Educación terrible

Estoy tratando de entender unas cifras dadas a conocer por la organización #EducaciónSinBarreras que se refieren a la educación universitaria en nuestro país. La noticia es muy escueta y no da muchos detalles. Solo que la estudiante universitaria Mara Alfonzo dijo que el 69% de los jóvenes, en Paraguay, no accede a la educación universitaria, y el 80% de ellos se encuentra en situación de pobreza extrema.
“La universidad –dijo– no puede seguir siendo una herramienta de exclusión social ni un sueño lejano de millones de paraguayos”. Se hace referencia luego a una audiencia pública en la Sala Bicameral del Congreso donde se discutirá una ley que regule el pago de aranceles en las universidades e institutos de carácter público en todo el país.

Creo que el tema, al cual la prensa no le dedica más de diez líneas, oculta un problema mucho más complejo y amplio que el de los aranceles. Además, lo dicho, son medias verdades refiriéndose a un tema que va mucho más allá de los aranceles que pueda cobrar la Universidad Nacional, ya que solo se habla de “universidades e institutos de carácter público”, mientras no se dice una sola palabra de las universidades privadas.

Dichas las cosas así como se dicen en la breve noticia, dejan traslucir un toque de demagogia, ya que la supresión de aranceles y abrir las puertas de la universidad a ese 69% de jóvenes que hoy no pueden ingresar a la universidad no solucionará ni siquiera una pequeñísima parte de la educación universitaria en nuestro país. Si se tiene la voluntad de hacer bien las cosas, hay que comenzar por la educación primaria y luego pasar por la secundaria, de modo que cuando los estudiantes lleguen a la universidad no sorprendan a sus profesores al descubrir que son incapaces de redactar un texto, sobre cualquier tema, de media página de extensión, sin cometer tres o cuatro errores graves de sintaxis y ortografía por línea, como término medio. El siguiente paso es tropezar con la dura realidad: la universidad tampoco está en condiciones de reparar las graves averías que traen los jóvenes fruto de una desastrosa formación en la escuela y luego en el colegio.

Antes que hablar del porcentaje de jóvenes que no pueden ingresar a la universidad, un dato interesante, sin lugar a dudas, sería bueno conocer otros porcentajes: cuál es el grado de escolarización de los niños. De todos esos que ingresan a primer grado, qué porcentaje termina el noveno grado; qué porcentaje pasa al bachillerato y cuántos de ellos logran terminarlo; cuál es el grado de deserción y cuáles son las causas. ¿Siempre es por motivos económicos?

Dicen que un 80% de los jóvenes están en situación de pobreza extrema. Sin embargo cada día, en cada barrio, vemos surgir una nueva universidad cuyos aranceles son estratosféricos. No es necesario conocerlos. Es suficiente ver que esa “universidad” que ha comenzado en una casa de familia con tres o cuatro habitaciones, en un par de años se ha convertido en un gigantesco edificio de varios pisos que se va extendiendo por la manzana como una imparable mancha de aceite. ¿De dónde sale todo ese dinero si no es de lo que aportan los alumnos?

Mara Alfonzo dijo que los recursos de Fonacide están distribuidos en planes que “no responden a las necesidades reales que tenemos como sociedad. La situación de la educación es terrible”. Los recursos del Fonacide podían haber financiado estupendos planes de becas si no se hubieran robado sus fondos. Y se seguirá robando, pues los políticos que manejan ese dinero están oponiéndose a que sea administrado por otra gente en lugar de hacerlo ellos mismos. Tiene toda la razón del mundo: la situación de la educación es terrible a todos los niveles y en donde están involucrados todos los estratos: profesores, alumnos, directores y hasta los constructores de las escuelas que se desploman sobre las cabezas de los alumnos sin que la justicia se haya dado por enterada.

Por Jesús Ruiz Nestosa

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/educacion-terrible-1483771.html

12 comentarios en “Educación terrible”

  1. #lídernotecalles

    Por si a alguien le quedaban dudas de que la rapidez es una de las características de nuestro tiempo y también una herramienta de cambio poderosa y eficaz, en la primera quincena del mes la realidad nos dio una muestra contundente con la crisis de la cartera de Educación.
    El liderazgo a medias no alcanza, podría ser el título de esta escena. Su indiscutible conocimiento tecnológico, honestidad, rectitud y determinación; su entrega y dedicación a la causa, atributos del liderazgo absolutamente imprescindibles y muy valorados en los políticos y administradores de la cosa pública, no le fueron suficientes a Martha Lafuente para que se entendiera el valor de su trabajo, ni se apreciaran los cambios que implementó con tanta valentía. Le faltó comunicación, porque lo que no se sabe o no se ve no existe para la gente.

    En los sistemas sociales con personas adultas que tienen sus creencias y valores ya establecidos las relaciones se desarrollan por medio de conversaciones formales y no formales, a través de las cuales se construyen sentidos compartidos. Las conversaciones informales completan, modifican o reemplazan a las formales.

    Las personas adultas en general temen el vacío de información, les da inseguridad y hasta angustia, por lo que al no saber el porqué de algo tienden rápidamente a llenar ese vacío con su propia interpretación o buscan la información en su entorno. Tener respuestas y explicaciones para todo da seguridad.

    Y además los adultos juzgan los hechos desde las creencias y vivencias que ya tienen, y ante nuevas situaciones, vacíos de información o incertidumbres buscan las explicaciones reafirmándose en lo que ya creen, y así se genera una fuerte resistencia a nuevas evidencias o datos.

    En este juego de la comunicación social, el que controla la agenda gana. Y controla la agenda el líder que dice, el que propone, el que muestra.

    El que tiene que salir a aclarar, explicar o defender. El que se queda callado esperando que lo suyo caiga de maduro, pierde. Nunca va a quedar picando un vacío de información, alguien lo va a decir. Nunca va a quedar vacante un espacio de liderazgo, alguien lo va a llenar. Y esta regla vale para todas las relaciones humanas, en la política, en la familia, en las organizaciones, en los grupos de amigos.

    Y le pasó a la ministra Lafuente, lo mismo que les pasa a los líderes con frecuencia, lo que ella no dijo o no mostró de su gestión fue dicho por alguien más.

    ¡#lídernotecalles!

    No dejes el arco libre, tomá siempre la iniciativa de la comunicación y asegurate de decir lo que querés, que se entienda, acordate que todo lo que digas o hagas, así como lo que no digas o no hagas tiene el valor de un mensaje.

    Por Patricia dos Santos

    http://www.ultimahora.com/lidernotecalles-n994354.html

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  2. Sin Infraestructura no se aprende nada

    Posteado por Oscar Cortessi el 05-05-2016

    Infelizmente el Paraguay en los últimos años no tuvo suerte con sus gobernantes y en especial en el área Educativa, donde se hicieron muchísimos cambios que Infelizmente trajo la perdida de muchas costumbres y tradiciones en aras de una mejor política educativa.

    Por citar algunos de ellos, hemos perdido los más sagrado en nuestras Escuelas y Colegios, la entonación del Himno Nacional Paraguayo cada mañana en la formación, algo tan tradicional y del cual nos sentimos orgullosos. Hoy en día los alumnos ni siquiera la letra del Himno conocen, porque dos veces por semana se coloca un CD en un reproductor y ellos escuchan, algunos cantan y ni siquiera respeto la tienen.

    Todos hablan de la Reforma Educativa… de nuevos métodos.. que en 30 o 40 años vamos a ver los resultados… en fin… y pocos saben que el Ministerio de Educación y Cultura es una institución burócrata, donde uno va y jamás encuentra un apoyo, una solución a los problemas que planteamos, si no que te hablan de “políticas educativas” que ni ellos entienden y tampoco pueden dar una explicación coherente de lo que suceden en el ámbito educativo.

    El MEC está lleno de PHD.. Magister.. Dres..etc, y nadie realiza una tarea de gestión política que tanta falta hace. Solo basta visitar el MEC para conocer la verdad, la burocracia imperante es asustador, todo lo hacen para complicar al usuario que concurre a esa institución.

    Con esta “Revuelta” de los estudiantes, desnuda la INOPERANCIA DEL MEC… que ni siquiera tiene la mínima condición de solucionar un problema de un local educativo. En cada entrevista a la prensa hablan de millones en rubros, en asignaciones… pero en respuesta lo único que se ve son las ruinas edilicias de los Colegios. No basta poner muchos ejemplos.. solo el del Colegio Nuestra Señora de la Asunción, ubicado en la capital, en tres años de gestión del MEC, no fueron capaces de pasar una mano de pintura, a un Colegio emblemático que ya estaba en ruinas cuando ellos asumieron y con constantes pedidos de arreglo URGENTE.

    Todos sabemos que si no existen las condiciones edilicias adecuadas, confortables, con docentes preparados y alumnos bien alimentados, no hay política educativa que pueda progresar y mucho menos avizorar un futuro promisorio para la juventud. Estas son las razones que lleva al Paraguay a figurar en el último puesto del ranking de la educación del Foro Económico Mundial.

    Por citar algunas de las dependencias del MEC, que nada aportan a la educación están las famosas SUPERVICIONES, son lugares que existen solo a efectos de recaudar por sellos o firmas, y cuando uno acude a esas dependencias nunca se les encuentra a las Supervisoras, siempre están en “Jornadas de Capacitación”, sin siquiera realizar trabajos en pro de los Colegios, lo digo porque en varias oportunidades he procurado ayuda, para gestionar la falta de profesores para un colegio, nunca hacen caso, son insensibles a los casos urgentes, y los únicos perjudicados son los alumnos.

    Dejemos nos de engañar, MARTHA LAFUENTE puede ser una buena técnica, como escuche decir, pero es una pésima administradora y con una gestión política y administrativa deplorable, porque en sus tres años de gestión un solo colegio no arreglo, y pretende hablarnos de una Política Educativa de vanguardia y que los resultados serán vistos a mediano y largo plazo, a sabiendas que sin infraestructura jamás se verán los frutos.

    La “Revuelta” de los Jóvenes está plenamente justificada, cansados de estar dando clases en aulas en pésimo estado, profesores sin capacidad, colegios sin el mínimo sistema de seguridad que los alumnos necesitan.

    Hoy en día los alumnos siguen en los colegios públicos, gracias a la gestión de las Comisiones de Padres que suplen las carencias de la institución donde están sus hijos, realizando actividades diversas, (rifas, ferias de comidas etc.), porque si dependiera del aporte del MEC, terminarían en la indigencia.

    Hay que reformar el MEC, en todos sus aspectos, no puede seguir así con la infraestructura obsoleta e inútil, hay que cambiar la infraestructura organizacional y luego pensar en implantar políticas educativas que beneficien a los jóvenes, sin ello cualquier retórica de los “entendidos” en educación, no servirá para nada.

    La discusión de que sí con la salida de Lafuente es la solución, creo que puede ser el inicio de un cambio serio, que se impulse un verdadero ordenamiento interno del MEC primeramente, y luego aplicar unas políticas educativas de acuerdo a los usos y costumbres de los paraguayos, para que la educación sea el principal motor del desarrollo nacional, porque en la manera actual, ya se ha decretado su deceso.

    Cuanto más pienso en la práctica educativa y reconozco la responsabilidad que ella nos exige, más me convenzo de nuestro deber de luchar para que ella sea realmente respetada. Si no somos tratados con dignidad y decencia por la administración privada o pública de la educación, es difícil que se concrete el respeto que como maestros debemos a los educandos.

    (Paulo Freire)

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  3. Jóvenes estudiantes, no se callen

    El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Hacienda y las Municipalidades, incluyendo la de Asunción, nos han “regalado” este año sus desproporcionados, bárbaros aumentos tributarios en detrimento de la cada vez más debilitada economía ciudadana. Mucho se ha hablado y escrito acerca de este atropello que no tiene precedente y que parece no tener visos de parar. La angurria oficial no se sacia porque debe recuperar lo perdido a causa de las malversaciones, nepotismo, altos e injustificados salarios de funcionarios estatales, adjudicaciones amañadas, construcciones de rutas mal hechas, viajes con frondosas delegaciones con jugosos viáticos, dádivas políticas y otras indebidas erogaciones. En poco tiempo, los padres de ustedes jóvenes estudiantes ya no podrán soportar otras cargas onerosas. No podrán asumir los gastos de estudio. La educación se resentirá porque la carga tributaria ya no le permitirá enfrentar el gravoso peso de los impuestos. Serán desarraigados del hogar que con sacrificio lograron levantar. Vivirán acosados por las necesidades de pan, trabajo, salud, educación, por la presión económica impuesta por los administradores de la cosa pública. Jóvenes, han tumbado a un rector y una ministra por hechos de corrupción. Y ojalá no tarden en tumbar a cualquier otro funcionario de alto nivel que viole permanentemente la Constitución y las leyes, aquél que apaña y defiende a los que viven de negocios ilícitos como el contrabando, el narcotráfico. Jóvenes, en ustedes ponemos nuestra única esperanza. Nuestros representantes en el Congreso, en su mayoría, han perdido su dignidad. No defienden los intereses del pueblo. Perdieron su ética. Saben decir “amén” a los mandones de turno que anteponen sus intereses personales y no las generales. Emiten bonos soberanos que endeudan a esta y las generaciones venideras. El país vive bajo un régimen de impunidad. No se castiga a los que roban, a los intendentes corruptos. En la ciudad capital se vive en un ambiente sucio, de zozobra, dentro de un caótico tráfico, con calles destrozadas, con motochorros asaltantes atracando cotidianamente a la gente. Nuestras autoridades no aprendieron el legado ético y moral de los verdaderos patriotas como Eligio y Eusebio Ayala, paradigmas del decoro, la decencia, honestidad, la moral. Ellos han manejado la economía del país sanamente. Han enfrentado una victoriosa guerra internacional con recursos nacionales propios, sin recurrir a grandes préstamos internacionales.

    Finalmente, queridos jóvenes, no dejen que caiga la bandera tricolor en manos de pícaros. No permitan más la impunidad. Los que saquean deben ser imputados y castigados. Deben devolver lo robado y purgar ejemplarmente en las cárceles para que aprendan a vivir dentro de la ley y las buenas costumbres. Jóvenes de mi patria: No se callen. Continúen tumbando corruptos. La patria os agradecerá.

    Alberto Granada

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  4. Acción y omisión
    Por Yan Speranza

    Para la Iglesia Católica un pecado se configura cuando se produce una acción u omisión voluntaria contra la ley de Dios.

    Nuestro sistema legal normativo también establece que determinadas acciones u omisiones pueden generar faltas de varios tipos e incluso delitos.

    Con mucha indignación vemos que ambos elementos han estado presentes y han causado perjuicios al sistema educativo paraguayo cuando analizamos lo que viene ocurriendo con una parte importante del Fonacide.

    El Fondo Nacional para la Inversión Pública y el Desarrollo (Fonacide) se crea en el año 2012, con el objetivo fundamental de orientar los recursos provenientes de la cesión de energía paraguaya de Itaipú al Brasil, exclusivamente a la inversión pública para el desarrollo nacional.

    Para enfocar aún más esta inversión, la misma ley crea otro mecanismo denominado Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación, que recibe un 30% del total de los recursos del Fonacide y destina la totalidad de dichos recursos justamente a educación e investigación.

    Como otro 25% de los recursos la ley los dirige a los municipios y gobernaciones, se estableció la obligación para dichos gobiernos locales y regionales de invertir al menos 50% de todo lo recibido en infraestructura escolar y otros 30% en almuerzo escolar; es decir, un foco centrado de nuevo en el tema educación, aunque en este caso de manera descentralizada.

    En los últimos tres años de vigencia de esta ley, los municipios y gobernaciones han recibido alrededor de 260 millones de dólares, los cuales debían ser aplicados de acuerdo con las proporciones mencionadas a infraestructura y almuerzo escolar.

    Acá nos encontramos con el primer “pecado de acción”, pues los fondos fueron efectivamente ejecutados, pero con una muy importante cantidad de gobiernos locales que lo hicieron de manera irresponsable, arbitraria y corrupta en muchos casos.

    Si la acción de ejecutar estos recursos destinados a infraestructura escolar –unos 130 millones de dólares– se hubiese hecho en forma coordinada con el Ministerio de Educación, respetando los procesos de planificación, buscando soluciones viables de los problemas burocráticos y, sobre todo, haciéndolo de manera honesta, el impacto debía haber sido significativo en este tema tan sensible por los recursos implicados.

    En el otro extremo de esta historia tenemos el “pecado de omisión”, que también puede ser sumamente dañino dadas las circunstancias.

    Para entender el caso, debemos volver al mencionado Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación, que igualmente ha recibido en los años de vigencia de la ley ingentes recursos: alrededor de 350 millones de dólares.

    La lógica de funcionamiento de este Fondo en particular es muy interesante, puesto que al tener una conformación público-privado se ha hecho un serio y buen trabajo de selección de propuestas en el campo educativo y de la investigación, que reciben financiamiento del Fondo.

    El tema es que los programas que reciben financiamiento son presentados y ejecutados en su gran mayoría por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

    Y acá se termina de configurar el pecado de omisión, pues en al menos tres proyectos estratégicos que ya fueron aprobados a fines del 2014 y durante el 2015, se tiene una ejecución de virtualmente 0%.

    Estamos hablando en estos casos de unos 230 millones de dólares sin ejecución, prácticamente, y para colmo los proyectos apuntan a cuestiones esenciales, estratégicas y muy sensibles para la ciudadanía como el tema de infraestructura escolar, la formación docente y la tecnología en la educación.

    Claramente, es hora de sacarnos de encima estos pecados de acción y de omisión. Para el efecto, debemos ser capaces tanto desde el sector público como del privado de diseñar una nueva arquitectura que nos permita avanzar aprovechando los recursos financieros aún disponibles.

    Los jóvenes, valiente y legítimamente, patearon el tablero. Y nos exigen nuevas reglas de juego.

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  5. En busca de soluciones

    Por Jesús Montero Tirado

    Los inquietantes desafíos que nos presentan los horizontes hacia dónde va la educación y los muchos problemas que nosotros tenemos, nos obligan a reflexionar y buscar las mejores soluciones. Lo importante en esta búsqueda es, en primer lugar, identificar los problemas, dimensionarlos atendiendo a sus efectos y descubriendo sus causas, sin confundirlas con los síntomas; medir los recursos con que contamos y decidir estrategias alternativas, para pasar a la acción planificada a corto, mediano y largo plazo.

    Está bien que el Poder Ejecutivo con el nuevo ministro, Enrique Riera, proponga el plan de emergencia ante la pésima infraestructura de muchas escuelas porque se trata de una necesidad urgente expresiva de la baja calidad del sistema educativo, además de ser un problema que tiene raíces en la corrupción y ha desencadenado una crisis coyuntural con proyección estudiantil, social y política. Pero es también prioritario decidir cuál será el método con que se van a tomar las decisiones para planificar la mejora del sistema de educación.

    Por tratarse de un “sistema” el método para identificar los problemas y sus dimensiones no puede ser la reflexión con pensamiento analítico, porque un sistema no se conoce ni se cura descomponiéndolo en sus partes y pretendiendo corregirlo arreglando cada parte por su cuenta. El mal estado de la infraestructura y equipamiento de muchas escuelas es una parte del sistema, corrigiendo esa parte, aun siendo necesario, no se arregla el sistema, porque el mal estado de la infraestructura no es la causa sino un síntoma del mal estado del sistema de educación y de otros sistemas que inciden en él. Para identificar los problemas de un “sistema” y encontrar soluciones, hace falta el pensamiento sistémico.

    “El pensamiento sistémico es fundamentalmente lo opuesto al ‘análisis’. Más que tratar de descomponer un fenómeno complejo en partes más pequeñas, intenta comprender la complejidad de un sistema mediante el examen del comportamiento de sus componentes dentro del sistema mayor al que pertenecen. Por ejemplo, en lugar de tratar de comprender aisladamente las operaciones de elementos aislados (…), el enfoque sistémico observa cómo se desarrollan las operaciones dentro de una empresa examinando las interacciones con otras funciones (abastecedores, clientes, etc.)”. Reconocer que el desempeño ideal de una empresa depende más de cómo las diferentes funciones interactúan que del desempeño óptimo de cada una, de forma independiente, es uno de los aspectos de mayor interés del “pensamiento sistémico” (Alexis Codina).

    Para aplicarlo a nuestro caso basta preguntarnos ¿por qué la infraestructura y equipamiento de las escuelas está mal? Las respuestas a esta pregunta son muchas: corrupción de empresas adjudicadas y sus mandatarios, deficiente control y sospechosa certificación y aprobación, negligencia de directores que hacen poco por el mantenimiento, compleja burocracia del Ministerio de Hacienda para fondos de mantenimiento, compleja burocracia del MEC, corrupción y coimas en proveedores de materiales, insuficiente personal en departamento de construcciones del MEC, funcionarios instalados por presiones de políticos, escasa o nula relación entre currículo y planificación con constructores, factores culturales, pasividad y permisividad de padres de alumnos y comunidades educativas, etc. Todas las respuestas están relacionadas con las interacciones entre diversos componentes y responsables del sistema.

    Si nos preguntamos ¿por qué se construyen las escuelas con los actuales diseños, sin tener en cuenta las necesidades que las nuevas pedagogías, métodos, didácticas y materiales didácticos van a exigir? tendremos semejante respuesta: cada sector trabaja aisladamente, como suma de partes, en vez de un emprendimiento pedagógico sistémicamente planteado y conducido.

    El pensamiento sistémico se nutre del “pensamiento holístico”, que mira el papel y propósito de un sistema y sus partes como un todo, sus funciones y cómo lo hacen. También se apoya en el pensamiento dinámico que investiga cómo el sistema y sus partes actúan todo el tiempo, es decir, cuál y cómo son sus movimientos y tendencias. Y finalmente con la técnica de pensamiento lazo-cerrado observa cómo las partes de un sistema reaccionan e interactúan entre sí y con factores externos.

    En 2008, Brian Atwater y Paul Dittman publicaron “We want to be Toyota” (Queremos ser Toyota) demostrando que el éxito mundial de Toyota en la vanguardia automotriz se debe fundamentalmente a que Toyota aplica el pensamiento sistémico para conducir sus empresas.

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  6. Ser mejores para ganar más

    Los dirigentes sindicales y las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura al parecer llegaron a un acuerdo preliminar para implementar la carrera docente. El proyecto prevé que los maestros tengan un incremento anual de su remuneración salarial, de acuerdo a una escala progresiva que empezará el año próximo y se completará en el 2021. Junto a la declaración de “emergencia educativa”, aún en estudio en el Congreso, se supone que nuestra situación en esta materia mejorará sensiblemente en un futuro cercano.

    Lo que se dibuja en un papel no siempre se convierte luego en una realidad. Los docentes podrán ganar más a partir del año que viene pero eso no significa precisamente que serán mejores maestros. Los buenos profesionales no se forman en un año ni en dos. Los docentes con los que contamos tienen, en general, una preparación pedagógica bastante limitada y, según los resultados de algunos exámenes administrados por el MEC, el promedio no llega siquiera al nivel mínimo de la excelencia en la labor de los educadores.

    La mejora progresiva en el sueldo de los docentes necesita ir acompañada, indefectiblemente, de una capacitación continua y de evaluaciones periódicas y obligatorias para ir subiendo en el escalafón. Recordemos que, según estudios de organismos especializados como el Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), el nivel de nuestros educadores está por debajo de la media de la región.

    La experiencia que tenemos en materia de capacitación docente no es buena. Por una parte, las propias organizaciones sindicales han rechazado algunos procesos de capacitación, calificándolos de incompletos, parcialistas y manipulados con fines políticos o por preferencias personales de las autoridades del ministerio. Las polémicas y visiones opuestas sobre cómo capacitar a los docentes motivaron que el MEC guardase en el freezer 49 millones de dólares de los recursos del Fondo para la Excelencia de la Educación, sin realizar nada en el área de mejoramiento de la formación de los profesores.

    La necesidad de capacitación de los docentes es evidente, el bien elaborado proyecto de mejoramiento del nivel pedagógico del magisterio por parte del MEC está, los fondos necesarios para llevar a cabo la tarea ya están disponibles, pero…, no se avanza más allá de las buenas intenciones.

    Por lo expuesto, el sistema educativo enfrenta dos grandes desafíos. Por un lado, los docentes deben tomar conciencia de que una mayor remuneración salarial puede mejorar sus vidas pero no la de los estudiantes, si persisten en su poca voluntad para capacitarse y brindar un servicio de excelencia.

    Por otra parte, el MEC debe organizar una escala de prioridades en que lo fundamental es contar con buenos docentes, altamente capacitados como los motores impulsores de la correcta formación de los estudiantes.

    Por supuesto que es una emergencia reparar el desastroso estado de los locales escolares, pero también es una emergencia, quizás de mayores proporciones, la ausencia de una capacitación masiva de los docentes que son pilares fundamentales del sistema educativo.

    Por Ilde Silvero

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/ser-mejores-para-ganar-mas-1486444.html

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  7. La educación no puede estar a la venta
    08 Jun 2016

    Por Pablo Noé

    No todo puede estar a la venta. No todo debe estar a la venta. Existen ciertos límites sociales que obligatoriamente tenemos que establecer en nuestra comunidad para comenzar a diseñar ciertos parámetros de calidad ante los cuales ceñirnos para salir adelante. Ignorar esta premisa equivale a dar la espalda a los grandes problemas que sufrimos periódicamente.

    Uno de los temas que necesariamente debe encabezar esta lista de asuntos prioritarios que no pueden estar a la venta es la educación. Bajo ningún concepto y en ninguna instancia del complejo proceso educativo se puede liberar al mercado un intangible que además de ser una garantía constitucional, es un elemento crucial y clave para construir el proceso de transformación profunda que requiere el país.

    Exponer la educación a la comercialización implica subordinar las premisas del proceso a las prioridades económicas de quienes encuentran en este nicho una fuente inagotable de generación de recursos, algo que es apetecible para cualquiera que pretenda obtener plata fácil. Este esquema toscamente disimulado es moneda común en la actualidad y las víctimas de esta situación somos, aunque queremos reducir el universo a los alumnos, todos los integrantes de nuestra comunidad.

    Las universidades de garaje son las que encarnan en su concepción, forma de gestión y sus productos finales, el mejor modelo para definir las caóticas consecuencias de liberar indiscriminadamente la posibilidad de educar en una instancia decisiva como lo es el nivel terciario.

    El origen, la politiquería absurda, devoró todo sustento técnico y rifó a los amigos la concesión para establecer una impresionante cantidad de centros que con la excusa de brindar educación universitaria, lo que consiguieron es echar a andar una maquinaria gigante que genera recursos económicos a cambio de prácticamente nada.

    Las instituciones encargadas de controlar la calidad de todo el sistema académico siguen intentando remediar esta caótica realidad, y con escasos recursos intentan elevar a un nivel superior este tétrico desenfreno comercial con un pálido tinte educativo. Hasta ahora sus esfuerzos resultan insignificantes y las consecuencias las estamos comenzando a sufrir irremediablemente.

    Sin lugar a dudas las víctimas de este esquema grosero es la población en su conjunto, porque cuando hablamos de la universidad no podemos reducir el resultado del proceso académico a la obtención de un título o certificado. Se debe contemplar un esquema de generación de conocimiento, en el que la extensión, la investigación y la calidad de la malla curricular deba ser la única guía a tomar en cuenta para la existencia de cada carrera en cada casa de estudios.

    Los profesionales egresados de todos las universidades del país necesariamente deben insertarse al mercado laboral con todas las garantías para ejercer sus tareas con absoluto conocimiento, en el plano teórico práctico, de los requerimientos que exige su responsabilidad. Porque en un momento de necesidad extrema, como lo es una consulta de urgencia médica, no podemos estar pidiendo el título, verificar a qué universidad pertenece y allí estar convencidos que al no ser de una de garaje, podemos confiar que seremos correctamente atendidos.

    Desde el garaje no se puede pensar en dar un salto cualitativo. Las universidades de garaje deben cerrarse, es el único camino tolerable si pretendemos construir un país mejor. Cualquier punto intermedio sería claudicar en esta iniciativa. Por su importancia, debemos aprender la lección y entender definitivamente que la educación nunca más debe estar en la vitrina para ser adquirida al mejor postor.

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  8. Una educación mejor pagada
    14 Jul 2016

    El diálogo y el consenso siempre serán las mejores herramientas cuando se desea trabajar para lograr el bienestar común. Este paradigma se da en todos los ámbitos, y no puede dejar de ser también principios elementales en la búsqueda del camino que permita una mejor calidad en la educación del país, como exige la ciudadanía toda y, en especial, los jóvenes estudiantes que se movilizaron dejando una alerta roja.

    Las revueltas estudiantiles del año pasado y este movieron la estantería del Estado y la conciencia ciudadana, e instalaron la imperiosa necesidad de focalizar esfuerzos para que la educación sea uno de los ejes principales del desarrollo y crecimiento del país.

    Además de imprimir un espíritu fuerte en sus reclamos como es característico de los jóvenes, los estudiantes lograron con su lucha crear un ambiente sumamente interesante para el diálogo entre todos los sectores.

    A partir de las nuevas determinaciones adoptadas en el ámbito de la educación, tras las tomas de colegios, se ha notado un clima mucho más tranquilo, tanto desde el punto de vista político así como interno en el MEC, incluso con los sectores gremiales.

    En el papel que se comprometieron cumplir, los estudiantes siguen siendo actores importantes para el control del compromiso del Estado para tratar de solucionar con urgencia los graves problemas en las instituciones educativas, sobre todo en lo que se refiere a infraestructura.

    El Ejecutivo ha declarado para ello estado de emergencia, que permite desarrollar las acciones que hagan falta para paliar la delicada situación en la que se encuentran algunos locales escolares y secundarios. El mejoramiento de las condiciones de infraestructura es una arista muy sentida e importante en el complejo armado de buscar una mejor calidad educativa en el país. Pero no la única.

    La situación de los docentes del país también debe ser considerada de emergencia. Los niveles salariales de los maestros siguen siendo muy bajos, obligándoles a situaciones que ningún docente tendría que pasar.

    Esta situación genera un grave problema en el sistema, ya que además de un salario disminuido, los encargados de la educación de miles de niños y jóvenes, muchas veces deben deambular de una institución a otra para tratar de sumar sus ganancias para llegar a fin de mes, limitando así la energía que tendrían que imprimir en las aulas.

    A decir del ministro de Educación y Cultura, Enrique Riera, la institución está de acuerdo con que la educación merece un mayor presupuesto y que será una justicia que los docentes y trabajadores de la educación pública gocen de mejores salarios, un reclamo que viene de hace mucho tiempo.

    La afirmación la hizo durante un encuentro con dirigentes de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay (OTEP-Auténtica), gremio que plantea una serie de reivindicaciones para los docentes. De acuerdo con datos del MEC, en sus dos meses de gestión, Riera se reunió en varias ocasiones con dirigentes gremiales para escuchar las realidades de los maestros y establecer acciones para mejorar la situación.

    Este acercamiento entre el MEC y los gremios docentes, siempre y cuando esté ajustado a lo que establecen las leyes y no sea para extorsión de ningún lado, es muy sano para lo que se pretende de cara al mejoramiento de la educación. Además, cabe recordar que es una exigencia de los propios estudiantes que piden dejar de lado las diferencias para pensar solo en cómo lograr una mejor calidad educativa.

    “Hay necesidad de diálogo permanente y lo más franco posible”, enfatizó el ministro en relación al acercamiento con los gremios. Algunos pedidos de la OTEP están centrados en la no persecución sindical, la mejora de presupuestos, la carrera docente, el blindaje del 50% del salario y la recuperación de unos G. 37.000 millones sobre una demanda de recuperación salarial.

    Independientemente a los reclamos puntuales de este gremio o de otros, lo importante es que prime el diálogo para un bien común, el de lograr una mejor paga para el sector educativo, que no solo depende de una buena voluntad del Ejecutivo, sino también del Parlamento, donde se analiza el presupuesto.

    Mucho tiempo se ha esperado para que un reclamo justo del sector docente sea debidamente atendido. Debemos considerar que en la medida de que exista un diálogo sincero, un análisis acabado de la situación real entre el MEC y los gremios, será posible que estos dos polos siempre opuestos logren acuerdos que permitan un mejor futuro.

    El MEC y los gremios sindicales de educación deben seguir el camino del diálogo para unir esfuerzos y lograr consensos que permitan argumentos sólidos e irrefutables ante la clase política, que, nos guste o no, finalmente tiene la potestad de mejorar el presupuesto para el sector. Esto permitirá, seguramente, un mejor panorama para un merecido ajuste salarial docente.

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  9. Una mala educación, país hacia el desastre

    Creo no exagerar si afirmo que tener y sostener una mala enseñanza, en el mundo actual, es la peor traición que se le puede hacer a un país, por sus consecuencias catastróficas para el porvenir de las nuevas generaciones de los paraguayos como individuos y para el futuro del Paraguay como nación.
    Y es ese sistema educativo actual de nuestro país, perverso, obsoleto, de mala calidad, que conduce al desastre, el que están defendiendo con uñas y dientes, con artimañas y chicanas judiciales, con amenazas y dilaciones las autoridades académicas de la UNA.

    El espectáculo que están dando es denigrante: de una inconsciencia ética absoluta, de un completo desprecio por el conocimiento, de una despreocupación total por el futuro de los estudiantes y, por extensión, del futuro de toda la nación paraguaya y de todos los ciudadanos.

    Ya es evidente que las autoridades universitarias no están dispuestas a aceptar ninguna clase de reforma ni para mejorar el nivel de la educación, ni para hacer más transparente y menos arbitraria la administración… Pero si ellos no lo hacen alguien debería hacerlo desde los Poderes del Estado, sobre todo desde la Justicia.

    Esa es la causa más que justificada de las protestas estudiantiles. Esa es también la causa de que padres y familiares de los estudiantes, que tradicionalmente se oponen a la rebeldía de los jóvenes, en esta ocasión estén apoyando mayoritariamente las protestas no solo de los estudiantes universitarios, sino también de los secundarios.

    Esas familias, esos padres, evidentemente, padecen en carne propia al ver a sus hijos enfrentados a un sistema que se empecina en obligarlos a toda costa a aceptar una pésima formación y soportar un ambiente académico de arbitrariedad y corrupción.

    El aspecto más catastrófico del problema es la propia inoperancia del sistema educativo, que en mi opinión conduce al país entero (y no solamente a los estudiantes) hacia un abismo, hacia una historia futura de fracasos y de agudo deterioro económico y social.

    Que la educación es territorio de desastre en Paraguay no es una opinión particular mía, una idea caprichosa de estudiantes díscolos o una percepción generalizada de una porción cada vez mayor de la ciudadanía; es un hecho objetivo, que se refleja en las mediciones internacionales de calidad educativa; en todas ellas, ya sean de primaria, secundaria o superior, estamos en los últimos lugares.

    ¿Hacia dónde va un país donde en la primaria no se aprende a leer, escribir y calcular como es debido; donde en la secundaria no se adquieren suficientes conocimientos técnicos ni humanísticos, ni preparación para el mercado de trabajo; donde las universidades no proporcionan una verdadera formación profesional? En un mundo donde el desarrollo y la prosperidad dependen cada vez más del conocimiento, el destino de tal país es el deterioro económico y una creciente conflictividad social que (¡no nos engañemos!) ya está comenzando.

    Por Rolando Niella

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/una-mala-educacion-pais-hacia-el-desastre-1530613.html

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  10. ¿Docentes o educadores?

    Por Jesús Montero Tirado

    Se está reorganizando la “Formación docente”, lo cual merece reconocimiento y nos aproxima a la esperanza para levantar el nivel de rendimiento escolar de nuestros estudiantes. Pero en mi opinión persiste una gran pregunta: ¿qué queremos: docentes o educadores? El que enseña (docente) logra su objetivo si sus alumnos aprenden. El educador solamente queda satisfecho si constata que con su ayuda los educandos desarrollan sus potencialidades cognitivas, afectivas, operativas, sociales y trascendentales. Es cierto que hay quienes aprendiendo logran desarrollar, además de conocimientos, algunas competencias y otras potencialidades, pero el logro de aprendizajes no garantiza el desarrollo del polifacético potencial de la mente y la personalidad.

    Se puede enseñar sin educar, aunque no se puede educar sin enseñar. La docencia es parte, es una estrategia de la educación, pero no es la educación. La educación educa, forma y capacita, no sólo enseña. Educar es mucho más que enseñar. Quizás, como piensan algunos sociólogos, crece la violencia en nuestros niños, adolescentes, jóvenes y adultos en la vida familiar, social y en la política, porque aun teniendo cada vez más información y conocimientos no tenemos mejor educación, ni siquiera la educación necesaria para saber poner calidad en las relaciones humanas y en la vida personal, que hasta la amenazamos estúpidamente con destrucción del medio ambiente, construcción de armas terroríficas, uso personal indiscriminado de armas explosivas y hasta drogas letales para el cerebro.

    En este momento a nivel nacional, regional y mundial tenemos muchos medios para aprender, además de los necesarios docentes, pero no contamos con verdaderos educadores que nos ayuden a aprender a ser, vivir y convivir.

    Para educar necesitamos que nuestros actualmente llamados docentes asuman realmente el papel de educadores. La educación es extraordinariamente fecunda y compleja, se procesa con el todo del educador, la docencia no alcanza el nivel profesional del educador. La docencia es relativamente más fácil, la educación es de verdaderos “maestros” trascendentes.

    No se puede educar sin tener definida una antropología básica coherente y compartida con las familias de los educandos y la comunidad. El educador necesita saber muy bien qué tipo o clase de hombre y mujer va a contribuir a formar en esa criatura que los padres le confían a su calidad humana y profesional. Sin una antropología pedagógica definida la educación se construye sobre arena. Siempre fue necesaria la antropología educativa o pedagógica, pero actualmente, cuando los niños, adolescentes y jóvenes viven en contextos pluriculturales con inmensa diversidad de modelos de modos de entender y ser humanos, dejarles sin una orientación antropológica sólida es dejarles en alta mar sin motor y sin velas a merced de las olas y las tormentas. Hoy es un grave error profesional planificar la reforma o actualización de los docentes sin acordar antes y ayudarles a asimilar la antropología que debe inspirarles.

    Planificar no es organizar currículo y actividades, los planificadores de la llamada “formación docente” deben justificar por qué le llaman así y cuál es la “filosofía educativa” con la que se orientan. La sociedad tiene derecho a saber cómo entienden la educación, qué es la educación hoy, por qué se ha elegido ese modelo (si es que hay alguno), para qué, a dónde apunta.

    Junto a la antropología y la filosofía de la educación, toda planificación de educadores debe proponer una “sociología pedagógica”, un modelo de sociedad consensuado, que responda, de acuerdo con la Constitución Nacional, al modelo de sociedad que la mayoría de la población republicana y democrática quiere para su futuro, el de sus hijos y nietos. Y la propuesta no puede ser un enunciado abstracto desencarnado, sino integrada en el currículo y los procesos educativos sistémicos con la pedagogía y didáctica correspondientes.

    Todo buen educador es profesional del futuro y la esperanza. Cada educador que sucesivamente acompaña a cada educando en el correr de sus años escolares va dejando su semilla, convencido de que esa criatura que vino a la institución débil e ignorante va creciendo y desarrollando sus potencialidades, al mismo tiempo que se integra en la cultura de la comunidad y adquiere conocimientos, competencias, actitudes valores, madurez biológica y afectiva, personalidad que le ayudarán a ser un ciudadano proactivo y colaborador para toda la comunidad.

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/docentes-o-educadores-1530802.html

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  11. Pensemos en “innovar” las universidades
    23 Oct 2016

    Por Emma Paoli

    El Prof. Burton Clark, en su publicación “Estrategias organizacionales para la transformación”, nos relata la transformación de la universidad. Dicha publicación nos llama imperiosamente a reflexionar y actuar, siendo hoy un elemento trascendental en el campo de la educación superior del siglo XXI.

    En su libro, Burton Clark, investigación que ha realizado durante más de 5 años en varias universidades europeas, busca detenidamente las causas y los procesos que permitieron a esas universidades llegar a los estándares de excelencia, siendo los mayores exponentes en innovación y emprendedurismo.

    Pero además de Burton Clark podemos indagar otros estudios realizados por Michael Gibbons, Brunner J. J. y otros.

    Cuáles son los elementos que nos cita Burton Clark, se inicia con un elemento trascendental “La transformación interna” en primer lugar –y por consecuencia su imagen reflejada hacia el exterior, como ejemplo podemos citar algunas universidades, Warwick (Inglaterra), la Twente (Holanda), la Chalmers (Suecia) y la Joenssu (Finlandia).

    Por supuesto el ámbito de desarrollo de estas instituciones anteriormente citadas dista mucho de las universidades paraguayas pero hay un denominador común en todas ellas con relación a nuestras universidades: “Las crisis”.

    Es así que Arturo Velázquez Jiménez destaca la importancia de conocer otras experiencias a fin de que nuestras universidades puedan comparar u observar que muchas de esas dificultades son semejantes.

    Pero aquí lo importante es saber “cómo lo resolvemos” y eso nos permite “recuperar” como también “reflexionar” sobre los procesos y las adecuaciones continuas que nuestras instituciones necesitan y acorde al presente paradigma dichas semejanzas se inician con la “presión política”, por supuesto la idea de “cambio” ya genera una crisis, la que impulsa a muchas de las instituciones a tomar una actitud negativa, cerrada, afectando así llegar a un final exitoso o si no es tanto así, lo dificulta más.

    Hoy la idea del “cambio” en nuestras universidades paraguayas a pesar de lo que he expresado con anterioridad, se ha fortalecido y eso hoy se encuentra impulsando con fuerza el replanteamiento de la educación superior, observamos en la propias universidades públicas, ejemplo: La Universidad Nacional de Asunción con más de un siglo de vida. Y es así que Frederick Lesemann cita la importancia de la adecuación de las Instituciones a la sociedad que hoy se encuentra en cambios radicales, que nos exige un pluralismo integrador y globalizador de ideas y eso con gran velocidad, promovida por la tecnología y la economía.

    Dichas emergencias se ven hoy reguladas en el plan mundial a través de organismos como la ONC ,OIT , la TLC o el ALCA y también varios acuerdos regionales.

    Consulta: bibliografía “La Universidad en América Latina de Antonio C. Vallejos y Claudia María González F”.

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  12. ¿Una universidad APP?

    Por Guido Rodríguez Alcalá
    Hasta el momento se quiere crear una segunda universidad pública, la Universidad Científica del Paraguay (UCP). En cierto sentido, no será una nueva universidad, sino una asociación de universidades ya existentes: la UNA y varias del sector privado.

    En cierto sentido lo será, porque habrá nuevos nombramientos y financiamiento exterior. Participarán en el proyecto instituciones públicas no educativas y el sector empresarial.

    Así se pretende aumentar la calidad y la cantidad de las investigaciones científicas en el Paraguay, según la Secretaría Técnica de Planificación (STP), que presentará su proyecto al Congreso.

    No quiero ser un aguafiestas, pero si la mejor universidad del país es la UNA —según dice la STP—, no quiero pensar cómo serán las otras, las privadas, que se le van a sumar.

    Hablando de sumas, me enseñaron en el colegio que el todo no puede ser mayor que la suma de las partes, un principio básico. Por eso tengo serias dudas de que, juntando las universidades existentes, se lleguen a realizar 1.500 proyectos de investigación al año, que es lo que se pretende con la creación de la UCP.

    Hasta el momento, y por lo que se puede ver, se ha derrochado en la UNA una enorme cantidad de dinero, que debió haberse utilizado en la investigación. “Investigador es un título y no quiere decir que yo tenga la obligación de investigar”, afirmó uno de los presuntos investigadores de la institución; uno de los que figuraban en planilla, donde también figuran como docentes personas sin ninguna formación.

    ¿Por qué no se toman medidas para terminar con la corrupción y el derroche antes de crearse algo nuevo? Los estudiantes lo exigen y tienen razón, sin que las autoridades hayan mostrado mucho interés en encarar el problema hasta ahora. De ahora en adelante, es dudoso que lo demuestren, porque ha comenzado la carrera política para las elecciones del 2018.

    Un camello es un caballo creado por una comisión, dijo Winston Churchill. No sé cómo terminará la historia, aunque me ha llegado un proyecto de lo que se quiere hacer, y esto comprende “unir instituciones públicas y privadas” con la nueva universidad. ¿Para qué? Para promover “la cultura del emprendedurismo tecnocientífico acercando las industrias y empresas a los investigadores”.

    Yo recomendaría tomar en cuenta ciertas cuestiones castellanoduristas; quitando de lado la redacción, entiendo que se trata de crear una nueva forma de APP, con la nueva institución pública y el sector empresarial.

    Por eso, de los quince miembros que tendrá el Consejo de la UCP, cinco representarán al sector privado; con estos cinco, más el miembro nombrado por el presidente de la República, el nombrado por el ministro de Educación, y el nombrado por Itaipú (ocho en total), se conformará una mayoría.

    ¿Cuántos representantes tendrán los estudiantes? Uno solo. No creo que esto les guste mucho a los estudiantes de la UNA, que piden una mayor representación.

    Quizás el texto que me ha llegado, el que comento, no sea el presentado al Congreso. Ojalá. Lo menciono porque —según la ley de Murphy— las cosas tienden a salir mal aun cuando puedan salir bien, y hay que prepararse para lo peor.

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