Juego de máscaras en tiempos de internas

La seguridad sigue siendo un problema sin solución para el gobierno de Horacio Cartes. En casi tres años de gestión no ha podido descifrar los códigos que mueven a las fuerzas de seguridad. Las permanentes disputadas por espacios de poder y la rampante corrupción que atraviesan a los organismos de seguridad postergan cualquier logro. Los padrinazgos pueden más que la institución.
En el entorno chico del Ejecutivo se tiende a desnaturalizar la realidad en el campo de la seguridad. En ese corto universo los logros mínimos representan avances portentosos. Por eso no es raro escuchar al sempiterno ministro del Interior hablar de avances sin precedentes o al mismo presidente Cartes indicar que las estadísticas muestran que la criminalidad bajo.

Fuera de ese mundo mágico la realidad golpea con fuerza casi a diario. La población siente en carne propia el asalto, el asesinato o el secuestro que los cuidados discursos de los encargados de seguridad pasan por alto.

El incidente con el hallazgo de explosivos y el traslado de un recluso ligado al narcotráfico que se desató en el penal de Tacumbú no fueron hechos aislados o una cuestión casual. Son parte de una seguidilla de eventos que se vienen dando hace semanas.

Lo último fue el secuestro de un joven agricultor en la misma zona de siempre donde el grupo de criminales camuflados con supuestas ideologías opera hace más de 10 años.

En esa suerte de zona sin ley se despliegan a sus anchas amparados en un discurso complaciente de los encargados de seguridad. Nadie los molesta y se alarga una situación que a estas alturas resulta un muy buen negocio para ciertos sectores de la fuerza pública.

Los últimos incidentes agregan nuevos componentes a la compleja situación. Es inequívoco que las disputas internas y la corrupción en los organismo de seguridad empiezan a tener un mayor componente político. Ciertos sectores políticos no están muy disgustados por convivir con grupos que operan fuera de la ley. Eso genera una cobertura para los grupos criminales.

No es casual que el grupo armado que se despliega en el norte tenga tanta impunidad, así como tampoco es nuevo que un capo de la droga tenga montada en pleno centro penitenciario una oficina desde donde mantiene sus negocios sin ser molestado.

Esas dos situaciones son el reflejo claro de quienes realmente tienen el manejo de la fuerza pública y como sus operadores están metidos en lo más alto de la estructura gubernamental.

Estos elementos empezaron a trabajar con más fuerza en las últimas semanas, alentados por la promesa de cambios importantes si se generaba suficiente crispación en el ambiente político. El caos traería consigo los cambios en las máximas esferas de poder.

El operativo parece estar en marcha; lo que no está claro es que pueda realmente llegar al objetivo, pero sí es seguro que a su paso generará fricciones y golpeará a las más altas autoridades.

En ese cuadro complejo de necesidades cruzadas el Gobierno del presidente Cartes no encuentra respuestas. Apenas si logra equilibrarse. Es una disputa donde sus operadores están prácticamente a ciegas. Son otros los que definen como se mueven las piezas para generar algunas puestas en escena que hagan creíble el juego de máscaras.

Pero esto apenas se inicia. Estamos en puertas de las internas partidarias, de definición de candidaturas y de creación de proyectos políticos de cara al recambio de poder en el 2018.

Todavía pasará mucha agua para saber realmente cómo quedará compuesto el juego de necesidades varias. Lo único que parece firme es que los grupos criminales cuentan con un buen respaldo político y se consolidan.

Por Osmar Gómez

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/juego-de-mascaras-en-tiempos-de-internas-1503937.html

19 comentarios en “Juego de máscaras en tiempos de internas”

  1. La lucha contra el EPP cuesta millones y no arroja resultados
    En casi 3 años, el Gobierno ya gastó 29.051 millones de guaraníes –cerca de 5,1 millones de dólares– en mantener a la Fuerza de Tarea Conjunta operando en la región Norte para combatir al grupo armado EPP. Esta gran disponibilidad de recursos económicos, además de contar con una ley especial modificada por el Parlamento para utilizar a las Fuerzas Armadas en una acción armada interna, no ha producido los esperados resultados de captura de los integrantes del grupo, ni un debilitamiento de su acción criminal. Por el contrario, a las dos personas que el EPP mantiene secuestradas, Edelio Morínigo hace dos años y Abrahán Fehr hace un año, se suma ahora un nuevo secuestrado, el adolescente Franz Wiebe. La situación de inseguridad que se mantiene en la zona constituye un gran fracaso político para la administración de Horacio Cartes
    Mientras la sociedad seguía esperando la liberación del policía Edelio Morínigo, mantenido secuestrado por el grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) desde hace más de dos años, y la del colono menonita Abrahán Fehr, desde hace más de un año, se produjo el pasado 27 de julio un tercer secuestro en la zona de Río Verde, Departamento de San Pedro, esta vez del joven agricultor menonita Franz Wiebe, de 17 años de edad.
    Este nuevo golpe criminal, cometido prácticamente ante las narices de los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), conformada por militares y policías destacados en la zona para combatir el grupo armado, constituye un nuevo golpe político para el Gobierno de Horacio Cartes.
    En su toma de posesión del cargo, en agosto de 2013, el actual mandatario había asegurado que no permitiría que grupos armados como el EPP le «marquen la agenda», y para enfrentarlos logró que el Congreso Nacional modifique la Ley 1337/99 de Defensa Nacional y Seguridad Interna, para permitir que las Fuerzas Armadas puedan participar de una acción armada interna, integrando la Fuerza de Tarea Conjunta junto con la Policía Nacional para combatir a los presuntos guerrilleros. Para ello, además, se decretó el estado de excepción en tres departamentos del país: San Pedro, Concepción y Amambay.
    Hasta ahora, sin embargo, lejos de poder lograr la captura de los principales miembros del EPP, o su debilitamiento como grupo armado criminal, las FTC solo han demostrado su ineficacia en cuanto a ofrecer resultados. El grupo armado mantiene en cautiverio por largo tiempo a dos personas y acaba de sumar a un tercer secuestrado, en este caso un adolescente, hijo de una familia de esforzados colonos agricultores inmigrantes.
    Este nuevo golpe del EPP solo refuerza la imagen de ineficacia que rodea a la acción de las FTC, y que por ende alcanza al Gobierno. Sobre todo, porque desde que fueron creadas hace casi 3 años, las FTC ya costaron al país 29.051 millones de guaraníes, unos 5,1 millones de dólares al cambio actual, sin olvidar las graves acusaciones sobre presuntas violaciones cometidas contra los derechos humanos de la población civil durante sus actuaciones, según informes de un organismo estatal, como el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP).
    Actualmente, la prioridad es lograr la liberación de Franz Wiebe, así como de Edelio Morínigo y Abrahán Fehr, pero probablemente también se debe replantear la política oficial ante la acción de los grupos armados ilegales como el EPP. De lo contrario, seguiremos lamentando más secuestros y víctimas de la violencia criminal.

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  2. El oligarca Franz Wiebe
    Por Luis Bareiro –

    Franz Wiebe, con 17 años y todas las hormonas alborotadas de la juventud, no estaba montando un pura sangre y dando instrucciones a sus peones cuando se lo llevaron los criminales del EPP; no estaba tomando sol al borde de la pileta en el casco de la estancia, no estaba jugando al golf.
    Franz no estaba visitando al padre en una lujosa oficina en su reclusorio penitenciario, no estaba celebrando el cumpleaños de su mascota con champán y cupcakes importados; ni siquiera estaba en una fiesta con karaoke malogrando una ranchera a las tres de la mañana, ni jugando vóley al morir la tarde con cerveza caliente y reguetón a todo volumen.
    El casi adolescente Franz Wiebe no vestía jeans de moda ni zapatos deportivos de marca. No estaba jugando con su aplicación nueva en el smartphone ni mirando una serie de Netflix en su tableta nueva. No estaba probando videojuegos ni volando un dron. Ni siquiera estaba pescando en el río o cazando conejos.
    El paraguayo Franz Wiebe, hijo y nieto de granjeros, descendiente de colonos emigrados al Paraguay hace más de 80 años, heredero de la fe de hombres y mujeres perseguidos en la vieja Europa por renunciar al uso de las armas, el joven compatriota Franz Wiebe estaba trabajando en el campo cuando se lo llevaron.
    Y ni siquiera era su campo. Franz estaba trabajando en la finca de otro colono por una paga. Franz Wiebe estaba haciendo algún dinero para colaborar con los ingresos de su familia de siete miembros, los padres y cinco hijos de los cuales él es el mayor.
    Franz Wiebe vestía ropa de faena y olía a sudor y a tierra cuando se lo llevaron.
    Y el viernes, ante la imposibilidad de que su padre pudiera leer dos líneas sin quebrarse, otro colono como él tuvo que recitar el panfleto de la organización de criminales que se autodenominan Ejército del Pueblo Paraguayo en el que al trabajador del campo, Franz Wiebe, de 17 años, le colgaron el sambenito de oligarca.
    Ahora los asesinos del EPP pretenden hacernos creer que para ellos ese joven que vendía su trabajo para generar ingresos a su familia –que carga con la maldición de la piel sin tizne de los inmigrantes, que lastima los oídos patrioteros con un rudo español germanizado, que ofende a algunos fanáticos por profesar una fe nacida de viejas disputas religiosas europeas– es un claro representante de la oligarquía, de la minoría que detenta el poder político y económico del Paraguay.
    Es bueno que se les caiga la careta. Estos criminales nunca fueron más obvios. Ahora sí está claro que la revolución, el socialismo y la clase campesina les importa un comino. Sencillamente, quieren despejar el camino para los narcos, sus verdaderos y únicos compañeros de causa.

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  3. Humolandia

    Por Arnaldo Alegre

    Humolandia es el paraíso de la necedad, del doble discurso y de la moralidad interesada y de cotillón. Allí el último moralizador que parió contra natura la República es apenas un ex presidiario que busca ganar algo de honorabilidad y respeto social a platazo limpio.

    Es también el amparo y reparo de un narco regional que está construyendo una cárcel para su entera comodidad y que irónicamente invierte más que el propio Estado en ella.

    Es la casa, a la vez, de un adalid de la libertad de prensa que arremete contra cualquier obra o proyecto público o privado que conspire contra sus intereses económicos y que es tolerado malamente porque todos a quienes acusa con sus verdades manipuladas o mentiras directas tienen más de un muerto en su placard y cara de eternos culpables.

    También anida a un grupúsculo de trasnochados xenófobos que se apropian de la lucha social para perseguir, extorsionar, secuestrar y matar a los pocos extranjeros que vienen al país a trabajar de sol a sol y hacer dinero honradamente.

    Es también hogar de un clero lascivo, protector de violadores, prebendario y genuflexo ante el poder terrenal que está a años luz de los colegas que con honra y fortaleza ayudaron a tumbar a la dictadura.

    Vive en este Macondo del infortunio una clase política bruta, corrupta, cortoplacista, mendaz y profundamente autoritaria que hace lo posible, incluso transar con narcos asesinos, para mantener sus privilegios. Y son también esos criminales los que henchidos en su orgullo de ricos nuevos asaltan el Estado prostituyendo los recursos democráticos para acceder por sus propios medios a la protección de los fueros.

    Es asimismo cuna de patrioteros que lloran y veneran a los muertos de la Triple Alianza, pero permiten, sin más, que un banco emblema del Brasil se adueñe del sueldo de millones de paraguayos para endeudarlos y encadenarlos a tasas usureras, dejando así a los bandeirantes como inocentes niños de pecho.

    También deambulan por sus tierras un empresariado que denosta al estamento público por corrupto, ineficiencia y oneroso, olvidándose que sus grandes fortunas surgieron y se consolidaron gracias a la corrupción e ineficiencia de ese mismo funcionariado.

    En este país de la sinrazón, con un cartel y corrompiendo a quien corresponde ya tenés una universidad.

    Humolandia es una densa neblina de indolencia, corrupción y mediocridad que oculta a un país honesto, trabajador, inteligente y con sed de una dirigencia más sana.

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  4. Por qué nos va como nos va

    Muchos paraguayos se preguntan todavía por qué no se nos toma en serio como República y ésta es una de las razones. Cuando un pueblo jura y se compromete cumplir y hacer cumplir la Constitución, está asumiendo un compromiso sin beneficio de inventario. Los artículos 289 y 290 de la Constitución no dejan lugar a equivocaciones ni a interpretaciones forzadas o impregnadas de perversión política. La frase del comienzo –tomada de una crónica periodística- revela precisamente esa condición dialécticamente bastarda al informar que “varios referentes políticos consideran” que se está tomando un camino ilegal para ir en busca de la reelección presidencial, lo cual significa que hay otros “referentes” que no piensan así, como si pudieran hacerlo. Y esta no es una crítica al periodista, sino todo lo contrario. La crónica revela con claridad meridiana el grado de destrucción institucional en que está hundido el país cuando no somos capaces de respetar siquiera lo que establece, por común acuerdo de todos los ciudadanos, la carta magna que rige nuestra vida como República. O que debiera regir, aclaremos.

    Citamos: “No se utilizará el procedimiento indicado de la enmienda, sino el de la reforma, para aquellas disposiciones que afecten el modo de elección, la composición, la duración de mandatos a las atribuciones de cualesquiera de los poderes del Estado, o las disposiciones de los Capítulos I, II, III y IV del Título II, de la Parte I”, sobre todo, citamos, en lo relativo al derecho a la vida, la libertad y la igualdad de las personas. El artículo 229, “de la duración del mandato” establece taxativamente: “El Presidente de la República y el Vicepresidente durarán cinco años improrrogables en el ejercicio de sus funciones… No podrán ser reelectos en ningún caso”. De manera que si se quiere introducir la figura de la reelección, el único camino que establece la Constitución es el de la reforma, procedimiento que tiene su mecanismo claramente expresado y que no deja lugar a dudas, “consideraciones”, o interpretaciones maliciosas fogoneadas por los infaltables espinazos flexibles de los entornos áulicos.

    Violar la Constitución por oportunismo político es pésima carta de presentación como República y como Nación. Hasta bien entrado el siglo XX, esa práctica paraguaya era puramente anecdótica y a nadie en el mundo importaba. Pero en el universo globalizado e hiperconectado de hoy, el más leve desliz institucional es percibido, señalado y penalizado por todos los organismos internacionales de evaluación y convivencia. Así que si insistimos en nuestro estilo troglodita, no nos preguntemos después porqué nos va como nos va.

    http://www.5dias.com.py/48435-por-que-nos-va-como-nos-va

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  5. El cuarto vacío

    Por Edwin Brítez

    Jaime Durán Barba es un personaje polémico, sobre todo después de su criticada comparación de Hugo Chávez con Adolfo Hitler, pero el hombre se pasa pensando y asesorando campañas electorales, lo que convierte sus declaraciones públicas en afirmaciones capaces de ser discutidas pero difícilmente refutadas con propiedad, dada la experiencia acumulada en la materia y los títulos que posee.

    Hace unos días ABC Color planteó editorialmente la necesidad de que la ciudadanía se decida a tomar responsabilidades y riesgos políticos y electorales para contribuir con su participación a mejorar la situación del país, sumido en la combinación de problemas de inseguridad, pobreza, infraestructuras precarias y déficit de servicios públicos en salud y educación, pero por sobre todo en la decadencia ética de los actores políticos.

    Numerosas opiniones se cruzaron sobre el tema, siendo las predominantes que si la oposición continúa dividida, volverá a ganar la candidatura propuesta por el Partido Colorado; que la izquierda no significa nada electoralmente y que la ciudadanía descontenta no concurre a votar en las elecciones.

    Durán Barba, en la entrevista con ABC Color, recuerda que Mauricio Macri es el primer presidente no peronista ni radical de la Argentina en 100 años, que ganó por interpretar mejor que todos la relación entre el ciudadano y la tecnología, lo que significa que el común de la gente prefiere algo nuevo frente a lo tradicional.

    Macri –recuerda su asesor de imagen– “se acerca a la gente, conversa, se viste informalmente, no permite que lo llamen ‘señor’. Es ‘Mauricio’ y listo. Los políticos a la antigua ya caen mal. La gente de hoy tiene otras expectativas, nuevas inquietudes, otras angustias, no está más apegada a las cosas tradicionales. El hijo ya no hace lo que el papá le dice. Yo le digo algo a mi nieto y me discute”.

    ¿Que esto no encaja para el caso de Paraguay por tratarse de un país básicamente de cultura rural? Hay que ver la extraordinaria incidencia que produce en la población campesina la combinación de internet, celular y motocicleta. Un equipo de fútbol de una compañía rural que gana de tarde es congratulado segundos después por sus adherentes de España o Estados Unidos.

    La gente ya no necesita depender del horario del ómnibus para movilizarse por los caminos polvorientos de las campiñas, lo hace en sus propios vehículos o en mototaxi, previa llamada al pariente o amigo. Sabe al instante todo lo que ocurre en su comunidad y su distrito aún estando lejos de ahí, y entra en los foros de discusión de las redes sociales, sin complejo alguno por las faltas ortográficas y tampoco por la “superioridad” de los demás miembros del grupo. Así es ahora.

    Sin embargo, al decir de Durán Barba, “los partidos no han tenido innovaciones de importancia. Siguen siendo más o menos lo mismo tanto el Colorado como el Liberal. Son conservadores. Pasa lo mismo con la izquierda. Sigue siendo una izquierda que ya no hay en el mundo, una antigua que apela a la organización campesina, obrera, etc. La gente no se siente representada. Hay un espacio vacío para algo nuevo, algo distinto que no tiene que ver con la antigua división entre izquierda y derecha. Tiene que ver con innovación o conservadurismo, tiene que ver con el avance descomunal de la tecnología”.

    No es que esté mal que gobiernen colorados, liberales o socialistas. Lo que está mal es que todos los vicios de antes sean copiados por los de ahora, que no surja nada nuevo, en tanto la franja que critica eso y se decepciona y se disgusta por ello, se abstiene de participar. Se queda quieta y deja el campo libre.

    ¿Es posible la cuarta vía, algo distinto en Paraguay? le preguntan a Durán Barba. Responde: “Hay que encontrar un líder moderno que quiera meterse en esta aventura del cambio tecnológico. Si es liberal o colorado, da lo mismo. La gente ya vota por líderes, no más por partidos”. Veamos si alguien interpreta los nuevos tiempos y logra que la ciudadanía lo interprete. Ja tanteántearã ningo.

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  6. También fue un engaño

    Por Santiago González

    La desilusión es una constante de la cual no podemos terminar de sanar. Los entendidos dicen que lleva mucho tiempo construir una sociedad diferente cuando esta fue tan golpeada por la corrupción, pero lo que nunca nos dijeron es cuánto es mucho.

    Da la sensación que en nuestro caso todavía hay varias generaciones que tienen que pasar para que la mentalidad empiece a cambiar. Aunque haya algunos avances importantes parece ser que la corrupción sigue ganando el partido.

    Pasaron 27 años desde la caída de la dictadura, pero la prebenda, el amiguismo, el “peichante”, el “decile que sos recomendado de”, siguen tan campantes. Cuando Cartes compitió por la presidencia todos, pensaron que iba a ser un presidente diferente. Así como quienes votaron por Lugo, para tumbar a los colorados y se decepcionaron del exobispo hasta dejarlo solo. “Es un empresario que ya tiene mucha plata y no va a robar ni dejar que se robe”, decían optimistas.

    Otros incluso, iban un poco más lejos y soberbios festejaban el cambio, cuando se anunciaba una separación de las estructuras político partidarias tradicionales que nos desangraron por tanto tiempo. Hoy escuchar a Cándido Aguilera, el colorado que nos representa diplomáticamente en Panamá, decir a sus correligionarios que “aprovechen que el Senador Pipo Alfonso se lleva bien con el papá Guasu”, refiriéndose a Horacio Cartes es una patada en las bolas.

    No se habla de méritos, no se habla de capacidad, se habla solo de responder a un caudillo para que este toque la tecla indicada para seguir mamando del Estado como lo hicieron por años los colorados, como lo hicieron los que llegaron con Lugo, como lo hizo el Partido Liberal con Franco.

    Lo peor es que nos quieren tomar por tontos y hasta nos quieren hacer creer que Jiménez Gaona no está lucrando en Obras Públicas, no sabían de los narcos con privilegios en Tacumbú cuando ellos mismos inauguraban sus lujos y que son diferentes.

    ¡A papá mono con banana de plástico! Son más de lo mismo, no nos jodan.

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  7. Monólogo de golpe

    “El otro día no quise decir que el golp.., perdón el juicio de 2012 fue un golpe, no, fue un asunto que arreglamos con el amigo kure blanco que me envió a la de botas felpudas de emisaria, fue algo apurado, había que liquidar rápido el asunto, ya se había repartido la torta entre los indecisos, cierto, dije golpe, pero es que entre nosotros siempre lo llamamos así, para abreviar y entendernos más fácil, además tanto se menciona afuera como “golpe, golpe” que se me escapó, pero no quise decir que fue un golpe, no”.
    “Si tuviera que aclarar todo, ¡a la pinta!, como lo de que usen y abusen del Paraguay, quise decir que vengan a invertir los empresarios, que hagan lo que haga falta, que usen, que creen trabajo y paguen sueldos aunque sean miserables, que exploten, que disfruten, abusar es otra cosa, no vamos a permitir, queremos que inviertan, como ese Jarvis, que hizo muchas obras y eso que estaba preso, lástima no poder nombrarlo ministro de obras públicas, es más ejecutivo que cualquiera de los que tengo”.

    “Y eso de Paraguay mujer bonita y fácil, ¿quién no entiende lo que quise decir? ¿a quién no le gustan las mujeres bonitas? y si son fáciles, mejor, Paraguay debe mostrarse, que vengan a comprobar que se abonan bajos salarios, ni hace falta pagar el mínimo, casi nadie lo hace, pueden deforestar, nadie los molestará y no pagarán nada de impuestos, hay que ser bonita y fácil, como una mujer, ¿no entienden? así son las cosas acá, y si a algunos no les gustan las mujeres, allá ellos, yo no permito, ya aclaré que si mi hijo me dice que se pasó al otro lado, me pego un tiro en las b…., asimismo”.

    “Me reclaman también que dije que les cortaría las manos a los que roban dinero público y no pasa nada, ¿qué quieren? ¿que trabaje rodeado de mancos? quedaba bien decir eso en aquel momento, en verdad me gustaría cortarles la cabeza a los que me traban en el Congreso, como no puedo, tomo represalias otro lado, eché a familiares y operadores de cargos y puse allí a los leales, así es la política, además el que pone la plata soy yo y se hace lo que yo digo, pero no puedo andar cortando manos de correligionarios y aliados”.

    “Dije también que el Ferreiro ese quería empezar a trabajar a los 60, no sirvió de nada, igual el inútil de Arnaldo perdió, pero es cierto que los periodistas no trabajan, solo hacen preguntas estúpidas, no ven lo importante, vengo de un viaje de donde alabaron nuestro país, nos prometen inversiones y me preguntan de problemas y críticas ¡hay que destacar lo positivo!, por eso Stroessner cerró medios, para no tener que soportar a contreras, en cambio yo compré unos cuantos para que digan la verdad y me defiendan, dicen que no se ven las obras ¿tengo yo la culpa de que los ministros sean inútiles, que todo sea tan lento y no se vea nada?”.

    “Lo de “golpe” se me escapó, ¡qué cag…!, golpe es el que le quisieron hacer a Javier y a Sandra, ¡querían desconocer la voluntad popular e intervenirles el Edén!, suerte que paramos, lo de 2012 fue distinto, porque no era un correligionario y aprovechamos para matar varios pájaros de un tiro, o mejor digamos de un golpe, no sea que interpreten mal ya otra vez”.

    Por Marcos Cáceres Amarilla

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/monologo-de-golpe-1504136.html

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  8. Espejo fragmentado
    03 Ago 2016

    Por Richard E. Ferreira-Candia

    Imagine usted a Paraguay como un gran espejo, pero fragmentado, dijo mientras tomaba su primer sorbo de café negro, sin azúcar. Yo esperaba el mío, mientras me acomodaba en una silla del altillo del Café Literario, dejando en la mesa unos libros que me había pedido prestado. A cambio, él me traía otros. Desde que no me devolvieron varios, es con el único con quien intercambio libros.

    A Paraguay se le ha descripto de muchas maneras, incluso como un gran tesoro escondido; y lo es, afirmó el comandante. Agregó que sigue siendo, además, una gran isla rodeada de tierra, como se atribuye dijo alguna vez Roa Bastos. Le recordé que el escritor también había definido a Paraguay como un país mágico, maravilloso, porque –decía– se conjugan en esta tierra condimentos extraños y hasta mágicos, que atrapa a su propia gente, y a aquellos extranjeros que la conocen.

    En una entrevista que concedió en la década del ’90, el Premio Cervantes 1989 –rememoró el comandante– describió a nuestro país de una manera simple, pero hermosa. Es la mejor descripción que escuché hasta hoy, apuntó. “Paraguay tiene una tierra de fuerza casi magnética. Se siente en la piel. Lo siente el extranjero que lo visita”, dijo Roa Bastos, para luego agregar: “El concepto de lo maravilloso y real existe en Paraguay”, pero –añadió– “esta realidad tiene una ambigüedad y una especie de misterio que rodea todas las cosas”.

    La entrevista para un programa español, que se puede ver en Youtube (Entrevista a Augusto Roa Bastos en A Fondo), muestra a un Roa Bastos enamorado de su tierra, al decir: “Todo está rodeado por un halo en cierto modo mágico. A mí, me gustaría invertir la fórmula y decir que la maravilla es lo real en Paraguay.

    A veces esta maravilla asume contornos, asume estas terribles formas de una pesadilla, pero sigue siendo una pesadilla maravillosa, una pesadilla de la cual nosotros tratamos de emerger como podemos a través de nuestros libros, de nuestras crónicas, no consiguiendo siempre, por supuesto”.

    En esa misma entrevista, recordó el comandante, Roa Bastos hace una descripción fascinante que podemos utilizar para graficar a la propia sociedad paraguaya, dividida, principalmente a causa del estéril enfrentamiento político, generado por la clase política que, carente de un sentido común para priorizar los intereses de la gente, mantiene los vicios aniquiladores que tanto daño han causado lo largo de nuestra historia. Lo define como un espejo luminoso, pero fragmentado.

    “Para mí el Paraguay es como un gran espejo muy luminoso que se ha roto en muchos fragmentos. Un fragmento por sí solo no tendría valor”, respondió en esa entrevista el gran escritor, señalando luego que en sus libros ha intentado “reunir estos fragmentos del gran espejo roto para que pueda volver a dibujarse la imagen profunda de una colectividad”.

    Este país maravilloso y mágico, representado por Roa Bastos como un espejo luminoso, pero fragmentado, ya no puede recibir piedras de quienes deberían cuidarlo.

    El país, en la mayoría de las veces, es como un espejo luminoso roto, fragmentado, donde solo la propia sociedad es la que intenta unir esos fragmentos para que el espejo no se arruine del todo, reflexionó. A ese esfuerzo, sin embargo, no se suma la clase política que, antes de unir, genera más fragmentación.

    El comandante tomó otro sorbo de café y luego siguió con su análisis: Vivimos en un ambiente en el que se quiere hacer prevalecer ideas instalando escenarios manipulados; lo correcto debería ser buscar persuadir a la gente con un mensaje genuino, verdadero, sincero.

    Hoy se escuchan dos discursos, muy distintos: para un sector todo es positivo, pero para otro, todo es negativo. Esto demuestra una fragmentación que hace añicos los sueños de un mejor país. Creo que la gente no cree a ninguno de los dos.

    Recordamos de nuevo una conversación anterior en la que coincidimos en que en los períodos de crispación política (como en el que estamos) la gente espera de sus representantes, del sistema político establecido democráticamente, las alternativas de solución a los conflictos, que probablemente ellos mismos generaron. Pero, lamentablemente, se hace del revés. Antes que intentar unir ese espejo, le tiran más piedras.

    Poco antes de irse, tomó los libros que le había llevado, los verificó para cerciorarse que estaban todos e indicó: Si no queremos que la crispación política, esa fragmentación, sea cada vez peor con el peligro de llegar a situaciones lamentables como las que ya se vivieron en nuestra historia reciente, la clase política debe bajar las armas de la confrontación y establecer una tregua para tratar de lograr un acuerdo de no agresión.

    La disputa política electoral es legítima y un derecho en un estado democrático, e indudablemente es necesaria para medir y establecer fuerzas, pero no puede sostenerse sobre la base del ataque en discursos o campañas de ningún tipo. Este país maravilloso y mágico, representado por Roa Bastos como un espejo luminoso, pero fragmentado, ya no puede recibir piedras de quienes deberían cuidarlo. Eso.

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  9. Jóvenes en la política, ya!

    Por Edwin Brítez

    Reunido con los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Polonia, el papa Francisco evocó el discurso histórico de Martín Luther King “Yo tengo un sueño” para exhortar a las chicas y muchachos ahí presentes a soñar. “Sííí”, contestó la multitud a la reflexión del Papa: “Las cosas se pueden cambiar, ¿verdad?”.

    Cuando Luther King pronunció su famoso discurso –año 1963– en lo que él mismo calificó y luego se confirmó, “la mayor demostración por la libertad en la historia” en favor de la igualdad entre blancos y negros en los Estados Unidos, se cumplían cien años de la proclama de la emancipación por el entonces presidente Abraham Lincoln, quien decretó la libertad de los esclavos.

    Hace cien años de aquello, decía entonces el hombre considerado el “líder moral de la nación”, sin embargo, hoy “las personas negras no son todavía libres; la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las cadenas de la discriminación”.

    El papa Francisco se hizo cargo de aquel discurso del líder norteamericano, esta vez para despertar la conciencia de los jóvenes de todo el mundo en torno a las injusticias en sus más diversas manifestaciones y para alentarlos a tomar partido y jugarse por un cambio.

    “Ustedes son capaces de soñar”, desafío el Papa a los miles de jóvenes de todo el mundo y luego repitió lo que ya había dicho también aquí en Paraguay durante su visita de un año atrás. “Es triste encontrar jóvenes que se han jubilado antes de tiempo, que tiraron la toalla antes de empezar el partido”.

    Entre esos jóvenes había muchos de procedencia paraguaya que asintieron todo lo que dijo el Papa, igual que los miles de jóvenes cuando lo escucharon en Asunción, donde además de aquello dijo también que los jóvenes deben armar lío y ayudar luego para arreglar lo que se ha desorganizado.

    La juventud estudiosa universitaria encontró la forma de hacer lío y lo hizo; cumplió con el Papa, pero aún está por verse si el lío da o dará un resultado que genere un cambio que no sea simple cambio de personas en sus cargos. Lo mismo pasó con la juventud de la secundaria.

    El papa Francisco sigue insistiendo con tener un sueño y no renunciar a ello sin intentarlo porque sabe que para lograr el cambio es necesario desarrollar procesos, los cuales requieren tiempo y de varios enfoques. Ayer fue la discriminación de las personas negras en Estados Unidos, hoy pueden ser los inmigrantes, mañana los pobres.

    Es necesario que la juventud paraguaya, que tanto admira al papa Francisco y este a Martín Luther King, sepa identificar a los negros de hoy en la República del Paraguay para enfocar su lucha, definir su estrategia y disfrutar luego del resultado. El negro de hoy en Paraguay se llama pobreza, inseguridad, corrupción e impunidad.

    Miles y millones de familias de raza negra disfrutan hoy en Estados Unidos de todos sus derechos civiles y políticos gracias a la lucha de gente como Luther King (aún cuando estallan todavía casos esporádicos de discriminación), pero fue aquella movilización eminentemente política la que marcó el hito en la conciencia colectiva norteamericana en favor de la igualdad.

    En Paraguay, la única forma de terminar con nuestros problemas de pobreza, inseguridad, corrupción e impunidad es mediante el involucramiento de la juventud en la actividad política, terreno cedido generosamente a personas que no tienen ni demuestran el más mínimo interés en representarlos, ni a ellos ni a nadie, más que a sí mismas, que no solo despilfarran los recursos que deberían ser destinados a mitigar la pobreza sino que además se burlan de la ciudadanía honesta y mienten descaradamente. Es cierto, no existe jubilación para la lucha contra estos males.

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  10. Cartes perdió su hoja de ruta
    30 julio, 2016
    Por Jorge Paredes

    Era el día 15 de agosto del año 2013, cuando asumía Horacio Cartes el cargo de presidente de la República del Paraguay. En su primer discurso, había asegurado que los grupos armados “no van a marcar la hoja de ruta” de su gobierno. Había prometido una lucha frontal a la criminalidad en nuestro país.

    “Quiero asegurarles que no nos van a marcar la hoja de ruta ni criminales ni grupos armados”, fueron las palabras de Cartes que arrancaron el cerrado aplauso de los presentes, aquella vez, en el acto de asunción a su cargo de titular del Ejecutivo Nacional.

    No solo eso prometió al asumir su mandato sino que aseguró que su gobierno sería implacable para restablecer el orden, y que lograría reducir la inseguridad. A días de cumplir tres años en su cargo de primer magistrado de la Nación, seguimos igual o peor que antes.

    En la calle, la ciudadanía siente el temor en carne propia. Pululan los motochorros, los que aprietan para apoderarse del fruto del sacrificio de las honestas personas que trabajan a diario para poder comprarse para sus pertenencias. Ni en las viviendas ya se está seguro. Se roba de todo.

    No hablemos de asaltos a pequeños y grandes comercios. En varios casos, los atracos son dirigidos por integrantes de las fuerzas públicas. La mayoría de la población vive con el Jesús en la boca, mientras autoridades electas o designadas hacen ostentación con la seguridad que tienen a cargo de policías y militares.

    Pero en el tema del EPP a Cartes no solo le marcan el rumbo sino que ya le hizo perder su hoja de ruta. De acuerdo a los datos, de 11 secuestros, desde el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, pasando por Fernando Lugo y Federico Franco, en el actual gobierno nacional ya se produjeron 7. De esta cifra, entre la semana pasada y esta suman tres secuestros de seguido.

    Ojalá se pueda realmente cambiar este rumbo porque al ritmo que vamos la situación puede ser más crítica, sobre todo con el accionar de los grupos armados. Me dirán que la ACA ya está prácticamente desaparecida, pero el EPP se está fortaleciendo. El problema no es la falta de más recursos sino de voluntad política.

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  11. Senadores deben dejar de perjudicar al país

    No puede ser que se siga perdiendo el tiempo de esta manera, postergando los intereses nacionales a causa de una guerra interna que lo único que hace es boicotear cualquier proyecto que tenga como objetivo el bienestar ciudadano.

    El conflicto surgido por la conformación de las comisiones asesoras del Senado es una muestra clara de que la cuerda ya se ha estirado demasiado y que es tiempo de aflojar la tensión para que la cosa no vaya empeorando hasta llegar a un punto sin retorno.

    Cualquiera pensaría que lo de las comisiones es intrascendente porque el trabajo de los senadores está en las sesiones plenarias, pero esto es falso. El trabajo real, el que decide qué proyectos serán aprobados y cuáles rechazados, está en las comisiones asesoras. Allí es donde se analiza cada tema, se conoce a los protagonistas y/o responsables de ellos; es, en fin, donde se llega al fondo de la cuestión en cada proyecto planteado a la cámara.

    Es más; es en comisiones en donde se decide cuáles son los proyectos que llegarán a ser estudiados por el plenario y cuándo lo harán. Así que la importancia de estos grupos de trabajo es fundamental para el buen funcionamiento del Legislativo y para que los legisladores hagan correctamente su trabajo, en pos del bien común.

    Pero en este momento, la estéril guerra planteada por la disidencia colorada y sus aliados de izquierda lo que ha hecho fue manosear de tal modo la conformación de las comisiones que en este momento hay algunas que no tienen mesa directiva, en otras están solo los que ostentan la mayoría coyuntural de la cámara y en otras, que tienen objetivos bien específicos, se eligió como presidentes a personas absolutamente ajenas al tema que deben tratar; todo por culpa del cupo político.

    Como ejemplo de esto debemos mencionar lo ocurrido con la Conaderna (Comisión Nacional Bicameral de Defensa de los Recursos Naturales), en donde fue electo presidente Fernando Lugo. Esto ha generado una reacción de contundente rechazo de los ambientalistas de todos los sectores, muchos de los cuales trabajan muy de cerca con esta comisión y conocen su desempeño, realidad y necesidades.

    Ellos han preguntado públicamente, a través de las redes sociales, qué puede saber de ecología y recursos nacionales el exobispo y expresidente de la República para presidir una comisión que es tan importante y fundamental para la protección del ambiente.

    La respuesta que han recibido estos ambientalistas y cualquiera que ha protestado por la conformación de las comisiones asesoras del Senado es que son “cupos políticos”, pretendiendo así acallar las protestas y justificar los absurdos abusos con los que impiden que el país avance hacia una vida más digna.

    Es tiempo de que esto termine. Hay que institucionalizar el trabajo de las comisiones, integrándolas con personas capaces e idóneas en cada área respectiva. Posiblemente Lugo podrá presidir alguna comisión dedicada a cuestiones sociales que conozca. Pero tienen que dejar de hacer vito con estos grupos de trabajo que son tan fundamentales para el buen funcionamiento del Congreso.

    Hay que parar el carro, sentarse a analizar la situación, poner cabeza fría y buscar la forma de solucionar estas metidas de pata que una y otra vez lo único que hacen es perjudicar a todos. Si los disidentes quieren seguir peleando con Horacio Cartes y su equipo, a lo mejor pueden desafiarles a una pelea en el ring, pero ya no utilizar los recursos del Estado para mostrar su enojo.

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  12. El rumor y sus consecuencias

    El senador Enrique Bacchetta lanzó una acusación grave contra sus pares de Diputados, afirmando que están siendo sobornados para tomar decisiones, aunque, a renglón seguido, afirmó que no tenía pruebas.

    No es el primer parlamentario que lanza acusaciones de ese tenor y calibre contra sus colegas, ni, lamentablemente, será el último, ya que tales acusaciones sin respaldo ni responsabilidad resultan útiles, en rencillas internas, para desatar el rumoreo en los conventillos públicos o en las redes sociales, bajo la protección del anonimato, en fin, desatar los instintos difamadores de radio so’o.

    En el caso de los parlamentarios, no necesitan del anonimato, porque cuentan con fueros para evitar responsabilidades. Es decir, que pueden chismear, es decir traer y llevar chismes “noticias que pretenden indisponer”, según la Academia, sin sufrir las consecuencias que sufriría el resto de los ciudadanos.

    El filósofo griego Teofrasto –discípulo destacado de Aristóteles, quien lo bautizó con ese nombre, que significa “que habla divinamente”– dejó un imprescindible tratado de los Caracteres, en que describe los tipos humanos, con un profundo sentido crítico basado en la descripción minuciosa de rasgos y de vicios; entre ellos incluye la maledicencia: “la inclinación de la persona hacia lo peor expresada en palabras”.

    Tras hacer un sintético y agudo repaso de las personas que se dedican a hablar mal de los demás y decir que son capaces de hablar mal de “sus amigos y parientes e incluso de los muertos” –en nuestro caso habría que añadir de los colegas–, el filósofo, ya en aquel entonces, ve la corruptela que alcanza también al verbo: “A la difamación la denomina franqueza, democracia, independencia”.

    Un filósofo contemporáneo que ha profundizado sobre la historia y los matices de la maledicencia y el rumor, añade a la clasificación “la difamación, la calumnia, el chisme”.

    Y son muchos los juristas contemporáneos, y muchos los códigos legales que incluyen los delitos, que hablan de afectar el honor, con el agravante de que “la parte denunciante no recurre a un testimonio real para respaldar su acusación, sino a un testimonio sin rostro, con lo que el honor producido por la charlatanería, sin posibilidades de defensa, queda siempre en entredicho.

    Como bien define la Academia, chismear tiene un objetivo: indisponer a unos con otros, en este caso, a los parlamentarios con la ciudadanía que, como sabemos, en general mete a senadores y diputados en la misma bolsa, en la misma lista sábana, aunque tengan diferentes caminos para ser elegidos.

    Es decir, que a parte de malicioso, el acusador, en este caso específico, se comporta como un necio, ya que el desprestigio, para el que una buena parte de la ciudadanía está predispuesta, cae sobre el mismo denunciante. Y lo que es más grave, la institución: el Parlamento nacional.

    Es sumamente grave y estúpido que un parlamentario eche leña al fuego de un desprestigio que ya ha tomado cuerpo en la sociedad y que se manifiesta cada vez más globalmente en los medios de comunicación tradicionales, en los digitales y en las redes sociales.

    Es decir, que en este caso –en los precedentes del mismo tenor y en los que vendrán– tenemos un agravante que recae más sobre el acusador que sobre los acusados –aunque lo comparten, ya que están todos en la misma bolsa–, ya que desde el seno mismo de la institución más representativa del país – pues reúne a los electos representantes del pueblo– se atenta –sin denuncia fundamentada o respaldada, irresponsablemente lanzada al mercado del chismerío– contra el Congreso, históricamente pilar fundamental del civilismo y de la independencia, desde la fundación del Cabildo de Asunción.

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  13. El presupuesto no tiene partido

    El jueves de la semana pasada una publicación de nuestro diario se hacía eco de la queja de varios intendentes del Alto Paraná, cuyos distritos son marginados por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones para la realización de obras de infreaestructura. Los casos más emblemáticos son los de Mbaracayú y Domingo Martínez de Irala.

    El ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona, durante una visita al departamento había anunciado una serie de obras importantes en la región. Llamativamente, los emprendimientos solo beneficiaron a los municipios con intendentes colorados.
    Mbaracayú, un distrito ubicado al norte del departamento, a 70 kilómetros de Ciudad del Este, con más de 14.000 habitantes, ni siquiera tiene servicio de transporte público porque la vía de acceso a la localidad se encuentra en lamentables condiciones. Cuando el intendente liberal Edir Lermer solicitó la pavimentación, la recomendación del MOPC fue instalar un puesto de peaje y recaudar y así solventar las obras.
    Lo mismo pasa con Domingo Martínez de Irala, cuyo intendente, Derlis Benegas (PLRA), había solicitado que se asfalten unos 20 kilómetros para llegar hasta un predio que será destinado a un parque industrial. La respuesta del ministerio fue que se hará un “estudio de la situación”.
    Sin embargo, los distritos con administraciones coloradas están recibiendo una gran cantidad de inversiones. La jugada es muy simple, además de vergonzosa y lamentable. Se utilizarán las obras concretadas con presupuesto nacional, financiadas con bonos que endeudaron como nunca al Paraguay, como bandera para la próxima campaña política.
    La dictadura de Alfredo Stroessner postergó eternamente a los departamentos de Concepción y Ñeembucú, porque eran zonas de liberales. Así Concepción actualmente es tierra de nadie donde imperan el EPP, los narcotraficantes y asentamientos de campesinos, donde seudos líderes imponen su propia ley. El Estado no tiene ningún control sobre este territorio. El gobierno de Cartes sigue pasando bochornos con secuestros y atentados, a pesar de los multimillonarios recursos, -dinero de todos los paraguayos- que sigue gastando para el supuesto combate a los delincuentes.
    Afortunadamente hacia Ñeembucú el descontrol no fue tal, pero de todas formas también es una zona aislada con enormes extensiones de territorio controlado por traficantes de drogas y contrabandistas. Es el resultado de las prácticas autoritarias de caciques que utilizan el presupuesto público como botín para repartir en su clan, marginar y castigar a todo aquel que piensa diferente.
    Es absolutamente vergonzoso y lamentable que el gobierno de Horacio Cartes y sus ministros sigan implementando esta deleznable práctica de exclusión y privilegio, resabio de la dictadura stronista. Los funcionarios públicos deben entender que el salario que reciben y el dinero que administran ocasionalmente, salen de los bolsillos todos los paraguayos, sin distinción de partidos políticos.

    http://www.vanguardia.com.py/v1/index.php/component/k2/item/47264-el-presupuesto-no-tiene-partido

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  14. Usan a campesinos para provocar crisis y beneficiar a la izquierda radical

    Luego de conocerse la sentencia que condenó a varios campesinos en el “caso Curuguaty”, dirigentes carperos realizaron una “asamblea popular” para preparar una movilización de alcance nacional, que tendrá lugar este mes, según informaron. Sus objetivos serán exigir el retiro inmediato de la Fuerza de Tarea Conjunta de la zona de San Pedro, la liberación de los hermanos Víctor y Gregorio Morales, sospechados de brindar apoyo logístico al EPP, la derogación de la ley de seguridad interna, la reincorporación de los beneficiarios del programa social Tekoporã y la anulación del juicio sobre el caso Curuguaty.

    Uno de los dirigentes del sector, Eulalio López –condenado por estafa y fundador de la liga de “carperos”–, informó que los organizadores se hallan en un “proceso de articulación de fuerzas (…) para seguir luchando por una justicia mejor”. Dejando de lado las cuestionables exigencias específicas, así como el vocabulario más bien propio de agitadores o de militares dispuestos a una batalla, viene al caso recordar que la primera parte del art. 32 de la Constitución declara que “las personas tienen derecho a reunirse y a manifestarse pacíficamente, sin armas y con fines lícitos, sin necesidad de permiso, así como el derecho de no ser obligadas a participar de tales actos”.
    Es innegable la licitud, aunque no la sensatez, de los reclamos mencionados, así que solo cabe esperar que quienes participen en las marchas lo hagan voluntariamente, sin recurrir a la violencia contra las personas y sus bienes, ni portar armas de cualquier tipo, aunque no lleguen a emplearlas. Los organizadores deberían precaverse, por cierto, de que no aparezcan “infiltrados”, como los que supuestamente actuaron en Marina Cue. Estas acotaciones vienen al caso porque jefes policiales que dirigieron operativos en esa zona manifestaron que en varias ocasiones, personas armadas, como el hoy condenado Rubén Villalba, conminaron a los efectivos del orden a abandonar el lugar, en un claro acto contra la ley.
    Asimismo, conviene dirigir la mirada hacia quienes no son agricultores, sino políticos inescrupulosos que no intervienen directamente en las manifestaciones sino que desde las sombras manipulan a los labriegos como carne de cañón, en función de sus propios intereses. Alguno, como Elvio Benítez, funge de concejal departamental por el Frente Guasu, y otro, como José Ledesma (Pakova), es diputado por el PLRA. El uno controlaba en el departamento de San Pedro una “zona liberada” en la que las fuerzas del orden público no podían ingresar, según denunció cierta vez un jefe policial, y el otro, siendo gobernador, reivindicó públicamente ocupaciones de tierras, principalmente Alto Paraná.
    De hecho, los reclamos anunciados poco o nada tienen que ver con las necesidades propias de los campesinos, sino más bien con asuntos judiciales y de seguridad interna, y pueden ser compartidos o no por los ciudadanos en general. Por lo demás, la liberación de dos procesados y la anulación de un juicio, lo mismo que la derogación de una ley de seguridad interna, no dependen de la voluntad del Gobierno, contra el que apuntan los organizadores de las movilizaciones, menos familiarizados con la separación de poderes que con la agitación y la propaganda.
    A este paso, resulta preocupante que las demandas y protestas formuladas en nombre de los pequeños labriegos, de consecución imposible en la forma en que se plantean, parezcan apuntar más bien a provocar crisis políticas en beneficio de la izquierda radical.

    http://diariolajornada.com.py/v6/category/editorial/

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  15. La guerra del engaño
    10 Ago 2016

    Por Richard E. Ferreira-Candia

    Hagamos un ejercicio. En el lugar donde encuentre un paréntesis con un asterisco (*) agregue la palabra “política” y un paréntesis con dos asteriscos (**) cambie por “político”.

    Comencemos:

    El arte de la guerra (*) se basa en el engaño (**), por ese motivo debes fingir que eres un inepto (**) cuando en realidad seas capaz, y simular pasividad (*) cuando estés decidido a atacar. Asimismo, aparenta que te alejas aunque tu objetivo (**) esté próximo, y si ya estás cerca, hazle creer que estás alejado del mismo.

    El enemigo (**) es codicioso. Debes atraerlo con señuelos, ofreciéndole pequeñas victorias. Busca simular desorden (**) para posteriormente atacarlo cuando menos se lo espera. Cuando el adversario (**) tenga concentradas sus fuerzas, debes evitarlo transitoriamente.

    Por otro lado, si lo observas que se encuentra en el auge de sus fuerzas, busca la forma de provocarlo, confundirle; en ese momento podrás atacarlo abiertamente. Si su comandante (**) actúa con moderación y prudencia (*), busca estimular su arrogancia (*) para que actúe arbitrariamente.

    Cuando el enemigo (**) esté descansando luego de los entrenamientos, y se encuentre en buen estado de ánimo, acósalo hasta lograr su fatiga (*). Si transcurre la armonía (*) entre sus filas, trata siempre de sembrar la discordia (*).

    ¿Qué tal? Si quiere, puede repetirlo, para que quede más clara la intención del ejercicio. Si no lo necesita, continuemos, entonces.

    El texto, sin los paréntesis y los asteriscos, es una transcripción de una parte del libro “El arte de la guerra”, una obra que, según su propia descripción, fue tomada por militares y políticos de todos los tiempos como medio de inspiración para enfrentar no solamente sus conflictos, sino también para argumentar sus hábiles decisiones políticas.

    Su autor, Sun Tzu, vivió –se supone– entre los años 700 y 400 antes de Cristo en el reino de Qi, en China. Es de lectura obligada para quienes deseen ejercer la política o la comunicación política, para que comprendan cómo funciona el sistema político, incluido Paraguay, donde el arte de la guerra (*) es pan de cada día, aunque probablemente, sin un sentido estratégico, sino de lo que sale, a los tumbos.

    El comandante me había mostrado el texto-ejercicio que tenía impreso en una hoja. Lo hice dos veces y cada vez que pasaba una frase me venía a la mente escenas políticas recientes entre los actores políticos de nuestro medio. Estábamos, una vez más, compartiendo las acostumbradas tazas de café negro, sin azúcar, en el altillo del Café Literario, mientras conversábamos sobre el tenso clima actual.

    Nada nuevo, es un clima hasta normal en la política paraguaya, dijo el comandante. La política, a nivel general, siempre fue vinculada a palabras bélicas, agregó para luego ejemplificar lo que señalaba: escuchamos siempre que hay “una guerra política”, que alguien “venció a su oponente”, que hay “batalla electoral”, que hay “enemigos políticos”, que “hay que atacar a los enemigos” o “hay que defenderse del enemigo”, se da una “contienda electoral”, y, como mínimo, se suceden “enfrentamientos políticos” o se vive una “crispación política”, como ahora se menciona que hay entre el Ejecutivo y el Senado.

    Luego de tomar un sorbo de café, dijo que Sun Tzu también decía que como la estrategia de la guerra se basa en el engaño, es necesario apoyarse en ardiles y trampas ingeniosas para arribar al triunfo final. ¿No es lo que diariamente vemos en el ámbito político? Las estrategias de ataque, descalificaciones, campañas y demás “ardiles y trampas ingeniosas” son moneda común en el gran escenario político nacional.

    Es imposible –reflexionó el comandante– que exista un consenso político, menos aún cuando hay abismales diferencias políticas e ideológicas, pero convertirlas en una guerra (*) permanente dejará siempre contusos de ambos lados, como siempre fue.

    Pero vivimos en permanente lucha política, comandante, le indiqué.

    Y seguiremos así, enfatizó, porque pareciera ser que es el único modelo de hacer política que aprendieron nuestros políticos. Y lo peor, Ferreira, es que el enfrentamiento no solo deja heridos entre los que se enfrentan, sino también deja gravemente herida a la gente. Los que salen perdiendo en toda confrontación son los que realmente necesitan de la atención de la clase política.

    Acá falta responsabilidad de los que están enfrentados, de cada uno de los sectores. Nadie pide que coincidan en todo, pero como decíamos hace poco, es necesario que se dé un “alto al fuego” (otra terminología bélica usada para la política), para que se enfoquen en lo que realmente interesa: la gente.

    Tomó su último sorbo de café, y antes de irse el comandante indicó: Sun Tzu sostiene en “El arte de la guerra” que para ganar una es necesario el engaño, pero también decía que la mejor victoria siempre será ganar sin llegar al combate, porque ello permitirá que no se destruya todo. Lamentablemente, la guerra (**) sin sentido ya está en marcha hace mucho tiempo en Paraguay. Solo nos queda pedir la paz.

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  16. El “abracadabra” de los colorados
    10 agosto, 2016

    Pareciera que en la ANR comenzará a primar la razón y que exponentes del oficialismo y la disidencia, hoy duramente enfrentados, estarían dispuestos a enfundar las hachas de guerra y acercar posiciones, ya con miras a las elecciones generales del 2018. Y es que resulta una obviedad, solo desconocida por necios, que el coloradismo, dividido, solo perfila derrotas en el horizonte. Pero no solo es una necesidad a futuro. Desde hace más de un año que se plantea un problema muy serio en el Senado, en donde proyectos del Ejecutivo son rechazados sin más ni más, resultando perjudicado no solo éste, sino la ciudadanía toda, como ocurrió recientemente con el crédito del Banco Interamericano de Desarrollo.

    La reunión celebrada el pasado sábado en Mburuvicha Róga, de la que tomaron parte el presidente Horacio Cartes y el senador Juan Carlos Galaverna, fue la patada inicial de un partido que no estará exento de escollos, pues con certeza se pondrán sobre la meza una serie de temas “grosos”. Desde la acción de inconstitucionalidad promovida por senadores oficialistas para que el senador Enrique Bacchetta no asuma como miembro del Consejo de la Magistratura y el cambio de actitud de los disidentes en la Cámara Alta, pasando por la composición de la Comisión Ejecutiva de la ANR hasta, desde luego, la reelección, que a su vez abre el debate sobre quiénes integrarán la “chapa”, según se proceda o no a la reforma de la Constitución.

    Dado el nivel de las hostilidades del presente, la iniciativa “dialoguista” es una buena nueva para los republicanos, presas del pánico cuando piensan en el fantasma del 2008, que les mandó a la cuneta por cinco años y que podían haber sido muchos más, si no irrumpía la figura de Cartes.

    Yendo a los temas más urticantes, el de la reelección es uno de singular importancia. Si ésta prosperase, como pretenden los presidentes de seccionales del Departamento Central, a los que se sumarán próximamente los de Asunción y Alto Paraná, por el momento, está claro que HC será precandidato. Pero para ello serán cruciales los votos de los senadores disidentes, quienes verían esfumarse las chances de que Mario Abdo Benítez, “Marito”, sea quien represente al partido en las generales. Y si no se instituye la figura de la reelección, porque no es de interés de HC o porque no se reúnen los votos necesarios, viene un segundo capítulo, pues todo indica que de las filas del oficialismo surgirá algún precandidato para enfrentar al hijo de quien fuera secretario privado de Stroessner, entre quienes se menciona a Enrique Riera, actual ministro de Educación y Cultura.

    De avanzar las negociaciones, lo que implicaría bajar los “decibeles” de los enfrentamientos actuales, el desafío que tienen los colorados es como ir a unas internas de las cuales su partido no salga fracturado, causa principal de la derrota a manos de Fernando Lugo.

    La respuesta tal vez sea superar algo atávico en la política paraguaya, que es la intolerancia y, sobre todo, que las mayorías aplastan a las minorías, en lugar de incluirlas, como sí lo hicieron en circunstancias absolutamente más críticas. Tal es el caso de los comicios del 98, cuando Raúl Cubas asumió la candidatura presidencial al quedar inhabilitado Lino Oviedo y, para la Vicepresidencia, lo hizo nada más y nada menos que Luis María Argaña, obteniendo juntos el 55% de los votos.

    Dicho en otros términos, se podría pensar, por qué no, en que tras las internas se integren fórmulas tipo HC-“Marito”, o “Riera-“Marito” o viceversa, según el veredicto de las urnas.

    Lo cierto es que una ANR divida tiene pocas chances, por no decir nulas. Y por el contrario, “la unidad, es el abracadabra del coloradismo”, es el acto de magia para retener el poder político, al decir del Dr. Argaña.

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  17. De la guacha, al peluche
    12 agosto, 2016
    Por Sergio Etcheverry

    Nunca tendremos tiempo de aburrirnos con el Senado aunque, eso sí, ya no hay casi nada que pueda asombrarnos. De la folclórica guacha esgrimida por el senador Bóbeda en defensa del presidente Cartes, pasamos al yacaré peluche (modelo chino probablemente) del senador Petta, en defensa de los miles de esos animales reales muertos en la (negada por el Gobierno) crisis ambiental del Pilcomayo.

    En medio de la interpelación al ministro del MOPC, Ramón Jiménez Gaona, el senador Petta mostró el simpático animalito con la frase “tenemos derecho a vivir” (o algo similar). La mayoría de los senadores se levantó, “ofendida” por “la falta de seriedad” de su colega.

    Convengamos que el apego al trabajo no es, justamente, el rasgo más distintivo de los componentes de la Cámara Alta: han estado casi un mes sin sesionar por falta de quorum… o sea, por no venir, y en otras ocasiones se han ido para evitar una votación contraria a sus intereses (y nosotros no podemos ofendernos por eso).

    No le echemos la culpa al peluche; es más, la interpelación jamás iba a prosperar porque, de los 30 votos requeridos, solo habían 23.

    Por otro lado, el mecanismo de la interpelación ha de ser la más grande pérdida de tiempo que podamos imaginar. ¿Alguien cambiará de opinión? No. ¿Se obtendrá algún resultado? Jamás. ¿Le importa a la gente? Nones.

    Casi podría decir que la mayoría de las sesiones del Senado es una especie de onanismo político, solo atendida y entendida por una pequeña parte del periodismo y una muy minúscula parte de la población.

    Los senadores, esta nueva nobleza, están muy alejados de los intereses de la gente común y corriente, como usted y como yo, o como nuestro planeta de Júpiter. O más aún: están en otra galaxia, en otra dimensión.

    Si como gran parte de la población ganara en un día lo necesario para llegar apenas al siguiente (y no sus ofensivos ingresos), los senadores no perderían tanto tiempo en inútiles sesiones cirqueras. Digo yo, que no sé nada.

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  18. ué rabia
    15 agosto, 2016

    Por: Marilut Lluis O’Hara
    Una de las cosas que se tiene que ver cómo solucionar cuando alguna vez tengamos una nueva Constitución, es el excesivo poder que tienen las cámaras del Legislativo. Fíjense nomás, el Parlamento, vía juicio político, puede echar al presidente de la República, los ministros de la Corte Suprema de Justicia y varios otros titulares de instituciones importantes.

    Sin embargo, nadie de otra institución o poder del Estado puede juzgar y echar a un solo parlamentario. Eso corre a cargo de ellos mismos, quienes son jueces y parte en cualquier caso que tenga que ver con sus travesuras. Así que en cualquier caso tienen la sartén por el mango estos personajes, la mayoría de los cuales es sinvergüenza y sospechosos de haber cometido algún tipo de delito.

    De ambas cámaras, la que me despierta más rabia es el Senado. Salvando unas poquísimas diferencias, la mayoría ha decidido jugar con la Constitución y las leyes y ha hecho pito catalán a cualquier situación que pudiera beneficiar a la ciudadanía. Y nadie puede hacer nada al respecto porque estamos, absolutamente, en sus manos.

    Hace más de un año y medio que tres ministros de la Corte fueron acusados por Diputados por varios delitos, entre ellos prevaricato y desconocimiento de la ley. Pero he aquí que hasta ahora estos tipos siguen ocupando un lugar en el máximo tribunal de la República y siguen dictando sentencias en las que, casi siempre, no se aplica ninguna de las leyes vigentes, sino la conveniencia de alguna de las partes que es amiga o tiene plata.

    El contralor general de la República tiene mandato vencido desde diciembre del año pasado. Y el Defensor del Pueblo, desde hace 7 años. Cualquiera que se sintiera afectado por una resolución proveniente de alguna de estas instituciones pudiera recurrir a la Justicia porque tanto Roy Rodgers como Manuel Páez Monges debieran estar en sus casas y no al frente de instituciones tan importante. Pero siguen allí, porque los senadores no han podido encontrar el camino adecuado para conformar sendas ternas de candidatos a fin de que Diputados pudiera elegir a sus sucesores.

    Y como si todo esto fuera poco, la venalidad de estos legisladores hace que sigamos soportando a 3 forajidos al frente de la Justicia Electoral. Porque eso sí, diputados y senadores viven haciendo chúmbale con el juicio político a cualquiera que se anime a cuestionarlos, pero cuando se trata de compinches con los que obtienen beneficios, desvían la mirada y se hacen los ñembotavy.

    Estoy podrida de esta clase política sinvergüenza y ventajista. Para colmo tengo la sensación de que llevo años plagueándome al pedo, sin que nadie me tome en serio. Estoy pensando seriamente bajar a la arena política, postularme para el Parlamento en el 2018 y darles un saplé, en su cancha, a estos badulaques.

    Empiecen a temblar…

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  19. Preparan trampa para extorsionar al elector

    La Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley del diputado liberal Sergio Rojas que dispone sanciones severas a los ciudadanos que incumplan la obligación de votar en las elecciones. Sin embargo, ya se anunció que está en estudio otro proyecto de ley alternativo, debido a que, pese al resultado de la votación anterior, hay diputados que están de acuerdo con la iniciativa pero tienen algunas dudas, y a que otros que hoy se oponen a la misma podrían aceptarla mañana con otros tipos de sanciones.

    El proyecto rechazado establecía una multa de 350.000 guaraníes a quienes injustificadamente no asistían a votar en los comicios, además de prohibir la tramitación de documentos personales y de acceder a planes sociales de ayuda económica del Estado.

    Como se sabe, el Código Electoral –en consonancia con la disposición constitucional– establece que el voto constituye un derecho y un deber, por lo que todo ciudadano está obligado a concurrir a votar. De hecho, el incumplimiento de esta norma carece de consecuencia en la actualidad, ya que ningún infractor fue molestado por el hecho de que, según interpretación de las autoridades pertinentes, no está asignado el organismo que ha de recaudar la multa.

    Aún cuando se calcula que alrededor de un millón de ciudadanos eludieron el cumplimiento de este deber en las últimas elecciones, y a pesar de que el Estado puede cobrar multas, en 27 años de ejercicio del voto con un importante margen de abstención, nadie se ocupó de multar a los abstencionistas.

    La única explicación posible de este fenómeno es que como la ciudadanía sabe que no pasa nada si no concurre a votar, y ante la falta de candidatos atractivos que le merezcan confianza, ejerce con toda tranquilidad la abstención sin premeditación, organización ni promoción de tal determinación. De esta forma, la abstención se ha convertido de hecho en un derecho que se contrapone al imperativo constitucional del deber ciudadano de votar.

    ¿Qué impidió que durante tantos años se aplicara la sanción por no votar? Primero, todos sabemos que, en general, la ciudadanía no es consciente de que la soberanía está en sus manos y de que el voto es la forma de ejercerla. Segundo, esa soberanía fue secuestrada por los partidos políticos, más concretamente por los caciques políticos de turno, que se quedan con las funciones de representación gracias a las “listas sábana” de candidatos elegidos entre ellos. Tercero, los partidos políticos tradicionales todavía consiguen una participación aceptable con solo exacerbar el sentimiento partidista de la población para cada elección.

    Entonces, ¿qué ha cambiado para que ahora los legisladores piensen sancionar la abstención electoral? En vista de que los gobiernos y los partidos políticos pierden prestigio muy rápidamente, aún cuando las cúpulas siguen controlando las estructuras partidarias, la conducta de la gente común es una tendencia a la abstención electoral debido a que la oferta electoral de los candidatos es cada vez más pobre, lo que provocará en el futuro la total des- legitimación de la representación política que vaya surgiendo de cada elección.

    Antes de que eso ocurra, de que ya no alcance el sentimiento de propiedad y lealtad al partido, antes de que la gente aprenda a decir no a la afiliación obligatoria por imposición familiar o para acceder a contratos de pocos meses en la función pública, o de rechazar el arreo coactivo, los ideólogos del voto obligatorio quieren imponer la soberanía por el temor a alguna sanción.

    Votar para evitar ser multado con un cuarto del sueldo mínimo, votar para no perder pequeños privilegios que impiden el retorno a la extrema pobreza, votar para no tener que tropezarse con problemas artificiales de la burocracia en la tramitación de documentos. En otras palabras, votar solo por temor y para evitarse problemas.

    El ideal democrático de una construcción del Estado de derecho no se funda precisamente en el temor ciudadano sino todo lo contrario: en una participación libre y voluntaria, consciente y responsable, donde la mejor motivación puede encontrarse en la conducta ética y ejemplar de la clase política cuyos miembros se ganaron el derecho de ejercer la representación a través de una intachable hoja de vida, de conducta ejemplar y de integridad frente a las peores tentaciones.

    En consecuencia, el endurecimiento de las sanciones a quienes incumplen el deber de votar no se puede interpretar de otra forma que no sea el temor de la corrupta élite política de que la ciudadanía le vuelva cada vez más la espalda en las próximas elecciones, harta y frustrada por la cadena de abusos, latrocinios, enriquecimientos con fondos públicos y despilfarro de los capitostes y su clientela.

    Votar con los pies viene siendo cada vez más la constante de los electores, lo que no se solucionará con la punición, sino con mandar al traste las “listas sábana” para que aparezcan candidatos que merezcan la consideración de los ciudadanos y las ciudadanas.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/editorial/preparan-trampa-para-extorsionar-al-elector-1508453.html

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