PROHIBICIÓN DEL ÑANDUTÍ Y ENCAJE JU BUSCA LA “IGUALDAD DE BAILARINES”

La foto fue tomada en el primer Encuentro Nacional de la Danza, que se realizó el 5 de diciembre, en Ciudad del Este. Allí se impartió la misma directiva acerca del vestuario.

La prohibición explícita de que los bailarines que participen del Yvy marane’y vistan trajes de ñandutí, bordados o de encaje ju obedece, según su autor, Antonio Ayala, a la intención de que todos ellos puedan participar sin exclusiones ni diferencias, en un plano de igualdad.

Como parte de los festejos del Bicentenario, el próximo 13 de mayo se realizará un encuentro denominado Yvy marane’y (la tierra sin mal), organizado por el Viceministerio de Culto. Se estima que este evento convocará a unas 200.000 personas, la mayoría estudiantes.

En el programa del evento figuran dos coreografías: una para la quinta parte de la Cuadrilla Paraguaya y otra para un enganchado de polcas. Ambas serán bailadas en simultáneo por unos 1.500 a 1.800 bailarines de más de 100 academias de danza de todo el país.

En una nota enviada por el director de Difusión Cultural, Antonio Ayala, y la supervisora del área de Danza, Gilda Ruiz, se expresa que los bailarines deben vestir atuendos tradicionales o populares, “NO ñandutí – NO bordados – NO encaje ju”.

El director de Difusión Cultural, Antonio Ayala, explicó a ABC que tal instrucción no es una resolución oficial, sino forma parte de una intención que apunta a la inclusión.

“Queríamos fortalecer un aspecto de nuestra cultura, que es la sencillez. El vestuario que pedimos debe ser tradicional. Para la parte de arriba el typói y abajo una pollera, con algún aditamento sencillo de encaje o cintas. Lo que no queremos son, por ejemplo, vestidos de ñandutí enterizos, que son de altísimo costo y que no todos pueden costear”, indicó.

Agregó que el proyecto del Yvy marane’y no es un  excluyente, sino incluyente. “Acá el protagonista no es el vestuario, es la danza. Los vestidos de ñandutí tienen un altísimo costo y el vestuario que pedimos son recreaciones de un elemento tradicional. Queremos retomar la esencia de lo que fue en sus orígenes la vestimenta y que la gente pueda ir sin mayores dificultades al evento”, indicó.

El mismo admitió que “quizá” fue un desacierto de su parte incluir la frase textual “NO ñandutí – NO bordados – NO encaje ju”.

Ayala aseguró que su único objetivo fue que se tenga una línea estética coherente y evitar que se marquen las diferencias entre un grupo y otro. “Quisimos darle una homogeneidad a los bailarines,  fundamentándonos en la sencillez, un valor inherente al Bicentenario”, afirmó.

Esta es la segunda ocasión en que el Viceministerio de Culto organiza un evento de este tipo, con la expresa disposición de que los bailarines vistan atuendos sencillos. El primero fue el Encuentro Nacional de Danza, donde unos 1.500 bailarines danzaron juntos en Ciudad del Este, el 5 de diciembre pasado.

En estos encuentros, los bailarines reciben las instrucciones del tema a danzar, pero como provienen de distintos lugares y la mayoría no se conoce entre ellos, ni siquiera tienen la oportunidad de ensayar colectivamente.

Un grupo de profesionales de la danza liderado por Lizza Bogado, Ligia Meza, Reina Menchaca, María del Carmen Avila y Sussy Sacco expresó públicamente su oposición a esta disposición por considerar que desprecia  la cultura típica.

Este grupo se niega a participar en el encuentro. Ayala señaló que estas profesionales no participaron del anterior encuentro y que su determinación es “acelerada”.

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