La ANDE conspira contra el desarrollo del país

La electricidad se ha convertido en un insumo vital para la humanidad, porque casi no hay actividad humana que no dependa de ella de una forma u otra. Esto es así hasta el punto de que, actualmente, nadie podría imaginar la vida en el mundo sin ella. La necesitamos para iluminación, comunicación, transporte, cuidado de la salud, industria, innovación tecnológica y mil necesidades cotidianas más. De ahí que cualquier crisis en su suministro represente una catástrofe en cualquier sociedad civilizada.

Por tales razones, no deja de ser una ironía que el Paraguay, siendo en estos momentos el mayor exportador de electricidad del mundo con más de 40 millones de MWh –que cada año, a vil precio, se llevan Brasil y Argentina de las usinas binacionales–, nadando en su abundancia, tenga que estar sufriendo una de las peores crisis en cuanto al suministro de este vital insumo. Todo por culpa del ente estatal responsable de su provisión: la Administración Nacional de Electricidad (ANDE).

En efecto, a tal punto ha llegado la ineficiencia de la institución que la ciudadanía está al borde de una explosión de histeria colectiva, no solo en la Capital y el área metropolitana, sino también en ciudades y pueblos del interior de la República, debido al colapso total del crucial suministro energético. Hasta ese extremo ha llegado la inoperancia de la ANDE para hacer frente a los innumerables y exasperantemente prolongados cortes de electricidad, que el propio presidente del ente estatal, el ingeniero Víctor Romero, se ha visto obligado a admitir que la institución a su cargo simplemente ya no tiene la capacidad para seguir proporcionando un servicio regular a la ciudadanía.

Esta decepcionante confesión de parte del máximo responsable institucional de la crisis energética que afecta al país equivale a una flagrante abdicación de responsabilidad, tanto personal como institucional, y amerita que el Gobierno nacional tome el toro por las astas para poner remedio a la grave crisis energética que amenaza no solo la paz social de la República, sino también su economía. El mero relevo del presidente de la ANDE no servirá para nada, mientras no se adopten drásticas medidas de transformación estructural del sector eléctrico. Tales medidas pasan por la creación del Ministerio de Energía y de un ente regulador del suministro eléctrico a nivel nacional, según el modelo que duerme en la trastienda del Congreso desde hace años, frenado a instancias de los privilegiados sindicalistas y demás funcionarios del ente con falacias tales como que “la ANDE es de todos los paraguayos”, que es una institución “estratégica” que no se debe entregar a cualquiera, o que va a encarecerse notoriamente el precio de la electricidad si cae en manos del sector privado. Apelan a mentiras con tal de seguir manteniendo sus privilegios como el de pagar la mitad del precio de la electricidad y otros abusos consagrados en sus contratos colectivos de trabajo.

Inadvertida o intencionalmente, en su arrebato de autoincriminación, el presidente de la ANDE ha buscado lavarse las manos a costa de la Municipalidad de Asunción, acusándola de ser la culpable de la actual crisis energética por promover el aumento del consumo de electricidad en la ciudad, autorizando la construcción de edificios de altura a sabiendas de que la ANDE no tiene la capacidad de atender una mayor demanda que la actualmente existente. Deja estupefacto semejante estupidez, pues, a estar por tal afirmación, lo que el ingeniero Víctor Romero insinúa es el absurdo de que el consumo nacional de electricidad ya no debe crecer, porque la ANDE no está en condiciones de atender mayor demanda que la actualmente existente a nivel nacional. Imagínese la gente… Quiere decir que en lo sucesivo, para poder construir un edificio en Asunción –y en otras ciudades, obviamente– hay que preguntarle a la ANDE si puede o no suministrar electricidad. ¡Por favor! ¡Qué prueba más que esta se necesita para afirmar que el ente estatal citado es un declarado enemigo del progreso!

Al presidente de la ANDE se le escapó la lengua y reconoció que la misma está obsoleta en todos los sentidos, sobre todo en la moral del funcionariado público y sindicalista que la dirige. Si el ente estatal no puede proporcionar abundante electricidad al país con las formidables represas que tiene, es exclusivamente porque hace rato perdió su rumbo institucional convirtiéndose en un inmoral botín político de un grupo de personas (funcionarios públicos, sindicalistas, ingenieros electricistas y empresarios inescrupulosos) y debe ser reformado, más temprano que tarde.

Mientras el Gobierno del presidente Horacio Cartes ofrece el oro y el moro para atraer inversión extranjera directa centrada en industrias manufactureras que aprovechen la abundante electricidad de que dispone el país, hete aquí que la ANDE pretende congelar el consumo eléctrico nacional, cuando su rol es promover el máximo consumo posible, en vez de propiciar indirectamente su fuga hacia Brasil y Argentina por simple incapacidad institucional para sacar provecho de tanta riqueza potencial de que el país dispone en este tiempo.

Visto desde esa óptica, la ANDE –su inoperante y corrupta administración– está del lado opuesto al crecimiento económico del país. Siendo la abundante electricidad la principal ventaja comparativa con que contamos para atraer la radicación de capital extranjero, esta debió ser ya la hora en que la empresa estatal hubiera tenido construidas tres o más líneas de transmisión eléctrica de 500 kV, en vez de la única que hasta ahora tiene, y que costó –dicho sea de paso– el importe de dos.

Si el presidente Cartes desea realmente el crecimiento económico del país, debe proceder sin más demora a una drástica transformación estructural de la ANDE, duela a quien duela, chille quien chille.

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/la-ande-conspira-contra-el-desarrollo-del-pais-1454593.html

58 comentarios en “La ANDE conspira contra el desarrollo del país”

  1. Conexiones “clandestinas”

    Por Mariana Ladaga

    Desde el lunes 22 de mayo, cuadrillas de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) están verificando las instalaciones eléctricas existentes en Ciudad del Este en busca de conexiones “clandestinas” o ilegales. Son gente que utiliza electricidad sin autorización de la entidad, tomándola directamente del tendido de alta tensión. También existen casos en los que son clientes de la institución, pero con medidores manipulados de tal modo que permiten pagar una factura menos abultada cada fin de mes.

    Aunque en muchos casos se trata de empresas –e incluso una seccional colorada– que podrían abonar sus cuentas sin más trámites, mayormente las conexiones “clandestinas” se utilizan en asentamientos, cuyos pobladores levantaron cuatro paredes con un techo de chapa sobre tierras que, o son municipales o soportan litigios judiciales. La ocupación irregular de la propiedad les impide tramitar la colocación de medidores.

    La situación que se da en los asentamientos, empero, es muy bien aprovechada para lucrar. Según las denuncias, los propios funcionarios de la ANDE ofrecen a sus pobladores conectar la línea e instalar un medidor digital por un monto de dinero pagado en cuotas. Y, acorde afectados, esos electricistas cumplen con algunos vecinos y a otros les cobran, pero no les resuelven el problema, por lo que muchos optan por seguir conectados directamente a la línea de alta tensión.

    El vínculo entre los funcionarios de la ANDE y las conexiones “clandestinas” –que no deberían llamarse de tal modo porque todos saben dónde están– fue por demás patente el lunes 22 de mayo. Tan solo tres horas después de iniciado el operativo de control por la entidad, ya circulaba en las redes sociales el cronograma de tareas con la lista de los barrios afectados por intervenciones. “Favor avisar a nuestros vecinos”, advertían los mensajes anexos a la planilla de trabajo programado.

    Fueron los mismos integrantes de las cuadrillas fiscalizadoras las que habían hecho correr la información, según confirmaron en la ANDE. Irónico pero real: es parte de la “cultura de la corrupción” que reina en las instituciones públicas, que se aprovecha de las necesidades de la gente para lucrar. Al día siguiente de las desconexiones, los afectados reiniciaron las trámites por “debajo de la mesa” para volver a tener energía de modo irregular.

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  2. Otro negociado más de ANDE

    Desde hace más de un año la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) viene anunciando tratativas para vender a Copel (Compañía Paranaense de Electricidad) energía eléctrica generada por la usina hidroeléctrica de Acaray, que tiene una potencia instalada de 220 megavatios. A estar por la más reciente información al respecto, proporcionada por el gerente técnico de la misma, ingeniero Walter Causarano, el acuerdo comercial podría concretarse en el segundo semestre del corriente año, aunque existen cuestiones legales y técnicas que deben resolverse antes, entre ellas la construcción de una estación convertidora de frecuencia, cuyo costo está estimado en unos US$ 50 millones.

    El ingeniero Causarano –quien recientemente mantuvo una reunión en Curitiba con representantes de la empresa paranaense interesada en la compra de referencia– fue enfático al manifestar que para concretar la venta de al menos la mitad de la energía que produce la usina (unos 1.200 gigavatios-hora/año) será indispensable que la ANDE instale una unidad convertidora de frecuencia. “En Paraguay generamos la energía en 50 megahercios (MHz), pero en Brasil la utilizan en 60 MHz, y es por eso que se debe hacer la conversión de la energía”, manifestó el gerente técnico de la ANDE. El alto funcionario omitió sin embargo cualquier referencia a la relación de costo/beneficio que implicaría la transacción comercial con Copel. Al respecto, se limitó a señalar que, en caso de que se concrete la operación, el precio de la energía a ser vendida se discutiría a medida que avancen las conversaciones.

    Tal como sucediera con el fallido proyecto de maquinización de la presa Yguazú, que por casi una década desangró inútilmente las arcas del Estado por decenas de millones de dólares con base en un fraudulento anteproyecto elaborado por la consultora japonesa Nippon Koei LAC Co. Ltd., a un costo de US$ 25 millones, del que esta empresa y avivados funcionarios de la institución supieron sacar pingüe provecho hasta que acertadamente el actual Gobierno lo canceló, todo apunta a que la cacareada venta de energía eléctrica de Acaray al Brasil es una artimaña parecida con la que los concusionarios de la ANDE pretenden disfrazar otro suculento atraco al fisco.

    La mira de los jerarcas de la ANDE y de sus patrones en el alto nivel del Gobierno no estaría enfocada precisamente en la venta de energía generada en la usina de Acaray, sino en el potencial botín que representa la construcción de la estación convertidora de frecuencia, instalación técnica indispensable para concretar la transacción de marras. Tal como sucede con el acuerdo sobre Yacyretá firmado recientemente por el presidente Horacio Cartes con su homólogo argentino Mauricio Macri, donde todo hace suponer que el enfoque de los muchachos del “nuevo rumbo” está puesto no en el interés nacional del arreglo de cuentas y compensaciones que interesan a nuestro país de conformidad con el Tratado, sino en la oportunidad de ganar dinero a costa del Estado con la repotenciación de la represa adicionándole tres turbinas y la maquinización del Brazo Aña Cua, ambos a un costo total de US$ 1.650 millones.

    En todo caso, en vez de invertir esos US$ 50 millones para vender la electricidad de Acaray al Brasil, lo que la ANDE debiera hacer es solicitar al Gobierno nacional que insista ante su homólogo de Brasil el cumplimiento del Acuerdo Lugo-Lula, firmado el 25 de julio de 2009, a fin de habilitar a la ANDE a efectuar transacciones comerciales con el excedente de electricidad paraguaya de Itaipú directamente con Copel y otras distribuidoras brasileñas interesadas. Así como lo hacen Eletrobrás con Cammesa de Argentina (ambas empresas mixtas que benefician mayormente a capitalistas particulares antes que a los Estados socios) con la energía de Itaipú y Yacyretá que comercializan a través de la estación convertidora de frecuencia de Garabí, y Cammesa con RNIU (Red Nacional Interconectada Uruguaya) en Salto Grande.

    La gran ironía es que, como lo hemos manifestado en más de una oportunidad, en esa repartija el pato de la boda es la ANDE, pues la electricidad que las dos empresas distribuidoras comercializan es el excedente de energía paraguaya que ambos países se llevan a precio de pichincha. Esta es suficiente razón de Estado para que el gobierno del presidente Horacio Cartes desautorice a la ANDE a seguir con su aberrante proyecto en el que piensa invertir US$ 50 millones con la finalidad de vender una pizca de la electricidad de Acaray a Brasil, cuando que en Itaipú nos sobran actualmente unos 1.800 Mw de potencia contratada que Brasil nos escamotea a cambio de limosnas por venalidad y falta de patriotismo de nuestro Gobierno.

    La opción más conveniente para la ANDE sería vender a la Argentina la totalidad de la energía de Acaray a precio de mercado, habida cuenta de que nuestra electricidad tiene igual frecuencia que la utilizada por el vecino país.

    Es hora de que se acaben los negociados de todo tipo que se realizan a costa de nuestras usinas hidroeléctricas, nacional o binacionales, y ello solamente ocurrirá cuando las autoridades y los barones involucrados en los mismos vayan a la cárcel por su corrupción y falta de patriotismo.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/otro-negociado-mas-de-ande-1604781.html

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  3. Estructuras sólidas

    Por Clide Noemí Martínez

    La reiterada caída de las torres de la ANDE en Ñeembucú refuerza la inquietud ciudadana que solicita obras de calidad en el Ñeembucú. El departamento fue marginado por más de un siglo del progreso del que gozan otras zonas.

    Sumando pesares, las pocas inversiones realizadas en el sur tampoco han sido proyectadas y ejecutadas para que tengan larga vida. Un ejemplo es la Ruta IV, que a partir de su inauguración en 2000 fue motivo de varias reconstrucciones, por el rápido deterioro de la capa asfáltica.

    Las inversiones del gobierno departamental tampoco se salvan de esta crítica, siendo el caso del pavimento con piedras de desecho de canteras el caso más palpable de lo pésima que puede llegar a ser una obra vial cuando no se consideran criterios técnicos y no se realiza una fiscalización efectiva de los trabajos.

    En el caso de la ANDE, en los últimos años, en varias oportunidades los pobladores del departamento sufrieron prolongados cortes en el suministro de energía eléctrica, producto de la caída de las frágiles torres que unen la estación de Villalbín con Pilar y otros distritos. Las tormentas permitieron comprobar la mala calidad de las estructuras, ya que es notorio que los fabricantes no consideraron la posibilidad de que puedan resistir vientos de cierta intensidad.

    Además de la incomodidad que representa quedar sin luz en pleno siglo XXI, personas dedicadas a la gastronomía, la industria, pequeños talleres y todo tipo de negocios tuvieron pérdidas considerables.

    Se espera que la entidad realice las inversiones necesarias para poner a punto sus instalaciones en el departamento. Sustituir todas las torres por otras más sólidas y aptas al terreno fangoso y capaces de resistir fuertes ráfagas de viento es un compromiso ineludible de las autoridades de la ANDE. Solo de esta manera los paraguayos del Ñeembucú podremos decir que somos parte del país con mayor disponibilidad de energía del mundo y que la disfrutamos todos los días del año.

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  4. Servicios pésimos
    Por Rafael Montiel

    Los servicios de distribución de energía eléctrica y agua potable, a cargo de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap SA), respectivamente, nunca se destacaron por su excelencia y más bien siempre existieron cuestionamientos sobre la calidad. Este verano, además de los tradicionales cortes, se sumó la abultada facturación por el uso de la electricidad, que hizo llorar a centenares de usuarios, por no decir a miles.

    Por el consumo de diciembre y enero últimos, la factura se duplicó, y en algunos casos se triplicó, según las denuncias de los usuarios. La explicación técnica que brinda empresa estatal no convence a la ciudadanía.

    La ANDE dice que la fuga de corriente por malas instalaciones, cableado viejo o caduco y el aumento de consumo por los electrodomésticos como el aire acondicionado hizo que se registre un mayor precio. Sin embargo, con dos centrales hidroeléctricas, Itaipú y Yacyretá, es imposible cree que tengamos una energía todavía muy cara.

    El suministro del agua que presta la Essap SA está relacionado con la energía eléctrica. El abastecimiento de agua se ve resentida con los cortes de la ANDE.

    Es curioso, cuando se interrumpe el servicio de agua aparecen algunos operadores que se prestan para desmentir el mal servicio o justificar lo injustificable, cuando la gente sufre la falta de agua.

    Desde el punto de vista biológico sin agua no hay vida, es uno de los elementos vitales para la población, así como el sol, el oxígeno del aire, la tierra, las plantas y la lluvia. Sin agua tampoco hay desarrollo humano ni de las comunidades.

    Si bien ha aumentado el número de usuarios, ambos entes tienen que redoblar esfuerzos para mejorar los servicios. Entendemos que con los adelantos tecnológicos es posible responder a los desafíos y brindar un servicio eficaz, responsable y a precio justo.

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  5. Un elefante suelto en el bazar

    La frase dudosamente cervantina “con la Iglesia hemos topado Sancho” es aplicable hoy en un peque­ño episodio de la economía nacional. Equivaldría a “Con la China hemos topado…” y se funda en la denuncia hecha por la industria meta­lúrgica tras la adjudicación de un contrato otorgado por la ANDE a la empresa china Sinohydro. Los detalles técnicos de la protesta son materia de otro aná­lisis. Por el momento nos centramos en la magnitud del oferente chino frente a sus “pares” paraguayos.

    Sinohydro es la nave insignia de la industria pe­sada china, con cinco sedes continentales y 116 oficinas nacionales en 87 países. Opera actualmente 524 proyectos internacionales en 74 países con contratos por US$ 42.500 millones. A este holding elefantiásico le es extremadamente fácil rastrear en su inmensa red de proveedores los insumos más ajustados a los térmi­nos de cualquier licitación en cualquier parte del mun­do. Es, salvando distancias, como si el Copetín Ña Cayé compitiera con la multina­cional líder de las ham­burguesas en la provisión de almuerzos escolares.

    Aunque rija el principio de “reglas iguales para todos”, algo ahí no encaja, ¿verdad? Un elefante no compite con una hormiga. O viceversa.

    Se entiende claramente que la ANDE aspire siempre a la mejor oferta, al menor cos­to, con entrega en término y con la calidad exigida en cada licitación de sus obras.

    Es lo que proclaman las buenas prácticas gerenciales, sobre todo cuando se administran bienes públicos.

    Pero sin duda en alguna parte debe –o debería- exis­tir alguna cláusula que pre­cautele el derecho y nivele las oportunidades de las industrias nacionales que se han aggiornado con la competitividad y aspiran a ejercerla en su propio país.

    https://www.5dias.com.py/un-elefante-suelto-en-el-bazar/

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  6. CÁLCULOS SERIOS Y TOTALMENTE FUNDADOS

    Como Alianza GANAR hemos propuesto reducir la tarifa eléctrica hasta en un 90% para los que pagan hasta 50.000 G./mes –los más humildes de los humildes– y luego en forma gradativa: 75% para los que consumen de 151 a 300 kWh/mes; y de 25% menos, para los que consumen entre 301 y 500 kWh/mes.
    Horacio Cartes les trató de “loco” a Efraín Alegre y a todos los de la Alianza; nos dicen que no tenemos fundamentos. Todo lo contrario. Esta propuesta se basa en cálculos muy serios y totalmente fundados.

    Primero, calculamos cuánto costaría bajar así la tarifa eléctrica, que va a beneficiar –lo dijo un técnico de ANDE– a más de 800.000 usuarios (más de 4 millones de paraguayos), la gran mayoría de los usuarios. Según nuestros cálculos, costaría algo menos de 60 millones US$/año. La ANDE también lo calculó y coincidió con esta cifra. Estamos de acuerdo, entonces.

    Segundo, la propia administración de Horacio Cartes publica en las Memorias de Itaipú binacional y de la ANDE que le está pagando algo más de 4 dólares por MWh a Itaipú por la energía que le compra. Son datos del gobierno de Cartes.

    Como le compramos unos 13 millones de MWh/año, teniendo en cuenta los decimales,le pagamos de más unos 60 millones US$/año.

    La tarifa de Itaipú no se alteró. Los dos tipos de energía en Itaipú, más barata y más cara, siguen con igual tarifa. El Acuerdo Lula-Lugo, del 2009, nos garantiza que la ANDE no tiene que pagar más a Itaipú por la energía que compre.

    Entonces, ¿por qué Cartes le paga más a Itaipú que lo que le pagábamos hasta el 2012? ¿Por qué Cartes le paga casi 60 millones US$/año más a Itaipú, que lo que le pagábamos hasta el 2012, a igual cantidad de energía? No hay explicación técnica ni jurídica y Cartes debería explicar por qué lo hizo.

    En nuestra opinión, es que lo hace porque carece de autoridad moral para exigirles nada a los brasileños, incluso aquello, como el Acuerdo Lugo-Lula, que está plenamente vigente. O, con otras palabras, pagándole la ANDE a Itaipú lo que corresponde, ya podemos bajar las tarifas eléctricas como se ha comprometido la Alianza GANAR, sin quebrantar las finanzas de la ANDE.

    Tercero, por si hiciera falta más financiamiento, el mismo gobierno de Horacio Cartes publica en la Memoria de Itaipú que gasta más de 60 millones US$ en “gastos sociales”, lo que no tiene fundamento en el tratado y, en general, no son gastos sociales, sino grandes contratos a favor de sus empresas “amigas”, como el superviaducto que financió Itaipú, supuestamente como “gasto social”, en Ciudad del Este.

    Destinando parte de estos “gastos sociales” a la ANDE, como corresponde por ser la legítima propietaria de Itaipú, ya tenemos el doble de lo necesario para reducir las tarifas en un 90%, 75% y 25%, como se comprometió la Alianza GANAR.

    En conclusión, los cálculos son claros y contundentes; la fuente de datos, son los datos oficiales del mismo gobierno de Cartes.

    Las tarifas se pueden reducir como lo plantea la Alianza GANAR, sin quebrantar en lo más mínimo las finanzas de la ANDE. ¿Quién es el “loco”, entonces? O, más que loco, DESALMADO que no quiere reducir las tarifas a los más humildes…

    Por Ing. Ricardo Canese

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/calculos-serios-y-totalmente-fundados-1691194.html

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  7. La ANDE, principal obstáculo para el desarrollo del Paraguay

    El presidente de la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), Carlos Jorge Biedermann, manifestó hace unos días su “extrema preocupación por la situación por la que atraviesa la ANDE y lo que esto ocasiona en el desarrollo económico nacional”. También señaló que ella “se ha constituido en los últimos años en un gran inhibidor para el desarrollo económico de la República, afectando a empresas de todo tipo y a la ciudadanía en general”. La CAP, cuyos miembros figuran entre los 500 grandes contribuyentes, lanzó así un claro y concreto mensaje a las autoridades que asumirán sus respectivos cargos el 15 de agosto: es necesario priorizar el tema de la ANDE, pues el servicio empeora día a día y causa un tremendo daño al país.

    En el mundo actual, la energía eléctrica se ha vuelto un insumo indispensable para la gente, sea ella rica o pobre, viva en la ciudad o en el campo. Se la precisa para el confort de los hogares y para que funcionen las escuelas, los hospitales y el transporte. En suma, la característica básica de las sociedades es la continua transformación de materias primas, requiriéndose para ello enormes cantidades de energía eléctrica que sostengan la industria y el comercio.

    Comparada con otras formas de energía, la eléctrica tiene netas ventajas: no contamina y es de fácil transporte a través de redes alámbricas, pudiendo llegar hasta los lugares más apartados. De ella depende en gran medida el desarrollo económico y social de un país, que crece proporcionalmente con la cantidad de electricidad que consume. Que esté disponible para toda la población, en condiciones de seguridad y eficiencia, es un factor clave para superar el subdesarrollo y la pobreza.

    El Paraguay actual tiene la suerte de contar con energía eléctrica abundante, limpia y de fuente renovable, como lo son las usinas hidroeléctricas binacionales de Itaipú y Yacyretá, así como la propia de Acaray. ¿Por qué, entonces, a diferencia de Brasil y Argentina, nuestro desarrollo económico se basa en más del 80 por ciento en el petróleo y la leña (biomasa), con tendencia a la suba, en tanto que el 18 por ciento correspondiente a la electricidad se mantiene estático o con tendencia a la baja? Sencillo: esos dos países han sabido aprovechar la electricidad que tienen –y con la que se llevan de nosotros a precio de pichincha– mediante una política energética sensata, centrada en optimizar el servicio interconectado nacional en sus componentes básicos: generación, transmisión, distribución y comercialización. Esta optimización del suministro eléctrico para el consumo doméstico, industrial y comercial se logra descentralizando total o parcialmente la administración de las diversas fases del sistema eléctrico interconectado nacional, mediante un joint venture público-privado responsablemente convenido, o recurriendo solo al sector privado.

    Por tal razón, las economías desarrolladas y hasta las de los regímenes comunistas, como el chino y el cubano, reconvierten o eliminan las empresas públicas ineficientes. En nuestro país, en cambio, el Gobierno sigue empeñado en mantenerlas pese a que son crónicamente deficitarias y corruptas. Un caso emblemático es el de la ANDE, que desde hace un tercio de siglo arrastra un déficit de gestión que, como peso muerto, lastra el desarrollo socioeconómico con el monopolio del suministro eléctrico y el pésimo servicio prestado a los consumidores, aparte de servir como cueva de ladrones y concusionarios.

    Al empezar el proceso de electrificación del país, en los primeros años de la década de 1960, con la puesta en marcha de la usina hidroeléctrica de Acaray con una potencia de 212 MW, y sin corrupción, el ente estatal pudo administrar con eficacia el incipiente sistema eléctrico interconectado, que en aquel entonces abarcaba solo el área metropolitana y algunas ciudades del interior. Hoy, con una demanda más de diez veces superior a la inicial, esa capacidad de gestión honesta y eficiente ha menguado notablemente, debido, más que nada, a la inoperancia y la corrupción de sus últimas administraciones. Esto hace que la ANDE, en vez de ser el motor del progreso del Paraguay, sea su principal obstáculo.

    En consecuencia, pese a contar con abundante energía eléctrica de fuente renovable y limpia, el Paraguay, por culpa de sus gobernantes, no ha sabido sacar provecho de esa gran ventaja comparativa para utilizarla racionalmente, apostando a un proceso de industrialización centrado en el consumo de electricidad, en sustitución de los combustibles fósiles y la biomasa.

    A escasos tres meses de la asunción de un nuevo Gobierno, la ciudadanía espera que Mario Abdo Benítez tenga la visión y el patriotismo que tuvo don Carlos Antonio López, impulsando una política de desarrollo centrada en la industrialización y con la mira puesta en el exterior. Si bien el actual esbozó un plan con tal objeto (Plan Maestro 2016-2025), cuya implementación demandará alrededor de US$ 7.000 millones, manteniendo a la ANDE como su única ejecutora, el mismo tropieza con dos obstáculos: la propia empresa estatal, por un lado, y la falta de recursos económicos, por el otro.

    Dado que el país ya no tiene capacidad financiera para seguir endeudándose, la única opción que le resta es crear condiciones estructurales para atraer inversión extranjera directa. Empero, con el monopolio del servicio de suministro eléctrico en manos de la ANDE, el temeroso capital privado extranjero no vendrá. La conclusión obvia es que el plan maestro de la ANDE, con ella de por medio, es una quimera política y una estafa intelectual al pueblo paraguayo.

    Mientras el Gobierno conserve el ineficiente y corrompido monopolio de la ANDE, ningún plan de aprovechamiento integral de la electricidad que nos pertenece en las dos usinas hidroeléctricas binacionales será viable, y el Paraguay seguirá como el mendigo de la fábula, sentado sobre dos cofres llenos de oro.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/la-ande-principal-obstaculo-para-el-desarrollo-del-paraguay-1699620.html

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  8. LA ANDE AGREDE A SUS USUARIOS CON UN LAMENTABLE SERVICIO

    La Administración Nacional de Electricidad (Ande) que provee energía eléctrica a casi el cien por ciento de la población es una de las empresas públicas menos confiable del país. Esa actitud se genera en las sobrefacturaciones de su servicio, los permanentes cortes de luz y la falta de garantía de que los medidores de procedencia china hagan una lectura correcta del consumo mensual.

    Uno de los problemas más graves de los últimos meses del año pasado y los primeros del que está en curso ha sido lo que los afectados han considerado una sobrefacturación: las sumas a pagar se han duplicado y, en algunos casos, se han triplicado incluso. En las redes sociales, medios de información y ante las oficinas de la Secretaría de defensa del consumidor (Sedeco) las quejas por el excesivo monto de las cuentas a pagar han sido permanentes. Lo más ilustrativo y dramático de la anormalidad en el monto de la facturación quedó patente en el relato de una persona que estuvo de vacaciones en el Brasil y al volver…encontró que su “consumo” ¡se había duplicado!

    La Ande, con cinismo, alega que los incrementos se producen porque en las casas hay más y se usan más electrodomésticos -aire acondicionados, refrigeradores, ventiladores y otros- que combaten el excesivo calor de la temporada. En parte es cierto: hay mayor consumo porque las elevadas temperaturas son cada vez más insoportables si es que no se recurre al auxilio de la tecnología. Sin embargo, es imposible que el uso sobrepase lo razonable. La duplicación o triplicación de lo utilizado carece de fundamento práctico.

    Desde que los medidores de procedencia china han ingresado al mercado local las fundamentadas quejas se han disparado a niveles que sobrepasan largamente los casos excepcionales.

    En el 2012 (diario abc, 07 de junio) el entonces presidente de la Ande, Alex Duré, tras la compra de poco más de 50.000 medidores de mala calidad de procedencia china por 5 millones de dólares con préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), había dicho que para la adquisición se siguió el criterio del precio más bajo y no el de la calidad.

    A confesión de parte, relevo de pruebas. Tácitamente el funcionario dijo que la ANDE ahorraba en dinero, pero estaba comprando problemas para sus usuarios. De hecho, tras ser instalados en la zona de Caaguazú, muchos agricultores denunciaron que recibieron facturas por 400.000 guaraníes luego de haber estado pagando solo el 10 por ciento de esa suma, es decir 40.000.

    Como si fuera poca la agresión al ciudadano que merece un servicio eficiente que contemple en primer lugar la correspondencia real entre el uso y la facturación, la Ande nos “regala” en cada yvytu âtâ (viento fuerte), en una tranquila siesta o a la noche cuando la telenovela está en su episodio más apasionante, unos cortes de luz que ya forman parte habitual del largo listado de ineficiencia del ente público distribuidor de electricidad.

    El ingeniero Pedro Ferreira, presidente de la Ande hasta el escándalo de la negociación del uso de la energía generada por Itaipú el año pasado, dijo a la prensa que en el verano 2019-2020 los cortes de luz iban a disminuir sensiblemente. Eso es lo que se esperaba con la entrada en funcionamiento de la línea de transmisión de la energía de Itaipú 500 kV y los ajustes realizados por la empresa estatal que suministra electricidad. Sin embargo, los hechos cotidianos indican que habrá que seguir esperando para que la capacidad de la Ande responda sin sobresaltos a la demanda de consumo. Otra línea de 500 kV se vuelve impostergable.

    Otro aspecto irritante de la relación empresa-usuarios es que con frecuencia, al acudir a abonar en las ventanillas de la Ande -para no pagar la comisión por el servicio de cobranza tercerizado-, o ir a las mismas para algún reclamo, se encuentran las puertas cerradas. Ello suele obedecer a que sus empleados están en huelga. Tienen derecho a reclamar, pero no a dejar sin atención a las personas que acuden a sus oficinas y que forman parte de la masa que aporta para que se les pague sus sueldos.

    Por todo esto, la Ande ha perdido credibilidad. Sus acciones no alientan a ganar confianza con su clientela. Por el contrario, generan sospechas de irregularidades -que se confirman con evidencias- en aquellos a los que debería haber servido siempre con responsabilidad y honestidad.

    Es imprescindible, por lo tanto, que revierta esa situación de larga data tomando las medidas pertinentes para que las facturaciones sean justas y por lo tanto no den pie a una catarata de reclamos justificados, que ponga remedio a los irritantes cortes de luz y que su parámetro de adquisición de lectores de consumo sea la calidad. Los que pagan se merecen esas muestras de respeto.

    https://www.mandua.com.py/n443-marzo-2020-e91?editorial

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