Desde Caacupé, la Iglesia habla de los grandes dolores del país

Editorial Ultima Hora

En el novenario de la Virgen de Caacupé, la Iglesia –desde las homilías de los obispos– alza su voz a favor de la honestidad en el manejo de los bienes públicos, al tiempo de fustigar a los corruptos y sostener que hay que poner fin a la narcopolítica. Las predicaciones ponen el dedo en la llaga de los grandes dolores del pueblo paraguayo, reclamando que el dinero destinado a la inversión social llegue a destino y no quede en manos de intendentes irresponsables que se enriquecen a costa de los recursos que debieran crear mayor bienestar en la población. La palabra comprometida de los pastores eclesiales llega en un momento más que oportuno a la sociedad.

Con homilías críticas del actual estado de cosas en el país, la Iglesia paraguaya, en el novenario a la Virgen de Caacupé, comparte su pensamiento con una ciudadanía atenta al mensaje de una institución que trata de recuperar su rol orientador en la sociedad paraguaya.

Tras la visita del papa Francisco, es la primera vez que el colegiado episcopal habla de un modo tan claro y categórico al pueblo paraguayo. El tono de su intervención en las prédicas de cada una de las misas celebradas es el de una Iglesia que apuesta a un mayor bienestar de todos, censurando la conducta de los que ejercen el poder sin considerar que deben estar al servicio de mejores condiciones de vida para todos los ciudadanos.

En la homilía de apertura del novenario, monseñor Gabriel Escobar, vicario apostólico del Alto Paraguay, dijo que la ignorancia, el miedo y la corrupción son flagelos que se tienen que erradicar de nuestro país, por el grave daño que causan al tejido social de la nación.

El domingo pasado, monseñor Lucio Alfert, titular del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, cuestionó a los intendentes que desvían dinero del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), indicando también que hay que acabar con la narcopolítica, esa perversa conexión entre los traficantes y productores de drogas con autoridades que les amparan y otorgan impunidad.

Asimismo, lamentó la situación de explotación y marginamiento en la que viven los indígenas –cuya población está estimada hoy en unas 120.000 personas de las dos regiones del país, la Occidental y la Oriental–, apuntando que sus carencias materiales son tan graves, que es necesario que las autoridades y la sociedad civil pongan atención a los problemas de los pueblos originarios.

Monseñor Adalberto Martínez, obispo destinado a la pastoral de militares y policías, dijo, en tanto, ayer, que «se debe poner fin a la mafia del narcotráfico» que expone al peligro diversos aspectos de la realidad nacional.

Teniendo aún presentes las recientes palabras del papa Francisco en nuestro país, realizó una autocrítica destinada a la Iglesia paraguaya como institución que requiere también de profundos cambios y mayor coherencia entre lo que dice y lo que hace en su labor evangelizadora.

En momentos en que la corrupción al desnudo –en instituciones como la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la Contraloría General y la Justicia Electoral– motiva una sana reacción ciudadana, reclamando honestidad a los administradores de los bienes públicos, el verbo comprometido de la Iglesia refuerza la aspiración de contar con un país libre de corruptos y de narcopolíticos que se acercan al poder para conseguir impunidad.

http://www.ultimahora.com/desde-caacupe-la-iglesia-habla-los-grandes-dolores-del-pais-n949668.html

9 comentarios en “Desde Caacupé, la Iglesia habla de los grandes dolores del país”

  1. Combatir la narcopolítica

    Editorial abcCOLOR

    El vicario del Pilcomayo, Mons. Lucio Alfert, instó a los feligreses reunidos en Caacupé a acabar con los narcopolíticos, haciéndose eco de un reclamo generalizado que hasta hoy no se traduce en acciones gubernativas concretas para borrarlos del mapa, con la ley en la mano. Los comicios municipales han servido, justamente, para evidenciar que el dinero del narcotráfico ha jugado un papel decisivo en ciertas localidades, como La Paloma y Capitán Bado.

    En la primera, fue electo como intendente Cristóbal Villalba, hermano del exintendente Carlos (Cabrito) Villalba y de la cuestionada diputada Cristina Villalba, considerada la “madrina” de algunos políticos zonales de torcido andar y vinculados con el narcotráfico. En Capitán Bado fue electo en igual carácter el prófugo Denilso Sánchez, hermano de Carlos (Chicharõ) Sánchez, procesado por el delito de lavado de dinero del narcotráfico y partícipe de la campaña electoral desde la celda que hasta unos días ocupaba en la penitenciaría de Tacumbú.

    La Ley Nº 4743, que regula el financiamiento político, se ha revelado como un instrumento inútil para impedir que el dinero proveniente de esa actividad ilícita siga corrompiendo a parte del electorado, hasta el punto de otorgar un mandato popular a quienes no dudarían en mancharse las manos de sangre para eliminar a cuantos se interponen en su camino. El presunto autor intelectual del asesinato de nuestro periodista Pablo Medina y de su acompañante Antonia Almada fue el entonces jefe comunal de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta, cuya principal fuente de ingresos no habrá sido ignorada por los vecinos de esa pequeña localidad.

    La miseria induce a muchos compatriotas a vender sus conciencias a delincuentes de marca mayor, que están empotrados no solo en los municipios o en las gobernaciones, sino en los tres Poderes del Estado. Y aquí no hay distinción de partidos que hacer, como surge del hecho de que los principales dirigentes colorados y liberales del municipio de Sargento José Félix López (Puentesiño) tengan órdenes de captura con relación a la toma de rehenes cometida por una turba para forzar la liberación de un traficante de marihuana.

    La dramática situación amenaza con hacer del Paraguay un narcoestado, en el que el crimen organizado disponga de la vida y hacienda de quienes tengan el coraje de resistirse a sus macabros designios.

    La exhortación del obispo Alfert puede entenderse no tanto como un llamado de alerta ante un peligro inminente, sino más bien como una convocatoria a la ciudadanía y a las autoridades para que reaccionen contra un flagelo que ya es actual. Pronunció su acuciante homilía en la “capital espiritual” del país, allí donde cada 8 de diciembre se congregan no solo los sinceros creyentes, sino también las autoridades que, por acción u omisión, colaboran con el narcotráfico. No sería nada raro que en esta ocasión apareciera por allí la nombrada diputada Cristina Villalba, la misma a quien el propio presidente Horacio Cartes presentó en el Palacio de Gobierno al papa Francisco.

    Esta exhortación llega en un momento oportuno, en que nuevos y graves hechos están llevando al olvido a los narcopolíticos, que a este paso cobrarán mayor fuerza en los tres Poderes del Estado si la población no se moviliza para rescatar al país de las garras del crimen organizado.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/combatir-la-narcopolitica-1431642.html

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  2. Las nuevas autoridades sean iluminadas por la Virgen de Caacupé

    by Néstor Ojeda Mendoza

    La gran familia católica y mariana del Paraguay, indudablemente cargada de fe, y de esperanza por un nuevo renacer del país, acude con profunda devoción junto a la madre espiritual de los paraguayos, La Virgencita azul de Caacupé.

    De toda la geografía nacional llegan en estos días hasta el altar mayor del país, a la considerada “Capital Espiritual de la Fe”,Caacupé.

    La fe mueve montañas, dice un famoso pasaje bíblico muy popular, y eso está demostrado en los rostros de los miles peregrinantes quienes con tanta fuerza, y devoción sin demostrar cansancio se van caminando, peregrinando junto a la madre de la gran familia del Paraguay.

    En este trayecto de las rutas internacionales No. 2 y 7, parte del tramo correspondiente al departamento de Caaguazú; entre los numerosos peregrinando que se van dirigiendo con la fuerza de fe, se les ha podido notar a personas simples y comunes. A la vez a las nuevas autoridades electas en las últimas elecciones municipales del mes de noviembre pasado. Indudablemente para pagar una promesa contraída, y la solicitud de un nuevo pedido para que ilumine sus gestiones en su rol de representantes de una sociedad determinada.

    Nuestro país necesita que las mentalidades de los representantes de nuestros pueblos, las autoridades, comunales, departamentales y nacionales sean regeneradas con suma urgencia. El tejido social de la nación guaraní necesita de un antídoto de manera a insuflar de nuevos y briosos aires de cambio. Así podemos ofrecer a las familias de la sociedad en general un rumbo nuevo de cambio, en pro de una mejor y mayor calidad de vida, lo que a su vez estará ayudando para un mejor vivir en el Paraguay.

    En este momento la gran familia de las regiones del país, llegan hasta la “Capital Mariana de la Fe”, incluidas las numerosas autoridades de la geografía patria. Entre sus propósitos ojala incluyan , la solicitud a la madre espiritual en interceder por los mismos , de manera a realizar buenas y efectivas gestiones que vayan a favor de las familias que habitamos esta nación tan cargada de heroicidad y amor a la Patria, demostrada por nuestros mayores en épocas pasadas.

    Ojala en especial las nuevas autoridades, recientemente electas en el país, esta fiesta de la fe, les iluminen y salgan cargados de amor y de espíritu de servicio que sus gestiones vayan a favor del pueblo, de manera a ofrecer un mejor nivel de vida que con Justicia merece la población del Paraguay.

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  3. Caacupé convoca a los fieles

    Como cada año, la festividad de la Virgen de Caacupé se convierte en el corazón que late al compás de los sueños y esperanzas de los católicos del Paraguay. Durante el novenario, que ha dado paso a la vigilia previa a la gran fiesta de mañana, se han podido observar escenas que nos recuerdan hasta qué punto de sacrificio puede llegar un alma movida por la profunda fe.

    Es común que hoy y mañana, tengamos ante nuestros ojos, muchas situaciones que nos permitirán entender el porqué de esa entrega y cómo se acerca a los pies de la virgencita serrana, con sus anhelos y dolores, gente de todas las condiciones sociales, para entregar su ofrenda de sacrificio y confianza en que con la ayuda de la madre que intercederá ante el hijo, los sueños y deseos más imposibles, podrán hacerse realidad.

    Esa entrega, esa confianza absoluta es, según los entendidos, la esencia misma de la fe. Por eso es que, a pesar de las condiciones adversas de algunas zonas en las que los últimos temporales han caído con fuerza, la gente seguirá acudiendo a Caacupé para participar de la fiesta mariana, con más fuerza aún.

    Y, además de participar en las misas y compartir con miles y miles de peregrinos llegados desde todos los puntos cardinales del país y de otros países vecinos que siempre regresan para éstas fechas, también compartirán ese microclima que se adueña de Caacupé y sus alrededores durante éstos días. Y ello, implica mucho más que la cuestión puramente religiosa o alimentada por la fe misma.

    Se trata de todo lo que significa para cada peregrinante, el encarar el sacrificio de acercarse a cumplir con las promesas. Por eso, nunca está de más, recordar que la fe en la Virgen y sus milagros, no solo debe impulsar a la gente a acudir a la Basílica para ofrendar el cariño a la misma, sino tener en cuenta cómo hacerlo para que esa fe no se convierta en algo que cueste la salud propia o la de quienes acompañan ésos momentos.

    Aunque se ha avanzado mucho en la tarea de prevención de accidentes y controles a los peregrinantes, por parte de las instituciones involucradas en dicha ardua tarea en éstos días, como la Policía Nacional, el Ministerio de Salud Pública y otras muchas que colaboran en todo el país y más aún en Caacupé y su zona de influencia, para evitar problemas, es bueno recordar en éstos espacios de los medios de comunicación.

    Algunas son tan sencillas como utilizar ropa realmente cómoda y fácil de transpirar (como algodón) para los que caminarán hasta la Basílica, así como llevar calzado adecuado con medias para evitar las consabidas y dolorosas lesiones en los pies. También es importante, beber mucha agua fresca, evitando todo tipo de bebidas con alcohol y mantenerse alejados de alimentos que estén al sol y al aire y más aún si tienen mayonesas o salsas.

    Cubrirse la cabeza con gorras o sombreros frescos y llevar un ritmo de caminata que no cause problemas al respirar, son lo básico; así como evitar someter a niños pequeños y bebés al tremendo sacrificio de acompañar la peregrinación.

    Es necesario que, además de mucha fe, demostremos también tener mucha conciencia y protegernos y proteger a los demás de los problemas que se pueden sufrir en una situación como la que cada año nos ofrece Caacupé, con la masiva presencia de fieles.

    Recibir ayuda y seguir los consejos de quienes están preparados para ello y están dispuestos a brindarla a lo largo del camino, en puestos y espacios a los que se puede acudir ante cualquier problema, será una manera inteligente y eficaz para poder disfrutar de la fiesta de la fe, sin desagradables consecuencias.

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  4. Y conmigo, Edmundo, indigno siervo tuyo

    Anda enojado con la prensa el señor arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela. Así lo comentó en la misa que le tocó celebrar durante el novenario dedicado a la Virgen de Caacupé.

    Se quejó el metropolitano porque, dizque, los medios de comunicación tergiversaron sus palabras cuando en la campaña electoral llamó a votar en contra de Mario Ferreiro y/o Ricardo Meyer porque supuestamente apoyan el aborto y el matrimonio igualitario.

    Como a la ciudadanía asuncena le preocuparon tres cominos los anatemas arzobispales, Edmundo Valenzuela tuvo que meter violín en bolsa y, tras el contundente triunfo de Mario Ferreiro, grabó un video en el que prometía todo tipo de colaboraciones con el flamante intendente capitalino.

    Lo cual es lógico y esperable, si se considera que la Iglesia, salvo excepciones que preservarían su reputación histórica, siempre ha tenido bien en claro eso de que con el poder nunca hay que andar del todo peleados: uno no sabe cuándo puede necesitar de quienes lo detentan o, mejor dicho, del dinero de los contribuyentes que colocaron con sus votos a los que lo detentan.

    Como si además todos hubiésemos comprendido mal su discurso electoral injerencista –que afortunadamente la Conferpar y la propia CEP salieron a matizar durante la propia campaña– en Caacupé Valenzuela sostuvo que los obispos “no coquetean con el poder”.

    Hasta donde yo escuché, nadie dijo que la CEP coquetease con el poder, sino que se había asumido una actitud intervencionista en la esfera pública impropia en un Estado laico, oficialmente separado de la Iglesia desde que está en vigencia la Constitución de 1992.

    Es penoso que el actual arzobispo honre de manera tan poco ajustada la gloriosa memoria de sus predecesores en el cargo, en particular de monseñor Ismael Rolón, un hombre que reivindicó la vigencia de la democracia y a quien jamás se le hubiera pasado por la cabeza llamar a votar por el candidato de un partido a varios de cuyos exponentes llegó incluso a excomulgar por alevosas violaciones a los derechos humanos.

    En fin, con su comportamiento en general, nuestro benemérito arzobispo hizo carne las palabras del ritual de la misa, particularmente las que lee en el momento de las Intercesiones, cuando, en primera persona, cada mañana repite: “Y acuérdate de tu Iglesia Señor extendida por toda la tierra, con el papa Francisco y conmigo, Edmundo, indigno siervo tuyo…”. Su rezo, presumo, nunca será más pertinente a partir de ahora.

    Por Adrián Cattivelli

    http://www.ultimahora.com/y-conmigo-edmundo-indigno-siervo-tuyo-n951839.html

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  5. Lamentable rol de la Iglesia en el campo ético y moral

    Está evidenciado que el tejido social de la nación paraguaya ha llegado a un punto extremo y lamentable, en el campo de la ética y la moral. Hasta no hace mucho, el valor de la palabra, el compromiso asumido verbalmente, era mucho más valioso, hasta sagrado que cualquier escrito o documento firmado en nuestra sociedad.

    Sin duda alguna, la Iglesia Católica desempeñaba un rol preponderante en el quehacer diario y cotidiano de la persona, de tal forma a llevar una vida recta, honesta con transparencia. Sin embargo, hoy día llama poderosamente la atención el cómo ha perdido esos grandes valores de la ética y la moral para un buen convivir ciudadano. Ha perdido y olvidado las buenas prácticas. ¿Qué pasó de esas virtudes y sagradas prácticas en la vida del ser humano, en especial en nuestra lacerante realidad actual?.

    ¿Acaso en la Iglesia Católica en el Paraguay, los pastores en los templos ya no inculcan esos sagrados valores de los buenos hábitos?. Sin duda alguna, hay algo que no está bien, y el resultado está a la vista. A la mayoría de las autoridades empotradas en las instituciones del Estado, se les descubren en actos y hechos, cargados y plagados de irregularidades en temas de robos, corrupciones, desviándose totalmente de las nobles funciones que se les han conferido.

    El tejido social de la gran y heroica nación guaraní no está en sus mejores tiempos. Están implicados casi los que ostentan grandes cargos en las funciones públicas. Los pastores de la Iglesia tienen una gran responsabilidad de enderezar nuevamente la vida de estos ciudadanos que se apartaron del camino de la moral y la ética ciudadana. Sin duda, que también dentro del seno de esta institución religiosa y católica hay algo que debe enderezarse y reencausarse con suma urgencia, por el gran compromiso a favor de sus feligreses. Esto, porque la población de Paraguay es mayoritariamente católica y mariana.

    Por consiguiente, urge que los pastores de la Iglesia Católica Apostólica Romana reencaucen con prontitud por estos caminos a la mayoritaria población de nuestro país, en especial los grandes valores morales, éticos y cristianos. Con la premisa de direccionar la vida en la rectitud y honestidad ciudadana.

    Pues, solo de esta manera nos sentiremos de nuevo patriotas y orgullosos de nuestra identidad nacional de verdaderos paraguayos, que ama a su tierra, su gente y su cultura, y una gran admiración nuevamente de los pro hombres de la patria, cuyas autoridades del pasado, nos han heredado una nación de valientes, incluso con el sacrificio de sus vidas por amor a su patria.

    Esta debe ser la premisa, encabezada por los pastores de la Iglesia Católica del Paraguay, para recuperar nuevamente a la gran población nacional, por el camino de la honestidad y la transparencia, que hoy día tanta falta hace a nuestras autoridades políticas partidarias. El firme objetivo debe ser construir una nación próspera para ofrecer una vida digna a todos los paraguayos, sin distinción de colores, ni de credos religiosos.

    Néstor Ojeda Mendoza

    http://www.adndigital.com.py/index.php/impreso/columnistas/15255-lamentable-rol-de-la-iglesia-en-el-campo-etico-y-moral

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  6. Ya las caravanas…

    El fin del año suele estar marcado con el inicio del novenario dedicado a la Virgen de Caacupé. Es la época en que los católicos y no católicos empiezan a peregrinar hasta la “Capital de la fe mariana”. Muchos van a pagar sus promesas y renovar el pedido de salud, trabajo y amor a la “Madre común” de los paraguayos.

    Y muchos también se van por curiosidad, para pasar momentos de actividad profana, ya que no les viene ni les va la devoción a la Santísima Virgen. También van comerciantes para buscar un poco de alivio para su economía familiar o para hacer un poco de platita para su “aguinaldo” o para el pan dulce.

    Entre la “jungla humana” también se mimetizan los delincuentes y entre ellos figuran los asaltantes, motochorros, descuidistas, estafadores, tortoleros, y de varios otros rubros. Caacupé convoca a todos y tampoco faltan nuestros gobernantes y políticos de turno. Al menos, Cartes ya anunció que para los días centrales del 7 y 8 no estará al pie de la Virgen. Eso alivia un poco la aglomeración de católicos.

    Pero seguro estarán los otros mandamases de turno, como los integrantes del gabinete del Ejecutivo, senadores, diputados, magistrados y otros de escala menor en la política, pero llenos de pecado de la gula, sobre todo del erario público.

    El pueblo, no solo católico, esperará que los religiosos les refriegue por la cara a nuestros angurrientos políticos y autoridades de turno el eterno pecado contra el bien común. Para muestra basta un botón. Es una bofetada al pueblo que los parlamentarios, por ejemplo, destinen miles de millones de guaraníes para bocaditos, para secretarias vip, para asesores y que la gente común mendigue todos los días por un pedazo de pan.

    Que la justicia, que debería ser pronta y barata para todos por igual, solo se active para los ricos y poderosos. Que la inseguridad sea el pan nuestro de cada día, mientras un pequeño grupo de paraguayos ni siquiera sepan del peligro que existe en las calles.

    Ya suena la música “Ya las caravanas” y peregrinar hasta Caacupé para seguir con lo mismo no tiene sentido.

    Por Jorge Paredes

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  7. Santos y pecadores
    3 diciembre, 2016
    Por Jorge Paredes

    La Iglesia es a la vez santa y pecadora. Es santa por su naturaleza, instituida por Jesucristo, pero integrada por hombres que son pecadores. Por eso, la Iglesia no puede excluir a los pecadores de sus filas. Jesús se ha encarnado a través de la Virgen María para buscar la salvación de los hombres. El hijo de Dios murió y resucitó para redimir del pecado al hombre.

    Tanto amó Dios al mundo que envió a su Hijo Jesús para que por medio de Él los hombres puedan vencer al pecado. Ante esto, la respuesta de Jesús no fue alejarse de la Iglesia sino entregarse por ella, amándola.

    Tenemos conciencia que todos pecamos, sin excepción alguna. Esto nos lleva a todos a pedir perdón. Jesús mismo nos ha enseñado a rezar: “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos”. Para esto debemos reconocernos pecadores y pedir el perdón de Dios.

    Se preguntarán porqué escribo estas líneas sobre la Iglesia santa y pecadora. Y es porque me enseñaron, en la misma Iglesia católica, que ser cristiano es reconocerse débil por la condición humana pero resistente en espíritu con la fortaleza que brinda la fe en Dios.

    Ser cristiano no significa solamente participar en misas, ni hacer el bien y evitar el mal. No es simplemente creer en Dios o cumplir ciertas costumbres o tradiciones como peregrinar hasta un santuario. Ser cristiano no se limita a aceptar verdades de fe o dogmas.

    Ser cristianos católicos es mucho más profundo. Implica mayor compromiso y supone reconocer a Jesús, seguir sus enseñanzas, aceptar su proyecto salvífico, formar parte de su comunidad. Sin embargo, muchos integran la Iglesia para mostrarse frente a los consagrados o ante la feligresía pero viven un mundo totalmente alejado del cristianismo.

    No basta “servir” al semejante solo por el hecho de que los demás vean la fachada de fe, pero alejado de las enseñanzas de Jesús y de la Virgen. Caacupé hoy es centro de fe en Dios, en su hijo Jesús y devoción a la Madre de Dios.

    Pero de nada sirve si solamente acudimos a los pies de la Virgencita azul sin llevar el compromiso de dejar de lado a ese hombre viejo y revestirse de hombre nuevo para luchar por una sociedad mejor.

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  8. Caacupé, jóvenes y tatuajes

    Por Blanca Lila Gayoso

    Definitivamente estos tiempos pertenecen a la juventud del Paraguay, que ha tomado protagonismo. La Iglesia Católica dedica el trienio (tres años) a los jóvenes y en Caacupé, obispos y sacerdotes se refirieron a los diversos temas que atañen a la juventud. Sobre todo a los sueños que tienen y cómo conseguir sus metas. En una de las homilías, monseñor Claudio Giménez señaló que los chicos se hacen tatuajes porque tienen vacía el alma, lo que provocó una polémica innecesaria sobre un asunto sin trascendencia. Fue apenas una anécdota, porque luego, las demás autoridades eclesiásticas analizaron la situación de la juventud paraguaya en sus diversas aristas. No se olvidaron de la delincuencia juvenil como el caso de los motochorros; el consumo de drogas, la falta de oportunidades para estudiar y trabajar, y de las promesas que suelen recibir de los políticos y que casi nunca se cumplen. El enviado del Papa, cardenal Héctor Luis Villalba, habló de la importancia de un encuentro con Dios y luchar por los valores. Esto es importante, teniendo en cuenta que el lema de este año fue precisamente “Abrazarse a Cristo Jesús”.

    Todos los mensajes en Caacupé llegaron muy profundamente en los corazones de la feligresía y especialmente en los jóvenes, que son una inmensa mayoría en el Paraguay. Ellos se tomaron muy en serio aquella propuesta del papa Francisco de hacer lío organizadamente y desde entonces, no se detienen haciendo manifestaciones y reclamando sus derechos. Primero, salieron a las calles a pedir por una mejor educación a lo que se unieron los universitarios que pelearon en la UNA contra la corrupción, se atrincheraron en escuelas y colegios pidiendo la cabeza de la ministra Lafuente y no se dieron por vencidos, hasta conseguir la destitución de la misma. Cuando se enteraron de los escandalosos sueldos de los parlamentarios y que querían un tercer aguinaldo, lanzaron sus quejas por todos los medios. En estos momentos, protestan porque algunos políticos quieren reinstalar el tema de la reelección, violando la Constitución.

    Los jóvenes son un tesoro valioso y forman la reserva moral de la nación, porque todavía no están contaminados por la corrupción, que tanto daño ha causado al país. Hace poco, durante la Convención del Partido Colorado, Horacio Cartes dio señales de querer coloradizar la administración pública, llenando de seccionaleros las diversas reparticiones, lo que fue muy repudiado por todos. Eso sería un retroceso, como volver hacia atrás, como en los tiempos de la dictadura. Algo que nadie puede permitir; menos los jóvenes, que merecen un futuro mejor.

    Caacupé fue un sitio, como todos los años, donde se tratan los grandes temas nacionales. Los jóvenes fueron los principales y toda la sociedad debe luchar para que el sector de la juventud que está en las drogas y la delincuencia, pueda salir de esos pozos y poder estudiar y trabajar como todos. Esos son derechos fundamentales, y todos debemos procurar que los jóvenes logren sus sueños.

    Estamos cerca de Navidad, que es la fiesta del corazón. A cada familia le corresponde examinar su propia situación y ver cómo están los hijos. Es una excelente oportunidad para desarrollar en ellos la espiritualidad, fortaleciendo sus valores y abrazándose a Cristo.

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  9. Acertada iniciativa del Papa de ordenar casados

    El papa Francisco, en una entrevista con un periódico alemán, afirmó que está abierto a que los hombres casados se conviertan en sacerdotes para combatir la escasez de clero de la Iglesia Católica Romana. El Pontífice dijo que los “viri probati” podrían ser una posibilidad. “Viri probati” es una expresión latina del Concilio Vaticano II, y se refiere a los hombres casados de vida cristiana madura y contrastada, a los que, de modo extraordinario, se podía conceder la ordenación sacerdotal.

    En las escrituras se lee que en la primitiva Iglesia, varios apóstoles escogidos por Jesús fueron casados. “Cristo sanó a la suegra de Pedro”, se afirma en Mt 8,14-15. San Pablo, por ejemplo, en su carta a Timoteo 3,1-13, establece tres criterios para acreditar la idoneidad de nuevos líderes religiosos, particularmente obispos y diáconos: “ser un buen marido, ser buen padre y ser un hombre respetable”. En otra carta, el propio San Pablo agrega que “quienes sean designados obispos deberán ser hombres probos y haberse casado una sola vez” (Tito 1,5-9). En estos pasajes bíblicos hay suficientes argumentos a favor de que los casados puedan ejercer el sacerdocio, pero se puede entender que quienes hoy son sacerdotes no pueden casarse mañana.

    En estos últimos diez años, la Iglesia Católica está atravesando su peor crisis vocacional, que el papa Benedicto XVI atribuye al “relativismo” que ha impuesto en el mundo nuevas formas de vida, y, en consecuencia, ha disminuido el interés de los jóvenes por la vida consagrada. Los escándalos de pedofilia cometidos por algunos religiosos y su encubrimiento por otros altos cargos del Vaticano, como el caso del cardenal Bernard Law, de Boston, han contribuido al desprestigio de la jerarquía. Esta situación llevó a Francisco a establecer “tolerancia cero” para aquellos abusadores. El caso del excura de Limpio Silvestre Olmedo, acusado de supuesto manoseo a una joven de la Pastoral Juvenil, y la minimización del acto por parte del arzobispo de Asunción, quien, apabullado por las críticas, tuvo que pedir perdón, sirvieron igualmente para que muchos católicos y no católicos se plantearan el levantamiento del celibato para no seguir escandalizando a la grey.

    Ahora que se ha abierto este debate sobre el celibato es importante acompañar la idea del Papa para que en un futuro cercano accedan al orden sagrado los “viri probati” o casados de probada fidelidad. Aquí en Paraguay tampoco es resistida la propuesta del Pontífice. Referentes de movimientos laicos también se manifestaron a favor de la ordenación de los casados. Otros, con estudios teológicos, igualmente aprueban la idea, como el exsacerdote Juan María Carrón, quien calificó de “estupenda” la idea y hasta aseguró que los casados “pueden ser mejores sacerdotes que los célibes”. En los mismos términos se manifestó el obispo emérito de San Juan Bautista, Mons. Mario Melanio Medina, quien es partidario de ordenar a los “casados de buena vida” e incluso aventuró que algún día se debería recuperar a los curas retirados.

    El celibato sacerdotal es, sin duda, uno de los pilares de la Iglesia Católica, pero la escasez de sacerdotes está haciendo que el Vaticano lo replantee. El mismo papa Francisco confirma que “no es un dogma de fe”.

    Es una norma obligatoria establecida por el Concilio de Letrán en el siglo XII; en el siglo XX, el Concilio Vaticano II aclaró que no es un requisito que provenga de la misma naturaleza del sacerdocio. El Vaticano cree que sus religiosos no deben casarse, de acuerdo a ciertos pasajes de la Biblia porque el sacerdote actúa “in persona Christi” (en la persona de Cristo) y, por lo tanto, debe ser célibe, como el hijo de Dios. En este sentido es considerada una gracia consagrarse célibe, pero, como la carne es débil y la función sexual forma parte del ser humano, y muchas veces traiciona, se llega a los escándalos. El ejemplo está a la vista: la mayoría de quienes han colgado la sotana lo han hecho porque no pudieron sobrellevar la abstinencia sexual.

    Se calcula que en las décadas de 1970 a 1990 alrededor de cien mil sacerdotes pidieron la dispensa en todo el mundo. Actualmente, la Iglesia Católica tiene un poco más de 410.000 sacerdotes para una población mundial en incontenible aumento.

    Las confesiones católicas orientales que están en comunión con la Iglesia Católica Romana tienen sacerdotes casados. Incluso algunos pastores evangélicos y anglicanos casados fueron admitidos por Roma en clara muestra de apertura, y de que el celibato no es un requisito absoluto para ser cura.

    En caso de ir avanzando hacia esta aceptación, como entidad de bienes y derechos, seguro la institución deberá debatir cómo incorporarlos, cómo mantener a su familia o los bienes que puedan adquirir. Los consejos parroquiales que actualmente dan un sueldo a los párrocos deberán ser potenciados, y, en los casos de escándalos, que es la preocupación de la alta jerarquía, se deberá proceder de la misma forma en que se sanciona actualmente a los infractores, o sea, con el retiro de ministerio, que es la prohibición de presidir los sacramentos.

    Acostumbrado a romper los esquemas, el pasado 11 de noviembre, con motivo del Año de la Misericordia, el Pontífice argentino visitó en Roma a varios exsacerdotes que prefirieron formar una familia. En Paraguay, autorizó la ordenación de un viudo. Se trata del presbítero Manuel Fariña, que trabajó por muchos años con el entonces cardenal Jorge Bergoglio en Buenos Aires.

    Todas estas actuaciones, los ejemplos bíblicos, la escasez vocacional y la incorporación ya de algunos casados al sacerdocio, son pasos fundamentales que se dan para que algún día la Iglesia Católica imparta el orden sagrado del presbiterado a quienes contrajeron matrimonio.

    Los diáconos permanentes que son casados deberían ser los primeros, hasta llegar un día en que se tenga una congregación u orden para los que estudien ser sacerdotes con la posibilidad de casarse, sin que esto implique la abolición del celibato para aquellos que lo consideran fundamental para una consagración total.

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