A 20 años de la muerte de Santiago Leguizamón

Periodistas de Paraguay recuerdan crimen de profesional

Como cada año, el Sindicato de Periodistas del Paraguay inició los actos conmemorativos al Día del Periodista rindiendo un homenaje a Santiago Leguizamón.

Fue un comunicador acribillado en la ciudad de Pedro Juan Caballero en el año 1991, resultado de su lucha contra la mafia fronteriza, y repudiando la impunidad que todavía persiste en este caso. Los profesionales depositaron una corona de laureles ante el busto erigido sobre la avenida Carlos Antonio López, de Asunción.

En la ocasión, el hijo de Santiago, Dante Leguizamón, agradeció el hecho de que los colegas sigan recordando a su padre y señaló que la impunidad judicial no sólo afectó a su familia, sino a la sociedad toda. «Para volver a creer en las instituciones democráticas se debe castigar a los culpables. Solo así se podrá ejercer libremente la profesión», aseveró al tiempo de lanzar un llamado a los comunicadores a rescatar los valores de su padre, como el coraje para enfrentar a gente ligada a la delincuencia.

Por su parte, el presidente del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), Pedro Benítez, manifestó que la fecha está marcada por tres acontecimientos importantes. Hace 166 años apareció el periódico El Paraguayo Independiente, 38 años que los gobiernos de Paraguay y Brasil firmaron el tratado de Itaipú y 20 años que se enlutó el periodismo paraguayo con la muerte de Santiago Leguizamón.

36 comentarios en “A 20 años de la muerte de Santiago Leguizamón”

  1. Hugo Ferreira
    se dieron cuenta que ya no hay programas periodísticos en los canales de aire con la excepción de la Red Guaraní? y uno en canal 13?… triste realidad a mencionar en el día de Santiago Leguizamón
    La televisión nacional contrata «asesores residuos» de una de las televisiones con mayor profundidad en su crisis de contenido como la argentina, en donde hay un solo programa «tinelli» y todo gira en su rededor… La AM se salva aun, pero ya arrecia el fantasma.. AM Monumental y su «ilustrada» programación que pretende «la noticia con buena onda»… y otras cosillas mas…

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  2. La viuda de Santiago Leguizamón clama para que un narcotráficante no sea nuevamente presidente
    Presidente Ani Morra, viuda del periodista Santiago Leguizamón, habló a 20 años del asesinato del trabajador de prensa. Clamó por justicia en medio de un sentimiento de indignación que la agobia hace años y aseguró tiene la idea de luchar para un narcotráficante no sea nuevamente presidente de la República.
    La viuda aseguró a la 970 AM que vive con la frustración y el dolor de que no se quiera esclarecer el asesinato de su esposo, aquel 26 de abril de 1991 en Pedro Juan Caballero. «Siempre se dijeron los nombres, pero todo lo que se hace es ruido para decir que se hace algo, pero no hay nada», afirmó.Añadió que dentro del expediente hay 9 tomos, ninguno con un sólo informe policial sobre el crimen.
    «Sabemos quien fue y porqué» añadió Morra al momento de aclarar que muchos de los implicados ocupan puestos «en el Gobierno, en el Senado, en varias partes». «Son considerada gente importante», disparó.
    Ante la consulta periodística sobre si, uno de los implicados pueda acceder a la presidencia de la República, Morra fue contundente; «uno ya fue Presidente…y es la idea luchar y pelear un poco para que no se vuelva a eso, a que no nuevamente un narcotráficante sea presidente del país».
    «Es lo que no nos gustaría» replicó Morra, no sin antes aclarar que ella prometió a la madre de Santiago, no seguir en la búsqueda de justicia y nombrando a los implicados por temor y de manera a proteger a su familia.

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  3. El desafío de ser periodista
    Andrés Colman Gutiérrez
    Tenía 17 años cuando ingresé a la UNA con la intención de aprender periodismo. En realidad, lo que aprendí fue a beber cerveza. Lo mejor que tenía la facu era el bar de enfrente, con las mesas en el patio, donde uno podía escuchar a los Beatles, discutir y arreglar los conflictos del mundo entre copa y copa, ver pasar a las sensuales compañeras y darse el gusto de elegir con quien soñar esa noche.
    Nunca pude terminar la carrera universitaria. No porque las materias fueran difíciles, …simplemente eran insoportables. Aún así pude trabajar en los medios, ganar premios de reportajes y hasta ser invitado a dar charlas en las facultades de comunicación, lo cual no se si habla bien de mi o muy mal del periodismo.
    Me hice periodista porque tengo miles de preguntas que me consumen el alma. Porque quiero saber y entender qué pasa, y ayudar a que la gente también sepa y entienda. El mundo sería otro si tuviesemos mejor información para decidir con mayor criterio y conocimiento nuestro propio destino.
    No se si el periodismo es el mejor oficio del mundo, como sostiene García Márquez. Se me ocurre que ser médico, o bombero, o payaso, puede ser mucho más digno. No se si necesariamente uno tiene que ser buena persona para ser periodista, o que los cínicos no sirven para este oficio, como cree el maestro Kapuscinsky. Si fuera así, ¿cuántos quedarían?
    A pesar de todo, creo que el periodismo es un fin y no un medio. Elegí ser periodista para ser periodista, y no como el camino más corto para enriquecerse, conseguir un cargo público o figurar en una lista de candidatos.

    La situación actual del periodismo
    El periodismo paraguayo tuvo avances y retrocesos desde la caída del régimen stronista. Ya no tenemos a un dictador que cierra arbitrariamente medios de prensa o manda presos a periodistas por «orden superior», pero en cambio tenemos a un poder político corrupto, vinculado al crimen organizado, con fachada democrática, que intenta evitar las críticas o denuncias que le perjudiquen, ya sea regalando paquetes de publicidad estatal a cambio de silencio o promoción, o ejerciendo presiones y amenazas.
    Estas van desde llamadas telefónicas del propio presidente a las redacciones, pasando por el chake de querellas judiciales, hasta el amedrentamiento directo a cargo de sicarios, que pueden llegar al asesinato (casos de Santiago Leguizamón, Salvador Medina, Benito Ramón Jara, Samuel Román, Alberto «Tito» Palma), que nunca son esclarecidos por la Justicia.
    Los periodistas de los grandes medios tienen mayor independencia y libertad, pero los de medios pequeños o corresponsales de zonas fronterizas y aisladas son más vulnerables. Hay regiones del Paraguay, como Paraguarí, Alto Paraná o Amambay, en donde se vive bajo el dominio de pequeñas dictaduras feudales, que cercenan toda libertad de expresión.
    Crece la «itaiputización» del periodismo. El gobierno actual utiliza los millonarios fondos sin control de las entidades binacionales (Itaipú y Yacyretá), y en menor medida de las instituciones públicas, para premiar a los medios y comunicadores que les son más adictos, y castigar a los que son más críticos.
    También las licencias para emisoras de radio y tevé se manejan con clientelismo político. La gran mayoría de las radios del interior están en manos de caudillos y empresarios amigos del gobierno, y se usan para hacer propaganda partidaria, más que para informar a la población.
    En estos últimos años se crearon más medios y tienen mejor tecnología, aunque sigue siendo baja la calidad del periodismo paraguayo. Hay más facultades de comunicación, pero el nivel de enseñanza es mediocre, y la mayoría de los que egresan de sus aulas deben volver a empezar de cero en una redacción.
    Hay graves carencias de ética y responsabilidad al dar una noticia. Hace falta mayor capacitación y autocrítica.

    http://colmangutierrez.blogspot.com/2007/09/el-desafo-de-ser-periodista.html

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  4. COMUNICADO POR EL DÍA DEL PERIODISTA
    Fopep analiza futuro código de ética para periodistas
    El Foro de Periodistas Paraguayos (Fopep) analiza actualmente la elaboración para un código de ética y rinde homenaje a Santiago Leguizamón en comunicado por el día del periodista en Paraguay. El Fopep dirigió el documento a los trabajadores de la prensa, empresarios, universidades y autoridades.
    El Foro de Periodistas Paraguayos menciona igualmente que se “considera saludable que sectores de la sociedad civil ejerzan un rol responsable en la observación crítica a labor de los medios, pero no comparte los intentos de censura a la labor de la prensa, impulsados por motivos ideológicos o políticos que tratan de desacreditar o restar fuerza a las publicaciones sobre corrupción –pública o privada-, atropellos a los derechos humanos, injusticias sociales u otros temas similares”.

    Lea el pronunciamiento completo.

    PRONUNCIAMIENTO POR EL DIA DEL PERIODISTA

    En el Día del Periodista y 19º aniversario del asesinato aún impune del colega Santiago Leguizamón, el Foro de Periodistas Paraguayos (FOPEP), en concordancia con su lema de “comunicar la verdad, defender la libertad” y su propósito de que los periodistas se “desempeñen con independencia a intereses políticos, económicos, religiosos o de otro tipo”, da a conocer esta declaración dirigida a periodistas, empresarios y ejecutivos de prensa, responsables de la formación universitaria de los comunicadores del futuro, a las autoridades y a la opinión pública en general.

    La prensa vive hoy una época de profundas transformaciones, tanto por los vertiginosos avances tecnológicos en el campo de la comunicación, como por las duras consecuencias que han tenido y siguen teniendo los fenómenos de la economía global en la industria periodística. El futuro del periodismo también aparece como una incógnita y como un desafío para organizaciones como FOPEP, que buscan ayudar al mejoramiento cualitativo de la tarea de informar, y a la preparación de los profesionales actuales con perfiles que respondan a las nuevas exigencias. Nuestra organización ha firmado acuerdos y está impulsando trabajos conjuntos con universidades locales y fundaciones del exterior, así como con organizaciones hermanas de la región, además de gestionar apoyo de organismos internacionales para seguir desarrollando tareas de capacitación y educación.

    Esta época coincide además con una corriente de fuertes cuestionamientos éticos a periodistas y medios de comunicación por los supuestos abusos de la prensa, que la ciudadanía censura cada vez con más fuerza a través de las facilidades que otorgan las redes sociales en internet. El Foro de Periodistas Paraguayos considera saludable que sectores de la sociedad civil ejerzan un rol responsable en la observación crítica a labor de los medios, pero no comparte los intentos de censura a la labor de la prensa, impulsados por motivos ideológicos o políticos que tratan de desacreditar o restar fuerza a las publicaciones sobre corrupción –pública o privada-, atropellos a los derechos humanos, injusticias sociales u otros temas similares. Ante este desafío, los periodistas debemos ejercer nuestra profesión con apego cada vez mayor a la ética profesional. Desde el Foro, estamos trabajando en un plan de discusión y elaboración de un futuro Código de Ética del periodismo paraguayo, que responda a la realidad específica de muestra realidad y sea asumido en conciencia por los comunicadores de todo el país.

    Hacemos también un llamado a los dueños y directivos de medios, a que ayuden a generar dentro de sus empresas las condiciones que aún hacen falta para potenciar la ética periodística, para lo que una primera condición básica debería ser el establecimiento de salarios más acordes a la misión intelectual y social del periodista. El país necesita y seguirá necesitando de periodistas capaces y valientes. FOPEP rinde hoy un renovado homenaje a la figura de Santiago Leguizamón, un mártir de la ética, y exige que las autoridades del Estado cumplan las promesas tantas veces reiteradas de volver a investigar el caso y sancionar debidamente a los culpables de su asesinato.

    El Foro de Periodistas Paraguayos expresa además su preocupación por los reiterados casos de ataques violentos y amenazas de todo tipo contra los trabajadores de prensa, por lo que desde el 2009 desarrolla un programa que apunta a la creación de una “Red de Alertas” sobre agresiones a periodistas en general en todo el país, y situaciones que pongan en peligro la libertad de expresión. Además de los talleres y las conferencias que se han realizado desde el año pasado sobre la forma de afrontar algunas coberturas y situaciones de peligro, el Foro reunió este pasado fin de semana en Asunción a un grupo de periodistas que formarán parte de esa “Red de Alertas”.

    Hoy nuestro objetivo es que la ciudadanía sepa de nuestras inquietudes y de nuestros esfuerzos por mejorar profesionalmente, y queremos reclamar lo mismo que reclama de nosotros: críticas justas y razonables. ¡Muchas felicidades a todos los periodistas del Paraguay!
    Asunción, 26 de abril de 2010.
    Jorge Benítez C., Presidente de FOPEP y Andrés Colmán Gutiérrez, vicepresidente de FOPEP.

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  5. Mensaje del Presidente Fernando Lugo Méndez a los Periodistas en su día

    Andando la vida, vidas de caminar juntos, de entrecruzarnos a veces, de coincidir y disentir, en esa gran oportunidad que nos brinda la democracia de ser plurales y libres, quisiera hoy dar una pausa en el tiempo, y de frente, como siempre, echarme en un diálogo franco y constructivo con ustedes, estimados y estimadas periodistas, comunicadores y comunicadoras.

    Este día surge en nuestra no lejana historia cuando un gran gobernante, Don Carlos Antonio López, sintiendo la necesidad de informar y construir una nación, funda el Periódico el Paraguayo Independiente. Esta fue la herramienta con la que se consolidó nuestra independencia y soberanía.

    Los escritores y escritoras de la realidad, del relato social, entendieron tal acontecimiento y pusieron este día como el hito donde deben pararse y anunciar las esperanzas, gritar las inquietudes, como trabajador, y esparcir las palabras libres, punzantes, a veces, certeras las más de las veces, constructoras y movilizadoras siempre.

    En esta senda, hace 20 años, Santiago Leguizamón, era baleado y asesinado en su querida Ciudad de Pedro Juan Caballero donde le correspondió sembrar. Otro motivo para que periodistas de todas partes tuvieran una invitación para trazarse nuevos desafíos y recordar a los caídos en el cumplimiento del deber.

    Este hermano nuestro, poco antes de caer en manos del hampa, nos dejaba un eterno legado: “prefiero la muerte física a la muerte ética…”

    De este Presidente reciban ustedes los más profundos agradecimientos por el apoyo permanente a nuestro sistema democrático, a la construcción de una nueva forma de convivencia, alejados de toda posibilidad de censura, expandiendo la palabra libre, la escucha libre, enterrando cada vez más profundamente aquellos oscuros tiempos de la dictadura.

    No vivimos realidades diferentes, sí tenemos visiones diferentes, diversas, y muchas veces contrapuestas; aun así, todos, todas, vamos construyendo ese país anhelado por tantos. Estamos construyendo un nuevo modo de vivir y convivir. Puede ser imperfecta aún, pero este es el camino, el de la pluralidad, el discernimiento mediante el debate, y la respetuosa la confrontación, en una sociedad diversa y plural. Atrás quedaron las “únicas verdades” que nos impusieron. Y, este debe ser el pacto que hoy debemos renovar: no permitir, de ningún modo, el regreso de oscuros tiempos de censuras y mentiras. Que nuestro pacto sea la de seguir sembrando para que nuestros hijos cosechen los frutos de una patria mejor.

    ¡Qué grande es el papel que ustedes deben cumplir! “Todo está en la palabra”, decía el poeta Pablo Neruda. “Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se colocó dentro de una frase que no la esperaba… Tienen sombra, transparencia, peso, plumas. Tienen todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto trasmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas. Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada…”, decía también.

    ¡Qué grande es la responsabilidad de ustedes queridos amigos y amigas de los medios de comunicación! Del relato, de la palabra de ustedes depende todo nuestro pueblo. Es, entonces, una ocasión mas, de recordarnos, recordarnos, y reasumir nuestra pesada y agradable responsabilidad de seguir sembrando verdades, pues solo sembrando ética, responsabilidad, verdad, podremos, un día, no lejano, cosechar los más hermosos frutos de una sociedad que viva en justicia y equidad.

    Mil felicidades en esta fecha y siempre !

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  6. Juez sospecha que vínculo entre Gral. Rodríguez y Yamil posibilitó impunidad en caso Santiago

    Según José Valiente, el asesinato quedó impune porque los órganos del Estado nada hicieron al respecto.

    Fuente: http://periodistaspy.blogspot.com/

    El juez José Valiente, de Pedro Juan Caballero, disertó anoche en la Manzana de la Rivera de la Municipalidad de Asunción sobre el caso del asesinato del periodista Santiago Leguizamón, que en la fecha cumple 20 años. El juez conoce el expediente porque, como abogado, había actuado en representación del Sindicato de Periodistas del Paraguay. Manifestó que el asesinato quedó impune porque los órganos del Estado (Fiscalía General y Policía Nacional) nada hicieron al respecto.

    General Andrés Rodríguez. Fuente countrydata.com
    El juez sospecha que los vínculos políticos-familiares y comerciales del extinto Gral. Andrés Rodríguez con el clan de Fahd Yamil Georges, poderoso empresario brasileño vinculado supuestamente con el tráfico de drogas, habrían posibilitado la impunidad de los autores materiales e intelectuales del asesinato de Santiago. Manifestó que una de las hijas de Yamil, cuyo nombre no reveló, era ahijada del ex presidente de la República, según versión que recibió durante su investigación sobre el caso.

    Valiente informó que el hijo de Yamil, Daniel Alvarez Georges, y su sobrino, Luis Enrique Georges, habían sido investigados en Brasil como los supuestos autores intelectuales del asesinato de Santiago. Enfatizó que la relación entre el ex presidente y el clan habría sido una de las razones por las cuales la justicia paraguaya y la Policía Nacional no hicieron un trabajo serio para esclarecer del crimen, que fue cometido en el “día del periodista”.

    El juez recordó que Santiago, meses antes de su asesinato el 26 de abril de 1991, había publicado varios artículos, en el cerrado Diario Noticias, sobre el tráfico de drogas en la frontera, pero sin dar nombres de los responsables. Posteriormente, en el diario se publicaron otros artículos, sin la firma del finado, que vinculaban al clan Yamil en los hechos. Sin embargo, los delincuentes habrían culpado a Leguizamón, quien había recibido amenazas de muerte debido a su labor periodística.

    Policía Nacional nunca informó
    Valiente informó que la justicia paraguaya no hizo nada para procesar a los autores morales y materiales, aunque aclaró que el asunto era difícil porque el Brasil no permite la extradición de sus connacionales. Aclaró que dos criminales de la frontera, en el año 1992, confesaron a la policía brasileña haber participado en el asesinato de Santiago. Se trata de José Aparecido de Lima y José Araulho, alias Tiro Certo, quienes fueron identificados por un testigo del crimen.

    El juez de la causa de Pedro Juan Caballero procesó a los autores materiales del crimen solo mediante publicaciones de la prensa nacional. Sin embargo, los mismos luego fueron liberados porque el Estado paraguayo no solicitó el procesamiento en el Brasil de los criminales, según Valiente, quien aseguró que la Policía Nacional nunca informó a la justicia sobre el resultado de su investigación.

    Extinción de la causa
    El magistrado, quien habló del caso Leguizamón a invitación del SPP, dijo que el caso quedó impune porque no existió voluntad política de los órganos del Estado. José Aparecido de Lima y Bras Vaz de Moura, otro sindicado como autor material del crimen, también fueron asesinados tiempo después, posiblemente por orden de sus patrones. Tiro Certo continúa desaparecido aunque estaría con vida, según Valiente, quien informó que, debido a este problema, el proceso penal contra los autores morales del asesinato del periodista había quedado congelado en el Brasil.

    Valiente advirtió que, según el Código Procesal Penal del Paraguay, una causa prescribe en 15 años, que se cumplirá en setiembre de 2011. A fin de evitar este hecho, la justicia paraguaya podría enviar los expedientes al Brasil para procesar a los supuestos autores intelectuales. Esto es bastante difícil por la complejidad del caso. Luis Enrique Georges fue el único que prestó declaración en Paraguay luego de la orden de captura emitida por un juez en 1996. La causa fue archivada y prescribirá en setiembre.

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  7. Solo el caso del periodista Salvador Medina concluyó con la condena del asesino

    Pedro Benítez hizo referencia a varios crímenes contra periodistas que siguen impunes
    Fuente: Web del SPP

    El secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay, Pedro Benítez Aldana (foto), se refirió al caso del asesinato de Santiago Leguizamón y a otros nueve crímenes de trabajadores de prensa desde el año 1991.

    Benítez aseguró que solo en el caso del crimen del periodista Salvador Medina, periodista de la radio comunitaria Ñemity de Capiibary (San Pedro), terminó con la condena del asesino: Milciades Maylin. Este fue condenado a 25 años de cárcel, pero se salvaron los autores intelectuales, ya que el periodista denunciaba a los traficantes de rollos de madera. El pasado 5 de enero se cumplieron diez años de este asesinato.

    El acto de recordación del día del periodista se realizó frente al monolito homenaje a Santiago Leguizamón. Fuente Radio Ñandutí
    El caso de Santiago es emblemático, ya que no solo tuvo una gran difusión mediática, por ser periodista y empresario dueño de una radio de Pedro Juan Caballero, sino porque el crimen fue cometido en el “día del periodista”. Los autores intelectuales de este crimen, ligados al narcotráfico, habrían querido dejar un mensaje a todos los trabajadores de prensa del Paraguay: “no se metan con nosotros”.

    Caso Tito Palma y otros.

    Sin embargo, el secretario del SPP dijo que no hay que olvidar también los demás crímenes que quedaron impunes: 1) Calixto Mendoza, asesinado el 2 de marzo de 1997 en Yvy Ya’u (San Pedro); 2) Benito Román Jara, el 5 de enero de 2000 en Yvy Ya’u ); 3) Yamila Cantero, el 6 de julio de 2002 en Santa María (Misiones); 4) Samuel Román, el 20 de abril de 2004 en Capitán Bado (Amambay); 5) Angela Acosta, el 15 de diciembre de 2006 en Mayor Otaño (Itapúa); 6) Martín Ocampos, el 14 de enero de 2009 en Huguá Ñandú (Concepción). Benítez Aldana dijo que, en estos casos, la justicia no movió un dedo para atrapar a los autores materiales e intelectuales.

    Un caso que también tuvo repercusión internacional como el de Santiago fue el asesinato del periodista chileno Tito Palma, el 22 de agosto de 2007 en Mayor Otaño. En la actualidad están procesados por el hecho los hermanos Nelson Gustavo y Fabio Vera Sanabria, según el colega Benítez. El último trabajador de prensa asesinado fue Merardo Romero, periodista radial de Itakyry (Alto Paraná). El crimen fue consumado el 3 de marzo de 2011 y tiene connotaciones políticas. Están procesados como autores materiales Arnildo Rojas y José Pérez (autores materiales) y José Ramón Valenzuela (supuesto autor intelectual).

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  8. El SPP denunció violaciones de derechos laborales y sindicales de periodistas

    Pedro Benítez secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay refirió que un 90 % de los periodistas paraguayos ejercen su labor en condiciones precarias.

    Pedro Benítez secretario general del SPP junto a Coco Arce y Dante Leguizamón. Fuente web del spp
    El dirigente brindó datos sobre la situación laboral de los trabajadores de prensa, resultados de un trabajo de investigación encomendado por el SPP.

    Benítez relató que esos resultados revelaron que solo un 9,2% de los periodistas gozan del seguro social del Instituto de Previsión Social.

    “De las 597 empresas periodísticas registradas en el Minsiterio de Justicia y Trabajo, sólo 134 están registrados como patronales en el listado de IPS, razón por la cual no abonan el aporte obrero patronal, obligatorio por ley”, refirió Pedro Benítez.

    “Salarios por debajo del sueldo mínimo, horario laboral de más de 8 horas, condiciones insalubres en los lugares de trabajo y carencia de seguro por accidentes”, son solo algunos aspectos de la precarización laboral en los grandes medios de comunicación, sentenció Benítez.

    “Un 26% de los periodistas consultados confirmó que tuvo que recurrir a un seguro privado ante la ausencia del seguro del IPS. Gasto solventado por el propio periodista”, afirmó por otro lado el secretario genral del SPP.

    La investigación promovida por el SPP también señala que un 56% de comunicadores encuestados confirmaron que sufrieron algún tipo de censura por parte de editores y jefes de redacción. Siendo el principal motivo de la censura la defensa de los intereses de los propietarios y de los auspiciantes que sostienen un medio de comunicación

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  9. ¿LA FOTO POR LA QUE MATARON A SANTIAGO LEGUIZAMÓN…?
    de Andres Colman Gutierrez

    Comparto con ustedes un revelador e interesante texto del destacado Investigador y Consultor Internacional en Comunicación y Educación Vicente Brunetti, que da una pista acerca de una “foto” muy especial que Santiago Leguizamón le exhibió pocos meses antes de ser asesinado, en la que –según su relato- aparecían juntos el jefe del entonces Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria; junto al empresario fronterizo de Pedro Juan Caballero, Fahd Yamil, y el entonces presidente de la República del Paraguay, Andrés Rodríguez Pedotti y una cuarta persona no identificada, que sería un agente de la DEA norteamericana.
    Santiago le dijo a Vicente que esa foto era una “prueba caliente” y deseaba que la saque del país. Pero ya no pudo volver a traerla… en abril de 1991 Santiago fue acribillado en Pedro Juan… y la foto nunca fue encontrada entre sus pertenencias.
    De la misma foto habló Ani Morra Viuda de Leguizamón con el periodista argentino Jorge Elías, en un artículo publicado en el sitio Impunidad.com de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). ¿Fue esa foto uno de los motivos de que asesinaran a Santiago? ¿Era una prueba “demasiado quemante”…? ¿Quién hizo desaparecer la foto?
    Les invito a que lean el texto de Vicente, que además es un excelente análisis de la situación política heredada de la dictadura y los lazos con el narcotráfico. Una situación que, 20 años después, sigue allí, y ahora acecha desde las filas del Partido Colorado, de cara a las urnas para el 2013. ¿Llegará la mafia al poder…? ¿Podremos impedirlo? Lindo desafío cívico nos espera. (Gracias, Vicente, por la mención a este escribidor y a algunos queridos colegas…). A.C.G.

    Asesinato de Santiago Leguizamón,
    infiltración del narcotráfico en el Gobierno
    y la herencia inescrupulosa de la dictadura

    Vicente Brunetti
    Abril 26, 2011

    El texto inicia con el asesinato de Santiago Leguizamón que, a mi modo de ver, demuestra la infiltración de los narcos, del sitial periférico que ocupaban en las sombras, al asalto desvergonzado de los sitiales del poder local y central: Intendencias, Cámaras de Diputados y de Senadores y, en su momento, hasta la Presidencia de la República.

    1. Un General para mi colección de “cabos sueltos”

    Una tarde de noviembre de 1990, Santiago Leguizamón me visitó en casa . Si bien, no estaba con el humor que habitualmente le caracterizaba, seguía locuaz, aunque se notaba alguna preocupación.
    Me pidió escuchar, una vez más, una parte de las grabaciones que hice al interferir la comunicación del gobierno que fue derrocado, por el golpe de estado, hacía menos de un año, el 02-02-1989.
    Como es un material contenido en ocho cassettes de audio de una hora cada uno, en las que se escucha el desorden, desconcierto y desesperados intentos de contubernio tardío de los personeros de la dictadura, ministros de estado, generales con mando de tropa, secretarios del tirano, el jefe de policía, uno de los hijos del dictador, entre otros, pregunté qué parte quería escuchar.
    Y, en lo que entonces supuse un repentino cambio de tema en su ánimo, me miró de modo socarrón y pidió que le relate de nuevo una conversación con una colega cubana, durante una misión que cumplí para la UNESCO de Quito, en las ciudades bolivianas de Cochabamba y La Paz.
    En efecto, como saludo, la colega me había dicho que las diferencias entre Cuba y Paraguay cada vez eran menos sutiles…, y le repetí a Santiago lo que me había dicho ella:
    – En Cuba, a un General narcotraficante, lo fusilamos. En Paraguay, le permiten que se autonombre Presidente de la República.
    Y Santiago, haciendo un juego de palabras, me dijo:
    – Mirá, vos que siempre andás escudriñando “cabos sueltos”…, acá tenés un “General” para tu banco de datos…
    Y me pasó una foto en la que aparecían cuatro personas. A una de ellas no reconocí, y le dije:
    – Esta es la foto documentando que los famosos “Tres Mosqueteros”, en realidad eran cuatro…
    En la foto aparecían, juntos y sonrientes, el jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria; Fahd Yamil, Andrés Rodríguez Pedotti, presidente de la República y una persona desconocida para mí, por lo que le pregunté de quién se trataba.
    – Ah…, es de la DEA.

    2. Acerca de las dos enamoradas de Santiago Leguizamón

    Con Santiago Leguizamón nos conocimos en la Carrera de Comunicaciones de la Universidad Católica, donde la cursamos desde 1970, y mantuvimos una férrea amistad.
    Hacia el final del año en que presenté mi Tesis para egresar, en 1974, Santiago contrajo matrimonio con una de sus dos enamoradas de toda la vida: Ana María Morra Trigüis.
    A modo de aclaración para las bestias peludas que espían ilegalmente las comunicaciones privadas, su otra enamorada era la Radio. Y lo pude comprobar, ya que entre 1970 y 1977 tuve a mi cargo dos programas culturales dominicales, en Radio Cáritas.
    Cada que le era posible, Santiago me acompañaba, así como el amigo Luis Szarán, para la selección cuidadosa que hacíamos de las viñetas musicales, la elección de contenidos y la eventual participación de algunos invitados, como Augusto Roa Bastos.
    El 15 de diciembre de 1975, Santiago logró el sueño de convertirse en propietario de ZP31 Radio Mburucuyá, en Pedro Juan Caballero.
    Desde 1987 hasta 1989 tuve a mi cargo la elaboración y producción de los microprogramas radiales diarios de Educación Cívica y Construcción de Ciudadanía, por encargo de “Mujeres por la Democracia”, propalados por cuatro radioemisoras de la capital.
    Fue un trabajo denodado y exigente. Hasta ese momento, ninguna organización había optado por elaborar contenidos educativos en un formato pequeño de comunicación y, menos todavía, de aparición rigurosamente diaria. Lo que equivalía a la producción de un programa nuevo para cada día…
    En una reunión que tuvimos en su casa, en Asunción, le hablé a Santiago de este proyecto y de la intención de que los programas fueran irradiados a través de radioemisoras del interior, incluida la suya.
    Se convirtió en un generoso entusiasta de tiempo completo que facilitó contactos, medió en conversaciones con otros propietarios y abundó sobre diversas sugerencias propositivas. Incluso, me llevó hacia el frente de la casa y a solas, me dijo:
    – Este es el abono nuevo para una sociedad nueva…
    Coincidí con su apreciación, y agregué que, a mi humilde modo de ver, la movilización ciudadana en la ciudad de Pilar, en ocasión de la gran inundación producida por El Niño de 1983, había sobrepasado de lejos la capacidad de respuesta de la dictadura, que se vio desbordada por el arrojo tenaz y la solidaridad colectiva, dejando en claro, por primera vez, que las sumas del pueblo ERAN, definitivamente MÁS, que las cadenas implantadas por la tiranía.
    Y que los programas de Mujeres por la Democracia a ser transmitidos por radioemisoras del interior, los estábamos elaborando con Mario Rubén Álvarez, en guaraní.

    3. El año en el que la mafia, desde el poder,
    asesinó a Santiago Leguizamón

    En una carta dirigida en marzo 5/1990 al Dr. Alan Hancock, Director de la División de Libre Flujo de la Información y Desarrollo de la Comunicación, de la UNESCO, en París, firmada por el Pbro. Dr. Juan Oscar Usher, en su carácter de Rector de la UNIVERSIDAD CATÓLICA, y por mí, como Director de TRABAJAR Y COMPARTIR, se afirmó que:
    “…el inmediato pasado del Paraguay, quedó marcado por una lucha cotidiana, en la cual la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales enfrentaron el oprobio y el bochorno de un sistema autoritario y dictatorial que desde el gobierno anterior intentó arrasar todo vestigio de dignidad cívica…”.
    Los siguientes elementos, como prediagnóstico de la realidad, señalan: “Las consecuencias más graves se observan en:
    a) la confusión conceptual de la ciudadanía toda, como el resultado de una estructura educativa inadecuada para la consolidación de una sociedad autónoma, por haber fomentado el culto al personalismo, el egoísmo, la docilidad y la obsecuencia;
    b) el proceso de aislamiento que operó en tres niveles: i)entre los individuos; ii)entre los diferentes sectores sociales dentro del país y, iii)entre los individuos y actores sociales, y entre éstos y la comunidad internacional, alterando profundamente los procesos de comunicación;
    c) el vacío de saber, de conocimiento y de práctica cultural que en la realidad social desmanteló los principios del respeto, de la solidaridad, de la cooperación y de la justicia; negando el derecho de todo ciudadano, a un proyecto digno de vida;
    d) el estado de agresión que soporta la sociedad y la civilidad, por parte de los medios de propagación masiva, subordinados a la publicidad comercial, que en complicidad con los grandes productores, y distribuidores internacionales de información, atropella a la ciudadanía en sus valores, en su identidad, y en sus íntimas creencias”.
    Este era el clima que se vivía en el año 1990 en el país.
    Y de estas cosas conversábamos con Santiago, cada vez más preocupado por las crecientes sospechas ciudadanas de que el tumor canceroso de la mafia había hecho metástasis en el interior del poder, y que los hechos eran inocultables. Por su parte su vez, los inculpados de pertenecer a las organizaciones delictivas, empezaron a manejar la creencia de que Santiago había logrado documentar esos vínculos.
    De hecho, la visita que Santiago me había hecho a fines de noviembre de 1990, fue para pedirme que quite y oculte fuera del país la foto que me mostró y otros materiales que no alcanzó a precisar, sabiendo que al mes siguiente debía viajar a Europa y, por mi parte, llevaba copias del audio con la grabación de las comunicaciones del gobierno derrocado con el golpe de 1989.
    Santiago prometió volver con la foto y los documentos que mencionó. Pero las cosas se complicaron y no lo pudo hacer, por lo que nunca más volví a ver la foto (salvo en un relato descriptivo que hizo un periodista argentino, pero que no menciona al agente de la DEA) ni tomé conocimiento de los demás materiales.
    Una vez de vuelta al país, Santiago me llamó por teléfono en la segunda semana de abril de 1991, pidiendo que nos encontráramos “para entregarme aquello”. Pero, de nuevo se complicaron las cosas y el encuentro ya no pudo realizarse.
    El asesinato de Santiago Leguizamón, hacia el mediodía del viernes 26 de abril de 1991, fue en represalia a sus programas radiales y columnas en la prensa escrita capitalina, denunciando el tráfico de drogas y de armas de guerra, el lavado de dinero, el contrabando de soja y de whisky, el robo de vehículos y la corrupción en general.
    Además, los datos de la realidad aportados desde la voz y los textos periodísticos de Santiago, no eran posibles de que ocurran, ni de ser entendidos, sin la complicidad entre los capomafiosos del crimen y el gobierno de Andrés Rodríguez.
    El asesinato fue realizado con el protocolo característico de la mafia: un procedimiento mortal cometido a la luz del día, en plena ciudad, es todavía más terrorífico y amplifica la capacidad de infundir terror, dando a conocer de manera pública y procaz, cuál sería el resultado de personas, instituciones y sectores que se opusieran a los deseos y apetencias de los capomafiosos.
    La subregión ya había sido pródiga en darle un lugar a las autoridades cómplices, en particular, con la mafia del narcotráfico.
    Y la infiltración que la mafia había realizado, como un sórdido camino inconfundible de termitas (kupi´í), había socavado el edificio social y llegaba hasta el primer anillo del poder político-administrativo del país.

    4. La Prensa Comercial tutelada por una ultraderecha ignorante y retardataria

    A veinte años del asesinato de Santiago Leguizamón, este año el acto de memoria oficial y oficioso, encuentra a su esposa Ani Morra más fortalecida por la integridad de sus vidas y el acompañamiento de sus hijos Raquel, Dante, Sebastián y Fernando.
    Este hecho, a mí me llena de orgullo, sin que me una a Ani ni a sus hijos una relación de parentesco. La amistad que mantuve con Santiago, me es suficiente para comprender que Ani y sus hijos, hicieron de sus vidas mucho más de lo que esperaba Santiago.
    Porque Santiago ansiaba seguir compartiendo y cooperando con su familia que, sin embargo, se vió obligada a arreglárselas sola para seguir adelante, viendo a su alrededor como las y los colegas de Santiago alquilaban sus conciencias al narcotráfico, tal como lo hicieron César Ávalos (h) y Carlos Niz, cuando como vulgares mercenarios pretendieron lavar la imagen del narco Fahd Yamil en una conferencia de prensa realizada en el Hotel Guaraní.
    Hay nombres y actitudes valientes, como Susana Oviedo, Mario Rubén Álvarez, Andrés Colmán Gutiérrez, Miguel H. López y Luis Bareiro, que debemos separar del hato maloliente de personas en situación “de alquiler”.
    No todos los colegas de Santiago Leguizamón se prestaron para realizar una acaramelada entrevista y dejar bien parado a los exitosos contrabandistas de whisky y cigarrillos, o a proxenetas, o a turbios y torvos personajes vinculados a los designios tutelares de la derecha retrógrada e impresentable, sea que pertenezcan a la Unión Industrial, a la Asociación Rural o a la Cámara de Anunciantes.
    Ni todos los colegas de Santiago Leguizamón ofrecen los micrófonos radiales, las cámaras de TV o espacios en sus columnas a personajes que llegan al Congreso en estado de embriaguez, o que utilizan recursos del Estado para chatear en páginas “hots” como lo hicieron impúdicamente Luis Alfredo Jaeggli o Armando Espínola, o que sin pudor alguno por su ignorancia, pretenden un juicio político al Presidente “por su conocida condición de ninfómano”, así como lo presentó el diputado Juan Bernardo Ziett.
    En contraste con las firmes convicciones que hacían parte de la coherencia de Santiago Leguizamón, su señora y sus hijos encuentran a los oportunistas y a las aprovechadoras con artículos y entrevistas en los que aparecen trasnochados y decadentes animadores de festicholas, que se las dan de poseer “tendencia socialista”, pero que alquilan sus calvas, panzas y sonrisas de plástico enmohecido para publicitar hamburguesas grasientas, bebidas carbonadas, o a corporaciones fascistas como Monsanto, Cargill, Dupont o Coca Cola.
    Eso, no define ningún “profesionalismo”, sino a vulgares mercenarios, que son las personas dispuestas a hacer lo que sea, por una paga. O para que incorporen a sus hijos o hijas como planilleros de algún programa o institución.
    Y si lo tuviéramos hoy a Santiago Leguizamón, no habría forma de explicarle la falta de escrúpulos que reina en las decisiones y financiaciones que realizan las personas responsables de la Comisión Nacional del Bicentenario, al darle dinero a, precisamente, César Ávalos (h) para la publicación de “La Gaceta de Asunción”, o contratar trabajos como los videos que celebran y alaban a la dictadura, con la estética fascista de Bruno Masi.
    Hay muchos síntomas de que la educación nacional (el conjunto del esfuerzo privado y público), pedagógicamente, ha fracasado en varios ámbitos. Y, en el institucional, el Ministerio de Educación y Cultura sigue siendo la seccional política más voluminosa del país, en su modalidad de fabriquita partidaria de “presidenciables”…
    En el horizonte, tenemos una “tenaza” amenazadora. Uno de sus brazos, corresponde a la Prensa Comercial, que pretende implantar un proceso de fascistización en el país.
    El otro brazo, es el del Imperio. Alude al procedimiento brutal y enfermo del “hondurazo”, la modalidad del anciano “coup d´État” cívico-militar.
    En medio de esta tenaza opresiva, la ciudadanía sigue demostrando, mediante una familia como la esposa y los hijos de Santiago Leguizamón, entre muchas otras, que es mucho más sana y proactiva que las y los gobernantes del pasado oprobioso.

    FIN

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  10. 26 de abril de 1991

    Caso: Santiago Leguizamón

    ¿Quién me ha robado el mes de abril?:
    1 de setembro de 2006
    Jorge Elías

    Un mes antes del brutal asesinato de Santiago Leguizamón en la frontera seca entre Paraguay y Brasil, el diario Noticias, de Asunción, había publicado artículos de enviados especiales a Pedro Juan Caballero, cabecera del departamento de Amambay, sobre el tráfico de drogas, el lavado de dinero, el contrabando de soja,
    el robo de vehículos y la corrupción en general. Dejaban entrever una presunta complicidad entre los capos del crimen y el gobierno de Andrés Rodríguez.

    De Noticias era corresponsal Leguizamón. Esos artículos, reunidos en una serie titulada “El hampa en Pedro Juan”, llevaban las firmas de José Gregor y de José Pastor Benítez. En ellos, aparecidos entre el 23 y el 26 de marzo de 1991, la responsabilidad de los negocios turbios recaía, en especial, en el clan Yamil, dominado por Fahd Yamil, alias “El Turco”, de orig

    en brasileño y frondoso prontuario, respaldado por su hermano, Farid, y por paraguayos que eran “influyentes amigos de los actuales gobernantes”.

    Las revelaciones provocaron estupor. Yamil mantuvo una reunión con el director de Noticias, Eduardo Nicolás Bó, en Asunción. La serie de artículos se interrumpió en forma abrupta el 27 de marzo de 1991. Leguizamón, amenazado de muerte desde hacía tiempo, exclamó después de enterarse: “¡Me van a matar al pedo!”. Temía lo peor. E intuía que se había quedado solo.

    Uno de los hijos de Fahd Yamil era ahijado del presidente Rodríguez, militar que, tras el Golpe de la Candelaria, encabezado por su par Lino Oviedo en 1989, había sucedido a otro militar, Alfredo Stroessner, dictador vitalicio desde 1954.

    La mujer de Leguizamón, Ana María Morra, radicada con sus hijos en Asunción por aversión a la inseguridad en Pedro Juan Caballero, sabía que su marido tenía una foto comprometedora. Tan comprometedora que la Embajada de los Estados Unidos estaba interesada en obtenerla. Posaba en ella, al parecer, el jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria, con Yamil y Rodríguez, presidente de la República hasta 1993.

    Nada se habló de la foto durante el proceso judicial, signado por la lentitud, las irregularidades y la ineficacia. “Santiago iba a revelarla a la vuelta de un viaje a Europa, al igual que unos documentos también comprometedores –me dijo Morra, en un bar de Asunción, cinco meses después de que se cumplieran 15 años del asesinato a sangre fría, impune como el primer día–. Cuando llegué a Pedro Juan, tras su muerte, no encontré la foto ni los documentos. La casa no era un lugar seguro.”

    La casa era un anexo de ZP 31 Radio Mburucuyá, creada y dirigida por Leguizamón, en el barrio María Victoria, de Pedro Juan Caballero. En ella, Leguizamón vivía y conducía Puertas Abiertas, el programa matutino.

    “No era más que una pequeña casa de tablas construida en medio de un enorme terreno baldío, casi en las afueras de la ciudad, a unos setecientos metros de la terra de ningueim (tierra de nadie), como llaman los lugareños a ese mundo entre dos países que es la frontera seca paraguayo-brasileña”, describe Andrés Colmán Gutiérrez, periodista del diario Ultima Hora, de Asunción, en su trabajo “El micrófono es mucho más que un trozo de metal”.

    Esa frase era de Leguizamón, como otra que había dicho a su colega Humberto Rubín, de Radio Ñanduty, de Asunción, en un diálogo transmitido en vivo y en directo el día de su muerte: “Hay dos clases de muerte: una es la muerte material y la otra es la muerte cuando uno abandonó la ética y la voluntad de trabajo”. De ella, cual síntesis de su sacrificio, quedó un mensaje: «Prefiero la muerte física a la muerte ética».

    Era el reflejo de una voz filosa y una pluma inoportuna. Una voz y una pluma que, con la impronta del rigor como lema, no vacilaban en señalar aquello que iba contra la ley o contra sus principios. Advertía que su proceder tenía un costo, sin embargo: vivir bajo amenaza. Advertía, en realidad, que no podía ejercer el periodismo de otro modo.
    El presidente Rodríguez, censurado por el gobierno de los Estados Unidos por supuestos vínculos con el tráfico de drogas y por las sospechas que provocaba el origen de una inmensa fortuna que incluía casas de cambio de moneda extranjera e importantes propiedades, murió en 1997 en Nueva York como consecuencia de un cáncer de colon. “No descansaremos hasta atrapar a los asesinos”, había dicho después del crimen. Ni él ni sus sucesores, Juan Carlos Wasmosy, Raúl Cubas Grau, Luis González Macchi y Nicanor Duarte Frutos, demostraron interés en resolver el primer homicidio de un periodista en la historia contemporánea de Paraguay.

    Rodríguez había estado el 14 de febrero de 1991 en Pedro Juan Caballero con motivo de la inauguración del Hotel Casino Amambay. “Era de Yamil, pero había sido puesto a nombre de un primo de Rodríguez”, según Morra. Organizaciones de campesinos sin tierra, cuya causa abrazó Leguizamón en su programa de radio y en sus despachos como corresponsal, realizaron una manifestación en demanda de soluciones. Un camarero indiscreto oyó decir al entonces presidente: “Con este muchacho hay que hacer algo”. Con ello habría dado la venia para la peor.

    Muerte por encargo

    En uno de sus artículos, publicado en 1989 en Noticias con el sugestivo título “Muerte por encargo”, y reproducido en Mburucuyá Revista, Leguizamón afirmaba: “Nos enfrentamos a situaciones de verdadero terror”. Había sido asesinado en una calle de Ponta Porá, Brasil, frente a Pedro Juan Caballero, Paraguay, un ciudadano español, Domingo Martin Martin, que, aparentemente desmarcado del clan Yamil, “molestaba por su capacidad de trabajo a los que no quieren hacer esfuerzos y, como muchos, fue borrado ante la capacidad de ser enfrentado”.

    ¿Era la crónica precoz de su propia muerte? Era el modus operandi usual en la frontera seca, del cual terminó siendo víctima él mismo el 26 de abril de 1991. Desde esa fecha, el Día del Periodista dejó de memorar la aparición del primer periódico del país, El Paraguayo Independiente, creado en 1845 por el presidente Carlos Antonio López. Desde esa fecha, el Día del Periodista se asoció año tras año, frente al monumento que lleva su nombre en Asunción, con el reclamo insatisfecho de esclarecimiento y justicia por la “muerte por encargo” de Leguizamón.

    Ese día, el novelista paraguayo Augusto Roa Bastos, autor de “Yo el Supremo” y de “El trueno entre las hojas”, escribía con indignación un artículo que iba a ser publicado en Ultima Hora: “La escoria brilla como el oro cuando el oro mismo es la escoria, la de estos asesinos a sueldo, la de sus poderosos patrones (…) Eligieron la hora: la luz cenital del mediodía, para que la sangre de tu sacrificio brillara en su más puro fulgor. Eligieron el sitio: la línea fronteriza entre el miedo y la impunidad en aquel remoto confín del país”. Iba a morir él también el 26 de abril, pero cuatro años después, en Asunción.

    Ese día, el viernes 26 de abril de 1991, Leguizamón iba a festejar el Día del Periodista en Pato Restaurante, propiedad de su amigo Julio César Acosta, presidente de la Liga Deportiva de Amambay. En él, en donde no valían sus protestas porque no le cobraba la cuenta, solía comer “la mejor feijoada” de Pedro Juan Caballero y Ponta Porá. Estaba a dieta, pero había decidido hacer una excepción. Al menos, ese día. Había terminado el programa e iba en su coche, marca Datsun, de color blanco, con su secretario particular Baldomero “Carapé” Cabral, de 22 años, que también cumplía con funciones de electricista, chofer y cobrador de la radio,

    Cerca de la intersección de la avenida Gaspar Rodríguez de Francia y la calle José de Jesús Martínez, justo en límite entre Paraguay y Brasil, a las 12.15 del mediodía, tres individuos que iban en un Volkswagen Gol, de color negro, con los vidrios polarizados y la puerta derecha abollada, dispararon a mansalva contra Leguizamón con armas de distinto calibre, “presumiblemente un arma calibre 38 Magnum, una escopeta calibre 12 y una pistola calibre 9 milímetros”, según un informe oficial.

    Después de un roce entre ambos vehículos, el primer disparo partió desde el interior del que llevaba a los asesinos. Luego se supo que eran brasileños: José Aparecido de Lima, alias “Ze Lima”, asesinado de 80 balazos en junio de 1992 en Ponta Porá; José Francisco Araulho, alias “Tiro Certo”, y Bras vas de Moura. Un cuarto, José Paulo dos Santos Galdinho, alias “Paulao”, actuó de campana. Confesaron, en su momento, que habían sido contratados para ello por Daniel Alvares Georges y Luis Henrique Rodríguez Georges, alias “Tulú”, hijo y sobrino, respectivamente, de Yamil.
    ¿Fue por orden de Yamil o, acaso, quiso ser una suerte de regalo de sus parientes, de modo de quitar del medio a un periodista molesto, capaz de perjudicar sus negocios, como sucedió años después en la Argentina con el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, atribuido al empresario postal Alfredo Yabrán?

    En su declaración testimonial, Yamil, brasileño, dijo que nunca había tenido “problema con periodista alguno ni mucho menos con la Radio Mburucuyá ni con su director”, y “que no era su amigo ni su enemigo”. Y agregó: “Es muy fácil la deducción. Alguien que tiene mucho interés en perjudicar premeditó el crimen donde perdiera la vida Santiago Leguizamón. Alguien menos Fahd Yamil. Es premeditado porque fue realizado seguramente por profesionales, porque tiene todas las características de un crimen alevoso y ejecutado por personas profesionales, y es una conspiración contra su persona porque alguien que mandó asesinar a Santiago Leguizamón aprovechó la circunstancia, el momento en que Fahd Yamil era atacado abiertamente por la prensa y, en ese ínterin, ocurre el crimen para desprestigiar o ensuciar a Yamil”.

    En su momento, la justicia paraguaya recaló en Fernando Mendonça, directivo del Consejo de Desarrollo del Amambay (Codam). Había hablado en defensa de Yamil: “Yo nunca estuve de acuerdo con él [por Leguizamón]. Yo siempre le decía que él podía hacer mucho bien a la comunidad por medio de su micrófono, pero que también podía hacer mucho mal por la enorme audiencia que tenía (…) Yo no creo que haya sido Yamil”.

    Contra “Tulú” pesaba una orden de detención, pero, según Colmán Gutiérrez, “se paseaba por las calles de Pedro Juan hasta que el 5 de septiembre de 1996 el juez Albino Aquino lo liberó de culpa y pena”. Contó con la anuencia del fiscal Oscar López Laterza.

    “Tulú”, procesado por la justicia paraguaya por el crimen de Leguizamón y prófugo de la justicia brasileña por narcotráfico, “tiene una orden de captura firmada por jueces paraguayos que se encuentra en poder de Interpol y que nunca se cumplió”, dijo José Gabriel Valiente, juez de Garantías de Amambay que, entre 1995 y 2000, representó como abogado al Sindicato de Periodistas del Paraguay.

    Según pasan los años

    El juez Bernardo Villalba Cardozo, no obstante ello, archivó el caso en 2002. Nadie pagó por el crimen. Tampoco había querellantes. Rubín, amigo de Leguizamón, se hizo cargo de la radio después del crimen: “El sabía algo que nunca me quiso contar, algo más de lo que publicaba”, dijo.

    Por indicación de Leguizamón, Cabral portaba un revólver marca Tanque, calibre 38 milímetros. Sobre todo, dijo, cuando iba en moto a realizar cobranzas para la radio. Las amenazas eran cada vez más frecuentes y, por ello, prefería que fuera armado. Nunca, hasta ese día, las amenazas habían pasado a mayores.

    Cabral advirtió que estallaba el parabrisas. En medio de la conmoción, Leguizamón, mitad en guaraní, mitad en español, le dijo: “Corré y escapáte porque vos podés salvarte y yo ya no puedo”. Le había puesto la mano en la pierna, pero, igualmente, huyó. Detrás de él continuaban los tiros en plan de fusilamiento.

    En el cuerpo de Leguizamón, el médico forense, Justo Ramón Roig, halló 21 heridas de bala y otras tantas fracturas provocadas por los disparos. Atribuyó su muerte a “lesión de la masa encefálica y hemorragia aguda”. En el lugar, más allá de la multitud de curiosos que se congregó alrededor del coche, ninguno de los comerciantes y transeúntes dio pistas de los hechos ni de los autores, excepto el impacto y el miedo provocados por las detonaciones.

    La semana anterior, relató Cabral, Leguizamón le había dicho “que era necesario cuidarse” y que debía “estar en permanente vigilancia”. En sus bolsillos no hallaron arma alguna, sino tres cheques y dinero en efectivo en los cuales los asesinos no estaban interesados.

    Ese día, curiosamente, Leguizamón estaba de buen humor. Hasta había cantado en la radio, según una de las declaraciones testimoniales, lo cual no era habitual. Le había dicho a su mujer, radicada en Asunción, que no se preocupara, que “nadie mata a un periodista así porque sí”. Nunca habían matado a un periodista en Paraguay. Hasta ese día.

    “Indudablemente estas gentes son profesionales ciento por ciento –concluyó el comisario general Pablino Benítez, delegado de gobierno del Departamento de Amambay–. Eso está visto, a tal punto que todos los tiros disparados hicieron impacto en el cuerpo de Leguizamón.”

    Al día siguiente, Noticias dedicó su portada al crimen: “Periodista asesinado”, tituló, y reprodujo la columna “Muerte por encargo”, firmada por Leguizamón. En las páginas dos y tres señaló: “Bajo las balas del hampa cayó un valiente periodista”. El ABC Color tituló: “Matan a periodista en un inútil intento de acallar a la prensa”. Ultima Hora encabezó su portada con el título: “El pueblo indignado reclama justicia”.

    En 2001, una década después del asesinato de Leguizamón, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó que en Paraguay eran frecuentes las “situaciones de impunidad”, como correlato de “la falta de investigación y castigo de los responsables de asesinatos, torturas, corrupción y otros graves delitos que siguen ocurriendo en el país en la presente era democrática” y de “la falta de indemnización de las víctimas o sus familiares en los casos de violaciones a los derechos humanos”.

    El órgano de la Organización de Estados Americanos (OEA) observó: “La impunidad genera responsabilidad internacional para el Estado, aun cuando se trate de crímenes cometidos por delincuentes comunes que no sean agentes estatales, cuando el Estado no cumple con su obligación internacional de efectuar una investigación seria, imparcial y efectiva de los hechos ocurridos, con el objeto de sancionar a los responsables. Tal omisión, inclusive, genera adicionalmente al Estado la obligación de indemnizar a las víctimas o a sus familiares por la violación a su derecho humano que implica no haber obtenido del Estado una debida investigación de los hechos, así éstos no hayan sido cometidos por sus agentes”.

    Ponía como ejemplo “la impunidad existente” tras el asesinato de Leguizamón en Pedro Juan Caballero, “una especie de zona sin ley, plagada de contrabandistas y otros mafiosos, en donde impera la corrupción y la violencia”. Leguizamón, continuaba, “había logrado encender una luz de esperanza para toda la ciudadanía honesta de Pedro Juan Caballero, con quienes se identificaron decididamente quienes deseaban convertir esa comarca de terror en un espacio de integración y convivencia solidaria”.

    La voz de los sin voz

    Después del crimen, agobiada por “presiones y miedos” y por falta de confianza en la Justicia, la viuda de Leguizamón se rehusó a ser querellante. Uno de los jueces del caso llegó a decirle: “Señora, primero tiene que pensar en sus hijos”. Sus hijos crecieron: Raquel, de 14 años en 1991, se dedica en 2006 a rehabilitar adictos en España; Dante, de 13, es abogado, especializado en derechos humanos; Sebastián, de 11, es ahora comerciante, y Fernando, de uno, cursa el colegio secundario. El tiempo transcurrido hizo que Morra cambiara de actitud y se mostrara dispuesta a llevar el caso a tribunales internacionales.

    Ana María Margarita Morra Trigüis, licenciada en matemáticas, nacida el 26 de julio de 1950, contrajo matrimonio con Santiago Máximo Leguizamón Zavan el 30 de noviembre de 1974, a las 9.45 de la mañana, en Asunción. Lo había conocido cuando eran estudiantes universitarios. Desde entonces, me dijo, supo que “Santiago era un soñador, un idealista al que no le importaba la plata”.

    Leguizamón había nacido el 26 de marzo de 1950 en Villa Hayes. Era el octavo hijo entre nueve hermanos. En 1968 se recibió de mecánico de aviación en Panamá; un año después obtuvo el título de ingeniero de vuelo. En 1970 decidió estudiar periodismo: ingresó en la Facultad de Medios de Comunicación de la Universidad Católica, de Asunción, recientemente creada. Dos años más tarde, en forma paralela, integró el elenco del Teatro Laboratorio. En esos años trabajó en la agencia de courrier Enlace y, después, en el depósito de materiales Ayolas.

    En su vida, una fecha iba a ser clave: el 15 de diciembre de 1975. Desde esa fecha, ZP31 Radio Mburucuyá (nombre de una enredadera silvestre que da una bellísima flor azulada) irrumpió en el éter de Pedro Juan Caballero. Había cumplido con el sueño de ser el dueño de un medio de comunicación en la frontera. Había cumplido con el sueño de ser el dueño de su destino.

    En Pedro Juan Caballero, según su amigo y colega Colmán Gutiérrez, “Santiago convirtió a la radio en la voz de los sin voz, con un contenido periodístico sumamente crítico ante las acciones de la mafia fronteriza” y, mientras tanto, “organizaba festivales folklóricos; escribía y estrenaba obras de teatro; publicaba libros de poesía, y editaba Mburucuyá Revista”. Fue, también, corresponsal de los diarios capitalinos ABC Color, Ultima Hora y Noticias, así como de Canal 13.
    La revisión del expediente judicial, realizada por abogados y periodistas a pedido del Sindicato de Periodistas del Paraguay, reveló “las elementales e inexplicables torpezas cometidas desde el principio en el proceso de investigación, los múltiples y sospechosos cabos que se dejaron sueltos, como si existiera una deliberada voluntad oficial de permitir que el crimen de Santiago Leguizamón continúe en la más absoluta impunidad, mientras sus asesinos se pasean por las calles, a plena luz del día”.

    En ello convino el abogado Valiente: “La policía paraguaya, a través de los años, no realizó ningún aporte significativo a la investigación para aclarar el caso Leguizamón y detener a los responsables”. A los hechos se remitió: el primer juez del caso, Modesto Cano Vargas, ordenó varias diligencias y el procesamiento de 14 personas, sindicadas todas ellas como responsables o partícipes del crimen. La lista se redujo después a dos autores morales y cuatro autores materiales, ninguno condenado.

    El caso tuvo cuatro jueces: Cano Vargas, Buenaventura Gómez, Aquino Amarilla y Villalba Cardozo. Quedó en el limbo. Colmán Gutiérrez advirtió en septiembre de 2006 que nada había cambiado en la frontera seca, en donde, según escribió en Ultima Hora, “la cocaína es arrojada desde avionetas” y el Estado continúa ausente.
    Tan ausente continúa el Estado que Paraguay, con una producción anual de marihuana de 16,5 toneladas por año, pasó a ser el mayor productor de América del Sur, así como ruta usual de cocaína, heroína y armas. ¿La razón? Un cultivo tradicional como el algodón no reporta más de 30 centavos de dólar por kilo; un cultivo prohibido como el cannabis reporta más de 10 dólares por kilo.

    Frente a ello, en la tierra de nadie, alguien quiso que un micrófono fuera «mucho más que un trozo de metal». Y el año 1991 se quedó sin mes de abril.

    http://impunidad.com/caso_detail.php?id=77&pub=239&idioma=br

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  11. SANTIAGO VIVE… EN FOTOS. Les invitamos a la Muestra Fotográfica ‘Santiago Leguizamón, 20 años, legado de un gran periodista’, este viernes 29 de abril, a las 10, en el Museo de las Memorias (Chile 1066 entre Jejui y Manduvirâ).

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  12. Carolina Ravera Andrés, todavía recuerdo el silencio absoluto en la redacción del entonces diario Hoy (que compartíamos con Mario Orcinolli, Susy Delgado, Luis Carmona, Benito Fleitas, Néstor Insaurralde, Sonia Paredes, Juan Rómulo Gauto, Justino Macchi, entre otras personas), cómo dejamos de teclear para reunirnos en torno a la radio y escuchar la triste noticia del asesinato a Santiago. Nadie podía creer, tal vez con cierta ingenuidad, que hubiera pasado algo así: que a Santiago lo hubieran callado a plena luz del día, en la vía pública, como si nada. Tampoco podíamos creer que ya no lo escucharíamos más a partir de ese momento. MUDEZ total. Hoy, con este artículo de Vicente, con nombres y apellidos, me remonté a esa época y espero que siga habiendo personas comprometidas, como tú y otras, que sigan denunciando lo que no está bien en nuestro país y podamos de una vez por todas seguir adelante, con dignidad, con orgullo y ética. Gracias por el artículo compartido.

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  13. ¿Por qué ser periodista?

    Por Susana Oviedo

    Más de veinte años atrás, una pregunta clásica en las clases de periodismo era esta:

    ¿Por qué querés ser periodista?

    Los profesores la utilizaban el primer día de clases para distender el ambiente, crear un clima de acercamiento con los alumnos, pero particularmente para ayudarlos a aclarar su verdadera vocación.

    Entonces surgían las típicas respuestas de los aspirantes a periodismo: «Porque quiero servir a la sociedad explicando lo que sucede»; «porque tengo mucha curiosidad por hallar la verdad de los hechos», «porque me encanta viajar y conocer todo tipo de lugares y gente», entre otras.

    Aquella pregunta aparentemente ingenua se sigue empleando para que el postulante realice una introspección y halle en su interior las verdaderas razones que le llevaron a escoger la carrera de periodismo y no otras.

    En la actualidad han variado mucho las respuestas y, detrás de estas, se nota que los objetivos también. Los jóvenes que ingresan a las facultades de Ciencias de la Comunicación son nativos digitales y ciudadanos homo videns (producto de la cultura audiovisual, de la imagen).

    Un elevado porcentaje de ellos expresa con naturalidad que les gustaría ser periodistas de televisión. Especialmente conductores de algún programa. No tanto por el atractivo económico que conlleva, sino por la rápida notoriedad que permite obtener.

    Es decir, la motivación central es el deseo de figuración, la posibilidad de volverse famoso a partir de trabajar ante las cámaras.

    Aquello de investigar en busca de la verdad, ayudar a la sociedad a estar informada con suficiencia para que el ciudadano sepa cómo actuar y tome decisiones inteligentes, o de contribuir a mejorar el nivel cultural de nuestra gente, etc., quedaron atrás, como meras expresiones retóricas.

    Llama la atención que, pese a que todos conocen internet y la están utilizando de alguna manera, por ahora, son contadísimos los que expresan su intención de convertirse en periodista para crear su propio medio en la web, y desde allí ejercer todas las funciones básicas del periodismo: informar, orientar, educar, entretener.

    Quizá, porque desconocen la gran potencialidad de la red, que normalmente utilizan no con fines informativos (producir contenido multimedia, difundirlo a través de la web y obtener alguna rentabilidad), sino solo como un medio para interactuar, conocer gente y ganarse amigos. Eso que nuestros abuelos y padres hacían concurriendo a la plaza pública.

    Pero este aspecto no es tan preocupante, puesto que en la medida en que las universidades analicen y acompañen el proceso de metamorfosis y reacomodo que sufre hoy la profesión, también los estudiantes a través de sus profesores aggiornados descubrirán esa vasta faceta de la red.

    Lo que sí preocupa es que aspectos fundamentales como el sentido del otro, la capacidad de asombro hacia cada uno de los actos humanos y el insaciable cultivo del conocimiento, impulsados por una curiosidad permanentemente activa, siguen siendo valores intrínsecos de alguien que se empeña en ser periodista y, sin embargo, están cada vez menos presentes.

    En contraposición ganan terreno el exitismo, la propensión al camino fácil y corto, la superficialidad. Además, el considerar que con el dominio de las nuevas tecnologías de comunicación o una buena imagen física basta y sobra para ser periodista.

    Nada más errado con respecto a una profesión que demanda pasión, sacrificio y formación continua y que, al decir del maestro Javier Darío Restrepo, sigue teniendo un sentido de misión en su ejercicio profesional, independientemente de las plataformas en las que se desarrolle. Se trata nada menos que de satisfacer la necesidad básica del ser humano de conocer lo más relevante que está sucediendo en su entorno y en el mundo.

    Este es un tiempo propicio para que estudiantes de periodismo y los profesionales en actividad nos replanteemos: ¿Por qué ser periodista?

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  14. Muestra fotográfica «Santiago Leguizamón, 1991-2011.
    Legado de un gran periodista»

    La muestra en homenaje al periodista Santiago Leguizamón, asesinado el 26 de abril de 1991, se abrirá al público el viernes 29 de abril a las 10 hs. en el Museo de las Memorias, Chile 1066 e/Manduvirâ y Jejui. Está organizada por la Mesa Memoria Histórica y cuenta con el apoyo del Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch, la Secretaría Nacional de Cultura, el Sindicato de Periodistas, entre otras instituciones.

    Además de las fotografías habrá un espacio cultural que contará con la presencia de músicos y actores de teatro.

    Santiago Leguizamón fue asesinado el 26 de abril de 1991 en el día del periodista, por sicarios contratados por narcotraficantes, en la ciudad de Pedro Juan Caballero. Era el propietario de ZP 31 Radio Mburucuyá, de Pedro Juan Caballero, departamento de Amambay, en la cual conducía el programa matutino Puertas Abiertas.

    Uno de los momentos que quedarán en la memoria de sus colegas y amigos fue cuando una mañana en enlace con Radio Ñandutí, el conocido periodista Humberto Rubín le pedía que se cuide ante las amenazas de muerte a lo cual Santiago respondió: “Hay dos clases de muerte: una es la muerte material y otra es la muerte cuando uno abandonó la ética y la voluntad de trabajo. Prefiero la muerte física a la muerte ética»

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  15. La foto desaparecida

    Andrés Colmán Gutiérrez

    Una imagen vale más que mil palabras. Es la trillada frase que usamos en el ambiente periodístico para explicar el inmenso poder informativo y documental que puede tener una fotografía.

    Hay fotos que ayudan a derribar Gobiernos dictatoriales, como la del reportero norteamericano que fotografió su propio asesinato en la Nicaragua de Somoza, y precipitó la victoria del Sandinismo. O fotos que desnudan crímenes horrendos, como la que muestra a personas tratando desesperadamente de romper las puertas cerradas del incendiado Supermercado Ycuá Bolaños en el siniestro 1-A paraguayo.

    Hay también fotos que provocan asesinatos. Como la que obtuvo el fotoperiodista argentino José Luis Cabezas, revelando cuál era el verdadero rostro del empresario mafioso Alfredo Yabrán en la portada de una revista, atrevimiento que hizo que Cabezas acabara quemado vivo, en enero de 1997.

    En Paraguay, a veinte años del asesinato del periodista Santiago Leguizamón, una sorprendente revelación sugiere que fue también una foto la que precipitó el crimen. El comunicador Vicente Brunetti asegura que, poco antes de ser asesinado, Leguizamón le mostró una foto en la que aparecen juntos el narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria, el empresario fronterizo pedrojuanino Fadh Yamil y el entonces presidente Andrés Rodríguez.

    Era parte de evidencias que estaba recolectando sobre los presuntos nexos del mandatario paraguayo con el narcotráfico internacional. El periodista no pudo publicar los resultados de su investigación. Fue acribillado el 26 de abril de 1991, en la frontera de Pedro Juan Caballero, y la foto nunca fue hallada.

    Veinte años después, se reafirman las presunciones de que la Policía y la Justicia paraguayas, en lugar de esclarecer el crimen, se ocuparon de ocultar y hacer desaparecer las pruebas.

    Veinte años después, los lazos entre narcotráfico y política aparecen más visibles que nunca. Lo afirmaron la viuda y los hijos de Santiago, y lo reafirmaron los colegas Humberto Rubin y Alcibiades González Delvalle, en la noche del miércoles 27 de abril, en un panel debate en la Universidad Católica: uno de los más probables candidatos a presidente de la República para el 2013 fue socio comercial de los Yamil, principales sospechosos de ordenar el asesinato de Leguizamón.

    Y aunque ellos no dieron nombres, el empresario y candidato colorado Horacio Cartes se puso el sayo y negó las acusaciones, en declaraciones al periódico digital Paraguay.- com.

    Veinte años después, la ciudadanía honesta del Paraguay tiene ante sí un tremendo desafío cívico: reivindicar la memoria de un valiente periodista que prefirió la muerte física a la muerte ética, y evitar electoralmente que la mafia llegue a la presidencia de la República.

    http://www.ultimahora.com/notas/424513-La–foto-desaparecida

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  16. 7 comentarios to “PERIODISMO BAJO AMENAZA”
    “Desde Andrés Rodríguez hasta Lugo, nos vienen prometiendo justicia”

    Dante, hijo de Santiago Leguizamon, habla de la via crucis buscando justicia por el asesinato de su padre.

    Ana María Morra y Dante Leguizamón, viuda e hijo del asesinado periodista Santiago Leguizamón, dijeron esta siesta que desde el gobierno de Andrés Rodríguez hasta Fernando Lugo, todos los presidentes, fiscales generales y altas autoridades de la Justicia le prometieron encauzar el proceso judicial, pero ni uno cumplió. El resultado está a la vista: a 20 años del brutal asesinato, un 26 de abril de 1991, no hay un solo detenido ni enjuiciado.

    Santiago Leguizamón, periodista asesinado un 26 de abril de 1991
    Ambos familiares del comunicador participaron de una entrevista en el programa “Acción Radio” en la 1300 AM Fe y Alegría, conducido por Ramón Casco. En ella, entrevistador y entrevistados retrataron quién fue Santiago Leguizamón y sus valores; abordaron temas como la impunidad, la justicia, la ética, la necesidad de que los medios de comunicación muestren más compromiso social con la gente…

    Familiares, colegas y amistades impulsaron este año una campaña contra la impunidad, cuando se cumplen dos décadas de la desaparición física del comunicador de Pedro Juan Caballero. Dante explicó que la misma durará un año e incluye la publicación de libros y materiales con artículos re- editados de su padre y colegas, charlas y sensibilización.

    “El objetivo es tratar de instalar la figura y los valores de Santiago en la sociedad, en los jóvenes. Y que puedan aprovechar dichos valores en su vida coidiana. Hay que trabajar sobre la impunidad, en la búsqueda de la verdad, pero también recuperar su imagen y que la gente pueda asimilar eso”, explicó Dante a la audiencia. A eso se sumará un fin más general, que es debatir sobre valores democráticos como el compromiso social, la libertad de expresión, la lucha contra la impunidad, la memoria y la justicia. La campaña en sí aranca hoy con la apertura de la semana del periodista y el vigésimo aniversario del asesinato de su padre.

    En el programa radial, el hijo de Santiago Leguizamón siguió explicando que “como familiares, hablar de justicia después de 20 años, la cosa no va a cambiar en nada. A nosotros nos preocupa la falta de justicia. Nos preocupa que ninguna institución nos haya dado una respuesta. No se trata de justicia o fin de impunidad para la familia, sino para todo el Paraguay”, señaló.

    Los medios de comunicación hoy
    Preguntado sobre la situación de los medios de comunicación hoy, Dante dijo que justamente la campaña también apunta a que los periodistas y los medios tengan más en cuenta la ética, la valentía y entender y ejercer la libertad de expresión como tal. Afirmó que hoy se siente la enorme influencia de los medios de comunicación en la gente. Y también se ve cómo, especialmente los medios masivos, no brindan espacios a sectores de la sociedad que lo necesitan para ejercer sus derechos.

    “La prensa económica no les brinda ese espacio necesario. Son pocos los espacios como esta radio (Fe y Alegría), las radios comunitarias, o los periódicos populares…son pocos los espacios donde los campesinos y el pueblo pueden participar y ejercer sus derechos”, dijo. En cuanto a compromiso social desde el periodismo, recordó que su padre tenía muy en cuenta en primer lugar a los trabajadores y campesinos, la recuperación de las tierras mal habidas, la ecología y la problemática social

    “Siempre tuvo el principio de respeto a la tierra, como los campesinos y los indígenas, y no sacarle el lucro a la tierra. Esa conexión del indígena y el campesino que tienen con la tierra, él lo tenía muy en cuenta. Eso debemos rescatar para hacer un periodismo más comprometido”, sentenció.

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  17. 20 años – Favor difundir
    El 26 de abril próximo se cumplen 20 años del asesinato de Santiago. Trabajando con un grupo de personas e impulsando a los/las demás integrantes de la familia, decidimos participar activamente en las actividades de la semana del periodista. Creemos que estos 20 años y que la memoria de SL no deben pasar como si nada y no deben ser recordados simplemente en un acto el 26 de abril. Por eso estamos organizando una campaña que durará un año, durante la cual estaremos organizando distintas actividades, charlas, debates, videodebates entre otras cosas, con la participación de periodistas, abogadxs, trabajadorxs, campesinxs, todxs los que puedan aportar a la discusión. Una de las principales preocupaciones es el poco conocimiento que los jóvenes tienen sobre el caso y la importancia del tener presente siempre la figura de Santiago por todo lo que ello implica. Hablar de Santiago, y no porque es mi padre, es hablar de ética, compromiso social, libertad de expresión, profesionalismo e impunidad. Revisando sus escritos encontre notas periodisticas sobre la problemática campesina, sobre los trabajadores, sobre comunidades indígenas, en defensa de la soberanía nacional ante el avasallamiento de los brasileros en la frontera, sobre la lengua guaraní, sobre la importancia de trabajar con el agricultor y recuperar las tierras mal habidas, sobre su preocupacion por los atentados a la naturaleza, sobre contrabando y narcotráfico, etc. Durante la campaña estaremos divulgando varios de los escritos. Hablamos de impunidad, no por la necesidad de la búsqueda de “justicia” para la familia, si no porque acabar con la impunidad significaría que todo el pueblo pueda volver a creer en las instituciones, implicaría devolver algo de tranquilidad a lxs periodistas para el ejercicio de su profesión. 20 años después, entiendo que es dificil hablar de justicia. Nos encantaría que puedan apoyarnos, por eso lxs invitamos a todxs a participar en las actividades programadas con distintos grupos pero todos comprometidos y preocupados en el mismo sentido. Verificar otras publicaciones donde se encuentra el calendario.

    De: Dante Ariel Leguizamon Morra

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  18. VEINTE AÑOS DE IMPUNIDAD

    Por Andrés Colmán Gutiérrez
    ¿Quién diría que ya se van a cumplir veinte años, Santiago?

    Veinte años desde aquella mañana en que te reías en el micrófono de la radio, en ese enlace con Ñandutí desde el Amambay, cuando Humberto pedía que te cuides ante las amenazas de muerte, y vos le respondías sin saber que tus palabras iban a quedar para siempre en el bronce: “Hay dos clases de muerte: una es la muerte material y otra es la muerte cuando uno abandonó la ética y la voluntad de trabajo. Prefiero la muerte física a la muerte ética”.

    Veinte años desde ese fatídico mediodía del 26 de abril de 1991, en que te despedías de los oyentes de tu programa Puertas Abiertas (sin saber que lo estabas haciendo para siempre) y subías al auto manejado por tu fiel Carapé Cabral, para dirigirte al restaurante El Pato, donde los muchachos ya te estaban esperando con botellas de cerveza helada y una suculenta feijoada, sin sospechar que la muerte te aguardaba agazapada en el camino.

    Veinte años desde que el siniestro Volkswagen Gol color negro, con vidrios polarizados y puerta derecha abollada, te cerró el paso en la esquina de Rodríguez de Francia y De Jesús Martínez, en plena línea internacional fronteriza entre Pedro Juan y Ponta Porá, y los tres oscuros pistoleros brasileños segaron con 21 certeros disparos tanta pasión informativa, tanto coraje periodístico, tanta lucha democrática, tantos sueños por hacer posible un país diferente.

    Veinte años de indignadas marchas de protesta y de estandartes con tu imagen. Veinte años de pronunciar discursos y depositar coronas de flores frente a tu rostro de metal. Veinte años de una niña y tres chicos que tuvieron que hacerse adultos a la fuerza con la dolorosa ausencia de papá. Veinte años de presidentes de la República y ministros de la Corte Suprema jurando en vano reabrir el caso y llevar a tus asesinos ante la Justicia, mientras dejaban que el voluminoso expediente número 70 se vaya cubriendo de polvareda y telarañas en algún neblinoso rincón de la memoria colectiva.

    Veinte años desde que la mafia y el crimen organizado, junto a sus padrinos políticos, les demostraron al mundo qué fácil es asesinar a un inquisidor periodista en el Paraguay, y quedar impunes no solo durante veinte años, sino quizás para siempre. Aunque en la sangrienta y dolorosa huella de aquel crimen horrendo hayan surgido y sigan surgiendo muchos otros seguidores de aquel valiente y luminoso Santiago Leguizamón, que no aprendieron la criminal lección, e insisten tercamente en seguir cuestionando, investigando, informando, denunciando, publicando…

    CARTAS DESDE EL ESTE | EDICION IMPRESA | Sábado, 02 de Abril de 2011

    http://www.ultimahora.com/notas/417206-Veinte-anos-de-impunidad

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  19. Andres Colman Gutierrez

    VEINTE AÑOS.

    Es muy terrible que en Paraguay se asesine a un periodista por investigar y denunciar a la mafia, y que los asesinos permanezcan impunes tras dos décadas. Acompañemos a la familia Leguizamón en este justo reclamo y que esta Semana del Periodista sea de indignación ciudadana, en memoria y homenaje a Santiago.

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  20. Jorge Eduardo Gamarra Fernández

    Es el alto costo de las tiranìas que le temen a la luz y se malcrìan en las penumbras, en las sombras y en ese lado oscuro que todavìa impera en algunos seres humanos. La democracia, totalmente contraria a estos manejos en los oscuro y de lo oscuro, irà rompìendo esos dominios de lo terrible, esos principados del mal. Es mi conv encimiento, es mi clucha como la de mujchos de ustedes. Viva la Democrfacia!!

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  21. Héroe civil del Bicentenario
    Milia Gayoso Manzur

    Recuerdo ese terrible dolor que la sacudía entera. Parece que fue ayer, pero han pasado veinte años. Ella ya había perdido un hijo, joven, maravilloso, por culpa de las balas asesinas… y le habían arrebatado el segundo, quitándole otro pedazo de su corazón.

    Ella besaba ese hueco donde había estado aquel ojo, que quería ver un país sin corruptos, sin violencia… ella acariciaba esas manos que aporreaban la vieja máquina de escribir para enviar sus crónicas al diario Noticias y para bosquejar poemas; y para acariciar como a un niño ese micrófono de su querida Radio Mburucuyá, allá en la entonces inhóspita Pedro Juan Caballero.

    Ella lloraba sin consuelo porque ya era el segundo hijo que había criado con tanto amor, y se lo arrebataban de golpe, por honesto y consecuente, por gritar a los cuatro vientos que prefería la muerte física a la muerte ética, porque no había billete que pudiera comprar su conciencia y su voz.

    Tiempo después del asesinato de su primer hijo, iban por las calles del centro, con su esposo, en su viejo Jeep, cuando vieron cruzar la plaza Uruguaya al asesino, caminando tranquilamente. Ella tuvo que tomarlo del brazo, para que no fuera corriendo a hacer justicia por propia mano, porque la muerte de su amado muchacho seguía impune. Cinco años después, él murió de tristeza e impotencia.

    Pero ella continuó sola, llorando a su muertos… Hija cariñosa, madre y esposa ejemplar, ejemplo de la kuña guapa paraguaya, bella flor de Villa Hayes, Rosita Zaván de Leguizamón falleció en noviembre del año pasado, a los 93 años, sin el consuelo de saber que la justicia terrenal condenó a los asesinos de sus hijos, en especial a los de Santiago, que fue con tanta saña y crueldad. Porque como mensaje de amedrentamiento a todos los que como él hicieron de su profesión de periodista un apostolado, lo asesinaron un 26 de abril.

    Poco tiempo antes de partir, ella soñaba con reencontrarse con sus hijos que habían partido, cuatro ya, porque quería acunarlos como cuando eran niños. Para ella, Santiaguito volvió a ser pequeño en su memoria confundida, y era de pronto una niña que buscaba el calor de su madre, o era de pronto la madre de ese pequeño travieso que creció para ser, sin buscarlo, uno de los héroes civiles del Bicentenario del Paraguay.

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  22. MATAN A PERIODISTAS TODOS LOS DÍAS…

    Este es el titular de una noticia que llegaba ayer a través de las agencias internacionales de información: “Periodista asesinado durante programa de radio en Brasil”. En el cuerpo de la información se leía:“El periodista Gleydson Carvalho, conocido por denunciar la corrupción de políticos, fue asesinado a tiros durante su programa de radio transmitido en una pequeña ciudad del nordeste de Brasil.

    Dos hombres armados irrumpieron en el estudio de Radio Liberdade donde ejecutaron a Carvalho que era el conductor de un programa en el que eran frecuentes las noticias sobre maniobras dolosas en la localidad de Camocim y otros municipios del estado de Ceará.

    Con la muerte de Carvalho se ha “silenciado a una de las voces más importantes de nuestra región, de una manera trágica e innecesaria”.

    Este fue el segundo asesinato de un periodista en Ceará en poco más de un año, y se suma a la lista de profesionales ejecutados en el interior brasileño en los últimos tiempos.

    La Asociación Nacional de Diarios alertó en mayo pasado sobre el “clima de impunidad” imperante en los crímenes contra periodistas cuyos autores generalmente no son detenidos lo cual hace que “se repitan las violaciones a la libertad de expresión”.

    El cable está fresquito, por eso lo reproducimos, pero en realidad la noticia no es ninguna novedad. La muerte de periodistas es cotidiana, aquí, en el Brasil y en otros lugares del mundo.

    “Silenciarlos” parece ser la histérica consigna de los mafiosos, generalmente políticos o narcotraficantes, cuyos “negocios”, siempre espurios, son amenazados por la voz libre de los colegas.

    La transcripción del texto de la noticia en Brasil concluye y -queremos llamar la atención sobre esto- con una observación clave: “…cuyos autores, generalmente no son detenidos, lo cual hace que se repitan las violaciones a la libertad de expresión”.

    He ahí el meollo de la cuestión. El problema no es la decisión de “asesinar a periodistas”. El problema es que lo hagan y no reciban el condigno castigo. Eso incentiva definitivamente los crímenes y los ataques contra la libre expresión. En realidad, la impunidad es un flagelo tan grande como el mismo homicidio, porque al dejar sin castigo los delitos, los delincuentes que los protagonizan están envalentonados y se animan a repetir tranquilamente sus despropósitos tan detestables, porque atentan contra el bien más preciado del hombre, su vida misma.

    Desde el martirologio de Santiago Leguizamón, tan lejano ya en el tiempo que se nos borra de la memoria, hasta el asesinato reciente del periodista Pablo Medina y su asistente, Antonia Almada, pasando por una decena de casi ignotos periodistas de radio, también objetos de muertes miserables, en nuestro país, los resultados de las investigaciones de estos crímenes han sido magros, ineficientes y cobardes y han propiciado la impunidad en casi todos los casos.

    Es menester que la Justicia se ponga los pantalones largos y castigue a estos infelices que matan a sacrificados comunicadores sociales para esconder sus sucios negocios. No se dan cuenta acaso, que los únicos capaces de defenderlos cuando les llegue la hora, son los humiles periodistas, quienes sin hesitar, venciendo sus propios miedos, a pecho gentil en realidad, sin más armas que el micrófono o el papel prensa, gritarán en voz alta que ese delincuente de manos negras, está amenazando a un juez íntegro y probo, que busca cambiar una de las cosas que está muy mal en nuestro país.

    http://www.adndigital.com.py/index.php/impreso/editorial-impreso/3337-matan-a-periodistas-todos-los-dias

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  23. Siete mil horas

    En el marco del 162 periodo de sesiones que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) celebrada en la ciudad de Buenos Aires, en la semana que pasó, el Foro de Periodistas Paraguayos (FOPEP), como miembro de la sociedad civil, junto con la Asociación de Reporteros Gráficos del Paraguay (ARGP), presentó ante la mesa el caso de los 23 trabajadores de la prensa heridos mientras cubrían las manifestaciones del #31M frente al Congreso Nacional.

    Volver a revisar datos, fotografías y videos desde la perspectiva que nos ofrece el tiempo nos muestra una vez más la gravedad del caso desde tres ángulos: el personal, de quienes sufrieron las secuelas de disparos y golpes; la brutalidad con la que actuó la Policía agrediendo a colegas, y, cómo los propios colegas minimizamos el hecho diciendo entre bromas que recibir golpes forma parte de los gajes del oficio. Para cerrar la presentación ante la CIDH se proyectó un video que dura un poco más de tres minutos en el cual se compilan algunos de los casos más graves que afectaron a los comunicadores.

    A su turno, el Estado, a través de sus representantes, ofreció su descargo y detalló las acciones que se desarrollan para investigar el caso y llegar a los verdaderos culpables así como la creación e implementación de nuevos procedimientos para que ello no ocurra en lo sucesivo. Ahora bien, ellos presentan su investigación como su mérito unilateral exclusivo.

    Sin embargo, fuimos los propios colegas, quienes haciendo un trabajo de hormiga, recabamos todos los datos, señas y marcas y los presentamos ante la Fiscalía, a pedido de ellos, porque no tenían forma de iniciar una investigación ni actuar de oficio.

    Como comunicadores estamos acostumbrados a cubrir todo tipo de desgracias y garroteadas ajenas, pero cuando se trata de nosotros, por alguna extraña razón nos acobardamos.

    Entendiendo, una vez más, que la libertad de expresión, el derecho a informar e informarse son principios consagrados dentro de la Constitución Nacional. Cuando estos se rompen, se debilita la democracia y ese debilitamiento allana el camino hacia un Estado fallido. Eso no le conviene al Gobierno ni a nosotros.

    La defensa de uno de los miembros de la mesa que representó al Estado ante la CIDH, Ariel Martínez, viceministro de Asuntos Políticos, indignado por la prueba audiovisual presentada por la sociedad civil, pidió que se vieran las 7.000 horas de grabaciones de las protestas y no solamente “los 30 segundos” aportados por el FOPEP y la ARGP. Pueden ser 60.000 también, pero fue la Policía Nacional la que ocasionó el daño en esos segundos que alega Martínez.

    Llama la atención tal solicitud, porque ofrecer seguridad a los ciudadanos, todos incluyendo periodistas, es obligación del Estado, y esos 30 “segunditos” que Martínez pretende ningunear son justamente la clave de esto. Los periodistas estaban en función de trabajo, no estaban en protesta, no incitaron a la violencia, solo estaban registrando los hechos ocurridos en plena vía pública.

    Para apaciguar la conciencia, Martínez anunció que en la semana próxima se pondrá en marcha un protocolo de protección a periodistas en casos extremos. Eso es algo positivo, es un avance para las garantías constitucionales, pero también es prueba de que el #31M ellos cometieron un error y actuaron con saña. Porque si todo estaba bien, este protocolo anunciado no tendría razón de ser. Es porque algo hicieron mal y ese algo fue ordenado por alguien que jamás será investigado ni condenado.

    Por Marta Escurra

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/siete-mil-horas-1598095.html

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  24. Impunidad, concentración y despidos: principales amenazas contra la libertad de expresión en Paraguay

    El pasado 26 de abril, con motivo del Día del Periodista, Dante Leguizamón, hijo de Santiago Leguizamón, daba a conocer una noticia no muy grata: que el emprendimiento iniciado por su padre, Radio Mburucuyá de Pedro Juan Caballero, pasaría a ser una mera repetidora de un holding de medios de Asunción, aunque luego la decisión se revirtió. A esto se sumaba que a casi tres décadas del asesinato de Leguizamón, el hecho sigue en la impunidad y no se vislumbran atisbos de justicia y mucho menos de reparación.

    “Después de 29 años del asesinato y de impunidad, casi 45 años del inicio del sueño de Santiago, hoy nos informaron que Radio Mburucuyá de PJC va a pasar a ser solo una repetidora del holding. Un 26 de abril más triste, los años lejos de encontrar justicia y verdad se van traduciendo en olvido e impunidad. Algunxs siempre recordaremos, trataremos al menos de mantenernos fuertes y nunca vamos a dejar de indignarnos por cada muerte”, escribió Dante en su cuenta de Facebook.

    Abogado especializado en derechos humanos y actual comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), abordamos en esta entrevista el caso de su padre, el proceso judicial y la situación de la libertad de expresión en el Paraguay. Dante nos responde lacónicamente evidenciando lo difícil que aún es hablar sobre el tema, más todavía cuando la cuchilla de la impunidad se empeña en atizar y abrir las heridas.

    –¿En qué estado se quedó y cuál fue el último movimiento en la causa del homicidio de Santiago?

    –La causa está “abierta” todavía, pero pendiente de una traducción del expediente hace más de 10 años para ser remitida al Brasil. Que esté abierta es una mera formalidad porque las últimas actuaciones formales de la causa son del 2006.

    –Hace poco anunciabas en el Día del Periodista una noticia no muy grata sobre el futuro de radio Mburucuyá. ¿Qué pasará con la estación?

    –La información inicial era que la radio se iba a cerrar y que iba a pasar a ser una repetidora del Holding de Radio, supongo que de Radio Ñandutí.

    Todos los periodistas iban a ser despedidos y todos los programas cancelados. Días después nos enteremos que se rectificó esta situación y continúan con la programación local.

    –¿La radio era propiedad de Santiago? ¿Qué pasó luego de su asesinato?

    –Sí, la radio era propiedad de Santiago. Posterior a su asesinato, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) licitó la frecuencia y la licencia de la radio y mi madre tuvo que presentar de vuelta toda la documentación para que le otorguen la licencia. Una vez obtenida la licencia, la radio se le vendió a Humberto Rubin para pasar al Holding de Radio.

    –¿Qué recordás de aquellos tiempos? ¿Qué fue lo primero que hizo tu familia luego del crimen de tu padre?

    –Recuerdo que íbamos todas las vacaciones a PJC a pasarlas con mi padre en la radio. Inclusive en las últimas oportunidades poníamos música y hablábamos en la radio en los programas de la noche.

    Posterior a la muerte fuimos a PJC para verificar la situación de la radio y traer las cosas personales de Santiago. Constatamos que faltaban varias cosas y nos informaron que una comitiva militar había estado unos días antes en la radio.

    –¿Cómo fue crecer en ese ambiente y sin tu padre?

    –Por supuesto fue bastante complicado crecer sin mi padre, pero realmente crecimos relativamente lejos de lo ocurrido, por seguridad y por temor sobre todo de mi madre estuvimos, sus hijos, muy lejos de los temas relacionados al asesinato, la investigación, entre otras cosas.

    –¿Cómo ves la situación general de la libertad de expresión en el Paraguay?

    –Como lo venimos analizando con varios periodistas que forman parte del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), entre otros, la situación es sumamente compleja por la gran acumulación existente de medios en manos de unos pocos. Esto genera mucho menos diversidad, cobertura y posibilidad de escuchar todas las voces o análisis más críticos de la realidad.

    Además, a esto hay que sumarle la gran cantidad de despidos que se han producido últimamente en los medios empresariales. La situación de las radios comunitarias también es una realidad preocupante. La nueva normativa logró lo que buscaba, casi acabar con las mismas.

    Por otro lado, la violencia contra periodistas llegó a su nivel más alto en el inicio del gobierno de Horacio Cartes. En los primeros años fueron asesinados la mayor cantidad de periodistas en promedio. De los y las 19 periodistas asesinados, solo en la causa de Pablo Medina se condenó al autor material de los hechos. Los demás asesinatos todos continúan impunes.

    –¿Qué debería hacer el Estado para garantizar mayor acceso y democratización en el ámbito del acceso a la información y el derecho a comunicar?

    –Primero se debe romper con la gran acumulación existente de medios en pocas manos. Una legislación que asegure que todas las voces puedan acceder a tener un espacio para comunicar o expresarse. Lo primero que se podría discutir o cuestionar es la Ley de Telecomunicaciones porque favorece al empresariado y al monopolio. Las radios comunitarias cumplirían un rol muy importante en este sentido.

    Tampoco se puede dejar de lado la importancia que tendría el internet y las nuevas formas de comunicación, y las posibilidades reales de acceso a estas fuentes de información y a la posibilidad de generar y recibir información.

    http://ea.com.py/v2/%ef%bb%bfimpunidad-concentracion-y-despidos-principales-amenazas-contra-la-libertad-de-expresion-en-paraguay/

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  25. La foto del general y sus amigos
    Por Andrés Colmán Gutiérrez
    Han debido pasar casi 30 años para que finalmente surja la posibilidad de que se haga justicia con el asesinato del primer mártir del periodismo paraguayo. Esta semana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA dio a conocer su informe de fondo, en el cual responsabiliza al Estado paraguayo por haber dejado en la impunidad el sonado ajusticiamiento de Santiago Leguizamón, ocurrido el 26 de abril de 1991 y pide abrir una nueva investigación completa, entre varias otras medidas de reparación.
    El asesinato de Santiago fue el primero de 17 homicidios de periodistas que se cometieron desde la caída de la dictadura, la gran mayoría por sicarios del crimen organizado y el narcotráfico, con nexos y con protección en ámbitos del Estado. Aquel primer crimen fue terriblemente simbólico: Justo el 26 de abril, Día del Periodista Paraguayo, al mediodía, en plena frontera con Brasil. “Patrones y sicarios quisieron convertir tu sacrificio en sanguinario escarmiento”, escribió el gran Augusto Roa Bastos.

    A pocas horas del asesinato, la directiva del Sindicato de Periodistas del Paraguay, entonces liderada por el colega José María Costa, se entrevistó con el entonces presidente Andrés Rodríguez, para exigir que el caso se investigue a fondo y se castigue a los asesinos. “Haremos todo lo que esté a nuestro alcance”, prometió Rodríguez, pero el viento de abril se llevó sus palabras.

    Lo que no sabían entonces los directivos del SPP, ni gran parte de la impactada e indignada ciudadanía, es que Rodríguez no podía ayudar a investigar nada, porque corría el riesgo de que se descubra a algunos de sus más cercanos amigos… y quizás a él mismo.

    En el expediente de la Comisión IDH se relata un hecho que habíamos divulgado hace algunos años en Última Hora: “El periodista tenía en su posesión ‘una fotografía clave’, en la que posaban ‘el jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria, con ‘El Turco’ y el presidente Rodríguez’. Afirma que Santiago Leguizamón iba a entregar la fotografía a un amigo cercano para que la sacara del país y la mantuviera a salvo. La familia sostiene que la fotografía desapareció en un allanamiento militar ilegal de la radio Mburucuyá al día siguiente del asesinato”.

    La existencia de dicha fotografía, que supuestamente probaba la conexión entre el narco colombiano Pablo Escobar, “El Turco” (el empresario fronterizo Fadh Yamil) y el general Andrés Rodríguez, fue confirmada por la señora Ani Morra, viuda de Santiago, quien asegura haberla visto en posesión de su esposo. También lo confirmó el investigador y consultor internacional en Educación y Comunicación, Vicente Brunetti, ex compañero de facultad y gran amigo de Santiago, a quien el periodista le dejó en custodia la foto y vino a buscarla pocos días antes de ser asesinado, porque planeaba publicarla en un medio del extranjero.

    Se explica por qué al general Rodríguez, y a quienes los siguieron en el ejercicio del poder, no les interesó para nada impulsar junto al Poder Judicial una investigación verdadera sobre el asesinato del periodista. Más que descubrir, se dedicaron a encubrir. Ahora, desde un organismo internacional se les reclama y se les exige una reparación. Más vale tarde que nunca.

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  26. Periodismo en carmesí
    Iñaki Fernández Bogado

    El verbo comunicar casi siempre se ha unido en una oración con palabras cómo sangre, muerte, violencia, exilio, cuando pensábamos que habíamos llegado al final de la censura y el terrorífico trato a periodistas. Es ahora en Europa se ha registrado un hecho de sangre en la comunicación, en Holanda y más específicamente en la ciudad donde existe un barrio conocido cómo el barrio rojo, que coincidentemente fue teñido de rojo un suburbio con la sangre de Peter de Vries, un periodista holandés de 64 años.

    Hoy día el escribir, hablar, debatir requiere además de seriedad, cuidado en cómo uno lo haga de acuerdo a lo que se aborde, las autoridades describieron su intento de asesinato cómo un ataque a la libertad de comunicación y democracia holandesa.

    De Vries sigue peleando en la terapia intensiva luego de haber sido disparado 5 veces con un disparo en su cabeza, fue atacado luego de haber terminado una entrevista en la tv holandesa.

    Este tiempo ya no es a lo que ocurría hace más de 30 años cuando el periodismo no era lo que fue cuando la democracia al abrirnos sus puertas dejaba atrás casos cómo el hasta ahora recordado que fue lo que dejó la muerte de Santiago Leguizamon por sicarios contratados por narcotraficantes de la frontera de Brasil y Paraguay.

    El ayer ayuda a que en el hoy nos entendamos y hagamos un mañana mejor de los problemas vividos. Poner en común una idea o comunicar tendrá siempre problemas si no proyectamos cambiar el color carmesí por uno fresco como el tiempo en el cual existe para la comunicación que enfrenta a otros problemas cómo las fake news (noticias falsas) que si no son enfrentadas por periodistas comprometidos en trocar lo falso por lo verdadero que cambie esa desagradable color y olor rojo de la sangre ya no solo de un ser humano sino de la misma tarea de la comunicación.

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  27. Una reparación histórica sobre el caso Santiago Leguizamón

    La decisión del actual Gobierno de allanarse a la demanda presentada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la familia del periodista Santiago Leguizamón, asesinado por sicarios de la mafia fronteriza en 1991, reconociendo que el Estado paraguayo es responsable de no haber investigado a fondo y esclarecido el crimen, permitiendo la impunidad, constituye un hecho histórico que permite reparar una injusticia y a la vez abre posibilidades de fortalecer y proteger el trabajo de los periodistas en situaciones de riesgo. En todo este tiempo, la Justicia fue cómplice de los asesinos, dejando que otros 18 comunicadores también sean asesinados por cumplir con su tarea. Esta es una situación que ya no se debe tolerar y urge que el Estado avance en el compromiso de brindar mayor seguridad a una de las funciones vitales para la democracia.

    En un mensaje a través de su cuenta de Twitter, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, comunicó en la tarde del miércoles que, luego de un trabajo de análisis realizado por la Procuraduría General de la República sobre el proceso que la familia del periodista Santiago Leguizamón, asesinado por sicarios de la mafia fronteriza en 1991, inició ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado ha decidido allanarse ante la demanda.

    El Gobierno reconoce que las acusaciones sostenidas por la familia del periodista, acusando que el Estado paraguayo no investigó debidamente el caso para castigar a los asesinos, permitiendo que el crimen quede en la impunidad, resultan completamente válidas y por tanto ha decidido que no las va a rebatir en un juicio internacional, aceptando cumplir con los pedidos de reparación.

    Tal como lo ha explicado el propio procurador general, Juan Rafael Caballero, el Estado reconoce su “error” y se compromete no solamente a cumplir con los resarcimientos económicos, sino por sobre todo en asumir la reparación moral de lo que no se hizo en más de 30 años, principalmente en poner mayor celo para brindar seguridad y protección a la labor periodística, especialmente aquella que se realiza en situaciones de riesgo, al investigar e informar sobre situaciones de corrupción, crimen organizado y narcotráfico.

    La postura asumida por el Gobierno ante la demanda internacional del caso Leguizamón constituye un hecho histórico que permite reparar una injusticia y a la vez abre posibilidades de fortalecer y proteger el trabajo de los periodistas.

    En todo este tiempo, la Justicia fue cómplice de los asesinos de Leguizamón, creando una sensación de impunidad que permitió que la mafia siga matando a otros 18 comunicadores, según las estadísticas recopiladas por el Sindicato de Periodistas del Paraguay y por el Foro de Periodistas Paraguayos, reconocidas en un reciente informe “La seguridad de periodistas en Paraguay”, elaborado por la Mesa de Seguridad de Periodistas, integrado por varias organizaciones estatales y de la sociedad civil, con respaldo de la Unesco, donde justamente se plantea establecer un mecanismo de apoyo y protección al trabajo periodístico y a la libertad de expresión.

    De los 19 casos de periodistas asesinados, el único que tuvo una buena respuesta de parte del sistema de Justicia fue el del corresponsal del diario ABC Color en Curuguaty, Pablo Medina, ocurrido en 2014, en que autoridades de la Fiscalía y la Policía lograron atrapar al mandante del crimen, el entonces intendente colorado de la ciudad fronteriza de Ypejhú, Vilmar Neneco Acosta, quien fue condenado a 30 años de cárcel, más 9 años de medidas de seguridad, así como la captura de dos autores morales, detenidos en Brasil.

    La reacción del Gobierno ante la demanda internacional por el caso Leguizamón abre un antes y un después en los casos de persecución y asesinatos de periodistas, un logro que se debe agradecer a la tenacidad de los familiares del comunicador asesinado. Ante este nuevo panorama, urge que las instituciones del Estado avancen en el compromiso de brindar mayor seguridad a una de las funciones vitales para la democracia.

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  28. SANTIAGO

    Este 2021 se cumplen 30 años de la muerte del periodista Santiago Leguizamón, ocurrida el 26 de abril de 1991. El hecho fue un golpe bastante fuerte a nuestra entonces reciente democracia, porque se materializó en pleno Día del Periodista por parte de la mafia de frontera, que envió así un mensaje claro para todos los que se animaran a desafiarla.
    Recuerdo que aún estaba en la facultad cuando ocurrió el episodio. Las clases se suspendieron y fuimos todos a la manifestación que se hizo sobre la calle Palma, donde el entonces secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay dio un discurso.

    Es que el atentado afectó a todos. Nos sentíamos dolidos porque era un golpe a las esperanzas de la ciudadanía de tumbar las estructuras de la dictadura aún vigentes.

    Ahora, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó una demanda contra el Paraguay ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), a raíz del caso por violación a los derechos humanos.

    Su hijo, Dante Leguizamón, dio la noticia. Habían presentado la denuncia ante la CIDH en el 2007. Ahora, 14 años después, pasó a esa instancia luego de las frustradas negociaciones con el Estado paraguayo por el caso.

    Pero cuáles son los derechos humanos violados, según la presentación. El derecho a la vida, el más sagrado de todos.

    El Estado tiene la obligación de proteger nuestra vida y en el caso de Santiago Leguizamón, era un periodista que trabajaba en la frontera y tenía amenazas de muerte, pero igual no le dieron protección.

    Dicen que también se violó la libertad de expresión del periodista y de la comunidad toda. La muerte es el atentado más grave a la libertad de expresión porque no solo busca acallar una voz, sino que incumbe a todos.

    Sostienen que les afecta a la persona fallecida y a la comunidad, que deja de escuchar esa voz. Además, impacta negativamente en la posibilidad de que otros periodistas sigan ejerciendo la profesión con libertad y tranquilidad.

    Igualmente, se vulneró el derecho a la protección judicial y el derecho a la justicia, ambos interconectados. Es que el caso no fue esclarecido ni en el Paraguay ni en el Brasil.

    Los verdaderos responsables, los autores materiales e intelectuales, no fueron procesados ni condenados. Todo quedó en la nebulosa, sin que haya justicia para el periodista.

    Finalmente, habla de la falta de protección a los periodistas y a la familia de Santiago Leguizamón. Remarcan que hubo malos tratos y amenazas a los familiares, posteriormente al criminal atentado, lo que hizo que tuvieran que cambiar de números de teléfono, tener guardias privados, que incluso, hizo que se despojaran de la radio que poseían en Amambay, entre otras cosas.

    Si bien un juicio ante la Corte Interamericana, por lo general, en caso de condena, se aplica una indemnización monetaria, según Dante Leguizamón, pero, en realidad, ese no es el objetivo real.

    Buscan principalmente la protección a los periodistas, que haya medidas específicas para evitar que vuelvan a ocurrir casos de esta naturaleza. Incluso, podría ser un pedido de disculpas del Estado paraguayo.

    No hay que olvidar que Santiago es el primero de los 19 periodistas fallecidos en democracia. La mayoría de estos crímenes tienen una alta tasa de impunidad.

    En su caso, el día en que ocurrió –la forma, el lugar, el momento– tuvo un verdadero simbolismo que la mafia quiso marcar para todos los que trabajamos en esta profesión.

    La prensa es fundamental para la democracia, porque ejerce el control sobre los actos de los gobernantes. Este caso nos hace ver que la protección a los periodistas, es una defensa a la libertad de expresión de todos los ciudadanos. Principalmente en estos tiempos en que la mafia también se enseñorea sobre nuestro país, sin que se la pueda combatir eficientemente.

    Por Raúl Ramírez Bogado

    https://www.ultimahora.com/santiago-n2927885.html

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  29. La risa de Santiago
    Por Andrés Colmán Gutiérrez

    Te reías aquella mañana, Santiago, durante el contacto en vivo desde tu Radio Mburucuyá, en Pedro Juan Caballero, con Radio Ñandutí en Asunción, cuando el inefable Humberto Rubin te pedía que te cuides ante las muchas amenazas de muerte.

    Te reías, porque las amenazas eran parte de tu vida, el camino del periodismo que habías elegido desde que te instalaste en la bella pero convulsionada región del Amambay.

    Te reías, porque “cuidarte” significaría dejar de publicar sobre los turbios negocios del Turco y sus compinches en la frontera, cuyos nexos llegaban hasta el Palacio de Gobierno y los círculos de poder en Asunción y todavía más allá. Esa opción no era negociable. Dejar de publicar sería dejar de ser periodista, al menos en la acepción del periodismo que elegiste en los 70, cuando fuiste parte de la primera promoción de Periodismo en la Católica y le dijiste a tu novia y luego esposa Ani Morra que crearías tu propio medio de comunicación, porque los de entonces no decían casi nada sobre los crímenes de la dictadura. Sería una radio pequeñita pero libre, en algún lugar de la frontera, con el nombre de la flor más linda del Paraguay.

    Te reías esa mañana del 26 de abril de 1991, Día del Periodista Paraguayo, en que organizabas un almuerzo para los compañeros de la radio. Te reías cuando le respondiste a Rubin con esa frase que hoy nos ilumina: “Hay dos clases de muerte, Humberto. Una es la muerte material, la muerte física. Y otra es la muerte cuando uno abandonó la ética y la voluntad de trabajo”.

    Te despediste de los oyentes de tu programa Puertas abiertas y saliste al encuentro de tu trágico destino, esos 21 balazos que, bajo la luz cenital del mediodía, en plena tierra de nadie, marcaron con extrema violencia tu muerte física, instalando para siempre en nuestros corazones tu vida ética.

    Pasaron treinta años, querido Santiago Leguizamón, para que aparezca algo parecido a la Justicia. En estas tres décadas, la Fiscalía, el Poder Judicial y el Gobierno, en lugar de descubrir a tus asesinos, se dedicaron a encubrirlos. Los propios sicarios confesaron a la Federal brasileña que quienes ordenaron tu asesinato fueron Daniel Alvares Georges y Luis Henrique (Tulú) Alvares Georges, hijo y sobrino del padrino Fadh Jamil Georges, pero nuestras autoridades no se dieron por enteradas. El entonces presidente Andrés Rodríguez era compadre y socio de Jamil, cuya principal obsesión era hacer desaparecer una foto que tenías en tu poder, que los mostraba a ellos dos con el narco colombiano Pablo Escobar Gaviria, celebrando amistad y negocios.

    Ante los caminos cerrados en la patria, tus familiares tuvieron que recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que consideró que el Estado paraguayo violó derechos y elevó el caso a la Corte IDH. A las puertas de un nuevo juicio internacional desfavorable, el presidente Mario Abdo Benítez comunicó esta semana que el Gobierno se allana a la demanda, asume la responsabilidad de no haber sancionado el crimen y se compromete a la reparación, sentando un precedente histórico para la protección y la seguridad de los periodistas.

    A veces, la Justicia tarda 30 años, Santiago. En algún lugar entre las estrellas o la memoria, de seguro te estás riendo.

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  30. Fallo de Corte Interamericana es una reparación histórica

    A 31 años del asesinato de Santiago Leguizamón, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó a Paraguay y estableció una serie de reparaciones que deberá realizar el Estado. El fallo declara al Estado paraguayo como responsable de la violación de los derechos a la vida y a la libertad de pensamiento y expresión, además de la violación de los derechos a las garantías judiciales y de protección judicial en perjuicio de la familia del periodista. No se debe olvidar que un periodismo independiente es un pilar de la democracia.

    Más información 👇
    https://www.ultimahora.com/fallo-corte-interamericana-es-una-reparacion-historica-n3039834.html

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  31. Una sentencia que condena a Paraguay como Estado fallido y violador de DDHH

    El Estado de la República del Paraguay fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por tener «responsabilidad internacional» en la violación de los derechos humanos, y especialmente del derecho a la vida y a la libertad de expresión, en perjuicio del periodista Santiago Leguizamón Zaván. Después de 31 años, y después de que el sistema judicial en nuestro país haya fracasado en proveer de justicia en este horrendo crimen, finalmente se logra esta condena.

    Más información 👇
    https://www.latribuna.com.py/destacado/9272-una-sentencia-que-nos-condena-como-estado-fallido-y-violador-de-ddhh

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  32. La Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció hoy que el Estado paraguayo es responsable por el homicidio de Santiago Leguizamón Zaván y, en consecuencia, por la violación de sus derechos a la vida y a la libertad de expresión en sus facetas individual y colectiva. El asesinato del periodista sigue impune 31 años después.
    El fallo estableció indemnizaciones en diversos conceptos por un monto que ronda los USD 525.000, más de G 3.600 millones al cambio actual, para la familia de Santiago Leguizamón.
    La democracia paraguaya se inauguró con la narcopolítica. En 1991, asesinaron al periodista Santiago Leguizamón, en Pedro J. Caballero. La justicia paraguaya nada hizo.
    Comunicado: https://corteidh.or.cr/docs/comunicados/cp_103_2022.pdf

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  33. [El Estado] conocía la situación de riesgo en que se encontraba el señor Leguizamón Zaván y no adoptó las medidas de protección necesarias dentro del ámbito de su competencia (párr. 51).
    [El Estado] podía prever que el riesgo de que se consumaran las amenazas contra el señor Leguizamón Zaván era real e inmediato (párr. 51).
    [El Estado] reconoció que “no cumplió con su obligación de prevenir la vulneración de dichos derechos a través de la adopción de medidas oportunas y necesarias de protección” (párr. 51).
    [La Corte] constat[ó] que el homicidio del señor Leguizamón Zaván estuvo relacionado con su actividad periodística […] (párr. 55).
    [El homicidio […] y las violaciones a su libertad de […] expresión en sentido individual, tuvieron un impacto no solo en él, sino también en la sociedad paraguaya y en sus compañeras y compañeros periodistas, en quienes tuvo un efecto amedrentador o disuasorio (párr. 56).
    [La Corte IDH] concluy[ó] que Paraguay violó el derecho a las garantías judiciales, debido a que no impulsó, en un plazo razonable, la investigación y juzgamiento de los eventuales responsables del homicidio del señor Santiago Leguizamón Zaván […] (párr. 68).
    La Corte encuentra, además, que la investigación tampoco tuvo en cuenta el contexto de Pedro Juan Caballero, una zona de frontera con elevados índices de violencia (párr. 74).
    [L]a Corte encuentra que el hecho de que el homicidio del señor Leguizamón hubiera ocurrido en una zona fronteriza, imponía al Estado obligaciones específicas en relación con la debida diligencia en la investigación, juzgamiento y sanción de los responsables […] (párr. 80). @InstIDEA
    Básicamente, el Estado falló dos veces:

    Cuando el periodista Leguizamón recibió amenazas, no le tomaron en serio y cuando sus familiares tras el asesinato fueron a buscar justicia, el Poder Judicial corrupto y demás instituciones miraron a otro lado.
    La indemnización a pagar por el Estado a los familiares es justa, pues la ineficiencia adrede del Estado termina siendo complicidad.
    El Procurador debe enjuiciar a los jueces, fiscales y policías involucrados y hacer q ellos devuelvan al Estado el dinero de la indemnización. @JorgeSilveroS

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  34. EL ASESINATO DEL PERIODISTA

    El 26 de abril de 1991, fue asesinado en Pedro Juan Caballero el periodista Santiago Leguizamón. Al salir de su emisora radio Mburucuyá, fue interceptado por tres hombres, dos de los cuales lo acribillaron. Según los forenses, 21 balazos impactaron en el cuerpo del periodista. Leguizamón, en 1970, formó parte de la primera promoción de la Facultad de Medios de Comunicación, de la Universidad Católica.

    En 1975, comenzó a transmitir desde su propia radio en Pedro Juan Caballero. Fue corresponsal de varios medios asuncenos mientras se abocaba a promover actividades culturales en el norte. A inicios de 1991, colaborando con el diario Noticias, se publicaron varios reportajes investigativos sobre tráfico de drogas, contrabando y robo de vehículos en la frontera. Las notas, que siguen disponibles en archivos, presumían la participación en esos hechos del entonces presidente Andrés Rodríguez. El otro nombre que saltó fue del empresario fronterizo, Fahd Yamil Georges. Un año después, la policía brasilera detuvo a los sicarios brasileños José “Tiro Certo” Araulho José Aparecido de Lima y Bras Vaz de Moura, quienes confesaron el crimen. El mismo fue “por encargo de Daniel Alvares Georges (hijo de Fahd Yamil) y su primo Luis Enrique Tulú Georges». Los dos primeros fueron los que efectuaron los disparos. La justicia paraguaya no tomó ninguna acción. Todos estaban amenazados o comprados. Tulú Rodriguez vivió tranquilamente esos años por la zona de Pedro Juan Caballero. En octubre de 2012, fue asesinado en Ponta Porá. También corrieron igual suerte José Aparecido de Lima y Bras Vaz de Moura. Daniel Alvares desapareció en mayo de 2011 y en 2021 fue declarado muerto por el gobierno brasilero. Fahd Yamil vivió libremente hasta el año pasado, cuando tuvo que entregarse a la justicia para evitar ser asesinado por facciones del narcotráfico. Tuvo relación con varios “empresarios” paraguayos. Ninguna conexión fue investigada nunca en Paraguay. Araulho tiene paradero desconocido, pero aún reside en el vecino país. Esta es la última grabación de Leguizamon, en comunicación con Humberto Rubin: http://youtu.be/6uOERnif0Yg
    @fabian_1978

    -¿Alguien sabe quiénes son? Y ¿Dónde están?

    Calixto Mendoza, Benito Ramón Jara, Salvador Medina, Yamila Cantero, Samuel Román, Angela Acosta, Alberto Tito Palma, Martín Ocampos, Marcelino Vázquez, Fausto Gabriel Alcaraz, Pablo Medina… Esas personas están hoy día con Santiago Leguizamón, están en un lugar del que no podrán volver…

    Pero sus vidas dieron tanto que tampoco se pueden ir, quedan en nuestras memorias y en nuestros corazones… ¿Quienes son? ¿Qué hicieron? Son héroes de Guerra, armados de un micrófono y una cámara desnudaba el poder oscuro y criminal del narcotráfico, todos sabían que ponían en juego su vida, ¿Como sabían? Por que les decían «te voy a matar»; le amenazaban NARCOS, gente a quien si te dicen eso creeles. Son Periodistas que fueron ASESINADOS por Sicarios al servicio del NARCOTRÁFICO … Un negocio que en Paraguay fue engendrado en las vísceras de un Estado Stronissta, (son datos, no opiniones)

    Un negocio fuertemente ligado, y casi podríamos decir que la otra cara es el LAVADO DE DINERO. Por todo lo dicho, quiero desearles un FELIZ DIA DEL PERIODISMO, a todos quienes hacen parte de los medios de prensa, productores, sonidistas, camarógrafos, etc. FELIZ DIA A TODOS… menos a los del holding de los Cartes. @abjoseorue

    -Un tema fuerte para tocar, pero real. No es fácil poner el dedo sobre la propia herida, pero todo es posible corregir cuando se acepta la realidad. Es que se manosea la propia libertad de prensa cuando no hay información de calidad. @Asun_IMartinez
    -El periodismo que no defiende la libertad y no cuestiona a los mafiosos, poderosos y políticos no es periodismo. La tarea del periodista es siempre hacer preguntas incómodas y exigir rendición de cuentas. El periodismo es contrapoder. @GuachireM

    Hoy se conmemora el Día del Periodista, en coincidencia con el aniversario de creación de «El Paraguayo Independiente», primer periódico del país. Además, un día como hoy asesinaban al periodista Santiago Leguizamón en PJC.
    -Luctuoso Día del Periodista en 1991. Desde entonces, el 26 de abril dejó de ser un día festivo. Desde entonces, cerca de 20 periodistas han sido asesinados en cumplimiento de sus funciones, casi todos radialistas. @Vlad_Jara
    En el Día del Periodista, celebramos a colegas que honran el oficio con ética profesional y nos acercan a la verdad a pesar del acoso digital, la desinformación, las amenazas y la violencia que pone en peligro sus vidas.
    Su trabajo y vocación hacen parte fundamental de nuestra vida en democracia, que debemos seguir fortaleciendo. Que la libertad de expresión siga siendo respetada, valorada y defendida por todos los paraguayos.
    El periodismo permite que la sociedad pueda acceder a una información veraz garantizada en la Constitución. A todos aquellos que nos ilustran e informan con calidad e independencia… Gracias.
    -«Al periodismo se llega no tanto eligiendo una profesión como embarcándose en una misión. Su misión es explicar el mundo, hacerlo menos oscuro, hacer que los que viven en él le tengan menos miedo y miren a los demás con mayor conciencia, y también con más confianza». Papa Francisco
    -Que Humberto Rubin le llamara pidiéndole que se cuide y que Santiago responda “Hay dos tipos de muerte, una es la material y la otra es la ética y la voluntad de trabajo ” horas antes de que lo asesinaran me parece uno de los episodios más locos y tristes de nuestra historia. @corgisama

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  35. DÍA DEL PERIODISTA: NADA QUE CELEBRAR

    Hoy, 26 de abril se celebra el Día del Periodista Paraguayo en conmemoración del inicio de la publicación del primer periódico de la República del Paraguay que se llamaba «El Paraguayo Independiente». Sin embargo, esta fecha especial encuentra al periodismo paraguayo en medio de una guerra entre dueños de medios de comunicaciones, situación que afecta al buen ejercicio de la profesión, además de llevar a un daño irreparable a la credibilidad de los holdings de comunicación. La falta de estabilidad laboral, el incumplimiento de las leyes laborales y contratos colectivos son factores que también manchan este día festivo.

    Más que nunca los principales grupos de medios de comunicación están involucrados en la política partidaria y alejados de toda objetividad, pesando más las cuestiones emocionales de los propietarios de estas empresas periodísticas y no el ofrecer una información veraz y equilibrada a la opinión pública.

    El Grupo ABC (Impreso, digital, TV y radios) así como el Grupo Vierci (Última Hora, Telefuturo, Monumental) bajaron una agresiva línea editorial a favor de la dupla presidencial de la Concertación Nacional (Efraín Alegre-Soledad Núñez), no por estar convencidos de que sean la mejor opción electoral, sino porque en realidad son anti Horacio Cartes, que también tiene su grupo de medios propios y alquilados (La Nación, GEN, Canal 13, Unicanal, Popular, Crónica) y que apoya la propuesta de la ANR (Santiago Peña-Pedro Alliana).

    La mayoría de los periodistas que trabajan en los tres grupos mencionados experimentan casi a diario la autocensura en caso de que alguna información pueda afectar la línea editorial establecida por los dueños de medios. A esto se suma la persecución que sufren algunos comunicadores con antigüedad, que se niegan a realizar multifunciones (camarógrafo, redactor digital, locutor, fotógrafo) por un mismo salario. Las empresas periodísticas están optando por estudiantes de periodismo para prácticamente explotarlos al hacerlos trabajar en todas las plataformas con un salario bajo. A todos los que están por cumplir 9 años, por lo general se los despide sin justificación para evitar que tengan la estabilidad laboral.

    Hay denuncias incluso de precariedad laboral, en cuanto a que las empresas periodísticas no están invirtiendo para ofrecer las necesidades básicas a sus periodistas, como ser móviles, cámaras, computadoras, etc. A esto se suma el acoso que reciben, sobre todo las mujeres periodistas que empiezan en la profesión, y que no denuncian por temor a despidos.

    Por las situaciones mencionadas y por otras, los periodistas no tienen nada que celebrar en este su día.

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