Diálogo en el Mercosur, pero preservando la dignidad

La coyuntura no se presenta fácil para la futura administración. Paraguay, en su condición de país sin litoral marítimo y de menor desarrollo económico relativo, precisa perentoriamente de su entorno geográfico directo para propiciar el crecimiento y la expansión de su aparato productivo.

Al mismo tiempo, es necesario dejar en claro a nuestros vecinos que las arbitrariedades que cometieron con la suspensión del país del Mercosur y el ilegítimo ingreso de Venezuela al bloque regional no pueden ser echadas en el olvido, y que se debe encauzar el orden jurídico vulnerado.

Tal como lo expresó el senador y ex canciller uruguayo Sergio Abreu en el curso de una entrevista aparecida hace escasos días en nuestro diario, el próximo gobierno tiene tres opciones: aceptar la situación tal como está y retornar sin más al Mercosur; reingresar al bloque recién después de que se negocien aspectos cruciales de nuestra nueva incorporación al mismo y las condiciones en que esta debería registrarse, y, por último, tomar la decisión de abandonar el proceso de integración regional.

La primera alternativa es inaceptable, puesto que supone una condición lesiva para la dignidad de la República. Hacer de cuenta que nada ha sucedido en el transcurso de los últimos trece meses no es la mejor forma de encarar los hechos desde una perspectiva acorde con la normativa comunitaria vigente.

La tercera opción no es desde luego recomendable ni muchos menos conveniente. El Paraguay no está en condiciones de insertarse exitosamente al mundo desde una perspectiva de aislamiento o de enfrentamiento con los principales países que lo rodean. Son demasiados los aspectos, tanto históricos y culturales como económicos y comerciales, que nos unen a los socios originales del Mercosur.

Ante esta situación, la vía del diálogo y el entendimiento aparece como la forma más adecuada de enfrentar la coyuntura actual y de buscar una salida aceptable a las diferencias que actualmente mantenemos con Argentina, Brasil y Uruguay.

En este ámbito, hay un abanico de posibilidades que pueden ser exploradas por los cuadros diplomáticos que se aprestan a asumir funciones el próximo 15 de agosto.

Desde luego, todas ellas deben incorporar la salvaguarda del honor nacional, aunque siendo al mismo tiempo lo suficientemente flexibles para evitar que el país continúe transitando el camino del desentendimiento y la confrontación.

Una sana ecuación entre principios y pragmatismo nos permitirá encontrar la senda que conduzca a la comprensión y a la profundización de un proceso integrador que aún muchos beneficios puede prestar al desarrollo económico y social del Paraguay y a la prosperidad individual y colectiva de todos aquellos que lo habitamos.

http://www.ultimahora.com/dialogo-el-mercosur-pero-preservando-la-dignidad-n705873.html

35 comentarios en “Diálogo en el Mercosur, pero preservando la dignidad”

  1. Nueva generación de diplomáticos

    Se avecinan años difíciles para la política exterior paraguaya. Tal dificultad radica no en los problemas que deberemos enfrentar sino en quienes deberían resolverlos. El potencial no está escrito al azar. Es que estamos convencidos de que el Presidente entrante necesita un nuevo equipo que conduzca su política exterior.

    El escenario más complejo que se le presenta a Horacio Cartes se
    llama Mercosur. Desde junio del año pasado, el Paraguay ha iniciado
    un largo itinerario que ha desembocado, a estas alturas, en un verdadero callejón sin salida.

    El Gobierno de Franco jugó casi todas sus cartas en el plano del derecho internacional y al no obtener resultados favorables, se dejó ganar por la emotividad y terminó por encerrarse en la épica histórica.

    Cartes, con su declaración pública del 12 de julio, vuelve la controversia al terreno del derecho internacional comprometiéndose a “desarrollar una política bilateral y multilateral basada en el estricto cumplimiento de las normas y principios del Derecho Internacional
    y en una Diplomacia conforme a lo que dispone nuestra Constitución
    Nacional, manteniendo la coherencia del Estado de Derecho a nivel
    nacional e internacional y preservando siempre la dignidad y los intereses del Paraguay”.

    Para cumplir con este propósito, Cartes deberá bajar al Gobierno del territorio de la epopeya y hacerlo pisar tierra. Las apuestas al “todo o nada” no caben en las relaciones entre los países y la razón de porqué muchas veces perdemos la partida ante nuestros vecinos y consocios –especialmente Brasil y Argentina- es que nos limitamos a nuestra trinchera principista, desechando el pragmatismo que los otros practican simultáneamente y con gran astucia.

    Negociar desde los principios pero con apertura a las opciones. Conocer fortalezas y debilidades de la contraparte y saber utilizarlas porque eso es lo que ella hará con toda seguridad.

    La diplomacia nunca emplea un único camino. En el Congreso de Viena, todos los participantes (Metternich, Humboldt, Wellington, Talleyrand) proclamaban como objetivo glorioso el “restablecimiento del equilibrio europeo” tras el vendaval napoleónico. Ese equilibrio se saldó con Gran Bretaña ocupando Malta, Ceilán y Sudáfrica, Rusia anexando Polonia, Austria fagocitándose los Balcanes y Prusia añadiendo Sajonia y Westfalia a su patrimonio territorial. Todo con gran estilo y arreglo a las buenas prácticas diplomáticas.

    La definición de diplomacia como “ciencia o conocimiento de los intereses y relaciones de unas naciones con otras” le dicta a Cartes
    la necesidad de contar con gente nueva, de mente ágil e impecable
    récord académico, gran capacidad negociadora y visión práctica de
    las cosas.

    Ojalá Cartes encuentre pronto ese nuevo equipo

    http://www.5dias.com.py/28920-nueva-generacin-de-diplomticos

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  2. Los peces gordos y los chicos

    En el mar, los peces gordos se comen a los chicos, pero en la convivencia política entre naciones en una región no debería ocurrir lo mismo. En el Mercosur, Brasil y Argentina creen que pueden hacer lo que se les antoja con Paraguay y Uruguay. Siempre nos trataron como los hermanitos molestos a quienes había que corregir. ¿Lo seguiremos permitiendo?

    Esta polémica del Mercosur no tiene pies ni cabeza; es un absurdo. Primero, unilateralmente, sin consultarnos ni darnos derecho a la defensa, suspenden al Paraguay como asociado. Después meten por la ventana a Venezuela, pese a que el Tratado de fundación establece claramente que la incorporación de un nuevo socio sólo se puede hacer con el unánime apoyo de los miembros, pero el Congreso paraguayo aún no había aceptado la propuesta.

    Para empeorar la situación, en la reciente cumbre, Brasil, Argentina y Uruguay otorgaron la presidencia pro témpore al asociado “mau” Venezuela. Como Brasil es el que corta la torta, ahora dicen que permitirá el regreso del Paraguay después del 15 de agosto, cuando asuma Cartes.

    Sin embargo, Brasil ni Argentina dijeron una sola palabra cuando Maduro siendo presidente interino de Venezuela se presentó a elecciones y ganó en unos comicios declarados llenos de irregularidades y nulidades por parte de los observadores de la Unión Europea.

    Así tenemos la increíble paradoja de que un presidente “mau” es ahora el titular del Mercosur, en tanto un país con todas sus instituciones públicas en pleno funcionamiento constitucional está “castigado”.

    Es la hipocresía típica de los así llamados países “bolivarianos”. Se proclaman como las auténticas y genuinas democracias representativas, pero en la práctica sus presidentes se eternizan en el poder (como Stroessner), lo cual revela su verdadera naturaleza: son dictaduras disfrazadas de democracia.

    Sabemos que Paraguay es chiquito y no puede oponerse a estos gigantes de América, pero tampoco podemos dejarnos tratar como trapo de piso. Dejemos que el Mercosur se atragante con el petróleo venezolano y hable con Chávez a través del “pajarico” que tiene Maduro en los hombros, y busquemos nosotros nuevos socios, aunque estén lejos de nuestras fronteras, como las naciones de la Alianza del Pacífico.

    En todo caso, ya que físicamente no podemos mudarnos a ningún lado y estamos “condenados al Mercosur” por estar absolutamente rodeados por Brasil, Argentina y Bolivia (que también se sumó al grupo), como David tratemos de convencer a los Goliat que son muy injustos con nosotros.

    Por ahí les remuerde la conciencia, recuperan la cordura y el respeto a las leyes y a los tratados.

    Por Ilde Silvero

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/los-peces-gordos-y-los-chicos-597981.html

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  3. Lo que MERCOSUR ya nos hizo perder

    Enrique Vargas Peña

    Ayer, sábado 20, La Nación reportaba en su artículo principal de tapa un análisis atribuido a Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP), según el cual “Una eventual salida del Mercosur por parte de Paraguay representará un duro golpe a las exportaciones, impactando negativamente en todos los sectores que dependen de la venta de sus productos al exterior…significará un retroceso en el desarrollo de las industrias que actualmente se está dando, ya que muchas de ellas dependen del comercio a países de la región…Saliendo del Mercosur le estamos poniendo un impuestos a la exportación de nuestros productos, porque hoy entran a los países con arancel 0 (cero)” (http://bit.ly/17sJ5IJ).

    No entiendo cómo pueden, en cualquier análisis que se haga sobre nuestra permanencia en MERCOSUR, pasar por alto que a partir del 28 de junio de 2012 en ese bloque impera la razón política en lugar de la razón jurídica, como si con la razón política Paraguay podrá defender sus legítimos intereses económicos y sociales en igualdad de condiciones frente a Brasil cuando lo cierto es que no podrá.

    Tampoco entiendo muy bien por qué no se dan a conocer las cifras. En la 9.70 AM, se las pedimos al director de CADEP, quien el pasado jueves 16 nos dio el siguiente desglose:

    El total de exportaciones en 2012 fue de cinco mil cincuenta y ocho millones de dólares (US$ 5.058.000.000). De ese total, dos mil noventa y cuatro millones de dólares (US$ 2.094.000.000) fue en bienes industriales -mil cuatrocientos ochenta y dos millones (US$ 1.482.000.000) en agroindustria y US$ seiscientos doce millones (US$ 612.000.000 en manufacturas)-. Dos mil novecientos cincuenta y nueve millones de dólares (US$ 2.959.000.000) fue en productos naturales.

    Siempre según CADEP, MERCOSUR y los países con los que se acordó comerciar a través de MERCOSUR adquieren el 41% del total de nuestras exportaciones, dos mil setenta y cuatro millones de dólares (US$ 2.074.000.000).

    Los miembros plenos de MERCOSUR nos compran el 25% del total de las exportaciones. Los países de la Alianza del Pacífico con los que tenemos acuerdos vía MERCOSUR nos compran el 11% del total de las exportaciones. Los asociados a MERCOSUR que no son parte de la Alianza del Pacífico nos compran el 2% del total de las exportaciones. Y los países extra zona con acuerdo-MERCOSUR nos compran el 4% del total de nuestras exportaciones.

    Con estas cifras de CADEP, se observa fácilmente que lo que quedaría sujeto a sufrir medidas proteccionistas de parte de MERCOSUR (nuevos aranceles, pues las restricciones para-arancelarias entran en vigencia a discreción de Brasil y Argentina) si nos empujan a salir del bloque es el 27% por ciento de nuestras exportaciones y que el 11% que nos compra la Alianza del Pacífico puede incrementarse si negociamos adecuadamente nuestro ingreso pleno a ese bloque.

    Agrego que los defensores de MERCOSUR no dicen que nuestra integración a las cadenas productivas brasileñas son un negocio para los industriales brasileños, que se puede acordar perfectamente de un modo bilateral.

    Los simpatizantes de MERCOSUR pretenden que se olvide que el cincuenta y nueve por ciento (59%) de lo que exportamos, dos mil novecientos ochenta y cuatro millones de dólares (US$ 2.984.000.000) se lo vendemos a países que nada tienen que ver con MERCOSUR.

    Me decía Alejandro Conti (Cámara de Comercio Paraguayo-Americana) el mismo jueves 16 en la 9.70 AM que el 90% de ese 59% pasa por MERCOSUR. Creo que no se puede alegar que porque el 90% de nuestras exportaciones pasan por MERCOSUR debemos resignarnos a la sumisión. La resistencia a restricciones a nuestro comercio exterior libre es la razón de nuestra Independencia, y se materializa en el principio de la libre navegación de los ríos (Artículo 143 inciso 6 de nuestra Constitución y Nota del 20 de julio de 1811).

    Los simpatizantes de MERCOSUR deben aclarar si nos están pidiendo renunciar a ese principio como excusa para permanecer en el bloque.

    Los simpatizantes de MERCOSUR pretenden que no se hable de que este cincuenta y nueve por ciento (59%) de exportaciones a países que nada tienen que ver con MERCOSUR no puede ser mucho más grande solamente porque MERCOSUR no nos permite vender mejor a mercados extra-zona pues por culpa de MERCOSUR estamos sometidos a la Decisión 32/00 del bloque (firmada en nombre de Paraguay por Luis Ángel González Macchi y por Juan Esteban Aguirre), que nos prohíbe negociar nuevos y mejores tratados de libre comercio con otros países.

    Deberían decir cuántos mercados perdimos ya por causa de la Decisión 32/00 en vez de hablar de las precarias ventajas de MERCOSUR.

    El diario ABC publicó en su edición del viernes 19 de julio que “El ministro de Hacienda, Manuel Ferreira, expuso…los costos que ocasionará a la economía salir del Mercosur. Dijo que si el Paraguay…decide abandonar el bloque, precisa de una estrategia o en caso contrario sería un suicidio. Indicó que si la decisión es dejar el Mercosur, Paraguay tendrá que negociar nuevamente los Acuerdos de Complementación Económica y Tratados de Libre Comercio con los países que firmaron en el marco del Mercosur…que traería encarecimiento de los precios de los productos para los exportadores e inflación” (http://bit.ly/15w8XSX).

    Creo que no es serio, ni justo, ni patriótico alegar la inutilidad de los negociadores paraguayos como razón para resignarnos a la sumisión que nos impone MERCOSUR. Lo que los políticos deben responder aquí es por qué nombran a inútiles para negociar en nombre de nuestro Paraguay.

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  4. Prematuro debilitamiento

    No es fácil para un presidente electo la larga espera entre su elección y su asunción al mando. En Paraguay, ese lapso dura largos cuatro meses y en ese tiempo de limbo, el escenario político lo empuja a ser lo que aún no es o a repetir virulentos discursos de campaña para mantener caliente la platea.
    Por Estela Ruíz Díaz

    Es lo que parece sucederle a Horacio Cartes, quien antes de asumir ya ejerce de hecho la presidencia, toma decisiones que, por su naturaleza polémica, revelan prematuramente sus contradicciones y debilitan su figura antes de iniciar su gestión que arranca el 15 de agosto. Estos son algunos puntos que lo ponen en el centro de la escena:
    mercosur. Quizá el giro más radical del presidente electo que dejó perplejos a propios y extraños. Cartes ganó la elección con un discurso pragmático con respecto al bloque regional, que suspendió a Paraguay tras la destitución de Fernando Lugo en junio del 2012.
    Nadando contra la corriente de su propio partido, enarboló la bandera de la integración. “O miramos para atrás y recordamos la Guerra de la Triple Alianza, o miramos hacia adelante”, decía un día. En otro momento alertaba que “salir del Mercosur es una tontería”. Para fundamentar su posición, mencionaba que “el atractivo de estar en el Mercosur es demasiado importante. Es generar fuentes de trabajo para nuestros compatriotas”. Hablaba de aranceles preferenciales del país dentro del bloque regional que favorecen que varias empresas –la mayoría de Brasil–, utilicen la mano de obra nacional, etc., etc.
    Minimizaba el ingreso de Venezuela sin la venia paraguaya y decía que cuanto antes convencería al Senado para lograr el voto parlamentario al ingreso. Los países vecinos lo veían con buenos ojos. Resaltaba incluso la “buena onda” con Nicolás Maduro.
    Pero fue girando y adoptó el discurso nacionalista del gobierno franquista. Redujo la reinserción a la cuestión meramente política, como la soberanía y la dignidad, y dejó de lado otras aristas, como la cuestión económica y comercial, y una realidad indiscutible: Paraguay es el socio menor del bloque, sin salida al mar y con débil peso regional. Este es un debate que va mucho más allá de los rechazos emocionales o ideológicos.
    Si creía que era “una tontería” salir del Mercosur, ¿cómo lo convencieron para que hoy, apelando a su propia definición, defienda la “tontería”? Para colmo está atrapado en un discurso del que ya no puede volver o le será muy difícil explicar si retorna a su pragmática posición inicial.
    impuesto. Todo indica que Cartes le pondrá el cascavel al gato. Los sojeros no pensaron que un presidente empresario los pondría entre la espada y la pared. En el Congreso hay una batalla campal entre el gobierno electo y los poderosos productores.
    Ambos habían acordado la aprobación del Iragro (10% sobre las ganancias, más 5% de IVA sobre productos agropecuarios, sin devolución a los productores). Pero el proyecto fue mutilado por los diputados porque los sojeros operaron una vez más bajo la mesa. En este tema, Cartes ya probó el amargo trago de la traición. El entonces diputado Luis Gneiting (nuevo gobernador de Itapúa) desobedeció a su jefe político. Puso por encima su interés particular al interés general y cercenó la ley a favor de los productores. Entonces Cartes reflotó el temido proyecto de Galaverna sobre impuesto a la exportación de soja en estado natural, con una tasa mínima del 10%. A esta la denominó la ley garrote. Si los sojeros se niegan al IVA del 5%, amenazó con promulgar la ley Galaverna. Una posición arriesgada, pero justa. Pero tal vez no debió revelar su estrategia del garrote, porque puede convertirse en un bumerán.
    bancada. Mercosur, impuesto a los granos, el futuro gabinete…, son temas de tensión en su propio partido. En el Senado, ya hay dos bloques y uno claramente no está dispuesto a acatarlo todo sin chistar. Así se vio con la elección de Julio Velázquez como presidente o los cupos para organismos como el Jurado de Magistrados.
    Cartes está abriendo demasiados frentes antes de asumir. Por ahora se asegura el apoyo de la bancada liberal, que no será suficiente si su partido decide ponerle piedras en el camino.
    Aún faltan 24 días para que ejerza oficialmente el poder, y ya parece un viejo presidente atrapado en un país con viejos problemas que sigue esperando una milagrosa gestión.

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  5. Vulnerabilidad

    Aunque estamos fuera de la copa del mundo, un equipo paraguayo se acerca al campeonato de la Copa Libertadores de América y aunque estamos fuera del Mercosur, somos elogiados por enfrentar a los grandes del continente por haber estos transgredido la norma internacional que establece reglas para la integración regional con el ingreso irregular de Venezuela, aprovechando la también irregular sanción de Paraguay.

    Todo esto nos hace sentir contentos, dignos y soberanos, porque nos sentimos ganadores y no nos doblegamos ante las exigencias ilegítimas de las potencias regionales de aceptar el hecho consumado como una situación ajustada a derecho, cuando que para todos está claro que la suspensión de Paraguay en el Mercosur fue una asquerosa intervención en los asuntos internos de la República del Paraguay, y el ingreso de Venezuela al Mercosur, un acto de abuso y prepotencia, que hoy quieren convalidar como una situación legal.

    Nos sentimos engrandecidos, sobre todo por la actitud del Gobierno saliente y del entrante, por aguantar la presión internacional en el plano político, por hacer caso omiso a las advertencias de los grandes de aceptar el hecho consumado, por rechazar las migajas del Fondo Estructural de ayuda para combatir las asimetrías y por preferir estar afuera antes que adentro si eso equivale avalar la irregularidad jurídica cometida en contra de Paraguay.

    Todo muy bien dicho y presentado, pero ¿está todo bien planeado y calculado? Así como la inteligencia del país se puso a estudiar la respuesta política sobre el ingreso irregular de Venezuela y la irregular sanción a Paraguay, ¿alguien se puso a estudiar y calcular las reacciones de los demás socios del Mercosur a la postura de Paraguay? ¿Alguien está midiendo y sopesando eventuales situaciones sobre nuestras vulnerabilidades y los efectos que tendrían sobre ellas una de las opciones del país frente al Mercosur? Estas opciones son: 1. Aceptar el hecho consumado y volver. 2. Abandonar el bloque regional. 3. Dejar en stand by, ni volver ni salir. 4. Negociar una salida intermedia.

    Paraguay no pide mucho, solo que Mercosur acepte haberse equivocado y haga marcha atrás en cuanto a quien lo preside y quienes lo integran hoy, pero ningún país está dispuesto a cumplir este requisito. Como el punto 1 y el 4 no son compatibles con el discurso del futuro presidente, nos queda el 2, y como no parece posible que el retiro sea por iniciativa de Paraguay nos queda el stand by, o sea dejar como está hoy, pero ¿por cuánto tiempo? ¿esperaremos que nos emplacen a entrar o salir?

    Paraguay no es deseado en el Mercosur en el contexto actual, ni política ni económicamente. Es el único gobierno no socialista en medio de países con gobiernos socialistas o pro-socialistas: Brasil, Uruguay, Venezuela, Argentina y próximamente Bolivia y Ecuador. Pronto le quedará solamente la amistad de la lejana Colombia, ya que Chile se apresta seguro a volver al socialismo con Bachelet.

    ¿Estará preparada la diplomacia paraguaya para levantar medidas arbitrarias de la Argentina en contra de las exportaciones paraguayas? O las demoras de las barcazas con daños consiguientes a las cargas, o las “huelgas” de portuarios o cosas por el estilo que el vecino país acostumbra implementar para demostrar su “hermandad”?

    ¿Está preparada para enfrentar cierres paulatinos de fronteras en Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero y Salto del Guairá con la consiguiente asfixia a los comerciantes? Según datos publicados, más del 25% de la mano de obra nacional se vincula a negocios con el Mercosur.

    La inocente reflexión del canciller brasileño de esperar a que el presidente electo hable como presidente en función de gobierno yo lo interpreto como una amenaza y al mismo tiempo una invitación a los demás países miembros del Mercosur: “Vayan viendo cada uno en dónde podemos apretar la tecla”.

    Por Edwin Brítez

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/vulnerabilidad-597977.html

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  6. No estamos

    Existen ciertas personas que pretenden retrotraer al Paraguay a las épocas del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia. Creen que las diferencias que mantenemos con nuestros socios deberían conducir a un progresivo aislamiento del país. En nombre de una dignidad mal entendida y embanderados en un chovinismo rampante, proponen que “defendamos” la soberanía cortando definitivamente los vínculos que nos unen con nuestros vecinos.

    Pero ni estamos en 1820 ni es menester a estas alturas preservar la independencia, separándonos de nuestro entorno geográfico inmediato. El mundo ha cambiado radicalmente, hoy somos todos interdependientes, estamos interconectados, precisamos unos de otros. Y el Paraguay no es, ni mucho menos, una excepción a esta realidad.

    Las divergencias que actualmente mantenemos con Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela con respecto a la conformación del proceso de integración regional no pueden ni deben ser eternas. Más tarde o más temprano tendremos que transitar un camino de necesario e indispensable reencuentro.

    No es verdad que no hubo avances. Sí los hubo. Por lo pronto, hay una nueva retórica en la región, el lenguaje ha cambiado de tono. La presidenta brasileña sostuvo en Montevideo hace unos diez días que los paraguayos somos parte esencial del destino del Mercosur, se dispuso el levantamiento de la suspensión que se nos había aplicado.

    En poco menos de un mes la mayoría de los presidentes de estos países estarán en Asunción para la toma de posesión de Horacio Cartes. Bienvenidos sean. Que se sienten todos juntos y que se digan lo que deben decirse a la cara, sin intermediarios, y que busquen superar el actual conflicto.

    No reparemos demasiado en lo que hoy por hoy digan Federico Franco y su canciller. Ellos no tenían nada que perder, por eso dedicaron todo este tiempo a profundizar la brecha que nos separaba de nuestros vecinos.

    Ahora es preciso reconstruir lo que se destruyó, primero y antes que nada la confianza, con renunciamientos mutuos y también con espíritu de grandeza.

    http://www.ultimahora.com/no-estamos-n705877.html

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  7. Mercosur: Así no volvemos

    Apenas conocidos, el viernes 12 de julio, los resultados de la reunión de los presidentes de MERCOSUR en Montevideo, el presidente-electo Horacio Cartes emitió un comunicado (http://bit.ly/1599WZ0) (http://bit.ly/1bxjj9A) (http://bit.ly/16AgMpr) (http://bit.ly/1bxjwK1) (http://bit.ly/14OLNbd) en el que dejó en claro que con dichos resultados Paraguay no vuelve al bloque.
    Apoyo, aplaudo y aliento la decisión del presidente electo y de la administración entrante porque implica su adecuada comprensión de lo que significa aceptar el imperio de la razón política, impuesto ahora ya más allá de toda duda razonable por Brasil y sus aliados en Mercosur, para la capacidad paraguaya de defender con eficacia nuestros intereses económicos, comerciales y sociales en la región.

    Desde el viernes, Mercosur está siendo presidido por Venezuela en flagrante violación a los tratados que le dieron existencia y funcionalidad con un único sustento: La fuerza bruta de Brasil para imponer su voluntad desconociendo lo que dicen esos tratados.

    Brasil actuó así siempre, su conducta no es nueva. Actuó así al devaluar su moneda en 1999, el establecer sus zonas francas, al limitar las compras de ciudadanos brasileños en Paraguay, etc. Lo único distinto que ocurre ahora es que Brasil ha usado su patrón de conducta habitual para violar no ya la letra chica de los tratados como siempre, sino la grande, los protocolos de Ouro Preto y Ushuaia y el propio Tratado de Asunción.

    Talvez fuimos ingenuos al pensar que podía ser de otra manera. Si un país hace de la violación de los acuerdos su regla de conducta, nadie debería sorprenderse de que termine creyendo que puede violar tratados impunemente ni de que los viole efectivamente.

    Es la gran lección que la tragedia de la II Guerra Mundial enseñó y que los paraguayos no habíamos aprendido porque no la estudiamos: Se dejó a Hitler violar los acuerdos, pensando que eso no era importante, y cuando se dieron cuenta, estaba violando tratados y ya no pudo ser contenido.

    Ahora, al fin, parece que es diferente; ahora sí estamos capitalizando la lección y estamos frenando el impacto de la fuerza bruta de Brasil sobre nosotros.

    Brasil siempre será nuestro gran vecino del Este y, como consecuencia de su enorme economía, siempre tendrá influencia superlativa en nuestra región y nosotros haríamos muy mal en no comprender que nuestra administración de una situación tan desequilibrada merece una atención muy cuidadosa, muy profesional y muy, pero muy, patriótica.

    Estoy proponiendo desde hace tiempo que nuestra relación con Brasil se construya sobre el modelo de la relación que Canadá tiene con Estados Unidos: Complementación económica, liberalización del comercio bilateral, pero manteniendo la autonomía política plena, lo cual ya no puede hacerse en Mercosur.

    Podemos y debemos colaborar con Brasil en política energética, en complementación de infraestructuras, en integrar cadenas productivas. No podemos ni debemos ceder control alguno en política arancelaria, aduanera y comercial ni en la definición de nuestra política exterior, que debe orientarse radicalmente a contrapesar aspiraciones hegemónicas regionales.

    Podemos y debemos tener con Brasil las mejores relaciones posibles, pero sin atadura institucional alguna, como la que impone Mercosur. Las decisiones sobre nuestro Paraguay deben tomarse en Asunción y en ninguna otra parte y las debe tomar el pueblo paraguayo, o sus representantes legítimos mediante actos legítimos, y nadie más.

    Mercosur ha sido un error grave del gobierno de Andrés Rodríguez, un error gigantesco cuyas consecuencias fueron claramente advertidas en su momento por muchos políticos lúcidos de nuestro país, entre los que merece especial mención el vicepresidente Luis María Argaña.

    Mercosur no fue beneficioso para nuestro país, aunque hubo paraguayos que se beneficiaron con Mercosur. Es hora de volver a la normalidad y de volver a pensar en un Paraguay abierto y conectado con el mundo entero.

    Enrique Vargas Peña

    http://www.lanacion.com.py/articulo/133883-mercosur-asi-no-volvemos.html

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  8. Mercosur y RR. EE.

    Como pocas veces en su vida en democracia, Paraguay necesitó tanto de una diplomacia seria, sólida e inteligente como ahora. Y como nunca antes también ella se ha mostrado tan esquiva –por no decir ausente–.

    De hecho, en gran medida, la crisis institucional generada con su suspensión del Mercosur y el ingreso a este de Venezuela aprovechando esa ausencia, encuentran su agravamiento en aquella falencia.

    El excanciller del Uruguay (1990-1995) y actual senador Sergio Abreu lo dijo clarito, en una entrevista con Última Hora (viernes 19/07/2013, pág. 4 Política), al dar su opinión sobre las posibles salidas para Paraguay en el tema Mercosur.

    “Yo he dicho muchas veces que el Paraguay tiene que defenderse con mucha fuerza por la violación del derecho internacional que sufrió. Lo tiene que hacer de forma inteligente, lo tiene que hacer con toda la apertura y participación de sus embajadas en todo el mundo, con una presencia más activa y profesional y más fuerte en las Naciones Unidas, en la OEA. Librar un combate serio, fundado y pacífico, pero no genuflexo, a favor del derecho y de la estabilidad, de la seguridad jurídica”.

    El Gobierno de Federico Franco se está yendo y poco o nada podemos esperar ya de él. Además, ha dado claras muestras de incapacidad.

    En realidad, la gran responsabilidad recae casi única y exclusivamente en el gobierno que asumirá funciones el próximo 15 de agosto, es decir, en el empresario tabacalero Horacio Cartes.

    Aún se desconoce cómo estará conformado o quiénes integrarán el gabinete que lo acompañará en su gobierno. Y fundamentalmente quién estará al frente de la Cancillería. Lo que de por sí ya es preocupante.

    Y si a ello le sumamos las marchas y contramarchas que ha dado el presidente electo con respecto a este tema en particular, la cosa se torna ya casi alarmante.

    Es que no solo no se ve que como país estemos impulsando negociaciones que nos den la seguridad de que el 15 de agosto, cuando asuma el nuevo presidente, Paraguay se reintegre al Mercosur con su dignidad restituida, sino que se evidencia la confusión en la que está inmerso el propio presidente Cartes y todo su entorno.

    De allí que lo dicho por el senador y excanciller uruguayo adquiere mayor relevancia: a Paraguay le urge una diplomacia seria, inteligente, activa y profesional.

    http://www.ultimahora.com/mercosur-y-rr-ee-n706435.html

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  9. 23 DE JULIO DE 2013

    Paraguay: Algunos velos comienzan a caer

    José Antonio Vera (especial para ARGENPRESS.info)

    Ciertos hechos, acaecidos en los últimos días en Paraguay, en distintos sitios y circunstancias, muestran inequívocamente que esta sociedad empieza a develar aspectos de un retenido sentimiento de impotencia, que se habría ido construyendo durante años de represión de la subjetividad, a lo que se suma reacciones y actos individuales inconfesados, configurando un cuadro colectivo de negaciones que, por décadas, ha mantenido muchas cosas en la invisibilidad.

    Los sociólogos y otros estudiosos, quizás puedan encontrar alguna explicación en el hecho de que este pueblo aún no ha superado el profundo traumatismo que le causó, desde 1865, la agresión bélica de tres países vecinos, destruyendo su ejemplar República, en un genocidio que ha generado más de un siglo de ausencia de civilidad, aplastado por la omnipresencia oligárquica que todavía actúa como una suerte de monarquía de politiqueros, empresarios y militares, con grandes fortunas malhabidas.

    Claro está que, en el contexto global de violencia, este país no es una excepción y, sin dudas, está lejos aún de los peores, pero lo preocupante es que el mal se está agravando entre una población que hasta hace poco se caracterizaba por cultivar un espíritu apacible y una conducta bonachona, acogedora, casi al margen de las maldades de un Estado usurpado por la canalla.

    La hiedra venenosa que se expande por el planeta, fruto de un modelo de coexistencia vecinal que ignora la convivencia social y humana, que genera individualismo contra el desarrollo de la individualidad, la agresividad criminal contra el abrazo, la competencia contra la cooperación, la asfixia, desarreglos y conflictos familiares por la acumulación de riquezas por un lado y por efecto de la miseria enfrente, conforma una patología que se puede explicar y diagnosticar, pero que no disculpa a nadie ni a nada.

    Entre las aberraciones que se producen en Paraguay, una fue cometida este fin de semana contra unos burritos que andaban sueltos en las calles de Concepción, ciudad del este-norte del país, zona de honrados labriegos espectadores impotentes y humillados por la mafia del eterno trasiego ilegal de drogas y otras mercaderías, que hacen del peor contrabando protegido la segunda actividad de ese territorio, después de los grandes sembradíos de soja a cargo de las corporaciones agrotóxicas estadounidenses.

    Un resurgir desgarrador del alma produjeron las imágenes televisadas de policías que, ante su natural resistencia, arrastraban a los pequeños asnos condenados a la muerte inmediata por el delito de andar libres. Vívido, reapareció el burrito eternizado por Juan Ramón Jiménez en sus diálogos en el Platero y yo, en toda su ternura, ese tesoro insustituible de la vida, el que amenaza seguir aniquilando el matarife desalmado que oficia de Intendente de ese pueblo, al declarar que nada detendrá sus hazañas.

    Animalitos tan nobles y útiles, qué daño provocan a la sociedad?. En un sistema opresor, como el capitalista, ser libre es un delito en sí, pero esta otra sinrazón paraguaya tiene otras aristas, además de la mentalidad opresora institucionalizada y uniformada.

    Quizás podrían encontrarse en la impotencia de un pueblo que, en su mayoría, cultiva una subjetividad sin identificación consciente y, por lo tanto, sin la menor explicación racional de muchos de sus actos, como elegir, para que los representen y gobiernen, legisladores y otras autoridades ineptas y corruptas, cuyo único objetivo es garantizar su impunidad personal y familiar.

    Por supuesto que esa gravedad, aquí y en casi todo el mundo, es fruto del obsceno modelo social imperante, generador de la violencia, angurria y egoísmo de que hace gala la clase que ha secuestrado el poder que da el dinero, el Dios-mercado y la desmovilización o incapacidad de la ciudadanía.

    Abyección sistémica que mantiene miles de adultos y niños en las calles, sin el alimento afectivo y el abrigo material, presas del hambre, el crack y la prostitución, con criaturas con ocho o diez años que sobreviven drogados, presas de cuanta morbosidad practican los criminales de la vida.

    En Paraguay hay 45 mil menores de edad, entre 5 a 17 años, en situación de “criaditos”, eufemismo que pretende sustituir el calificativo de esclavos domésticos y en trabajos peligrosos, mayoría hijos de las familias campesinas más pobres y marginadas, según un informe del 2011 de la Encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANA). El grado de deserción escolar es abrumador.

    En más de 60 albergues, distribuidos en el país, “convertidos en depósitos de niños”, hay 1.700 menores y varios con más de cuatro años de permanencia en esos lugares, cuando lo previsto es cuestión de 3 a 4 meses, como medida de emergencia, paliativo transitorio, que debería oficiar de puente hacia una residencia hogareña definitiva.

    La juventud “es la ventana del futuro”, acaba de proclamar el Papa Francisco a su llegada a Río, y a cualquier ciudadano le asiste el derecho de preguntarle ¿y… por qué no es la puerta del presente?, siendo que asociar la juventud al futuro siempre ha sido una infamia más de los politiqueros para sacarse de encima compromisos, engañando a las nuevas generaciones con promesas que jamás se cumplen.

    La deshumanización opera día tras día, hora tras hora, consecuencia del abuso de los poderosos de todos los pelos y señales, en esa amalgama inmunda con los medios de la difusión del horror y el morbo, que tienen en la pantalla chica su principal foco enajenante, alentadora del sin valor, del consumismo, de lo artificial y vicioso, de la imitación de los superdotados e invencibles.

    Un niño paraguayo, de nueve años y de hogar humilde, acaba de ser otra víctima de ello. Murió ahorcado días atrás, practicando escenas admiradas de los “juegos” de la televisión, mientras su madre había salido a trabajar y su padre lo visitaba cada vez que podía viajar desde Argentina, donde encontró un empleo.

    A las familias pudientes, que reclaman “un país seguro” (para ellas) y jamás un país justo, al gobierno y sus administraciones, al mundillo de los negociados partidarios, a la rosca bancaria, a los inversionistas extranjeros, les resbalan, ni se dan por enterados del asesinato de los burritos ni del niño que entregó su vida queriendo ser otro Rambo de la televisión, empresarios que embolsan fortunas organizando y difundiendo los espectáculos de la superficialidad, estimulando incluso las pasiones incontroladas entre los aficionados al fútbol, una de las fuentes modernas del enriquecimiento ilícito.

    Dos cosas sobresalen en ese ambiente: la fabricación, en laboratorios, de figuras descollantes, tipo Messi, cuyas virtudes naturales son explotadas al máximo de rendimiento y de poca duración, para sustituirlos antes de que comiencen a perder rentabilidad y, en segundo lugar, el desarrollo de las barras bravas. En el primer caso, y por adoración del dinero, innúmera cantidad de padres prefieren que el hijo imite a Messi, Ronaldo, Aimar y otros, antes que invertirse en una carrera universitaria.

    Nunca antes de que la pelota se convirtiera en una esfera de oro, desplazando el balón de tantas alegrías y diversión sana, concurrir a presenciar un partido de fútbol, constituía un riesgo de vida, como ocurre ahora.

    El Club Olimpia, decano paraguayo, jugará este miércoles en Brasil una final contra el Atlético Mineiro, y hay indicios de que el partido estará rodeado de peligro físico para jugadores y público, en una prolongación del bochorno provocado la semana pasada en Asunción, por el matonaje envuelto en la bandera blanca y negra que agredió a los aficionados visitantes, en una expresión más de un errático desahogo de males guardados en la intimidad de muchos paraguayos.

    Nada puede justificar tremendo salvajismo, dado que la victoria de 2 a 0 fue merecida, en un excelente espectáculo ofrecido en la cancha por 22 atletas pero que, al poco rato, desfiguraba una horda de borrachos y drogados volcados en las calles por donde pasaban los perdedores, rompiéndoles los cristales de los vehículos y agrediéndolos físicamente, con palos, piedras y botellas, decididos a provocarles el mayor daño posible, en demencial culminación de la victoria que, a esa altura, había perdido el carácter deportivo, travestida en descontrolada ferocidad.

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  10. Brasil, de rodillas
    PUBLICADO POR JOTAEFEB ⋅ 23 JULIO, 2013 ⋅ DEJAR UN COMENTARIO
    ARCHIVADO BAJO ECONOMIA
    No podría ser diferente.El presidente Horacio Cartes cumplió a cabalidad lo que de un estadista se esperaba, y puso el Mercosur, especialmente Brasil, de rodillas frente a Paraguay

    / ABC Color

    .

    Pero, ¿qué hacer de ahora en adelante?

    Desde su reelección, la nada inteligente presidenta argentina Cristina Fernández comenzó una política de traba a las importaciones para ahorrar dólares e intentar incentivar la nada competitiva industria argentina, lo que generó roces con todos los países, más precisamente Brasil, su principal aliado estratégico, el cual, con la también nada inteligente presidente Dilma, comenzó a trabar las exportaciones argentinas, acabando así con la política de “paciencia estratégica”
    Como resultado, en el inicio de 2012 el comercio bilateral Brasil-Argentina comenzó a descender rápidamente, poniendo a peligro el Mercosur, importante instrumento político brasilero.

    En ese momento, entra Hugo Chávez.

    Al darse cuenta del desgaste bilateral, el caudillo bolivariano comienza a aumentar drásticamente las importaciones, tanto de Brasil como de Argentina (más de 50%). Se dan cuenta de que Venezuela puede ser la tercera vía a la industria de los dos países, preservando de esta forma el Mercosur.
    ¡En ese momento sucede la destitución del expresidente Lugo!

    Cuando Brasil y Argentina decidieron “punir” el Paraguay por destituir constitucionalmente al presidente títere bolivariano, tenían en mente solucionar, con el ingreso de Venezuela, la paralización comercial causada por la estupidez económica argentina.

    ¡Seguramente, aquel fue el momento más vergonzoso y burro de toda la historia diplomática brasilera!

    ¿Por qué decimos eso?

    No es solo por una interferencia vergonzosa en los asuntos internos de Paraguay, sino porque el “tiro salió por la culata”.

    Lo que sucede es que tanto Brasil como Argentina son mucho más dependientes de Paraguay económicamente hablando, que al revés.

    Brasil, anualmente acumula con Paraguay un superávit comercial anualizado de alrededor de más de US$ 2.000 millones, y Argentina, un superávit comercial de más de US$ 1.500 millones. Más importante es que Paraguay es uno de los más grandes mercados de la industria manufacturera de sus dos gigantes vecinos.

    En los primeros seis meses de este año Paraguay ya es el 4º más grande importador de manufacturas brasileras en todo el mundo, y también en relación a Argentina, una vez que los dos grandes países tienen en las commodities agrícolas y minerales su principal fortaleza económica, al igual que en ventas externas, pues sus industrias son poco competitivas en el mundo.

    La importancia de Paraguay es resultado del rápido crecimiento económico del país, de alrededor de 7,2% anual, en los últimos 40 años.

    Un crecimiento sólido, sostenible, con mercado abierto, baja inflación y reducción permanente de la pobreza, con el consecuente crecimiento del poder adquisitivo local.

    Entretanto, en los últimos 12 meses, los venezolanos, principalmente por la crisis económica que no parece tener fin, redujeron en más de 16% anual las compras desde Brasil, mientras Paraguay aumentó sus importaciones en 23%.

    Finalmente, Brasil y Argentina, por la estupidez económica y las mentiras de sus gobiernos, también ahora pasan a tener serios problemas sociales, aparte de los económicos, con frecuentes manifestaciones y fuerte caída de apoyo popular a sus gobiernos.

    Todo eso causa desconfianza en el mercado y los inversores prefieren retirar sus dólares de estas naciones para ponerlos en países más seguros, lo que viene ocasionando una fuerte erosión de las monedas locales y de las reservas internacionales, tornando brasileros y argentinos aún más dependientes del superávit comercial con naciones como China y Paraguay.

    Pero la dependencia brasilera de Paraguay no es solo económica, sino política.

    El gobierno brasilero tenía claro consolidar la hegemonía través de la ampliación del Mercosur a todos los países y de su ideología populista-socialista.

    Con la suspensión política de Paraguay, los demás países sudamericanos se dieron cuenta de que el Mercosur se había transformado en un bloque político, no económico, lo que fortaleció la posición y consolidación de la Alianza del Pacífico, incentivada por EE.UU., Canadá y México, que fueron los tres países que más dieron fuerza a Paraguay en la OEA.

    Esta desastrosa actitud brasilera empujó no solo a Paraguay hacia el Pacífico, sino también a Uruguay, que espera, ansioso, un paso delante de los paraguayos para también romper el paradigma mercosureño.

    Con la Alianza del Pacífico, EE.UU. puede volver a tener influencia en la región, principalmente si Paraguay y posteriormente Uruguay se suman, siendo también la mejor alternativa comercial a la Unión Europea, que ya se dio cuenta de que el Mercosur, con los países bolivarianos y liderados por Brasil, es una pérdida de tiempo y dinero.

    La posición paraguaya también fortalece la postura de los principales gremios empresariales brasileros que demandan al gobierno local que Brasil salga de las amarras comerciales del Mercosur, cuando UE y EE.UU. avanzan rápidamente en un tratado bilateral, siendo que el Gobierno Dilma ya no tiene margen de error, tan débil se encuentra internamente.

    En resumen:

    Paraguay tiene a Brasil de rodillas, y si tiene inteligencia puede conseguir acuerdos con altas ventajas para el país, principalmente en relación a los siguientes tópicos:

    1. Posibilidad de negociar acuerdos bilaterales con otros países y bloques, como el Pacífico, UE y EE.UU., sin salir del Mercosur.

    2. Renunciar a Unasur, fortaleciendo la OEA bajo tutela norteamericana, siendo que EE.UU. es un país mucho más confiable que Brasil y Argentina.

    3. Denuncia de Ushuaia I, que solo sirve para que los países bolivarianos intenten imponer una cultura socialista populista a todos los demás. Lo que sucedió con Paraguay, y las elecciones venezolanas, demuestran claramente que esta “cláusula democrática” del Mercosur solo sirve a los amigos y sus propios intereses.

    4. Acercamiento a EE.UU. y UE: Si los americanos realmente tienen interés en aumentar su influencia en Sudamérica es fundamental el ingreso de Paraguay, un país del Mercosur, a la Alianza del Pacífico, reduciendo la importancia de los países bolivarianos, con lo que se puede, desde ahora, negociar acuerdos varios con los norteamericanos y europeos. Estas negociaciones también pueden ayudar a abrir más la posición brasilera hacia las exigencias paraguayas. Hay varios otros temas que pueden ayudar a negociar con ventajas una nueva posición en el Mercosur, pero que no corresponde tratar ahora.

    Lo que sí se tiene que llevar en cuenta es la inteligencia en este momento para negociar la desesperación brasilera, pues no se debe apretar tan fuertemente a un león herido, pero sí se puede bien aprovechar su actual debilidad.

    * Investigador y presidente de Braspar Centro Empresarial Brasil-Paraguay. Máster en Administración y Negocios por la Fundación Getulio Vargas. Autor de los libros “Paraguay: un milagro americano” y “El sinceramiento de la economía paraguaya”.

    Por Wagner Enis Weber

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/brasil-de-rodillas-598711.html

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  11. También el Mercosur perdió el rumbo

    Por Luis María Ramírez Boettner

    En un anterior artículo he afirmado que Itamaraty, ese antiguo órgano del Gobierno brasileño –modelo de organización y eficiencia– había perdido el rumbo al ser avasallado por Marco Aurelio García, asesor de Asuntos Internacionales de la Presidencia de la República Federativa del Brasil.

    Ahora, puedo afirmar que el Mercosur también perdió el rumbo al tomar la Decisión en la Cumbre de Mendoza de 2012, al suspender al Paraguay del Mercosur en forma arbitraria, injusta e ilegal.

    También al poner de lado al Paraguay en el Mercosur, hicieron ingresar a Venezuela por la ventana, violando el artículo 20 Infine, del Tratado de Asunción, que dice “La aprobación de la solicitudes será objeto de la decisión unánime de los Estados Parte”. El Congreso Paraguayo rechazó el Protocolo de Adhesión de Venezuela de 2006. Los Presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay se dejaron llevar por sus propios egoísmos de grandes beneficios económicos y no les importó sacrificar al Paraguay para obtener que Venezuela ingrese al Mercosur.

    Decimos que el Mercosur perdió el rumbo porque con esas decisiones dejó de ser un Ente Económico, de integración de los Estados Partes para llegar a un Mercado Común, y lo han transformado en un Ente Político ideologizado, con ideas ajenas a las originales del Mercosur. La prueba de ello es que en la Cumbre de Montevideo del 12 de julio de este año, ninguna de las decisiones es de carácter económico, pese a que en esas materias existen grandes problemas en el Mercosur. Las decisiones han sido sobre el respaldo al presidente Evo Morales, cese de la suspensión del Paraguay en el Mercosur a partir del 15 de agosto, de rechazo al espionaje por parte de los Estados Unidos de América, sobre reconocimiento del Derecho de Asilo Político, todas de carácter político. Se han olvidado todos los aspectos económicos del Mercosur que tiene problemas muy serios, inclusive entre la Argentina y el Brasil.

    En segundo término, ha perdido el rumbo el Mercosur al violar los Tratados de Asunción, Protocolo de Ouro Preto y Protocolo de Defensa de la Democracia (Ushuaia I, artículo 4º) y, también, el mencionado artículo 20 del Tratado de Asunción y los principios básicos del Derecho Internacional, especialmente el Principio de No Intervención en los Asuntos Internos de otros países. El Estado de Derecho significa la aplicación de las Normas Jurídicas que rigen el sistema del Mercosur. En cambio, ha prevalecido el concepto del presidente del Uruguay, José Mujica, que dice que lo político está por encima y sobrepasa ampliamente lo jurídico. Eso es volver a la Ley de la Selva, donde el más fuerte siempre tiene la razón, como decía Jean de La Fontaine. El comunicado del presidente electo del Paraguay, señor Horacio Cartes, encara en forma contundente el problema de la falta del Estado de Derecho en el Mercosur. Aplaudo esa posición y la respaldo totalmente.

    El Mercosur no quiere aplicar dentro de su funcionamiento el Estado de Derecho, pero sin embargo en la Cumbre de Montevideo de 2013, en la resolución sobre Espionaje, dicen “Subrayar que la Prevención del Crimen así como la Represión de los Delitos Trasnacionales, incluso el Terrorismo, debe encararse en el Estado de Derecho y en la estricta observancia del Derecho Internacional” ¿Por qué no aplica el Mercosur este principio a sus acciones?

    Ahora han permitido que Bolivia ingrese al Mercosur sin retirarse del Tratado Andino, violando otra disposición del Tratado de Asunción, Art. 20, segundo párrafo, que exige para considerar las solicitudes de adhesión que los países “…no formen parte de esquemas de integración subregional o de una asociación extrarregional”. Si ingresa Bolivia sin retirarse del Grupo Andino, queda el Paraguay completamente libre para formar parte de otros grupos de integración sin retirarse del Mercosur.

    ¿Cómo solucionar este impase que han creado los presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay? Solamente se podrá solucionar cuando estos Presidentes entren en razón y apliquen el Estado de Derecho al Mercosur, como ellos lo reclaman afuera, y con base en un diálogo diplomático, que hasta ahora han rehusado, pues ni siquiera han vuelto sus embajadores a Asunción.

    Para el Paraguay, el Mercosur es muy importante y también lo es el Paraguay para el Mercosur. De modo que cualquier entendimiento debe ser sobre la base de la aplicación de las normas jurídicas que rigen en el Mercosur, o sea, volver al Estado de Derecho en el Mercosur. Es de todos el interés de solucionar el problema, creado por ellos, que no puede ser resuelto por la mala costumbre, muchas veces aplicada por nuestros vecinos de que “el hecho consumado cura todo”. La dignidad de un Estado, por más pequeño que crean que sea, no puede ser atropellada y hay que respetarla.

    El deseo que tenemos –que debería ser de todos los Estados Partes– es solucionar esta situación contraria a la razón jurídica, a fin de seguir con la integración económica, para llegar a un mercado común, cuyo fin original fue ayudar al progreso y desarrollo de nuestros países. Así lo espero.

    (*) Excanciller nacional

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  12. La hora del Mercosur PDF Imprimir E-Mail

    Imagen activaPor Javier Rodríguez *

    Asunción (PL) Desde el pasado 12 de julio, Paraguay deshoja las margaritas para tomar una decisión final sobre su regreso o no al Mercado Común del Sur (Mercosur).

    Ese día, la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del bloque integracionista decidió dejar sin efecto, a partir del 15 de agosto próximos y gozando de todas sus prerrogativas, la suspensión que pesaba sobre el país mediterráneo como miembro pleno.

    Paraguay había sido suspendido en su membresía a causa de la destitución del presidente constitucional, Fernando Lugo, en junio del pasado año, en una acción calificada como un golpe de Estado parlamentario.

    Se condicionó su regreso a la celebración de elecciones y la asunción de un gobierno producto de esos comicios, pues el Ejecutivo de Federico Franco, un resultado del mencionado golpe, nunca fue reconocido por la mayoría de los países latinoamericanos.

    La ruptura del proceso democrático provocó un verdadero aislamiento internacional, no sólo por la retirada de Asunción de casi todos los embajadores de América Latina, sino por la imposibilidad de participar en eventos internacionales importantes como la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Cumbre Iberoamericana, entre otros.

    Aunque se trató de una sanción política, seguida por igual medida adoptada por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la tensión se acrecentó entre Paraguay y sus vecinos, especialmente Argentina y Brasil, quienes constituyen a la vez sus más importantes socios económicos.

    De la parte del gobierno de Franco se desató una fuerte campaña de ataques contra ellos y se enfiló las baterías también contra Venezuela, admitida como miembro pleno del Mercosur tras la culminación de todos los requerimientos exigidos por el reglamento de la agrupación.

    En realidad, durante seis años consecutivos, el viejo Parlamento paraguayo, dominado por los mismos partidos tradicionales que ejecutaron el golpe de Estado, habían obstaculizado el ingreso venezolano sin una razón válida.

    El fallecido presidente Hugo Chávez llegó a revelar, en una ocasión, la exigencia hecha por grupos de legisladores paraguayos de la entrega de una importante cantidad de dinero en efectivo para votar favorablemente en el Congreso por el mencionado ingreso de Venezuela.

    Tras la suspensión paraguaya en Mercosur y Unasur, se registró normalmente la entrada de Venezuela, aprobada por los parlamentos de todos los países miembros y por los mandatarios reunidos en Brasilia, pues el proceso previo para ello había terminado.

    Eso incrementó la campaña del gobierno de Franco enarbolando una tesis para exacerbar pasiones nacionalistas sobre la base de un supuesto desconocimiento de los derechos paraguayos, imposibles de ejecutar por un Estado suspendido y un Ejecutivo producto de un golpe de Estado.

    La campaña para las elecciones presidenciales trajo a ese escenario un planteamiento del entonces candidato Horacio Cartes, quien pareció comprender, fuera de cualquier análisis, la necesidad para el país de regresar al seno del Mercosur.

    No estaba basada en criterios irreales pues no hay que analizar mucho para darse cuenta de los beneficios implicados en la permanencia dentro del bloque, tanto desde el punto de vista económico como de las posibilidades de llegar, a través de él, a nuevos mercados en condiciones favorables, algo tan necesario para una nación sin infraestructura industrial y muy alto nivel de pobreza.

    Esa posición se vio afectada por las inmensas presiones de algunos grupos de poder decisivos en el manejo de la política exterior paraguaya y por la campaña de prensa por ellos desatada, además de algunos consejos provenientes del exterior, razones basadas en un indisimulado criterio político.

    Es ahí donde se comienzan a generar tesis absurdas como la condición de entregar la presidencia pro témpore del bloque a Paraguay, volver atrás en la aceptación de Venezuela como miembro pleno hasta que el parlamento paraguayo lo autorice y poco menos de una petición de perdón por parte de Mercosur por haber condenado el golpe de Estado.

    La imposibilidad de acceder a esas peticiones impuestas por quienes realmente buscan un rompimiento de Paraguay con el Mercosur, como parte de un plan estructurado contra la integración regional y latinoamericana, colocó en punto muerto las relaciones entre las dos partes.

    Algunas voces más racionales llaman la atención sobre que una negativa a volver al Mercosur implica desconocer que Paraguay exporta a ese bloque por lo menos cinco mil millones de dólares anuales; sería la pérdida de los aranceles favorables para sus exportaciones y afectaría los vínculos con sus tradicionales mercados de Argentina y Brasil.

    Sobre esa base, por ejemplo, se pronunció el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, en cuanto a que una eventual salida del Mercosur por parte de Paraguay sería duro golpe a las exportaciones y un retroceso en el desarrollo de cualquier proyecto de industrialización.

    Es totalmente absurdo plantearse salir de un bloque donde se tienen acuerdos de libre comercio, señaló Fernando Masi, director del Centro, y recordó también que se perderían otros adoptados con diversos países mediante Mercosur.

    En definitiva, mientras algunos sectores apelan a endurecer los planteamientos para lograr la ansiada ruptura satisfaciendo intereses ajenos al desarrollo de Paraguay, otros siguen esperando que el nuevo gobierno, heredero de un país con las arcas vacías y la mitad de la población en la pobreza, evolucione en forma distinta.

    *Corresponsal de Prensa Latina en Paraguay.

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  13. Mercosur, Itaipú y Paraguay, entre la espada y la pared

    Por Dr. Gustavo De Gásperi

    “Las exportaciones serán las más afectadas si se sale del Mercosur”, sostienen algunas opiniones. “La Itaipú Binacional vende su energía a precio de costo. Para garantizar la viabilidad económica de la empresa, el Brasil tiene que comprar energía de Itaipú en dólares. Así nunca el Paraguay recibió menos que lo definido en el Tratado”.

    Un fuerte aporte argumental a favor de la reinserción voluntaria del Paraguay al tormento del Mercosur prevalece en la mente de muchos paraguayos, donde sin duda solo nos esperan más sanciones, más humillaciones y más dependencia rígida del Brasil y la Argentina.

    Desde que el señor Sachs publicó su opinión, el Brasil y la Argentina han perdido totalmente la condición impoluta de su credibilidad en los contratos y negocios que es la buena fe. La insuficiencia financiera que denunció Sachs, ahora es explicada por el señor Rubens Barboza, quien explica en palabras muy claras que el Brasil mantiene apretada la tapa de la pava que hierve, o sea, el costo de la Binacional que incluye un rubro para el pago de la deuda al Brasil por la construcción de la usina, mediante aportes adicionales en dólares que lógicamente modifican el estado de la deuda de tal forma que crece contablemente y no se extingue.

    El desvío del objeto del Tratado tiene como directa consecuencia la desviación del dinero generado por Itaipú mediante ventas a Eletrobrás, de tal forma que una vez situada la propiedad de la energía en el Brasil, Paraguay no tiene posibilidad de reclamar nada conforme a la cláusula XIX del Tratado que escinde las relaciones jurídicas. Así, todo el valor de la venta bruta a los consumidores del Brasil escapa de Itaipú con lo que el producto de la venta del 90% de la energía, de la mitad que corresponde al Paraguay cedida al Brasil queda para Brasil, con lo que queda habilitada a prestar a Itaipú en dólares para manipular el Tratado. Nadie puede decir que no se cumple el Tratado porque mediante cláusulas conexas se burla su finalidad que es dividir en partes iguales la energía producida. La nulidad queda y seguirá disfrazada porque muchos paraguayos prefieren que sus negocios con los socios brasileños progresen en Mercosur.

    El descubrimiento del profesor Sachs brilla con su prestigio internacional.

    El Paraguay no debe perder la ocasión de moverse en el ámbito internacional con la flexibilidad que le permita alejarse o no de los exsocios, cuya peligrosidad está a la vista. El libre comercio supone libertad y Mercosur, como está regulado, supone aceptar la faja y la cincha como únicos indumentos, y además supone la certidumbre de que mientras gobiernen los trabalhistas y los peronistas, no tendremos sino menosprecio en el mejor de los casos y en la mayoría, el desprecio liso y llano como ocurrió en Mendoza, un verdadero circo sin payasos simpáticos. Entiendo que en nuestro país existen sectores muy importantes que podrán sufrir muchos pozos de aire, y que se verán obligados a afinar la punta al lápiz para que los cálculos de rentabilidad de sus empresas regresen al punto óptimo, pero me resulta altamente merecedor de sospechas el criterio que nos haría volver a donde estábamos sin intentar siquiera asomarnos al brillante futuro que nos espera, si seguimos el trillo que la proyección de nuestra Historia nos señala. Creo sinceramente que los temores y escrúpulos de Francia y de Carlos Antonio López eran sabios y que el tiempo les dio la razón. Ahora hasta el señor Sachs nos da la lección de decirnos ¡cuidado con los vecinos! al extremo de tener que pedir disculpas a sus amigos brasileros y argentinos por las opiniones vertidas en su informe. El miedo es un tema político y no jurídico. Pero si la situación nos inspira más miedo que simples temores debemos mirar lo jurídico como único campo en que podemos y debemos movernos ante tanta disparidad de poder económico que nos separa de una posible igualdad, que está muy bien en la Constitución, como no estuvo nada bien en los hechos la supranacionalidad que proclama el art. 145 de nuestra Carta Magna. Parece que una vez más, los simpatizantes de mantener la coyunda, la inferioridad que ella significa, no perciben el dolor paraguayo ante la impotencia.

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  14. Relaciones Exteriores no cuida intereses del país

    Existe en esferas estatales e incluso en vastos sectores de la opinión pública una extendida creencia según la cual las organizaciones internacionales no reportan un beneficio directo al país. De allí la inadecuada tendencia a subestimar la actividad de las mismas. No obstante, la crisis política que vivió el país en junio de 2012, con la destitución del entonces presidente Fernando Lugo, puso de manifiesto que la participación del Paraguay en esos organismos reviste una importancia fundamental.

    Días pasados se supo que nuestro país mantiene una deuda de 442.000 dólares americanos con la OIEA. El pasivo data de 1997. En todo este tiempo, el Gobierno –particularmente a través del Ministerio de Relaciones Exteriores– no reparó en la necesidad de cubrir ese monto. Tuvo que salir a luz la controversia del reactor nuclear en Formosa para que la ciudadanía tomara conocimiento del grave hecho y las autoridades reaccionaran. Al no estar Paraguay al día, pierde el derecho de reclamar y participar activamente en las deliberaciones del organismo.

    Casi con igual parsimonia y desdén se actuó en lo atinente a la ratificación de la Convención sobre Seguridad Nuclear, adoptada por la OIEA el 17 de junio de 1994. El Senado aprobó el texto del acuerdo solo este miércoles. Es decir, nuestro país se tomó casi dos décadas enteras para incorporar ese relevante convenio al derecho positivo paraguayo.

    La Convención mencionada, en su artículo 17, habilita al Paraguay a formular un reclamo formal ante la República Argentina por incumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de seguridad nuclear.

    En efecto, el documento expresa que cuando un país miembro pretende emplazar una central nuclear debe “consultar a las Partes Contratantes que se hallen en las cercanías de una instalación nuclear proyectada, siempre que sea probable que resulten afectadas por dicha instalación y, previa petición, proporcionar la información necesaria a esas Partes Contratantes, a fin de que puedan evaluar y formarse su propio juicio sobre las probables consecuencias de la instalación nuclear para la seguridad en su propio territorio”.

    Así las cosas, el curso de los hechos demuestra que el Gobierno –en sus ramas ejecutiva y legislativa– solo reaccionó movido por la presión mediática y el legítimo reclamo de quienes se ven amenazados por el proyecto argentino. En suma, una actitud que una vez más pone de manifiesto el lamentable marco de improvisación y desidia en el que se desarrollan nuestras relaciones exteriores. Nada se planifica, todo se ensaya sobre la marcha. Es de esperar que el próximo gobierno actúe con mayor criterio y sensatez en este sensible y estratégico campo.

    http://www.ultimahora.com/relaciones-exteriores-no-cuida-intereses-del-pais-n707713.html

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  15. También la diplomacia reclama un “nuevo rumbo”

    El marco normativo que regula el comportamiento externo del Paraguay ya está debidamente establecido. En este sentido no existe mayor novedad, estando los órganos encargados de ejecutarlo obligados a ajustarse adecuadamente al mismo. En sus artículos 141 al 145, la Constitución Nacional determina el ámbito en el que se deben desenvolver las relaciones internacionales de la República.

    A su vez, la Ley 1335, adoptada por el Congreso a comienzos del año 1999, señala en su primer artículo: “El Servicio Diplomático y Consular de la República del Paraguay es el instrumento con que cuenta el Poder Ejecutivo para la ejecución de la política internacional del país, así como para la protección de los intereses del Estado y de los nacionales paraguayos en el exterior. Está constituido como un cuerpo de funcionarios permanentes, profesionalmente capacitados y organizados en carrera administrativa, con categorías jerarquizadas, dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores”.
    Para un Estado con limitados recursos financieros, es de crucial importancia contar con una diplomacia profesional y altamente competente. De hecho, nuestra presencia en el mundo en términos de embajadas y consulados es relativamente escasa, sobre todo si se consideran las dimensiones del servicio diplomático de otros países de la región de similares características geográficas y densidad poblacional.
    Este hecho nos obliga necesariamente a reforzar la creatividad y a utilizar los recursos disponibles de manera eficiente. En este sentido, algo que debe ser fortalecido de manera perentoria es la profesionalidad de la carrera diplomática, evitando en todo lo posible las designaciones de carácter político, ajustándolas estrictamente a los porcentajes establecidos en la misma Ley 1335 anteriormente citada. Si existe un ámbito en el que debe combatirse toda forma de prebendarismo, clientelismo político e improvisación es en el de nuestro servicio exterior.
    Al mismo tiempo, es preciso imprimir a la diplomacia paraguaya un carácter marcadamente comercial. Urge que nuestros representantes se adapten a las nuevas circunstancias y desafíos de la aldea global, y que salgan a buscar las oportunidades que esta presenta para incrementar nuestro intercambio en términos de promoción de las exportaciones, captación de inversiones y transferencia de tecnología. Es perentorio salir de la comodidad de los suntuosos edificios de las representaciones diplomáticas para ir a la búsqueda de negocios puntuales.
    Todos estos aspectos deben ser debidamente considerados por quienes asumirán en breve el importante reto de conducir nuestras relaciones exteriores. Es menester que el eslogan presidencial de imprimir un “nuevo rumbo” al Paraguay alcance también el sensible ámbito de la diplomacia, tan tradicionalmente descuidado por todos los gobiernos.

    http://www.ultimahora.com/tambien-la-diplomacia-reclama-un-nuevo-rumbo-n708176.html

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  16. Reconocimiento internacional

    La prensa de distintos países de América se hizo eco de la situación de Paraguay en el Mercosur, elogiando y calificando de digna la postura asumida por nuestro país.
    “Ni el Papa pudo unir a Brasil y Paraguay”, reza una frase del diario O Globo de Río de Janeiro sobre la excusa del presidente electo Horacio Cartes para no asistir a la misa central del papa Francisco, en el cierre de la Jornada Mundial de la Juventud. Señaló que el gobierno de Dilma Rousseff decidió someter al Paraguay a la humillación política el pasado 22 de junio de 2012, fecha en que fue destituido de la presidencia de la República Fernando Lugo Méndez. En la ocasión, Brasil envió a su canciller Antonio Patriota con la “misión” de frenar la votación del juicio político.
    Por su parte, el periódico La Nación de Buenos Aires habla de que su país ha puesto en una situación incómoda a Paraguay y que se siguen sumando agravios. Mientras que La Nación de Costa Rica a través del periodista José María Penabad, señala que Asunción no forma parte del juego bolivariano porque la decencia es emblema de honorabilidad. “La dignidad tiene nombre: Paraguay”, se titula el comentario. “Por decoro Paraguay dice no al actual Mercosur, retrato de vicios de convivencia y juego de irrespetos democráticos”, apunta una parte del material.
    Todo el embrollo que armaron los bolivarianos y sus secuaces se está yendo cada vez más al vacío, ya que lo único que lograron fue dar una lamentable imagen del bloque desde la violación de estado de derecho, poniendo como pretexto un supuesto golpe parlamentario. Esto hace que el Mercado Común del Sur pierda credibilidad en sus acciones ante el mundo.
    El mundo entero se está dando cuenta de la tremenda injusticia cometida con nuestro país, en la intención de expandir el bloque bolivariano, que fue truncado con la salida de Fernando Lugo. De a poco, la opinión pública internacional está reconociendo que los miembros del bloque obraron incorrectamente, destacando la digna postura asumida por nuestro país, ante esta situación. – See more at: http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/7328-reconocimiento-internacional#sthash.rUPtFABB.dpuf

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  17. Mercosur o la balcanización del Paraguay

    Balcanización es un vocablo de la ciencia política que denuncia la acción de los estados coloniales o de vocación imperialista por la que provocan una situación que facilita la hegemonía de las potencias extranjeras y les permite imponer sus pretensiones, ya que solamente pueden encontrar una débil oposición a sus planes. (Julio César de la Vega, Diccionario Consultor Político).

    Vukovar es una ciudad croata derruida por los bombardeos de la artillería Serbia en la última Guerra de los Balcanes, y sus habitantes del pasado regresan a duras penas a lo que fue su hogar. Las naciones mediterráneas como el Paraguay no pueden ni deben permanecer indiferentes ante las balcanizaciones que registra la historia, inclusive la propia, rica en guerras que literalmente pulverizaron su futuro al extremo que hablar de “integración” desde la perspectiva paraguaya es muy peligrosa. Muchos paraguayos creyeron y aún muchos creen que el futuro del Paraguay está en la integración, una palabra ambigua, que oculta varios conceptos dispares como una cesión paulatina de potestades reservadas a la nación a favor de organizaciones regionales, que, como su nombre lo indica, son aquellas que carecen de universalidad como las Naciones Unidas.

    No puedo dejar de meditar, y lo afirmo con mucha pena, que la participación del Paraguay en iniciativas integracionistas ha sido un fracaso. La Cumbre de Mendoza nos ha dejado el alma cauterizada, al haber recibido de naciones que creíamos amigas el tratamiento que se da a los vacunos para marcarlos a fuego, con el objeto de que se distingan, e identifiquen a su dueño mientras vivan.

    ¿De quién somos los paraguayos y el Paraguay después de la Cumbre de Mendoza? ¿A quién pertenece este aparente auge, o crecimiento de nuestro producto bruto, que ya está siendo succionado por políticos que quieren comprometer el futuro del país con préstamos para levantar sus misérrimas ciudades?

    ¿Por qué el Estado culpa a los empresarios de la desviación de los recursos nacionales, que en la vaga astronomía del ministro, al decir de García Lorca, creía que tenía y tiene el derecho de administrar como si el pueblo pudiera resistir la sangría?

    ¡Cuánta insensatez! Parece que muchos creen que podemos pasar a pensar y obrar como grandes, cuando no tenemos posibilidad de dejar de ser pequeños. El Paraguay, balcanizado entre los siglos, pretende que la cadena que se nos ofrece habrá de liberarnos, después del doloroso desprecio de que fuimos víctimas por un club de presidentes y gobiernos que solo piensan en su ambiciosa eternidad.

    Los medios nos revelan que máximas autoridades de nuestros vecinos piensan en su destino providencialista y proclaman a los pueblos de América que tienen “la obligación de defender a los presidentes, a los gobiernos antiimperialistas”, “defender a estos grandes hombres y mujeres que están junto a su pueblo para cambiar la historia de América Latina”. Ellos dicen que “los nuevos gobiernos democráticos y populares de la región han sido promotores de la integración, al mismo tiempo que contribuyeron a la reducción de la desigualdad y la pobreza”. “¡Vamos a enfrentar juntos estos desafíos!”. (Primer párrafo de Evo Morales, el segundo de la señora Rousseff).

    Es muy triste meditar, tener hijos, nietos y bisnietos atados a esta noria en que los discípulos locales de la demencia geopolítica toman las mismas armas, las mismas ideas que nuestros vecinos, y pretenden “integrar” lo ajeno gratuitamente a su patrimonio o creen que el presupuesto de la Nación puede ser sorbido como un tereré para lucir ante sus poblaciones que ellos han logrado representarles con eficiencia.

    El expresidente del Paraguay Fernando Lugo Méndez ha ingresado con su tropa al Parlamento Nacional (no importa su complicidad con nuestros verdugos ni el mal desempeño de sus funciones) y están decididos a expropiar un inmueble por mes, conforme lo ha declarado ante la prensa el discípulo liberal José Pakova Ledesma, “a fin de hacer posibles los fines del Indert y de la Reforma Agraria”, negocio de caudillos que no enriquece a los pobres sino a los ricos ocultos entre los matorrales de la descentralización de los municipios, gobernaciones y recursos de las binacionales. En realidad llevan la recaudación de lo ajeno hacia arriba y así nadie se puede quejar de las Alianzas, Concertaciones, Movimientos y Partidos que “intermedian” el sufragio por disposición expresa de la ley.

    Entretanto, los presidentes, vicepresidentes, senadores, diputados, ministros, viceministros, gobernadores, diplomáticos, militares, policías y magistrados del Poder Judicial no son considerados funcionarios públicos por el art. 2º de la Ley 1626/2000, y por tanto tienen el derecho de violar a su gusto las 16 prohibiciones del art. 60 de la misma ley entre las cuales figura “usar la autoridad que provenga de su cargo para influir o afectar el resultado de alguna elección, cualquiera sea su naturaleza”.

    Las flores negras son impunes. ¿Cómo piensa el nuevo gobierno gobernar e integrarse a los otros jardines? ¿Puede la diplomacia profesional evitar que nuestra reincorporación al Mercosur nos convierta en el picadillo de Brasil y Argentina?

    Por Gustavo de Gásperi

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/mercosur-o-la-balcanizacion-del-paraguay-605348.html

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  18. Una ocasión para recomponer lazos bilaterales y regionales

    A más de constituir una jornada política de alto contenido democrático, la solemne ceremonia de transmisión del mando presidencial, que se desarrollará el jueves próximo, debe ser una ocasión propicia para iniciar un proceso de recomposición de las deterioradas relaciones bilaterales con los principales países de la región cuyos mandatarios se harán presentes en nuestra capital. Al mismo tiempo, puede ser el comienzo de un proceso de diálogo que desemboque, en el mediano plazo, en la plena reinserción del Paraguay al Mercosur, un proceso de integración de tan relevante significación para el desarrollo económico y social de nuestro país.

    La destitución del ex presidente Fernando Lugo supuso para el Paraguay un penoso paréntesis en la vinculación con nuestros principales vecinos y socios comerciales. Más allá de las cuestiones que lo motivaron, es de crucial importancia que esas relaciones sean restablecidas en un periodo breve de tiempo, fundamentalmente a través de la implementación de mecanismos que permitan restituir la confianza mutua en el corto plazo.

    La anunciada presencia de varios mandatarios, como el caso de la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, debe constituir un momento relevante para que el nuevo jefe de Estado paraguayo, Horacio Cartes, entable un diálogo que permita superar las divergencias surgidas hace ya casi catorce meses.

    Son variados y muy profundos los vínculos y los intereses que nos unen con nuestros vecinos. El tratamiento de destacados temas comerciales, energéticos, fronterizos y migratorios ha sido dilatado por demasiado tiempo, de allí que urge la necesidad de recuperar una conversación fructífera que posibilite el relanzamiento de las relaciones bilaterales en todos los órdenes.

    Al mismo tiempo, tal como se decidió en la última Cumbre Presidencial del Mercosur, celebrada el pasado mes de julio en Montevideo, el próximo jueves se hará efectivo el levantamiento de la suspensión que impedía la participación de nuestro país en los órganos decisorios del bloque.

    Ese constituye el primer paso para avanzar en un diálogo franco acerca de los mecanismos que deberán echarse a andar para que sean superadas las diferencias de carácter jurídico y político que produjeron, por un lado, la suspensión del Paraguay del Mercosur, y, por otro, el arbitrario ingreso de la República Bolivariana de Venezuela al proceso de integración. Si existe voluntad de entendimiento, no caben dudas de que la salida al impasse producido con ambos hechos podrá ser encontrada con relativa facilidad.

    Tal como lo expresó algunas semanas atrás a un programa radial de nuestro país la senadora y primera dama del Uruguay, Lucía Topolansky, el 15 de agosto representará una oportunidad irrepetible para que los mandatarios se encuentren y puedan “decirse a la cara”, sin intermediarios, todo lo que piensan acerca de lo acontecido en los últimos catorce meses, a fin de dilucidar y poner término a aquellos aspectos que actualmente los distancian.

    En esta sensible materia, está más que claro que las nuevas autoridades deberán actuar con sensatez, creatividad y sentido de responsabilidad, articulando las medidas que permitan preservar la dignidad nacional, al mismo tiempo que facilitar una plena reinserción nacional al Mercado Común del Sur. El Mercosur es un proyecto político, económico y comercial del que hemos sido fundadores y en el que debemos continuar participando para propiciar, junto con la colaboración de nuestros vecinos y socios, las condiciones estructurales que nos permitan insertarnos exitosamente en el mundo globalizado, con oportunidades de crecimiento y de bienestar para todos y cada uno de aquellos que lo habitamos.

    http://www.ultimahora.com/una-ocasion-recomponer-lazos-bilaterales-y-regionales-n711881.html

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  19. Jóvito Alcides Villalba
    ND
    ¡Chapeau! , Paraguay
    11 Agosto, 2013
    Paraguay es un país pequeño, apenas alcanza la mitad de la extensión del nuestro y en él vive: aproximadamente, una quinta parte de los habitantes de Venezuela. Es un pueblo de gente valiente, cuatriboleada y verraca, como diría un buen marabino.
    opinan los foristas
    Apenas terminadas las escaramuzas independentistas, los paraguayos tuvieron que sacudirse el tutelaje argentino-brasilero-uruguayo, lo que se manifestó en una crudelísima guerra que casi extermino su población masculina. La contienda, mejor conocida como de la Triple Alianza o Guerra Grande vino a concluir en 1870.
    Como podrá suponerse, la cayapa que le hicieron produjo su derrota militar y a partir de ella se le impusieron confiscaciones y reparaciones de guerra, totalmente desproporcionadas y miserables por parte de sus “buenos vecinos”.
    La lenta recuperación de su economía y de su estructura institucional después de la Guerra Grande, se extendió hasta los inicios de los año 20 del siglo pasado, cuando una guerra civil interrumpió el proceso sumiendo al país, nuevamente, en la anarquía y la inestabilidad económica.
    Unos diez años después, la llamada guerra del Chaco, contra Bolivia, lo sumerge de nuevo en el estancamiento económico y la discapacidad institucional.
    Luego, en los años cincuenta, cae en manos de uno de los dictadores de más larga duración en la America Latina, Alfredo Stroessner, solo superado en longevidad por los Castro y su revolución traicionada.
    En 1991 mediante el Tratado de Asunción, Paraguay se incorpora al llamado MERCOSUR (Mercado Común del Sur) y en 2008 a la llamada UNASUR (Unión de Naciones del Sur), durante la presidencia del Obispo Fernando Lugo, personaje folklórico y populachero muy a la medida de nuestro inveterado comandante “eterno” y su cáfila de retrasados.
    Como el obispo no dio la talla y creo una situación altamente conflictiva, sus paisanos decidieron aplicar la constitución y las leyes administrándole la misma medicina que en Venezuela se aplicó a CAP, es decir destituyéndolo de sus funciones, pero lo que aquí fue aplaudido por el comandante eterno y sus secuaces, allá fue calificado de golpe institucional (como si la aplicación de los mandatos constitucionales pudiesen ser calificados de golpe de estado).
    A partir de allí la guerra contra Paraguay por parte de Venezuela se extendió a UNASUR y también al MERCOSUR, haciendo uso de su política imperialista de doblegar a los pequeños mediante el uso de la riqueza petrolera y también, lo que es aun mas triste, usando la indignidad de la vieja Kirchner, de la fatua brasilera y del estólido uruguayo, quienes, una vez mas, se pusieron de acuerdo para, con el impulso y denigrante patrocinio de Venezuela, se reviviera la cayapa de la Triple Alianza en el seno de UNASUR y MERCOSUR.
    Paraguay, sin embargo, ha resistido la embestida de los sinvergüenzas indignos y ha mantenido, en solitario, su plausible actitud, actitud que el pueblo de Venezuela siempre recordara, más allá de las acechanzas del gobiernito del procónsul cubano que hoy usurpa el poder en nuestro país.
    ¡Chapeau! Paraguay.

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  20. ¡Que no se entere mi esposa!

    Un destacado político, esposo ejemplar, padre de familia, etc., decidió pegarse una escapada. Y así fue a un templo del amor con una sacerdotisa de ese culto. Todo salió muy bien hasta el día siguiente. Ella lo llamó para decirle que en el hotel le habían robado una pulsera de oro, y que debía denunciar el robo a la policía. “¡No, por favor, que no se entere mi esposa!”, clamó el galán improvisado. Finalmente, para evitar el escándalo, él tuvo que pagar el importe de la pulsera, que se perdió y apareció varias veces.
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    Nuestra diplomacia golpista ha utilizado el arma de la niña, el escándalo. No podemos reprochárselo: en el amor, como en la política, todo vale. Pero, al margen de los escrúpulos éticos, hay que tomar en cuenta las cuestiones prácticas. ¿Qué hubiera conseguido ella pidiendo demasiado? Al esposo ejemplar le hubiera salido más barato el escándalo. Tampoco se puede exagerar con el Mercosur, que quiere conservar su imagen, pero no necesita pagar de más. En círculos no golpistas, se quiere hacer del Mercosur un área integrada, siguiendo el ejemplo de la Unión Europea, donde los países más ricos ayudaron a los más pobres.
    Por eso existe Focem, ese fondo común que llegará a los 1.000 millones de dólares para emplearse en créditos no reembolsables (donaciones) para los países del Mercosur. El Brasil pondrá el 70%; la Argentina, el 26%; el Paraguay y el Uruguay, 2% cada uno. A la hora de la utilización, la proporción será al revés: los que pusieron menos recibirán más. En la línea eléctrica recién terminada, que costó 550 millones de dólares, el Brasil aportó 400 millones (ÚH, 13/8/13). Nuestros políticos no le hicieron asco al dinero: cobraron y callaron.
    No creo que tengan pensado dejar de cobrar, así que sus amenazas de salirse del Mercosur para echarse en brazos del Tío Sam no van en serio. Salvo que calculen mal; que especulen con que, si al Brasil le sacaron 400 millones, a Estados Unidos le pueden sacar 4.000, considerando el producto natural bruto de cada país. Es temerario especular con eso. En tiempos de Stroessner, cuando las relaciones eran excelentes, a nuestros diplomáticos se les fue la mano al decirle a Washington que, si no les daba más plata, se pasaban a la Unión Soviética. Lo único que consiguieron fue que los sacaran vendiendo almanaques. ¿Por qué repetir el error?
    Y eso que, por entonces, la economía norteamericana andaba muy bien. Hoy tiene serios problemas, y se nota.
    Para festejar la fiesta nacional del 4 de julio, la Embajada americana en Asunción ha pedido contribuciones a empresas locales; de ahí no se pueden esperar tantos millones. En cuanto a la Guerra Grande, no por favor; nuestros fanáticos de la dignidad nacional van a tomar el avión, para dejar a nuestro cargo Cerro Corá.

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  21. ¡Gracias, sures!

    La Unión de Naciones Suramericanas ha levantado la sanción que pesaba sobre el Paraguay. Suponemos que muy pronto se pronunciarán al respecto Mercosur y Parlasur. Respiramos aliviados y, después de la larga introspección a la que nos hemos visto obligados por tan severa reprimenda, tenemos que reconocer que seremos mejor país y mejores ciudadanos, todo en nuestro provecho.

    Aprendimos de Argentina, que con su nuevo orden económico se ha caído de todas las tablas de exportación, pierde divisas a paso de carga y tiene el pan y la carne más caros del mundo… si es que el argentino promedio los encuentra en los supermercados y al alcance de sus bolsillos.

    Aprendimos de Venezuela, que tras descoser su Constitución y su ley electoral y rearmarlas a medida, pudo fabricarse un presidente con la herencia obligatoria tal como la dejó, “atada y bien atada”, Hugo Chavez.

    Aprendimos de Ecuador, que a punto de consagrar la reelección indefinida del presidente de la República, allana el camino al vitaliciado de cualquier “líder providencial”, entre ellos, el que hoy ocupa la primera magistratura.

    Aprendimos también de Uruguay, cuyo jefe de Estado regala presidencias pro témpore y le restriega al Paraguay su condición mediterránea para que no olvide que “siempre deberá pasar por el río Paraná y de la Plata” si quiere seguir saliendo al Atlántico.

    Y aprendimos, cómo no, del Mercosur, Unasur y Parlasur, cómo se “interpretan” los tratados para sacar de la mesa al miembro molesto, ese que no quiso admitir como nuevo comensal a un personaje grotesco que avergonzó durante años al Continente. Aprendimos cómo la doblez y la hipocresía se convierten en “política exterior” en las cancillerías de Brasilia y Buenos Aires para hacer a un lado a un país soberano y digno –pero pobre- para recibir con los brazos abiertos a la más descarnada y vergonzosa autocracia hereditaria suramericana –pero llena de petróleo-.

    ¡Gracias, Unasur, Mercosur, Parlasur! Hemos aprendido la lección. Por fin nuestros “vecinos y hermanos” se han mostrado tal y como son. De aquí en adelante, sabremos claramente a quiénes tendremos sentados a nuestro lado y qué podremos esperar de ellos. Y ante cada sonrisa fingida tomaremos la precaución de ver, como sabiamente sentenciaban nuestros mayores, “el puñal bajo el poncho”.

    El desfile de tartufos comenzará este jueves 15, cuando nuestros maestros regionales de democracia se sienten en el palco oficial de Horacio Cartes y exhiban sus severos rostros. Bienvenidos a este país que ya los conoce sobradamente -y no desde ahora- en sus dotes histriónicas y de fingida hermandad. No teman. Podremos seguir haciendo negocios. Pero no nos hablen de cooperación, integración ni tonterías por el estilo. Hemos sido pacientes soportando la humillación. Pero la estupidez no es, precisamente, un rasgo que nos caracterice a los paraguayos.

    http://www.5dias.com.py/29531-gracias-sures

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  22. Pedimos que nos respeten como nosotros les respetamos

    Desde su independencia, el Paraguay ha librado una dura lucha por preservar su soberanía y su libertad, y para continuar siendo una Nación digna, dueña de su propio destino, en el concierto de los países libres del mundo. Con la misma firmeza con la que ha encarado los desafíos de su pasado turbulento, hoy el Paraguay se halla empeñado en secundar las iniciativas de convivencia pacífica entre las naciones, en particular con los países limítrofes y de la región. Política de buena vecindad y cooperación condicionada únicamente a la prevalencia del derecho internacional que exigen también para sí otras naciones hermanas y amigas.
    En la apuesta que hizo el Paraguay al suscribir el Tratado de Asunción, constitutivo del Mercosur, supuso que prevalecería la ley de las naciones y no la voluntad política discrecional de ninguno de sus miembros.

    Lamentablemente, la destitución del expresidente Fernando Lugo mediante un juicio político constitucional motivó una injusta represalia diplomática contra el Paraguay por parte de los demás gobiernos del Mercosur, Argentina, Brasil y Uruguay, en flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas, que consagra el derecho de autodeterminación de los pueblos y el principio de no injerencia foránea en los asuntos internos de los Estados. Todo, al solo efecto de admitir irregularmente a Venezuela dentro del bloque regional sin la conformidad del Paraguay, como manda el Tratado.

    No satisfechos con la injusta suspensión de nuestro país del Mercosur y la arbitraria admisión de Venezuela en el mismo, nuestros socios iniciaron una feroz persecución diplomática contra el Paraguay, en procura de que la OEA convalidara su atropello a nuestra soberanía con una condena a nivel hemisférico. Por suerte, esa inamistosa actitud despertó escepticismo entre los países miembros de la organización continental, que acabaron dando la razón a nuestro injustamente agredido país, al mismo tiempo que recibimos la solidaridad espontánea de los países de la Unión Europea, con mucha tradición de apego a los tratados y a la ley de las naciones.

    El hecho de que celebremos la presencia de las presidentas Dilma Rousseff y Cristina Fernández de Kirchner, junto con el presidente José Mujica, de Uruguay, en ocasión de asumir el señor Horacio Cartes la alta responsabilidad de dirigir los destinos del Paraguay en el próxima lustro, es una oportunidad que tiene el pueblo paraguayo para manifestarles a los gobernantes del Mercosur que, así como el Paraguay respeta y cumple los tratados internacionales, exige a su vez que la arbitrariedad no suplante a la ley de las naciones y que lo político no prime sobre lo jurídico.

    Como socio con Brasil y Argentina en las usinas hidroeléctricas binacionales, el Paraguay tiene reclamos puntuales que afectan a nuestros intereses, y que, pese al tiempo transcurrido, hasta ahora no han sido debidamente atendidos.

    El reclamo paraguayo al Brasil, en la persona de su presidenta Dilma Rousseff, se centra en el fin de la indignante expoliación colonialista que viene sufriendo el Paraguay en ITAIPÚ desde hace más de 40 años, como directa consecuencia de la mala fe con la que el Gobierno brasileño del momento omitió incluir en el posterior Tratado el compromiso de “precio justo”, acordado para la energía paraguaya vendida a dicho país en el Acta Final de Foz de Yguazú, suscrita por los cancilleres de ambos países el 22 de junio de 1966, que expresa claramente: “IV. CONCORDARON en establecer, desde ya, que la energía eléctrica eventualmente producida por los desniveles del río Paraná, desde e inclusive el Salto del Guairá o Salto Grande de las Siete Caídas hasta la boca del río Yguazú será dividida en partes iguales entre los dos países, siendo reconocido a cada uno de ellos EL DERECHO DE PREFERENCIA PARA LA ADQUISICIÓN DE ESTA MISMA ENERGÍA A PRECIO JUSTO (las mayúsculas son nuestras), que será oportunamente fijado por los especialistas de los dos países, de cualquier cantidad que no sea utilizada para satisfacción de las necesidades del consumo del otro país”.

    Por ser este documento parte fundamental del Tratado de ITAIPÚ, el Paraguay tiene derecho de reclamar un precio justo (que por definición comercial es el precio de mercado) por los 887 Terawatt de electricidad exportada al Brasil entre 1985 y 2012, y por lo que le continúa vendiendo hasta ahora, según lo consigna el reciente estudio de un equipo de expertos financieros internacionales liderados por el renombrado economista estadounidense Jeffrey Sachs.

    Aun cuando la deuda del ente binacional pudiera ser la que consta en los libros, el Paraguay también reclama que los abusos financieros que la llevaron por las nubes deben ser imputados exclusivamente a la responsabilidad de las autoridades brasileñas del ente, quienes hasta ahora manejan sus finanzas de modo unilateral, por lo que nuestro país no tiene por qué cargar con su indebido incremento.

    En consecuencia, la parte de la deuda que le corresponde al Paraguay ya ha sido totalmente saldada, como lo constató una auditoría realizada por la Contraloría General de la República del Paraguay, conclusión que fue recientemente confirmada por el minucioso estudio del doctor Sachs y su equipo de expertos. El Gobierno del Brasil, actualmente presidido por la señora Rousseff, ya no puede seguir dando la espalda a esta agraviante situación.

    A la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se le reclama la urgente regularización de la caótica administración de la usina binacional Yacyretá, que debe retornar a lo estrictamente estipulado en el Tratado y no a las antojadizas decisiones del Gobierno argentino, que en la práctica ignoran también el derecho de cogestión del Paraguay. La oportunidad para poner fin a tan infame situación es la revisión del Anexo C del Tratado, a realizarse indefectiblemente el próximo año, para lo cual es necesario cuantificar exactamente la deuda de la entidad binacional según lo originalmente convenido, y no sobre la base de las leoninas Notas Reversales de 1992 –invocadas como válidas por el Gobierno argentino pero violatorias de la letra y el espíritu del Tratado–, algunas de las cuales no aprobadas por el Congreso paraguayo, deviniendo, por tanto, nulas.

    La persistencia del Gobierno argentino en reclamar al Paraguay el pago en partes iguales de un débito de casi US$ 20.000 millones es un abuso financiero absolutamente inaceptable. Categóricamente, el Paraguay no va a aceptar jamás lo actuado al margen del Tratado, ni tiene por qué pagar la mitad de una deuda que ha alcanzado sus absurdas magnitudes actuales precisamente por la espiral inflacionaria que genera el atropello del Gobierno argentino en Yacyretá, de donde se lleva el 96 por ciento de la energía eléctrica que la usina produce, pagando por ella un precio mísero muy por debajo del costo de producción.

    Por lo tanto, para mantener la amistad y el respeto entre ambos gobiernos es necesaria una pronta y justa solución a la deuda de la entidad binacional, condición sine qua non para avanzar hacia otros aprovechamientos hidroeléctricos del río Paraná, como el potenciamiento del brazo Aña Cua y la proyectada represa de Corpus, emprendimientos que la Argentina, al menos en un futuro inmediato, necesita más que nuestro país.

    Finalmente, el pueblo paraguayo no tiene reclamos que formular al señor presidente del Uruguay, José “Pepe” Mujica, similares a los citados a los presidentes de Brasil y Argentina.

    Sin embargo, el pueblo paraguayo tiene la esperanza de que, algún día, algún presidente de ese país repare de alguna manera la afrenta infligida por su Gobierno a la dignidad del Paraguay al convalidar su injusta suspensión del Mercosur con una fraseología de escaparate confesando que, a su criterio, “lo político supera largamente a lo jurídico”.

    Esta visita es propicia para que el presidente Mujica aclare al pueblo paraguayo si continúa pensando de la misma manera, porque, si su respuesta es afirmativa, el Paraguay no tiene nada que hacer en el Mercosur.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/pedimos-que-nos-respeten-como-nosotros-les-respetamos-607054.html

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  23. Cartes no se opone a ingreso de Venezuela al Mercosur
    El presidente de Paraguay parece zanjar así una de las grandes dudas que existía en el bloque sudamericano, pero pidió “respeto” por su país.
    Horacio Cartes, el presidente de Paraguay que asumió el jueves 15 de agosto el mando, declaró este viernes (16.08.2013) que no tiene inconvenientes con que Venezuela forme parte de Mercosur, aunque resaltó que la forma en que se integró Caracas al bloque no consideró la opinión de su país y pidió el “derecho a ser respetados”.

    Esto porque Mercosur aprobó el ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur cuando Paraguay estaba suspendida del grupo, debido a que la destitución del entonces mandatario Fernando Lugo fue calificada como “interrupción del proceso democrático”, y una condición para formar parte de Mercosur es tener regímenes democráticos.

    En su primera rueda de prensa como presidente, Cartes recordó que el Tratado de Asunción, que dio vida a Mercosur, establecía que el ingreso de cada nuevo miembro debía ser por unanimidad. A su juicio, hay un problema jurídico que resolver, aunque destacó que “políticamente no hay problemas” y que él, “personalmente”, no cuestiona la presencia de Venezuela en el grupo.

    “Paraguay nunca salió del Mercosur”

    Cartes dijo que ahora el tema está en manos de los cancilleres. “Si ellos encuentran una manera… Los congresistas también van a dar su opinión, pero va a tomar un tiempo. Nuestra posición fue pedir el respeto a los derechos”. Agregó que quiere “a todos los países hermanados y trabajando juntos”.

    Sobre la carta que presuntamente el presidente venezolano, Nicolás Maduro, le habría enviado para pedirle trabajar en conjunto para superar las diferencias, Cartes dijo “he leído que hubo una aparente carta, pero más allá de que no la recibí, la predisposición nuestra es absoluta con todos los países del mundo”. Sin embargo, Maduro no fue invitado a la asunción de Cartes al poder.

    “Paraguay nunca salió del Mercosur, pero no es momento para estar en peleas o discusiones. El clima para las relaciones es óptimo. Creo que en poco tiempo voy a viajar y todo será para mejor. Lo importante es el ambiente muy bueno, tanto con Brasil como con Argentina”, comentó. Paraguay recobró sus derechos como miembro pleno de Mercosur tras la asunción del político del Partido Colorado.

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  24. Signos alentadores para una plena reinserción regional

    Un saldo positivo para la promoción de los intereses del país arroja la participación del presidente Horacio Cartes en la Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la primera de la que toma parte el Paraguay desde su suspensión de la organización, a mediados del año pasado. De acuerdo con los resultados preliminares informados a través de los medios de comunicación, el encuentro y las reuniones mantenidas en torno al mismo permiten vislumbrar una pronta y plena reinserción de la República en el contexto regional. Quedando reparadas las heridas abiertas hace un año y dos meses, es importante que se recupere el tiempo perdido y que se pase la página de hechos pasados, para enfrentar el futuro más unidos y aprovechando las oportunidades que plantea la integración.

    De la intervención del presidente Cartes ante el plenario de la Unasur, efectuada el pasado viernes en la ciudad de Paramaribo, capital de Surinam, vale la pena rescatar su llamado a que los países que integran el organismo respeten la igualdad jurídica y política de los Estados. Este principio elemental del derecho internacional está además acabadamente prescrito como un fundamento esencial de nuestra Constitución, a través de su artículo 143, en el que se enuncian los valores que rigen la conducta de la República en sus relaciones con el mundo.

    Sentada esta ineludible postura principista, cabe resaltar el encuentro registrado entre el presidente Cartes y el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, bajo los alentadores auspicios de la jefa de Estado de la República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff.

    La autocrítica de Maduro acerca de la controversial forma de proceder que tuvo, siendo canciller de Venezuela, durante los eventos que supusieron el enjuiciamiento político al entonces presidente Fernando Lugo; su anunciada predisposición a realizar “gestos” y hasta “sacrificios” para superar las actuales diferencias, así como los buenos oficios en pos del entendimiento que realizó la mandataria brasileña, contribuyen, sin lugar a dudas, a promover un clima de diálogo, una mutua comprensión y un estímulo de medidas que tiendan a recuperar la confianza desafortunadamente perdida.

    Corresponde ahora que esos “gestos” y “sacrificios” enunciados tengan un aterrizaje práctico, traduciéndose en hechos concretos y visibles, tendientes a resarcir, en parte, el daño que se le ocasionó a la República con su arbitraria separación temporal de la Unasur y, más puntualmente, del Mercosur, del que nuestro país es socio fundador.

    Una vez que esto acontezca, seguramente las autoridades parlamentarias del Paraguay estarán en condiciones de analizar de manera desapasionada, y sobre todo sin perniciosos perjuicios de carácter ideológico, la conveniencia de ratificar el Protocolo de Adhesión de Venezuela al Mercosur, suscrito en Caracas el 4 de julio de 2006. El ingreso de esa nación hermana al proceso de integración regional es conveniente y altamente beneficioso a los intereses económicos y comerciales de la República, lo cual no implica, sin embargo, aprobar la forma arbitraria de su incorporación plena pisoteando los legítimos derechos del Paraguay.

    En el mundo globalizado e interconectado en el que vivimos, es de crucial importancia aprovechar todas las plataformas regionales para integrarnos al mundo de manera más ventajosa. En este sentido, la política exterior es una herramienta para promover el desarrollo económico y social de nuestro país, captando oportunidades de intercambio comercial con todo el orbe. Desde luego, antes que nada y de forma prioritaria, con nuestra propia región.

    http://www.ultimahora.com/signos-alentadores-una-plena-reinsercion-regional-n718427.html

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  25. Bien lo dijo Cristina, es preciso “reconstituir” el Mercosur

    La visita oficial del presidente Horacio Cartes a la República Argentina representa un buen avance hacia la recomposición de las relaciones bilaterales con nuestros países vecinos. La mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, consideró el encuentro con su par paraguayo como un paso positivo para la “re co n s t i t u c i ó n” del Mercosur, al que calificó como una “po – derosísima herramienta” en pos del crecimiento de sus Estados partes. Tanto en sus gestos como en su contenido, la acción de la gobernante implica un importante reconocimiento de que es preciso reorientar el proceso de integración regional, profundamente afectado con la suspensión paraguaya del bloque.

    Es gravitante lo expresado por la presidenta argentina. Si nos atenemos al sentido mismo de la palabra, “reconstituir” significa “rehacer”; y no se rehace sino lo que ha quedado destruido. En este sentido, la arbitraria suspensión del Paraguay de su participación en los órganos decisorios del Mercosur —adoptada a mediados del año pasado, tras la destitución de Fernando Lugo— supuso un quiebre en el proceso de integración regional. Es, pues, justo y también necesario que esa ruptura sea superada.

    Es verdad que en la Cumbre del Mercosur celebrada en Montevideo, el pasado mes de julio, los mandatarios del bloque decidieron levantar la suspensión que pesaba sobre nuestro país, la cual fue efectiva a partir del 15 de agosto último, cuando el presidente Horacio Cartes asumió la conducción política de la República.

    Sin embargo, esa decisión no fue suficiente para dejar atrás el desentendimiento. De hecho, el Gobierno decidió no retomar su participación en el bloque de manera inmediata, sino hacerlo una vez que se superen las diferencias en torno a la incorporación de Venezuela al proceso de integración regional, decidida sin contar con el consentimiento del Paraguay, en contravención de los artículos 21 del Tratado de Asunción y 12 del Protocolo de Adhesión de Venezuela al Mercosur.

    El pasado martes, en Buenos Aires, el presidente Cartes le recordó a la jefa de Estado argentina que la vuelta del Paraguay al bloque solo se registrará en tanto y en cuanto se respeten las normas jurídicas que dictan el derecho comunitario y el mismo derecho internacional público. El gobernante dijo, al término de su visita, haber encontrado la voluntad política de la presidenta Fernández para avanzar en este sentido.

    Queda ahora en manos de los cancilleres, es decir de la diplomacia, determinar qué fórmula jurídica se ideará e implementará para lograr la pronta y plena reinserción del Paraguay al Mercosur. Ella debe considerar, desde luego, el resarcimiento de los daños que ocasionó a nuestro país ser arbitrariamente marginado del proceso de integración regional.

    En todos los casos, la visita del presidente a Buenos Aires fue un buen comienzo en la dirección correcta. Parece que así también lo entienden los mandatarios de nuestros países vecinos. En las próximas semanas continuarán los viajes del jefe de Estado a otras naciones hermanas. Es de esperar que en ellas se encuentre la misma buena predisposición de las máximas autoridades para lograr dar vuelta la página de una historia que significó demasiadas vejaciones para el pueblo paraguayo.

    Hasta el momento, se observa una buena conducción en el manejo de nuestras relaciones exteriores. De seguir por este prudente camino, lograremos una plena reinserción en la región, tan necesaria para continuar promoviendo el desarrollo económico y social de la República del Paraguay.

    http://www.ultimahora.com/bien-lo-dijo-cristina-es-preciso-reconstituir-el-mercosur-n721847.html

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  26. Primeras señales en política exterior

    El primer viaje oficial del presidente Horacio Cartes a un país miembro del Mercosur con los que el Paraguay vivió una situación tensa desde el juicio político a Fernando Lugo, puede ser considerado un punto de partida hacia la normalización –sin traumas ni pase de facturas–, de las relaciones con otros países de la región.

    A pesar de que estos viajes y reuniones entre mandatarios son muchas veces criticados porque ponen su acento en los gestos y discursos, antes que en el cumplimiento de los acuerdos y también porque son poco “vinculantes” a la hora de hacer las cuentas sobre los problemas bilaterales; tienen el valor de poner en marcha lo que más adelante tendrán que resolver las cancillerías y los funcionarios de las carteras involucradas en diferentes temas bilaterales.

    La manera en que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, valoró la presencia de Cartes en su país, y las palabras con las que el Presidente paraguayo se dirigió a la mandataria del país vecino, pueden considerarse una declaración de principios de ambos presidentes.

    Es importante que el presidente Cartes haya dirigido un mensaje claro sobre la importancia de la relación del Paraguay con la Argentina, como dos países unidos por la geografía y también por obras de gran envergadura como Yacyretá y otros proyectos. Pero más importante aún es que además mencionó la otra relación: la que establecieron ambos pueblos, más allá de las relaciones oficiales entre los gobiernos de turno.

    Cartes habló de los miles y miles de paraguayos y paraguayas que encontraron en el país vecino un lugar para desarrollar su vida laboral y familiar en tiempos difíciles; pero agregó que como presidente del Paraguay, su compromiso es derrotar la pobreza y la falta de trabajo para que este país no sea conocido como “exportador de pobres” a otros lugares del mundo. Así lo hizo saber la propia presidenta argentina, cuando afirmó a los medios de su país que las palabras del presidente de Paraguay la habían impresionado y conmovido por su sinceridad y sobre todo, porque ella vio en sus expresiones que el mandatario estaba dispuesto a combatir la pobreza en forma concreta.

    Es cierto que a esta altura de la historia, pocas palabras y enunciados de los mandatarios de diferentes países en discursos y en reuniones con alto nivel de exposición mediática tienen luego su réplica en la realidad contante y sonante en la que los países debemos desenvolver nuestras vidas. Es cierto que los países de mayor peso económico del área, muchas veces han impuesto e imponen sus condiciones a los más pequeños con no pocas medidas restrictivas y muchas veces, injustas y arbitrarias.

    Sin embargo, lo que evaluamos hoy es el significado del gesto de ambos mandatarios que, bajo la premisa del respeto mutuo, han sido capaces de abrir las puertas hacia una nueva etapa de relación entre ambos países, lo que no es poca cosa, en los tiempos tan convulsos que el mundo vive.

    Lo que sigue en esta tarea que ha emprendido el presidente Cartes con vistas a reactivar las relaciones con los países del Mercosur especialmente, luego de su participación inaugural en la Cumbre de la Unasur en Surinam, queda en manos de los que tendrán la responsabilidad de llevar los acuerdos y soluciones de los problemas que surjan en el camino, con la inteligencia y capacidad que esa enorme responsabilidad les exige.

    En un mundo en el que las lejanías geográficas se han acotado al mínimo, con más razón, deben cuidarse y atender de la manera más conveniente para el país, las relaciones con quienes son nuestros vecinos más cercanos. Y para ello, se deben utilizar todas las vías posibles para lograr vivir en armonía, con dignidad y respetando las diferencias.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/140550-primeras-senales-en-politica-exterior.html

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  27. Pragmatismo y dignidad

    Quizá ambos conceptos no puedan coexistir en el mundo de la diplomacia. Pero es evidente que estos principios parecen impregnar las misiones que Horacio Cartes se está imponiendo en la trabajosa reconstrucción de las relaciones del Paraguay con los integrantes del Mercosur, luego de las sanciones aplicadas en junio del año pasado.

    La lista de desaires, afrentas y humillaciones que debió soportar el Paraguay como nación libre y soberana fue larga y dolorosa. Cartes nunca escondió -durante su campaña y luego durante la espera de asumir el cargo- que lo que le esperaba era un terreno difícil de transitar. Recomponer la red de relaciones requería de los consocios, tal como lo declaró a un matutino porteño, “que se respete la dignidad del Paraguay, del estado de derecho y del propio Mercosur”.

    Mirado objetivamente, volver “a fojas cero” la situación institucional del organismo de integración requeriría la desafiliación de Venezuela, incorporada al bloque ni bien Paraguay fue temporalmente expulsado. El sentido común indica que tal cosa es inviable y que más cercana a una solución sería la reconsideración del Senado del Paraguay de su oposición al ingreso del país caribeño.

    Siempre se dijo que en el Senado nada había contra Venezuela sino contra su entonces presidente, Hugo Chávez. Desaparecido éste, queda el intento del hoy presidente Nicolás Maduro -Canciller durante la crisis de junio de 2012- de sublevar a los militares en respaldo a Fernando Lugo, lo que le valió la declaración de persona no grata por parte de la Cámara Alta. Y aunque ésta analice en comisión la mantención o anulación de tal declaración, este clima legislativo no es buena mochila de viaje para el Presidente Cartes.

    Por otro lado, lo que hoy busca el Paraguay como economía es allanar caminos hacia la inversión extranjera directa, la eliminación de trabas paraarancelarias para el comercio intrazonal y la habilitación de corredores multimodales y puertos de ultramar que permitan el fluido tráfico del comercio exterior.

    El Paraguay no puede permanecer con los puños cerrados y el ceño fruncido como vecino de la que será en breve la quinta economía mundial. Máxime, teniendo en cuenta que cada día son más los inversionistas y empresarios del gran polo industrial de San Pablo que desean radicarse en el Paraguay aprovechando el clima de despegue y los indicadores macro que hacen de nuestro país un destino ideal de inversión.

    Veremos, en las próximas semanas, el resultado de estas misiones que el Presidente Cartes encabeza, la última de ellas al Brasil. Su perfil de líder ha quedado probado en las pulseadas con el Congreso y en la lucha por mantener íntegro el partido que lo llevó al poder. Ante el Mercosur y los desafíos de la globalización, comprobaremos si estamos, además, ante un estadista.

    http://www.5dias.com.py/31190-pragmatismo-y-dignidad

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  28. Regresar, pero en otras condiciones

    Todo indica que la Cumbre del Mercosur prevista para diciembre en Caracas será aplazada al menos hasta fines de enero. Las razones formales son “desajustes de agenda” entre los presidentes del bloque, aunque en realidad lo que se buscaría es que Paraguay finalmente cumpla los procedimientos legales para permitir el ingreso de pleno derecho de Venezuela al Mercosur.

    Al tiempo de mostrar su beneplácito por la posible postergación del encuentro de jefes de Estado, la Cancillería Nacional ratificó que el Gobierno no participará de ninguna reunión oficial hasta que el Congreso apruebe el protocolo de adhesión del país caribeño. Hay que recordar que las relaciones bilaterales entre Paraguay y Venezuela están en vías de normalización. Hace pocas semanas estuvo de visita oficial el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Elías Jaua, quien se entrevistó con el presidente de la República. Anteriormente, Cartes ya había sostenido un encuentro con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, a través, según parece, de las gestiones de la mandataria brasileña, Dilma Rousseff.

    En este escenario parece evidente que la cuestión del retorno de Paraguay al Mercosur será tratada y resuelta en las próximas semanas. Desde el Brasil, el asesor en asuntos internacionales de Rousseff, Marco Aurelio García, se mostró optimista acerca de que la reincorporación pudiera darse incluso en el transcurso de este mismo año. En la reciente visita que hizo el presidente Cartes a Montevideo, el canciller Eladio Loizaga declaró a los medios de comunicación uruguayos e internacionales que la “recuperación de la institucionalidad en el Mercosur va por buen camino”.

    El titular del Poder Ejecutivo también manifestó que su intención de propiciar el retorno del Paraguay al bloque regional “sigue intacta”, pero que debía hacerse en estricto respeto al estado de derecho y a la dignidad del Paraguay. Otro punto a considerar en esta coyuntura son las negociaciones de bloque a bloque entre el Mercosur y la Unión Europea, tratativas en las que Paraguay puede jugar un papel importante considerando que es el único socio que goza de un trato arancelario preferencial en el viejo continente.

    Los términos de la negociación por el retorno de Paraguay al Mercosur deben ir mucho más allá de la aceptación del ingreso de Venezuela. Es la oportunidad de poner en la mesa todos los cuestionamientos y reclamos sobre un proyecto que fue diseñado desde un principio en función de los intereses y de la visión de las economías más fuertes de esta parte del continente. Más de dos décadas después de comenzado el proceso de integración, el balance para los socios menores no puede calificarse de positivo. Brasil busca con el Mercosur un respaldo a su proyección mundial como potencia emergente. La iniciativa de integración regional es su ámbito natural de hegemonía y la plataforma desde la cual negociar y dialogar con las demás naciones poderosas del planeta. Al igual que Brasil, Argentina sostiene actitudes y medidas proteccionistas que atentan directamente contra la letra y el espíritu del Mercosur. Esta iniciativa de integración es en su origen y esencia un acuerdo comercial destinado a permitir el libre tránsito de mercancías de un país a otro. Paraguay respetó siempre las disposiciones del Tratado, permitiendo que la producción argentina y brasileña copen su mercado, en más de una oportunidad poniendo a empresas nacionales en condiciones de inferioridad. No ocurre lo mismo en sentido inverso. No se encuentra la misma coherencia del otro lado de la frontera.

    Sería una torpeza limitar el problema del Paraguay con el Mercosur al tema venezolano. Nuestro país puede y debe exigir otras condiciones para su retorno al bloque, nuestras estrategias de integración en un plano de auténtica igualdad entre los socios.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/146726-regresar-pero-en-otras-condiciones-.html

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  29. Brasil, el Mercosur y la Unión Europea

    Diciembre aparece como un mes de enorme importancia para el futuro del Mercosur. Este mes marca la reanudación de las negociaciones de bloque a bloque entre el Mercosur y la Unión Europea. Las tratativas para avanzar en un acuerdo de libre comercio con Europa comenzaron ya en 1999, pero entre los años 2004 y 2010 se mantuvieron prácticamente estancadas.

    La política de subsidios agrícolas de Europa y las medidas proteccionistas de Brasil y Argentina han sido dos de las vallas más importantes para alcanzar un entendimiento. Lo novedoso en este escenario es la creciente presión del sector privado brasileño para que el gobierno de este país negocie por separado, por fuera del Mercosur, tanto con Europa como con Estados Unidos. Muchos analistas consideran que Brasil podría plantear un “acuerdo transitorio” unilateral con la Unión Europea si las conversaciones entre los bloques vuelven a paralizarse. Eso significaría un golpe muy duro para el Mercosur, que de esa manera se mostraría como una instancia inviable para la inserción de sus países componentes en los mercados globalizados. Los encuentros deben retomarse a partir del mes entrante, pero hasta el momento Argentina no ha oficializado sus propuestas concretas, que deben incluir un listado de productos que podrían obtener un trato preferencial. Por ello, los cancilleres del bloque se reunirán para tratar de zanjar el impasse y llegar a las reuniones con los europeos con una agenda unificada y consensuada. Hay que destacar que el nuestro es el único país del Mercosur que tiene preferencias arancelarias para varios productos en los mercados europeos.
    En Brasil viene creciendo la voz que propugna una rápida modificación en el tratado del Mercosur para eliminar la norma que obliga a discutir acuerdos externos en conjunto con los demás socios. La poderosa Confederación Nacional de la Industria (CNI) del Brasil se ha expresado en este sentido, proponiendo la “flexibilización” de los acuerdos del bloque regional y que “cada miembro camine según sus propios intereses”, según dice un comunicado. Posiciones similares han manifestado otros dos fuertes gremios empresariales: la Asociación de Comercio Exterior de Brasil y la Confederación de Agricultura y Pecuaria. Hace pocos días, Robson Braga, presidente de la CNI, declaró que los ideal “sería llegar a acuerdos con Estados Unidos y Europa en el marco del Mercosur, pero si este no quiere que el Brasil tenga la libertad para negociar acuerdos”.

    Ante este escenario es más que probable que, más temprano que tarde, las normas del Mercosur serán intensamente debatidas y casi con seguridad modificadas. Paraguay no puede estar ausente ni ser un simple furgón de cola en estas negociaciones que cambiarán el mapa económico mundial. El gobierno nacional, en complementación con el sector privado, debe movilizar los mejores recursos humanos para analizar el presente y futuro de la cambiante realidad económica mundial y diseñar una estrategia de inserción de Paraguay en los nuevos escenarios, teniendo como única guía los intereses de nuestra nación, y no la lealtad a una iniciativa de integración regional que no avanza y que hasta el momento, hay que decirlo, ha traído más perjuicios que beneficios a nuestro país.

    El gobierno nacional, con el Ministerio de Relaciones Exteriores a la cabeza, debe estar atento a las negociaciones entre las grandes potencias, instaladas y emergentes, con la finalidad de no pecar de ingenuidad y jugar sus cartas con inteligencia y para la mayor conveniencia de la nación.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/147261-brasil-el-mercosur-y-la-union-europea.html

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  30. Mercosur: cambiar o morir

    A juzgar por las publicaciones periodísticas de Brasil, la presión de los sectores empresariales de ese país para salir del Mercosur, o al menos transformar radicalmente sus bases, es cada vez mayor. La poderosa Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP) lanzó una feroz crítica contra la política exterior del gobierno brasileño, especialmente enfocada en lo concerniente a la iniciativa de integración regional y las negociaciones con otros bloques, como la Unión Europea.

    El gremio de industriales abogó por un retorno del Mercosur a sus raíces, las que están consagradas en el Tratado fundacional firmado en Asunción en 1991, y abandonar la extrema politización en que ha caído en los últimos años. El titular de la FIESP aseguró que es urgente “despolitizar las relaciones exteriores y comerciales del Brasil, que se está aislando velozmente en el mundo debido a malas decisiones en la política exterior”. Agregó que el gigante sudamericano precisa una visión más pragmática sobre el comercio, sin interferencias ideológicas o políticas.

    Para los empresarios brasileños el Mercosur es una suerte de ancla para su pujante economía. Sostienen además que dentro mismo del bloque no se respetan los acuerdos y reglas, en una clara alusión a las medidas proteccionistas argentinas, que han impactado considerablemente en las exportaciones en la región.

    La situación es más preocupante para el sector privado brasileño atendiendo a la desaceleración que experimentan los llamados países emergentes, entre ellos Brasil. En un contexto de expansión quizás se hubieran podido pasar por alto algunas demoras o se hubiera permitido continuar en el estado de parálisis en que se halla el bloque desde hace tiempo. Pero en un escenario de enfriamiento Brasil necesita imprimirle un nuevo dinamismo a su economía y a la región donde ejerce su hegemonía y que le sirve de plataforma para las negociaciones globales.

    La crítica de los empresarios brasileños es justa, por otra parte. Hace mucho que el Mercosur quedó desnaturalizado, mutando de un emprendimiento de integración comercial y complementación económica a un grupo político en el que quienes no tienen la misma orientación ideológica están en inferioridad de condiciones. El Mercosur no puede tener socios con más derechos que otros o que se arroguen la facultad de dictarle a los demás qué, cómo y cuándo hacer tal o cual cosa. El bloque tendrá sentido -y, sobre todo, futuro- únicamente si se asienta en relaciones de paridad entre los integrantes. Acciones proteccionistas, represalias inmediatas, bloqueos y actitudes extorsivas forman parte del arsenal utilizado sin tapujos en esta “integración”. La exportación de productos paraguayos a los mercados brasileño y argentino, por ejemplo, es una verdadera odisea, repleta de obstáculos tributarios, paraarancelarios y burocráticos que acaban por desalentar al emprendedor más entusiasta.

    No solo no se cumple el Artículo 1 del Tratado de Asunción que consagra “la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes: comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales, servicios, aduanera, de transportes y comunicaciones ”, sino que las medidas de restricción al comercio y las políticas proteccionistas se hacen cada vez más duras. Los desacuerdos entre los socios llegan a tal punto que en Uruguay dicen que el Mercosur atraviesa su peor momento.

    El clamor insistente de los poderosos gremios empresariales brasileños debe sonar las alertas de las autoridades paraguayas para que ningún cambio de rumbo en el principal socio del Mercosur nos tome desprevenidos.

    http://www.lanacion.com.py/articulo/147984-mercosur-cambiar-o-morir.html

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  31. LA VERDAD EN EL MUNDO DIPLOMÁTICO

    “¡Qué diplomático es usted!” o “qué manera diplomática de expresarlo”, se dice a una persona cuando evidentemente no está diciendo su verdadera impresión sobre algo o alguien.
    Existe, de hecho, la arraigada convicción de que el mundo diplomático es un mundo de apariencias y de medias verdades; de tragarse sapos y sonreír, cuando en ocasiones es inevitable y hasta necesario, relacionarse con personas a las que, en el fondo, todos ven como un pelele o bien, como una amenaza, pero como es quien detenta el poder y representa nada menos que a una República, no queda otra que llevar una buena relación, por razones estratégicas.
    Dicho en lenguaje no diplomático, sería “por conveniencia”.
    Lo cierto es que en el mundo de la diplomacia, la verdad verdadera no muestra el rostro. Se oculta detrás de cientos de máscaras.
    El australiano Julian Assange, a través de su sitio Wikileaks, nos permitió patentizar muy bien esto, al correr el velo del secreto y reserva de cientos de actuaciones que transcurren en el ámbito político-
    diplomático de los países.
    Demostró que la mayor parte de las veces, las acciones no se compadecen con el discurso oficial.
    Con su hazaña, Assange evidenció lo que siempre se ha percibido: el ámbito de la diplomacia tiene como connatural la apariencia.
    Los periodistas que cubrimos el sector en Paraguay lo comprobamos fehacientemente en estos últimos dos años. Tanto por parte de los presidentes de la región, que excluyeron al Paraguay del
    Mercosur, suspendiéndolo en todos sus derechos dentro del bloque —por el cuestionado juicio político por el que destituyeron al presidente Fernando Lugo—, como por parte de las autoridades nacionales.
    El gobierno anterior, de Federico Franco, mantuvo una posición de denuncia y defensa del país ante la medida. Invocó para ello el derecho a la autodeterminación, la soberanía y la dignidad. Discurso y postura que rescató el nuevo gobierno (Horacio Cartes),
    suscribiéndolos incluso en un comunicado oficial, hasta que terminó relativizándolos para asumir otra posición, con amplia sonrisa a quienes inicialmente acusó de haber cercenado los derechos de la nación paraguaya.
    Sin disculpas de por medio, ni concesiones a la vista por parte de sus socios del Mercosur, el “discurso soberano” fue sepultado por lo que algunos llaman la política real.
    Sobre él, solo el paso del tiempo o un Assange nos revelará alguna vez las verdaderas razones. Mientras tanto, quedan las especulaciones y los archivos periodísticos que documentan de qué manera radical se transforman las posturas diplomáticas, aun tras sostener de modo tajante que hay principios innegociables.
    http://www.ultimahora.com/la-verdad-el-mundo-diplomatico-n753161.html

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  32. RÉQUIEM AL MERCOSUR JURÍDICO

    Carlos Be
    El 17 de enero ocurrirá en Caracas un hecho peculiar. Ese día, con la presencia de Horacio Cartes representando al Paraguay, en medio de aplausos, vítores, amplias sonrisas, flashes y abrazos, quedará sancionado, ratificado y proclamado el “Mercosur político” y se dará formalmente por caducado el de por sí moribundo Mercosur jurídico.

    No lo decimos nosotros, lo han demostrado claramente y lo han expresado directamente todos los gobernantes del bloque y sus voceros oficiales, con Dilma Rousseff y su arrogante asesor internacional Marco Aurelio García a la cabeza.

    Tenemos que señalar en su descargo que no son los únicos ni están inventando nada nuevo: históricamente, anteponer la política al derecho ha sido la fórmula clásica de todos los autoritarismos.

    Para mencionar dos ejemplos significativos, ni Hitler ni Stalin prescindieron de un ordenamiento jurídico heredado del pasado, pero ambos, de manera casi idéntica, le prestaron personal atención a dejar claro que el sistema legal y judicial debía responder a sus propósitos políticos, nunca limitarlos.

    El historiador inglés Richard Overy, un reconocido experto en el tema, señala que es precisamente en el tenor de esa relación entre la ley y la política donde radica la mayor diferencia entre las dictaduras y las democracias modernas.

    En su libro Dictadores: La Alemania de Hitler y la Unión Soviética de Stalin, Overy hace un extenso análisis de este punto.

    En la Unión Soviética, escribe, “el Derecho se veía como una extensión de la política”. Los jueces tenían la orden de utilizar lo que necesitaran de la antigua legislación zarista, pero guiándose por la “conciencia revolucionaria” a la hora de dictar sentencia.

    Andréi Vishinski, el jurista convocado por Stalin para darle las correspondientes justificación teórica y legitimación doctrinaria a esta inversión del estado de derecho, sostenía que todo “formalismo legal” debía estar subordinado a la “mentalidad del Partido” y que la legalidad no tenía ningún valor si contradecía “lo que el momento revolucionario requería”.

    En el Tercer Reich, por su parte, se enfatizaba que “la ley es lo que es útil para el pueblo alemán”, y tenía que estar subordinada a la “voluntad de la raza y su liderazgo político”. Carl Schmitt, el equivalente alemán de Vishinski, señalaba que el Führer era el juez y legislador supremo de la nación y que la ley debía reflejar “la primacía de ese liderazgo político”.

    En junio de 2012, Paraguay fue suspendido del Mercosur, sin norma habilitante, por haber aplicado internamente un procedimiento establecido en su Constitución Nacional. En el mismo acto se admitió el ingreso de Venezuela sin la exigida aprobación del Congreso paraguayo, en abierta violación del Tratado de Asunción. Para justificarlo, el presidente uruguayo José Mujica dijo que “lo político superaba ampliamente a lo jurídico”. ¿Hay alguna diferencia?

    En ese momento, el Mercosur jurídico, que ya venía apaleado desde hacía tiempo, comenzó decididamente a tambalear. El único que todavía lo sostenía era Paraguay, país pequeño, con fama de rebelde y molestoso. Esta actitud despertó admiración entre todos los verdaderos demócratas de la región y el mundo y hasta el Papa Francisco deslizó el deseo de que se mantuviese “erguido”, una expresión que difícilmente haya sido casual, ya que el Vaticano fue el primer Estado en respaldar a nuestro país en aquellas difíciles circunstancias.

    Pero ahora Paraguay ha tomado otro “rumbo” y se ha unido al clan para darle el golpe de gracia. Las consecuencias están por verse, pero los responsables están a la vista.

    Por Armando Rivarola

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/requiem-al-mercosur-juridico-1202789.html

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  33. La farsa del Mercosur al desnudo

    El presidente uruguayo José “Pepe” Mujica parece estar comenzando a entender lo que realmente implica que el Mercosur no sea un bloque económico integrado por países en igualdad de derechos y participación en los beneficios, sino meramente la fachada de un bloque, que les sirve a Brasil y Argentina para ir por el mundo repartiendo propuestas de buenos negocios, exhibiendo la fotografía montada de un organismo equitativo que, supuestamente, representa a la mitad de Sudamérica y a millones de consumidores y productores.

    “Tenemos (en el Mercosur) sistemas establecidos jurídicamente de dirimir nuestras diferencias y conflictos que en realidad no funcionan y no podemos aplicar”, acaba de declarar Mujica (Canal 4; Montevideo). “Sería mejor que nos sinceremos –agregó–, y si esos mecanismos no sirven, tratemos de construir otros que sean flexibles, que respondan más a la época actual. Lo que no podemos seguir es en una especie de mentira institucional, tenemos una letra pero vamos por otro camino”, concluyó (el subrayado es nuestro).

    No son estas las mismas palabras y conceptos que empleó cuando se refirió a la manera claramente ilegal y profundamente descortés e inamistosa en que se “suspendió” a nuestro país del Mercosur, en aquella grosera maniobra perpetrada en junio de 2012 por él, Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff, utilizada entonces como burda pantalla para precipitar el ingreso del régimen de Hugo Chávez, introduciéndolo por la ventana del Mercosur.

    En aquella ocasión –vale la pena repetirlo una y otra vez–, con total desparpajo, “Pepe” Mujica manifestó que “las razones políticas priman sobre las jurídicas”.

    A los paraguayos se nos ocurrió preguntar: ¿Entonces para qué sirven las normas y regulaciones en el seno del Mercosur? Si el régimen que rige es el que dice Mujica, bastaría que cada vez que se produzca algún conflicto se reunieran los presidentes de los Estados miembros y bajaran sobre la mesa de debate la decisión política; y sanseacabó. En un sistema como este los tribunales están completamente de más. La dictadura que suele imperar en algunos países se traslada así al bloque.

    Pero he aquí que ahora la piedra en el zapato la lleva Mujica, pues el año pasado el “hermano” gobierno de Cristina Fernández dispuso que las cargas transportadas en embarcaciones argentinas tuvieran prohibido hacer trasbordos en el puerto de Montevideo, en represalia por el publicitado conflicto que mantienen los dos países por la planta de celulosa uruguaya. Recién ahora “Pepe” Mujica entiende cabalmente lo que significa que lo político prime sobre lo jurídico, porque el sistema judicial del Mercosur no le sirve para contrarrestar las decisiones políticas prepotentes perjudiciales de su vecina.

    La mismísima medida de fuerza bruta aplicada por el Gobierno argentino contra los intereses del Gobierno uruguayo en el puerto de Montevideo es la que emplearon Mujica, Kirchner y Rousseff contra el Paraguay en el affaire que siguió a la destitución de Fernando Lugo. Nos aplicaron una absurda medida punitoria sin siquiera perder una hora en escuchar sus razones a nuestros representantes; nos excluyeron sin motivo valedero y en el Mercosur no apareció ningún tribunal u organismo de arbitraje capaz de revertir la orden superior de los mandamases.

    Ahora bien. ¿Qué exactamente quiere decir el Presidente uruguayo cuando expresa que hay que “ajustar lo jurídico en lo posible a lo que somos y no a lo que soñamos que deberíamos ser”. Si lo que soñamos que deberíamos ser es lo que está escrito en el Tratado de Asunción, entonces “lo que somos” realmente debe ser este Mercosur que tenemos ahora, este que es tal como los paraguayos y los uruguayos lo sentimos en carne propia, una dictadura regional colegiada, en la que los dos países más grandes hacen lo que se les antoja, manejándose siempre con la prioridad absoluta del criterio político sobre todos los demás, en particular del jurídico, el cual, si se les cruza en el camino, resulta simplemente aplastado bajo las botas “todo terreno” de las potencias, a través de sus representantes, intérpretes y voceros.

    Ningún candidato a ingresar al Mercosur podría sentirse seguro viendo lo que se hizo con el Paraguay en 2012 (lo que, en forma asombrosa, olímpicamente olvidaron nuestras autoridades actuales), ni lo que el régimen de Cristina Fernández hace con el Uruguay. Ambas experiencias sirven para que se entienda que lo que ocurrió con el Paraguay no fue más que el ascenso de un primer peldaño, un anticipo, una advertencia de lo que nos sucederá siempre, en el futuro, a los países relativamente menos gravitantes del Mercosur. En particular son experiencias aleccionadoras para Bolivia y Ecuador, que quieren sumarse. Que observen y tomen nota de cómo y con qué cartas se juega en este organismo regional que va abandonando “lo que soñamos ser” para convertirse en “lo que realmente somos”.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/la-farsa-del-mercosur-al-desnudo-1205371.html

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  34. Mercosur: ¿competencia o integración?

    Por Nora Lucía Ruoti Cosp

    Días pasados se han presentado los resultados de la reunión última del Consejo Mercado Común del Mercosur, en la cual fueron aprobadas las decisiones que prorrogan los plazos de vigencias de varios Regímenes Económicos Especiales hasta el 31/12/2023.

    Esta noticia es importante, pues nos permite seguir luchando en este proceso de integración mediante ventajas importantes, pero no suficientes. Un paso para adelante en este proceso de ¿integración o competencia?

    Como trabajo de tesis de una maestría internacional llevada a cabo por el Instituto de Estudios Fiscales de Madrid, el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) y otras instituciones de reconocida trayectoria internacional en el ámbito tributario y de integración regional, me pareció relevante para nuestro país analizar el tema de los incentivos tributarios para la atracción de inversiones en los países del Mercosur, a fin de determinar si los mismos contribuyen al proceso de integración regional o por el contrario, presentan una competencia desleal.

    Estos regímenes especiales pueden resultar un obstáculo y/o contrasentido, en todo proceso de integración, más aun en el Mercosur donde las asimetrías de los países miembros, y sobre todo el gran poderío de Brasil y Argentina frente a países pequeños como Paraguay y Uruguay dificultan de por sí el proceso.

    Ni el Tratado de Asunción ni el Tratado de Ouro Preto contemplan la cesión de soberanía, en particular en el ámbito tributario, en favor del proceso de integración, tal como lo hacen por ejemplo las directivas de la Unión Europea, por lo que la situación se vuelve aún más complicada. Por un lado están las reglas del Mercosur y por otro lado, cada país en su legislación interna toman sus propias decisiones y muchas de ellas incluso contrarias al “espíritu mercosureño”, que de hecho, en el trabajo, se pone en duda si aún existe a raíz de la experiencia vivida durante estos 24 años, tanto en el aspecto económico como político.

    Tratándose de un trabajo técnico fue necesario analizar desde sus orígenes hasta la fecha las principales disposiciones legales que rigen en el Mercosur relacionadas con la política tributaria y su posible armonización, en especial aquellas que tienen por objeto la concesión de incentivos tributarios tendientes a atraer inversiones extranjeras directas, aprobadas en las legislaciones internas de los miembros del Mercosur, a los efectos de verificar el cumplimiento de los propósitos y principios tenidos en cuenta en oportunidad de su constitución y que fueran expuestos en el Art. 1 del Tratado de Asunción, los que aparentemente fueron olvidados y que a 24 años de su constitución requieren ser revisados. Debe existir un “sinceramiento” entre los estados de que en realidad el Mercosur no es lo que pretendía ser.

    ¿Sigue siendo una alternativa el Mercosur?

    Se debe reconocer que el Mercosur en sus inicios constituyó uno de los procesos de integración más importantes para América Latina, incluyéndose como uno de sus objetivos en el Tratado de Asunción, lograr la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los estados partes, a fin de alcanzar un mayor intercambio comercial entre los estados partes y el consecuente desarrollo económico, adoptando el denominado principio de no discriminación entre la producción nacional y extranjera en la aplicación de impuestos, tasas y otros gravámenes.

    Sin embargo, a partir de la vigencia del Mercosur, varios fueron los conflictos entre los estados partes, sobre todo en materia de establecimiento de zonas francas, áreas de libre comercio, preferencias arancelarias, concesión de incentivos tributarios a fin de atraer la radicación del capital extranjero, políticas internas de fomento al desarrollo industrial, trabas comerciales y paraarancelarias, entre otros, los que con el correr del tiempo fueron acentuándose.

    Ante los pocos logros en el Mercosur y la existencia de otros procesos de integración en América Latina y el Caribe (sin mencionar los de otras regiones) que toman más fuerza, como los iniciados con la Alalc (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio), la Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración), la Alianza del Pacífico, la Comunidad Andina de Naciones, entre otras experiencias, nos preguntamos: ¿en realidad los países del Mercosur siguen interesados en este proceso o prefieren integrarse a otros acuerdos regionales?

    Parecería ser que el Mercosur existe de “derecho” –es decir en los documentos legales suscriptos– y como apoyo político de los gobernantes de turno, quienes se reunen para resolver temas no transcendentales para avanzar en este proceso de integración, pero a la hora de comercializar bienes y servicios, suscribir convenios y acuerdos comerciales, prefieren integrarse en forma individual a otros acuerdos regionales o escoger algunos países estratégicos que sirven o funcionan para cada Estado en forma individual.

    PARA RECORDAR:

    En virtud de lo expuesto en el Art. 1 del Tratado de Asunción este mercado común implica:

    – “La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los Derechos Aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente;

    – El establecimiento de un Arancel Externo Común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros estados o agrupaciones de estados y la coordinación de posiciones en foros económicos-comerciales regionales e internacionales;

    – La coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes; de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de transportes y comunicaciones y otras que se acuerden, a fin de asegurar condiciones adecuadas de competencia entre los estados partes;

    – El compromiso de los estados partes de armonizar sus legislaciones en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración”.

    Con relación al tratamiento con terceros países los miembros del Mercosur se comprometen a:

    “En las relaciones con terceros países, los estados partes asegurarán condiciones equitativas de comercio. A tal efecto, aplicarán sus legislaciones nacionales para inhibir importaciones cuyos precios estén influenciados por subsidios, dumping o cualquier otra práctica desleal. Paralelamente, los Estados Partes coordinarán sus respectivas políticas nacionales, con el objeto de elaborar normas comunes sobre competencia comercial”.

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  35. Bolivia y el Mercosur

    Por José Antonio Moreno Ruffinelli

    En la última cumbre de Brasilia, el 17 de julio de este año, la República de Bolivia ha sido aceptada como país socio pleno de Mercosur. De hecho, desde hace tiempo, casi desde los inicios, era un Estado asociado, status que significaba tener con los países del Mercosur acuerdos de libre comercio, pero no un arancel externo común.

    La incorporación de Bolivia se da en un contexto muy especial para la región. Los dos grandes países del bloque se encuentran sumidos en una grave crisis económica.

    Por el lado argentino, la disminución de exportaciones genera menos ingreso de divisas, con la consecuente escasez de dólares para mover la economía; una inflación alta y un crecimiento económico que será prácticamente nulo este año. Y lo que agrava aún más este cuadro, son los permanentes conflictos comerciales con el socio mayor que es Brasil.

    Este, por su parte, se halla también en un periodo de crisis grave. Inmerso en escándalos de corrupción, su economía se halla en franco deterioro, tanto que se estima que este año tendrá un decrecimiento de más del 1%. Deterioro que proviene de los problemas de deuda interna, sumados a una inflación alta, y retracción en las exportaciones, hechos que han generado una serie de medidas muy fuertes adoptadas con el objeto de reencauzar la economía, por parte del nuevo ministro de Hacienda asumido con el reciente mandato de la presidenta Dilma. El citado ministro tuvo que retirarlas de nuevo hace unos días porque significaba una contracción todavía mayor en su economía. Aún no se notan los resultados de esta contra-medida.

    Si bien es cierto que no es la primera vez que se producen crisis en estos dos países, pues debemos recordar la del real en Brasil en 1998, y la de Argentina en el 2001, los contextos internacionales de ese entonces eran muy diferentes. Los altos precios de las materias primas, principales productos de exportación de los países del Mercosur; China con su crecimiento sostenido de más de 8% al año y Europa y EE.UU. sin un crecimiento espectacular, pero sí sostenido, hacían que esas tormentas que asolaban la región fueran más fácilmente controlables y hubo, en Brasil sobre todo, una recuperación rápida y mantenida hasta el año pasado.

    Un hecho resaltante también para el bloque regional fueron las dificultades que se desataron dentro del mismo con el ingreso de Venezuela, ingreso que fuera aprobado por una resolución del año 2008, pero sin cumplir con los requisitos establecidos por el Consejo de Mercado Común para el ingreso de nuevos socios (cosa que no se dio hasta ahora) y luego el más importante de ellos, la aprobación de los respectivos congresos de los países parte.

    Con Bolivia, la situación parece ser diferente. De acuerdo a las informaciones que manejamos, el mismo está cumpliendo con todos los requisitos necesarios para su correcta incorporación. Pero además políticamente, para los países pequeños, Paraguay y Uruguay, viene a ser un complemento en la lucha por mantener una suerte de equilibrio dentro del Mercosur. Nos mueven intereses comunes de modo que puede ser más fácil la complementación entre nosotros. Recordemos que hay un tratado entre los tres países, conocido como URUPABOL, que fue firmado el 25 de abril de 1963, antes de la creación de Mercosur, pero que tiene por objetivo básico buscar espacio con los países grandes para obtener negociaciones más razonables y equilibradas. Dicho Tratado fue reimpulsado el 17 de diciembre de 2010, durante una reunión de presidentes de los países integrantes de URUPABOL, realizada en las ciudades de Foz de Yguazú (Brasil) y Hernandarias (Paraguay). En dicho encuentro, ellos: “DESTACAN la vigencia jurídica y política de URUPABOL como mecanismo de coordinación y cooperación entre sus países miembros, así como su utilidad como instrumento de integración y desarrollo, complementando otros mecanismos y esfuerzos de integración que tienen lugar en la región”.

    Están, pues, los instrumentos internacionales disponibles como para poder articular medidas para que este tratado pueda seguir ayudando en todos los foros donde actúen los tres países. La política exterior, siempre dinámica, debe ir adecuándose a las nuevas situaciones para que ella sea eficaz y si bien por un largo tiempo URUPABOL estuvo inactivo, es hora de reimpulsarlo.

    Creemos pues que con Bolivia en Mercosur como socio pleno, puede darse un paso decisivo para fortalecer y recuperar el tiempo perdido con decisiones equivocadas que se asumieran en ausencia de Paraguay. Y concluimos diciendo que los errores cometidos deben servirnos de lección. Tenemos un corpus iuris Mercosur que debemos cumplirlo y respetarlo. Si volvemos a incumplirlo, creo que su recuperación será ya muy difícil. Y está claro que nuestros pueblos no pueden seguir esperando.

    El Mercosur fue una idea para promover desarrollo y crecimiento. No dejemos que cuestiones políticas coyunturales destruyan ese sueño.

    *Excanciller del Paraguay – Profesor universitario.
    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/bolivia-y-el-mercosur-1394221.html

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