmente aquellos que poblaban las mazmorras del régimen estronista.
    Quienes caían en poder de la tenebrosa Investigaciones conocían la brutalidad del “guachazo” en las espaldas, rostro, piernas… en cualquier parte del cuerpo, propinados por verdaderas bestias humanas que reducían al desgraciado a un montón de huesos y carne sanguinolentos.
    Hay una anécdota que corre entre quienes cayeron víctimas de esta ignominiosa y sobre todo dolorosa práctica represiva.
    Dicen que un preso que se animó a reclamar sus derechos constitucionales recibió del Jefe de Investigaciones la siguiente respuesta: “A ver, Fulano, traiga la constitución”.
    Y la constitución no era otra cosa que la consabida guacha con la cual fue “tratado” minuciosamente el detenido.
    Y eso que la Constitución de 1967, vigente en aquellos días, consagraba el derecho de que “nadie será sometido a tortura ni a tratos crueles o inhumanos”.
    Real o no, esta anécdota refleja con toda su crueldad el desprecio que se tenía en esa época por los derechos humanos y por la vigencia de la Constitución.
    Sabemos que el presidente Cartes es un “repentista”, es decir, le gusta improvisar discursos y charlas informales ante la prensa y el público.
    Pero sería aconsejable que si va a seguir esa costumbre, repase su vocabulario y piense dos veces antes de usar ciertos términos y expresiones que pueden volverse en su contra.
    Lo de “guachear” tiene un sonido macabro que nos lleva a un pasado demasiado reciente, con gente arreada a “guachazos” y torturada en oscuros calabozos por el solo hecho de pensar diferente.

    Me gusta

  2. Mirada al horizonte
    04 May 2016

    Richard E. Ferreira-Candia

    “Marito” ya está en plena campaña. Castiglioni tiene intenciones. Nicanor, como otros, sigue a la pesca de la habilitación legal, pero también emprendió rumbo. El sector rezagado en la lucha política mediática, al menos abiertamente, es el cartismo.

    ***

    Si Cartes no puede ser de vuelta candidato, quién será el representante del oficialismo, es la pregunta que más de uno en la ANR empezó a hacerse. Varios dirigentes, hábiles en ríos revueltos, están a la espera.

    ***

    Habíamos acordado cambiar nuestro lugar de encuentro. Una tarde de sol radiante complementaba la hermosa vista en el sitio donde estábamos. Desde ahí se puede ver la antigua y la nueva Asunción. Mirando hacia el Norte a lo lejos está el Río Paraguay y parte de la bahía, mientras que, entremezclados con techos de casas antiguas, a la derecha, se pueden observar edificios que si bien no son de gran altura muestran una capital que va creciendo a ritmo acelerado. A la izquierda, el atardecer es la atracción cuando baja el sol.

    El ambiente y el silencio aquí invitan a hablar con tranquilidad, apuntó el comandante para describir el Mirador Loma San Jerónimo, ubicado en el barrio San Jerónimo, lugar donde funciona un pequeño bar-café, que tiene como atractivo una envidiable vista. Dejamos de lado de momento el ya nostálgico bar ubicado frente al Palacio de Gobierno.

    Mientras disfrutábamos de nuestro acostumbrado café negro, sin azúcar, me preguntó si había escuchado o leído lo dicho por el ministro de Trabajo, sobre la recomendación a los jóvenes. Le dije que había leído. Hojeó el diario que estaba en la mesa y empezó a leer: “Uno puede ser abogado, filósofo, puede ser investigador, pero eso no necesariamente te va garantizar que tengas tu trabajo”.

    Eso fue lo que dijo, según el diario- expresó. Guardamos silencio por un momento y luego siguió: – Y, agregó, además: “Yo les insto y les recomiendo a los jóvenes que hoy en día están terminando su secundaria, que prioricen tener un oficio antes que ir a la universidad”-.

    El comandante, nada convencido con esas declaraciones, sostuvo que el razonamiento que hizo el secretario de Estado está sustentado solo en el requerimiento laboral actual, y no sobre la necesidad cultural e intelectual del país.

    Más allá de preparar buenos profesiones, la universidad debe formar buenas personas, gente pensante. Me disculpará el ministro, pero yo insto a los jóvenes a abrazar alguna carrera universitaria y de preferencia una de Ciencias Sociales, las humanas, las que les hagan pensar. Es cierto, este país necesita técnicos profesionales, pero también requiere con urgencia de gente más pensante. Tal vez no se vuelvan millonarios, pero serán muy beneficiosos para un país anclado en el fondo por el peso de la ineptitud y el cretinismo, circunstancia aprovechada por los poderosos- aseguró.

    Entre otros temas de debate, como el fútbol, las presiones de la Iglesia para frenar publicaciones y la actualidad de los medios, íbamos por nuestra segunda taza de café, y habíamos hablado poco o casi nada sobre política. Hizo alusión a eso y sacó el tema internas coloradas para el 2018.

    “Marito” ya está en plena campaña. Castiglioni tiene intenciones. Nicanor, como otros, sigue a la pesca de la habilitación legal, pero también emprendió rumbo. El sector rezagado en la lucha política mediática, al menos abiertamente, es el cartismo. Toda la esperanza parece ir solo hacia el camino de la reelección. Pero si Cartes no puede ser de vuelta candidato, quién será el representante del oficialismo, es la pregunta que más de uno en la ANR empezó a hacerse. Varios dirigentes, hábiles en ríos revueltos, están a la espera- analizó.

    El comandante se acomodó la gorra y continuó. -Nicanor volvió con todo y fue recibido con filosos dardos. Por ahora, con habilidad en el habla, es el que más golpes da al Gobierno, en abierta condición de oposición, incluso más que los de la oposición misma–.

    De vuelta tomó un sorbo de café, el último, y reflexionó: – Ferreira, hay que recordar que Nicanor buscó su reelección y mientras esperaba que se dieran las condiciones legales, que no se dieron al final, intentó evitar cualquier tipo de competencia interna. Cuando la reelección pasó a ser solo un sueño para él, ya varios de sus allegados estaban prestos para buscar la candidatura presidencial, entre ellos su propio vicepresidente Castiglioni, que finalmente fue el que le hizo frente. La historia de lo que pasó ya es conocida. Nicanor eligió a Blanca, el coloradismo cayó en el 2008, y él tardó casi 8 años en reponerse del golpe para reaparecer ahora con todo. Habrá que ver cuál será la jugada de Cartes, que entra en el mismo dilema de definición que marcó el rumbo de salida a su correligionario.

    Un pequeño fresco empezaba a inquietar al comandante, que viejo y cascarrabias como él solo, se quejó y usó esa excusa para decir que tenía frío y prefería marcharse antes que caiga la noche. Yo me quedé un rato más, para mirar el horizonte y contemplar un hermoso atardecer. Eso.

    Me gusta

  3. Postergados por ambiciones personales

    Cada vez que terminan unas elecciones respiramos aliviados pensando que el siguiente año no será político y habrá tiempo para que los líderes dejen de competir entre ellos y se dediquen a los grandes temas nacionales tan postergados, salud, educación, trabajo, pobreza, reforma agraria, y todo lo que una y otra vez se archiva en algún cajón oscuro porque el proselitismo de las campañas electorales todo lo absorbe.

    Así fue después de las municipales de noviembre del año pasado. Dijimos entonces, por fin, hasta las próximas elecciones generales, tenemos más de un año libre de cualquier campaña electoral y se podrá poner manos a la obra y dedicarnos a lo importante, lo que podrá definirnos como país.

    Pero no hay caso. Otra vez tenemos que dejar de hablar de los temas postergados porque algunos políticos, cuyo norte son sus ambiciones personales, han decidido que cuanto antes empiecen sus campañas electorales, más chance tendrán de ganar en 2018.

    Lo peor es que dos de ellos, Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo, ni siquiera están habilitados por la Constitución Nacional para pelear una reelección presidencial, pero así y todo, han decidido entorpecer cualquier acción que pudiera culminar en un beneficio general y no particular.

    A los dos expresidentes se suma Mario Abdo Benítez, quien está abiertamente en campaña como precandidato colorado a la Presidencia de la República, cuando que, como titular del Congreso, debiera tener un poco más de conciencia social y preocuparse por la situación de la ciudadanía, poniendo un poco de cordura en ese despelote en el que se han convertido ambas cámaras legislativas, en las que se hace de todo, menos legislar a favor del pueblo.

    Es una bofetada a la ciudadanía que estos tres personajes logren de nuevo posponer los problemas nacionales para centrar el debate en las elecciones de 2018. Y ni siquiera es un debate político serio, a través del cual la ciudadanía pudiera conocer a los candidatos y optar por el mejor. No. Son discursos de barricada, con los que lo único que se hace es ofender y disparar al gobierno, el enemigo común para los tres, cuando que, en realidad, son ellos los enemigos del pueblo.

    Da vergüenza tener que escribir y analizar siempre los mismos temas como si nos resignáramos al chiquitaje, a la miseria, a ese intento desesperado y tozudo de sobrevivir con todo el universo en contra, cuando que lo que quisiéramos es hacer planes, presentar alternativas y aplaudir logros de compatriotas que, como nosotros, pelean ese país mejor que hace tiempo nos prometimos a nosotros mismos.

    Pero una y otra vez la clase política paraguaya, baja, soez, ambiciosa e ignorante de las necesidades de sus conciudadanos, nos obligan a bajar el nivel del debate y girar como tómbola sobre lo mismo, sus enfrentamientos estériles y absurdos, que no conducen ni conducirán a ningún lado.

    Algo debe ocurrir para cortar por lo sano y retomar el curso que la historia nos tiene reservado como nación. Pero mientras sigamos sometidos a las ambiciones personales de estos políticos sinvergüenzas no vamos a salir del fango. Salvo que ocurra algún milagro, y ya sabemos que últimamente no abundan.

    Me gusta

  4. El tobogán del poder

    Por Marcos Cáceres Amarilla

    La protesta de los estudiantes secundarios que va extendiéndose por todo el país se desata a menos de una semana de la que protagonizaron campesinos y cooperativistas y viene a confirmar la extrema debilidad del Gobierno y la falta de “cintura política” de sus integrantes para prevenirla.

    Lo único “rescatable” para el Ejecutivo en esta situación es que no hay, hasta ahora, una figura de la oposición o del oficialismo, que esté capitalizando en forma evidente su acelerado desgaste.

    A tres años de haber sido electo, el presidente Cartes comienza a deslizarse por el tobogán del mandato, con una velocidad inusitada.

    Cartes parece no entender que la sucesión de manifestaciones y levantamientos de distintos sectores ciudadanos, que van in crescendo, lo pueden arrastrar hasta colocarlo en la situación de convertirlo en el gran referente negativo y en el único objetivo a vencer en las próximas elecciones generales, como lo fue Nicanor Duarte Frutos en su momento, en 2008.

    De seguir esa tendencia, aquella vieja máxima de Luis María Argaña de que cualquier don nadie que encabezace la chapa colorada era seguro ganador se revertirá. A la oposición le bastará un ñakyra pire o un pato Donald para derrotar a Cartes o a su candidato en 2018.

    De esa situación son conscientes muchos dirigentes colorados y, por ese motivo, algunos de ellos flirtean seriamente con la posibilidad de establecer alianzas electorales con algún sector independiente o de izquierda.

    Pese a todo, Cartes sostiene entre los suyos la ilusión de una eventual reelección. Mantener esa llama encendida es una cuestión de supervivencia política. Afirmar en privado a los dirigentes que no aspira a la reelección (como dice en público) significará un desbande anticipado, especialmente de los dirigentes que siguen a su lado solamente por interés y que son la gran mayoría.

    Tal vez, uno los pocos logros del Presidente en estos tres años de su mandato fue haber prácticamente destruido los liderazgos en el Partido Colorado. Esta situación hace que no tenga que lidiar ahora con enemigos internos con más poder inclusive que la oposición, algo que solía ser habitual en el partido de gobierno, en periodos anteriores.

    El símbolo de este triunfo cartista sobre la ANR es el presidente que impuso y que asumió su cargo la semana pasada: el ignoto diputado Pedro Alliana. Un dirigente a la medida que le asegura contar con un partido domesticado y acrítico para estos últimos dos años y pico que le quedan de mandato.

    Sin embargo, esta previsión que tomó de quitarles poder a los dirigentes políticos de su partido puede terminar no sirviendo de nada, porque el barco comienza a hacer agua por otros costados. En la medida que no pueda resolver los conflictos que se le van presentando con distintos sectores ciudadanos organizados, perderá cada vez más la capacidad de tomar decisiones.

    A esto se suma que el tropel de dirigentes colorados que van siendo desplazados de espacios de poder partidario sigue en aumento. Hasta ahora, permanecen callados. Sin embargo, la situación puede variar a partir de mediados de agosto, cuando un eventual desplazamiento del poder del Presidente de la República dejará en manos del Congreso designar a un sucesor, según dispone el artículo 234 de la Constitución.

    Es una posibilidad que, e
    n estos momentos, puede parecer descabellada pero que no evita que algunos dirigentes lo comenten en privado y que, dentro de unos meses, podría considerarse una salida viable, si las cosas siguen empeorando.

    Me gusta

  5. Hurreros de “la libertad”

    El dictador Stroessner tenía su centro de estudiantes colorados y era, aparte de su plataforma partidaria, una base fundametal para la delación y la consolidación de su reinado de terror a través de la domesticación -por el miedo y el control, preferentemente- de las voluntades juveniles en el país. Esa cultura autoritaria, que a 27 años del inicio de la transición política debimos haber ido superando, aunque sea de a puchito, rebrota con fuerza, de modo edulcorado y bajo la consigna de la libertad, desde el propio poder central: El Ejecutivo. El proyecto -que ya no lo es, porque se va concretando y consolidando principalmente en colegios e institutos del interior- denominado Herederos de la Libertad es un mal remedo de aquella rémora fascistoide. Si bien es lógico que este asunto le resulte casi natural y hasta atractivo al presidente Horacio Cartes, a la sazón heredero de la dictadura, en los tiempos que corren es una afrenta a los pricipios democráticos. ¿Por qué? Porque todo surge -canalizado a través del viceministerio de la Juventud- para contrarrestar y confrontar a mediano plazo a la serie de movilizaciones y duras protestas y reclamos que ejecutan los movimientos secundarios (Unión Nacional de Centros de Estudiantes del Paraguay, Unepy y Federación Nacional de Estudiantes Secundarios, Fenaes), pidiendo el fin de la corrupción en el Ministerio de Educación y Cultura y educación de calidad, democrática y gratuita. Críticas que ponen en evidencia al Gobierno y molestan al presidente.

    Como se verá, la respuesta a las exigencias de los secundarios no es mejorar la sitaución ni proponerse a trabajar por superar los problemas reales que son señalados y cuestionados. La respuesta es desacreditar a los reclamantes, tentar debilitar sus organizciones y acallar las inquietudes juveniles con prebendas y financiación de actividades con recursos del Estado. La organización de centros estudiantiles, en ese sentido, es una burda táctica que instrumenta las inquietudes juveniles, bajo la consigna de la participación, que no es otra cosa que mandato del Gobierno encubierto como agenda estudiantil.

    Está claro. Más aún cuando el viceministerio reglamenta el funcionamiento de los centros en los colegios. Eso es fascismo. Eso es autoritarismo. Los centros estudiantiles deben ser autónomos e independientes y funcionar fuera de la égida del antojo del poder público, cumpliendo los fines que su naturaleza mandan. Lo contrario es antidemocrático y una burda manipulación.

    Por Miguel H. Lopez

    http://www.ultimahora.com/hurreros-la-libertad-n986999.html

    Me gusta

  6. Cristian Nielsen Altuna

    LOS “GUACHAZOS” DE CARTES

    El Presidente Cartes no pudo elegir una metáfora más desafortunada que la expresada el fin de semana pasado, durante una actividad en el regimiento de caballería N° 4 en donde habilitó un centro de capacitación. Cuando los ribereños desalojados por la inundación le reclamaron celeridad en la construcción de las proyectadas “mil viviendas” en esa zona para albergar a los damnificados, Cartes salió del paso diciendo que el ya había cumplido su parte y que a los que “hay que guachear” es a los senadores que trancan el proyecto.
    E individualizó al senador Arnoldo Wiens, a quien calificó de “matungo arruinado”, uno de cuyos parientes menonitas –añadió- es el principal objetor del proyecto, ese “matungo arruinado” que “tiene un socio menonita ahí que no quiere, que dice que la construcción del barrio le va a desvalorizar su terreno, esa es la realidad. Reclámenle a ese matungo arruinado”.
    Difícilmente se pueda encontrar expresiones más brutales en boca de un dignatario de tan altas responsabilidades.
    Pasemos por alto lo de “matungo arruinado” que refleja vaya uno a saber que cuentas personales pueda guardar con el senador en cuestión.
    Pero detengámonos en lo de “hay que guachear” a los senadores.
    No faltarán los panegiristas y los defensores del “sentido común” que van a restar importancia a este incidente y sí pondrán toda la carga sobre quienes nos ocupamos de comentarlo.
    Y realmente sería un hecho irrelevante si no fuera por la figura retórica elegida por el presidente: “guachear”.
    Consultado el termino con gente que conoce el instrumento y su uso específico y por extensión, la “guacha” es una suerte de rebenque –berrenque en el lenguaje popular- formado por un mango de madera sólida terminado en una lengua de cuero muy duro que se utiliza, generalmente, para controlar animales indóciles, los montados en especial.
    Pero su uso no se agota en el disciplinado de animales.
    La “guacha” era el instrumento preferido de los agentes de la represión, especialmente aquellos que poblaban las mazmorras del régimen estronista.
    Quienes caían en poder de la tenebrosa Investigaciones conocían la brutalidad del “guachazo” en las espaldas, rostro, piernas… en cualquier parte del cuerpo, propinados por verdaderas bestias humanas que reducían al desgraciado a un montón de huesos y carne sanguinolentos.
    Hay una anécdota que corre entre quienes cayeron víctimas de esta ignominiosa y sobre todo dolorosa práctica represiva.
    Dicen que un preso que se animó a reclamar sus derechos constitucionales recibió del Jefe de Investigaciones la siguiente respuesta: “A ver, Fulano, traiga la constitución”.
    Y la constitución no era otra cosa que la consabida guacha con la cual fue “tratado” minuciosamente el detenido.
    Y eso que la Constitución de 1967, vigente en aquellos días, consagraba el derecho de que “nadie será sometido a tortura ni a tratos crueles o inhumanos”.
    Real o no, esta anécdota refleja con toda su crueldad el desprecio que se tenía en esa época por los derechos humanos y por la vigencia de la Constitución.
    Sabemos que el presidente Cartes es un “repentista”, es decir, le gusta improvisar discursos y charlas informales ante la prensa y el público.
    Pero sería aconsejable que si va a seguir esa costumbre, repase su vocabulario y piense dos veces antes de usar ciertos términos y expresiones que pueden volverse en su contra.
    Lo de “guachear” tiene un sonido macabro que nos lleva a un pasado demasiado reciente, con gente arreada a “guachazos” y torturada en oscuros calabozos por el solo hecho de pensar diferente.

    Me gusta

  7. ¿Herederos de la libertad?

    La aparición del proyecto Herederos de la Libertad no es casual. El ministro de la Juventud admite que esta iniciativa surge a partir de las exigencias surgidas en las movilizaciones masivas de los jóvenes estudiantes el año pasado.

    Uno de los objetivos, se afirma en la web de la Secretaría de la Juventud, es afianzar la conformación de centros de estudiantes en varios colegios del interior del país. “Busca que los jóvenes puedan adquirir aprendizajes de tipo vivencial, en la construcción del pensamiento crítico y el ejercicio pleno de ciudadanía”, consigna el sitio oficial de la cartera estatal.

    Toda la iniciativa es muy interesante y, vista con rapidez, es más que loable. Sin embargo, el estilo propagandístico con que son utilizados los estudiantes ya no lo es. Si las protestas siguen siendo una realidad hasta hoy es porque existen demandas acuciantes, y son tales demandas las que deben ser atendidas, y no precisamente esta.

    Si bien es importante la consolidación de centros de estudiantes en los colegios, no es bueno que el Gobierno de turno meta demasiado la mano en ello, de lo contrario, se los instrumentalizará. Los jóvenes ya están organizados en muchas partes, y ahora, de la mano de más de un ministerio, repentinamente se los organiza con benevolencia, sonrisas y selfies para el Facebook.

    El mentado pensamiento crítico ya lo tienen desde hace rato, afortunadamente. Es por eso que han reclamado muchas falencias de nuestro sistema educativo. Los jóvenes necesitan mucho más que heredar la libertad, necesitan heredar infraestructura y, más que nada, necesitan heredar una educación de calidad. El Gobierno llega tarde en eso de la libertad; esta llegó hace décadas cuando cayó la dictadura. El problema es que eso mejoró muy poco la calidad de vida de los paraguayos.

    Repetimos: los jóvenes no deben ser instrumentalizados por el Gobierno, y mucho menos se los debe organizar paternalistamente con fines oficialistas, creando así división entre ellos. ¿Es que no hemos aprendido de la historia del fascismo con las tristemente famosas camisas negras? ¿ Se quiere ver acaso dividida a esa formidable masa de jóvenes reclamando y que dieron ejemplo de ciudadanía crítica? Es posible que sí.

    Es muy siniestro lo que puede pasar si este proyecto tiene esta intención. Y con este Gobierno, y las acciones ya realizadas en otros ámbitos, se puede esperar lo peor. Ojalá que los jóvenes, en su inocencia y buenas intenciones, no sean engañados.

    Por Sergio Cáceres

    http://www.ultimahora.com/herederos-la-libertad-n986110.html

    Me gusta

  8. Edificar un país distinto es imposible sin el aporte de todos los sectores

    La construcción de una sociedad equitativa en la que todos los ciudadanos se sientan representados, con derechos a los cuales aferrarse y obligaciones que deben cumplir, es un compromiso que escapa a la coyuntura puntual en un tiempo y lugar específicos. Los grandes acuerdos deben debatirse a cara descubierta, presentando en la mesa todos los factores que intervienen en la arquitectura de este desafío.
    Pensar en un país que solamente tenga una mirada puesta en ciertos sectores es un error, ya que se rompe todo principio de equidad. Privilegiar a unos sobre otros tampoco es admisible, cuando convivimos en un entorno en donde la interacción es constante y la convivencia un imperativo en el que se debe coexistir positivamente.
    Paraguay requiere de un esfuerzo mancomunado entre los diversos actores sociales para empezar este proceso de acercamiento que es necesario. Ese reto debe ser incorporado como base fundamental de todo tipo de emprendimientos que tenga como fin el bosquejo de una alternativa de salida a las discusiones que se presentan en cada momento de la dinámica social.
    Para lograr este objetivo, el primer paso debe sustentarse en el diálogo amplio en donde los referentes puedan expresar ideas, pensamientos, intenciones, temores y expectativas. Una vez establecido este punto de partida, el panorama es mucho más claro, puesto que las reglas de juego están definidas y no se puede embarullar el sistema con factores externos a la meta establecida.
    Es imprescindible que este proceso de negociación sea constante y sincero, evitando posturas radicalizadas que solo intenten forzar una tensión que pretenda justificar una agenda propia, establecida para privilegiar intereses sectarios. Esta situación es harto conocida por diversos protagonistas de la realidad paraguaya, que la tienen incorporada como parte inicial de todo proceso, disfrazado de acercamiento, aunque en realidad es para legitimar posiciones que no favorezcan la confluencia de ideas.
    Es imposible creer que en un proceso de estas características se conseguirá un pensamiento único, que se impondrán pareceres, que se unificarán posturas. Lo enriquecedor de la democracia es justamente esta múltiple cantidad de voces que pueden opinar libremente sobre lo que consideran mejor para resolver un asunto. Respetar las diferencias y buscar puntos comunes de acuerdos mínimos para cimentar políticas públicas que encuentren la salida a los dramas sociales es el camino.
    La mezquindad y el oportunismo partidario debe dejarse de lado, aunque pensar en eliminarlo es aferrarse a una utopía. Entonces, se debe minimizar el impacto de este accionar basando las discusiones en proyectos y en ideas, dejando de lado los colores y sectarismos, que tanto tiempo perjudicaron el desarrollo del país.
    En la medida en que incorporemos este ejercicio a la convivencia periódica de la ciudadanía, comenzaremos a esbozar un destino mejor para nuestro país. Campesinos, empresarios, cooperativistas, estudiantes, políticos, maestros, trabajadores, todos al final de cuentas hacen a la vida cotidiana de nuestra sociedad y es imposible intentar edificar un país distinto sin el aporte de cada uno de ellos desde sus diferentes especialidades.

    Me gusta

Deja un comentario