Tarea para la convención colorada

Basta de paciencia directamente. Los convencionales tienen que poner orden. No se los está exhortando a que expulsen a estos señorones, que no sabemos que es lo que se creen, sino que así como dijo el presidente Pedro Alliana, se impone la disciplina, el respeto hacia las decisiones del Partido y por supuesto hacia sus líneas de acción, que necesariamente deben concordar con las del gobierno que tiene la misma divisa partidaria.

Así fue siempre, en realidad. Pero ahora, hete aquí que un grupo minúsculo de “disidentes colorados”, conformado por algunos advenedizos, que entraron de favor en las listas, y alguno que otro dirigente colorado de fuste, viejos y taimados maniobreros,en decadencia, se pasan atentando , ese es el término exacto, contra las iniciativas estratégicas del gobierno.

Se les solicitó con antelación y respeto que por favor aprobaran el empréstito de 200 millones de dólares del BID,que iban a servir para dar continuidad a obras públicas, que por primera vez en la historia estaban adelantadas con respecto a su cronograma, lo cual evitaría que 50.000 obreros viales queden cesantes en víspera de la Navidad y Año Nuevo.

Les importó un pito. Lo hacen a propósito. El baile empezó en las comisiones asesoras, tres con dictamen negativo. Dos de ellas encabezadas o integradas por colorados, “Beto” Ovelar, el famoso “trato apu´a” y Cachito Salomón, redimiendo al mundo en ellas. En la sesión de ayer por supuesto, el proyecto fue tirado al tacho, así sin más, como basura y todos sonrientes.

Que quede bien en claro, que este traspié a manos de la jefa Desirée y sus aliados de la Multibancada, sería absolutamente imposible sin la complicidad de estos “buenos colorados”.

Por ello, la próxima convención, que nunca suele tener resultados muy auspiciosos, esta vez resulta clave. Se deben corregir urgentemente estos desatinos. ¿Qué es lo que pretenden? Por supuesto apuntan contra el presidente. Al apuntar contra el presidente apuntan contra las obras del gobierno. Al apuntarcontra las obras del gobierno apuntan contra los paraguayos humildes.

En otros países, estos necios y desalmados “legisladores”…¡ quién no los conoce !, estarían enfrentando a una multitud enardecida cuyo único afán sería lincharlos como “vendetta”, por su mezquino e irracional proceder. Tienen suerte.

No pueden seguir impunemente aliados con los enemigos del gobierno. En todo caso que renuncien al Partido y se integren directamente a las filas de la oposición. En realidad, son tan estúpidos, perdón por el término, que quieren “bombear” al gobierno del Partido por el cual quieren postularse en el futuro. Terrible.

El titular de la ANR delineó claramentetras una charla con el presidente Cartes cuáles eran los imperativos de la convención. El diálogo, la unidad, primero que nada, la asistencia plena de todos los grupos de correligionarios y el acatamiento pleno y sin resalvas de las decisiones de la magna asamblea partidaria.

Una de ellas debe ser, sin dudar. No más palos a la rueda del gobierno colorado o pagar las consecuencias con la prohibición absoluta de utilizar la chapa partidaria en cuanta elección se avecine.

Deberían darse cuenta que la paciencia se está agotando. Y que son apenas cucarachas que podrían ser fumigadas fácilmente.

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35 comentarios en “Tarea para la convención colorada”

  1. De pie frente al abismo

    Por Osmar Gómez

    Lentamente la reelección presidencial va tiñendo la vida política. Lo quieren los colorados oficialistas y disidentes. También alguno que otro grupo liberal y Fernando Lugo que se ilusiona con volver a la Presidencia de la República.

    Solo el sector oficialista del PLRA repudia la idea y no necesariamente porque esté en contra de un segundo mandato presidencial. Su argumento es mucho más prosaico, la reelección los deja sin candidato.

    Este aparente consenso entre grandes sectores políticos, sin embargo, es bastante engañoso. Esconde matices y va camino a someter a tensión a las instituciones. Cada uno tiene su propio método.

    Fernando Lugo está más que interesado en buscar un segundo mandato; pero eso no supone apoyar la enmienda constitucional que pretende llevar adelante el Poder Ejecutivo. Al contrario, su grupo político trabaja diariamente para frenar la iniciativa.

    Lugo jugará sus propias cartas; buscará sus propios acuerdos. Presentará su candidatura blindado por su popularidad y confiado en que quienes pretendan impugnarlo sufrirán el escarnio público. Confía que cuestionar su candidatura desatará una crisis. Repetirá la fórmula que le funcionó en 2008 cuando siendo obispo presentó su candidatura presidencial y los colorados lo dejaron correr para evitar conflictos que podrían tener peores consecuencias.

    En paralelo intensificará sus recorridos por el interior del país y utilizará su banca en la Cámara de Senadores para fortalecer su candidatura, presionando sobre las iniciativas que pretende llevar adelante el Gobierno.

    La vía del Poder Ejecutivo para encaminar una reelección presidencial es mucho más espinosa porque se juega en dos campos. En el frente externo la figura de la enmienda de la Constitución genera dudas; pero sobre todo pone a prueba al sistema político. Son crecientes las voces que aseguran que llevar adelante una enmienda sería un atropello. Instalada esa idea el costo electoral de aprobar la reelección por esa senda podría ser muy elevado.

    Por el lado interno no todos los colorados están de acuerdo en conceder un segundo mandato al presidente Cartes. Algunos prefieren llevar la discusión al 2018 cuando asuma otro Gobierno. Ese desacuerdo interno podría ser el inicio de una profunda división en el Partido Colorado. El 1987 una fractura similar marcó el inicio de la caída del Gral. Alfredo Stroessner y en 2008 el desacuerdo interno fue la llave para que la oposición retome el poder.

    Es imperioso para los colorados oficialistas frenar una división interna. Lo que no está claro es que están dispuestos a sacrificar para calmar las aguas. Por ahora el ofrecimiento de cargos apenas alcanza para asegurar que la convención partidaria apruebe la reelección presidencial. Todavía está lejos de impedir una división.

    El presidente Horacio Cartes convocó a los dirigentes de diferentes sectores para tratar de buscar un arreglo. Todos recibieron la invitación, pero hasta ahora nadie oficialmente confirmó su asistencia. No son pocos los que dicen que la invitación llegó tarde, que ahora ya no alcanza con los cargos. Todavía está por verse que eso sea así.

    El debate de la reelección ocupa prácticamente todo el espacio político; mientras la gobernabilidad se ve comprometida por el creciente enfrentamiento entre el Congreso y el Poder Ejecutivo, sumado a la inseguridad que también va en aumento. A los continuos asaltos; al final de la semana se sumó un nuevo caso de secuestro en la zona norte del país. Es el cuarto y hasta ahora las fuerzas de seguridad no tienen respuesta.

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  2. Las carpetas de los convencionales

    Por Guillermo Domaniczky

    La fotografía documentó el viejo rumbo politiquero. Un convencional colorado llegaba el jueves a Mburuvicha Róga, con su carpeta en mano y un pedido, para garantizar su voto en la convención del próximo 29.

    Muchos otros hicieron lo mismo. Una especie de procesión de la decadencia, en la que la indicación precisa fue que cada uno de ellos llevara su carpeta con una solicitud concreta para el Presidente, a cambio de votar a favor de que la impulse una enmienda para incorporar la posibilidad de reelección, y el mandato de que diputados y senadores colorados la apoyen.

    Al término de la reunión del jueves, los dos voceros evadieron responder sobre el tema. Pero la información confirmada a través de diferentes fuentes certifica que los convencionales debían acercarse con sus carpetas y pedidos concretos.

    La metodología no extraña. Ya en enero de 2011, en la llanura y sin recursos, los colorados habían accedido a reformar nada más y nada menos que su estatuto partidario, para bajar de 10 años a solo 1 la antigüedad requerida para permitir una candidatura presidencial.

    El resultado en aquella convención fue muy amplio, en medio de denuncias de quienes se oponían a la reforma, que recordaron la frase de un desaparecido dirigente colorado que aseguraba que “de noche pasan muchas cosas” antes de una convención.

    El candidato, un empresario de abultada billetera y reciente afiliación, lograba en ese entonces la reforma que necesitaba para tener vía libre y lograr así candidatarse.

    Hoy el objetivo es otro, el de instalar la reelección. Una paradoja si miramos hacia el mismo año 2011, pero en junio, cuando la Junta de Gobierno emitía una resolución en la que decidía rechazar todo procedimiento y acción tendiente a permitir la reelección, por considerarla como algo “innecesario, inoportuno y peligroso para la vida republicana de la Nación”.

    Habían firmado esa resolución Lilian Samaniego y Darío Filártiga, presidenta y secretario político. Los dos, impulsores hoy de la misma reelección a la que consideraban como peligrosa para el país.

    Oportunismo que le dicen.

    Pero todo indica que en la próxima convención el cartismo jugará con el arco libre para que la convención apruebe impulsar un nuevo intento, con la advertencia de sanciones a los diputados y senadores colorados que no apoyen la enmienda.

    Y de la sociedad dependerá que se permita o no una nueva violación a la norma más importante que tenemos como organización, la Constitución Nacional.

    Ese es el problema de vaciar de contenido un partido y reducirlo a convertirse en una aceitada maquinaria electoral.

    La que ayer pudo ser una solución, con la aparición de alguien generoso en recursos, hoy puede ser su principal problema.

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  3. Reelección del Grupo Cartes

    Por Marcos Cáceres Amarilla

    La dirigencia colorada apunta a aprobar inexorablemente en su convención del próximo 29 de octubre un mandato a sus legisladores para que “sí o sí” respalden la reelección presidencial que, vía enmienda constitucional, se planteará posteriormente en el Congreso.

    ¿A quién quieren los colorados reelegir? Si es a quien gobierna el país ahora, no será a ese “líder” de escaso carisma y tampoco a su centenario y venido a menos partido como unidad política y doctrinaria, sino a un grupo empresarial, gerenciado por Juan Carlos López Moreira y presidido por Horacio Cartes.

    A los pocos meses de estar en el cargo, Cartes “descubrió” que los tiempos de la gestión privada “había sido” no son los de la administración pública en cuanto a la consecución de resultados y se quejó amargamente.

    Desde el principio, el mandatario dejó claro que, en sus planes, el manejo de la cosa pública ya no estaría en manos de los políticos profesionales –mucho menos de los de “su” partido–, sino en las de los gerentes de sus varias empresas.

    Estos expertos, no electos por el voto popular, como lo fueron el presidente, el vicepresidente y los parlamentarios, serían los verdaderos gestores de la administración cartista y le debían rendir cuentas solamente a él. La mayoría de ellos ni siquiera eran conocidos ni salían a la luz pública.

    La privatización de la administración del Estado se institucionalizó el 25 de febrero de 2014 cuando, a través del Decreto Nº 1294, el Presidente de la República creó el “Centro de Gobierno”, un organismo que no figura en la Constitución y cuyo objetivo es “asesorar” a las instituciones del Ejecutivo, coordinar sus tareas, controlar el cumplimiento de los objetivos e informar al Presidente. Todo ello a cargo del Ministro Secretario General y Jefe de Gabinete Civil de la Presidencia de la República, Juan Carlos López Moreira, quien efectivamente administra el país.

    El “Consejo de Ministros”, el órgano constitucional previsto en el artículo 243 de la Constitución, se dejó de lado como si fuese un artefacto molesto.

    Está claro que si Cartes logra que se habilite la reelección y obtiene un nuevo mandato, seguirá en la misma dirección y querrá profundizarla. Los dirigentes colorados no tendrán manejo de ningún área importante del Gobierno y todo seguirá en manos de los técnicos.

    En caso de que no haya reelección o si la hay y Cartes pierde, la derrota será del Partido Colorado, porque Horacio simplemente volverá a sus empresas y se llevará a sus gerentes (con todo el know how adquirido en la función pública).

    Los planes del Grupo Cartes, sin la ANR, seguirán su marcha, potenciados por el conjunto de medios de comunicación adquiridos y con más influencia y poder en la esfera pública y privada. En contrapartida, el Gobierno que asuma en 2018 y, obviamente, la ciudadanía se las tendrán que ver con la enorme deuda pública que les dejarán como herencia.

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  4. Cartes y sus frentes de conflicto

    Por Estela Ruíz Díaz

    Ya no hay marcha atrás. El plan de reelección cada día se consolida más. Hay remeras alusivas, discursos a la medida. Visitas a Mburuvicha Róga con las carpetitas rojas repletas de pedidos de cargos y/o negocios bajo el brazo.

    Cuando un proyecto se lanza, no hay nada más previsible en el comportamiento de los colorados, tan apegados a los rituales. La reelección retumba en cada departamento, en cada ciudad. Los convencionales, los dirigentes más débiles en la cadena del poder partidario, son la estrella fugaz del momento. Se reúnen, repiten sus guiones discursivos, sostienen que la reelección es el inicio y el fin del partido.

    PLAN FIJO. La convención del 29 viene con una sola idea clara: la reelección, pero con posiciones confusas con respecto al castigo para los legisladores que se opongan al plan que necesariamente debe pasar por el Congreso, a no ser que el cartismo tenga otro atajo. Las amenazas a los disidentes va perdiendo fuerza. Las bases no están de acuerdo con esas medidas. Conocedores del sentimiento popular, saben que aplicar severos castigos a los correligionarios no es la vía más recomendable.

    Aún supura en la ANR la herida del 2008 cuando por rencores políticos miles de colorados votaron por Fernando Lugo, provocando la histórica caída del partido.

    EL RING. El Senado es, sin duda, la gran traba para los fines cartistas y hasta hoy mantiene incólume una sólida muralla, tras la cual los disidentes colorados –capitaneados por Mario Abdo Benítez y Galaverna, con el apoyo sostenido de la oposición– sostienen una guerra cuerpo a cuerpo con el Ejecutivo. Este año el Senado ha dado golpes espectaculares que impactaron en el presidente. Primero fue la presidencia del Congreso y luego, el rechazo a la reelección.

    Con esta resolución se suponía que ya no se hablaría de la reelección por un año, como señala la Constitución, pero la derrota no es una palabra que exista en el diccionario de Horacio Cartes y hoy se habla del tema como si no hubiese existido esa votación. Incluso ya existen dictámenes de constitucionalistas para bordear los límites siempre tan difusos y al arbitrio de las mayorías circunstanciales.

    PROBLEMAS EXTRAMUROS. La tensión no se agota en el partido ni en el escenario político.

    El Senado acogota al Ejecutivo en sus planes económicos. El último golpe fue rechazar un préstamo del BID de USD 200 millones que iban a ser destinados al pago de las constructoras viales. El ministro de Hacienda, Santiago Peña, se descargó señalando que «esta decisión política no tiene ningún sustento técnico». En este punto, el Ejecutivo pecó de ingenuo, soberbio o torpe, o todo junto. El Senado le reclamó datos que no envió a tiempo. A sabiendas de su debilidad en esa Cámara, no tiene otra que evitar el más mínimo error.

    El Senado luego dio otro golpe aplazando el estudio del proyecto más político de Cartes para el trabajador del sector privado: el reajuste salarial anual automático, una decisión unilateral que desató la furia del empresariado industrial que rechaza el proyecto por populista.

    MOLINOS DE VIENTO. Cartes abrió varios frentes de conflicto. Si bien superó medianamente la tensión con las constructoras tras habilitar las licitaciones a empresas extranjeras, la mora en el pago le generará un serio problema. Ya arrastra una deuda de USD 170 millones. Por ello, presionó sin éxito por la aprobación del préstamo del BID.

    El ministro Gustavo Leite mantiene otra guerra con los empresarios del sector combustible. «Es bastante complicado trabajar con este Gobierno, porque por populismo baja y baja el precio de los combustibles», denunció Pedro Ballota, quien alertó que el país está transitando por el mismo camino que Venezuela. A todo esto, el titular de Industria responde: «Si ellos pretenden tener un ministro como en los gobiernos anteriores que no hacían cumplir la ley, ese no soy yo».

    La larga e inacabada negociación con los campesinos que insisten con la condonación de sus deudas, que el Gobierno rechazó, pero planteó una fórmula muy flexible de rehabilitación financiera con participación del BNF y el CAH, con olor a condonación, provocó tensión con el sector privado. Aquí tiene focos de conflicto con los campesinos y los banqueros.

    La Iglesia Católica, con la que mantuvo una alianza estratégica con la venida del papa Francisco, se está alejando y empieza a cuestionar más duramente las políticas del Gobierno.

    El aumento considerable de la deuda externa desata alertas y duras críticas de analistas económicos. En el campo político ya lanzan dudas sobre el destino de los millonarios fondos y ya es tema de campaña: «Cartes endeuda hasta a nuestros tataranietos».

    EN MEDIO DE LA TORMENTA. Inmune a las críticas y a las consecuencias políticas y económicas, Cartes continúa su proyecto de reelección. Es como ese capitán de barco que desoye las alertas meteorológicas y va al centro de la tormenta perfecta.

    Hasta el momento se salió con la suya.

    ¿Podrá esta vez llevar todo por delante?

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  5. Castigar en las urnas a los que defienden solo sus intereses

    En medio de tantos problemas impostergables, la mayoría de los políticos se han lanzado ya a una abierta campaña preelectoral con miras a los comicios de 2018. En vez de dedicar su tiempo a imaginar y buscar medios para resolver situaciones que atañen a la pobreza, la injusta distribución de la tierra, la amenaza del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), la inseguridad, el flagelo de la corrupción, la educación deficiente, la salud pública que no responde a las necesidades y tantos otros dramas que requieren respuestas inmediatas, han iniciado ya la desenfrenada carrera para permanecer en el poder o acceder a él. La ciudadanía tiene que pasarles la factura en las urnas a los que otorgan prioridad a sus intereses.
    La tradición sigue siendo la misma: Mucho antes de lo establecido en el Código Electoral, los políticos irresponsables y ávidos de mantener sus privilegios empiezan ya su campaña de caza de votos. Por eso es que, aun cuando los plazos de proselitismo estén claramente determinados dentro de límites razonables, se observa ya en el escenario nacional una puja malsana y extemporánea.
    No solamente están en este despliegue aquellos que abiertamente exhiben sus calcomanías, realizan reuniones, utilizan los medios de comunicación con abiertos fines proselitistas, sino que también distribuyen medicamentos y encienden sus diatribas contra sus oponentes. Están además aquellos que de modo solapado, recurriendo a medios del Estado, pretenden ganar adeptos a su causa.
    Tanto aquellos como estos le causan un grave daño al país porque van estableciendo un clima en el que la atención está centrada en el intercambio de insultos, la promoción de falsas solidaridades, mentiras más o menos disfrazadas, promesas incumplibles y exposición constante a los medios informativos.
    Ante tantas situaciones que requieren una urgente respuesta de los que conducen el timón del país desde diversos ámbitos, esa actitud es perniciosa porque pone freno a lo que se está haciendo bien y, sobre todo, posterga lo que tendría que estar en marcha hace tiempo.
    Cuando las palabras y los gestos de los políticos adquieren tono de captación de votos, ya no hay objetividad ni se piensa en el bien colectivo. Todo apunta hacia aquello que en las urnas les va a dar determinada cantidad de sufragios favorables.
    Entre las situaciones que requieren atención y respuestas inmediatas de los políticos está la pobreza con sus diversas manifestaciones.
    Los programas sociales del Gobierno son insuficientes cuando lo que en realidad se requiere es crear fuentes de trabajo, resolver la tenencia de la tierra para los campesinos, buscar mecanismos para insuflar autoestima a sectores postergados y hacer efectiva la idea de brindar oportunidades a los jóvenes de manera sistemática.
    La inseguridad es otro escollo cotidiano.
    Empezando por el EPP en el Norte, se llega a los asaltos callejeros que ponen en jaque la tranquilidad ciudadana a diario.
    La corrupción en las instituciones del Estado, la falta de eficiencia de los servicios públicos, la educación que a gritos reclama calidad, la salud golpeada por las crónicas deficiencias en la atención a los más desfavorecidos económicamente y otros problemas urgentes exigen la dedicación plena de los políticos para buscar soluciones inmediatas.
    Los electores tienen que estar muy atentos para identificar a los que en vez de atender las necesidades generales se dedican ya a sus intenciones particulares.
    Solamente de ese modo, podrán pasarle en las urnas la factura a los que han traicionado su obligación de anteponer los intereses de la República a los suyos.

    http://m.ultimahora.com/castigar-las-urnas-los-que-defienden-solo-sus-intereses-n1031804.html

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  6. Temporada de perdices

    Es parte de esa baratísima historia oficial que nos quiere enchufar la versión de un Paraguay de maravillas el negar que nuestros parientes originarios se comían a la gente. Es más, una vez que se instala el tema alguien siempre sale y dice: “ah, no, pero era por razones litúrgicas”, como si existiría alguna diferencia entre comerse a un vecino por hambre o por religión.

    Quizás esto explique un poco el canibalismo que preside actualmente la interacción entre oposición y oficialismo. Es difícil que ambos hemisferios entiendan que su misión en la vida no es pelearse, sino oponerse y que esa tensión entre oposición-oficialismo, a su vez, debe estar atravesada por la flecha de la corresponsabilidad. Al no existir sentido de la corresponsabilidad un hemisferio no está capacitado para entender que el fracaso del otro es el fracaso de uno mismo.

    La muestra más elocuente de la ausencia de consensos siquiera fue la reciente oposición a un crédito para Obras Públicas, sino la fracasada oposición a la construcción de viviendas para bañadenses que terminó hundido en su propio fango de incoherencias

    Este canibalismo, cuyos cultores habitan en todas las orillas, ha inaugurado lo que técnicamente se podría llamar la “Temporada de caza de perdices” a 20 meses de las elecciones del 2018.

    Las perdices tienen un condenado destino: su maniobra evasiva es al mismo tiempo su condena a muerte. Esta avecilla de deliciosa carne no tiene habilidades para el vuelo, por lo cual se desplaza caminando y a saltos de torpes aletazos. Ese salto es aprovechado por los cazadores para tumbarlos para siempre de un certero escopetazo. O sea, la perdiz muere cuando se deja ver.

    Fruto de un terrible afán por aparecer en las competitivas listas para el Congreso y demás cargos electivos, hay centenares de francotiradores que enseñan su puntería apenas alguien se insinúa para algo. Una víctima reciente fue la ministra de Viviendas, Soledad Núñez, a quien clasificaron top en una encuesta de preferencias juveniles y al día siguiente ya estaba siendo fusilada desde diversos sectores.

    Si faltara una muestra bien localizada en el coloradismo sobre “tirar a matar” bastaría recordar el par de días de furia de Zacarías Irún que planteaba solucionar el problema de la unidad del Partido Colorado eliminando a adversarios de la lista de afiliados; por suerte Lilian Samaniego, primero, y el propio presidente del partido, Alliana, después, echaron agua fría sobre esta histérica fogata destinada a quemar herejes del coloradismo moderno y democrático

    FUNCIONALES A CARTES

    Pero no es el oficialismo el recinto único de estas compulsas de competencia mortal. En los sectores progresistas ya empezó un juego que irá aumentando de tono y que para seis meses antes de los comicios estará al rojo vivo: la acusación de funcionalidad al coloradismo o sencillamente a Cartes.

    Hace pocos días el líder de Pmas, Camilo Soares, produjo en su programa en radio Ñanduti un análisis por el que intentaba dejar constancia que Fernando Lugo es lo que Cartes necesita para dividir a la oposición, explicando lo que sucedería si el ex presidente quedara con las manos libres para una campaña electoral. Pocos días antes, posiblemente desde carpas del Frente Guasu, se instaló la versión sobre que en realidad el candidato de Cartes para el 2018 terminará siendo Mario Ferreiro.

    Todo ello configura solo el inicio de una caravana de agravios que irá subiendo de tono por el que un sector tratará de demostrar que es el otro quien hará posible la perpetuidad de Cartes.

    Los azules también salen a cazar perdices y abundantemente y así como en la primera semana de octubre el balance fue claramente favorable a los cazadores de Blas Llano, esta que termino el sábado, fue bastante productiva para los escopeteros de Efraín que para el viernes último supieron anunciar que no solo habían hecho las paces con “Pakova” Ledesma, sino habían sumado además a sus filas, arrebatados del llanismo, a dos diputados: Olimpio Rojas, de Caaguazú, y Eusebio Alvarenga, del Guairá. Esta semana, el bingo fue para Alegre.

    TU VOTO DECIDE

    Mario Ferreiro está metido en un curioso plan de visibilidad que no está basado en la estridencia opositora como los demás, sino en la imagen amable y le va muy bien. Decenas de miles de personas en la Costanera asisten a shows que el mismo anima a los que suma avisos en medios en los que convoca a la ciudadanía a elegir sobre que obras a construir, rematando el anuncio con una frase estupendamente proselitista digna de cortar y guardar: “Tu voto decide”.

    Todo esto puede llevar a pensar que en algún momento se dará una pulseada entre Fernando Lugo y Mario Ferreiro por reconocer en uno de ellos la preeminencia de cara a los sectores progresistas. Lamentablemente solo los partidos tradicionales (¡vaya paradoja!) producen verdaderas internas democráticas con el imperio del voto directo, porque de lo contrario sería mucho más fácil distinguir entre ambos, quién representa a más voluntades

    Sea como fuera, si Ferreiro se prepara para salir en el caso que las puertas de la reelección se cierren definitivamente o si ellas se abren y entran los lógicos contendores Cartes vs Lugo, en todas estas variables hay objetivamente un solo árbitro: Horacio Cartes.

    El analista Alfredo Boccia cree que Cartes jugaría con fuego al “liberar” la reelección; por el potencial que tiene Lugo de disputarle el sillón (radio Monumental, viernes). No es menos razonable mirando desde la otra orilla que la ANR no tiene sino dos presidenciables, Cartes y Marito y a medida en que pasan los días parece consolidarse la hipótesis de triunfo del oficialismo en las internas.

    EL PROTAGÓNICO EPP

    El EPP es un actor protagónico de cara a las elecciones del 2018. Sus golpes conmueven la reputación del sistema de seguridad del Gobierno cuyos referentes están sumidos en el desprestigio; pero también puede suceder que el gobierno de Cartes reaccione y produzca acciones militares o policiales que debiliten o destruyan este núcleo narco-terrorista y ello seria de la significación que tiene una victoria guerrera en materia de popularidad para cualquier gobierno.

    Por eso el EPP es una cuestión esencial cuando se quiere analizar el ecosistema del poder pre electoral a mediano plazo en el Paraguay.

    INCINERADO COMANDANTE

    Entre tanto, el comandante de las FFMM sigue sobreviviendo más incinerado que Gustavo “Gus” Fring tras visitar al tío Salamanca en el hospital en aquella inolvidable escena de “Breaking bad”. Se sabe que Horacio Cartes es renuente a despedir a sus fichas claves, pero quizás sea tiempo en que el propio jefe militar comprenda que existe una herramienta simple, que cabe en media página y se llama renuncia.

    Esta semana que culminó tuvo un episodio inusual (viernes) cuando el propio presidente de la UIP que habitualmente suscribe todas las cuestiones de seguridad del Gobierno pidió a voz de cuello durante una conferencia de prensa que Gonzaga Garcete sea reemplazado.

    MEDIOS ENTEROS

    Es inexplicable la hipocresía de excluir a los medios de comunicación de un análisis de escenario en tanto ellos son absolutamente protagónicos para terminar de pintar el paisaje. El excluirlos supone casi una desprolijidad porque los medios hace mucho no son medios, sino fines de comunicación.

    En este sentido se viven tiempos que también pueden entenderse como de zafarrancho de combate de cara al tiempo de definiciones nacionales. Mientras alguna conocida figura de la televisión ya ensaya discursos políticos en el jardín, grandes grupos como Vierci, Cartes y Zuccolillo siguen generando apuestas. Los dos primeros tienen capítulos inmediatos en materia de expansión y como cada semana, en última, se jugó a las escondidas sobre quién compra el Canal 13 de Chena. Las dos últimas relaciones importantes de este inversor fueron con Zuccolillo por la compra de radio Cardinal y con el Grupo Vierci por la impresión del diario Extra.

    La apuesta de Humberto Rubin por Santiago González comandando la media mañana de una radio de histórico liderazgo no es un dato menor. Hace mucho Rubin no invertía tanto en un conductor y se puede asumir como parte del mismo acomodo de piezas de cara a la largada de un tiempo clave.

    SEMANITA

    Preparemos los ánimos para una semana calurosa. La convención del 29 de octubre de la ANR aporta leña al fuego y el tema de seguridad a partir de los últimos acontecimientos estará asándose a la parrilla de la agenda de los próximos días desde la opinión de los unos y los otros.

    Por AUGUSTO DOS SANTOS

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  7. ¿Principios móviles?

    Observé en el programa televisivo Cara o Cruz que se transmite los domingos a la noche, a un político colorado decir con toda naturalidad que los principios de un partido político son cambiantes e incluso contrapuestos, según la conveniencia coyuntural. Todo cambia dijo, hay que aggiornarse poniéndose al día según sean a las circunstancias presentes, para así evitar la pérdida del poder.

    ¿Sabrá este señor que los principios por definición son inmutables a través del tiempo y modificarlos es como cambiar de moral? ¿Sabrá además, que los mismos no son el resultado de modas pasajeras ni de situaciones variables de una sociedad? ¿Estará al tanto que a los principios se los considera como leyes naturales, universales o reglas fundamentales válidas para siempre?

    ¿Recordará este señor que su partido fundado en setiembre de 1887, considera que la democracia asegura al pueblo una participación creciente en los beneficios de la riqueza y la cultura y garantiza la ordenada evolución hacia una sociedad igualitaria, sin privilegios ni clases explotadas? Imagino que no habrá borrado de su memoria que su partido considera a la persona humana como un valor substantivo y le reconoce todas las libertades compatibles con la libertad ajena y la felicidad colectiva.

    ¿Podría el principio de la excelencia de la dignidad humana, ser cambiante en el tiempo? ¿Podrían los principios de igualdad, de justicia y de soberanía popular manifestada en la forma republicana, democrática, participativa y representativa del Gobierno, que está en el Acta Fundacional de ese partido, ser vacilantes en el tiempo, según la conveniencia coyuntural? ¿Sus afiliados confiarían en dicho partido a sabiendas que pese al principio democrático que lo rige, podría mutarse a autoritario según la ocasión?

    Aníbal Reinaldo Pangrazio

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  8. Reelección

    La reelección alterna es un caso de reelección que afecta necesariamente a los expresidentes:

    1. Si el Presidente de la República no puede ser reelecto “en ningún caso” (Art. 229 de la Constitución de 1992); y,

    2. Uno de los casos de reelección presidencial es el de la reelección alterna, es decir, aquella que, luego de haber transcurrido al menos un periodo fuera del cargo, permite a un expresidente ser de nuevo presidente (Ejemplos: Art. 90 de la Constitución de 1870 y Art. 173 de la Constitución de 1967).

    3. Entonces, actualmente ningún expresidente puede ser reelecto, ya que la reelección de un expresidente constituye uno de los casos de reelección presidencial, llamado reelección alterna, y la Constitución vigente dispone que el presidente no podrá ser reelecto “en ningún caso.”

    Miguel Arestivo

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  9. El plan para una reelección fraudulenta

    Tras negarlo varias veces, el presidente Horacio Cartes ha tirado al trasto la careta con la que ha venido engañando a la opinión pública, acerca de sus verdaderas intenciones en cuanto a una eventual enmienda constitucional que lo habilite para buscar su reelección como presidente de la República.

    “Eso depende de los convencionales y de 23 senadores, pero les puedo asegurar que sea cual fuere el resultado, ahí estaré donde mande Dios y mi Partido Colorado”, dijo Cartes en Ciudad del Este el pasado martes 18 del corriente con respecto a su intención de buscar su reelección vía enmienda constitucional. A nadie sorprendió que lo haya hecho, pues era una apuesta cantada. Si no lo hizo antes, fue simplemente por una cuestión de ese oportunismo con que los políticos juegan sus cartas electorales.

    No siendo ninguna sorpresa la confirmación de la intención del Primer Mandatario de buscar el rekutu por la vía que fuere, lo que al pueblo paraguayo debe interesar es qué esperar si al fin se concreta la ambición que ha obsesionado a todos los presidentes de la República surgidos tras el fin de la dictadura stronista, desde Juan Carlos Wasmosy hasta Horacio Cartes, pasando por Nicanor Duarte Frutos y Fernando Lugo, por citar a los más cebados por tal posibilidad. Como todos los dictadores militares, Stroessner se hizo con el poder y se sostuvo en él mediante los fusiles, como le gustaba recordar a sus generales en ciertas ocasiones. Ahora bien, como Horacio Cartes no dispone de fusiles y, aunque disponga, no los puede ya utilizar, ¿cómo piensa alcanzar la ansiada meta de un segundo mandato y hasta otros más, si fuera posible?

    Sencillo: imitando a los gobernantes autoritarios que en las últimas décadas han tenido éxito para permanecer en el poder en ciertos países de la región, como Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, Daniel Ortega en Nicaragua y, hasta cierto punto, los esposos Kirchner en Argentina. Todos ellos accedieron al poder mediante el voto popular, para, a renglón seguido, socavar las instituciones democráticas de las que se valieran en un principio con el propósito de subir, e instaurando un régimen populista autoritario. Todos ellos acabaron polarizando sus sociedades, arruinando la economía de sus países y desnaturalizando la democracia representativa.

    Claramente, desde un principio el Gobierno de Horacio Cartes ha venido apuntando a la retención del poder todo el tiempo que le sea posible. Para ello, necesita asegurarse un segundo mandato presidencial. A tal efecto, está buscando legitimar su gobierno a través de los sectores populares menos favorecidos. Lo hace a través de medidas gubernamentales que los conforman en cuanto a sus necesidades primordiales, tales como la construcción de viviendas populares, combustibles derivados de petróleo a menor precio, rebaja del pasaje en 100 guaraníes, gas licuado de petróleo (GLP) a precio subsidiado por Petropar, asistencia social en las áreas rurales, etc. La misma táctica que utilizó Nicanor Duarte Frutos durante su Gobierno mirando el mismo objetivo de la reelección presidencial, y que a la postre dejó como clavo una deuda impaga cercana hoy a US$ 300 millones de Petropar a PDVSA que ahora el pueblo contribuyente tiene que pagar.

    Por supuesto, nada podría ser mejor que un presidente atienda las necesidades sociales de los habitantes, pero no al costo de cargar sobre las generaciones actuales y futuras una monstruosa deuda imposible de pagar, apelando a discutibles subsidios y prebendas, o metiendo la mano en los bolsillos de la gente que trabaja para atender a la clientela, todo lo cual retorna luego sobre la población en forma de más impuestos, depresión, default y crisis social.

    Paralelamente a su campaña para atraerse la adhesión de las masas, el presidente Cartes está empeñado en articular una coalición política heterogénea que incluya a sectores políticos de todos los colores, de izquierda a derecha del espectro ideológico: colorados, liberales, oviedistas, encuentristas y hasta luguistas. Para eso, Cartes está echando mano de una política de “redistribución” –o, mejor, “repartija”– económica, con zoquetes de todos los tamaños, desde jugosos sueldos en las usinas hidroeléctricas binacionales hasta sueldos de subsistencia en las reparticiones públicas, o ayuda monetaria directa.

    Obviamente, la frenética repartija de prebendas por parte del Gobierno es onerosa para el Estado. La masiva construcción de infraestructura vial más allá de las posibilidades de las arcas públicas, como se ha comprobado recientemente con el justificado rechazo por el Senado de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para calzar el deficitario presupuesto del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), es un botón de muestra del afán del Gobierno por proporcionar puestos de trabajo a la gente, lo cual es deseable, pero sin comprometer el futuro del país endeudándolo más allá de su capacidad de pago, como lo está haciendo irresponsablemente el presidente Cartes.

    La burbuja de bonanza a corto plazo surte el efecto de hacer felices a sus seguidores, en particular de los siempre juruhe presidentes de las seccionales coloradas, que últimamente están de nuevo bailando de contentos con el pojera del Gobierno, como en los mejores tiempos del dictador Alfredo Stroessner, cuando todo presidente de seccional de un distrito era automáticamente nombrado por el Ejecutivo como intendente municipal, para así disponer discrecionalmente de los tributos pagados por la ciudadanía. Como el Presidente ha perdido esa potestad, ahora Cartes busca atraerlos mediante cargos públicos o dádivas proporcionales al músculo político de cada uno.

    La inevitable consecuencia que a corto plazo nos traerá este desenfrenado despilfarro del dinero público por parte del Gobierno será el aumento de la deuda pública, el disparo de la inflación, la retracción de los negocios que, según los economistas, ronda actualmente el 18 por ciento, y el desemboque en la crisis económica que en el final afectará a toda la población, en particular a los más pobres. Eso es lo que ha sucedido en Argentina bajo los gobiernos de Saúl Menem y los esposos Kirchner, con Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, y Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela. Todos países mucho más ricos que Paraguay. Y recuérdese que todos estos presidentes terminaron o van terminando sus mandatos en medio de la repulsa ciudadana, y con la Justicia pisándoles los talones. Es de desear que eso no ocurra en nuestro país.

    Los senadores patriotas, que por suerte aún restan, tienen el deber de honrar el mandato del Pueblo soberano, salvaguardando con valentía la institucionalidad democrática de la República, rechazando todo intento de asaltar por cualquier medio el sillón de los López.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/el-plan-para-una-reeleccion-fraudulenta-1530114.html

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  10. El Estado para el partido

    Por Guillermo Domaniczky

    “Eh, tenés que llevar, Enrique, una carpeta con tu pedido. Si vos no necesitás o no es para vos, para alguien que necesite, porque es para la recepción de los pedidos por convencional también”.

    La instrucción fue clara. Norma Brizuela, funcionaria del Senado y convencional oficialista de la Seccional 33 de Asunción, se dirigía así a su correligionario Enrique Más, convencional de la Seccional 22.

    La conversación a la que accedimos y difundimos esta semana en la 730AM, fue parte de la coordinación que hizo la funcionaria, de un grupo de convencionales de la capital, quienes comenzaron a reunirse la semana antepasada en Mburuvicha Róga.

    Comenzaron, porque apenas se filtró la información a la prensa, decidieron suspender las reuniones.

    Una carpeta con un pedido. Con el Estado paraguayo como botín para seguir financiando la solución de los problemas partidarios, y garantizar los votos que permitan que el próximo sábado 29, los convencionales emitan una resolución apoyando la reelección de Cartes e instando a los diputados y senadores colorados a apoyar el plan.

    En la reunión en Mburuvicha Róga, el jueves 13, los voceros fueron Ernaldo Cardozo, de la Seccional 42, y Julio Vega, de la 21. Ambos evadieron responder sobre el pedido y la oferta de cargos, que ya se había filtrado.

    De la reunión para garantizar el apoyo a la enmienda, participó la senadora Lilian Samaniego, la misma quien había firmado en el 2011 como presidenta de su partido, la resolución por la que se rechazaba por “innecesaria, inoportuna y peligrosa” la posibilidad de intentar introducir la reelección en la Constitución, a través de una enmienda.

    Esa misma enmienda que pretenden conseguir en este momento.

    El problema no es Horacio Cartes, más allá de la idea que los oficialistas pretenden instalar.

    El problema es con la Constitución Nacional, la falta de respeto a esta, el maldito relativismo, y una vieja historia que se repite en nuestro caso cíclicamente, por el oportunismo político de quienes llegan al poder.

    Una Constitución que pese a haber sido elaborada con un cerrojo postdictatorial por los convencionales del 92, es recurrentemente desafiada, por quienes en lugar de hacer las cosas como se deben, trabajando en una reforma, pretenden el camino del atajo sin importar el daño institucional que puedan causar.

    Y tomo aquí prestada una frase del exvicepresidente estadounidense Al Gore, quien sostiene que “el respeto al Presidente es importante, pero no tanto como el respeto a la Constitución”.

    Es que los grandes pueblos y las sociedades desarrolladas se edifican sobre la base de la defensa de los principios, y no de las personas.

    Principios. No personas.

    Y menos, utilizando recursos del Estado, financiado con los impuestos de todos.

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  11. Se juegan las últimas cartas

    Por Estela Ruíz Díaz
    El debate sobre la reelección presidencial es un espasmo que viene generando tensiones en todos los Gobiernos democráticos desde la caída de la dictadura en 1989. En 1992 la Convención Constituyente alumbró una nueva Carta Magna, el paraguas bajo el cual debía construirse la arquitectura legal del nuevo país. Con los miedos naturales después de una tiranía de 35 años legitimada con farsas eleccionarias cada quinquenio, los constituyentes echaron candado a los presidentes de la democracia estableciendo que «no podrán ser reelectos en ningún caso».

    Como al general presidente Andrés Rodríguez le empezó a atacar la fiebre de la reelección, los constituyentes le cortaron las alas con la frase «se computará el actual periodo inclusive». De paso ampliaron la prohibición a su parentela.

    Pero los presidentes de la democracia no lo entendieron así. Desde Wasmosy hasta Cartes, y puntualmente en el tercer año de mandato, todos empezaron a buscarle la vuelta a la traba constitucional para permanecer en el poder.

    Enmienda o reforma era/es la cuestión. El debate constitucional se centraba en estos dos caminos, hasta que llegó la peculiar interpretación semántica de Fernando Lugo, quien decidió agregar más confusión planteando una tercera vía totalmente novedosa: que la prohibición constitucional afecta al presidente en ejercicio porque el verbo está en presente. Diseccionó el artículo y acomodó a su interés.

    EL CRONOGRAMA CARTISTA. Como ya se sabe el plan oficialista camina sobre ruedas generando incertidumbre en el escenario político con fuertes efectos en todos los órdenes de la sociedad. El 29 se reúne la convención colorada y allí la mayoría oficialista aprobará la reelección de Cartes, e instará a los legisladores a aprobar la vía más conveniente.

    En el guion cartista existen tres caminos: A) La enmienda, que es un tramo difícil porque no solo debe superar el escollo del Senado, sino el referéndum, con la polémica mediática sobre la ilegalidad porque la Cámara Alta ya se pronunció sobre el tema. Pero eso es asunto de números, como ya lo dijo el presidente. B) La reforma: esta tesis reflotó estos días, pero es la más compleja. Ya tienen saldado los requisitos: lo puede pedir el 25% de una cámara (para eso está Diputados) o 30.000 firmas (ya está el pedido en el TSJE gracias a la campaña del hijo fiscal del ministro Diógenes Martínez). Pero también el Senado es el escollo. La declaración de la reforma exige 30 votos. La oposición no tiene excusas para rechazar porque se adecua a su tesis de la vía de la reforma para la reelección, calcula ingenuamente el cartismo. Suponiendo que se apruebe, se deben hacer internas partidarias para elegir constituyentes y luego elecciones generales. Ningún partido que se oponga se embarcará en este costosísimo proyecto. Y, C) La tesis semántica de Lugo: si falla todo lo anterior, le queda la vía planteada del ex obispo presidente: Cartes renuncia y se pelea la interna. Y la izquierda no podrá decir ni mu porque su líder sostiene este argumento.

    CONFUSIÓN EN LA OPOSICIÓN. La confesión pública de Cartes dejó sin resquicio de dudas sobre su intención, traicionando su posición repetida en numerosas ocasiones, en las que incluso calificó la reelección como inconstitucional.

    Por ahora, los opositores ponen todas sus esperanzas en la Cámara de Diputados, donde empezó a gestarse otra multibancada para golpear a Cartes. La disidencia colorada logró convencer a 10 diputados. El plan es repetir la maniobra del Senado: presentar el pedido de reelección y rechazar, con lo cual cortan una pata al plan presidencial dejándolo sin la vía de la enmienda. Pero hay temor de que suceda lo contrario: que los oficialistas aprueben el proyecto antes de la convención.

    «Diputados es como Normandía», pintó el cuadro de guerra un legislador. «Aquí ganamos todo o perdemos todo».

    El tiempo es el peor enemigo para la disidencia, porque la guerra prolongada cansa y carcome lealtades. En Senado hay justo 23 votos. Solo uno debe escaparse para que se derribe la muralla. «Cada 24 horas estamos chequeando los votos», agregó en tono cansino otro opositor. Además empiezan los malestares en la alianza. Los liberales cuestionan a Lugo su tesis que entrega en bandeja a Cartes la reelección sin pasar por el tamiz del Congreso. Y a la izquierda le molesta la sobreactuación de Efraín Alegre y le culpan del fracaso de la negociación con los diputados. «Se embandera con el tema y eso ahuyenta a los colorados», confesó contrariado un izquierdista.

    ¿LA ÚLTIMA CARTA? A estas alturas, la oposición admite que frenar la reelección de Cartes es difícil, pero les queda un as bajo la manga: el presidente debe renunciar para competir. El artículo 202 de la Constitución en su inciso 16 señala que es atribución del Congreso «aceptar o rechazar la renuncia del presidente de la República y la del vicepresidente».

    El freno a Cartes depende exclusivamente de la unidad de la disidencia.

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  12. El dictamen

    Por Enrique Vargas Peña

    Cuando se les pide a los partidarios de la perpetuación de Horacio Cartes en el poder por la vía de la enmienda constitucional que fundamenten jurídicamente su posición suelen usar una remanida frase: “La mitad de la biblioteca está a favor de la reelección vía enmienda y la mitad en contra”.

    Es otra de las mentiras del cartismo, pues lo único que tienen a su favor son versiones de un dictamen, de Juan Carlos Mendonça, Rodrigo Campos Cervera y Enrique Chase Plate, en 2006. No pudieron agregar ni un papelito más.

    El dictamen de Mendonça fue explicado por él mismo en el diario ABC el día 24 de agosto de 2006 (http://bit.ly/2f6v4xW). En dicha nota Mendonça sostenía:

    “Los constituyentes en 1992 no quisieron la reelección del presidente… y por eso se estableció que no pueden ser reelectos. Pero dejaron las puertas abiertas para que esta sea modificada si se quiere, ya sea con la reforma o la enmienda”.

    Mendonça descubrió que los constituyentes dejaron abierta la puerta a establecer la reelección por la vía de la enmienda, aunque los propios constituyentes aclararon suficientemente ya, en setiembre de 2006 y en junio de 2011, que no la dejaron.

    Mendonça admitió que sólo él se dio cuenta de la puerta que abrió la Constituyente: “Creo que dejó dos puertas abiertas, una… intencional, la reforma; y una que tal vez no fue tan claramente advertida, que es por la vía de la enmienda”.

    Para apoyar su solitario hallazgo, Mendonça analizó el Art. 187 de nuestra Constitución diciendo que: “En lo que concierne al mandato de los legisladores… el artículo 187 dice expresamente que ‘los legisladores durarán 5 años en su mandato’. Ese es el caso de mandato. Este plazo no puede ser modificado por la vía de la enmienda… A continuación dice… y podrán ser reelectos. La reelección es una cuestión completamente independiente de la duración de mandato. Surge eso muy claramente de la norma. Por un lado, establece cuál es la duración de mandato y, por otro lado, dice que podrán ser reelectos”.

    Según Mendonça, en la sistematización de nuestra Constitución, que en el acápite del Artículo 187 dice: “De la elección y duración”, se usó la conjunción copulativa “y” en su segunda acepción, la que separa conceptos (como en “hombres y mujeres”) cuando los constituyentes usaron la primera (como en “lugares y aldeas”) para unir palabras o cláusulas en concepto afirmativo.

    Por eso los constituyentes usaron la frase “De la duración del mandato” como acápite del Art. 229 para tratar duración y reelección, en acuerdo lógico con lo hecho en el Art. 187, una sistematización uniforme. Los Arts. 187 y 229 juntan reelección y duración del mandato. Mendonça separa lo que la Constitución une.

    Luego Mendonça analiza el Artículo 290 y afirma que “no hace ninguna referencia a la elección o reelección, o sea, está fuera de la prohibición del artículo 290; por consiguiente, en mi opinión, el problema de la reelección se puede realizar por la vía de la enmienda”.

    “No hace referencia alguna”, afirma Mendonça, como si el acápite de los artículos a los que se refiere el Art. 290 no fuera una referencia principalísima y parte esencial de cualquier sistematización legal.

    Con esos cuestionados argumentos de Mendonça, Cartes pretende perpetuarse.

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  13. A una acción perversa, una respuesta correcta
    26 octubre, 2016

    Hoy es un día clave para la Cámara de Diputados. En sus manos está la tarea de poner las cosas en su lugar y rechazar la acción perversa del grupo de senadores que impulsó la enmienda sobre la reelección, al solo objeto de rechazarla, eliminando de un plumazo el derecho de 4.000.000 de paraguayos inscriptos en el Registro Electoral a expedirse sobre un tema que es de su exclusiva incumbencia.

    En la noche del pasado 24 de agosto, referentes de la “disidencia” colorada, del “luguismo” y del ala “efrainista” del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), cerraron un acuerdo espurio para eliminar la posibilidad de la reelección. Tenían los números justos, ni uno más. Y así, sin debate alguno, convocaron a una sesión extraordinaria para presentar el proyecto, tratarlo sobre tablas y… ¡votar en contra!, lo que no tiene precedentes en ninguna institución mínimamente seria y democrática.

    Ahora pretenden reprisar el grotesco espectáculo, pero en la Cámara Baja. La “genial” idea habría partido del titular del liberalismo, Efraín Alegre, quien rápidamente contó con la anuencia de los “colorados” añeteté, que ya adelantaron su voto negativo a la enmienda, así como de los pocos diputados afines a Fernando Lugo, no más de cinco.

    ¿Por qué ahora? En el caso de Efraín, porque ve la ocasión de dar riendas sueltas a su enfermizo interés por sacar de la cancha a todos aquellos que con seguridad lo derrotarán en una contienda electoral, que es un punto en común con la “disidencia”, con el agregado de que ésta se suma a la maniobra para que sus legisladores puedan rechazar la enmienda antes de la Convención de la ANR, que tendrá lugar éste sábado y que con certeza resolverá indicar a sus representantes en el Congreso que aprueben la reelección. Una maniobra tan alevosa como descarada, que habla a las claras de la total falta de respeto a la máxima autoridad de dicho partido.

    Por supuesto, nada es gratis. La “gavilla” que comanda el Senado negocia entre sus componentes y con los diputados cuyos votos precisa para concretar el golpe, un atractivo “paquete” que comprende, entre otras cosas, la Fiscalía General, la Contraloría General de la República y la Defensoría del Pueblo, los dos últimos con mandatos ya vencidos y el primero por vencer.

    Dicho en otros términos, se unen con el miserable fin de dejar fuera de competencia a quien ni en sueños podrían vencer en una contienda democrática, léase Horacio Cartes, y en base a una no menos miserable política, que es la del “toma y daka”, opuesta a la de tejer acuerdos en torno a proyectos y programas.

    Los diputados deben rechazar esta nueva jugarreta, inmoral por donde se la analice. Y a este intento perverso, responder con una política justa, que reafirme la forma correcta con la que vienen actuando, que les permitió dejar atrás el estigma de pertenecer a la Cámara de la vergüenza, “galardón” que le fuera arrebatado sin ninguna duda por la Cámara de Senadores, desde inicios del presente periodo constitucional.

    Hoy, la Cámara Baja tiene la brillante oportunidad de consolidarse como la instancia que garantiza la estabilidad en el Congreso. Hacemos votos para que honre tamaño compromiso.

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  14. La hora de la sensatez

    Muchas son las especulaciones que genera la convocatoria a convención realizada por la Junta de Gobierno del Partido Colorado, reunión que se realizará en la fecha.

    Entre las versiones más repetidas se escucha la de que la intención del oficialismo partidario, con relación a esta convocatoria, será intentar obtener de los convencionales la ratificación de la propuesta de modificar la Constitución en lo que respecta a la reelección presidencial por la vía de la enmienda, como trámite rápido y expeditivo, para inmediatamente poner manos a la obra de tal forma a cumplir con los requisitos procesales y que el actual presidente Horacio Cartes tenga la opción concreta de presentarse como candidato de la ANR a los comicios del año 2018, es decir, para intentar hacer el “rekutu”.

    Si las actuales autoridades de ese partido –las que responden a la línea oficialista, propulsora de esta iniciativa– logran que una mayoría de convencionales se avenga a esta pretensión, a juzgar por propias manifestaciones del titular partidario, Pedro Alliana, se considerará esta decisión como un mandato imperativo para votar en el Congreso a favor del proyecto de enmienda, y que quienes la desobedezcan serían sancionados por el partido.

    Cuesta creer que, a esta altura de nuestro desarrollo democrático, dirigentes de nuestros principales partidos se hayan quedado en la época del autoritarismo, y continúen sosteniendo esta clase de ideas liberticidas y contrarias a la Constitución Nacional. En efecto, nuestra vigente Carta Magna establece claramente que los senadores y diputados “prestarán juramento o promesa de desempeñarse debidamente en el cargo y de obrar de conformidad con lo que prescribe esta Constitución”. Vale decir, exclusivamente de conformidad con esto último, en lo cual no se comprenden, explícita ni implícitamente, las órdenes emanadas de las autoridades de sus partidos. Y es aún más clara cuando en la parte final de su Art. 201 dispone que “Los senadores y diputados no estarán sujetos a mandatos imperativos”. De modo que lo que pretenden Alliana y otros capitostes del Partido Colorado es una flagrante violación de la Constitución.

    En principio, si bien los legisladores son electos a través de organizaciones políticas, en sus funciones representan –o deben representar– a la ciudadanía en su conjunto, lo cual les otorga independencia de criterio para decidir libremente el sentido de sus decisiones en el seno del poder que integran. Si las decisiones de los “representantes del pueblo” estuviesen atadas por vínculos de obediencia rígida a las de sus organizaciones, entonces no tendrían la representación popular sino meramente la partidaria, lo cual no es ni puede ser la intención que está expresada en la mayoría de las Constituciones que conocemos y que hace a la esencia misma de la democracia representativa.

    De modo que, yendo por este camino, jurídicamente hablando, del “mandato imperativo” no queda nada válido. Pero podría vehiculizarse tal mandato por otro camino, por el camino más subrepticio de tomarse vendetta o de ejecutar sanciones más o menos solapadas contra los legisladores remisos o desobedientes, como ser inhabilitarles para futuras elecciones o privarles de las ventajas, prebendas o privilegios que puedan estar recibiendo de parte del Poder Ejecutivo, directa o indirectamente, en las personas de sus familiares, recomendados o amigos, como tan frecuentemente se comprueba. Allí está el diputado sampedrano Freddy D’Ecclesiis, momentáneamente instalado en la disidencia partidaria, quien denunció que recibió amenazas de que tendría problemas judiciales, probablemente a partir de una denuncia hecha en el propio Congreso de su posible vinculación con el narcotráfico. Puro sistema gansteril.

    Es de esperar que en la convención de los colorados una mayoría sensata rechace la decisión de imponer la imperatividad fáctica a sus dirigentes, y que se limite a lo que dignamente puede hacer, que es dejar asentada su opinión y decisión, aconsejando a los mismos actuar en consecuencia. Pero, en caso de ocurrir lo indebido, los colorados democráticos deben manifestarse decididamente en contra de una actitud de corte netamente dictatorial.

    Por el contrario, en el caso de que estas especulaciones resulten vanas y todas las actuaciones de la convención y los convencionales terminen de un modo regular y juicioso, entonces el Partido Colorado y el presidente Cartes saldrán éticamente fortalecidos, en especial después de los indignos vapuleos a que sometieron a los diputados en esta semana que culmina.

    En realidad, lo que razonablemente más les convendría al Primer Mandatario y a sus partidarios es que el primero anuncie de una vez por todas su renuncia a intentar el “rekutu” por la vía de la enmienda constitucional, es decir, evitando introducir por la ventana del fondo de la Constitución la figura de la reelección. Esta actitud sería extremadamente útil para remover enconos y pasiones exacerbadas que actualmente inficionan su partido y que, aun en el caso de que logre conseguir una candidatura, serían obstáculos formidables puestos en su camino.

    Es de esperar que el buen juicio se imponga y que esta convención colorada sea la solución de continuidad para un desagradable debate político, transformado en conflicto, que tuvo el dañino efecto de distraer la atención de los asuntos más importantes de la República, y causar el grave perjuicio de poner en duda, una vez más, la solidez de nuestra democracia y la real vigencia de nuestra Ley Fundamental.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/la-hora-de-la-sensatez-1532606.html

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  15. La convención colorada

    Por Osmar Gómez

    Llegó el día. Los colorados se reúnen en convención para definir gran parte de su futuro político de cara al 2018. Desde la convocatoria hasta hoy pasó mucho, demasiadas certezas se convirtieron en grandes dudas.

    El acuerdo de disidentes y oficialistas en la integración de los tribunales, a mediados de semana, aquietó las aguas. Lo que aparentaba ser una convención marcada por el enfrentamiento de a poco fue dando lugar a una de acuerdos mínimos. Estamos en un juego de sombras donde mucho de lo que parece realmente podría no ser.

    En general en mayor o menor medida las convenciones marcaron un antes y un después en la vida partidaria. La de 1987 dividió al partido. Fue el principio de la caída del dictador Alfredo Stroessner. La de 2011 fue la que abrió las puertas para que Horacio Cartes llegue a la presidencia de la República.

    La de hoy definirá la candidatura presidencial. La moldeará de dos maneras. Al autorizar o no las alianzas y al incorporar una prescripción para avanzar en una enmienda constitucional que habilite un segundo mandato presidencial.

    En rigor la reelección presidencial no forma parte del orden del día. Cuando se convocó la reunión el propio Cartes pidió que no sea incorporada al debate. Solo algunos días después todo cambió. En las últimas semanas cobró fuerza que la cuestión será debatida a pedido de los convencionales que previamente fueron conversados por los dirigentes partidarios. ¿Qué cambió en esos días? Los dirigentes oficialistas convencieron a Cartes de que no frene la iniciativa. Que les permita aprobar los mecanismos constitucionales para un segundo mandato. Desde el ala empresarial no hubo acuerdo y en el entorno familiar la situación fue incómoda, pero Cartes aceptó.

    Con ese acuerdo el aparato colorado controlado por la dirigencia empezó a trabajar para lograr que el Congreso apruebe la enmienda. En los últimos días la batalla en la Cámara de Diputados entre oficialistas, disidentes y opositores alcanzó niveles épicos. Negociaciones en mitad de la noche, presiones y cambios de último minuto hicieron que el tema quede trabado en la Cámara de Diputados al menos hasta después de la reunión de los colorados.

    El oficialismo tendrá mayoría en la convención y no son pocos los que creen que impondrán una decisión para impulsar la modificación de la Constitución a fin de habilitar que Cartes vuelva a ser candidato presidencial. Con ese mandato en mano la dirigencia podría presionar a los legisladores de la ANR para no votar en contra de una enmienda. Como mínimo es una maniobra arriesgada que podría acabar generando una enorme división que terminaría matando cualquier iniciativa legislativa.

    En los inicios de su mandato Cartes rechazó abiertamente y en más de una ocasión la reelección presidencial. En su entorno más cercano que definió su incursión en política, donde no están los dirigentes partidarios, continuar en la presidencia de la República no era una opción. En ese grupo siempre se rechazó esa posibilidad. Eso hasta ahora no varió.

    En los últimos tiempos cuando se habló de nuevo de un segundo mandato Cartes mantuvo una posición ambigua. Las veces que se refirió al tema no afirmó realmente que buscaría la reelección. Lo que no hizo fue rechazar la iniciativa que llevan adelante los dirigentes colorados. Cumplió su parte del acuerdo. Llegó hasta las orillas de una aceptación, pero nunca dio el paso final.

    La dirigencia colorada y los convencionales esperan que Cartes hable hoy. En todo el día de ayer los dirigentes colorados trataron de buscar una respuesta del Presidente. Hasta el senador Juan Carlos Galaverna volvió a la residencia presidencial en busca de orientación. Las respuestas estarán esta mañana en una convención colorada que será seguida de cerca incluso por los opositores. De los resultados dependerán las decisiones.

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  16. House of cards en versión paraguaya

    Por Andrés Colmán Gutiérrez

    Conquistar y retener el poder a través de cualquier medio. Es la maquiavélica habilidad del congresista Frank Underwood, quien llega a la presidencia de los Estados Unidos pisoteando leyes, destruyendo vidas, sembrando corrupción y mentiras, guardando cadáveres en el armario y torciendo la propia Constitución.

    Interpretada por el genial actor Kevin Spacey, House of Cards (Castillo de Naipes), la premiada producción de Netflix, se ha convertido en la mejor serie de ficción política en la televisión mundial.

    La cautivante historia, que atrapa a millones de espectadores en cada temporada, ha sido superada sin embargo por otra telenovela real que desde hace algún tiempo se desarrolla en el mundo político paraguayo, donde el protagonista es un ambicioso empresario de orígenes fronterizos, que supo desplegar el más complejo y millonario operativo para apropiarse del poder, y que ahora se enfrenta a asumir si podrá realizar o no la segunda temporada.

    Este Underwood criollo no necesitó pasar por el Congreso para llegar a la presidencia, como su émulo de ficción. Le bastó con comprar (o alquilar) a un centenario partido en crisis, caído a la llanura tras seis décadas en el poder, al cual él nunca antes había pertenecido, ni siquiera figuraba en el Registro Electoral.

    Aunque el estatuto del partido centenario exigía 10 años de antigüedad como afiliado para ser candidato, él lo pudo solucionar montando una convención y repartiendo mucho dinero entre los convencionales, que aceptaron generosamente suprimir aquel odioso impedimento.

    Ya en el Gobierno, nuestro Frank local pudo lograr que una mayoría de legisladores se le someta dócilmente en los primeros tiempos, fabricando leyes a medida para militarizar el país y ofrecer facilidad de inversiones al mejor postor, como «la mujer linda y fácil» de su modelo de nación.

    Cuando su autoritario estilo de gobernar y sus muchos traspiés políticos se hicieron más patentes, varios de sus aliados en el partido centenario se le volvieron en contra. Entonces no tuvo otra opción que financiar una millonaria campaña para hacer elegir presidente del partido a un maleable delfín, llegando a jactarse de que los 18 millones de dólares que se gastaron los puso de su propio bolsillo.

    En esa secuencia de la historia, era lógico que nuestra House of Cards en versión paraguaya apuntase a una segunda temporada. Aunque la Constitución prohíbe la reelección, ¿acaso sería problema para Frank Underwood?

    Pero hasta Maquiavelo tiene sus límites. Por más dinero que corra para la compra de más votos y conciencias, parece que hay una creciente conciencia ciudadana que no está precisamente en venta.

    Así que ahora nos queda por ver si nuestra promocionada serie política local va a continuar… o acaso se quedará inevitablemente trunca.

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  17. Debatir, concertar y actuar en bloque
    29 octubre, 2016

    Así pues, los convencionales de la ANR y su dirigencia nacional tienen muy pocas palabras de orden a seguir para salir de este cónclave con un partido fortalecido. A nivel interno, Debatir con total libertad y concertar una posición entre todos o por voluntad de la mayoría. Y hacia afuera, a nivel externo, actuar en bloque, respetando la institucionalidad de la organización.

    La ANR celebra en la fecha dos convenciones de gran relevancia. Una de ellas tendrá a su cargo la integración del Tribunal Electoral y el de Conducta, sobre lo que ya existe un acuerdo previo entre el oficialismo y la disidencia, por lo que será una cuestión de mero trámite. La otra, en cambio, en algún momento de su desarrollo abordará el tema de la enmienda constitucional para instituir la figura de la reelección, sobre lo que existen marcadas discrepancias entre ambas corrientes, como se evidenciara en el Senado, primero, y en Diputados después. Sin embargo, a juzgar por las declaraciones que vienen formulando referentes de ambos movimientos, es de esperar que los colorados, lejos de brindar el espectáculo bochornoso de sus pares liberales, que dieron riendas sueltas al canibalismo interno, debatan con amplitud y madurez sus discrepancias, frecuentes en toda organización política, y que tras la toma de decisiones actúen en los marcos del respeto a la institucionalidad partidaria, requisito indispensable para encarar con buenas chances los trabajos con miras al 2018.

    Las reuniones entre “cartistas” y “disidentes” se intensificaron en los últimos días. Por un lado, las que protagonizaban representantes de dichos movimientos, así como del equipo que encabeza el diputado Oscar Tuma, para buscar consensuar los candidatos a integrar los tribunales, lo que para muchos era una misión casi imposible. Pero lo consiguieron, lo cual no es un hecho menor, pues otorga garantías a todas las partes, tanto para futuros comicios internos como para el tratamiento de casos que pudieran ventilarse en el Tribunal de Conducta.

    Mientras, por cuerda separada, se realizaban otros encuentros al más alto nivel, como lo confirmara el senador Juan Carlos Galaverna, quien dijo mantener fluidas conversaciones “con el correligionario, compañero y líder del movimiento Honor Colorado, el señor Cartes”. De su contenido se conoce poco o nada, pero sería de sonsos no presumir que giraron en torno a cómo encarar la discusión sobre la reelección y las vías para su implementación de la manera más armónica posible, con las cuotas de pasión y momentos de tensión que nunca están ausentes en este tipo de eventos.

    Y en ambos casos, el de los tribunales y la manera de encarar la discusión política, los colorados marcaron nuevamente una gran diferencia con la dirigencia del radicalismo auténtico. Entre tanto los primeros acuerdan poner a personas que son de confianza de todas las partes, el presidente del PLRA, Efraín Alegre, copa con su gente dichos organismos. Y mientras los máximos exponentes del oficialismo y la disidencia buscan criterios comunes, el titular liberal desconoce a los líderes de la oposición interna, o peor aún, anda con un garrote persiguiéndolos de manera inmisericorde, a la par de anunciar expulsiones.

    Pero como no todo es “color de rosas”, hay que ser claros en un tema que sí es de fondo. Así como a la hora de debatir todos tienen que tener el pleno derecho a exponer sus posiciones y formular sus críticas, por más ásperas que éstas puedan resultar, así también, una vez que se agota el tema y se adopta una decisión, todos deben asumir el compromiso de ponerla en práctica, pues de otra forma las convenciones, e incluso el partido como tal, no tendrían razón de ser.

    Así pues, los convencionales de la ANR y su dirigencia nacional tienen muy pocas palabras de orden a seguir para salir de este cónclave con un partido fortalecido. A nivel interno, Debatir con total libertad y concertar una posición entre todos o por voluntad de la mayoría. Y hacia afuera, a nivel externo, actuar en bloque, respetando la institucionalidad de la organización.

    Este es el camino correcto para que el coloradismo se encamine hacia nuevos éxitos, a diferencia del que transita hoy el liberalismo, cuya cúpula lo dirige a pasos firmes hacia el despeñadero.

    http://www.adndigital.com.py/debatir-concertar-y-actuar-en-bloque/

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  18. Los versos de Juan Ángel y los cuentos de los congresistas
    29 octubre, 2016
    Por Gabriela Báez

    Con la mirada al vacío y un profundo suspiro que le arranca el pensar en su amor clandestino, Juan Ángel González acomoda los diarios sobre su bici y sale a la calle como todos los días, desde hace 25 años. El arte de saber encarar a la gente para ganarse la vida como canillita lo ha llevado a conocer historias de amor y desamor. Su talento para plasmar esos sentimientos en un papel lo convirtieron en un poeta anónimo.

    Juan Ángel no es cualquier vendedor de diarios, escribe románticos poemas y sueña con publicar un libro. Además, por la tarde se dedica a la zapatería en el barrio Santa Ana y estudia peluquería. No deja de luchar por lograr su meta como escritor. Ama estar lleno de actividades y su visión del mundo va más allá de una vida cómoda.

    Juan Ángel es la antítesis ideal de aquellos que deciden por nosotros en el Parlamento, sentados en una silla bien acolchada, bajo aire acondicionado, atragantándose con tanta comida, recibiendo dinero para aprobar leyes y cobrando tres aguinaldos. Esos mismos que esta semana, al postergar el tratamiento del proyecto de ley de enmienda constitucional para la reelección presidencial, demostraron ser más corruptos de lo que pensábamos.

    Si todavía había una pizca de esperanza, ahora solo quedó humo, el humo que dejaron los tres diputados liberales (Nicora, Duré y Cardozo), al huir de los escraches para refugiarse en el baño tras votar a favor del oficialismo, dando indicios de oscuras negociaciones.

    Hoy, en la convención colorada, se espera que nuestros “representantes” reciban órdenes. Hasta corrió el rumor de que, con tanto escándalo desatado, Cartes dará un paso al costado y desistirá de su intención de ser reelecto. Sin embargo, el show mediático que se presenció en el Congreso ya quedó marcado en la memoria de muchos; no es el primero ni será el último, estoy segura.

    El valor del trabajo, el arte que inspira, sentir lo que otros sienten, es lo que falta a nuestros legisladores. Personas como el poeta Juan Ángel tienen un mejor concepto de la vida, la necesidad y el sacrificio. Necesitamos dejar de pensar en el dinero a la hora de votar y tomar decisiones como ciudadanos inteligentes.

    Luchemos por más versos de Juan Ángel y menos cuentos de los congresistas.

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  19. Atraco a la institucionalidad democrática

    La convención del Partido Colorado realizada ayer acabó de la peor manera que podría preverse, con el retiro del sector opositor al oficialismo partidario y con la adopción de ciertas decisiones que constituyen verdaderos atentados a la institucionalidad democrática.

    Los disidentes alegaron dos motivos principales para justificar su retiro: que su presencia sea empleada para legitimar oprobiosos proyectos de resolución, arbitrarios, dictatoriales y con notables vicios de inconstitucionalidad y, lo segundo, que les estaba siendo negado sistemáticamente el uso de la palabra, privilegiando abiertamente a los convencionales identificados con el oficialismo partidario.

    En resumen, los colorados cartistas convirtieron un acto político que debió servir para debatir serena y razonablemente las alternativas propuestas, en una especie de mitin alborotado, con discutibles personajes dando alaridos y expresando airadamente que el Presidente asumiera ciertas decisiones indecorosas e ilegales, como por ejemplo la sustitución de dos ministros del Poder Ejecutivo por no estar afiliados al coloradismo, con lo que dejaban bien en claro que, en su estrecha y rústica mentalidad, la prescripción constitucional que establece que “Todos los paraguayos tienen derecho a ocupar funciones y empleos públicos” es una frase que debe ser complementada con esta otra: “siempre que estén afiliados al partido en el Gobierno”, cuando que la exigencia de la Constitución es simplemente la idoneidad.

    Mucho más ridículo resultó que el mismo presidente Cartes se haya dejado presionar tan fácilmente por esos exaltados oradores sectarios y anunciara públicamente, eligiendo un mal momento y un peor lugar para hacerlo, que los complacería de inmediato reemplazando al ministro del Interior, Francisco de Vargas, mientras que se ocupaba de afiliar al otro ministro no colorado, Santiago Peña, quien abdicó así su brillante trayectoria ante un efímero poder en el Gobierno.

    Hubo mucho que objetar a lo actuado en esta convención, tanto en el ámbito de lo moral como de lo legal. Mas lo que debe comprenderse cabalmente es que, en los hechos que estamos comentando, lo que estuvo en juego no era meramente la posibilidad de que un presidente continúe en el cargo, cueste lo que costare, y que para esta finalidad se sirva de un partido político; había algo más importante que eso: que en ese juego de ambiciones y pretensiones individuales y grupales era la institucionalidad republicana misma a la que se hacía vacilar en sus fundamentos. Todas las transgresiones que los colorados oficialistas intenten o cometan para que Cartes consiga su reelección podrán truncarse y quedar reducidas a la mera anécdota, pero sentarán un precedente nefasto para que, en el futuro, otros ambiciosos intenten hacer lo mismo.

    El intento de avasallar varias prescripciones constitucionales, como por ejemplo obligar a los legisladores a someterse a dictados externos imperativos, es quizás el principal desvarío propuesto en la convención comentada. Tal disposición debilita las bases del sistema político democrático, al reducir al indigno papel de títeres a quienes tendrían que ser los representantes del pueblo. Si algunos de ellos optaran voluntariamente por someterse al Poder Ejecutivo o a otros, es algo que ocurriría de modo inevitable y la ciudadanía sabría cómo responder a esa indigna conducta, pero pretender convertir eso en regla es ya demasiado indecente.

    Francamente, va a ser difícil superar la torpeza y la insensatez con que ayer se condujo el sector oficialista, o “cartista”, del Partido Colorado, o sea el conjunto de delegados que circunstancialmente responde al liderazgo del presidente Cartes. Pero este mismo defeccionó de su papel al apartar a un ministro de su cargo por no ser colorado, y al obligar a otro a afiliarse para continuar en el Gabinete.

    El tema político a debatir que, con anterioridad a esta asamblea, se consideraba el principal, cual era la propuesta de enmendar la Constitución para reelegir al presidente Cartes, resultó siendo transferido a segundo plano, cuando se llegó a la semicerteza de que el cartismo está tomando un “nuevo rumbo” en ese objetivo reeleccionista, renunciando a la posibilidad de ir en este periodo por la enmienda constitucional, e intentar la alternativa de la reforma.

    Hasta aquí nada de esto era desconocido ni podía causar sorpresa. Lo que pocos previeron es que la reunión de los colorados acabaría convertida en un circo de gladiadores en el que el sector oficialista iba a recurrir a todo lo que le fue posible para aplastar, silenciar y finalmente impulsar a irse al sector opositor, aprovechando el manejo de la mesa.

    Finalmente, el discurso de Horacio Cartes fue una pieza que expresó cabalmente cuál era el espíritu dominante en esa convención, ya constituida exclusivamente por sus partidarios. Habló de sus obras de gobierno, hizo promesas para el futuro, las que suelen ser propias de campañas electorales, y, lo más paradójico de todo, centró su mayor énfasis en la “unión” partidaria, en la solidificación de sus líneas y en la confraternidad interna, vale decir, simulando ignorar que precisamente en ese momento se estaba produciendo una profunda división en su partido, provocada por la inconducta, la intolerancia y la falta de civilidad de quienes manejaban el acto con su complacencia.

    Recordando aquella famosa convención colorada del año 1987, que fuera atracada por los “militantes” stronistas para apartar violentamente a los “tradicionalistas” de la participación en ese acto, es posible predecir que mucho de lo que sucedió después de aquello podría volver a repetirse, en especial lo que se refiere a la división partidaria, iniciada con el retiro de los convencionales opositores, que no parece ser superficial ni responder solamente a un estado emocional pasajero sino que podría sostenerse mucho tiempo, e incluso profundizarse, lo que significaría, sin duda alguna, un gran problema para el Partido Colorado y, eventualmente, si se agravara y derivara hacia situaciones de violencia, expandiría sus efectos negativos al país todo.

    En resumen, con su ambición desmedida, el presidente Cartes está llevando al país al abismo, tanto por descuidar sus obligaciones fundamentales de atender las necesidades de la población en materia de salud, educación y seguridad, por cargar sobre la cabeza de la ciudadanía una monstruosa deuda, y ahora por dividir al país en bandos, haciendo recordar la nefasta frase del dictador Stroessner: “quienes no están con nosotros, están contra nosotros”.

    Los ciudadanos y las ciudadanas deben manifestarse y hacer oír su voz contra estas barbaridades que pretenden retrotraer al país hacia un oscuro pasado.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/atraco-a-la-institucionalidad-democratica-1532860.html

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  20. El absolutismo de Cartes y la ANR

    Por Estela Ruíz Díaz

    La convención de ayer demostró que Horacio Cartes tiene el control cuasi absoluto del Partido Colorado, al que compró hace apenas cinco años para convertirse en presidente de la República.

    Si bien tiene una disidencia que pelea cuerpo a cuerpo en el Senado, sin embargo, se probó ayer que Mario Abdo Benítez tiene escasísimo poder en las bases partidarias. Los mil convencionales decidieron en forma unánime seguir dándole a Cartes todo el poder.

    Marito reina en el Senado, pero con apoyo opositor.

    Como estaba previsto y con el preámbulo de la noche del viernes en la que Horacio Cartes aclaró a los convencionales que no renunciaba a la reelección y que acataría la decisión, a propuesta del convencional Pedro Díaz Verón, hermano del fiscal general, la asamblea decidió «impulsar las medidas políticas y los mecanismos constitucionales para incorporar la figura de la reelección del presidente y vicepresidente de la República y los gobernadores».

    Para forzar el camino, los convencionales emitieron un mandato que castiga la indisciplina. Como en el Senado hay un muro hasta ahora infranqueable formado por la alianza entre los disidentes dirigidos por Mario Abdo, la izquierda y los liberales, plasmaron en la resolución que los legisladores están obligados a apoyar los proyectos sobre seguridad y desarrollo. Esto, tras el rechazo al préstamo del BID de USD 200 millones para el MOPC, que enojó bastante al Ejecutivo.

    Si los legisladores incumplen ambos mandatos, «constituirá causa de inhabilidad para ser candidato a cargos electivos presidenciales, municipales y partidarios», inclusive. Así como decidió semanas antes el PLRA. Los dos partidos centenarios, en preocupantes rebrotes autoritarios, decidieron adoptar disciplinas de hierro para mantener a raya a los rebeldes.

    humillación. Pero el momento cumbre de la convención no fue el apoyo a la reelección, cuyo guion se sabía de antemano, sino el linchamiento público de los miembros liberales del gabinete (Santiago Peña, Hacienda; y Francisco De Vargas, Interior). La argumentación primitiva estuvo a cargo de Richard Gómez, el revoltoso ex oviedista, quien pidió al presidente que solo los colorados ocupen cargos en el gobierno, e incluso hizo votar simbólicamente de pie a la asamblea, tomó el guante y respondió obediente a la asamblea: «No voy a esperar el lunes para elegir a un correligionario». Y cayó la guillotina sobre De Vargas.

    Cuando se esperaba el degüello de Peña, dio la noticia más inesperada. Que «el otro ministro» pidió afiliarse. Grande fue la sorpresa cuando el ministro de Hacienda, orgulloso con su pañuelo colorado, se afilió a las apuradas, como casamiento de una adolescente embarazada, renunciando al liberalismo que abrazó con pasión su padre, y retornando a los orígenes de su abuelo colorado Jaime Peña.

    Peña dio un espectáculo único de humillación política, no porque cambiara de partido, sino que lo hiciera para permanecer en el cargo y en medio de semejante espectáculo político. Su actitud logró lo imposible: convertir en víctima al repudiado De Vargas, cuya destitución hace tiempo la ciudadanía reclama, pero al ser sacado «por ser liberal», aligeró su caída.

    doble discurso. En la convención también quedó en offside Cartes, quien al inicio de su gobierno desafió a la ANR nombrando ministros no colorados: Peña, De Vargas, Soledad Núñez. Ayer no pudo o no quiso defenderlos y embebido en la vorágine envolvente de la convención, entregó una cabeza y bautizó a un convertido.

    Volvió con todo la cultura stronista de afiliarse para tener un trabajo.

    La convención finalizó a la medida de Cartes y de una ANR intolerante: reelección, el Estado solo para los colorados y guillotina para los indisciplinados. Este último punto deja en la delgada línea roja a los disidentes, porque al no tener el control partidario, la amenaza puede hacer retroceder, quizá no a los dirigentes principales de Colorado Añetete, sino a la dirigencia intermedia y de base.

    La aprobación de alianza tampoco es aperturista sino verticalista, porque exigen que la ANR encabece cualquier acuerdo.

    escenario. La disidencia, que participó y luego abandonó la asamblea, ratificó su posición antireelección. Esto deja a Cartes sin posibilidades en el Congreso. La enmienda no correrá y menos aún la reforma constitucional, para lo cual no hay votos ni tiempo. Solo le queda la delirante vía constitucional que plantea Fernando Lugo.

    Queda una semana para tener el panorama más claro. La Cámara de Diputados trata el miércoles la enmienda. Quizá Cartes, viendo que su panorama es complejo, desista no porque no quiera, sino porque no logró romper la oposición en el Congreso.

    Así como en 1989, cuando Stroessner desde el exilio vio la foto de los que asumían el poder tras derrocarlo, ayer habrá sonreído en su tumba y habrá repetido la misma frase: «allí solo falto yo».

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  21. Analfabetismo emocional

    Por Arnaldo Alegre

    Estas líneas se perpetran horas antes de la convención colorada de ayer. Así que no sabemos si Cartes fue entronado rey de Paraguay o renunció a la reelección para ir a gobernar el mundo con Francisco en Roma (por los antecedentes de ambos, la afinidad que tienen –hasta Solcito fue recibida por el Pontífice– es como mínimo extraña; pero el amor suele encontrar su propio camino). Los colorados son capaces de cualquier cosa, entonces hablemos de situaciones más predecibles y racionales.

    En la educación formal la inteligencia emocional es una de las varias materias prácticas y aplicables que brillan por su ausencia. Saber administrar emociones debería ser un tema curricular tan importante como saber sumar o escribir.

    Anteriormente, lo que hoy algunos llaman la «educación en valores» y en siglos pasados se denominaba «educación sentimental» era hace dos o tres décadas atrás una preocupación oficiosa de los profesores de Educación Física o amigos de supuesta mayor experiencia. Por eso es un milagro que en nuestra generación no haya habido más asesinos seriales u orates ambulantes.

    Antes recibías un marco ético y moral de tu familia y tu entorno inmediato. Después te arreglabas como podías.

    Ir a un sicólogo era para locos a punto de ser certificados. Y si llamaba la profesora a tus padres, más vale que haya sido porque incendiaste el colegio, pues en tu casa te zurraban de forma preventiva como si fuera que realmente cometiste tal desliz.

    Para los que pasamos la diáfana línea de los 40 años, el bullying nos resulta un hecho incomprensible a la luz de nuestro tiempo. Dónde están los amigos, el hermano, el primo o compañeros de aula del atacado para defenderlo y restablecer el equilibrio. ¿Se perdió la contención del grupo? ¿El fuerte ya no protege al débil? ¿El grupo dejó de ser diverso y ahora solo debe ser integrado por los que se jactan de ser fuertes y excluyen al distinto, al débil?

    Antes había una clase social, la necesitada. Unos eran más y otros menos. No es que no tuviésemos aspiraciones, era que estábamos aprendiendo a saber cuál era y no nos angustiábamos antes de tiempo.

    La ansiedad que provoca una sociedad superficial, egoísta, injusta y claramente asimétrica (sumada a cierto exceso de atención culposa y a la falta de contención y de integración grupal) puede que esté gestando una generación recelosa que debería aprovechar la dichosa inteligencia emocional.

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  22. Pasado, presente y futuro
    30 Oct 2016

    Los que vaticinaban, esperaban o querían que la convención de la ANR terminara en caos y hasta a los tongos, se habrán quedado decepcionados; fue relativamente tranquila y hasta breve para ser conflictiva. Casi se podría decir, protocolar, dialogada y sin mayores incidentes.

    Incluso algunos observadores internacionales neutrales, que esperaban lo peor, de acuerdo a lo que se anunciaba en el debate en las redes sociales, siempre subjetivas, sin saber de qué sujetos, en el ámbito político, en los debates del Congreso y en algunas instancias mediáticas, al tono de los comentarios polémicos, y a los pronósticos de algunos medios de comunicación, quedaron asombrados por la enorme diferencia entre los vaticinios apocalípticos y la pacífica, aunque ruidosa, convención colorada.

    Duró apenas un mediodía y no hubo debates demasiado escandalosos, ni conatos de violencia. Es cierto que la convención tuvo los claros ribetes del pasado de nuestros partidos políticos tradicionales, copiados por los nuevos, pero fue hasta más pacífica y menos amenazadora que la reciente asamblea del PLRA, con descalificaciones y conflictos internos.

    Mantuvo las características de la tradición, pero se habló sobre temas nuevos; la destitución de un ministro no colorado y el planteo formal de buscar la reelección por las vías constitucionales; es decir, no pretender imponer la mayoría absoluta, sino buscar la más adecuada. No se santificó la enmienda. Se planteó la posibilidad, que ya había sido conversada con la disidencia interna, de la Constituyente.

    Hubo factores culturales del tradicionalismo político nacional, especialmente del colorado, pero no la intención de aplastar a las “minorías”.

    La reciente elección de los liberales fue más ferozmente sectaria y persecutoria que las del tradicionalmente autoritario Partido Colorado de los tiempos de la dictadura.

    Hubo factores culturales del tradicionalismo político nacional, especialmente del colorado, pero no la intención de aplastar a las “minorías”.
    Es cierto que hubo alusiones al pasado, que nuestra política debería mandar ya a los archivos de la historia; pero se habló también del presente y del futuro. Es un avance, aunque el ámbito de la Convención haya tenido las características culturales y gestuales de la política tradicional, se habló del futuro, un factor que, aunque parezca elemental, no suele ser considerado en el discurso político nacional, ni en los partidos tradicionales ni en los nuevos; es como si estuviéramos repitiendo los esquemas beligerantes del pasado, marcados por los conflictos históricos del francismo y el lopismo, y acentuados por la declamatoria estronista.

    Con las características de nuestra política tradicional, enmarcada en el conflicto de los unos contra los otros, el discurso cartista propone ciertos aires de actualidad, de modernidad; no solo en el ámbito de la renovación económica y política, de la transparencia y el sinceramiento de la administración pública, a través de la ley que obliga a poner al sector público en la palestra mediática de la trasparencia de las nuevas tecnologías, sino hasta poner en la asamblea de la convención temas de la administración que corresponden al ámbito del Ejecutivo; es hasta paradójico que se haya hablado del recambio de cargos que son atribución del presidente de la República y no de una convención partidaria.

    Es un tema aparentemente secundario, ya que el ministro está en cuestión desde hace tiempo, tanto en el ámbito político como en el de la ciudadanía, pero de fuerte significación política para la asamblea oficialista, que, más de ser una simple reunión pasa a tener cierto poder de interlocución con el Ejecutivo.

    La convención colorada tuvo mediáticamente otro factor de peso político, anticipado por los trascendidos, que fueron adquiriendo carácter oficioso y hasta oficial; la conversación entre el oficialismo y la oposición, que redundó en negociaciones para garantizar los tribunales internos, y en una participación general de las partes.

    Sería mucho pedir que todo hubiera terminado con un “final feliz” de cuento de hadas; pero hay que reconocer que la convención, pese a las marcas de los discursos conflictivos del pasado, con los conflictos de la realidad del presente, donde, es obvio

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  23. Peña, traidor de la juventud

    Posteado por Juan Carlos Lezcano el 30-10-2016

    Un hombre que tenga títulos pero que está dispuesto a ser un servil que dobla la rodilla y agacha la cabeza por un cargo no es un ser humano educado, sino un ejemplo de mediocridad instruida. Un ejemplo de ello es el ministro de Hacienda, Santiago Peña.

    Santiago Peña recibe la pañoleta colorada de mano de Horacio Cartes. Observa Juan Afara.
    Santiago Peña recibe la pañoleta colorada de mano de Horacio Cartes. Observa Juan Afara. / Hugo Isasi, ABC Color
    El autoritarismo nunca se fue del todo de esta isla rodeada de tierra, siempre anduvo dando vueltas escondido en la oscuridad y enviando a alguno de sus podridos rostros a la luz de vez en cuando para ver cómo reaccionaba nuestra ultra conservadora sociedad. Pero nunca antes como bajo el actual gobierno se vislumbró su apetencia insaciable de poder.

    La convención colorada del sábado sirvió no solo para demostrar el verdadero rostro autoritario de Horacio Cartes y su séquito de aduladores, sino también para revelar que en este país importa un bledo el orden institucional y democrático porque lo que prevalece es el color de la pañoleta que se lleva al cuello.

    “Voy a obedecer a los convencionales”, dijo Cartes el sábado y a renglón seguido anunció que por el antojadizo capricho de 1.000 hurreros iba a sacar del gobierno a todo aquel que no tuviera carnet de afiliación a la (para nada) gloriosa ANR.

    El negro manto de la dictadura stronista se alzaba así desde 25 de mayo y Tacuarí una vez más. Los años en los que aquel que no estaba alineado al oficialismo de turno debía pagar el pato habían vuelto y se celebraba su retorno con tres hurras y polca a todo volumen.

    Poco y nada le importaron a Cartes durante sus más de tres años de mandato las numerosas críticas a Francisco De Vargas como ministros del Interior, recordando que este es el gobierno que peores números tiene en lo que a lucha contra el EPP se refiere y el segundo con las peores estadísticas en cuanto a secuestro. A pesar de todo, seguía manteniéndolo como encargado de la seguridad interna de este país. Lo que verdaderamente le importó al tendotá fue el grito de los hurreros que poco antes habían decidido apoyar la reelección (su reelección) y en un acto de humillación pública pocas veces vista anunció la remoción del ministro.

    La mala gestión es clara, pero la destitución por el color no puede sino causar mal de estómago.

    Cartes dejaba definitivamente de lado el discurso de la meritocracia y la tecnocracia con la que había abierto su gobierno, discurso con el que había desafiado a la dirigencia colorada al nombrar a varios ministros no colorados poco después de asumir.

    Pero el mayor acto de humillación fue el de Santiago Peña. Me corrijo, de auto-humillación.

    Hay que ser claros y señalar que más allá de los cuestionamientos que se pudieran tener contra Peña, el mismo había conseguir sobresalir siempre por su perfil técnico y la frescura de la juventud.

    Un masterado en Administración Pública por la Universidad Columbia, Nueva York, analista del Fondo de Desarrollo Industrial, un paso por el Fondo Monetario Internacional y miembro del Directorio del Banco Central del Paraguay hacían de Peña un joven con una proyección brillante.

    No solo eso, sino que el ministro parecía ser una esperanza para la juventud que apostaba por la formación académica más allá de la afiliación política.

    Sin embargo, no dudó en salir disparado a firmar su afiliación al Partido Colorado para mantener el cargo. Esto es humillación política en su máxima expresión.

    Para tratar de justificar, el ministro de Hacienda recordó a su tatarabuelo Jaime Peña, fundador de la ANR, para asegurar que sentía como si volviera a sus orígenes. Olvidaba contar que aquel al que decía admirar había formado parte de los legionarios que lucharon contra el Paraguay en el último tramo de la Guerra contra la Triple Alianza.

    Santiago Peña decidió dejar de ser liberar y no seguir las ilustres hojas de vida de su abuelo y bisabuelo, diplomáticos e historiadores de notables servicios a la patria, sino que decidió seguir los pasos de su tatarabuelo legionario. Y tomó esta decisión para seguir sostenido en un cargo, sacrificando la dignidad por el zoquete y dando un discurso zalamero con el gobernante de turno.

    Allende estas cuestiones, hay un mensaje todavía más grave. Peña decidió desechar las esperanzas de una juventud formada para liderar los cambios de este país, para seguir los pasos de la vieja y podrida política para la cual los colores son más importantes que la hoja de vida.

    Con jóvenes así, muchos pensarían que es preferible volver a adultos de la tercera edad que mantengan algún tipo de valor.

    Esa es traición y de la peor para una nueva generación que espera el momento de tomar riendas y tratar de cambiar a este país. Todavía queda por ver qué hará Soledad Núñez, el otro rostro joven de este gobierno y que hasta el sábado al menos no contaba con afiliación política alguna.

    Santiago Peña y Horacio Cartes le dieron a la sociedad paraguaya una bofetada terrible, particularmente a la juventud. Esperemos que el golpe sea respondido como se debe, condenando al olvido a quienes piensan seguir con los vicios de una política podrida que tanto mal le ha causado a esta nación.

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  24. Fútbol y política: pasión de multitudes

    Por Santiago Peña

    Hemos solicitado una entrevista al ministro de Hacienda Santiago Peña con la intención de conocer las razones que le impulsaron a afiliarse al Partido Colorado, pero dijo que prefería escribir un artículo al respecto, que reproducimos a continuación:

    Me convertí en asiduo participante en las redes sociales en los últimos años, curioso por las nuevas formas de comunicación y expresión de la sociedad; con el objetivo de aprender, pero al mismo tiempo cumplir con la obligación que hoy nos impone la función pública: la idoneidad, la honestidad, y también la buena comunicación.

    Comparto y comento regularmente sobre datos y hechos económicos nacionales e internacionales que tienen relación con nuestro país, convencido de que una sociedad cada vez más conectada necesita escuchar de quienes ocupan cargos en la función pública sobre las decisiones que se toman, principalmente para reducir el grado de desconfianza y prejuicio que aún abunda en nuestra sociedad.

    Sin embargo, debo reconocer que mis cualidades de comentarista sobre temas económicos han sido ampliamente opacados por mis comentarios sobre el fútbol hace unos días, y el sábado pasado, sobre una decisión personal, pero con un alto contenido político.

    En los últimos días he escuchado prácticamente todas las hipótesis o teorías sobre las razones que me llevaron a tomar la decisión de dejar el PLRA y solicitar mi afiliación a la ANR.

    Independientemente de la aceptación o entendimiento de los internautas o de la ciudadanía en general, con el único objetivo de comunicar a una audiencia cada vez más exigente sobre las razones detrás de las decisiones que uno toma, aunque sean personales y sin ningún impacto en mis funciones, quiero compartir los detalles de estas acciones.

    Soy un joven paraguayo que desarrolló de muy joven la vocación de servicio público, aquella que no se aprende en la universidad o en el trabajo sino que se construye como consecuencia de ejemplos y experiencias a las cuales nos expone la vida.

    A los 17 años me enfrenté al desafío de ser padre, un evento que sin importar la edad nos obliga a madurar y asumir responsabilidades importantes en la vida. En ese momento, y gracias al apoyo de mis padres, comprendí que la única forma de progresar y darle un futuro a mi familia era con la formación académica y el esfuerzo que uno le imprima a todo lo que haga en la vida.

    Luego de 20 años, mucha agua ha corrido. Ingresé como funcionario del Banco Central del Paraguay, fui a estudiar una maestría en políticas públicas a la Universidad de Columbia en Nueva York, gracias a una beca del gobierno de Japón, y luego a trabajar al Fondo Monetario Internacional en Washington. En el 2012 volvimos al país dejando atrás oportunidades profesionales y de educación para nuestros hijos, pero convencidos de que vale la pena jugarse por aquello que uno cree y siente. Desde entonces tuve el privilegio de desempeñarme como director del BCP y luego como ministro de Hacienda.

    A lo largo de todos estos años, mi afiliación política nunca fue un tema de discusión más allá del dato anecdótico, y jamás condicionó ocupar un cargo público.

    A días de cumplir 38 años puedo decir que la vida me ha bendecido con oportunidades, salud y una familia que me ha acompañado a lo largo de todos estos años. El apoyo incondicional de mi esposa Leticia y de mis hijos Gonzalo y Constanza, son el principal motor que me anima a seguir luchando por aquello que creo.

    Luego de 22 meses en uno de los cargos más desafiantes y controversiales de la administración pública, donde se tiene la ingrata responsabilidad de cobrar impuestos y luego distribuir recursos limitados entre las necesidades ilimitadas de la administración pública, donde nunca alcanza para todos, la piel se va curtiendo y el concepto de servicio público toma un mayor significado.

    La decisión de haberme afiliado a la ANR ha sido un proceso de reflexión tanto personal como familiar y por eso me siento con la conciencia tranquila de saber que he actuado en función a mis convicciones y el sentido de pertenencia a un proyecto en beneficio del desarrollo del país.

    Como toda decisión importante y sabiendo el impacto que podía tener, esperaba el mejor momento para hacerlo sin que genere controversia ni fuese un motivo de conflicto, pero ese momento no existe. Sin importar, el momento o la circunstancia, esta decisión necesariamente traería algún tipo de reacción como la que hemos visto en los últimos días.

    No puedo negar que mi historia familiar ha influido en cierta medida sobre mi vocación de servidor público. Al haber conocido y compartido largas charlas con mi abuelo, el Dr. Manuel Peña Villamil, quien no solo estudió sino documentó gran parte de la historia del Paraguay, han sido una fuente de inspiración.

    El Dr. Peña Villamil, abogado y escritor, fue nieto de Don Jaime Peña, fundador de la ANR y con una activa participación en el Paraguay de posguerra. Don Jaime era descendiente de José Gaspar RODRÍGUEZ de Francia, uno de los padres de nuestra independencia.

    Don Jaime Peña envío a Francia a su hijo Manuel Peña Rojas para estudiar medicina en la Universidad de París, graduándose en 1912. A su regreso, el Dr. Peña Rojas se desempeñó como Decano de la Facultad de Medicina y Director del Hospital de Clínicas. Fue Ministro de Hacienda, Diputado Nacional y Ministro de Relaciones Exteriores durante gobiernos liberales, todo esto antes de sus 37 años de edad cuando fallece.

    Jamás sentí que la historia haya condicionado en ninguna de las decisiones que me tocó tomar, pero no puedo negar que siento una responsabilidad de contribuir con el país desde el lugar que me toque.

    Nuestro país está viviendo transformaciones muy importantes, en lo económico, lo político y lo social y requiere que todos los paraguayos estemos dispuestos a jugarnos por aquello que creemos es lo correcto, indistintamente de las críticas o los prejuicios.

    Ojalá que estos nuevos tiempos, donde también vivimos un cambio generacional, veamos a más jóvenes alejarse de la indiferencia y participar activamente en la construcción de una sociedad más justa para todos los paraguayos desde el lugar que les toque. No todos deben ser funcionarios públicos, dirigentes políticos o gremiales para colaborar con el país. Indistintamente de nuestras visiones políticas, religiosas o deportivas, deben primar nuestras ganas de que al país le vaya mejor.

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  25. Convenciones cartesianas

    Por Blas Brítez
    Que yo recuerde, la última vez que una convención colorada tuvo una repercusión política decisiva fue en 2011. El 15 de enero de ese año se modificó el artículo 110 del Estatuto de la Asociación Nacional Republicana que habla de la antigüedad necesaria para que un afiliado o afiliada pueda postularse a presidente de la República. Pasó de 10 años a tan solo 1 el requisito para ser elegible como titular de una chapa presidencial colorada. Una especie de plato electoral diseñado a la carta para Horacio Cartes y su billetera.

    El mismo había aterrizado en aquel entonces recientemente en el mundo partidario como una especie de «inversionista extranjero» en una organización herida por la derrota de 2008 contra Fernando Lugo. Una herida humillante para el fervor colorado, seis décadas antiguo en el poder.

    La anterior convención «relevante» parece un chiste frente a esta, aunque tenga sus proyecciones hasta el presente al interior de la nucleación: en 2007, el hoy minoritario Nicanor Duarte Frutos impulsó la «precisión ideológica» de los principios del Partido Colorado, impulsando su adhesión desesperada y teatral a un vago «socialismo humanista» del cual el cartismo se hubiera mofado siniestramente si es que tuviera la ociosa costumbre de recordar su ideario.

    Un año y medio después de aquella convención de 2011, Fernando Lugo (en un escenario hasta hacía poco tiempo yermo de liderazgo político electoral del Partido Colorado, hasta la llegada del «inversionista-líder» Cartes) fue sacado del poder por medio de un golpe parlamentario por colorados y liberales. Algunos de estos últimos sostienen a Cartes en el Parlamento, pero quienes no lo hacen –y se rasgan las vestiduras contra el empresario– también ayudaron a encumbrar su proyecto con el golpe.

    Luego de cinco años, el estómago voraz y populoso de la ANR se ve de nuevo sacudido por el mismo hombre y la misma hambre personal: como no sucedía desde 1967, cuando Stroessner impulsó toda una Constitución a la medida de su proyecto hegemónico y dictatorial, Cartes ha reeditado el «debate» colorado sobre la reelección presidencial –por la vía que fuere– y ha posicionado a su partido en favor de esta de manera unánime, ante la retirada del cónclave de la apesadumbrada oposición interna.

    Para mayor gloria cartista, afiliaron públicamente a la ANR a un empleado estatal de alto rango: el ministro de Hacienda Santiago Peña. El acto tuvo todo el efecto del boato mediático. El mensaje parece ser que –esta vez ya con la ausencia de las cámaras– exigirán lo mismo (por lo menos «lealtad», si no afiliación) a cuanto simple funcionario no colorado trabaje hoy en el Estado. Un alarde orwelliano.

    El 15 de enero de 2011, Cartes dijo: «A ellos (sus opositores) les hablo con el corazón y les invito a que recapaciten. No creo que ni tengamos diferencias, no les estamos despojando de nada». No existe tal corazón abierto en Cartes y despojar es un exacto verbo de filiación cartista.

    Resta preguntarnos: ¿Estamos, entonces, ante el mismo proyecto colorado de hace 50 años?

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  26. Incienso y choripán
    31 Oct 2016

    POR AUGUSTO DOS SANTOS

    En los festejos patronales de los pueblos se huelen ambos aromas, el incienso que sale del santo oficio y el choripán que echa grasa en la parrilla de la plaza. En la convención colorada también hubo incienso y choripán, porque mientras se asaba al pancho, se producía la primera comunión colorada de Santiago. Pintorescas liturgias que solo se pueden vivir en el Partido Colorado.

    De Vargas produjo el sábado su gran acción positiva en casi cuatro años de gestión: estuvo allí –aun ausente– para aplacar los nervios de una convención colorada. Quizás no tuvo resultados contra el EPP, ni la delincuencia mafiosa de fronteras, ni con los caballos locos, pero estuvo espléndido como el primer ministro de la historia de la transición que es destituido por una convención del partido de gobierno.

    Comunicacionalmente se merendó la mitad de la agenda de la convención cuyo resultado iba a ser –sin él– una sola queja larga por el anuncio de sanción a congresistas “desacataos”.

    Pero, un detalle: la ANR tendrá dificultades para sostener su discurso aliancista en tanto al mismo tiempo despide a ministros por el simple hecho de no ser del partido. Eso puede llevar a los potenciales aliados a una conclusión muy simple: podrán aliarse pero nunca ocupar un ministerio.

    En todo caso una salida a ello debe quedar patente en algún documento ejecutivo del partido. Vale decir también que la postura de destitución de ministros no colorados fue una petición de convencionales que no se plasmó como mandato de la misma instancia, sino fue recogida directamente desde el clamor de los concurrentes por el presidente Cartes.

    ¿Qué gana y qué pierde Cartes con el resultado de la convención?

    Es muy improbable que los senadores disidentes asuman el mandato de la convención porque sus argumentos constitucionales al respecto del mandato imperativo es muy sólido. Similar solidez tiene la prerrogativa de la ANR de despedir de su lista a los congresistas que no cumplan con el mandato de una asamblea. Por tanto el Partido Colorado no puede despedirlos de su condición de Congresistas pero sí puede excluirlos del listín republicano. De hecho el PLRA ha expulsado a sus congresistas también y sigue anunciando más expulsiones por similar situación

    Como “activo” de esta probabilidad estrategas oficialistas creen que la nómina de candidatos a senadores oficialistas puede tener mayores posibilidades en las elecciones del 2018 en base al razonamiento sobre que Colorado Añetete no lograría reponerse para ofertar una lista consistente sin los “Calé”, “Marito”, Ovelar, Wiens, etcétera, y con ello podrían meter más adherentes de HC en el “combinado colorado” que enfrente a la oposición en la lista del congreso en tales elecciones.

    Si asumiéramos que este es un cálculo atendible tendríamos que contraponer algunos riesgos que supone: a) es igualmente improbable que los senadores expulsados queden en casa, es casi seguro que encuentren fórmulas para tomar parte de las elecciones del 2018 ya sin la presión de “ traicionar” a la ANR, porque ya no pertenecerían a este partido.

    Pero de hecho, el principal riesgo no es para las candidaturas al Congreso, sino las consecuencias que podría provocar una división partidaria al corpus electoral del Partido Colorada, ante todo, para la chapa presidencial que surja. Cartes o su candidato están en mejores condiciones de ganar las internas, la cuestión es con las generales y con el partido dividido.

    Aparte de esto, es un error comparar esta potencial expulsión con aquella de principios de los 60 cuando se produce un importante cisma colorado. En aquellos tiempos no había una opinión pública incidente como hoy, no había redes sociales, no había oposición con fuerza parlamentaria y por sobre todo, no había democracia.

    En este caso las consecuencias serán mucho más imperativas (usando un término en boga) porque supondría entre otras cosas un clima de mayor oposición en el congreso, incluyendo diputados, una virtual paralización de cualquier gestión ante el Poder Legislativo (al ser expulsados ya no habría una mínima posibilidad de exigencia), pero al mismo tiempo podría generar un clima social mucho más adverso.

    Pero el asunto más importante que el Gobierno tendría que administrar constituye la delicada consecuencia de perder disidencia en un partido, peor aún en un país y en un continente donde la observación de los procesos políticos atraviesa por una etapa de mucha sensibilidad.

    Es fundamental que en los partidos existan oficialismo y oposición interna. En Paraguay existen experiencias de partidos que no han podido crecer por ausencia de disidencia y por modelos de gestión en los que la disidencia se paga igualmente con el apartamiento de los divergentes. Este no es el caso del Partido Colorado que supo nutrirse siempre de la fortaleza de sus internas.

    ¿Gana la disidencia con este nuevo escenario?

    No. Este nuevo escenario es como ese lado de la perinola que dice “Todos pierden”. La oposición colorada acusará el golpe de una eventual expulsión a consecuencia de su posición parlamentaria que probablemente –decíamos– se sostendrá en el Congreso. Nadar en mares no colorados siempre será una experiencia mucho más costosa y azarosa que hacerlo al interior de la ANR con el poderoso aparato que mueve a este gigantesco partido.

    Marito Abdo, ipso facto, dejará de ser contendor interno, lo cual le generaría un impedimento difícil de salvar, salvo amparado en algún recurso judicial, para postular en las internas. Dicho en sencillo, dejaría de ser precandidato a la Presidencia por la ANR. Al caer los líderes también cae una parte importante de la estructura de este sector.

    Queda claro que decaen las chances de la ANR para las elecciones del 2018, pero también decaen notablemente las chances de los disidentes, aun cuando esta circunstancia los convierta en mártires y aprovechen muy bien eso comunicacionalmente.

    En síntesis, la ANR está en un nudo gordiano, en una chance incómoda para todos los sectores con mucha más nitidez desde el sábado último.

    Mi amigo Felipe que milita en un partido cuya lista de afiliados cabe en una hoja de receta me dijo tomándose de la cabeza en estos días: “¿cómo se puede entender que un partido que solo necesita unirse para ser invencible insista con la división?”. Yo le respondí: “El Partido Colorado es una rarísima historia que no se lee contando cosas que ya sucedieron, sino leyendo los acontecimientos que irán a suceder. Es un partido que siempre en su historia jugó a doblar las apuestas. Y electoralmente no le fue tan mal”.

    Por mi sangre corren venas coloradas

    Esta frase de fisiología imposible fue pronunciada por algún convencional en alguna convención del pasado. El Partido Colorado tiene lo que tienen los partidos populares, su propio folclore. No hay que olvidar a aquel comerciante “turco” que al asumir Stroessner pasó del PLRA a afiliarse al Partido Colorado y cuando le consultaron las razones del cambio él respondió orondamente en su trabajoso español: “No e yo el que gambia, el que gambia es el gobierno”.

    No conozco muchos partidos en el mundo cuyo inamovible ministro del Interior fuera destronado por el discurso de un convencional de mando medio cuya valentía, pero por sobre todo la emotividad de su discurso, tocó esa tecla que le produce “piri” al colorado y a su corporativismo innato cuyo enunciado filosófico es “el mejor amigo de un colorado es otro colorado”.

    ¿Y la Reforma?

    Ariel Martinez, líder de un movimiento gremial de abogados llamado Convergencia, hizo un trabajo impecable; en tres semanas, con la colaboración de su gremio, logró unas 40 mil firmas para postular a la reforma constitucional a los fines de mejorar la organización de la Justicia. Todos le acusaron de promover una plataforma para postular a Cartes.

    Cuando Diputados cajoneó el proyecto y dijo, nosotros tenemos una mejor idea: “La enmienda”, los abogados siguieron insistiendo en que el plan de ellos era reformar la Justicia y le tomaron más en serio.

    Paradójicamente da la impresión que el proyecto cuyos autores siempre negaron que fuera para la reelección podría ser buscado en el cajón de algún escritorio de Diputados como el salvavidas para poner a flote un plan de reelección

    O sea, si la ANR se hubiera trepado a este plan de reforma presentado en junio, un día como hoy, fines de octubre habría un centenar de convencionales constituyentes sentados en sus pupitres, metiéndole mano a la Carta Magna, comiendo bocaditos y quizás entregando la tarea a principios de diciembre.

    Pero bueno, siempre es fácil profetizar desde el día siguiente. Buena semana.

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  27. No me toquen la Constitución
    30 octubre, 2016
    Por Fernanda Robles

    Hace poco más de tres años me tocó ser testigo del juramento de Horacio Manuel Cartes Jara, un hombre que ya había manejado a su antojo los estatutos del Partido Colorado para lograr la cumbre del poder político, y ser Presidente de la República del Paraguay.

    Mi país, que apenas se sostenía por los golpes que dejó un presidente que se dedicó a vaciar sus arcas, empezaba un “nuevo rumbo”. Desde ese día venimos caminando por un sendero cada vez más oscuro, rumbo a lo desconocido, bajo la incertidumbre de saber qué sorpresa nos esperará al final.

    Cada jugada del presidente es una avalancha de especulaciones. Nos pasó con cada acto populista, como el corte al tarifazo, los cambios en su gabinete, o la reducción de 100 guaraníes en el precio del pasaje; pero definitivamente, lo más sorprendente de todo hasta ahora fue la estrategia que siguió para destituir al ministro del Interior Francisco de Vargas.

    Fiel a sus correligionarios cumplió con su partido, y de paso nomás, le dio el gusto a los 7 millones de paraguayos. Para el Presidente, ser liberal fue el único error del ministro que lleva en sus espaldas una institución policial corrupta e ineficiente, una treintena de muertos en manos de un grupo armado, 4 secuestrados, cientos de muertos y litros de sangre derramada por delincuentes.

    El Partido Colorado se convirtió en su herramienta para mover las piezas claves para sus intereses. Su siguiente jugada, fue la del ministro de Hacienda Santiago Peña, quien por cierto, hace tan solo un par de meses afirmaba que “debía poner en el centro a las personas y no a la política, para tomar decisiones”.

    Bajo la presión de una marea colorada, firmó su continuidad en el cargo con tinta roja, y se cubrió la espalda con un pañuelo colorado. El objetivo de transformar esta pieza, da para seguir especulando demasiado.

    Pero lo más importante es seguir defendiendo la democracia, y que ninguna jugada nos toque las reglas del juego, La Constitución Nacional.

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  28. Decepcionado de Santi Peña
    31 octubre, 2016
    Por Santiago González

    Aunque algunos crean que desde mi ventana solo se ven cosas malas de este gobierno, como hace poco me reclamaba un empresario, varias veces dije de manera pública que los jóvenes de este gobierno representan para mí una luz de esperanza.

    No creo que esto pase solo por una afinidad generacional, sino también por la gestión que desempeñan desde sus instituciones. Sin duda, en esa lista se encuentran Soledad Núñez de Senavitat y Santi Peña de Hacienda. Mirando con lupa no puedo poner la mano en el fuego por ellos, pero al menos me transmiten confianza.

    Es por eso que me siento defraudado por la decisión tomada por Peña. Es lamentable ver a un joven formado a un altísimo nivel rendirse y sucumbir ante el pedido de hurreros, que creen que el estado solo puede estar administrado por sus correligionarios. Desde las convicciones, desde la autonomía y desde una visión de país diferente, ¿cómo puede uno someterse a semejante humillación?

    Con Peña me tocó compartir apenas un par de charlas informales, pero fue suficiente para darme cuenta que aún en desacuerdo con muchas de sus políticas, es una persona formada y con buenas intenciones. Uno de esos jóvenes que le hacen bien al país. Por eso la decepción es doble.

    Que Cartes diga que lo sacaba a De Vargas por pedido de los convencionales que no quieren a ministros liberales y no por toda la inseguridad reinante ya fue sorprendente. Pero resultó indignante la afiliación exprés de Santiago Peña que continúa en el cargo por pasarse del partido liberal al partido colorado.

    Solo espero que Soledad Núñez no tome el mismo camino. Ni siquiera con el argumento de una futura candidatura por la ANR. Sigo pensando que los jóvenes tenemos la responsabilidad de dar un mensaje más allá de los colores, del fanatismo, de los partidos.

    Que por el soquete peleen los hurreros y los que solo pueden vivir del estado gracias a su afiliación, pero no quienes decidieron tomar el camino de la educación y de la formación profesional.

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  29. El peligroso camino de la confrontación
    31 octubre, 2016 0 20

    El escenario estaba preparado para que los convencionales aprobaran el mandato de que los legisladores de la ANR deben acompañar el proyecto de impulsar la reelección presidencial, vía enmienda constitucional. Este es el camino más favorable a las pretensiones de Horacio Cartes por las cuestiones de los plazos del calendario electoral. Efectivamente los convencionales decidieron “impulsar las medidas políticas y los mecanismos constitucionales para incorporar la figura de la reelección del presidente y vicepresidente de la República y los gobernadores”.
    El corolario del espectáculo cuasi circense fue la claudicación del presidente Cartes ante el pedido de los convencionales de “coloradizar” su gabinete. No podía obrar de otra manera ya que en la noche anterior el mismo Cartes, en su discurso ante los convencionales, criticaba a los senadores disidentes por dejar las presidencias de las principales comisiones en el Congreso en manos de los opositores. Por coherencia debía hacer lo mismo.
    Horacio Cartes ganó el apoyo ciudadano cuando se mantuvo firme ante las presiones de los seccionaleros que le cuestionaban por tener afiliados de otros partidos en su gabinete. Esto brindaba la imagen de pluralidad y de que por fin primaba la capacidad antes que la afiliación política. Se tenía así la imagen de un presidente firme, decidido y que busca la eficiencia por encima de los colores. El sábado Cartes destituyó públicamente nada más y nada menos que al ministro del interior, Francisco de Vargas, cuyo desempeño viene siendo muy cuestionado por la ciudadanía, y afilió al ministro de Hacienda, Santiago Peña. Es decir coloradizó el Ministerio de Hacienda en un momento en que se está estudiando el presupuesto general de gastos de la nación en el parlamento y necesita el consenso y el apoyo en el parlamento para llevar adelante sus planes.
    Primero el empecinamiento de lograr la reelección a como de lugar y luego estos retrocesos en su administración, están llevando al presidente Cartes y su gobierno a un desgaste innecesario y a aumentar peligrosamente el estado de crispación en la sociedad. En estas condiciones el presidente Horacio Cartes está desaprovechando la excelente oportunidad de estabilizar la República, llevar adelante por buen camino las obras de su gobierno y finalmente entregar el poder a su sucesor como un estadista.
    Desafortunadamente eligió el peligroso camino de la confrontación.

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  30. PARIS BIEN VALE UNA MISA
    Andrés Granje
    París bien vale una misa (Paris vaut bien une messe) es un tópico cultural originado en una frase, probablemente apócrifa, atribuida a Enrique de Borbón o de Navarra, el pretendiente hugonote (protestante) al reino de Francia, que eligió convertirse al catolicismo para poder reinar (su ordinal como rey es Enrique IV). Desde entonces viene utilizándose con el sentido de la conveniencia de establecer prioridades: es útil renunciar a algo, aunque sea aparentemente muy valioso, para obtener lo que realmente se desea. Frase que viene muy bien para calificar la decisión que tuvo que tomar el Ministro de Hacienda de nuestro país Peña de finalmente afiliarse al Partido Colorado para seguir ocupando el cargo de Secretario de Finanzas del Presidente Horacio Cartes.
    Este también tuvo que ceder ante la institución política que respalda sus sueños del rekutu volver a ser reelecto por un nuevo periodo, el Partido Colorado quien en su última convención le dio su apoyo pero una de las consecuencias como parte de las negociaciones fue precisamente colorodizar el gabinete presidencial con lo cual aquellos no colorados tendrán que dejar el cargo, entre estos los más notorios son el Ministro de Hacienda un joven profesional que solucionó esto afiliándose a este partido del cual señala históricamente su familia formaba parte, inclusive nombró a antepasados ilustres que fueron cofundadores del partido del General Bernardino Caballero, como emocionado recordó al estampar su firma como nuevo republicano.
    El otro que obligatoriamente tendrá que dejar el cargo es el Ministro de extracción liberal Francisco de Vargas Ministro del Interior, hijo de un gran luchador y caudillo del PLRA, el Dr. Pancho de Vargas, gran defensor de los derechos humanos en el país. Esto antes que una situación incómoda para el jefe de estado le da la posibilidad de desprenderse de un ministro quizás el más criticado de su gabinete como consecuencia de los magros y nulos resultados ante la delincuencia en el Paraguay. En efecto, nunca como ahora la inseguridad primó en nuestros barrios, los motochorros, los caballos locos, los policías corruptos y otros gestores de actos delictivos se enseñorearon de nuestra sociedad sin que haya atisbos de morigerar estos hechos que tanto perjuicio trae para la sociedad.
    En síntesis la tarea de acudir a misa y cambiar de religión como pago al deseo de seguir gobernando el país, parece mínimo para Horacio Cartes, aparte de la gran cantidad de dinero distribuido entre convencionales y otros dirigentes políticos, pero ese insumo posee en gran magnitud y siempre es retornable en mayor cantidad aun cuando se sigue estando al frente del gobierno y se sigue teniendo el sartén por el mango. Lo que no parece fácil de comprar por el momento es el hartazgo y la indignación ciudadana que una vez más ve como se hace tabla rasa con los enunciados constitucionales y las leyes que claramente impiden la reelección por los caminos torcidos que Cartes busca para obtenerlos. Es allí donde nos parece que todos estos movimientos desesperados y retorcidos encontrara la valla insalvable para su concreción.

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  31. Re elección: Una obsesión incomprensible
    Por Jorge Rubiani

    Si la enmienda es inviable … ¿qué sentido tiene todo lo programado y sucedido en los últimos días? ¿Se pretendía demostrar poderío ? Al menos … de parte del oficialismo. ¿Quería hacerse una depuración conveniente a otros propósitos que nosotros -los comunes mortales- no logramos entrever o descifrar? Si no se podía la Re elección con la Enmienda -Y NO PUEDE- ¿no era mejor calendarizar lo que sea legal y constitucionalmente posible?

    Si la ansiedad por la re elección se debe a que el gobierno actual pretende que sus proyectos cuenten con más tiempo para concretarse …¿no es mejor orquestar un GRAN ACUERDO NACIONAL para seguir avanzando con algunos temas indispensables? Sin importar quien fuera el Candidato o el Electo: como el de los programas sociales, la inversión en educación y la recuperación de los locales escolares, la lucha contra la corrupción y la reforma del Poder Judicial, para mencionar sólo algunas de las cuestiones más cruciales.

    ¿O es que sólo Cartes y su equipo lo pueden hacer? ¿O existe alguien más -grupos o personas- que no quieren soltar los “negocios del Estado”? ¿Qué se esconde detrás de esta empecinada pretensión de forzar una decisión que crispa a toda la sociedad, que tensiona las relaciones y hasta puede quebrar las instituciones democráticas?

    Ni hablar del grotesco que presidió las “deliberaciones” o “propuestas”. Aquí también pudo palparse que el rebrote de “líder único” desenterró el protagonismo de los viejos aprovechados -y aprovechados- del poder. O de las ínfulas de quienes se creen “providenciales” para restaurar vicios que ya se habían ido -eso creíamos- con la dictadura.

    No está demás recordar ante el espectáculo evidenciado del fin de semana anterior, que no son sino las expresiones de una sociedad -especialmente partidaria- que está lejos todavía de los ideales democráticos. Que los afanosos años para instalar instituciones que desmantelen el furor de las multitudes, se han despeñado cuesta abajo y, aparentemente, sin frenos.

    LA DISTORSIÓN de la imposición de mandatos

    La Convención derivó también en un mandato para los Representantes. ¿Y el libre albedrío? ¿la autonomía de quien tiene que dirimir cuestiones útiles para la ciudadanía? ¿para sus votantes?

    Este mandato también se extiende a cerrar filas (los colorados) para la intervención de la Municipalidad de Lambare. Es obvio que si el tema llega a la entidad que decide la intervención -la Cámara de Diputados- el asunto va a requerir un trámite meramente rutinario para su aprobación. Como corresponde al pedido de los señores Convencionales.

    Una cosa muy distinta es que un gobierno tenga en su bancada un punto de apoyo para la gestión de leyes necesarias para sus proyectos. Pero de ahí a usar la bancada como la mazorca que eliminará de enemigos el camino o impondrá los cambios a su medida, media un gran, gran paso.

    Y finalmente no termina de entenderse: Por un lado, desdén al de pensamiento diferente, exacerbado fundamentalismo para combatir a quienes no acompañen las ideas del oficialismo. Por el otro, disposición a “negociar” cargos en truque por favores recibidos en las votaciones del Parlamento Nacional.

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  32. El peligroso camino de la confrontación
    31 octubre, 2016

    El escenario estaba preparado para que los convencionales aprobaran el mandato de que los legisladores de la ANR deben acompañar el proyecto de impulsar la reelección presidencial, vía enmienda constitucional. Este es el camino más favorable a las pretensiones de Horacio Cartes por las cuestiones de los plazos del calendario electoral. Efectivamente los convencionales decidieron “impulsar las medidas políticas y los mecanismos constitucionales para incorporar la figura de la reelección del presidente y vicepresidente de la República y los gobernadores”.
    El corolario del espectáculo cuasi circense fue la claudicación del presidente Cartes ante el pedido de los convencionales de “coloradizar” su gabinete. No podía obrar de otra manera ya que en la noche anterior el mismo Cartes, en su discurso ante los convencionales, criticaba a los senadores disidentes por dejar las presidencias de las principales comisiones en el Congreso en manos de los opositores. Por coherencia debía hacer lo mismo.
    Horacio Cartes ganó el apoyo ciudadano cuando se mantuvo firme ante las presiones de los seccionaleros que le cuestionaban por tener afiliados de otros partidos en su gabinete. Esto brindaba la imagen de pluralidad y de que por fin primaba la capacidad antes que la afiliación política. Se tenía así la imagen de un presidente firme, decidido y que busca la eficiencia por encima de los colores. El sábado Cartes destituyó públicamente nada más y nada menos que al ministro del interior, Francisco de Vargas, cuyo desempeño viene siendo muy cuestionado por la ciudadanía, y afilió al ministro de Hacienda, Santiago Peña. Es decir coloradizó el Ministerio de Hacienda en un momento en que se está estudiando el presupuesto general de gastos de la nación en el parlamento y necesita el consenso y el apoyo en el parlamento para llevar adelante sus planes.
    Primero el empecinamiento de lograr la reelección a como de lugar y luego estos retrocesos en su administración, están llevando al presidente Cartes y su gobierno a un desgaste innecesario y a aumentar peligrosamente el estado de crispación en la sociedad. En estas condiciones el presidente Horacio Cartes está desaprovechando la excelente oportunidad de estabilizar la República, llevar adelante por buen camino las obras de su gobierno y finalmente entregar el poder a su sucesor como un estadista.
    Desafortunadamente eligió el peligroso camino de la confrontación.

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  33. Decepcionado de Santi Peña
    31 octubre, 2016
    Por Santiago González

    Aunque algunos crean que desde mi ventana solo se ven cosas malas de este gobierno, como hace poco me reclamaba un empresario, varias veces dije de manera pública que los jóvenes de este gobierno representan para mí una luz de esperanza.

    No creo que esto pase solo por una afinidad generacional, sino también por la gestión que desempeñan desde sus instituciones. Sin duda, en esa lista se encuentran Soledad Núñez de Senavitat y Santi Peña de Hacienda. Mirando con lupa no puedo poner la mano en el fuego por ellos, pero al menos me transmiten confianza.

    Es por eso que me siento defraudado por la decisión tomada por Peña. Es lamentable ver a un joven formado a un altísimo nivel rendirse y sucumbir ante el pedido de hurreros, que creen que el estado solo puede estar administrado por sus correligionarios. Desde las convicciones, desde la autonomía y desde una visión de país diferente, ¿cómo puede uno someterse a semejante humillación?

    Con Peña me tocó compartir apenas un par de charlas informales, pero fue suficiente para darme cuenta que aún en desacuerdo con muchas de sus políticas, es una persona formada y con buenas intenciones. Uno de esos jóvenes que le hacen bien al país. Por eso la decepción es doble.

    Que Cartes diga que lo sacaba a De Vargas por pedido de los convencionales que no quieren a ministros liberales y no por toda la inseguridad reinante ya fue sorprendente. Pero resultó indignante la afiliación exprés de Santiago Peña que continúa en el cargo por pasarse del partido liberal al partido colorado.

    Solo espero que Soledad Núñez no tome el mismo camino. Ni siquiera con el argumento de una futura candidatura por la ANR. Sigo pensando que los jóvenes tenemos la responsabilidad de dar un mensaje más allá de los colores, del fanatismo, de los partidos.

    Que por el soquete peleen los hurreros y los que solo pueden vivir del estado gracias a su afiliación, pero no quienes decidieron tomar el camino de la educación y de la formación profesional.

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  34. o me afilio, tú te afilias, ¿Peña no?
    1 noviembre, 2016

    La Convención colorada produjo hechos políticos de relevancia, como la habilitación a celebrar alianzas con otras fuerzas políticas, algo sin precedentes en la historia de dicha organización y, desde luego, la decisión unánime a favor de la reelección, en los marcos de lo previsto por la Constitución Nacional. A estos hechos se suman al menos otros dos más, como la integración del Tribunal Electoral y el de Conducta con candidatos de consenso y la respuesta afirmativa de HC al reclamo generalizado de la dirigencia de base de destituir al ministro Francisco De Vargas. Sin embargo, algunos “connotados” analistas, periodistas y políticos no se refirieron a ninguno de ellos, prefiriendo dedicar su tiempo, que evidentemente es mucho, a interactuar en twitter y facebook con el único fin arremeter ferozmente contra el ministro de Hacienda, Santiago Peña, por haber cometido el pecado mortal de afiliarse al partido colorado y privarse así, automáticamente, de la gracia de Dios y de la bienaventuranza eterna.

    Empezaron Benjamín Fernández y Luis Bareiro, luego se sumó la inefable Desirée Masi y tras ellos una pléyade de “fieros” detractores del secretario de Estado, de aquellos que ejercen su “bravura” en las redes sociales desde los teclados de un móvil o de una computadora. El primero dejando constancia, como siempre, de haber cursado sus estudios en los Estados Unidos y recriminándole a Peña por “traicionar el legado Paul Krugman y Joseph Stiglitz”, premios nobel de economía que cursaron sus estudios en la misma universidad a la que concurrió el titular de Hacienda. Sencillamente delirante. El segundo con fuertes epítetos contra el funcionario y luego, contra los internautas que lo criticaron, tal vez en el afán de recuperar algo de su perdida notoriedad pública. Y de Desirée qué puede decirse que ya no esté dicho. Es como “Pepita la pistolera”, la folclórica diputada de Unace ya fallecida, en versión de centro izquierda y más amarga.

    Resulta curioso que para golpearle a Peña, Fernández cite a economistas de la talla de Krugman y Stiglitz, pero no en referencia a cuestiones relativas a la economía, sino algo que corresponde a los fueros íntimos de una persona, como es afiliarse a tal o cual partido. Pero además, dichas personalidades, hay que decirlo, se hallan en las antípodas del modelo neoliberal, cuyo promotor en nuestro país fue el expresidente Juan Carlos Wasmosy, a quien el citado periodista respaldó siempre en todos los ámbitos, incluyendo “Radio Libre”, que adquirió en dicha época. E igual de sorprendente es que su colega Bareiro le dicte cátedras de “coherencia” a él o a cualquiera, olvidando, en un repentino ataque de amnesia, para quién trabaja, un blanco predilecto de sus “investigaciones” por casos en los que lo presentaba como uno de los más grandes contrabandistas y corruptos.

    A los detractores de Peña y del gobierno en general, les recomendamos que eleven la mira, apunten más alto y,en todo caso, cuestionen las políticas que se implementan para debatir con altura los temas que en realidad son de interés colectivo. No si fulanito se afilió a tal o cual partido o si era o no era el momento, lo que más bien parecen críticas de niños ociosos. Además, no pueden pretender arrebatarle el derecho que ellos se asignan para sí, como es el de pertenecer al partido de su antojo, lo que en última instancia, salvo que se afilie al Ku Klux Klan, el Isis o algún movimiento neonazi, es de quinto orden.

    http://www.adndigital.com.py/yo-me-afilio-tu-te-afilias-pena-no/

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  35. Que prime la cordura sobre los intereses particulares
    30 octubre, 2016

    Néstor Ojeda Mendoza.
    La clave del éxito para los objetivos apuntados, debe ser la cordura en cualquier conversación y decisión para lograr el éxito y más aún tratándose de los intereses nacionales.

    La convención de la histórica y centenaria asociación de hombres libres, partido colorado, que ayer reunió a sus delegados convencionales de todo el país, cuyo tema principal se basó en la reelección presidencial vía enmienda, por encima de cualquier interés particular o sectario, debe apuntar al bien del país.

    La presente administración del gobierno colorado del presidente de la República, Horacio Cartes, no solo honra a la dirigencia colorada desgastada en anteriores gobiernos y que muchos de ellos siguen en puestos claves de las instituciones públicas del país. Nunca tuvieron éxitos los intereses sectarios y personalistas para ayudar al engrandecimiento de la nación, y los ejemplos están a la vista del pueblo en su conjunto.

    El Paraguay actualmente está en una posición privilegiada, gracias a las pautas de política en el manejo de las cosas públicas encarada a nivel nacional por la administración del gobierno central, y que dio un giro de 360 grados, en estos momentos la posición paraguaya es considerada de preponderancia a nivel internacional.

    El país avanza, pero gracias al manejo honroso e institucional de las cosas públicas, que está en manos de este gobierno colorado, patriota y nacionalista encabezada por el presidente Horacio Cartes, que ha sacado de su hoja de ruta el privilegio que estaba en manos de unos pocos sin ningún interés a favor del pueblo necesitado.

    Con este rotulo, que quedará grabado en la mente y en el corazón de todo buen paraguayo que ama y desea para su país, que progrese y se ubique entre las grandes naciones del mundo.

    Por todas estas acciones patrióticas encaradas por el actual ejecutivo del poder central de la nación paraguaya, no tiene sentido que se le corte la dinámica inspiradora para seguir ofreciendo días mejores para cada familia paraguaya, mucho tiempo olvidadas por gobiernos sinvergüenzas que solo se han interesado en su beneficios propio y de su grupo de acólitos que han carcomido como garrapatas los bienes del país.

    Sea cual fuere la figura que se deba aplicar en el marco de la Constitución Nacional, corresponde y con Justicia que se le dé otro periodo más de gobierno al actual presidente, Horacio Cartes, caracterizado por su espíritu emprendedor y de trabajo para mejorar el nivel del pueblo en general.

    Esta dinámica es la que molesta a muchos autores políticos de turno, que solo pretenden desde el poder central de la nación llenarse sus bolsillos, que a sus pasos solo dejaron atrasos y miserias a la población paraguaya.

    Los que hacen bien sus deberes, y más…, que prima su preocupación por mejorar el nivel de vida de su pueblo, sea cual fuere el color partidario que ostenta, se merece no solo una oportunidad, sino varias para seguir forjando el futuro del país. El pueblo en general, lo entiende y está dispuesto a acompañar la gran acción de gobierno emprendido por el presidente de la Nación paraguaya, Horacio Cartes Jara.

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