Cada cinco años…

Cada cinco años…

Desde la caída de la dictadura tenemos nuevo gobierno cada cinco años en punto. Y también, como cada cinco años en punto, esperamos que el Paraguay viva días mejores. Esta vez tendrá “un nuevo rumbo” con Horacio Cartes, según sus reiterados anuncios.

Se entiende por nuevo rumbo la elección de un camino distinto del que se venía utilizando. Las metáforas para señalar el “nuevo rumbo” podrían ser también “un nuevo amanecer”, “la luz al final del túnel”, “flamean nuevas banderas”, etc. etc., todas ellas para decirnos que se inicia un tiempo nuevo; que el Paraguay ya no será el de siempre. O sea, el de la interminable corrupción cuya consecuencia, entre otras, se da en el alto grado de pobreza, la que, a su vez, tiene efectos en la salud, la educación, etc.

Por los asesores que tiene, es de suponer que el señor Cartes está debidamente informado de las necesidades que en todos los órdenes padece el país. Es de suponer, también, que ya sabe cuál de esas necesidades demandará su atención prioritaria. Algo ya nos había adelantado: la pobreza. Cómo y con qué armas la combate, lo veremos en los primeros 100 días de su gobierno, al que deseo el mejor de los éxitos en el supuesto de que un gobierno exitoso lo es del país. Ha habido presidentes de la República con muchos logros, pero solo para sí mismos, familiares y amigos, mientras el país se hundía sin remedio. De esta clase de gobernantes el país está harto.

En estos días, Federico Franco dijo que era el último en enterarse de los muchos casos de corrupción que salpicó –que inundó– su gobierno. Quiso justificar esos graves hechos, pero aunque no se hubiera enterado de ellos sino luego de consumados, nada hizo por castigar a los culpables. La impunidad, ya se sabe, es la madre de todos los delitos.

En estos tiempos no tiene sentido decir que un presidente de la República no se entera de lo que pasa en su gobierno. Es posible que ignore muchas cosas, sobre todo aquellas que el entorno presidencial quiere mantenerlas ocultas. Pero aún en el caso de una exitosa conspiración del silencio, un gobernante tiene en la prensa a su mejor fuente de información.

Lo que suele suceder es que los mandatarios tienen como su segunda naturaleza reaccionar contra los medios que no le llenan de halagos y bendiciones. Nunca supieron –o no quisieron saber– que una prensa crítica les ayudará a gobernar mucho mejor que una lisonjera. Tales mandatarios suelen decir que les gusta, respetan y admiran la crítica constructiva, pero que están en contra de la crítica destructiva. La constructiva es, para ellos, la que aplaude todo lo que hacen y piensan.

Con esta actitud inmadura pierden la formidable ocasión de enderezar rumbos y ser útiles al país.

Es de desear que al señor Cartes no le suceda lo que a Federico Franco. Si quiere enterarse de lo que acontece en el país, en el interior de su gobierno y en su propio comportamiento, que tenga a la prensa –aunque le duela en muchos momentos– como su mejor medio informativo. Y también a las redes sociales, donde la ciudadanía expresa sus deseos, sus inquietudes, sus reclamos.

Si en verdad cree en las bondades de la libertad de prensa y de expresión –como lo había confesado hace poco–, que las críticas, las denuncias de los medios y de la ciudadanía a través de esos medios sean tenidas en cuenta y les dé la importancia que se merecen. Que tome la crítica como una colaboración y no como una condena, una persecución o, peor todavía, como una conspiración de los malos paraguayos que no ven las bondades de la gestión gubernativa.

Una prensa crítica es mucho más útil para cualquier gobierno; es más confiable que la adulona que construye una realidad distorsionada. Es esa que califica de gigante a un pigmeo, de honesto a un sinvergüenza, de sabio a un analfabeto.

En fin, desde el jueves vamos a esperar el nuevo rumbo que se nos promete.

Por Alcibiades González Delvalle

48 comentarios en “Cada cinco años…”

  1. “Sí, juro”

    Por Mabel Rehnfeldt

    He amado casi todos los 15 de agosto después del golpe de Estado de febrero de 1989. En cada uno de ellos me emocioné con las promesas, juramentos y declaraciones que tuvieron casi todos los Presidentes paraguayos que pasaron desde entonces por el Palacio de López.

    Conté y han sido 6 los Presidentes antes de Horacio Cartes, quienes, bajo distintas circunstancias, asumieron el poder en nuestros tiempos democráticos. Con casi todos ellos me emocioné, sobre todo con aquellos que llegaron con el poder de los votos, con la voluntad popular no traicionada y con legalidad.

    Nunca me importó que fueran hombres distintos a quienes yo voté, de hecho no recuerdo que haya ganado ningún candidato que alguna vez yo haya votado. Pero eso no importa, porque al momento en que levantaban sus brazos y consagraban el “Sí, juro” empeñaban su palabra de defender el país, nuestra dignidad y autodeterminación, no importa qué enemigos se cruzaran en nuestros caminos.

    La asunción de Fernando Lugo me emocionó más que otros. Nadie lo esperaba, aterrizó donde antes solo se habían parado políticos –y no tanto–, TODOS del partido colorado. Su “Sí, JURO” y el largo discurso especialmente emotivo, dirigido a los indígenas, me cautivó. Me insuflé de esperanzas, las mismas que se hicieron añicos cuando lo vi aceptar con una sonrisa el resultado de su juicio político, como si todo estuviera bien. Las mismas esperanzas que en realidad se habían quebrado mucho antes cuando fue borrando con el codo todo lo que había prometido con el corazón, mostrando autoritarismo y sordera ante el sentido común.

    Desde que tengo razón ciudadana, cada asunción presidencial siempre fue un motivo de esperanzas y de alegría. No importa qué tanto hubieran traicionado anteriormente aquellos que antes también prometieron. Es una suerte de contrato que uno firma a sabiendas de que todos los anteriores fracasaron, pero que esta vez puede ser distinto. Es como un alquiler donde uno cree que esta vez el inquilino no destrozará la casa ni el dueño nos cobrará por algo que no está en condiciones. Es como la canción de Alejandro Lerner donde susurra que nos tomemos “del pasamanos porque antes de llegar se aferraron mil ancianos pero se fueron igual”.

    Esta vuelta no será distinta. He criticado y cuestionado el pasado de Horacio Cartes todas las veces que he podido, pero henos aquí que hoy se hace Presidente de la República y jurará con el apoyo de la mayoría. Sus manifestaciones de los últimos tiempos, cuando ya ni siquiera estaba en campaña, son tan o más auspiciosas que otras que hemos escuchado antes de otras asunciones. Ha hablado claro, alto, para que no le queden dudas a nadie, ni siquiera a sus noveles correligionarios.

    Hay razones para la esperanza. El jueves, el nuevo Presidente paraguayo volverá a repetir el “SÍ, JURO” y nosotros renovaremos la fe que cada cinco años desempolvamos para tratar de creerle y apoyarle. Para cuestionarlo cuando se equivoque y para sostenerlo cuando quieran arrodillarlo para someter al Paraguay.

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  2. Un emprendimiento más

    Por Ilde Silvero

    El Grupo Cartes administra varias empresas importantes y se espera que su accionista mayoritario, Horacio Cartes, desempeñe con éxito el nuevo emprendimiento del consorcio: gobernar el país. Desde el Palacio de López, el empresario devenido a político deberá gerenciar la expectativa de la población en obtener respuestas a graves problemas socioeconómicos y la posibilidad real del Estado de aportar las soluciones requeridas.

    Las experiencias de empresarios convertidos en políticos no son muy auspiciosas. En los años 90, Juan Carlos Wasmosy ocupó la primera magistratura con la bandera publicitaria de “empresario exitoso”. Prometió adelantar el país 50 años en cinco. La realidad resultó frustrante: los principales problemas nacionales no fueron resueltos y entregó su mandato sin pena ni gloria.

    En Chile, el millonario Sebastián Piñera derrotó en las urnas a la coalición socialista a la que pertenecía la exitosa presidenta Michelle Bachelet. El gobierno de Piñera anduvo a los tropezones, el descontento popular y las manifestaciones en su contra se volvieron rutinarios y ahora los chilenos claman por la vuelta de Bachelet.

    No es lo mismo administrar una empresa que gobernar un país. Esto parece evidente y obvio, pero en la práctica no es así: hay gente muy exitosa en los negocios que cree que eso le otorga un carnet habilitante para gobernar políticamente una nación.

    La gran diferencia radica tanto en los objetivos como en la metodología de trabajo. Una empresa busca el lucro, obtener ganancias para sus propietarios. El Estado busca el bienestar de todos los ciudadanos, bajo imperio de una justicia social con una responsabilidad solidaria con los más necesitados.

    La empresa tiene una estructura directiva vertical, donde los dueños imparten las órdenes y los niveles inferiores deben simplemente acatarlas. En la convivencia política, el poder radica en el pueblo, que lo delega en los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, instituciones que deben coordinar sus acciones, respetarse mutuamente y adoptar las decisiones dentro de sus respectivas competencias. El Presidente no manda y los demás obedecen. Son necesarios el diálogo, la negociación y la búsqueda de consensos para que el Estado tenga gobernabilidad y el país pueda ir progresando paulatinamente.

    Una de las razones del fracaso de Lugo fue que él creía que podía hacer lo que quería, sin consultar siquiera al principal partido que lo llevó al poder. Cartes tendrá que aprender que él no es dueño de una empresa llamada Paraguay sino simplemente es el administrador temporal de uno de los poderes del Estado y que en su gestión tendrá que dialogar y consensuar las acciones oficiales con los líderes de los partidos políticos y con los parlamentarios, y ganarse cierto respaldo de los más importantes medios de comunicación.

    Como en la cancha se ven los pingos, ahora sabremos si Cartes se saca el traje de empresario y adopta la camiseta de dirigente político al servicio de todo el pueblo, en especial, de los más necesitados.

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  3. ¿Cómo será Horacio Cartes?

    Por Pablo Guerrero

    El nuevo presidente paraguayo, Horacio Cartes, quien asume sus funciones este jueves y durante cinco años si hace buena letra, es toda una incógnita. Ni sus íntimos aliados políticos saben realmente cómo es, pero hacen logaritmos mentales para intentar ganarse la simpatía de una persona que hasta el momento es un enigma. Sin embargo, Cartes ya se está dando a conocer de a poco. Un senador tenía el rótulo de partner del presidente electo, a juzgar por el trato cordial que se dispensaban públicamente. En cambio, el partner –conocido en la jerga folclórica como el “re-socio”– no alcanzó el cargo extraparlamentario deseado.

    Varias conjeturas se tejieron sobre ese hecho porque fue una de sus primeras movidas políticas. Un aliado deportivo de Cartes finalmente intentó explicar –basándose en una serie de actuaciones repetidas– que el presidente electo siempre solicita la opinión de un “extraño” antes de tomar una decisión. Es decir, si desea saber algo sobre Castiglioni, no le preguntará a nadie del entorno parlamentario sino a un protagonista de otro sector, que puede ser empresarial, de los poderes Ejecutivo o Judicial.

    Tampoco le gusta que le hagan sombra. O si no, pregúntenle a Nicanor cómo le está yendo. Como supuestamente el presidente electo no tenía kilometraje político, el ex Tendotá intentó “privatizarle” y quiso convertirse en el nexo entre el pueblo colorado y el nuevo mandatario. En consecuencia, Duarte Frutos quedó marginado.

    Dicen también que no le quiere deber favores a nadie. Un político le pidió un cargo en una binacional porque durante la campaña gastó mucho dinero por el partido. Horacio le habría preguntado ¿cuánto realmente? Tras varios rodeos, el político le confesó: ¡Unos 300 millones de guaraníes! En el acto, el presidente electo convoca a su secretario y habría firmado un cheque, con lo cual saldó la deuda. ¿Será?

    Es recíproco con el funcionario fiel. Cuentan los que saben que a sus buenos empleados les da todo y tiene en cuenta la capacidad y no la simpatía. Pero si cometen alguna irregularidad, quedan fuera de la empresa. Afirman que en Libertad tomó varias decisiones en ese sentido con algunos futbolistas.

    Quiere manos libres. Aseguran que a Cartes le molesta que le condicionen sus decisiones. Aparentemente ese fue el motivo principal del fracaso de las negociaciones con el Frente Guasu (FG), grupo luguista que pidió que se le acepte a Venezuela como miembro pleno del Mercosur como condición sine qua non, y por poco también le habría exigido la resurrección de Hugo Chávez. La alianza entre la ANR y FG sumaba 24 votos. Cartes deja de lado a los luguistas y alcanza un acuerdo con los liberales, Unace y Avanza País para sumar un total de 36 votos para las mesas directivas del Congreso, ministros del Tribunal Superior de Justicia Electoral, entre otros.

    Mañana se daría a conocer su gabinete días antes de la asunción del mando. Si son ciertos estos antecedentes, veremos hasta cuándo durará el romance con su partido.

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  4. La transición a un nuevo rumbo (I)

    Por Gonzalo Quintana (*)

    Estamos en el momento del fin de la actuación del equipo de transición y el inicio de los famosísimos primeros 100 días. A alguien, por alguna razón coyuntural seguramente, se le ocurrió que la clave, lo importante, eran los primeros 100 días de gobierno.

    Desde ese día, como somos grandes consumidores de eslóganes, todos esperamos esos benditos días de la misma manera que esperamos los reyes magos y por las mismas razones.

    Para mí, los 100 días no son más que un número de días de un proceso que será necesariamente largo y difícil si de verdad se quisiera cambiar el rumbo que tiene nuestro país. Nuestro rumbo es el de la decadencia por la corrupción generalizada y la notable y profunda pérdida de la ética en vastos sectores de nuestra sociedad. Esta situación o dinámica está completamente ignorada y disimulada por un crecimiento económico extraordinario.

    Un rumbo distinto es una cuestión de construcción, no de ejercicio de poder solamente. No basta con ejercer el poder, un nuevo rumbo requerirá, más que poder, capacidad de seducir, de convencer, de mostrar que hay un futuro mejor y que uno es confiable a los efectos de generar credibilidad.

    En realidad, el gobierno electo está ejerciendo el poder prácticamente desde que terminaron los festejos en abril, más de 100 días, y muy especialmente desde que asumieran sus funciones los nuevos senadores y diputados. El equipo de transición compartió el poder, bajo las órdenes del presidente electo, con el gobierno que sale el 15 de Agosto.

    El estilo de conducción del presidente electo parece adquirir perfiles nítidos, no así el anunciado nuevo rumbo.

    Después de meditar largamente sobre la conveniencia y oportunidad, decidí compartir una serie de reflexiones sobre el cambio y la propuesta del nuevo rumbo.

    Lo hago porque hace un tiempo que mi preocupación le gana espacios a mi esperanza. Percibo que volvemos a ignorar el poder destructivo de la corrupción y seguimos constatando que existe una dirigencia dentro y fuera de la política que se parece a los calcetines: está diseñada para calzarse con cualquier lado. Peor, a algunos les es tan igual succionar el de la derecha como el de la izquierda.

    La dirigencia tiene la función de dirigir, de orientar y conducir. ¿Cuáles son los límites de esa conducción? ¿Dónde están los andariveles que delimitan la toma de decisiones? Los límites se encuentran en los valores y los principios sobre los que se construyen los sistemas, en este caso el sistema político y el sistema económico. El sistema social es una consecuencia de los anteriores.

    Cuando para los dirigentes lo importante es la cercanía al poder y no los sistemas y sus principios, el desmadre, las extralimitaciones, son más que posibles. Los populismos de izquierda y de derecha se desarrollan con este tipo de dirigentes y el autoritarismo está a la vuelta de la esquina.

    Los cambios de rumbo no se logran con esta clase de dirigentes, acomodaticios, sin compromisos, sin mística, sin mayor ambición que el negocio fácil.

    Es paradójico, el “Yes man”, el que le dice sí a todo lo que dice el jefe, es una amenaza peor que los que resisten el cambio. Esto es así porque la resistencia natural al cambio obliga a estar alerta.

    Los enemigos del cambio están siempre atentos a cualquier error para desprestigiarlo. El que no se atreve a advertir, por no contradecir, de una metida de pata debilita la confianza y la posición de fortaleza que se requiere para enfrentar a esos enemigos. Si yo no quisiera que se produzca el cambio, estaría estimulando el ego de quien lo conduce, es la mejor forma de inducir al error.

    Paraguay tendrá el rumbo del desarrollo cuando el Gobierno esté al servicio del Estado para que este cumpla con sus funciones y el sector privado genere la actividad económica suficiente para asegurar el crecimiento. Hasta hoy, la alianza público-privada sirvió fundamentalmente para utilizar los recursos del Estado para tratar de mantener al Gobierno en el poder, y para premiar a los amigos con los negocios y los privilegios y castigar a los adversarios con regulaciones y acciones claramente irracionales.

    Si este fuera el anunciado nuevo rumbo, los niveles de resistencia que tendrá el gobierno que lo propone serán enormes porque supone cambios profundos y extensos. Mucha, muchísima gente intentará que los cambios no se produzcan.

    El gran desafío para un gobierno que busca esos cambios es hacer políticamente viable el inicio de los cambios que son impostergables.

    Para eso se requiere habilidad política, pero sobre todo convicción, mística, carácter y disciplina que no debe ser confundida con la obsecuencia, que es todo lo contrario.

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  5. Otra oportunidad hacia el fracaso

    Por Rolando Niella

    Resulta verdaderamente deprimente constatar que en nuestra región, una vez más, una cantidad de países están haciendo todo lo necesario para convertir una gran oportunidad de progresar en un enorme fracaso. Históricamente se podría considerar a América Latina el campeón indiscutible de las oportunidades derrochadas.

    Desde hace más de medio siglo no habían coincidido tal cantidad de condiciones económicas favorables para la región. Por primera vez, una crisis económica global golpea más fuerte a los países desarrollados que a los pobres y, en lugar de problemas e impedimentos, genera facilidades y oportunidades para nuestras economías.

    Que yo recuerde, es la primera vez en la historia reciente en la que, durante una crisis, no ha disminuido ni la demanda ni los precios de las materias primas, por el contrario, se ha incrementado la demanda y, en consecuencia, también han mejorado los precios. No es menos insólito que en una crisis generalizada la inversión internacional busque refugiarse en los países latinoamericanos, en lugar de huir de ellos.

    ¿Qué estamos haciendo con esas condiciones favorables? Por desgracia, algunos países muy poco, otros nada y muchos absolutamente todo lo contrario de lo que se debe hacer. Es realmente como para deprimirse y exasperarse.

    Si me permiten ser reiterativo con lo que ya comenté otras veces, el caso más ejemplar es Argentina. No se puede creer que uno de los países del mundo con mayor y mejor producción agropecuaria en prácticamente todos los rubros imaginables esté pasando penurias económicas en pleno auge de la demanda y de los precios de las materias primas.

    Contado así, parece apenas un problema de política económica, de fríos y distantes números, pero lo cierto es que la gente sufre. Los trabajos desaparecen, los ingresos se achican y los precios se agigantan. La violencia prolifera, la delincuencia campea. Un estado de ánimo melancólico se instala en una sociedad, que siente en carne propia que carece de porvenir.

    “Hoy estoy peor que ayer, pero mejor que mañana”, parece ser el sentimiento generalizado, que una música que escuché en la radio acertó a resumir inmejorablemente, con un desenfado que no oculta la desesperación de carecer de cualquier esperanza de un futuro mejor o al menos no peor que el presente.

    ¿Y por casa cómo andamos? En unos días más tendremos un nuevo gobierno, y una encuesta internacional, que se publicó en todos los medios de comunicación, mostró en estos días unas cifras que dicen que los paraguayos tenemos la peor percepción sobre el futuro de nuestro país… ¿Ya ni siquiera el cambio de autoridades nos aporta alguna esperanza? Tal parece que no.

    En lo personal, estoy angustiado. En mis muchos años he visto como varias veces la historia nos ha puesto en el camino de la prosperidad y, tercamente, hemos insistido en permanecer en la miseria y el subdesarrollo.

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  6. Los desafíos del Gobierno de Cartes

    El 15 de agosto se inicia el periodo presidencial de Horacio Cartes, en medio de un clima de prudente optimismo por parte de la ciudadanía. Una encuesta realizada por Ati Snead demuestra que el 76% de los encuestados tienen una expectativa positiva del nuevo gobierno.

    Es un porcentaje alto, pero es menor al que tenían anteriores presidentes al inicio de su mandato. Esa es una buena noticia, porque significa que la ciudadanía está madurando y no espera soluciones mágicas, que al no cumplirse producen desencanto y desilusión.
    Para más, el nuevo gobierno va a encontrarse con un escenario internacional más complicado y difícil del que tuvimos en la última década, con una China reduciendo su crecimiento y con los Estados Unidos elevando su tasa de interés.
    A pesar de eso, el escenario internacional para el Paraguay va a continuar siendo favorable, porque China va a crecer menos, pero va a continuar creciendo, y Estados Unidos va a elevar sus tasas de interés, pero muy leve y gradualmente, para no volver a caer en recesión.
    La preocupación principal viene de la situación regional, especialmente de nuestros vecinos, el Brasil y la Argentina.
    El Brasil es un país muy integrado financieramente a los mercados de capitales, y en la última década se había convertido en la “estrella” adonde vinieron masivamente los capitales.
    La suba de las tasas de interés internacionales, sumada a los problemas estructurales de su economía y a la creciente inestabilidad política y social, nos hacen predecir un Brasil con dificultades para crecer y un real devaluándose ante el dólar.
    Por su parte, la Argentina, un país sin acceso al crédito internacional y con un Gobierno populista, camina irremediablemente hacia una nueva crisis importante, con una gran devaluación del peso, altas tasas de inflación y un posible nuevo default de su deuda externa.
    Este es el escenario que va a tener que enfrentar el presidente Cartes en los próximos años, y ante el mismo, sus cinco principales prioridades deberían ser las siguientes:
    Primera prioridad: la recuperación gradual del equilibrio fiscal, perdido por culpa de la irresponsabilidad de los legisladores en el año 2011, cuando aprobaron aumentos salariales irracionales. En este punto, la Ley de Responsabilidad Fiscal es clave para definir parámetros racionales para los futuros aumentos salariales.
    Segunda prioridad: el manejo inteligente del tipo de cambio, una variable fundamental para que el Paraguay pueda seguir creciendo en el nuevo escenario. El guaraní debe acompañar de cerca la devaluación del real brasileño, si queremos la industrialización del país y el mantenimiento de la actividad en el comercio de frontera.
    Tercera prioridad: el impulso a la industrialización del país, por medio de la integración a las cadenas productivas del Brasil, para lo cual son factores determinantes un tipo de cambio competitivo con el real y una reforma radical del SNPP.
    Cuarta prioridad: una fuerte inversión en infraestructura, fundamental para acompañar el crecimiento económico del país. En este punto, es crítica la aprobación de la Ley de Alianza Público-Privada, que permita la aceleración de las inversiones en esta área.
    Quinta prioridad: una fuerte inversión social, en acceso al agua potable, a la nutrición y a la vivienda, para reducir drásticamente la extrema pobreza; y en educación, para la inclusión económica y social de casi el 40% de los paraguayos que hoy no tienen una vida digna.
    Por supuesto que estos desafíos son tan grandes que es imposible que Cartes, o quien sea, lo pueda solucionar en los primeros cien días o incluso en todo su gobierno.
    Pero, como dice el proverbio chino: “Un camino de mil kilómetros comienza con un primer paso”. Mi expectativa sobre el “nuevo rumbo” es que en este gobierno se puedan dar esos trascendentales primeros pasos.
    Recordemos siempre que en la democracia no es posible la revolución, sino solamente la evolución.

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  7. Continuidad o ruptura

    El Paraguay cambia de mando en el Ejecutivo el próximo jueves. El poder que administra quizás un 40% de la capacidad de hacer del Estado paraguayo. El resto lo tienen el Legislativo y el Judicial, que son muy conscientes de su porción de poder y lo saben utilizar. Llega alguien sin conocimiento de las entrañas de un monstruo llamado “Estado paraguayo”. Un yuyal en realidad, donde no se sabe nunca con qué podría uno toparse. Botellas rotas, alimañas, escombros, malezas y animales salvajes, muchos de ellos desconocidos por la gran mayoría de la población, que paga su alimentación y sustento. Su gobierno solo puede hacer dos cosas: continuar con lo mismo o romper con el sistema. El dilema no es simple y la presión social ambiciona algo que no acompaña en su diario vivir. El Partido Colorado quiere que las cosas sigan iguales, porque sabe que los cambios podrían acelerar su descomposición. No hay espacios para soberbias en un país de tantas urgencias. Solamente queda por saber si hay voluntad de cambio o en realidad este país, salvajemente conservador, pretende que las cosas continúen iguales con distintos administradores nomás.

    Un país chico en población, que nunca es acertable en sus números para emprender acciones concretas, necesita por sobre todo rigor. El Ejecutivo tiene que abocarse a tiempo completo a la tarea de gobernar, dejando a un lado cuestiones personales y de carácter que supongan un lastre innecesario e impertinente a su tarea de mandatario. No tendrá mucho tiempo de espera y la presión callejera definirá su éxito o fracaso. No tiene respaldo institucional en un país que carece de estructuras y, por eso mismo, la calle se convierte en escenario de una discusión que no asoma donde debiera: el Congreso. Se sabe que somos ricos, pero pobres a la vez. Hemos hecho dos censos malos y, por lo tanto, carecemos de cifras reales y confiables. En Chile, esta semana, otro empresario devenido en presidente de la república, Sebastián Piñera, pidió disculpas públicas por los datos mal recogidos, al tiempo de admitir que faltó censar el 9% de la población. Aquí sobrepasa el 20% y a nadie le importa.
    Esta es una diferencia entre un país serio y otro que no lo es. Allá saben que las cifras malas llevan a políticas públicas malas. Aquí no sabemos acertar cuántos pobres tenemos, dónde viven, qué características tienen…, damos palos de ciegos en políticas sociales que solo favorecen al Estado en su peor rostro: el de la corrupción.
    Debe romper Cartes con muchos amarres atávicos y debe desconfiar profundamente de quienes lo envuelven con lisonjas y halagos. Debe respaldarse en una labor eficaz, llevada adelante por las mejores espadas de este país; pero, por sobre todo, tiene que animarse a asumir los costos de ser presidente. No hay cuentas personales ni lastres de carácter que puedan ser más importantes que la tarea de administrar un país joven, rico y de tremendo potencial, administrado de una manera vieja, torpe y corrupta.
    No hay margen para el error. Se continúa con aquello que sirve y se rompe con lo que no es apropiado para el país. No hacerlo supone mirar cada día la ventana del poder y contar las manifestaciones de repudio. Ahí siempre estará solo y los “amigos del poder” disfrutarán de su caída con el mismo cinismo y entusiasmo con que celebraron su ascenso. Continuar o romper… esa es la cuestión de Estado en el Paraguay.

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  8. La verdadera selección nacional de Cartes

    Horacio Cartes prometió que su gabinete sería una selección nacional. Acá le ofrecemos algunos jugadores estelares.

    Hacienda: El candidato ideal para un momento como este, de escasez de fondos, es Juan Díaz, el buscador de plata yvyguy. Consiguió sacarles dinero de sus bolsillos a varios políticos para financiar su búsqueda (lo que de entrada le debe valer una medalla como la que se autoconcedió Federico Franco), prometió 10.000 kilos de monedas de oro y tuvo en vilo a la ciudadanía por unos buenos días. Cuando no logró su cometido, culpó del infortunio a la presencia de espíritus y a la energía negativa. Con estas excusas, no hará falta entrar en disquisiciones complicadas, como el aumento del precio del crudo o la caída de los commodities, para explicar el déficit. Además, encontró abundante agua, lo que no es un recurso despreciable.
    Obras: El idóneo es Aldo Zuccolillo. El multimillonario empresario supo construir su propio centro capitalino, muy bonito y dinámico. Quizás con su presencia en ese Ministerio se acaben los reiterados y sesudos cuestionamientos a las obras públicas y la bonanza que bendice a su centro particular, para la cual es indispensable hacer tareas de infraestructura; por fin alcanzará a las demás zonas de Asunción y alrededores.
    Relaciones Exteriores: Una buena alternativa es Hugo Rubin. Algo tiene este muchacho, porque de la radio de apá y la tele supo alcanzar una banca en Diputados con algunos escasos meses de campaña. Con su presencia en la Cancillería y la gran ayuda de su verba inclemente, el doctor mantendrá a raya a las presidentas de Argentina y de Brasil. El único problema es que con su probada sutileza prontamente estaremos en guerra hasta con Yugoslavia, la que no existe hace décadas.
    Salud Pública: Nadie mejor para el puesto que Juan Carlos López Moreira, el hombre fuerte del emporio tabacalero presidencial que ha llenado los pulmones de miles de brasileños con algo más que aire. El gerente de la joya empresaria de HC podrá desde esta cartera romper el mito de que el cigarrillo mata, cuando que, en verdad, lo que mata es el cáncer.
    Industria y Comercio: César Ruiz Díaz, jefe de los transportistas, podrá enseñar desde ese Ministerio cómo poseer mansiones y autos Mercedes de lujo teniendo apenas una pobre línea de transporte que solo sirve para dar pérdidas y que él no vende de puro bueno que es.
    Educación: Puede quedar vacante, ya que ni clases hay más.

    http://www.ultimahora.com/la-verdadera-seleccion-nacional-cartes-n712175.html

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  9. Cinco años perdidos

    Se acerca el día de la asunción del presidente electo Horacio Cartes y las expectativas que genera el nuevo Gobierno van en aumento. En este periodo que termina, podemos decir que el Alto Paraná fue una de las regiones más castigadas por la casi total ausencia del Estado y la falta de repuestas a las necesidades de la gente. Fueron cinco años perdidos. En un análisis desapasionado podemos concluir que prácticamente nada cambió en nuestra región para mejorar las condiciones de vida de los habitantes. Al contrario, hemos empeorado en varios aspectos.
    En el periodo que termina, en esta zona del país perdimos prácticamente dos años con el problema de los autodenominados carperos. La solución a la problemática hasta el momento sigue siendo una incógnita, ya que no se ha encontrado una salida al problema, que sigue latente y en algún momento volverá a estallar.
    Las autoridades salientes tampoco tuvieron efectividad en el combate al contrabando, si es que hubo combate, porque lo común en nuestro departamento es que los mismos funcionarios propicien esta actividad tan perjudicial para la economía del país. El contrabando sigue agobiando a los productores paraguayos, que hasta cerraron el Puente de la Amistad en forma de protesta, para que los funcionarios aduaneros hagan su trabajo.
    En cuanto al comercio, la capital del Alto Paraná, epicentro de este tipo de actividad, actualmente está sumida en su crisis más grave, a tal punto de dejar sin trabajo a más de 1.000 personas desde el inicio de este año hasta el mes pasado, según registros del Ministerio de Justicia y Trabajo, sede regional. Últimamente, las calles del microcentro esteño se convirtieron en un desierto, debido a la escasa visita de turistas y las pocas ventas.
    En el área de seguridad, la entrega de armamentos, municiones y otros equipamientos para dotar de infraestructura a la Policía del décimo departamento no sirvió absolutamente de nada, ya que resultados positivos hasta el momento no hemos tenido, al contrario, la ciudadanía todos los días siente en carne propia la inseguridad.
    En cuanto a salud se refiere, en estos cinco años un solo hospital fue habilitado, el mentado Pabellón del Traumas, que no es más que un monumento a la corrupción, refaccionado varias veces antes de su inauguración. Mientras que los demás centros asistenciales públicos de esta región del país siguen padeciendo las mismas penurias de siempre, como la falta de medicamentos, de instrumentos, de médicos, los locales son sumamente precarios, donde acuden los compatriotas de escasos recursos para ser maltratados por funcionarios ineficientes.
    En la educación, las cosas no están mejores, durante este periodo que culmina hubo varias denuncias con respecto a la merienda escolar, que no llegaba a tiempo a las escuelas y otras de que fue entregada en mal estado, en este último tramo, la falta de desembolso para continuar con la provisión del complemento nutricional.
    Hay otros graves problemas sociales que quedaron pendientes. Muchos de estos ya son herencia de los gobiernos colorados, que hace cinco años cuando a estas alturas la sociedad paraguaya estaba expectante con la asunción de Fernando Lugo, se aguardaba que hubiese un cambio. Sin embargo, pocas cosas fueron para mejor, la mayoría sigue en las mismas condiciones o incluso peor. La diferencia con aquel entusiasmo de hace cinco años es que ahora las expectativas son mucho mayores, ya que la ciudadanía está cansada y espera resultados concretos.
    Estos son los desafíos de las nuevas autoridades, ya sean presidente de la República, diputados, senadores, gobernadores y concejales. Este es el momento en el que deben demostrar su capacidad de gestión y que el periodo entrante no se convierta en otros cinco años perdidos y que al final nos tengamos que lamentar. – See more at: http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/7642-cinco-a%C3%B1os-perdidos#sthash.d6rmppsw.dpuf

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  10. Pedido para Cartes

    Posteado por Edgar Ruiz Diaz el 09-08-2013

    El país se encuentra expectante de lo que tiene previsto hacer a partir del próximo jueves 15 de agosto el nuevo gobierno del presidente Horacio Cartes porque se sabe que no son pocos los vicios o males que deberá evitar y combatir el flamante gobernante para terminar con años de tragadas, sustracciones o atracos silenciosos en ministerios, bancos oficiales y demás instituciones estatales, hasta ahora convertidos en botines de gobernantes y funcionarios gubernamentales de turno.

    Atendiendo a comentarios, sugerencias, quejas, reclamos de amigos, colegas, lectores, vecinos y numerosos compatriotas, aprovecho este espacio para solicitar al presidente electo Horacio Cartes tener en cuenta un listado de pedidos para sus primeros cien días de gobierno, tiempo que servirá para conocer los resultados de las primeras drásticas medidas que debería tomar desde el Poder Ejecutivo.

    Además de las primeras designaciones y funciones de sus ministros, que se espera sean técnicos dinámicos desvinculados a todo compromiso partidario, el nuevo Jefe de Estado paraguayo debería impulsar un rápido inmediato cambio en el Poder Judicial promoviendo el juicio político y destitución de los cuestionados miembros de la Corte Suprema de Justicia.

    Se estima que si el señor Cartes no reforma la administración de Justicia en poco tiempo, Paraguay seguirá siendo un paraíso para la impunidad y ello podría convertirse en un poderoso boomerang contra la nueva administración gubernamental. Si no se usa bien y a tiempo el poder, este se podría volver en contra de quien la detenta.

    Además de otras esperadas nuevas políticas para generar y multiplicar fuentes de trabajo en la Capital y localidades del interior de la República, el nuevo ocupante del Palacio de López tendrá que aplicar alguna novedosa decisión respecto a la reiterada inconducta de los inescrupulosos que se dan el lujo de imponer y lograr multimillonarios subsidios con dinero del contribuyente por explotar como transportes de pasajeros peligrosas chatarras con ruedas.

    Entre otras de las prioridades que espera la ciudadanía dentro de los primeros tres meses de gestión gubernamental están las nuevas designaciones del presidente y directores de hospitales del Instituto de Previsión Social (IPS), quienes tendrán que ser verdaderos médicos de vocación con autonomía y capacidad para disponer medidas que tiendan a mejorar servicios y atenciones a enfermos asegurados, jubilados y demás aportantes que solventan los gastos de la previsional.

    El flamante mandatario debería dar precisas instrucciones a los nuevos responsables de IPS para facilitar las agendas de consultas médicas y así terminar con la actual práctica -penosa para los asegurados- de esperar semanas o meses para que el paciente pueda conseguir una entrevista con el galeno por algún síntoma o malestar que requiere atención en 24 horas.

    Igualmente, el nuevo Jefe de Estado tendrá que pedir la renuncia o destituir a los presidentes, directores y altos funcionarios de las instituciones como la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Erssan), Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco), Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE), Crédito de Agrícola de Habilitación (CAH), Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), Secretaría de Acción Social (SAS), Secretaría del Ambiente (SEAM), Secretaría de la Función Pública (SFP), Secretaría Nacional de la Niñez y Adolescencia (SNNA), Secretaría de Desarrollo para Repatriados y Refugiados Connacionales (SDRRC), Secretaría Nacional de Deportes (SND), Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Secretaría Nacional de Cultura (SNC), Secretaría de Información y Comunicación para el Desarrollo (SICOM), Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (SENAVITAT), Secretaría de Tecnologías de la Información y Comunicación (SETICs), Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL), Secretaría Nacional Anticorrupción (SENAC) y Secretaría de Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad (SENADIS), entre otras secretarías.

    Al esperar que el futuro inquilino de Mburuvicha Róga tenga en cuenta las solicitudes que forman parte del presente post, me pregunto:

    ¿Con la era Cartes terminarán las designaciones de funcionarios partidarios?

    ¿Se tendrán en cuenta la capacidad de gestión o los méritos partidarios para los nombramientos?

    ¿UNA MILITANCIA PARTIDARIA VALDRÁ MÁS QUE UN BUEN “CURRICULUM VITAE” PARA OCUPAR UN CARGO?

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  11. Desafíos estratégicos

    El plan estratégico del gobierno de Horacio Cartes fue pormenorizadamente publicado por el diario La Nación en su edición de ayer. En el documento, se declara que las autoridades que asumirán el 15 de agosto buscarán dos objetivos económicos concretos: un promedio de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) en torno al 6% o al 7% y la creación de alrededor de 120.000 puestos de trabajo por año.

    Ambas metas son ambiciosas pero no irreales. Análisis y pronósticos de consultoras privadas, de entidades estatales y de organismos multinacionales coinciden en que Paraguay registrará porcentajes de expansión más elevados que el promedio de la región en los próximos años. Se nota además un creciente interés de inversionistas extranjeros que ven posibilidades de buenos negocios en nuestro país, como lo evidencian las intenciones de industriales brasileños de aprovechar las ventajas energéticas, impositivas y legales del Paraguay. Otro tanto puede decirse del boom de los emprendimientos inmobiliarios de gran porte, con inversiones en oficinas corporativas, residencias de alta gama y hotelería. Existen por tanto condiciones objetivas para alcanzar los propósitos mencionados. El viento sopla a favor de Paraguay, es cuestión de orientar correctamente el timón de la nave y sostener el rumbo con mano firme.

    Para ello es indispensable proteger la estabilidad macroeconómica como condición necesaria para la atracción de inversiones. En este sentido, el gobierno entrante tendrá imperativamente que cambiar en profundidad la política de gasto público que concentra el 90% de los recursos del Estado en el pago de salarios y remuneraciones. Es preciso acabar con los presupuestos deficitarios, modificados arbitrariamente por el Poder Legislativo -que no tiene funciones administrativas- en base a consideraciones políticas, con frecuencia clientelistas y prebendarias.

    La contracara de estos cambios debe ser un sustancial aumento en las recaudaciones fiscales, con criterios de combate a la evasión, de ampliación de la base tributaria y de equidad, pero evitando efectos recesivos sobre la economía.

    Es crucial además superar las deficiencias estructurales de nuestro aparato económico: garantizar la suministro en volúmenes apropiados de energía; conseguir la provisión regular de insumos clave como el cemento; mejorar sustancialmente la calificación de la mano de obra e implantar las condiciones para la modernización en tecnología y comunicaciones. En el campo de la gestión gubernamental propiamente dicha, en el día a día de las instituciones estatales, el gobierno deberá afrontar tareas cruciales como la abolición de la corrupción en la gestión pública, la simplificación de la burocracia y el otorgamiento de mayores facilidades para empresas e iniciativas productivas.

    El plan estratégico de Cartes es -como generalmente son los planes- interesante y positivo. Los obstáculos suelen comenzar cuando se busca a la gente y se integra el equipo que los llevará adelante. En este sentido, el desafío personal de Horacio Cartes será mantenerse firme en su decisión de formar una “selección nacional” con las personas más capaces, honestas y preparadas, tomando en cuenta solo sus méritos y no su pertenencia partidaria o su lealtad a tal o cual sector o líder político.

    Los mejores programas y planes se convierten en papel mojado si se contaminan con las prácticas y vicios nefastos de nuestra clase política, tan conocidos por la ciudadanía. La hoja de ruta puede generar mucho entusiasmo, pero sin los paraguayos y paraguayos idóneos, con un alto sentido de patriotismo, no servirá de mucho.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/136920–desafios-estrategicos.html

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  12. 15 de Agosto… Te espero
    POR ARTURO RABITO ⋅

    Espero el 15 de agosto, porque ese día marcará un punto y aparte en algunas cosas, en otras solo será unos artificiales puntos suspensivos y negritas para impresionar que es algo distinto.

    Terminará el nefasto gobierno artificialmente impuesto por un golpe de estado parlamentario (mal llamado juicio político). Terminará la payasada a la que se prestó uno de los partidos con más trayectoria de lucha durante la Dictadura Stronista, el Partido Liberal. Se sacarán el maquillaje blanco, la sonrisa roja enorme, la nariz roja de plástico, el disfraz, por supuesto llevándose varios trozos de torta extra para la tía, el abuelo, el primito, etc, de la fiestita que animaron estos meses.
    Viendo la televisión pública de programación limitadamente golpista, tal vez los últimos documentales sobre la dictadura stronista (el gobierno que asume es colorado, el mismo que aún tiene como miembro honorario al dictador stroessner)…

    Mirando rostros y escuchando historias de personajes politicos que marcaron mi infancia con el orgullo de verlos luchar por un país libre, viendo fotos donde recibían los mismos golpes que brindan cada tanto sus policías, ahora desde el poder arrebatado, a quien se manifieste en contra de este gobierno bastardo. Y aun los recuerdo jóvenes idealistas, médicos aún estudiando, abogados recién egresados, liberales, comunistas, febreristas, algunos pocos colorados, exponiendo la vida en cada manifestación, en cada festival, en cada mitin… Los recuerdo vívidamente, y recuerdo la admiración que me producían esas barbas rebeldes, esos gritos libertarios y desafiantes a un poder absolutista y autoritario que nos oprimía entonces en los últimos años de la dictadura…

    Éramos simplemente opositores… Nadie veía diferencias de colores, incluso de ideologías… Aquella masa irreverente de jóvenes tenía un motivo para unirse, un motivo para ser simplemente oposición. En ese tiempo o se era stronista o se estaba en contra con todas sus consecuencias. Yo viví sintiendo esa oposición valiente en mis venas, cantaba “patria querida somos tu esperanza” antes que aprender a cantar “arroz con leche”. Dibujaba manifestantes con pancartas en sus manos, y banderas de todos los colores rodeados de policías con las temidas siglas del terror “pm” (policía militar), en vez de dibujar a súper man o mazinger zeta. Mis héroes eran ellos… Y ese orgullo me unía a ellos incluso sin saber los ideales que defendían.

    Con el golpe de Estado hace un año, apoyado por muchos de esos que habían sido mis héroes de infancia, no solo a mí, sino a muchos, se nos dividió artificialmente el corazón. La dicotomía, la incoherencia de verlos asumir el poder con la misma soberbia de aquél Stroessner al que ayudaron a derrocar. Nadie duda ahora que el pacto de la ultraderecha paraguaya para armar la masacre de Curuguaty, satanizar al gobierno democráticamente electo (llámese gobierno, no Lugo), y fungir de dueños de la voluntad popular, favoreció (como estaba previsto) al sector más maquiavélico del partido colorado (incluído stronistas) de varias maneras.

    Los favoreció fracturando esa identificación de unidad que hizo posible en algún momento una verdadera y valiente oposición. Pyragués siempre existieron, pero al menos se ocultaban, ahora simplemente traicionaron a cielo abierto esa tradición de lucha, de ser oposición, convirtiéndose en una cuasi dictadura.

    Los tanques pensantes colorados, aliados a tanques pensantes internacionales, lograron quebrar esa identificación con un pasado unificador, una lucha común. Nos enemistaron, nos pusieron a pelear como en una riña de gallos, viendo agonizar nuestras fuerzas. Sabían que nadie podría hacer maravillas en un año, y sabían que esa desesperación les haría tratar de llevar cuanto puedan como trofeo a su breve reinado. Sabían que la izquierda seria satanizada, perseguida, pero dejaron que ese trabajo sucio lo hagan los liberales, antiguos aliados… El plan perfecto consumado y sellado bajo un manto democrático de mayoría electoral comprada que nadie podría objetar.

    Espero el 15 de agosto entonces… Porque por fin podremos no perdonar, pero sí dar vuelta la página, reubicar las piezas del tablero, y volver a ser una oposición sino sana, al menos no tan enferma de confrontaciones y acusaciones, que disipan nuestra energía. Podré volver a ver a los malos como malos y a los que fueron buenos alguna vez, no tan buenos ya, pero al menos haciendo el papel de buenos.

    Por ello espero el 15 de agosto con ganas. No por creer en la historieta que un cambio de gobierno (sin cambio de personajes y poderes tras las sombras) realmente nos podrá guiar hacia un “nuevo rumbo”, que por cierto, el calificativo “nuevo”, no es garantía de buen rumbo. El slogan me recuerda a los productos que se exponen en las góndolas de supermercados con colores vistosos y la palabra “nuevo”, que luego al probar el producto uno se da cuenta que lo único que cambió es el paquete.

    Soy totalmente agnóstico a cualquier “nuevo rumbo”, como lo fuí al “Viva Paraguay” que nos deja un Paraguay más bien para revivirlo que vivo. Mi ansiedad por el 15 de agosto entonces no es de esperanza por lo ñembo “nuevo” que se viene. Sino porque por fin volveremos a tener enemigos comunes por lo cual volver a ser una verdadera, valiente, consecuente e insoportable oposición.

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  13. Reflexiones sobre el Paraguay del presente y del futuro
    POR ANGEL SAUÁ LLANES ⋅
    Pensamientos de un paraguayo en el extranjero sobre el próximo traspaso de mando presidencial.

    Desde esta bella ciudad de Estocolmo donde – por misteriosos designios de la Divina Providencia estoy pasando unas bellas semanas de felices vacaciones en compañía de mi familia sueca, no podemos sino hilvanar unas líneas de reflexión sobre los acontecimientos del presente y del probable futuro de nuestra lejana patria paraguaya.

    Y la primera idea que aflora en la mente ante el inminente cambio presidencial a realizarse el próximo 15 de Agosto, es el temor de una peligrosa regresión política consistente en una suerte de funesta restauración de un “stronismo sin stroesner”

    Las primeras manifestaciones programáticas del neo presidente electo parecieran avalorar semejante temor: dura represión de la divergencia política, entrega incondicionada de la economía nacional a los magnates del agro-negocio, aislamiento internacional esteril en el contexto regional y proseguimiento de la política de expoliación de bienes del estado al servicio de correligionarios y amigotes , eficientemente inicia-do por el hambriento Presidente Golpista que le consignará el bastón presidencial. El “pacto azulgrana “ recientemente firmado así lo hacen lastimosamente presagiar .

    La segunda idea que emerge en la mente es más positiva y de contornos menos pesimista. Ella consiste en la fundada alegría motivada por la emergencia en el panorama nacional – por primera vez en su joven historia de una miríada desparramada pero consistente “mentalidad progresista“, que se manifiesta a través de nuevos partidos políticos, movimientos sociales, iniciativas culturales, cooperativas económicas , etc, que se conectan autónomamente entre ellos y transmiten por modernos medios informáticos libre de las mentiras y de las patrañas de ABC y otros medios reaccionarios de información local.

    Todas estas nuevas “realidades progresistas” deberán madurar gradualmente en estos próximos años de probable regresión política, sin desaliento ni cobardía, trabajando incansablemente en la construcción de un programa político, social y económico, alternativo al programa vende patria de la actual reacción de regreso, que mire a un autentico desarrollo al servicio del pueblo y para el pueblo y no al servicio de una minoría insaciable, opulenta y privilegiada.

    El tercer pensamiento que brota en la mente se dirige a los compatriotas del “Paraguay de la diáspora“ desparramados por el mundo y quienes como el autor de estas líneas, a pesar del tiempo y de la distancia , nunca han dejado de amar entrañablemente a la sagrada “ tierra guaraní “ que los vio nacer. A todos ellos les invito a no desalentarnos. Continuemos luchando y combatiendo por un Paraguay mejor.

    El Gobierno del Cambio siniestramente depuesto en Junio pasado fue el primer gobierno paraguayo que se ocupó seriamente de la migración política, social y económica de nuestra historia. Probablemente en los próximos años nos reencontraremos nuevamente en la orfandad de los años precedentes. No importa. Continuemos reorganizando nuestras Asociaciones y Colectivos en los diversos países del mundo. Continuemos comunicándonos mutuamente entre nosotros y entre los parientes y amigos de nuestra lejana patria con el fin de continuar construyendo con la “batalla de las ideas” un Paraguay Nuevo, solidario, democrático y progresista, que se integre con “frente siempre erguida” en las filas de los otros países del continente latino-americano que están construyendo victoriosamente la “Patria Grande” que soñaron nuestros valientes libertadores.

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  14. Privatización y Estado policial, las claves del consenso cartista
    POR PAULO LOPEZ ⋅
    Militarización y “apertura al sector privado” son las matrices del programa de gobierno del presidente electo.

    El programa para los primeros 100 días de gobierno del presidente electo, el recién converso al coloradismo Horacio Cartes, y el plan específico para los departamentos de Concepción y San Pedro identifican claramente que las líneas maestras de su gestión serán el remate de los bienes públicos con las privatizaciones y un Estado militarizado con el poder de fuego como principal argumento.

    Ahora bien, al considerar su rechazo al impuesto a la exportación de soja es posible deducir a qué se refiere cuando habla de ubicar al Paraguay entre los “más eficientes productores de alimentos a nivel mundial”: exención de impuestos a un modelo que sobreexplota los recursos naturales y aporta poco empleo, entre otros factores, como su avance en detrimento de la producción de rubros alimenticios, tal como lo registran numerosas investigaciones sobre la correlación entre el avance del monocultivo y el retroceso de la producción de las variedades destinadas a la nutrición humana.

    Del total de 8 líneas estratégicas, entre generalidades como lograr “consenso político y ciudadano sobre visión de largo plazo, y una inserción internacional plena y con dignidad”, lo sustancial se refiere a “afianzar bases para lograr mayor incorporación de la inversión privada”.

    Asimismo, su “agenda de transición” está repleta de referencias reiterativas a privatizaciones y otras medidas subyacentes, como las tan mentadas inversiones extranjeras, que bajo fuertes privilegios impositivos, precarización laboral y otras prerrogativas acumulan grandes utilidades que terminan migrando hacia sus centros de origen sin dejar mayores réditos al país:

    “Atención profesional de potenciales inversionistas locales e internacionales; revisión de todos los proyectos en carpeta para replantearlos y hacerlos atractivos a la participación privada: de micro a macro proyectos; revisión de la situación económica y patrimonial de las empresas del estado, y su contribución al PIB; identificación de macroproyectos energéticos y de conectividad de interés para la participación privada; puesta en marcha del marco jurídico de las asociaciones público-privada (APPs)”.

    También promete “transparencia sobre la situación fiscal recibida, cantidad de funcionarios y sus métodos de contrataciones recientes”.

    De hecho, antes de asumir Cartes ya ha solicitado la nómina de funcionarios, su antigüedad y si se encuentran sindicalizados, dejando en claro que gerenciará el Estado como si se tratara de su empresa particular, combatiendo el derecho a la organización sindical.

    En una parte de la presentación de su programa se quedó sin eufemismos y admitió que rematará y agobiará al país con deudas, aunque de manera “responsable”.

    “Presentación de macroproyectos para participación privada en infraestructura vial, ferroviaria, portuaria, aeroportuaria y energética; plan de obras de infraestructura a ser realizados por el Estado con financiamiento cierto; revisión, compilación y adecuación del marco legal para dar previsibilidad a las inversiones nacionales y extranjeras, para poder formar sociedades y operar en el país en el menor tiempo posible, trabajando con gobiernos locales para facilitar trámites para hacer negocios en el país y endeudamiento responsable”.

    “El win-win”

    Cartes apela para construir su consenso a la remanida fórmula de que “ganamos todos” con la máxima del “win-win”. También adelanta que recortará las prestaciones condicionadas y, sin hacer mayores especificaciones, promete “excelencia educativa”.

    “Trabajo conjunto con los operadores privados buscando consenso y situaciones ‘win-win’; apoyo a la pequeña finca campesina para su inclusión en cadenas de producción (recomposición de suelo, fertilización, riego, productividad y comercialización); medición de los beneficios objetivos del Teko Porá y revisión para mejor utilización; apoyo decidido del gobierno a iniciativas privadas orientadas a negocios inclusivos de gran impacto localizadas en zonas con altos niveles de pobreza rural; reestructuración del Ministerio de Educación, para llegar a una excelencia educativa, optimizando los recursos humanos y financieros”.

    Entre otros resultados, el programa pretende concretar un “crecimiento del PIB en niveles promedios de 6% – 7%, aceleración de la inversión productiva (en torno al 24% del PIB), generación de hasta 120 mil nuevos empleos por año; disminución significativa de la pobreza rural y erradicación del hambre”.

    Su ortodoxia financiera llega a grados tales que sin disimulo se remite a políticas económicas desacreditadas por el desempleo y recesión que generan, como la austeridad, que está causando estragos en Europa.

    En cuanto a fuentes de generación de ingresos, se citan “mayor recaudación del IVA” y “revisión del valor imponible del Impuesto Inmobiliario”.

    De esta forma se seguirá cargando la manutención del Estado a costa del consumo de los sectores con menores ingresos al tiempo de seguir exonerando de impuestos a los agroexportadores. Los temas claves de la agenda de Aldo Zuccolillo no podían faltar, como la revisión del impuesto inmobiliario. En lugar de concentrarse en un impuesto a la tierra y a las grandes propiedades, se quiere aumentar el impuesto inmobiliario urbano para obligar a personas de menores recursos a vender sus propiedades a grandes firmas como Inmobiliaria del Este y otros especuladores del sector.

    En tanto, sobre un tema tan relevante como el transporte dice apenas que tendrá una “decidida intervención en los sectores de transporte público y combustibles”.

    El poder de fuego

    En cuanto a la política de seguridad se deja sentado claramente que se reforzará el poder de fuego en lugar de profesionalizar a los cuerpos policiales y militares en prácticas no lesivas de los derechos humanos.

    Un nombre propio de un operativo militar lleva el contingente dirigido especialmente a los departamentos de Concepción y San Pedro, la Coordinadora de Acción Integral Conjunta (Caico), que tendrá a su cargo ejecutar el “Plan de acción integral conjunto del gobierno en los departamentos de Concepción y San Pedro”.

    El diseño de este plan habría sido el objetivo de un trabajo en el terreno realizado en San Pedro, Concepción y Amambay por agentes del Mossad (Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales de Israel), custodios y asesores de seguridad de Cartes. En este marco se reforzará la fuerza represiva con “elementos de operaciones especiales, elemento de inteligencia y operaciones, elementos de identificaciones, elementos de sanidad”.

    Cartes saluda a un agente del Mossad. Foto: Fan page de Horacio Cartes.
    Así, se establece que “las fuerzas policiales y militares serán los coordinadores del programa de combate a la pobreza” y de llegada de los ‘servicios públicos’ en dichas zonas.

    En estricto orden jerárquico, los miembros están dispuestos de la siguiente forma: encabeza el componente militar, secundado del policial y, por último, seguidos por el resto de los entes estatales, a su vez comandados por los ministerios del Interior y de Defensa. Posteriormente siguen los demás ministerios, las binacionales, Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco), etc.

    No ahondaremos en la función asignada a cada cartera, pero es un dato revelador del protagonismo de las fuerzas bélicas que estas estarán involucradas incluso en las “reparaciones de las infraestructuras sanitarias existentes en la zona”, junto con el Ministerio de Salud.

    “Armados hasta los dientes”

    El componente militar tendrá además, sin perjuicio de sus funciones inherentes, “apoyar y asistir a la población civil (atención médico, odontológica) y coordinar con elementos de sanidad de los Componentes Militar y Policial”.

    Por su parte, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) estará encargado apenas de idear proyectos para que el “sector privado” los lleve a cabo. “Preparar proyectos de asentamientos de pequeñas industrias y presentar a las cooperativas, comités, y al sector privado para su ejecución”, postula el documento.

    En la implementación de estos planes el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) queda relegado al lugar marginal de “gestionar el apoyo internacional, para el financiamiento de los diferentes proyectos”.

    Entre las pretendidas finalidades de este operativo de guerra encubierto se citan el de “incrementar el nivel de seguridad de la población, disminuir los índices de delincuencia y criminalidad, mejorar la infraestructura vial, de instalaciones educativas y de atención a la salud del sector público y elevar los niveles de atención a la salud de la población”.

    En las acciones sectoriales aparece nuevamente la trinidad encabezada por el “componente militar”, seguido del policial y los demás entes estatales.

    Puede observarse de manera patente que el actor principal de este programa serán los militares, que estarán encabezando todas las áreas, llegando su esfera de acción incluso a la atención odontológica.

    No podemos concluir sin mencionar las estrategias previstas en un tema espinoso para Cartes como el narcotráfico. La Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) estará asignada a “localizar y eliminar cultivos de marihuana; identificar y destruir pistas de aterrizaje clandestinas, en coordinación con la DINAC y con el componente militar, ofrecer asistencia integral para el cultivo de rubros alternativos, en coordinación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería, y ejercer un control permanente, coordinado y estricto sobre el transporte y comercialización de drogas prohibidas”.

    Más allá de la mera expresión de deseos de impulsar la agricultura familiar y el empleo, los ejes más importantes se refieren a temas militares y privatizaciones. De esta manera queda de manifiesto qué destino tomará el “nuevo rumbo” al que Cartes pretende dirigir al Paraguay: un Estado fuertemente pertrechado y presto a subastar los bienes públicos a favor de los grupos económicos concentrados.

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  15. ¿Por dónde empezar?

    Por Gonzalo Quintana (*)

    Pocos países serán más gobernables, ni tendrán gobierno más tranquilo, que el nuestro cuando se hace todo a la vieja usanza.

    Sin embargo, suponiendo que el nuevo rumbo no se trata de un esfuerzo por hacer un maquillaje grotesco del pasado para hacerlo momentáneamente viable y que de verdad representa una idea de cambio profundo y general, me atrevo a pensar que el Gobierno tendrá tres grandes momentos que se presentarán según elija como empezar.

    Tengo la impresión de que el señor Cartes tiene un programa focalizado en el crecimiento económico y el desarrollo. Supongo, que la transición y los primeros 100 días están pensados como la base, los cimientos para el proceso, para el nuevo rumbo.

    No existe peor programa de gobierno que aquel que es políticamente inviable. La gran tarea política es: primero evitar el aborto del proyecto, segundo consolidarlo, y finalmente darle un buen ritmo una vez que esté sólidamente instalado.

    El presidente electo puede elegir comenzar su gobierno desde la retribución y la cooptación. O puede iniciarlo desde la imposición y la confrontación.

    En cualquiera de los casos, dadas las características y la calidad de nuestra política habrá un momento de gran crispación, inclusive de crisis. Siempre y cuando la idea del cambio sea la dominante.

    Desde esa crisis tendremos el rumbo definitivo, no en los primeros 100 días. Vuelvo a repetir, si es que el nuevo rumbo representa de verdad el cambio que todos proponen, pero que nadie se comprometió y gestionó de verdad, hasta ahora.

    Si el presidente eligiera iniciar el gobierno desde la imposición, la confrontación es inevitable porque quiere decir que sus decisiones estarán orientadas por estrictos criterios técnicos y con pocas concesiones al stablishment. Su ventaja es que tendría la fuerza del poder que le da la expectativa de la gente, así se gana una carrera de velocidad. Pero, sostener el cambio es una carrera de resistencia.

    El riesgo adicional es que al presidente le puede dar la sensación que puede hacer lo que quiera, y eso ya nunca será así en nuestro país, felizmente.

    Lamentablemente o no, en la política el jefe no tiene las mismas posibilidades que el patrón. A este cuando no le gusta un empleado lo despide, le indemniza y san se acabó. Con el jefe político, por el contrario, no termina sino que empieza un frente de batalla permanente.

    Si empezamos por acá, la crisis se generará pronto. Deberán saltar los primeros fusibles para proteger la instalación principal, se harán concesiones importantes al pasado, pero bien administrada la crisis se puede reimpulsar el rumbo hacia los cambios necesarios.

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  16. Desde la cooptación y la retribución

    Por Gonzalo Quintana (*)

    Decía en la anterior entrega: “HC puede elegir comenzar su gobierno desde la retribución y la cooptación. O puede iniciarlo desde la imposición y la confrontación”… “Si el Presidente eligiera iniciar el gobierno desde la imposición, la confrontación es inevitable porque quiere decir que sus decisiones estarán orientadas por estrictos criterios técnicos y con pocas concesiones al stablishment.

    Su ventaja es que tendría la fuerza del poder que le da la expectativa de la gente. El riesgo es que le puede dar la sensación que puede hacer lo que quiera”.

    También, el presidente electo puede empezar su gobierno de una forma típica. Puede nombrar en la administración a la gente que le llevó a la Presidencia. Puede hacerlo motivado fundamentalmente por el sentimiento de reconocimiento al esfuerzo y al aporte realizados, actores políticos y de otros sectores, para llegar a tan alta magistratura. Todos le estarán recordando estas circunstancias.

    Este inicio le dará una aceptable tranquilidad para desarrollar alguno que otro programa clave de “su nuevo rumbo”, repito si el nuevo rumbo implica cambios generales y profundos. Es decir, un rumbo hacia una transformación política que haga distinto el funcionamiento del Estado y el comportamiento ciudadano.

    Con esta opción, la ventaja es que le dará tiempo para ir cooptando, negociando e incorporando gente en las distintas estructuras de poder para avanzar con pleno control del proceso.

    Los cambios fuertes pueden producir desbandes si no están bien trabajados. El látigo, cuando los animales ya están nerviosos o asustados, no sirve más que para provocar estampidas. En esas condiciones no hay control de daño posible.

    El riesgo enorme, la desventaja, es que perderá la credibilidad. También perderá la confianza de grandes sectores de la población con expectativas de cambio, de que pueda domar a las fieras. Siempre, repito que él no sea uno más de la jungla.

    De hecho, se empieza a notar preocupación y hasta decepción con las primeras medidas de impacto adoptadas por el presidente electo con relación a los actores políticos. Insistentemente se escuchan voces que advierten o reprochan el encumbramiento de aquellos que son considerados “hombres escombros”.

    A mí me molesta pero no me preocupa tanto, por ahora. Le decía a un amigo que los escombros bien utilizados y para ciertas construcciones sirven como cimiento. Siempre, claro está, que el arquitecto y constructor tenga clara conciencia del proyecto y del rol de esos materiales y de esa etapa.

    Pero, desde la misma manera que con la otra alternativa, llegará un momento en que el ritmo, la velocidad con que se producen los cambios generarán decepción y la paciencia empezará a agotarse.

    En ese momento los fusibles instalados como formula transaccional con el stablishment deben saltar para proteger la instalación más importante y permitir relanzar la propuesta del nuevo rumbo, el rumbo distinto.

    En síntesis y hasta aquí. Si el Presidente empieza por la verticalidad y cierto nivel de autoritarismo que no contemple los intereses de los actores políticos imponiendo programas y actores sin mucho consenso hay que prepararse para una crisis que solo se saldrá con concesiones al pasado.

    Si optara por la retribución y repartos, pero reservándose la gestión de algunos programas claves, blindando, protegiéndolos de los intereses subalternos, en algún momento los cambios serán menos espectaculares, pero se podrá provocar la crisis en el momento adecuado para que salten los fusibles y se instale el equipo definitivo que marcará contundentemente el nuevo rumbo.

    Esta situación la tendrán todos los gobiernos siempre que no se construya una fuerza de cambio con suficiente poder para soportar los procesos.

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  17. Obras públicas y política exterior

    El plan estratégico del gobierno de Horacio Cartes publicado recientemente por La Nación merece un análisis detallado. Vale la pena destacar dos puntos de los muchos que aparecen en el documento: las obras públicas y la política exterior. En ambos campos existen urgencias y proyectos postergados y es imperiosa la intervención del Gobierno Nacional.

    El impulso a las obras públicas tiene el doble efecto positivo de concretar proyectos de infraestructura largamente postergados, por un lado, y de la creación masiva de puestos de trabajo, por otra parte. La construcción –es una característica que comparte con la industria– es un sector que puede emplear a gran cantidad de personas, ya sea mano de obra calificada o jornaleros.

    El asunto central de la economía paraguaya es la generación de empleo. Con un sustancial incremento en la cantidad de mano de obra ocupada se logran beneficios globales que van desde la dinamización del mercado interno y la elevación del consumo hasta la formalización de la economía. Es fácil deducir entonces que el estímulo a la construcción –en el caso del Estado, a través de las obras públicas– representa beneficios para el conjunto de la economía.

    En materia de obras públicas resalta en el plan estratégico del gobierno entrante el inicio del programa de agua y alcantarillado pluvial y cloacal más importante en la historia del país. En este último punto existe un lamentable retraso en nuestro país. La más mínima lluvia pone en evidencia las terribles deficiencias del desagüe pluvial. La circulación de los vehículos se vuelve prácticamente imposible en muchas de las principales arterias, en tanto que existen barrios enteros que quedan aislados por el anegamiento de las calles y los raudales. Las tormentas más copiosas simplemente hacen colapsar la ciudad, demorando o deteniendo la normal actividad de los ciudadanos.

    Por el lado del alcantarillado sanitario y del tratamiento de aguas negras la situación no es muy diferente. Es mínimo el alcance de este servicio en Asunción y el Área Metropolitana y resulta inexplicable que se apruebe la construcción de grandes edificios de oficinas y de departamentos –que proliferan hoy en nuestra capital y alrededores– sin que esté garantizada la deposición de las aguas de desecho. El desagüe pluvial y el alcantarillado sanitario son pues obras fundamentales que deben figurar entre las prioridades de las autoridades nacionales que asumirán a partir del 15 de agosto.

    Otro tema que el gobierno de Horacio Cartes deberá afrontar de inmediato es la fundación de una política exterior renovada, con una visión estratégica y con solvencia técnica. El plan del gobierno entrante declara la necesidad de una “inserción internacional plena y con dignidad”. Este debe ser el propósito de la política exterior paraguaya.

    En este sentido, sería necio negar la importancia que el Mercosur tiene para el Paraguay y su economía. Pero sería aún más equivocado pretender que la estrategia de relacionamiento de nuestro país con el mundo se limita exclusivamente a esta iniciativa de integración regional, que no se puede apartar ni un milímetro de lo que se resuelva en el bloque. Brasil y Argentina dan muestras frecuentes de cuán dispuestos están a interpretar los acuerdos de integración en función de sus intereses particulares. Es fundamental diseñar e impulsar de inmediato nuevas estrategias comerciales, con la búsqueda de nuevos mercados, aliados y fuentes de inversión.

    Esto solo será posible sacando a la política exterior del ámbito de las peleas partidarias y dejándola en manos de profesionales y técnicos.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/136999–obras-publicas-y-politica-exterior-.html

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  18. EL PAIS QUE NOS ESPERA (I)
    AUGUST 12, 2013
    CHIQUI AVALOS
    1-paraguay-cartesEn el 2008, el Partido Colorado perdió por la soberbia y megalomanía de su conductor: Nicanor Duarte Frutos; el gobierno que le sucedió dio inmediatas señales de su ineptitud para liderar, la ausencia de una dirección única, y sobre todo la absoluta ignorancia, y desinterés de Fernando Lugo en las cosas del Estado, canjeándolas por una vida rumbosa,desvergonzada, y con otros objetivos muy lejanos para los que fue electo. Mediante un juicio politico que debió hacerse mucho antes, aunque no estaban dadas las condiciones, fue desalojado del poder y lo aceptó aunque mas tarde fiel a su conducta zigzagueante intentó volver con la orfandad de sus propios seguidores, que no “llenaron las plazas para defenderlo” sino simplemente se convirtieron en espectadores pasivos del derrumbe.

    Le sucedió constitucionalmente Federico Franco,en quien habia depositadas algunas esperanzas por posturas firmes durante su Vicepresidencia, dando la impresión de coherencia en varios hechos. No pasó mucho tiempo para que fuera atacado por “el mal del poder” aquel que se diseñó para el saqueo de las arcas públicas en solo 14 meses. Su pusilanimidad al frente de un cargo que le quedaba grande se hacía mas visible cuando quedó prisionero de grupos económicos, intereses comerciales, y hasta de su propia familia. Las acusaciones y pruebas de corrupción no solo le restaron prestigio (si es que tenía alguno) sino provocó la derrota del PLRA en las elecciones. Una situación que a la distancia y desapasionadamente parece ya acordada teniendo en cuenta la postura de dividir el poder, que jamás ejerció, en una fuerza tricéfala repartiéndose los beneficios, planilleros etc. de acuerdo a tres grupos: El de Blas Llano, ocupado en recaudar; el de Franco como un espectador de la escandalosa rapiña que no solo prohibió sino alentó, y Alegre, quien jamás tuvo el apoyo de otros dirigentes mas ocupados en meter la mano en la lata como Silva Facetti en IPS,Sergio Escobar en PETROPAR, que en respaldar una candidatura que consideraban imposible.

    Esos dos gobiernos impresentables resucitaron el poder del formidable entusiasmo de la ANR. Si bien ya se habian recuperado de la derrota de la mano de Lilian Samaniego, quien tuvo el valor de reagrupar los pedazos de coloradismo que restaban mientras los mariscales de la derrota desaparecían y se desligaban como Duarte Frutos o Castiglioni, apareció providencialmente Horacio Cartes, quien con su poder económico interminable apuntaló las bases de ese proceso, consiguiendo el retorno al Palacio, y la convicción ciudadana que los cambios (Alianza y PLRA) habian resultado mas inútiles, prefiriendo el mal menor. O como lo definiría el filósofo Blas N. Riquelme con sabiduría campechana al aceptar la candidatura de Wasmosy “No es lo mejor que hay, pero esto es lo que tenemos”.

    AHORA CARTES

    No es un secreto para nadie que escribí un libro “La otra cara de HC”, en la que conté la historia documentada de los hechos ocurridos en el pasado. No me desdigo de una sola linea del mismo. Es mas, jamás han podido cuestionarlo porque está basado en sólido material obtenido aqui y en el exterior. Pero, ello no me impide – como ciudadano- y sin rencores, hacer un análisis de lo que puede suceder durante su gobierno, o por lo menos una aproximación a las condiciones en las que se va a desarrollar en los primeros días.

    Cartes encuentra un país potencialmente rico ,con crecimientos estimados hasta en un 13%, y con el apoyo de los principales productos de exportacion como la soja, la carne y otros, a lo que habrá que agregar esta feliz coincidencia de construcciones, edificios, lo que brindará un impulso a la economía que buscará sostener un crecimiento necesario para el despegue ( 7 u 8% al año). No dudo que alguien con mucha iniciativa y conocimiento empresarial pueda dinamizar esos aportes y llevarlos a términos de excelencia.

    Por contrapartida, deberá enfrentar otros problemas. Recibe un país destartalado financiera y hasta en los cuadros públicos, por la ausencia de controles que permitieron una corrupción galopante y que llevó al Estado a situaciones casi similares a las de Gonzalez Macchi en el 2003 cuando un ordenado trabajo de Dionisio Borda y su equipo evitó el défault.

    El presidente electo está cumpliendo algunas promesas que siempre existieron pero jamás se cumplieron, cambiar a los politicos por técnicos en una inteligente acción sugerida por sus asesores. Con algunos problemas que superar. En primer lugar la ya anunciada oposición de dirigentes de la ANR acostumbrados al clientelismo, a poner a sus hombres en sitios claves para recaudar, y absolutamente perdidos del proyecto que se les ha impuesto.

    La presión que sufrirá por estas circunstancias será muy recia a medida que pase el tiempo. Y mas que su temple para enfrentar tormentas, deberá apelar a otro procedimiento, el del dialogo, negociación para evitar alguna crisis mayor. El otro problema es que la gente electa tiene el conocimiento del manejo de la cosa pública, pero no su ejecución que depende de correligionarios anquilosados de años, una estructura lenta ( deliberadamente) y ahi puede trabarse el engranaje que precisa de la dinamización para lograr los objetivos previstos en materia de crecimiento.

    En otras palabras, los mayores adversarios de esta modernización, cuyas intenciones se notan, serán justamente aquellos que reclaman haber contribuido para el triunfo en las urnas con la movilización de su gente, pero que no tienen la retribución que acostumbraban en cargos,beneficios extras,liberalidades, contrabando, corrupción etc.

    AÑO DE PRUEBA

    La oposición no existe. El PLRA ha optado por sumarse a la ” gobernabilidad” a sabiendas que en esta obra solo puede trabajar de partiquino y se conformarán con las migajas que sobren del banquete, posibilidad que quizá ya haya estado prevista en los 14 meses de luz verde que se les ha dado para todo lo que hicieron, sabiendo que no podían ganar la elección,y operaron todo lo posible internamente para que ello ocurriera, por mas que el PLRA de la mano de Efrain haya superado la marca histórica de mas de 800.000 votos.

    De manera que, curiosamente los principales adversarios serán justamente los propios colorados. De la mayor o menor habilidad de los interlocutores representando a Cartes, dependerá que se conviertan en aliados, o disconformes ( como ya lo han mencionado algunos grupos) se embanderen en la vereda de enfrente pero no por razones ideológicas sino simplemente económicas.

    Un viejo caudillo salió de una reunión hace dos semanas sin estar convencido del mensaje. ” Todo está muy bien, ganamos las elecciones, pero no mandamos.¿ Como le explico eso a mi gente?

    Por ahora las señales emitidas por el Presidente son auspiciosas, con un gobierno moderno, achicando el Estado, superando el deficit fiscal, creciendo ordenadamente, y manteniendo técnicos en lugar de políticos. Se trata de imponer un modelo diferente al que rigió durante los 60 años de permanencia colorada en el poder. Cambiar la mentalidad de la gente, y que ello se cumpla.

    Cartes, hay que reconocerlo, ha dado suficientes muestras de su exitosa experiencia empresarial en varios sectores de la vida económica.

    El problema es ¿le dejarán hacer lo mismo en la politica?

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  19. La era Cartes, examen para la ANR

    El jueves Paraguay inaugura una etapa en su vida democrática: asume el nuevo presidente que gobernará hasta el 2018.

    Desde la caída de la dictadura en 1989, han pasado 7 presidentes, cuando debían ser solo 5 si no se interrumpían los procesos. La euforia post-stronista unge presidente al general colorado Andrés Rodríguez, quien gobierna hasta 1993. En la primera lucha política más o menos equitativa ente colorados y opositores, el empresario colorado y primer outsider Juan Carlos Wasmosy gana las elecciones. En 1998 lo suple el empresario Raúl Cubas luego de una crisis interna colorada que dejó fuera de carrera a Lino Oviedo. Este gobierno se interrumpió con la crisis de 1999 tras el asesinato del entonces vicepresidente Luis María Argaña. Completa el mandato el senador colorado argañista Luis González Macchi. En el 2003 se repite la victoria colorada con Nicanor Duarte Frutos quien gobierna hasta el 2008, fecha histórica por la victoria del ex obispo Fernando Lugo, que marca un punto de inflexión porque rompió la racha de gobiernos colorados. Su era tiene un abrupto final con el juicio político en junio del 2012, que lo destituyó del cargo completando el periodo su vicepresidente, el liberal Federico Franco. Este hecho derivó en una crisis internacional con la sanción del Mercosur.

    El jueves asume el poder el magnate Horacio Cartes, el salvador del Partido Colorado, que posibilitó su retorno al poder.

    los desafíos. Como decíamos en comentarios anteriores, Cartes ganó cómodamente las elecciones con un discurso casi anticolorado con fuertes críticas a la corrupción política. Ungido por los votos, hoy se enfrenta a sí mismo. ¿Podrá gobernar dejando con hambre a los viejos zorros del partido que han sustentado su liderazgo en las viejas prácticas políticas?

    Antes y después de las elecciones repitió hasta el hartazgo que sí. Con brutal honestidad una vez dijo que si el dinero es problema con los dirigentes colorados, “sacaré dinero de mi bolsillo; les voy a decir: dame 6 meses que arranque el barco hermano. Tendré que aguantar la tropa con recursos míos”. Ese día en que tiene que batallar contra sí mismo por su inexperiencia política y dominar los instintos básicos de la clase política empieza el jueves.

    Los desafíos inmediatos que debe enfrentar el nuevo gobierno son:

    Liderazgo y ANR. La era que se inicia el 15 es un examen para un outsider que llegó a lo más alto la política en tiempo récord, pero sobre todo para la ANR. Por ello, en principio es lógico señalar que en este nuevo gobierno el desafío es para ambos.

    Cartes debe demostrar que es capaz de transmutar su liderazgo empresarial al ámbito político.

    El Partido Colorado sabe que su futuro depende de sí mismo y que no debe acotar sus viejas prácticas. Está obligado a acompañar al hombre que los sacó de la llanura. La duda es si superará su instinto o fiel a su naturaleza dinamitará esta segunda oportunidad y terminará como la fábula del Alacrán y la rana.

    El primer examen de Cartes es la elección de su gabinete que reflejará el triunfo o la capitulación de su discurso que generó expectativas muy altas. Luego viene lo más difícil: la gobernabilidad, que dependerá de su liderazgo. Para evitar errores debe mirar la gestión de Wasmosy y Lugo.

    Por ahora tiene a su partido y a la oposición dispuestos a tenderle la mano para ejecutar sus planes. Es un tiempo de oro que debe aprovechar al máximo.

    la pobreza. El 49 por ciento de la población está en situación de pobreza. Esta es la contracara de un crecimiento económico admirado en la región. ¿Cómo lograr la ecuación de crecimiento con equidad para disminuir la pobreza? ¿Cómo lograr la eficiencia de un estado paquidérmico, ineficaz y una clase empresarial con reticencia a pagar más impuestos?

    En este capítulo está la reforma agraria, un tema ausente en los planes cartistas a pesar de la desigualdad. Datos del censo certifican que el 1% de los propietarios reúne el 77% del área productiva. No es un tema menor. La lucha por la tierra tiene color sangre y provocó una crisis que arrastró un gobierno.

    MERCOSUR. La destitución de Lugo convirtió nuevamente en realidad la visión roabastiana de una isla rodeada de tierra. La sanción regional aisló al país y abrió una grieta diplomática que hasta hoy no logra cerrarse. De ser un ferviente mercosureño con visión pragmática, Cartes dio un giro y se posicionó en la tesis del rechazo a la incorporación de Venezuela, un hecho consumado para el resto del bloque que parece que no dará el brazo a torcer. Este es el nudo que hasta hoy las negociaciones no logran desatar.

    Nueva era o más de lo mismo. La ANR, de la mano de Cartes. Horacio Cartes, de la mano de la ANR, tiene la oportunidad de demostrar que juntos pueden hacer un buen gobierno o repetir la vieja historia de corruptos y mediocres.

    Los millones de ciudadanos que no pertenecen a la clase privilegiada, tienen la esperanza de una gestión honesta, transparente, eficaz, que proteja a los más vulnerables.

    Paraguay necesita un estadista.

    Paraguay lo merece.

    Por Estela Ruíz Díaz

    http://www.ultimahora.com/la-era-cartes-examen-la-anr-n712273.html

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  20. ¿Dónde está la fuerza del cambio?

    Por Gonzalo Quintana (*)

    La capacidad de generar cambios sustantivos, de esos que de verdad dan a la sociedad un rumbo distinto, requiere por un lado de un liderazgo fuerte, contundente, y de un acompañamiento decidido, comprometido, de por lo menos algunos sectores organizados de la comunidad nacional.

    El liderazgo fuerte es el construido sobre el carácter. El liderazgo fuerte es el virtuoso que motiva positivamente. Con este tipo de liderazgo la gente hace mucho más de lo que se le requiere porque está convencida de una causa. En este caso, la sumatoria de esfuerzos individuales da un resultado mucho mayor que la agregación de resultados individuales porque el conjunto, el equipo, rinde mucho más.
    Hemos confundido con demasiada frecuencia fortaleza con prepotencia, y autoridad con autoritarismo. Este comportamiento es el del jefe, del tendota, que establece una relación de mando y obediencia. Típica motivación negativa. Se hacen las cosas por temor a la sanción y no por la convicción. En estas circunstancias se pierde todo el potencial de la mejor gente. En este caso, el techo de la gente que puede volar muy alto es el propio escaso vuelo del director técnico.

    El liderazgo positivo necesariamente es virtuoso. Me parece que son 4 las virtudes principales, cardinales. Dos en el eje de dirección y dos en el eje del movimiento.

    En el eje de dirección tenemos la templanza como base y la justicia como destino.

    Desde la templanza se toma el rumbo hacia la justicia. La templanza es la virtud que permitirá resistir los ataques y tentaciones para no salirse del rumbo, para no sucumbir y para saber distinguir entre el deseo personal y la causa colectiva.

    La justicia es un bien superior de toda sociedad. Dar a cada uno lo suyo, en síntesis. Tratar a todos por igual sin considerar su aporte y esfuerzo no es equitativo; es fundamentalmente injusto.

    En el eje de movimiento tenemos a la Fuerza, sin ella no podría moverse nada, y la prudencia, que es la que indica a qué ritmo, a qué velocidad se puede o conviene moverse en cada circunstancia. Se puede tener una Ferrari con capacidad de andar a 400 km por hora, pero si la pista no está en condiciones lo más probable es que se estrelle.

    El líder, el conductor, sabe para dónde ir y con quién para no salirse del rumbo y a qué velocidad avanzar para evitar accidentes o atascamientos.

    En la política, las discrepancias son normales y permanentes. Contradecir (decir lo contrario que otra persona) con frecuencia resulta necesario justamente para evitar contradicciones (Afirmación y negación que se oponen una a otra y no pueden ser verdaderas a la vez).

    Cuando alguien se disgusta porque se le contradice, estamos en presencia de la soberbia, una de las características del jefe con motivación negativa.

    Cuando alguien administra las contradicciones, estamos en presencia de un líder positivo.

    Los grandes cambios solo se logran con liderazgos positivos. Los que seducen, los que construyen consensos y solo confrontan no para demostrar poder sino que como último recurso para evitar salirse del rumbo.

    Precisamente, el poder del líder para cambiar estará en el carácter, en la sabiduría no en el bastón de mando. El “omandakuaa”, que antes generaba temor, debe tener un significado distinto porque genera esperanza.

    El temor y la esperanza son los dos sentimientos que mueven el mundo. El temor paraliza y violenta. La esperanza convoca, genera optimismo y mejora las relaciones en la sociedad.

    Pronto sabremos si estamos en el rumbo correcto.

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  21. El Mburuvicha

    Una nueva etapa política comienza en Paraguay y deberíamos preguntarnos cuánto nos involucramos para que este gobierno asuma y qué tipo de cambio deseamos tanto los que votaron por Cartes, los que dicen no haberlo votado pero a la postre confían en él, los que lo repudian y hasta los que ignoran sus propios deseos. Si bien el voto es decisivo, no es lo esencial; aquí es donde falta el trabajo que ningún gobierno hizo: crear bases de educación política para generar capacidad común de desarrollo.

    La mayoría de las personas ya no confía en las instituciones políticas actuales, porque los intereses personales y grupales han hecho de ellas un antro de propagación de males, un “premio gordo” para unos cuántos que se arreglan la vida robando, sin el más mínimo temor a que en algún momento se les obligue a devolver lo que no les pertenece; totalmente relajados, estos delincuentes hasta reciben condecoraciones. Magnates politiqueros construyen mansiones, aumentan sus propiedades, se van de vacaciones donde quieren, mandan a sus hijos a estudiar a las mejores universidades del mundo, mantienen amantes y hacen rekutu. Esto es lo que las personas honestas no quieren más.

    Jóvenes de la ANR proponen “coloradizar” el país durante estos días; olvidándose de que la ética de su partido sigue anémica, sus más fanáticos afiliados postean frases como: “Volvemos al poder, reviente quien reviente”. Por su parte, los demás partidos, alianzas y movimientos solo echan más rencillas y disputa de intereses. Mucho polvo para sacudir del escritorio en Mburuvicha Róga. Por cierto, el presidente electo debería tomar en consideración la opinión virtual que se vierte acerca de sus futuros ministros.

    Horacio Cartes no maneja el discurso con habilidad, no es su fuerte la palabra, pero los que lo califican de exitoso empresario aseguran fervientemente que sin hablar puede manejar el país mejor que sus antecesores.

    El pueblo no puede quedarse dormido, el desafío es romper la inercia y participar políticamente –aun a nuestro lentísimo paso– y trabajar por el bien común. En charla informal, un jurista decía: “El paraguayo no tiene conciencia del bien común, solo busca su propio beneficio; por eso no logramos respetarnos mínimamente ni desarrollarnos”. Es cierto, pero no olvidemos que la mayoría no participa de la vida cívica.

    Tal como la gente reclama más políticas educativas, también hemos de exigir educación política, que no significa ideológica (salvo en su inicial sentido como generadora de ideas), sabiendo que educándonos en la comprensión y crítica del sistema que nos rige controlamos y devaluamos el deseo de eternidad de los grupos dominantes. Muchos fieles se enojan cuando en la iglesia el sacerdote habla de política, también se molestan si en el colegio algún osado profesor explica los juegos políticos, el comerciante dice que para no perder clientes no hay que hablar de temas partidarios. ¿Dónde se aprenden los conceptos básicos sociopolíticos para la lucha diaria? En pocos hogares se conversa y en muchos grupos sociales se neutraliza.

    El deseo honrado reza que todas las familias tengan acceso a la canasta básica de alimentos, vivienda, salud, educación, a un plus para esparcimiento y ahorro; que los servicios públicos se renueven por completo, que se achique el Estado, saneamiento de los tres Poderes, que exista una real comunicación entre las instituciones. Que nos deshagamos de la facilidad y brutalidad que tenemos para condenar al más débil, aprendiendo a analizar las causas de nuestra dolorosa realidad. Vaya si hay trabajo para el Mburuvicha. Esta semana, el gobierno no pertenece a los partidos ni a los políticos; lo iniciamos todos.

    Por Lourdes Peralta

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/el-mburuvicha-606120.html

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  22. Reelección

    Calcado de lo que Lugo intentó aquí en Paraguay, Correa está llevando a la práctica en Ecuador, y ambos se inspiraron en el modelo implementado por el desaparecido ideólogo del socialismo del siglo XXI, Hugo Chávez, y este en el modelo cubano de los hermanos Castro, de buscar la perpetuación de una persona en el poder.

    Los Castro ya no necesitan disimular, ellos hace tiempo están jugados por su modelo de “democracia” de partido único, prensa oficialista, economía planificada desde el Estado y derechos humanos nulos que no permiten siquiera ejercer el derecho básico de salir libremente del país. Pero sus alumnos de Ecuador, Bolivia y Nicaragua, por ejemplo, necesitan todavía disimular que son democráticos, apoyados solamente en sus logros electorales y casi nada en las instituciones democráticas y los convenios internacionales de protección de la democracia y los derechos humanos.

    El común denominador de los gobiernos bolivarianos es la intención de los gobernantes de perpetuarse en el poder con el cuento de que son iniciadores de una revolución que requiere de más de uno, ¡qué uno!, de varios períodos, en principio, y finalmente de reelecciones irrestrictas.

    Exactamente como la que planteó y logró el stronismo en el Paraguay en 1977, cuando el dictador paraguayo ya estaba en el poder 23 años y quería otra reelección de cinco años, pero sus lacayos encontraron que esa limitación constitucional pronto volvería a presentarse, por lo que, en vez del texto “y podrá ser reelecto por otro período”, se organizaron unas elecciones y una Convención Nacional Constituyente para cambiar el texto de la siguiente forma: “y podrá ser reelecto”, con lo cual se abrieron las compuertas para que el dictador fuera reelecto de manera irrestricta, tal como lo pretende ahora Rafael Correa, presidente “democrático” de Ecuador.

    Con el cuento de que Correa no está de acuerdo, su partido Alianza País, que cuenta con mayoría en el Congreso, dio a conocer un documento (que, extrañamente, lleva la firma del que está en desacuerdo, Correa) proponiendo a la oposición reformar la Constitución para permitir la reelección indefinida del presidente y de todas las demás autoridades de elección popular.

    “Fernando Lugo no quiere ser reelecto, repito, no quiere ser reelecto“, declaró el expresidente en el año 2011 cuando los periodistas le insistieron sobre la contradicción de impulsar algo que todos han criticado a los colorados.

    Sin embargo, mientras Lugo se empeñaba en negar, Frente Guasu estaba impulsando a full una enmienda constitucional para permitir la reelección de Lugo, y cuando sobrevino el rechazo, trató de llevar adelante un plebiscito, insistiendo con la reelección. “Ellos –decía Lugo– tienen la esperanza, la ilusión, de que si hay un movimiento grande, masivo, incluyente, podría Lugo recapacitar, pero yo vuelvo a repetir por cuarta vez, Fernando Lugo no quiere la reelección”. No obstante, sus partidarios nunca desistieron de la reelección, hasta que fue destituido.

    Los que piensan que el socialismo del siglo XXI no busca destruir las instituciones democráticas es porque están dormidos. En todos los países donde rige esta ideología se busca burlar la alternancia en el poder, se busca domesticar a la prensa y se pretende relativizar el alcance de los derechos humanos y de anular las atribuciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

    No hubiera adquirido relevancia para nuestro país que los políticos ecuatorianos buscaran reelegir de manera irrestricta a su presidente si no fuera porque aquí funciona una sucursal de la opereta bolivariana que ha intentado lo mismo, y que busca también –al igual que Correa– domesticar a la prensa y dar un sesgo al alcance universal de los derechos humanos.

    Por Edwin Brítez

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/reeleccion-605603.html

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  23. ¿Dónde está la fuerza para un nuevo rumbo?

    Por Gonzalo Quintana (*)

    Ya hablamos de un liderazgo que necesariamente correspondería al presidente de la República. Veremos si el que elegimos tiene las condiciones para serlo. Pero el Presidente es nada más que eso: el Presidente.

    Un Gobierno que pretende cambios necesita de una sociedad organizada deseosa de ese cambio. Insatisfecha o incómoda con la forma que funciona el Estado. Un grupo estructurado sobre la idea de que cambiando se harán más y mejores negocios, la gente tendrá mejores oportunidades y en consecuencia tendremos un país en pleno proceso de desarrollo.

    El Paraguay necesita de un proceso de cambio que se nota muy claramente se está produciendo en el sector privado y uno urgente y profundo en el sector público, donde parece siguen en el rumbo equivocado sin ganas de cambiar. Este proceso será necesariamente lento, prolongado y, eventualmente, traumático.

    La paraguaya, hoy en día, es una sociedad estratificada por el nivel del cargo en la política y con base en el dinero en el sector privado. En muchas sociedades esto es una realidad, pero lo que nos hace un tanto distintos es que en la política poco interesa la trayectoria y en la sociedad civil poco interesa el origen del dinero.

    Esta realidad es percibida intuitivamente por la gente. Un gran empresario, productor, eficiente, innovador es poca cosa comparado con uno de menor calidad pero con mucho dinero.

    Un funcionario público intachable, íntegro y eficiente es nada frente al badulaque con cargo elevado y ejercicio arbitrario del poder amparado por algún padrino poderoso.

    Siendo esta nuestra realidad, ¿cómo combatir la corrupción si el dinero que genera eleva el estatus? ¿Cómo salir de la mediocridad si la excelencia no está valorada?

    Este es el gran desafío para transitar un rumbo distinto al que tenemos. Para nosotros es un nuevo rumbo. Para las sociedades desarrolladas es el único rumbo conocido.

    La base para iniciar ese proceso hacia el rumbo correcto está en dejar de premiar al mediocre y al sinvergüenza y reconocer y potenciar a los que se empeñan por ser cada vez mejores.

    ¿Se puede hacer esto de manera radical, revolucionaria? Estimo que no, por más poder que se tenga, por más rico que se sea.

    El que puede transformar no es el que tiene mando sino el que inspira. En este sentido, posiblemente, el papa Francisco sea un líder a observar y eventualmente a imitar.

    Él deja muy claro que hay temas y conductas que no son admisibles y no serán tolerados. Hace un discurso, pero hay mensajes verbales de gran impacto porque son coherentes con su propia conducta y acciones.

    Tenemos, como nunca, buenas condiciones objetivas para intentar ahora los cambios. Sin embargo, no será suficiente el esfuerzo desde el Gobierno. Por eso, debemos replantearnos el concepto del éxito. Si el éxito se mide por el tamaño de la chequera, nada se podrá hacer, efectivamente. Ganar dinero no da más que eso: dinero y una sensación de poder hasta que se topeta con alguien –siempre habrá– que tenga más dinero que uno. Lo mismo ocurre con el poder.

    Creo que el legado es un componente esencial del éxito.

    Si las personas claves se empeñan de la misma manera en dejar un legado, como herencia, que en tener mucho dinero o poder, se habrá empezado a cimentar el rumbo adecuado para llegar al desarrollo.

    Todos nos beneficiaríamos, a ellos les mantendrá en el elevado estrato que tienen, pero al mismo tiempo les hará parte de lo mejor de nuestra historia.

    Para esto hay que tener una gran y noble ambición que nunca florece cuando la maraña de la mediocridad y la pequeñez lo cubren.

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  24. Es la hora de izar banderas que unan y fortalezcan al país
    PUBLICADO POR JOTAEFEB ⋅ 13 AGOSTO, 2013 ⋅

    El Paraguay ha vivido inmerso durante demasiado tiempo en la mezquindad y en la intolerancia. Sus secuelas permanecen hasta ahora en la memoria y en las actitudes. Es hora entonces de que, por encima de aquellos factores que nos dividen, fortalezcamos los rasgos que nos acercan y nos unen. Por lo tanto, la bandera de todos los paraguayos debería ser el afán compartido de construir un país mejor con el talento y con el esfuerzo de todos. Una patria se forja con el aporte de cada uno de sus hijos. Es el momento de asumir el compromiso de entregarnos de lleno a la gran tarea de dejar atrás el tiempo perdido y de construir con esperanzas el futuro.

    La Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana (ANR) ha pedido a sus adherentes que adornen el frente de sus casas con banderas paraguayas y coloradas el 15 de agosto.

    Por otro lado, mañana es el Día de la Bandera.

    En momentos en que se acaba un gobierno y comienza otro, es inoportuno izar banderas que dividen. Solo debieran enarbolarse aquellas que unen en la concordia y la fraternidad.

    La bandera de los paraguayos en esta encrucijada de la historia tiene que ser poner el máximo empeño y la capacidad posibles para derrotar aquellas situaciones limitantes que han impedido el desarrollo que lleva a un mayor bienestar para todos, e iniciar un tiempo nuevo de logros y conquistas.

    Durante siglos, la clase política ha gobernado solo para sus intereses personales y los de una minoría. Los últimos 25 años, tras la caída de la dictadura, han sido la demostración de que en democracia esa mentalidad persiste.

    Fruto de esa situación es la gran desigualdad social que continúa azotando al país. El hecho de que de cada 100 paraguayos, 20 continúen en la miseria, da la pauta de la inequitativa distribución de la riqueza.

    En los últimos años, con la bonanza para los productores de soja y carne vacuna, un sector de la nación se ha visto enormemente favorecido y ayudó a que la macroeconomía adquiriera y mantuviera un formidable sustento. En contrapartida, la microeconomía ha seguido sufriendo las limitaciones de recaudaciones que no han fluido hacia las capas más necesitadas de la sociedad.

    Una bandera esencial, por lo tanto, tiene que ser la construcción de un Paraguay más equitativo, donde la pobreza no siga condenando y humillando a un relevante sector de la población. Solo con justicia social es posible trabajar un proyecto de país sustentable a corto, mediano y largo plazo.

    Nadie debería pensar que solamente la clase dirigente debe enarbolar las banderas que permitan cambiar para bien nuestro país. El compromiso debe ser colectivo. Gobernantes y gobernados, mandantes y mandatarios, son por igual responsables de la dicha o de la desdicha de la patria en cada tramo de su existencia.

    Es necesario, por ello, que los que gobiernan se pongan al servicio de los gobernados, y que dejen de dilapidar los recursos del Estado. Los ciudadanos, en tanto, deben dejar de lado su conformismo o su afán de solo reclamar, sin ofrecer su contrapartida de responsabilidad.

    Hoy, la bandera del Paraguay debe ser la concordia, que lleve a todos a la superación de los crónicos males que nos sepultan en la pobreza y nos mantienen al margen de la sociedad del bienestar mejor distribuido.

    http://www.ultimahora.com/es-la-hora-izar-banderas-que-unan-y-fortalezcan-al-pais-n712693.html

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  25. Otro gran desafío: la salud pública

    Grandes desafíos esperan también al gobierno de Horacio Cartes en materia de salud pública. Se trata de un tema muy sensible y que ha sido centro de controversias y ataques en los últimos gobiernos. La gestión de Fernando Lugo hizo de la salud pública una bandera, atribuyéndose el mérito de haberla declarado gratuita, al menos en lo que ha consultas, medicamentos y algunos estudios y análisis se refiere. En rigor, ese proceso había comenzado ya con el gobierno de Nicanor Duarte Frutos. Graves problemas presupuestarios causaron una aguda escasez de insumos en los hospitales y centros asistenciales públicos y la suspensión de la gratuidad en varios servicios. Existen urgencias que el gobierno entrante deberá atender y que no pueden ser postergadas.

    El país no llegará muy lejos si no es capaz de garantizar a la población la atención médica y sanitaria más elemental. Es imperioso volcar recursos financieros, técnicos y humanos para cambiar el panorama de hospitales atestados hasta los pasillos, sin medicamentos, con personal insuficiente o trabajando tantas horas seguidas que su desempeño en el cuidado de pacientes puede llegar a ser peligroso incluso. Sin embargo, las necesidades en nuestro país son tantas que a la par que se atiende lo urgente es también ineludible encarar lo importante. En este sentido, es preciso insistir en la necesidad de apostar a las políticas de salud pública que no sean exclusivamente asistencialistas u hospitalarias. Por este camino, un Estado con limitaciones de recursos como el nuestro siempre se hallará varios pasos por detrás de los requerimientos de la población. Por ello es imprescindible construir un paradigma distinto, poniendo el acento en la medicina de prevención, el trabajo con las comunidades y la descentralización de la atención de salud. Aunque suene a lugar común, aquello de “es mejor prevenir que curar” es una verdad incuestionable, sobre todo cuando se habla de salud pública. Es, además, una lección que muchas de las autoridades que han pasado por el Ministerio de Salud en los gobiernos anteriores no aprendieron ni aplicaron.

    Una visión más enfocada en la prevención y menos en las medidas paliativas es fundamental al momento de enfrentar dos grandes problemas de salud pública y que serán también prioridades para el gobierno que asume esta semana: el dengue y los accidentes de tránsito. En el caso del dengue, el gobierno central debe plantear acciones conjuntas y complementarias con los gobiernos locales. Tienen éstos mucha mayor capacidad de llegar a las organizaciones vecinales y comunitarias y movilizarlas en cada una de las ciudades. Sin la activa participación de la población cualquier plan de combate al dengue, por ejemplo, está destinado al fracaso, como es evidente desde hace mucho tiempo. La limpieza de baldíos, la identificación de las casas más problemáticas y la cooperación entre vecinos son factores determinantes de una eventual victoria contra una enfermedad que reaparece cíclicamente. Además de insistir en las campañas educativas, es preciso lograr la intervención directa de la ciudadanía en este grave problema de salud pública.

    Un criterio similar se aplica a los accidentes de tránsito. La atención hospitalaria de estos pacientes demanda una gran cantidad de recursos –humanos y financieros– por parte del Estado. Estos gastos podrían ser encausados hacia la asistencia de otras problemáticas, si se consiguiera imponer una cultura de la prudencia en el manejo de automotores de toda clase y del respeto a las normas de tránsito. También en este caso es esencial el trabajo coordinado del Ministerio de Salud, los organismos de control del tránsito, los municipios y las organizaciones civiles.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/137239–otro-gran-desafio-la-salud-publica.html

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  26. ¿Un plagueo más? O ¡reaccionemos ya!

    ¿Qué culpa tenemos como Juan Pueblo para sufrir tan indignos padecimientos? ¿Qué hicimos mal como ciudadanos de bien en este período de larga transición democrática, luego de la caída de la dictadura de Stroessner?

    Ser un pueblo con gente muy conformista y no haber sabido realizar los reclamos en función a las circunstancias políticas, sociales y económicas que los tiempos exigen. Por más que el dictador y el sistema Gobierno-Fuerzas Armadas-Partido Colorado haya sido superado, hemos permitido que se instale un nuevo sistema “democrático” Gobierno-Parlamento-partidos políticos, disfrazados en sus intenciones reales por el teatro que periódicamente se realiza con costosas elecciones de autoridades y candidatos impresentables cubiertos en sendas listas sábana en todos los partidos.

    La ciudadanía con justo derecho aspira a mejores servicios, en especial trabajo digno, educación de calidad, salud preventiva y transportes eficientes, entre otros. Sin embargo, somos culpables de una gran inacción, la de no involucrarnos en el campo político, al decir del papa Francisco, “no haber armado suficiente lío” para protestar y tratar de cambiar el sistema de elección y así mejorar la clase dirigencial, y lograr leyes más adecuadas y justas.

    Hoy en vísperas de la asunción de un nuevo gobierno tenemos el derecho de soñar como cada cinco años. Las expectativas son grandes, pero debemos ser conscientes de que con la sola asunción no se solucionarán todos los problemas y padecimientos de la ciudadanía. La falta de trabajo para los jóvenes, deprimente sistema educativo e indignante sistema de transportes son los resultados más visibles de la estructura política, donde primaron sus intereses particulares en detrimento del bienestar de la población.

    También la ciudadanía tiene el derecho a indignarse ante tanto atropello, las inacabables huelgas de maestros y transportistas realizadas periódicamente; quienes como cuervos alimentados por la clase política y mediante prebendas, zoquetes y regalías intentan irracionalmente seguir con el mismo esquema ineficiente.

    Todo sistema que desvirtúa los precios reales de los servicios ocasiona gran perjuicio. Vemos cómo con los subsidios al sector transporte no existe ninguna mejora en el parque automotor, con mayor población y tráfico en constante crecimiento, lo que conlleva muchas horas para llegar al trabajo o de vuelta a nuestras casas con total inseguridad. Estos son ejemplos palpables del atraso y la calamidad por falta de decisión de nuestras autoridades para solucionar de raíz estos inconvenientes. Para ellos, los ómnibus para trasladar votantes en días de elecciones valen más que el sufrimiento diario de los pasajeros.

    Indudablemente, el gran desafío del gobierno entrante será romper con culturas y estructuras delincuenciales protegidas por las leyes:
    ¿Tendrán la suficiente fuerza para: tomar decisiones destinadas a corregir la mala asignación de recursos; mejorar lainfraestructura productiva, logística y de transporte; establecer sistemas tributarios más equitativos o mercados laborales más formalizados y por último, estimular la inversión y el ahorro a largo plazo?

    Con políticos que transan cupos de poder con distinción de colores partidarios, pero donde todos protegen sus intereses sectarios… sin un cambio de mentalidad e intención de romper estos vicios, la ciudadanía seguirá sufriendo la ampliación del abismo entre la miseria y el bienestar. De cada uno depende que esto no sea ¡un plagueo más y reaccionemos ya!

    Por Luis Sosa, miembro de la ADEC

    http://www.lanacion.com.py/articulo/137062-un-plagueo-mas-o-reaccionemos-ya.html

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  27. Buitres colorados sobrevuelan el nuevo Gobierno

    Posiblemente la principal carta de triunfo electoral de Horacio Cartes fue su origen político extrapartidario, porque la gente no lo percibió como un candidato más, extraído del montón de escombros que, bajo dictadura o democracia, el Partido Colorado fue juntando a lo largo de medio siglo en el gobierno del país. Se lo vio como un hombre venido de un ámbito diferente, por lo que cabría esperar de él la posesión de algunas virtudes de las que los “escombros” carecían. Se presentaba como persona de pensamiento amplio, desvinculada del sectarismo, del pokarê, el popinda y demás conocidos vicios de los politiqueros criollos, sin antecedentes de haberse montado sobre el clientelismo prebendario, con aspiraciones que van más allá de la mera figuración y el enriquecimiento.
    Es de esperar que esta imagen se conserve a lo largo de su mandato, solo que para que ocurra esto él deberá mantener los ojos bien abiertos y aguzar la mente, porque las piedras que hallará en su camino serán muchas y duras.

    Sin duda, el primer y principal obstáculo, posiblemente el mayor, lo encontrará en su propia agrupación política, el Partido Colorado; o, mejor dicho, en no pocos de sus dirigentes, caudillos y operadores que están mamando de las ubres del erario desde hace décadas, asociados con “empresarios” inescrupulosos que se hicieron multimillonarios monopolizando licitaciones amañadas y contratando privilegiadamente con el Estado; o que roban al fisco en toda clase de evasiones impositivas; en los correligionarios que cuelgan a sus parientes, amigos, amantes, etc., de la función pública; en los hombres de los maletines aduaneros; y, en fin, esa larga lista de desfachatados que fueron a refugiarse a las carpas del Partido Colorado solamente para ganar impunidad, influencia, dinero fácil y un escenario para actuar sin sujetarse a normas ni condiciones.

    Desde el primer día –si ya no lo hicieron–, estos personajes van a presionar sobre distintos puntos de la estructura de la administración pública. De entrada, van a pedir puestos claves, en especial en las entidades, oficinas, empresas y otros lugares donde se administra mucho dinero; van a mantener su vista ambiciosa posada sobre las entidades binacionales, sobre las obras públicas, sobre las licitaciones de los ministerios de Educación, Salud y Obras Públicas, sobre IPS, sobre las operaciones de compra de tierras del Indert, sobre los contratos de provisión de insumos y equipos para el Estado, sobre los mil y un negociados que ellos saben muy bien dónde ubicarlos porque hace décadas que están en esa tarea e integran roscas mafiosas de gran consolidación.

    También van a presionar sobre el Poder Judicial, porque allí se administra la impunidad y esta es una condición esencial para asegurar el provecho obtenido por las vías anteriormente mencionadas. Cada quien querrá tener de “aliados” a algunos fiscales, jueces, magistrados y miembros de la Corte, para cuya designación pretenderán que el presidente de la República les dé su visto bueno, o haga la vista gorda.

    Estos personajes son conocidos por la ciudadanía, sus nombres están siendo pronunciados en voz alta y escritos en los medios de comunicación masiva desde hace años, porque estuvieron en cuanto chanchullo se perpetró a costa del interés general y del bolsillo popular. No podrán, por lo tanto, el señor Cartes ni sus asesores alegar que fueron sorprendidos en su buena fe por uno o varios de ellos.

    Esos hombres escombro del Partido Colorado llevan un enorme cartel luminoso colgado del cuello que dice “Soy un sinvergüenza”. ¿Qué consecuencias padecerá el gobierno de Cartes si no toma muy en serio la amenaza que representan estos personajes?

    Para comenzar, el descrédito inmediato. La popularidad actual del señor Cartes y su equipo es el gran capital que tienen y su base más sólida, sobre la cual podrán asentar todas las medidas políticas que consideren adecuadas y necesarias para la salud del país, aunque sean impopulares para algún sector pero convenientes para la mayoría. Sin embargo, si pierden esa imagen, si se genera la desconfianza de la ciudadanía por culpa de los hombres escombro que dejan instalarse en su gobierno, lo que proyecten o decidan enfrentará una cuesta arriba; la gente que veía al presidente como una opción diferente se desengañará rápido e irá retaceándole apoyo; la paciencia de los grupos sociales se acabará aceleradamente y hasta muchos legisladores avivados, viéndole debilitarse, aumentarán sus exigencias y pondrán precios mucho más altos a sus negociaciones.

    Estos vaticinios son, en realidad, muy elementales; cualquiera que haya vivido las experiencias políticas del país en los últimos 50 años podría formularlos, pues no tienen nada de extraordinario. Es cuestión de analizar cómo y por qué perdieron el apoyo popular los gobiernos colorados anteriores, y el señor Cartes y sus asesores ya podrán sacar conclusiones muy útiles para impedir que les vuelva a suceder lo mismo.

    Sangre nueva, mentalidades incontaminadas, honestidad, eficiencia y firmeza son los requisitos que Cartes debe requerir a sus futuros colaboradores, pertenezcan o no a algún partido político.

    Esta no es más que una vieja y conocida fórmula de éxito político. Ojalá se la emplee por primera vez en estos veinticuatro años de democracia del Paraguay.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/buitres-colorados-sobrevuelan-el-nuevo-gobierno-606619.html

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  28. El gran desafío será el combate a la corrupción

    Las promesas de “nuevo rumbo” del presidente electo Horacio Cartes generan una gran expectativa en la población paraguaya, ya que desde el comienzo de la transición democrática no se produjeron cambios estructurales en la administración pública. Ninguno de los presidentes que hemos tenido en la transición realizaron cambios radicales en las instituciones públicas. Tras la caída de la dictadura, lo que se hizo fue solamente mantener el status quo, con algunos pequeños maquillajes.
    Por más que con la Constitución de 1992 se hayan creado organismos de control, como la Contraloría General de la República, el Tribunal de Cuentas y la Fiscalía General del Estado como sus unidades anticorrupción, a estas alturas no hay ningún funcionario público que haya ido a la cárcel por corrupción. Las denuncias acaban solamente en grandes titulares, shows mediáticos para presión política, pero las investigaciones nunca se profundizan y los corruptos siguen campantes disfrutando de su riqueza mal habida.
    Está más que claro que el verdadero cambio y el nuevo rumbo vendrá o tiene que venir indefectiblemente de la mano del combate frontal y decidido a la corrupción.
    Las precariedades en las escuelas, la falta de hospitales, de medicamentos, los puentes precarios, las rutas deterioradas antes de su inauguración y otros tantos son las consecuencias de la corrupción. Mientras unos pocos aumentan sus riquezas a expensas del Estado paraguayo, los que injustamente pagan las consecuencias son los compatriotas más pobres, son ellos los que sufren la falta de hospitales, la falta de caminos y escuelas en condiciones.
    El gran desafío del Gobierno de Horacio Cartes será demostrar que definitivamente quiere romper con el viejo esquema corrupto que maneja las instituciones públicas. Desde luego, que una iniciativa de este tipo no será tarea fácil pues significará una ruptura con los esquemas de poder y de privilegios. El nuevo Presidente asume sus funciones en medio de grandes expectativas de un alto nivel de apoyo popular, condiciones muy propicias para la gobernabilidad. Sin embargo, no hay que esperar que sea el gran solucionador de todos los males. Si solamente el señor Cartes iniciara una compaña de combate frontal a la corrupción ya habremos dado realmente un gran paso hacia el nuevo rumbo.

    – See more at: http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/7737-el-gran-desaf%C3%ADo-ser%C3%A1-el-combate-a-la-corrupci%C3%B3n#sthash.Qox1mKuo.dpuf

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  29. Queda la amarga sensación de cinco años perdidos

    Llega a su fin un periodo constitucional que en su inicio despertó muchas esperanzas, las que fueron desvaneciéndose con el paso del tiempo, debido a la incapacidad de poner en marcha las grandes soluciones que el país requiere. Inevitablemente queda la sensación de haber dado giros en todo este tiempo, sin haber logrado grandes avances. Pasaron cinco años y los grandes problemas estructurales del país permanecen intactos, impasibles, ante una nación que requiere con urgencia salir del atraso y de la pobreza. Del gobierno que asume dependerá que en cinco años no volvamos a sentir la misma frustración que dejan Fernando Lugo y Federico Franco.
    La República se apresta a despedir mañana un periodo de gobierno que se inició, como ningún otro, con enormes expectativas de que trajera el anhelado cambio y que posibilitó, en el 2008, la caída del Partido Colorado del poder, luego de 60 años de gobierno ininterrumpidos. Un periodo que marcaba el fin de una era y que daba paso a una época que parecía signada por los cambios sostenidos y sustentables.

    En ese entonces, la asunción de Fernando Lugo a la primera magistratura del país representó la oportunidad de dejar atrás, y para siempre, el país del atraso, de la informalidad, de la coima, de la pobreza profunda, del autoritarismo, del contrabando y de la ignorancia.

    La alternancia como hito en la historia política del Paraguay despertó enormes expectativas en el amplio abanico ciudadano.

    Sin embargo, el tiempo se encargó de desmoronar esas expectativas y de minar las ilusiones de una gran mayoría que deseaba un país con menos desigualdades. La desesperante falta de liderazgo para gobernar y la incapacidad para gerenciar los conflictos propios del poder fueron ahogando al Gobierno de Lugo en la frustración y la impotencia.

    En un momento dado se experimentó un notable crecimiento económico, que no pudo ser aprovechado para impulsar políticas públicas que contribuyeran a rescatar de la pobreza a miles de paraguayos.

    La falta de habilidad política del entonces presidente para sortear una relación traumática con el Parlamento, derivó en un juicio político aprobado por una amplia mayoría parlamentaria y colocó al frente del Gobierno a Federico Franco, lo que volvió a generar en la ciudadanía expectativas acerca del futuro del país, pese al desconocimiento diplomático que debió afrontar por parte de países vecinos.

    Pese a que solo debía permanecer 14 meses en el Palacio de López, la gestión de Franco se vio salpicada por denuncias de corrupción, que tuvieron su caso más escandaloso —en vísperas de los comicios nacionales pasados— en la compra de tierras por parte del Indert a una empresa ligada a un senador oviedista, en coincidencia con un acuerdo electoral desesperado —y de última hora— entre los liberales y el Unace.

    Luego de cinco años y de tantas tormentas políticas que azotaron al país, resulta dolorosamente innegable que el Paraguay de hoy continúa con el mismo síndrome del 2008, el síndrome de la pobreza, del atraso, del desempleo y de la inseguridad asfixiante. La problemática de la tierra, el flagelo del EPP, la baja calidad de la educación y de la salud pública, siguen siendo materias pendientes que deberá encarar la administración de Horacio Cartes.

    Es responsabilidad del nuevo gobierno honrar las expectativas lógicas que su asunción despierta en la ciudadanía, para que dentro de cinco años no volvamos a sentir la misma sensación de un quinquenio perdido.

    http://www.ultimahora.com/queda-la-amarga-sensacion-cinco-anos-perdidos-n713040.html

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  30. Cartes viene con ventajas

    El presidente Horacio Cartes tiene demasiadas condiciones favorables para hacer un buen gobierno. El partido al que se afilió para llegar al cargo de mandatario parece dispuesto a respetarlo. No se percibe en el ámbito político que los colorados se sientan propietarios de quien dirigirá el país en los próximos 5 años y que a toda costa busquen imponerle lo que debe hacer.
    En ambas cámaras del Congreso, Cartes contará con una amplia mayoría, gracias a un acuerdo que logró sellar entre los legisladores de su partido y los del Partido Liberal Radical Auténtico, con lo que, en principio, tiene derribada cualquier intención obstruccionista hacia los proyectos de ley que presente e impulse desde el Ejecutivo, incluyendo el proyecto de ley de presupuesto general de la nación, que anualmente se remite al Legislativo y suele ser motivo de controversia entre ambos poderes del Estado.

    El nuevo jefe de Estado también iniciará su mandato con muy buenos augurios económicos. La CEPAL anunció que Paraguay lideraría el crecimiento en el 2013, con un alza en la tasa del PIB de 12,5%. Este dato constituye un valor agregado para los inversionistas extranjeros.

    Otro punto a favor del presidente pyahu es que la gente parece verlo con cierta esperanza, en virtud de que ha sabido manejar, hasta ahora, nada menos que al Partido Colorado, poderosa nucleación política que hasta el 2008 se confundía con el Estado mismo, por sus largos años en el poder, y por la hegemonía que logró construir, pese a sus desaciertos y abusos.

    Hasta el momento, Cartes actúa aliado, pero no casado con este partido, lo cual proyecta la imagen de que quien tiene la última palabra es él, y no los correligionarios colorados. Estos, a su vez, no pueden dejar de reconocer que deben gratitud al empresario, puesto que con él lograron la alianza perfecta para que Cartes se convierta en presidente, y los colorados regresen de la llanura en la que permanecieron desde el 2008.

    Otra ventaja es que los grupos que pudieran hacer oposición al nuevo gobierno, particularmente los de la izquierda, están divididos. Por consiguiente, carecen de fuerza para cumplir el papel de contestatarios.

    El éxito empresarial que se reconoce a Cartes es otro punto positivo para los ciudadanos que siguen el razonamiento simple de que el hombre que dirigirá el país a partir de mañana, ya posee poder económico, por lo que podría suponerse que no utilizará el cargo para amasar fortuna.

    Hasta su fama de mal genio, es un punto positivo de Cartes. Dicen que sirve para repeler a los adulones y prebendarios, que siempre están merodeando. Otro punto favorable es que aún no se lo asocia con los vicios de los colorados, por lo que si quiere hacer un buen gobierno, hay pocas excusas para que no lo logre.

    http://www.ultimahora.com/cartes-viene-ventajas-n713038.html

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  31. Una nueva oportunidad para el Partido Colorado

    Finalmente, el presidente electo Horacio Cartes oficializó la nómina de los miembros de su gabinete. Hasta el momento, en su tan anunciada “selección nacional” fueron confirmados 11 ministros en diferentes áreas.
    Los flamantes secretarios de Estado son: Germán Hugo Rojas Irigoyen, en Hacienda; Ramón Jiménez Gaona, en Obras Públicas; Jorge Gattini, en Agricultura y Ganadería; Gustavo Alfredo Leite Gusinky, en Industria y Comercio; Eladio Loizaga, en Relaciones Exteriores; Sheila Abed, en Justicia y Trabajo; Marta Lafuente, en Educación; Bernardino Soto Estigarribia, en Defensa; Antonio Barrios, en Salud Pública; Francisco de Vargas, como ministro del Interior y Aba María Balardi Quesnel en el Ministerio de la Mujer.
    Las críticas hablan de que los elegidos cuentan con un perfil técnico y que la mayoría tendrá su primera experiencia en ocupar un alto cargo en la función pública. Por su parte, Cartes explicó que la elección se realizó exclusivamente a base de la honorabilidad y formación profesional.
    En cuanto a los nombres de los que ocuparán la titularidad de las binacionales Itaipu y Yacyretá, el jefe de Estado confirmó lo que se manejaba de forma extraoficial, de que los “afortunados” serían James Spalding y Juan Schmalko, respectivamente. Mientras que de las secretarías, como Ambiente, Petropar y Aduanas, también ya dio a conocer quiénes ocuparían los cargos de suma confianza.
    A primera vista, desde todos los sectores, hay una aprobación en cuanto a los nombres de los integrantes de esta “selección”. El Presidente tuvo el criterio de la idoneidad para la integración de su gabinete, lo que a su vez resulta evidente es que no cedió a las presiones con criterios políticos.
    Las voces de aliento en cuanto a los nuevos “jugadores” que tendrán el trabajo de iniciar el proceso de “nuevo rumbo” son muy auspiciosas para el país.
    Todos tienen derecho a una nueva oportunidad, y este es el caso del Partido Colorado. Con la asunción de Cartes, se marca el retorno del coloradismo al mando de la República. Un partido que había caído a consecuencia del desastroso manejo de las instituciones del Estado. Es la misma nucleación política, que una vez avaló la dictadura y tiempo después trajo democracia, la que mañana vuelve al poder.
    Con ella conocimos la transición y también la corrupción, que a lo largo del tiempo se expandió en todas las esferas. Fruto de todo esto fue el voto castigo de la ciudadanía, cinco años atrás.
    El mandatario que asumirá mañana inaugura una nueva oportunidad, la ciudadanía le devuelve al Partido Colorado la confianza de que se hará una buena labor para beneficiar al Paraguay y a toda su población.
    Dentro de cinco años, la ciudadanía volverá a analizar y ahí veremos si su labor será aprobada o reprobada, con el que corre el riesgo de un voto castigo. – See more at: http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/7782-una-nueva-oportunidad-para-el-partido-colorado#sthash.zmlJtE11.dpuf

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  32. Digiriendo a Horacio Cartes

    Algunos se esfuerzan en disimularlo, otros no. Pero a muchos dirigentes colorados les cuesta (y les va a seguir costando) digerir a Horacio Cartes. Los nombramientos en el gabinete no son los que esperaban. Varios de ellos comenzaron a calcular cuánto durará este o aquel ministro (y cómo pueden colaborar para acortar el tiempo).
    Vaya y pase para ellos aceptar a un técnico en el Ministerio de Hacienda y a un militar en Defensa, pero ¡¡¿¿un liberal en el Ministerio del Interior??!! En la apetecible cartera de Obras Públicas o en las de Industria y Comercio, Educación, Salud, etc., hay, según opinión de veteranos y no tan veteranos dirigentes, unos perfectos desconocidos que, de acuerdo a la añeja lógica colorada, “no hicieron absolutamente nada para la vuelta del partido al poder”. ¿Qué aportó, por poner tan solo un ejemplo, Sheila Abed, para “ligar” Justicia y Trabajo, además de unas cuantas “preguntas colchón” en aquel debate de candidatos presidenciales en el BCP?

    Muchos creían que aquello de “la selección nacional” no se refería a colocar exclusivamente a técnicos en los cargos. Pensaban que también habría unos cuantos “jugadores” de experiencia, acostumbrados a los roces, las picardías, los guiños y las jugadas políticas.

    ¿Cómo se manejarán diputados y senadores colorados con los integrantes de este gabinete? ¿Cómo reaccionarán algunos ministros cuando se les haga un pedido, cuando se los llame por ese ahijado que quiere trabajar o aquel correlí que pide un traslado o que exige que se ponga su carpeta más arriba en el montón?

    Si había alguna duda sobre cómo sería el manejo de Cartes con el partido, las designaciones y, especialmente, la manera en que fueron hechas, la han disipado.

    Es probable que algunos nombres de ministros y autoridades de entidades públicas hayan sido sugeridos por algunas individualidades y por amigos afiliados al partido, pero es claro que la ANR, en forma institucional, no participó de la conformación de este gabinete. El presidente que asume hoy se hace cargo personalmente de quienes eligió; y el Partido Colorado, tal como lo expresó en forma un tanto críptica su presidenta, Lilian Samaniego, va a apoyar… por ahora. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que se vean resultados? ¿Qué significa “resultados”?

    ¿Qué es lo que no admitirán los ministros y el mismo Cartes en su administración? Muchos dirigentes comienzan a ver que el nuevo rumbo comienza dejándolos a un lado.

    No es posible pensar en que de un día para otro se terminarán las prácticas que han hecho del Partido Colorado lo que es. Pero, al mismo tiempo, si Cartes piensa gobernar de otra forma, indefectiblemente deberá tocar intereses de gente de su partido.

    ¿Quién terminará digiriendo a quién? HC fagocitará o será fagocitado por su partido. Porque la convivencia pacífica no parece posible. He ahí la cuestión, como dijo aquel príncipe dinamarqués mientras sostenía una calavera en la mano.

    Por Marcos Cáceres Amarilla

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/digiriendo-a-horacio-cartes-606986.html

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  33. El mayor desafío es reducir los escandalosos índices de pobreza

    El fenómeno de la pobreza en el Paraguay es verdaderamente lacerante. En los hechos, somos uno de los países más desiguales en el continente más desigual del mundo. Desde luego, un triste privilegio del que todos deberíamos avergonzarnos como sociedad. El éxito o el fracaso del Gobierno del presidente Horacio Cartes, que hoy inicia su gestión, se medirá por su capacidad para erradicar este lamentable flagelo. Combatir este mal es, pues, la principal responsabilidad de las autoridades que asumen sus importantes funciones. Por el bien del país y la viabilidad de nuestro futuro como nación, todos esperamos que encaren su tarea con la determinación y la eficacia que la hora requiere.

    El 32% de la población del país es pobre. A su vez, dentro de esa franja, alrededor de 1.065.000 paraguayos se debaten en la pobreza extrema, es decir, en la indigencia. Esta bochornosa situación convierte prácticamente en letra muerta aquello que prescribe el artículo 46 de nuestra Constitución Nacional: “Todos los habitantes de la República son iguales en dignidad y derechos”.

    En efecto, ¿de qué clase de dignidad podríamos estar hablando cuando un compatriota es convertido en mendigo por la fuerza de las circunstancias, por la falta de oportunidades o por la incapacidad de los gobernantes para crearlas? Por cierto, de una dignidad meramente enunciativa.

    En este marco conceptual, es legítimo afirmar que todas las acciones de una administración estatal deben tener un componente de carácter primordialmente social. Al objetivo de erradicar la pobreza tienen que estar orientados todos los esfuerzos de un Gobierno.

    En efecto, la economía, la integración regional, el crecimiento, las políticas financieras y tributarias, son herramientas para procurar el bienestar y el desarrollo social de un pueblo. En este sentido, el horizonte y el fin último de la actividad gubernativa deben estar orientados hacia la promoción de la dignidad de las personas, hacia la creación de condiciones y circunstancias que posibiliten un paso más honorable de los seres humanos por la existencia.

    Durante la campaña electoral que desembocó en su elección como presidente de la República, Horacio Cartes prometió reducir la pobreza extrema del apabullante 19% actual a un nivel promedio del 7%. Si lo logra, el flamante mandatario tendrá asegurado, seguramente, su paso a las páginas más sobresalientes de nuestra historia.

    Para llevar a cabo esta ardua tarea, es preciso poner en marcha serias y sustentables políticas públicas en los ámbitos educativo, sanitario, habitacional, laboral y, de manera muy puntual, del bienestar rural, ya que es en el campo donde la mayoría de nuestros compatriotas menos favorecidos se debaten en un marco de inaceptable necesidad y privaciones.

    Pero también tenemos, como ciudadanía, un desafío compartido, una corresponsabilidad con el Gobierno. Debemos actuar con justicia, pagando nuestros impuestos como es debido, porque, como lo dijo hace algún tiempo el ex presidente de Chile Ricardo Lagos Escobar, sin una presión tributaria adecuada, es estéril cualquier debate sobre la construcción de una sociedad más justa. En este sentido, en un país con una carga fiscal tan baja del 13% como la nuestra, y con una evasión cercana al 60%, es prácticamente imposible hablar de conceptos tales como inclusión y equidad.

    Sobre todo esto debemos reflexionar y comprometernos, en particular los flamantes gobernantes que hoy asumen sus funciones, ya que, como también aseveró el ex presidente Lagos, “una democracia que no es suficiente, una democracia que no es capaz de hacer realidad los avances desde el punto de vista social, a la larga es una democracia que puede quedar en el vacío del ritual de la elección, de la nueva autoridad, del nuevo presidente, pero que, desde el punto de vista de lo que esperan nuestros pueblos, no es lo más adecuado”.

    Por el bien de todos, esperamos que así lo entiendan quienes hoy toman en sus manos la grave responsabilidad de conducir los destinos de la República.

    http://www.ultimahora.com/el-mayor-desafio-es-reducir-los-escandolosos-indices-pobreza-n713390.html

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  34. Rumbo en reversa

    Hoy se inicia en el país un nuevo periodo gubernamental de cinco años. Con el empresario —colorado de filiación y stronista de extracción— Horacio Cartes, el nuevo rumbo que se delinea en el horizonte pone al país en reversa.

    Si bien es entendible la euforia que cierta propaganda trata de instaurar en los espíritus, de que es el inicio de algo nuevo, en el fondo es el regreso de viejos esquemas, antiguas prácticas y retrógrados pensamientos sobre principios elementales como DDHH, cultura, integración, democracia y soberanía.

    El reverdecido discurso que surgió en los últimos días de “coloradizar el país”, es un minúsculo atisbo de lo que viene por detrás, la intención de instituir un discurso —un universo— único, del que quedan excluidos todos aquellos que piensan diferente.

    Algunos hablan de dar el beneficio de la duda, pero en política las cosas son o no son. La esposa del César no solo debe ser, sino también parecer. Y el vestido del nuevo mandatario está deslucido. Es uno de los que quebraron el proceso constitucional el 22 de junio de 2012; el principal impulsor del juicio amañado, devenido en golpe parlamentario, que entronizó al oportunista Federico Franco.

    Otros mencionan que tiene un Gabinete técnico para evitar las presiones partidarias. En la administración del Estado se toman decisiones políticas, no de otro tipo. Y en este ámbito los técnicos no demostraron ser eficientes. Los tecnócratas también están ideologizados —si ese fuera el punto— y a veces son más peligrosos, porque responden al mejor postor. En este caso, todos —salvo algún rarísimo atisbo de excepción— responden a un modelo económico conservador, delineado en universidades extranjeras en su mayoría, sin el más mínimo arraigo social.

    En general, el entorno palaciego está y estará impregnado de elementos de la eterna podredumbre de la dictadura stronista, viejos y nuevos oportunistas y desvalijadores de sueños del Partido Colorado, y una práctica conocidamente autoritaria desde la cúpula del poder central.

    Qué será de los programas sociales que sacaron de la postración a tantos compatriotas; de la salud integral, que permitió a muchos recibir atención y salvar sus vidas; de la siempre anunciada reforma agraria; del medio ambiente; de la cultura como disfrute universal y no solo bellas artes, paspartú y parrilladas…

    El que se va, el megalómano y advenedizo Franco, sale por las alcantarillas, dejando un Estado quebrado y un proceso cívico golpeado. Sin poder con su vanidad malsana, quedará en la historia como uno de los peores. El que llega, viene con la rabia de la llanura, los viejos vicios y las ganas de rifar el Estado y el destino de la población.

    Este será un Gobierno para empresarios y agroganaderos.

    http://www.ultimahora.com/rumbo-reversa-n713388.html

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  35. La misma nación de siempre

    Mañana el Paraguay tendrá un nuevo presidente. Pero el país seguirá siendo el mismo. La misma nación, la misma ciudadanía, una economía que va adquiriendo complejidad. Una república, en suma, que va consolidando su institucionalidad y que está incorporando rápidamente un estilo moderno de vida y de convivencia.

    La nueva conducción que se instalará en el Palacio de López deberá poner en marcha un programa de Gobierno que recoja todo lo bueno que hemos hecho hasta ahora, que opte por desechar todo aquello que nos ha estado y nos sigue haciendo daño y que sume su impronta con vistas a llevar al Paraguay hacia nuevas metas de realización.

    Pero además, que no ceda a las prácticas de la vieja política que tientan a cada nuevo gobernante con el mito de la “refundación nacional” hacia un “nuevo Paraguay”. El Paraguay, tal y como existe, es el resultado de lo que hemos aprendido a hacer quienes en él vivimos.

    Todo lo bueno, todo lo malo, todo lo excelente o todo lo mediocre que hoy conforma esta república es producto de generaciones de paraguayos que, equivocados o no, dejaron su esfuerzo para hacernos llegar a donde hoy estamos.

    Podríamos preguntarnos: Entonces, ¿dónde estamos? En no pocas cosas, bien arriba en las estadísticas. Somos el primer país productor per cápita de energía eléctrica limpia y renovable del mundo, mientras algunos vecinos tienen que apelar a la energía nuclear para paliar su crisis energética. Somos líderes en siembra directa en América ya que más del 92% de nuestros cultivos de renta se realizan sin arar la tierra. Y eso que somos el cuarto exportador mundial de soja y derivados, el sexto de maíz y el noveno de trigo. Tenemos una de las mayores coberturas de telefonía móvil de Sudamérica y su accesibilidad, técnica y económica, la está volviendo una herramienta de desarrollo e inclusión. Y un sinfín de ítems más.

    Hemos progresado como ciudadanos y avanzado como economía. Ahora hay que cerrar la brecha social. Tenemos que lograr que 600 mil niños de 0 a 13 años en situación crítica reciban alimentación, cuidado familiar, educación y salud hasta que alcancen su desarrollo y puedan insertarse con eficacia al sistema.

    ¿Cómo? Priorizando programas. Las grandes obras de infraestructura, la radicación de capitales y la creación de empleo son grandes emprendimientos ineludibles. Sin embargo, el Gobierno que mañana arranca tendrá que hacer un esfuerzo por salvar de la inanición -física e intelectual- a toda una niñez y adolescencia hasta hoy virtualmente abandonada a su suerte.

    Un puente, una ruta, un aeropuerto son resultados apetecibles para un político en gestión pública. Pero si no ayudan a rescatar de su vulnerabilidad a millones de paraguayos, serán solo un monumento a la vanidad. Esperemos que la nueva administración sea sensible a este peligro y lo evite cuidadosamente.

    http://www.5dias.com.py/29589-la-misma-nacin-de-siempre

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  36. Todo cambio trae esperanza

    Después de casi cuatro meses de una transición excesivamente larga, Horacio Cartes asume hoy las riendas del Poder Ejecutivo Nacional. Lo hace en medio de una enorme expectativa y, ciertamente, con un alto nivel de respaldo de la ciudadanía. Este último es precisamente el gran capital con que cuentan el presidente Cartes y su equipo de colaboradores. Las personas que le dieron su voto y, en gran medida, también las que no lo hicieron, tienen la esperanza de que con el nuevo gobierno se impulsen por fin los cambios profundos que nuestro país necesita con urgencia. Reducción de la pobreza, generación masiva de empleo, crecimiento con equidad, educación de calidad, sustanciales mejoras en la salud pública y combate a la inseguridad son tan solo algunos de los desafíos que aparecen en el horizonte de las nuevas autoridades ya desde su primer día de trabajo. Pero la magnitud de la tarea es todavía mayor. Los problemas no se reducen a esa enumeración de dramas crónicos que nuestra sociedad arrastra desde hace décadas. Paralelamente, el presidente Horacio Cartes y sus colaboradores deberán afrontar y vencer dificultades en otro frente: el de los vicios y prácticas nefastas de nuestra clase política, arraigadas en todos los partidos y transversales a todas las ideologías. Si busca consecuentemente el éxito en su gestión, frente al nuevo gobierno se levantará una tarea digna de titanes: Atacar y extirpar el clientelismo, el prebendarismo y las innúmeras formas de corrupción y venalidad que corroen desde sus entrañas el gigantesco y pesado aparato estatal. Una primera señal positiva ya fue enviada a la ciudadanía: el presidente Cartes priorizó claramente la preparación y los méritos en la selección de su gabinete y de sus colaboradores más cercanos. Es un equipo de perfil técnico, que no responde al odioso cuoteo partidario en virtud del cual caciques, sectores y cúpulas parcelan y se reparten el poder como si se tratara de un botín o el fruto de un saqueo. Esta vez -por lo menos en la mayoría de los cargos- se impuso un criterio muy diferente. En el propio partido del presidente Cartes ya se han dejado escuchar voces críticas ante lo que definen como una “injusticia” con los dirigentes de base e “indiferencia” ante los esfuerzos de los líderes colorados. Es de esperar que Cartes mantenga el rumbo firme y no caiga en errores de administraciones pasadas que por falta de liderazgo y decisión o por ceder a las presiones de sectores partidarios y grupos fácticos acabaron por frustrar las esperanzas de la población. Si el presidente Cartes demuestra coherencia y energía, cumple su palabra de apostar siempre a una “selección nacional” de los más idóneos y capaces y encara sin dilaciones las transformaciones tan anheladas, contará con el puntal más importante en una democracia: el respaldo de la ciudadanía.

    Horacio Cartes llega a la Presidencia de la República a caballo de dos características fundamentales. En primer lugar, no pertenece a las cúpulas político-partidarias que han gobernado este país durante tantos años. Si bien ganó las elecciones apoyado en el Partido Colorado, es evidente que hasta cierto punto Cartes también integra el grupo que es llamado de los “outsiders”, es decir, personas sin trayectoria en organizaciones políticas. La segunda característica del nuevo presidente es su éxito en la gestión empresarial y el mundo de los negocios, donde además de acumular una considerable fortuna, se habituó al trabajo esforzado, a la evaluación según los resultados alcanzados y a valorar la eficiencia y la creatividad. Es de esperar que estas características ayuden al presidente Cartes a llevar la nave de la nación paraguaya a buen puerto. Esta página hace votos para que así sea, por el bien del país.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/137517-todo-cambio-trae-esperanza.html

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  37. Lo que debe aprender

    Más allá de las expectativas o el escepticismo reinante en diferentes sectores, lo cierto es que Horacio Cartes asume hoy las riendas de la administración del país, enfrentando retos políticos, económicos y sociales diversos, a los que habría que agregar la superación de su cuestionado pasado, ligado a denuncias sobre narcotráfico.

    Este hombre, de 56 años, deberá convivir y administrar con políticos de la ANR, cuyas “bases” ya manifestaron su malestar por un gabinete con marcado perfil técnico, en el que se descartaron a los “correligionarios”. Entonces, es de suponer, que solo es cuestión de tiempo para que estos colorados descontentos comiencen a poner trabas esperando fallas de parte de este grupo de colaboradores cercanos del mandatario.

    En igual plan estarán la mayoría de sus circunstanciales amigos del PLRA, quienes no pueden más que esperar que este Gobierno finalmente fracase, de lo contrario el retorno al poder se complicará. Es la simple y mezquina lógica de la politiquería que tanto daña.

    Pero Cartes también deberá aprender en este cargo. Primero, cuán diferente es el manejo de la administración pública con relación al de sus empresas. Ahora debe negociar, consensuar y aprender a “tragar sapos”; su palabra, si bien importante, ya no será la única ni la incuestionable. Son las reglas de la política, y con las que el mandatario deberá construir y alcanzar la gobernabilidad que necesita.

    El ex dirigente deportivo, además, tendrá que aprender a manejar ese toque de soberbia, propia de empresarios de su talla. Si deja de escuchar, perderá la noción de la realidad y se extraviará entre las ilusiones del poder.

    Y es que el poder se extralimita, a menos que nos enfrentemos a él continuamente, y el único modo de hacerlo es a través de un pueblo vivo en iniciativas y expresiones, y capaz de ejercer una vigilancia constructiva. Es así que conviene promover más sociedad y menos Estado, como garantía de una democracia verdadera, pues las iniciativas ciudadanas dan respiro a la sociedad y fortalecen a una nación. La asunción de un nuevo presidente de la República es motivo de esperanza para mucha gente, y es lógico que así sea. Por ello, dejando de lado las posturas ideológicas, lo que sí vale esperar en este día es que Cartes no destruya esta expectativa, como tantos otros, priorizando intereses particulares, ocasionando un daño que llevará sobre sus espaldas para siempre. Esto es algo que él también debe aprender.

    http://www.ultimahora.com/lo-que-debe-aprender-n713389.html

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  38. La continuidad golpista
    POR PELAO CARVALLO ⋅
    Opinión. “El escenario de estos días de cambio presidencial son de continuidad golpista”.
    .
    15 de agosto de 2013, Asunción del Paraguay. En este día y ciudad asumirá la Presidencia de la República del Paraguay el empresario banquero Horacio Cartes. Presidencia que obtuvo financiando un golpe de estado, una disputa electoral fraudulenta y antes que eso, la designación como candidato por el partido más poderosos del Paraguay: el partido Colorado.

    La designación como candidato de Horacio Cartes por el partido colorado, tuvo un costo altísimo que fue bien compensado. El partido ese tuvo que romper su reglamento que obligaba a una militancia de diez años en él para que alguien pueda ser designado como candidato presidencial. Cartes pudo serlo con sólo un año de militancia.

    Más tarde, en torno a la masacre de Marina kue, Curuguaty, fue una de las cabezas consultadas para dar su venia al golpe de estado parlamentario que se concretó el 22 de junio de 2012. Dio su amén respaldado por los millones que maneja.

    Posteriormente triunfó en las elecciones más ilegitimas y fraudulentas que se recuerden en la historia del Paraguay: ilegitimas por darse en una situación de golpe de estado parlamentario, bajo un gobierno ilegítimo surgido de la traición, el descaro y el poder del dinero. Un gobierno florero lacayo de las multinacionales, la soja, los transgénicos y Estados Unidos. Un sistema electoral corrupto y manipulado y las jornadas electorales en que más recursos se invirtieron para conseguir votos, a tal punto que al menos dos partidos con representación parlamentaria, en lo práctico, dejaron de existir por la succión de votos que sufrieron mediante “saqueos” por parte de los dos más importantes partidos golpistas, el liberal y el colorado.
    Así es que este banquero, del cuál se tejen miles de conjeturas respecto al origen de su fortuna, todas ellas vinculadas con el borde de la ley, llega a la presidencia.
    El escenario de estos días de cambio presidencial son de continuidad golpista: los funcionarios estatales ven postergados el pago puntual de sus sueldos, los campesinos siguen siendo expulsados de sus tierras por parte de los fiscales y policías a favor de terratenientes paraguayos y brasileños, los trabajadores de la educación siguen en huelga, reprimidos por la policía y la justicia que acaba de declarar “ilegal” su huelga.
    La muestra más clara que el sistema de desigualdades que impera en Paraguay no sólo no ha cambiado sino que se profundizó con el golpe de estado parlamentario de 2012, del cuál el presidente que asume, Horacio Cartes, fue actor protagónico. Es la situación de los presos y las presas políticas de la masacre de Marina kue. Sometidas a un proceso judicial, en la etapa de la Audiencia Preliminar, la jueza a cargo, el fiscal acusador y un defensor público participante han conformado una banda judicial para asaltar el debido proceso y negar toda posibilidad de defensa a las presas, pese al evidente absurdo, sinrazón y abuso de todo lo realizado por la fiscalía tanto como investigación como acusación.
    Nada nuevo, nada mejor se espera de este nuevo gobierno de continuidad golpista. Por ello, tanto los docentes en huelga como muchas organizaciones sociales y políticas se manifestarán en las calles contra el gobierno que asume y el gobierno que se va.
    Asunción 15 de agosto de 2013

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  39. Los Derechos Humanos prácticamente estuvieron ausentes en el discurso de Cartes

    En un extenso discurso, de casi media hora, leído desde dos telepronters transparentes colocados a sus costados, el nuevo presidente del Paraguay dijo que la democracia no es un fin sino un medio. Al conmemorarse otro mes más de la Masacre de Curuguaty solamente nombró a los DD.HH. en alusión a los organismos de integración.

    En su discurso de asunción al mando, hoy 15 de Agosto, Horacio Cartes luego de jurar como presidente de la República del Paraguay, en la explanada litoral del Palacio de López, comenzó –como ya es usual en sus discursos- invocando a su dios para que le dé sabiduría, prudencia, fortaleza y justicia. Hizo lo mismo con la Virgen de Caacupé y la de Asunción.

    En un discurso conciliador con énfasis en la lucha contra la pobreza dudó de la democracia como fin señalando que está “es un medio” y el fin el bien común.

    “Ponderamos nuestra democracia, pero por sobre todo llenémosla de contenido. ¿Podemos acaso estar orgullosos de la democracia, si sigue habiendo la misma con mayor cantidad de pobres? ¿Podemos gritar que conquistamos la democracia sino somos capaces de dar oportunidad de trabajo digno a nuestra gente? Ponderamos la democracia, nos jugamos por la libertad, exigimos justicia para todos pero fundamentalmente tenemos el compromiso de hacer que cada uno de los habitantes del Paraguay tenga las mismas oportunidades de trabajo, de educación, de salud y de seguridad. Que haya pan y trabajo en cada hogar paraguayo”, afirmó.

    Recordó que fue electo como presidente por su “querido Partido Colorado”. Un partido que tuvo que modificar sus estatutos para colocarlo como candidato ya que no tenía el mínimo de 10 años que requerían los estatutos anteriores para candidatarlo.

    Más adelante dijo que la prolongada transición a la Democracia ha concluido en el Paraguay con este traspaso de mando de un signo político a otro. “El proceso electoral ha demostrado que vivimos en una Democracia plena”, dijo.

    En otro momento de su discurso hizo referencia a las riquezas con que cuenta el Paraguay, expresó que “no podemos seguir contaminando nuestras aguas, no podemos seguir deforestando sin control, el mundo nos exige un cuidado del medio ambiente y el Paraguay nos pide ese cuidado”. Algo que llama la atención atendiendo su cercanía al sector agroexportador sojero principal responsable de la contaminación de ríos y deforestación en el país.

    Más adelante se comprometió en dar el ejemplo en cuanto a seriedad, credibilidad y previsibilidad.

    En otra parte dijo anhelar las más fructíferas relaciones con los países vecinos “y con todos los Estados con los cuales mantenemos relaciones diplomáticas. Nos anima la franca predisposición de mantener, las más cordiales y fecundas relaciones bilaterales, antes que agravar diferencias coyunturales. Pretendemos que nos acerquen y hermanen el entendimiento, la cooperación y la complementación que mutuamente podemos incrementar. En los ámbitos multilaterales apostamos al fortalecimiento de los organismos subregionales, regionales y mundiales”. Esto contrasta con la ausencia del presidente de Bolivia y el de Ecuador quienes estuvieron ausentes en la asunción al mando del día de hoy en solidaridad con el presidente Venezolano, Nicolás Maduro quien no fue invitado al acto.

    Agregó que su gobierno participará en los organismos subregionales, regionales y mundiales para consolidar la democracia, fomentar la integración, la cooperación y la vigencia de los Derechos Humanos. Esta fue la única parte en su discurso en la cual hizo referencia a los Derechos Humanos, los cuales se encuentran en una situación sensible en Paraguay, atendiendo las recomendaciones de organismos internacionales de Derechos Humanos que llamaron la atención a las instituciones de justicia en Paraguay respecto al caso Curuguaty. Cumpliéndose hoy un mes más de la masacre donde perdieran la vida 11 campesinos y seis policías.

    A los jóvenes llamó a “armar lío” en caso de que “este presidente no cumpla sus expectativas”. Armando “lío” en las afueras de los fuertes cordones de seguridad implementados para el día de hoy ya se encontraban maestros quienes reclamaban pago de salario y jubilaciones.

    Más adelante hizo alusión al sistema de salud “desde el gobierno pondremos en ejecución un programa de salud pública preventiva (…) mi compromiso como presidente es luchar para que la salud pueda llegar a cada uno de ustedes” Lo que discrepa con declaraciones recientes a medios locales de su recién jurado ministro de Salud, Antonio Barrios, que presagian la vuelta del cobro de aranceles para acceder a los servicios de salud pública.

    Así también habló de los adultos de la tercera edad, de la mujer paraguaya, de los niños de la calle.

    En cuanto a la seguridad dijo: “que no nos van a marcar la hoja de ruta ni criminales ni grupos armados”.

    Hacia el final de su alocución hizo mención a su padre y a su familia.

    “Conciudadanos y conciudadanos, jóvenes, personas de la tercera edad y de todas las edades juntos edificaremos la gran y próspera nación que nos merecemos, gracias por su confianza. Pido a dios todopoderoso que me ilumine, me de la sabiduría y la fuerza para servirles, unidos construiremos un nuevo rumbo. Viva el Paraguay. Que dios bendiga a cada uno de ustedes” Concluyó Horacio Cartes su primer discurso como presidente del Paraguay.

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  40. 16 DE AGOSTO DE 2013

    Paraguay: Un ocaso saludable

    José Antonio Vera (especial para ARGENPRESS.info)

    El poblado de Ybycuí, en el Departamento de Paraguarí, a escasos 70 kilómetros del centro de Asunción, conocido como “la cuna del Partido Colorado”, amaneció este jueves 15, Fiesta Nacional Paraguaya, con una inusual escarcha espesa, que el reflejo del sol mañanero se encargó de dibujar diversas banderas de colores en las irregularidades de los campos, pero ninguna fue colorada. ¿Casualidad?.

    Quizás, con su sabiduría y caprichos, el tiempo, aliado a otros elementos, está anunciando el fin de las dos familias políticas que más daño han hecho al pueblo paraguayo en el último siglo, ambas en franco deslizamiento hacia el precipicio que han construido con sus abusos, represión, corrupción e insensibilidad hacia las necesidades e intereses del pueblo. La otra cabeza en el infortunio popular es el Partido Liberal, cuya cúpula actual ha traicionado la matriz ideológica del mismo.

    La nieve, en cualquier parte de esta naturaleza tan agredida por la especie humana, y siempre que sea fugaz, perjudica sólo y en ciertas ocasiones a algunos plantíos, pero es inexorablemente útil en la eliminación de alimañas, gusanos y mayoría de insectos, entre ellos el temible aedes egyptis, función que, traducida en esta ocasión al mundo político y social, bien puede simbolizar una muy oportuna higienización general.

    La escarcha, como contenta, se fue desvaneciendo tras un magnífico sol que aliviaba de los vientos fríos a las numerosas personas que llenaron las calles céntricas asuncenas en una jornada de mucha actividad cívica, destacando el inicio de un nuevo quinquenio presidencial, con una suntuosa ceremonia en el Palacio de los López y, al unísono y a pocos metros, actos culturales de repudio al mandatario saliente y a su gobierno faccioso.

    El empresario Horacio Cartes, emblema del enriquecimiento fácil y rápido, juramentó ante una decena de personalidades de gobiernos extranjeros y más de cien capitalistas que llegaron de diversas partes del mundo en sus aviones privados, atraídos por los nexos que ha cultivado el nuevo hombre fuerte del país y por las garantías que ofrece a los inversionistas, al tal punto que les promete exoneración impositiva a las firmas que distribuyan caridad entre los pobres.

    La oferta está dirigida casi en exclusiva a las corporaciones transnacionales del agronegocio, omnipresentes en el país, para las que designó al incondicional Regis Mereles al frente de SENAVE para atenderlas, y a los empresarios maquiladores que irrumpen impetuosamente en diversos rubros, en los que Cartes, omitiendo la lógica esclavista de los mismos, confía como una de las válvulas de escape al colosal desempleo de una cuarta parte de la población económicamente activa (PEA), donde anidan tres millones de seres humanos, de los seis y medio que conformarían la población del país, con más de un millón emigrado.

    El flamante presidente, un advenedizo en la política, fue electo el pasado 21 de abril por una aplastante mayoría, en representación del Partido Colorado, al que se había afiliado recién cuatro años atrás y al que, para poder postularse, impuso, a fuerza de dinero, una modificación de los estatutos, que exigían diez años de pertenencia.

    Otro aporte al corroído partido, que formó parte de una feroz tiranía de cuatro décadas encabezada por el General Alfredo Stroessner, habría sido la financiación a varios candidatos para que ganaran las elecciones municipales de hace tres años, incluida Asunción, cuyo pequeño centro es la única parte de la capital sin pozos, sin raudales y sin basura amontonada durante días, clara expresión del fracaso de la política basada en las mentiras, las prebendas y la demagogia.

    El Estado que administrará Cartes es prisionero de la ineptitud y de la corrupción, con unos 280 mil burócratas que absorberían 250 millones de dólares por mes en salarios y regalías, convertido en un negocio para la oligarquía empresarial y para las cúpulas de los dos grandes partidos, socios íntimos en una sociedad que gerencia el Partido Colorado desde hace 70 años, con la apoyatura cuasi masónica del aparato liberal.

    Sin duda que esa situación representa un desafío difícil de superar, al que Cartes llega convencido de que podrá enfrentarlo con el mismo éxito que disfruta como titular en más de veinte empresas financieras, tabacaleras, agro-ganaderas, de bebidas y del fútbol profesional, entre otros rubros, bajo sospecha de que también podría ser prestanombres de algunas.

    Su fulgurante incursión en política, al que muchos allegados dicen que siempre miró con desdén, comenzó meses después de la instalación del “gobierno de los cambios” presidido por el exObispo Fernando Lugo, en agosto del 2008, cuando los colorados sufrieron su primera derrota electoral en setenta años, aunque sin perder el poder sobre el parlamento y el Poder Judicial. Apenas una avería en su viejo motor.

    Lugo, al frente de una alianza muy heterogénea en ideas, doctrinas, intereses y objetivos, había contado con el voto mayoritario del Partido Liberal, que impuso como Vicepresidente a Federico Franco, ganador de unas internas recientes con fraudes múltiples, y que el 22 de junio del 2012, encabezó el Golpe de Estado, maquillado de parlamentario, que le costó a Paraguay la suspensión del MERCOSUR hasta el 12 de julio pasado, por violación de las reglas y principios democráticos.

    Cartes, experimentado negociante y hábil calculador, como lo confirma su sinuosa trayectoria empresarial, y financista de varios postulantes de distintos emblemas, advirtió de inmediato que se habría ante sus ojos una ocasión inmejorable para incursionar en política, por tres razones: 1) el Partido Colorado exangüe, pero mayoritario, requería oxígeno de urgencia, 2) el Partido Liberal se había salvado de implosionar gracias a integrar el gobierno de Lugo, pero manteniendo un considerable electorado, y 3) las fuerzas populares dispersas, eran incapaces de sumar más votos que esas dos viejas familias.

    Una cuarta razón y quizás la fundamental, era la necesidad de Cartes de conquistar impunidad para abroquelarse ante el número de denuncias, acusaciones y pleitos iniciados en su país y en los vecinos, en particular Brasil, donde aparece aún hoy como contrabandista de cigarrillos de su Fábrica Tabesa y cabeza de una asociación ilícita para delinquir, con el tráfico de drogas, armas y lavado de dinero. Versiones de prensa señalan que entre el 20 al 60 por ciento del tabaco de contrabando que se ofrece en varios países americanos, son de su marca.

    El año pasado Wikileaks difundió unos datos en ese sentido, atribuidos a fuentes diplomáticas de Estados Unidos, país que Cartes admira y en el que residió algunos años, y cuya injerencia en la vida política, militar y educativa paraguaya, que tiene medio siglo, se ha incrementado en los últimos años de manera intensa.

    Esa contradicción entre la buena opinión de Cartes sobre el Tío Sam y la información que el Pentágono y la DEA disponen sobre sus actividades, es pura apariencia, como lo demuestra y recuerda el episodio protagonizado hace un cuarto de siglo entre Washington y el General Andrés Rodríguez, a quien la potencia imperial le prohibió entrar al país en 1987 porque lo consideraba un cabecilla en el narcotráfico, pero dos años después lo blanqueó.

    En febrero de 1989, ese amoral jerarca militar fue integrado al plan de rejuvenecimiento de los genocidas regímenes suramericanos, tras dos décadas y media de crímenes y robos a los pueblos, con la misión de desplazar del poder a su socio, colega y consuegro General Stroessner, descartado por la Casa Blanca tras cumplir 35 años de obediencia en la represión y asesinatos de opositores, calificados todos de comunistas. Siete u ocho años después, Rodríguez murió en circunstancias desconocidas, presumiblemente en una clínica estadounidense.

    Para la amplia masa de paraguayos que habían coexistido bajo el estronismo, colgados del pañuelo colorado, y para el sector que permanecía en el país, entre los cientos de miles de víctimas de los abusos de la tiranía, el General Rodríguez, que en voz baja era “un bandido cruel”, se convirtió en un demócrata, salvador de la patria, convertido por los medios grandes de comunicación, casi en un héroe.

    Similitud?. Los hechos, como siempre, dirán si hay lugar y razones para una reedición. Por el momento, Cartes ha asumido la presidencia con un equipo de colorados poco activos, presentados como “técnicos”, la mitad formados en universidades norteamericanas, muchos de los cuales generan repudio popular por su postura estronista y orgullosos de haber pertenecido a un régimen criminal y ladrón, en particular el nuevo Canciller Eladio Loizaga y el Ministro de Defensa General Soto Estigarribia, acérrimo y confeso enemigo de las ideas socialistas, y devoto de Estados Unidos.

    Cartes pronunció un discurso emotivo, que la ciudadanía ha recibido relativamente bien, aunque omitiendo mencionar al MERCOSUR y a su concepto de “estorbo” por los sindicatos, ni a su inclinación por privatizar empresas estatales. Prometió seguridad y combate implacable a los “grupos armados”, sin hablar de las bandas de mercenarios que actúan al servicio del narcotráfico o de la “guerrilla del EPP” que, según el Ministerio del Interior y la prensa de derecha, activa en el norte del país. Un día antes había sido asesinado en la zona de Concepción el dirigente campesino Lorenzo Aquino.

    Notorio fue el déficit en su oratoria, aparentemente improvisada pero que habría sido leída en dos telefronters transparentes instalados cerca pero no visible en la trasmisión televisada, sobre los derechos humanos, y el tema crucial de la tierra, en la que Paraguay se destaca por mantener la más desigual tenencia en Suramérica.

    En el momento que Cartes hablaba, desfilaban por las calles céntricas de la capital columnas de docentes y médicos reclamando el pago de jubilaciones, algunas de 150 dólares por mes, y de sus salarios congelados hace meses, como ocurre con otros gremios y los inscriptos en la Secretaría de Acción Social, todos víctimas del gobierno usurpador del Partido Liberal que, luego de 14 meses, debió pasar la posta repudiado en actos culturales y concentraciones de ciudadanos en las plazas adyacentes al palacio del Ejecutivo Nacional. Cinco entre diez paraguayos, desconocen el bienestar.

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  41. ENTRE LA ILUSIÓN Y EL ESCEPTICISMO

    Por: Andrés Granje

    Una nueva ilusión se abre en el horizonte de la patria con la asunción a la presidencia de la República de Horacio Cartes, el mensaje a la ciudadanía brindado por el jefe de estado cuando juro y fue impuesto de los símbolos del poder como la banda y el bastón presidencial por parte del Presidente del Senado Julio Cesar Velázquez fue emotivo y esperanzador, pues abordó casi toda la problemática que mantiene en el atraso a nuestro país, señalando que no va a tolerar la corrupción y la inoperancia. Que el formato de democracia que no de respuesta al hambre y a la necesidad del pueblo es como un rito que se repite cada cinco años pero desprovisto de contenido y que no sirve al pueblo por lo que se debía adoptar políticas que conduzcan a la modernidad y al mejoramiento sustancial de la calidad de vida del país.

    Sin embargo muchos conciudadanos a pesar de este discurso emotivo y seductor que invita a soñar y que sonaba tan sincero, siguen escépticos sobre el futuro de la patria, es que “de buenas intenciones están empedrados los caminos del infierno”. Aparte en administraciones anteriores igualmente en estos actos se escucharon discursos similares donde también se brindaban un diagnostico correcto de la situación y se planteaban medidas que se aplicarían para solucionarlos en el más corto tiempo posible, sin embargo por razones diversas nunca se pudieron concretar, en ocasiones por los compromisos contraídos con grupos de intereses políticos y sociales que impiden que puedan a estos gobernantes cumplir las promesas electorales a pesar de las buenas intenciones con que llegaron al poder.

    En el caso de Cartes pareciera que tiene aparte del deseo la fuerza y veremos si el talento para desprenderse de las amarras políticas del Partido gobernante, los primeros roces ya se dieron con la nominación de un gabinete totalmente técnico sin otorgar mayores cuoteo de poder a la clase política que tenía la intención de quedarse con el control de las secretarías de estado, como han sido siempre en la administración del estado en el país, eso no fue del agrado de los dirigentes de bases principalmente, quienes muestran su disconformidad de manera evidente, como los que se manifestaron en contra del Dr. Francisco de Vargas, por su origen liberal en el acto de juramento de los nuevos ministros.

    El Presidente Cartes tiene dificultades crecientes en el aspecto social que el mismo reconoció como graves por la desocupación y por la falta de la tenencia de tierra, también entre la población más vulnerable, como la tercera edad, los pueblos originarios, la juventud y la niñez pobre, Dios quiera que con este equipo de técnicos jóvenes de su gabinete pueda primero resistir la presión política y luego resolver caso por caso los hechos mencionados. Tiene como ventaja un crecimiento de la economía y la posibilidad que grandes grupos empresariales internacionales puedan radicar capitales dinamizando la generación de empleos. Todo dependerá de la capacidad de gobernar el país que para mucho es más complicado que manejar empresas privadas que es el sector donde preferentemente se manejaba hasta ahora el Sr. Cartes.

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  42. Paraguay coronó nueva forma de golpes de Estado

    Publicado: ago. 16, 2013 at 2:02 AM

    Alfredo Serrano Mancilla, Doctor en Economía y coordinador para América Latina de la Fundación CEPS, expresó que el proceso vivido en Paraguay constituye un nuevo modo de golpe de Estado.

    A través del diario Página 12 señaló que «hoy (ayer) se recogen los frutos del pasado golpe a la democracia en Paraguay. Horacio Cartes fue elegido presidente el pasado 21 de abril en una jornada electoral tan limpia como sucias fueron las artimañas que la precedieron. Los golpes inteligentes del siglo XXI nada tienen que ver con los de antaño. Todo se realizó con sintonía extremadamente fina con el único objetivo de sacar del tablero al presidente Lugo para retroceder al bipartidismo soñado por los grandes capitales transnacionales. Igual sucedió en Honduras, con Zelaya, y lo mismo fue intentado infructuosamente en Ecuador, Bolivia y Venezuela. Estados Unidos vuelve a demostrar una vez más que son adictos a la estrategia de la «democracia de quita y pone», esto es, aniquilo aquella democracia que no me sirve e impongo la que me conviene. Esta es la manera elegida por el Norte para regresar al Sur; después del rechazo al ALCA, de la emergencia del ALBA, de Unasur, de la Celac, de la solidez del Mercosur, Estados Unidos busca con ahínco el retorno a América del Sur a través del Pacífico. De hecho, la Alianza del Pacífico no puede ser vista ni mucho menos como un mero acuerdo comercial –como remake del ALCA–, sino ha de ser calificada como un proceso de integración neoliberal en busca de acabar con la Década Ganada lograda en muchos países de la región gracias a las políticas de transformación a favor de las mayorías.

    En este contexto, Paraguay es una pieza más en todo este complejo engranaje geopolítico. Un país pequeño pero con deseados recursos naturales, especialmente por la gran hidroeléctrica Itaipú, y con una posición geográfica privilegiada. Paraguay es además miembro del Mercosur, lo que supone realmente un atractivo superlativo para la nueva ofensiva contraprogresista. El nuevo presidente, Cartes, es el Piñera-Berlusconi de la política paraguaya, un multimillonario todopoderoso, ex estafador, ex fugado, ex preso, que tiene desde un equipo de fútbol hasta un banco que duerme en un paraíso fiscal. Cartes representa lo de siempre: un cacique que nada tiene que ver con la mayoría de su país. Un hombre de negocios que cree que la política es una función para maximizar los beneficios.

    Cartes llega con todo y con todos. Dentro de su gabinete, destaca regionalmente la elección del canciller. Toda una declaración de intenciones en política exterior. Eladio Loizaga tiene un currículum sin desperdicio. Bien ligado a la cancillería en la época de la dictadura de Stroessner, fue activo promotor de la Liga Anticomunista, la misma que avaló el Plan Cóndor en América latina. Con respeto a su propio pasado, el futuro canciller paraguayo ya ha dejado bien despejada cuál es su apuesta en un futuro inmediato: más boboaperturismo, más libre comercio, más invasión vía inversiones extranjeras, más crecimiento empobrecedor. Exige un Mercosur flexible, es decir, un Mercosur que sea maleable en relación con las condiciones sociales de los pueblos para garantizar una mayor rigidez en la alta tasa de ganancia del capital. La propuesta es absolutamente evidente: Paraguay será parte de la nueva coalición neoliberal en la región, y procurará –hasta donde pueda– boicotear todo aquello que se esté fraguando en el bloque mercosuriano. El Paraguay de los colorados es –sin lugar a dudas– un país con salida al Pacífico. Y es que, en muchas ocasiones, la geoeconomía se acaba imponiendo a los determinantes geográficos.

    En estos últimos tiempos, la ofensiva neoliberal contraataca, y viene con todo. Después de años de avances progresistas en la región, el capital y sus títeres no se piensan quedar con los brazos cruzados. Frente a un Mercosur en ampliación por la ruta del ALBA, la Alianza del Pacífico sigue sumando adeptos para no quedarse atrás; Costa Rica está a punto de constituirse en el enclave centroamericano; y Paraguay es la próxima estación lejos del Pacífico. El nuevo gobierno de Cartes ya ha declarado la guerra contra Venezuela no invitando a Maduro a la toma de posesión, con el consecuente efecto dominó en la no asistencia de Correa y Evo, provocando así que todo el ALBA no acuda a la cita. Cartes prefiere tener como invitados a los presidentes del Real Madrid o del F. C. Barcelona, o a los 150 empresarios considerados –en palabras de los organizadores– como «tan importantes como jefes de Estados». Con esto está todo dicho acerca de las preferencias del nuevo gobierno paraguayo sobre el nuevo modelo de integración regional subordinado al mundo, completó la nota.

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  43. Una mañana muy fría
    POR GERARDO DENIS ⋅ AGOSTO 16, 2013 ⋅

    Luego de los fragores de las batallas políticas para definir las autoridades que guiarían al país durante los próximos cinco años; de las cuales las elecciones del 21 de abril fueron simplemente un eslabón en la cadena de sucesos que nos trajeron hasta este día en que Paraguay da el primer paso del ¨nuevo rumbo¨. ¿Todo termina en una mañana muy fría?

    Desde los días previos ya se auguraba que este traspaso de mando presidencial se desarrollaría en una mañana muy fría.

    Los pronósticos de meteorología indicaban que podría ser el día más frío del año. Y no se equivocaron, fue el día más frío, pero no sólo del año y no sólo hablando del clima.
    En esta pronosticada mañana fría acontecería uno de los eventos de mayor intensidad (y calor) nacional en cualquier país del mundo. Sin embargo hubo frío, mucho frío.

    Atrás quedaron la Masacre de Kuruguaty, el ¨Juicio Golpe Político Parlamentario¨ con el que se truncó el ancestral anhelo de cambio del Pueblo paraguayo que había prometido materializar Fernando Lugo. Atrás quedaron también los despidos masivos en la gestión pública, las luchas de los empleados públicos por preservar su fuente de trabajo y el mantenimiento de planes sociales que insinuaban transformarse en políticas de Estado para construir la siempre reclamada ¨justicia social¨. Atrás quedaban muchas apasionadas jornadas de lucha contra los transgénicos, contra Río Tinto, contra la privatización de la ANDE, etc.

    Atrás quedaban, en ese momento, la firme determinación del MERCOSUR y la UNASUR cuestionadora de los mecanismos para la destitución de Lugo, la suspensión posterior de Paraguay de esos organismos, y la casi unánime actitud internacional de no reconocimiento a Federico y su gobierno. Salvo ¨honrosas excepciones¨ claro, como la de Taiwán que hoy estuvo presente, a través de su presidente, en el palco oficial saludando a Horacio Cartes. O como el Estado Vaticano que en aquel momento todavía no experimentaba su propio proceso de cambios, que inició luego con la llegada de Francisco.

    Atrás quedaba el fuego cruzado de las denuncias de corrupción contra el gobierno de Federico y el contra ataque de denuncias de pasados oscuros que construyeron las enormes fortunas de quienes proponían nuevo rumbo en la campaña electoral. Atrás quedaron las ejemplares y definitorias elecciones, con sus manipulaciones mediáticas y las fortunas (del Estado y las privadas de oscuros orígenes) volcadas al libre mercado de los votos en aquella ¨histórica¨ jornada del 21 de abril que definió el Nuevo Rumbo del Paraguay.

    En definitiva, atrás quedaban los 14 meses de Federico y atrás quedaba finalmente el propio Federico.

    Pero todo ese calor de confrontaciones sociales, políticas nacionales e internacionales se congeló abruptamente con esta breve ola de frío polar, que nos deja el tradicional breve invierno paraguayo, junto a un nuevo rumbo para el país tras el efímero gobierno de Federico el Breve.
    Y nuevamente las complejidades de nuestro querido Paraguay. ¿Cómo explicar semejante frío en un país subtropical? Es que en el acto de juramento de Horacio Cartes, confluyeron varias frialdades. Además de la temperatura ambiente.

    Uno de ellos, el frío trato protocolar entre mandatarios de la región. Los del MERCOSUR que
    habían definido la fecha de hoy, con la asunción del nuevo presidente, como el límite de la suspensión y por tanto esperaban posicionarse en el papel de quienes reciben a un hermano ausente que retorna para estrecharlo calurosamente entre sus brazos. La postura de Cartes respecto a la no aceptación de la Presidencia Pro-témpore de Venezuela del bloque y la no invitación al Presidente Maduro, que motivó la inasistencia de Evo y Correa, pulverizó el anhelo de los mandatarios de la región, transformando el esperado caluroso abrazo en un frío y protocolar apretón de manos.

    Otro factor que convergió para acrecentar el frío político de esta mañana ya de por si fría en lo climático, fue el enorme espacio vacío dejado por los casi mil invitados ausentes en el sector de sillas blancas frente a palco oficial. Ausencias que, luego se confirmó, se debían a la disconformidad de los referentes políticos del partido colorado a causa de la designación inconsulta por parte de Cartes de un gabinete de tecnócratas. Referentes colorados confirmaron luego que esas ausencias eran una forma de manifestar el descontento partidario. Claro que de un tipo de manifestación distinta a la de los docentes y otros sectores que hacían lo suyo fuera de ámbito del evento protocolar.

    Todo fue frío esta mañana. La falta de carisma y de efusividad para un discurso recitado por parte del nuevo presidente, más la lentitud del protocolo para las firmas necesarias para poner en funciones al nuevo gabinete, le agregaron a la jornada una sensación térmica aún más baja que la temperatura real.

    Quizás todos estos factores sumados fueron la causa de que los y las ciudadanos y ciudadanas no acudieran a presenciar la asunción del nuevo presidente. (Ro’yetereima voí niko).

    Los pocos que acudieron por sus propios medios y con recursos propios lo hicieron para ¨despedir¨ a Frauderico, pero no ingresaron a la explanada del palacio donde se desarrolló la asunción de Cartes. Los otros pocos que sí accedieron al evento protocolar fueron los que vinieron en camiones y micros desde el interior de país, principalmente colorados de Itapúa simpatizantes del flamante Vice presidente Juan Eudes Afara Maciel, oriundo de esa zona del país.
    Y si hablamos de fríos y ausencias, la mínima que se registró en la jornada, sin dudas, fue la causada por la falta de presencia y calor popular, en este momento que se pretende bisagra de nuestro destino nacional.

    Lo que está por verse, es si Horacio Cartes, que da el primer paso de su nuevo rumbo en este día, el más frío del año, es capaz de ganar voluntades populares suficientes como para generar una base social que empuje al país en la dirección del nuevo rumbo que él propone.
    Lo que sí es seguro, es que en Paraguay, como en todo país subtropical, el frío dura muy poco.
    Si el gobierno de Horacio Cartes no logra imprimirle calor popular a sus propuestas, lo más probable es que la temperatura vuelva a cambiar. Pero esta vez pasando del frío de la indiferencia al calor de la oposición a sus proyectos.

    A partir de hoy él es el nuevo capitán del barco llamado Paraguay. Si su nuevo rumbo nos lleva al frío polar o al calor ecuatorial, dependerá de la habilidad que desarrolle para pilotear esta nave y nos haga llegar a ese destino “bonito” que enunció en su primer discurso como presidente.
    Por el bien de todos, esperemos que, al menos él, tenga claro el nuevo rumbo.

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  44. Taxista por un día

    La noticia no podría ser más insólita, un primer ministro noruego tuvo la original idea de hacerse pasar por taxista de manera incógnita, oficio que desarrollaría solamente por un día. ¿Qué le motivó a semejante aventura, sabiendo, como sabemos que los funcionarios públicos no necesitan hacer un trabajo extra para llegar a fin de mes? Lo que quería este señor era escuchar a los pasajeros y poder enterarse de lo que opinaban del Gobierno y, especialmente, sobre su persona.

    Algo es cierto, de los políticos podemos decir miles de cosas cuando están de espaldas, los disparates que se nos ocurran y decimos cosas que jamás diríamos si los tuviéramos frente a frente. Los pasajeros de los taxis suelen expresarse sin rodeos, pues en primer lugar están hablando con un trabajador como ellos y a los cuales incluso se les puede decir lo que uno piensa sobre tal senador o diputado, y ni el presidente se salva. Nos convertimos en espontáneos analistas y consejeros sobre qué rumbo tiene que tomar el Gobierno.

    Si los políticos afinaran un poco los oídos podrían advertir de qué modo están perdiendo credibilidad o, tal vez, se darían cuenta de sus propias contradicciones. Esos “desdecires” propios de los que quieren arreglar o enderezar un poco las macanadas que se mandan. Los políticos están acostumbrados a las “tirada de oreja” de la prensa, que los vigila a través de la información. Por tal motivo ya están elucubrando una ley de medios, que en términos sencillos es una censura institucional. Pero las cosas se terminan por saber y la mejor vía para conocer lo que la gente piensa es convivir con ellos. Imagino a un senador que no tiene la menor idea de lo que es viajar en un bus chatarra, que se tome el trabajo de abordar uno y padezca de ese viaje inseguro y donde los pasajeros dependen del humor del chofer para que se detenga en las paradas y no arranque antes que uno se baje. Sin mucho esfuerzo los funcionarios de lujo descubrirán qué piensa la gente realmente de ellos.

    El hecho que los parlamentarios tengan un sueldo altísimo, con todo lo que ello implica, hace que se alejen de las necesidades colectivas y desconozcan los padeceres cotidianos de los que les pagan el sueldo con el sudor de su frente. Y cuando digo sudor no estoy hablando de una metáfora, sino de eso que padecemos los días de intenso calor metidos en esas latas de sardinas con ruedas.

    Si conocieran esas mínimas necesidades, no harían tanto cabildeos para solucionar un problema que lleva años, no pensarían tanto en sus intereses políticos. Pensarían en la gente, por ese motivo es que celebro esa idea de un ministro noruego que se animó a ser taxista por un día. Lo podrían haber asaltado o maltratado, tal vez le podría haber tocado de pasajera esa mujer de la que tanto canta y se jacta Arjona cuando piloteaba un taxi, sí, hablo de esa que termina siendo su amante.

    Imagínese esto: Usted se sube a un taxi y va despotricando con total tranquilidad sin saber que el que conduce es el propio presidente. Este primer ministro noruego cuenta que en uno de los viajes, una mujer lo reconoció y dijo que estaba contenta de esa coincidencia, pues estaba pensando en enviarle una carta. ¿Una queja tal vez?

    http://www.ultimahora.com/taxista-un-dia-n714443.html

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  45. Cartes, una tendencia importante
    Por Fernando Balda | 19/08/2013 Exclusivo para FCPPC

    El 15 de Agosto juró ante el pueblo paraguayo Horacio Cartes Jara, como nuevo Presidente del país Guaraní. Cartes, es un próspero empresario, lo que sin duda ha marcado su estilo y su ideología hacia una política democrática de progreso y oportunidades, así lo ha manifestado durante toda su campaña electoral. Una de sus primeras acciones en ese sentido, la de no haber invitado a su ceremonia de posesión a Nicolás Maduro por considerarlo ilegítimo gobernante del pueblo venezolano, ratifica su promesa y confirma la posición que éste marca para el Paraguay en la geopolítica. Esta primera postura tomada por Cartes, en cuanto a las relaciones exteriores de su Gobierno, ha sonado como un relámpago cargado de luminosidad ante la comunidad internacional, y enciende un faro en la mitad de Sudamérica hacia la ruta de los principios democráticos que deben restablecerse en algunos países de la región y fortalecerse en otros. Lo ha hecho sin vacilar, como si la fuerza y la firmeza de las corrientes de los ríos Paraná y Paraguay juntos hubieran corrido por sus venas. Sin decirlo, ha declarado como inaceptable a esa racha de sufrimiento absurdo plagado de discursos estériles y turbación ideológica que quiere lograr la posesión infinita de cuanto existe en Latinoamérica con su modelo totalitario, empobrecedor, corrupto y criminal. Cartes inaugura con su gobierno el primer contingente de un oficialismo declarado contra el castro-chavismo y contraría a los operadores políticos de las dictaduras, quienes se han acostumbrado a que nuevos gobernantes corran a ofrecerles más países para su red cancerígena que se ha venido tragando territorios de forma sinuosa y traicionera. Pero este balde de agua fría que han recibido los miembros del ALBA y toda cosa que se le parezca, ha provocado las reacciones de los gobiernos de Ecuador y de Bolivia quienes decidieron no asistir a la posesión del nuevo y legítimo Presidente Paraguayo en lealtad al régimen que los parió, esto demuestra el encompinchado irrenunciable espíritu de cuerpo que existe producto de la metástasis del cáncer chavista extendido por la región. Así mismo el flamante y decidido gobernante del Paraguay, continuando con su posición de líder democrático y respetuoso del orden constitucional ha dicho que «no permitirá que grupos criminales armados marquen la hoja de ruta del gobierno» refiriéndose al escuálido y recién nacido grupo terrorista EPP, mal llamado «ejercito del pueblo paraguayo», lo cual es plausible y necesario para evitar que este mal (el terrorismo) que ha desgraciado otras sociedades, como las FARC en Colombia, germine y se esparza en el Paraguay. La buena noticia es que; al respecto y en primicia, he conocido de forma extra oficial y de buena fuente que Cartes, está decidido a pasar a la historia como el erradicador de este grupo criminal financiado por el narcotráfico y de todo grupo que tenga como cometido desestabilizar al país, que se está asesorando con los mejores expertos del mundo en la lucha contra el terrorismo y además con algunos ex mandatarios de otros países que ya vivieron estas experiencias y lo combatieron efectivamente, va a iniciar una campaña con todo el rigor de la fuerza policial y militar que además ofrecerá a través de todos los medios de comunicación recompensas por la captura de los cabecillas a los cuales ya tienen muy bien identificados.

    De esta forma Cartes, marca una tendencia importante y alentadora que atrae a la inversión extranjera, motiva a la producción interna, impulsa el desarrollo, garantiza la estabilidad democrática y la seguridad pública y jurídica para nacionales y extranjeros en el Paraguay, fruto de un pueblo que a vivida experiencia pasada, supo ahora decidir correctamente su destino mediante el sufragio y, a su vez anuncia al mundo que se ha dado el primer paso presidencial, frontal y decidido contra la involución y las tiranías del Socialismo del Siglo XXI y sus apéndices terroristas. Y sobre todo se acomoda en el espíritu de los latinoamericanos como una paz esperanzadora que ha llegado para quedarse.

    Fernando Balda
    Ex Asambleísta Nacional del Ecuador (A).
    Secuestrado y, preso político del gobierno de Rafael Correa.
    Twitter: @fernandobalda

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  46. El gobierno de Horacio Cartes es un “proceso peligroso para el futuro del país”

    En este diálogo con Milda Rivarola, la politóloga sostiene que la movilización ciudadana es el único instrumento para enfrentar la ola de privatizaciones de bienes públicos que se anuncia con el gobierno de Horacio Cartes.

    Milda Rivarola manifiesta que de la mano de Horacio Cartes “vamos a tener nuestra década del ochenta ahora”, en referencia a los procesos de privatización llevados a cabo en los países vecinos. Rivarola apunta a la movilización ciudadana como principal arma para enfrentar lo que define como un “proceso peligroso para el futuro del país”.

    La politóloga también aboga por construir Estado en las zonas más olvidadas a fin de que este llegue con servicios, en contraste a la mera represión con que actualmente incursiona en los territorios que han quedado prácticamente fuera de su jurisdicción real.

    “Paraguay entra 15, 20 o 30 años tarde en los procesos sudamericanos. Siempre entra, pero entra tarde, y a veces a contramano. Paraguay no tuvo procesos radicales de privatización como tuvieron Chile, Argentina, o Brasil incluso en parte. Yo creo que eso es lo que se viene, se viene un gobierno de privatizaciones y de concesiones al sector privado de ámbitos que eran públicos. Esa es la visión empresarial y tecnócrata de gran parte del gabinete que tiene. Vamos a tener nuestra década del ochenta ahora. Esa es la apuesta de Cartes”, vaticina Rivarola ante la consulta sobre cuáles serían las características que tomaría el “nuevo rumbo” prometido por Cartes.

    “Ahora hay un matrimonio de conveniencia con el Partido Colorado y vamos a ver qué tanta fuerza opone a ese proyecto. La mayor fortuna del mundo sale de ese proceso, Carlos Slim. Slim está ahora en la lista uno o dos de Forbes. Es un proceso en que empeoraron los servicios públicos, generó crisis económica y frenó el desarrollo, pero también generó empresarios multimillonarios. El apoyo fuerte de Cartes no es ni el partido ni la ciudadanía, es el empresariado”, añade.

    Con respecto a la experiencia de otros países que volvieron a nacionalizar servicios y empresas públicas ante el fracaso de las privatizaciones, Rivarola dijo que el actual gobierno “puede castigar servicios públicos, pero va a generar acumulación y riqueza para la élite paraguaya. Por eso tiene tanta aprobación por parte de los conglomerados empresariales. Una de las cuestiones más preocupantes bajo el gobierno de Lugo fue la paralización de la movilización ciudadana. Como que los necesitados de un Estado se sentaron a esperar que el gobierno les haga un Estado. Y yo espero que eso se recupere, que las organizaciones sociales salgan de su letargo y asuman la combatividad que es propia para exigir garantías y derechos y frenar un proceso que es peligroso para el futuro del país. Hay una mayoría conservadora muy grande en el Congreso, por lo que de las propias instituciones del Estado no va a haber demasiada resistencia. Tiene que venir de la ciudadanía o no viene”, enfatiza.

    El costo de la militarización

    Con relación a los resultados que arrojaría la estrategia de militarización delineada por el gobierno en el marco del combate al Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), Rivarola estima que, tal como sucedió en ocasiones anteriores, los resultados será nulos. “Ya hubo militarización. Ya se enviaron militares con muy alto costo en San Pedro y hasta ahora no funcionó para nada. Puede responder a una presión política, pero no hay ninguna garantía de resultados eficientes con militarizar la zona. Ya se hizo tres o cuatro veces y no funcionó”.

    Sobre la violación de derechos humanos y persecución a las organizaciones sociales en estos operativos, la politóloga recordó que “desde que surgió la guerrilla en el norte en distintos gobiernos, incluido el de Lugo, la policía y la Fiscalía, a falta de estrategia eficiente para combatir la guerrilla, lo que hace es amedrentar a la ciudadanía. Desde la aparición del EPP las organizaciones están denunciando violaciones de derechos humanos de la población de esa área. Puede que ahora las violaciones sean más intensas o más continuadas, pero hasta ahora tampoco eso dio resultados (…). Puede servir políticamente para sembrar contraterror o para dar gusto a la gente que quiere ver militares en las calles, pero no son efectivos”.

    Al ser interrogada sobre la estrategia que se debería seguir en estos casos, Rivarola señaló que se debe construir Estado allí donde no lo hay sobre todo llevando los servicios públicos y no la represión. “En primer lugar reconocer el carácter, si no públicamente, en términos de estrategia, reconocer el carácter político del EPP. El EPP se propone como un contra-Estado, cobra impuestos, secuestra y ajusticia (…). Ellos lo que se proponen es controlar un territorio y establecer su poder estatal en ese territorio. Y eso solamente es posible donde no hay Estado. El primer elemento de combate a la guerrilla es establecer Estado ahí donde no hay Estado. Y Estado son rutas, caminos, escuelas, promoción de la agricultura campesina. San Pedro es tierra de nadie. San Pedro y el norte de Concepción son tierras de hacendados. Allí el Estado no está. Es como una lucha a largo plazo y lo primero que tiene que hacer el Estado es estar presente allí donde un concertado se le instaló y no solamente con formas represivas, sino sobre todo con servicios y con garantías”, concluyó.

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  47. ¿Y dónde está la transparencia?

    Durante la campaña electoral y después de su triunfo, Horacio Cartes repitió muchísimas veces que una de las prioridades de su gestión sería la transparencia de la administración pública. Se entiende que se refería a que nada de lo que ocurriese en el manejo de las instituciones del Estado sería oculto o secreto.

    Sin embargo, ahora que ya es presidente, la prensa, y por ende la ciudadanía, no tiene acceso fácil a una cuestión tan elemental como su agenda diaria. Muchas de las actividades del Mandatario se hacen públicas tarde o, directamente, no se hacen, porque ni siquiera su Dirección de Comunicaciones tiene acceso a las informaciones. Eso también motiva que la página web de la Presidencia, desde que comenzó este periodo, esté permanentemente desactualizada.

    Tal vez, Cartes no lo hace a propósito. No se entiende por qué el Presidente querría ocultar que se va a reunir en Mburuvicha Róga con ministros, secretarios o parlamentarios. Quizás sea simple inexperiencia, pero eso no puede ser jamás excusa para alguien que ejerce la más alta magistratura del país. Tiene la obligación de dar a conocer a la ciudadanía lo que hace y lo que hará, a menos que haya una cuestión de alta seguridad del Estado de por medio.

    Algunas veces, los encargados de la comunicación de la Presidencia están al tanto de lo que hará o lo que hizo el Mandatario, con quiénes se reunió y qué temas trató, pero no se animan a comentarlo a los periodistas porque no conocen la forma de ser de su nuevo jefe (o, a lo mejor, la conocen muy bien) y temen, parece, que se enfurezca por cualquier nimiedad que llegue a oídos de la prensa sin su autorización expresa.

    La tarea principal de los periodistas del área política consiste en contar a la gente aquello que se quiere ocultar desde los ámbitos del poder y, también, informar a la ciudadanía de las actividades del Presidente y de los funcionarios de gobierno. Para el primer deber, se recurre en general a fuentes de todo tipo y, para el segundo, a fuentes oficiales. Esta segunda fuente no está funcionando bien.
    Las actividades del Presidente igual se informan porque, en este país, todo se sabe y trasciende, de alguna u otra manera, por más que algunos personajes públicos crean o pretendan que no sea así .

    Ningún periodista plantea que la gente encargada de prensa de la Presidencia le cuente sobre actividades fuera de protocolo del Mandatario, como que fue a alguna fiesta, tomó algunas copas, abrazó a algún senador y prometió que dará cargos, en algún momento, a los correlís (si es que estas cosas pudiesen ocurrir). Se trata de cuestiones mucho más básicas que no se están cumpliendo y que contradicen totalmente lo que había prometido Cartes.

    El Presidente, evidentemente, deberá aprender algunas cosas que en la gestión privada no necesitaba manejar. Por ejemplo, a confiar en el criterio de su personal de prensa sobre lo que se puede hacer saber a los periodistas y a la ciudadanía. No es posible que, por temor, tengan que consultar cualquier estupidez para ver si es “correcto” que los periodistas conozcan. De hecho, no debiera haber nada oculto sobre la administración del Estado. La Constitución Nacional garantiza el derecho ciudadano a informarse (artículo 28). La ecuación es simple: si oculta tonterías, ¿por qué no habrá de ocultar cosas realmente importantes?

    Sería bueno que a Horacio Cartes no le lleve mucho este aprendizaje sobre comunicación pública y otros temas, porque todo el tiempo que tarde en hacerlo será en perjuicio de la ciudadanía y de la transparencia que prometió cuando no había ganado y no sabía bien de qué se trataba esto de ser presidente de la República.

    Por Marcos Cáceres Amarilla

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/y-donde-esta-la-transparencia-609458.html

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  48. 28 DE AGOSTO DE 2013

    Paraguay: Nuevo gobierno, bajas expectativas

    Adolfo Aguirre (ACTA)

    Horacio Cartes juró el 15 de agosto como el nuevo presidente de Paraguay, reestaurando lo que podemos llamar la unanimidad conservadora, ya que los partidos conservadores tradicionales de Paraguay, en especial el Partido Colorado, vuelven a controlar todas las instituciones políticas del país.

    El período de la presidencia de Fernando Lugo se convirtió así en un breve, esperanzador por momentos, lapsus de políticas a contramano de la hegemonía colorada y liberal. Con rasgos positivos hacia la integración regional, el gobierno de Lugo alternó políticas positivas como el nuevo sistema de salud, con medidas erróneas –la ley antiterrorista entre ellas– y falta de profundización del proceso de cambio. Lugo relegó la estructura política propia, debiendo negociar constantemente con el Partido Liberal que sumó la mayor parte de las bancas. Ese esquema se rompió definitivamente con el golpe de Estado de junio de 2012, donde Federico Franco, vicepresidente de Lugo, asumió la presidencia luego de una destitución express en el congreso.

    El triunfo en las recientes elecciones de Horacio Cartes y el partido Colorado –con mayoría en diputados y minoría en senadores – representan una restitución del orden conservador, que rechaza la intervención del Estado en favor de las clases bajas y promueve un modelo de libre mercado que beneficia a unos pocos en la cúspide del poder. El modelo de desarrollo que planteó Cartes el día de asumir su cargo fue claramente en línea con los gobiernos neoliberales que tuvo la región en los años ’90. Un gabinete de “tecnócratas”, supuestamente apartidarios y neutrales, con excepciones preocupantes como el ministro de Relaciones Exteriores, a cargo de una figura ligada a la dictadura de Stroessner como Eladio Loizaga.

    Loizaga aparece en los archivos de la Comisión de Verdad y Justicia de Paraguay como uno de los organizadores de la Liga Anticomunista Mundial y del Congreso Anticomunista Latinoamericano, en tiempos que los vuelos del Plan Cóndor se repetían en nuestros países. Sumado a este prontuario, las primeras declaraciones de Loizaga inclinan a Paraguay hacia el lado de la Alianza del Pacífico y alejado del Mercosur.

    Ante este panorama, las organizaciones sindicales y sociales han decidido comenzar a preparar la resistencia y la acción. La próxima semana se llevará a cabo en Asunción un Congreso Unitario entre las dos principales centrales sindicales, la CUT-A y la CNT, ambas aliadas históricas de la CTA. Este congreso, denominado “Por un Paraguay con Justicia Social. Congreso Unitario y Movilización Nacional”, agrupará a estas centrales y a otros movimientos sociales, y confluirá en una gran movilización por las calles de Asunción el miércoles 4 de septiembre.

    Desde la CTA felicitamos a los compañeros de CUT-A y CNT por generar este encuentro necesario en estos momentos difíciles. La CTA se hará presente en las jornadas unitarias con el secretario general Pablo Micheli a la cabeza, acompañado por quien escribe y Carlos Custer.

    Llevaremos a Paraguay la solidaridad y el acompañamiento de la CTA, como lo hemos hecho siempre con las centrales hermanas de nuestra región. Estos momentos de cambio conservador como el de Paraguay no deben ser pasados por alto, sino que debemos estar en el territorio, apoyando a quienes día a día pueden lograr revertir la situación. El nuevo contexto de Paraguay nos recuerda que no podemos esperar a gobiernos salvadores para cambiar realidades. Somos los trabajadores, con nuestras diferentes herramientas de organización y lucha, los responsables de impulsar el cambio real y necesario.

    Adolfo Aguirre es Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA.

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