Confe siones de un samanieguista

Un conocido me dijo que iba a votar por Samaniego porque, si ganaba Ferreiro, el cartismo iba a bloquearle todas sus iniciativas, no le iba a transferir los recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), no le iba a permitir hacer nada.

El hombre me dijo que, por cierto, en la Municipalidad de Asunción había corrupción, pero siempre hay corrupción, y lo importante es que se haga aunque se robe. Sin dinero no se hace nada, y Cartes es el que tiene el dinero. Hacienda dice que no tiene plata para los partidos políticos; lo que no tiene es plata para la campaña política, ahora; después va a entregar la plata, para que no se quejen.

Mientras tanto, Cartes le entrega a Samaniego, bajo la mesa, todo el dinero necesario para ganar las elecciones. Después de las elecciones, seguirá dándole dinero, porque el objetivo son las elecciones presidenciales de 2018. Vale decir, Samaniego seguirá haciendo obras públicas, porque le dan prestigio, y de paso nos convienen a todos.

¿Y no existe otra posibilidad?, le pregunté yo a mi interlocutor. Él me contestó: no, porque no se puede contra el dinero; hay que ser realista.

Esto me hizo acordar de mi profesor Adriano Irala Burgos, que me hizo leer La república, de Platón, donde encontré lo siguiente. Si navegáramos en medio de una tempestad, preferiríamos que el capitán del barco fuera el marino más avezado, y no el hombre más rico; lo mismo pasa en la política: no debe ser el hombre más rico, sino el más idóneo, el conductor de la nave del Estado. Cuando el gobierno queda en mano de los más ricos, no de los más virtuosos, el sistema se llama oligarquía, o sea, gobierno del dinero. No recuerdo exactamente las palabras, pero la idea es esa, y guarda relación con el sistema paraguayo.

En el Paraguay manda el dinero, tanto a nivel nacional como municipal. No es el sistema más eficiente, y lo vemos todos los días. Nunca hubo tantos baches en Asunción, aunque la Comuna tenga hoy mucho más dinero, y pretenda subir los impuestos inmobiliarios.

¿Cuántos empleados tiene la Municipalidad de Asunción? Parece que 10.000, pero el intendente no da la información ni siquiera a los concejales que se la piden (esta es una información reservada para el oficialismo).

Nunca hubo tanto deterioro urbano a causa del crecimiento caótico de la ciudad, donde no se hace lo que se debe sino lo que no se debe. Hace unas décadas se fundió el centro, y ahora se va camino a fundir el resto.

¿Es realista permitir que se termine de destruir Asunción? No. Por eso el realismo no puede estar en la continuidad del sistema, en la omnipotencia del dinero, sino en el cambio.

Por Guido Rodríguez Alcalá

http://www.ultimahora.com/confe-siones-un-samanieguista-n945162.html

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