Hay que romper déficit en la Escolar Básica y la Media

El gran déficit de la Educación Escolar Básica y la Media se ratifica año tras año, en los exámenes de ingreso en las universidades nacionales y algunas privadas de élite, que someten a los aspirantes a un examen antes de admitirlos como estudiantes regulares. Los contenidos aprendidos en esos niveles previos de la enseñanza terciaria fueron poco menos que inútiles para superar las pruebas de admisión. Por eso, los cursillos siguen siendo buen negocio y son instancias donde los alumnos verdaderamente estudian y aprenden lo que va a aparecer en los exámenes de ingreso.

Una de las constantes de la educación paraguaya es la mediocridad. Los alumnos, por lo general, no aprenden más. Y si lo hacen, sus conocimientos carecen de relevancia para poder asumir con responsabilidad compromisos profesionales. Esta apreciación sirve tanto para la educación de gestión oficial como para la gerenciada por el sector privado. Y alcanza a todos los niveles, desde la Educación Inicial hasta la Terciaria.
Excepciones hay, pero a la hora de confrontar las dos realidades el peso mayor recae en aquellas instituciones que enseñan, pero donde los alumnos no aprenden lo suficiente para no necesitar de un cursillo de ingreso.
Como la universidad es un punto de llegada en el que confluyen los estudiantes de todo el país, con el ánimo de adquirir conocimientos teórico-prácticos de un quehacer humano que les permita realizarse como seres humanos y alcanzar metas de orden económico, allí es donde se percibe el grado de formación de los estudiantes que han pasado por las etapas de aprendizaje básicas esenciales.
Universidades como la Nacional y la Católica mantienen la sana tradición de someter a los estudiantes a una prueba antes de ingresar a sus aulas a seguir una carrera. Esto se da a través de los exámenes de ingreso o el semestre que equivale a lo mismo, aunque aquí la presión no sea tan drástica como en las pruebas únicas donde los estudiantes se juegan en cada materia su futuro.
En las otras universidades, por lo general, la norma es pagar e ingresar. No puede desde luego ser de otra manera, porque su fin primordial no es entregar a la sociedad ciudadanos aptos para un desempeño de calidad en un área específica, sino lucrar.
Hablando en términos pragmáticos, las universidades “de garaje” no son sino la adecuación a la materia prima existente y la continuidad de las educaciones primaria y secundaria cada vez más degradadas —en términos de resultados y consecuencias—, a lo largo y ancho del país.
Aunque duela reconocerlo, la enseñanza del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) no da ni para presentarse a Miss Paraguay. A la par de pelear por mejorar la infraestructura, que los kits lleguen a tiempo a las escuelas y el almuerzo y la merienda escolares, es necesario enfrentar los problemas más graves del sistema educativo: el contenido y los docentes de la enseñanza en la educación pública y en la privada.

http://diariolajornada.com.py/v6/category/editorial/

7 comentarios en “Hay que romper déficit en la Escolar Básica y la Media”

  1. Control permanente de la ciudadanía y el Estado sobre el sistema educativo

    El análisis que se pueda hacer sobre la educación del país generalmente se limita al grado de satisfacción de lo que recibimos del sistema, que ya sabemos es uno que muchas veces hace aguas por todos lados y no puede lograr tapar todos los agujeros del enorme tanque educativo afectado por la desidia y errores de décadas. Un control permanente de los órganos del Estado y del propio ciudadano a este sistema es importante, para vencer la desidia, el vicio burocrático y el esquema de malversación que tanto afectan a los procesos que intentan mejorar la calidad.
    Como señal positiva de ese control se puede mencionar lo que sucede ahora con el procesamiento y apresamiento de jefes comunales que utilizaron indebidamente dinero del Fondo de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide). Hay que seguir dando señales de que se desea trabajar con transparencia y sin perdonar corrupción alguna. La calidad en educación, hay que señalar también, se encuentra condicionada por varios factores. Uno de ellos es el nivel de inversión en el área social. Y ahí, la responsabilidad radica en el Estado.
    Nuestros vecinos y socios del golpeado Mercosur, Argentina, Brasil y Uruguay, en ese orden, son los que lideran el ranking en cuanto a gasto social en América Latina, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Argentina, encabezada ahora por un Macri fortalecido por el guiño de Estados Unidos, llega a una inversión del 27,8%; Brasil, con una Dilma cada vez más debilitada y con posibilidades de ser sacada del cargo, ronda en el 26,6%; mientras que, por su lado, la tranquila Uruguay de Tabaré, con una población mucho menor que la nuestra, llega al 24,1%.
    Le siguen Venezuela, Chile, Colombia y Bolivia, con un promedio de gasto social de 16,8%. Paraguay con un 11,2%, según estos datos, solo se encuentra por encima de Perú (9,4%) y Ecuador (8,3%). Indudablemente esta es una deuda que recae en el Estado. Es imperioso incrementar la inversión en el área social y, a la vez, fortalecer el control de gastos.
    Hay que apuntar, desde otra óptica, que el ciudadano no debe limitarse en este análisis y esperar, sino más bien tratar de aportar algo. Si bien el Estado debe promover un sistema educativo acorde a las necesidades de un país y velar que sea realmente un modelo que beneficie y asegure el futuro, no es menos cierto que cada uno también es responsable de la educación que recibimos, impartimos y acompañamos.
    Por eso es necesario crear un ambiente educativo que permita un mejor resultado. Ese ambiente debe permear no solo el Estado, sino también el sector privado, la sociedad y la base de ésta: la familia. En muchas familias pareciera que esa responsabilidad de crear un ambiente educativo ha quedado relegada por falta de un acompañamiento adecuado.
    Si deseamos poner a la educación en primer lugar, no podemos esperar que la gran estructura se ponga de acuerdo y se mueva con más rapidez. Mientras se consolide un ambiente educativo adecuado en el Estado y en el sector privado, no podemos quedarnos de brazos cruzados con nuestros “huérfanos educativos”. Debemos apoyar con un acompañamiento afectivo y efectivo en el seno familiar, poniendo nuestro esfuerzo diario para establecer un verdadero ambiente educativo.

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  2. Sospechosas complicidades

    Por Benjamín Fernández Bogado

    Los industriales, cuya generación de ingresos hacen parte de un poco más del 10% del PIB paraguayo, se quejan frecuentemente de que no tienen la mano de obra calificada para hacer de la economía nacional un éxito sostenible.

    Lo dicen al mismo tiempo que reclaman subsidios e incentivos al mismo Estado, al que cuestionan no detener el contrabando o que instituciones como la ANDE no les compren los transformadores de sus empresas. La universidad se lamenta de la mala calidad de los jóvenes que egresan de la secundaria, que están obligados a pagar un par de años de cursillo si desean ingresar a Medicina, Ingeniería, Odontología o Química, sin contar las demás carreras. La madre de la mejor ingresante de Ciencias Médicas fue muy elocuente: «Lo que aprendió mi hija en el colegio no le sirve ni para ser Miss Paraguay». El Consejo Nacional de Educación Superior se espanta con frecuencia de la mala calidad educativa, a pesar de que muchos de sus miembros hicieron parte de la reforma que implementó la actual ministra de Educación, entre otros. Pero industriales y consejeros le dieron su apoyo incondicional a la ministra de Educación.

    Esta introducción casi kafkiana por lo absurdo, sin embargo, pinta de cuerpo entero por qué tenemos una de las peores educaciones del mundo. No nos interesa el tema a nivel nacional y a quienes debería, menos. La cuestión es pasarse la mano en sospechosas complicidades que demuestran cómo seguimos jugando con el recurso más importante del país: la educación. Finalmente, Marta Lafuente puede ser interpelada por el cocido o el agua mineral sobrefacturado, pero su peor herencia es el nivel educativo que tenemos y que no nos permite tener empresarios modernos, competitivos, que crezcan fuera de las complicidades con el Estado y con unos consejeros que lo único que ambicionan es cobrarse unos millones a fin de mes sin ver nada malo en la educación que tenemos.

    Cuando se los consulta sobre el tema, esgrimen miles de argumentos, cuando la realidad nos grita que existen alumnos de 6º grado en la capital que no saben leer ni escribir. Para los genios de la reforma, esa es una «cuestión compleja marcada por deficiencias estructurales que han permeado profundamente la epistemología educativa». ¡Vamos! ¡Basta de sofismas y soliloquios!

    Asumamos lo que está mal, rechacemos lo torcido y avieso para hacer del Paraguay un país con futuro soberano.

    Hasta ahora lo que vemos es que corporativamente se protegen todos. Médicos con laboratorios, industriales con ministras, consejeros con burocracia, mientras el nivel educativo nacional se hunde diariamente. Esta es la peor de las traiciones hechas a un pueblo.

    Los que más saben, los que más necesitan, los que más deberían corresponderse con el cambio son los que más sostienen el statu quo, no entendiendo que las consecuencias de todo esto también las padecerán ellos y sus descendientes.

    Algunos son realistas al menos. Una empresaria exitosa, heredera de un imperio, me dijo esta semana: «¿Por qué debo pagar impuestos a un Estado que no existe?».

    Si fuera esta la realidad, ¿por qué seguimos fingiendo que nos importan el país y la educación?

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  3. Políticas de educación municipal

    Por Jesús Montero Tirado

    El Consejo Nacional de Educación y Cultura (Conec), según el artículo 92 de la Ley 1264/98, “es el órgano responsable de proponer las políticas culturales, la reforma del sistema educativo nacional y acompañar su implementación en la diversidad de sus elementos y aspectos concernientes”. Es “consejo” y “propone”, pero no es responsable ni de las decisiones para la ejecución ni menos aún de la ejecución de las políticas que propone, solamente las acompaña.

    En cumplimiento de este mandato y por fidelidad a la Constitución Nacional (artículos 75 y 168) donde se confiere a los municipios responsabilidad en la educación de los ciudadanos, el Conec ha decidido colaborar con los municipios y proponer políticas de educación municipal.

    Ha propuesto estas políticas para iluminar el camino por el que los municipios pueden cumplir con su obligación en el campo de la educación y al mismo tiempo para complementar el trabajo que hace el Ministerio de Educación y Cultura (MEC). De ninguna manera el Conec propone que los municipios repitan y dupliquen los servicios que corresponden y desarrolla el MEC. La propuesta del Conec apunta a un sector de la población que por diversas razones abandonó prematuramente el sistema educativo y actualmente son jóvenes o adultos sin bachillerato y no pocos también sin haber acabado la primaria o la educación escolar básica. El apoyo a este gran sector de la población, que representa alrededor del 70%, es urgente, ya que en esas condiciones es y más aún será muy difícil encontrar trabajo en la sociedad del conocimiento.

    En estas políticas convergen otras políticas de proyección nacional, como es la política del Gobierno actual para erradicación de la pobreza, mediante educación, formación y capacitación para el trabajo profesional y/o artesanal de producción de bienes, servicios y artística.

    El Conec ha presentado a la presidenta de la Comisión de Cultura y Educación de la Cámara de Senadores, Dra. Blanca Ovelar, unos apuntes para elaboración de la ley de educación municipal, con lo cual se incide también con la política de fundamentación y desarrollo legal.

    Igualmente estas políticas de educación municipal se adhieren y colaboran con la política de Educación y Desarrollo Profesional y Artesanal en sistema dual, para la producción de bienes, servicios y artística. Y consecuentemente colaboran con la política de formación y capacitación para el trabajo.

    Las políticas de educación municipal que ha propuesto el Conec no son utópicas. Una vez más las condiciones fundamentales para enfrentar desafíos colectivos, resolver problemas y superar dificultades son dos: la voluntad política y la sinergia de instituciones, recursos y competencias existentes. En este momento la propuesta del Conec ha encontrado en la Municipalidad de Villarrica del Espíritu Santo la entusiasta voluntad política del intendente, Dr. Gustavo Navarro, y la del presidente de la Junta Municipal, Alejandro Aguilera. Igualmente la visión y energía del ministro de Trabajo, Guillermo Sosa, y del director general del SNPP, Ramón Maciel, suman los principales protagonistas y la sinergia de las instituciones necesarias para que con la propuesta del Conec se ponga en marcha la aplicación concreta de dichas políticas para bien de la ciudadanía. Por experiencia y realismo, la realización de estas políticas se inicia en una municipalidad emblemática, históricamente destacada por los aportes de los guaireños en cultura, letras, artes y ciencias. Si la experiencia piloto de Villarrica resulta exitosa, podrá extenderse posteriormente a otras municipalidades que lo deseen.

    La educación, formación y capacitación artesanal y/o profesional de quienes están fuera del sistema educativo y de las instituciones educativas formales es una urgente necesidad para su integración activa y productiva en la sociedad, consolidando su dignidad personal y su derecho a ser ciudadanos en estado de derecho.

    Los municipios no pueden seguir ignorando el mandato constitucional que les honra al confiarles responsabilidad en la educación con términos inequívocos: “La educación es responsabilidad de la sociedad y en particular recae en la familia, el municipio y el Estado” (Artículo 75).

    Algunos municipios han asumido parte de esta responsabilidad con servicios culturales y hasta con creación y mantenimiento de algunas escuelas. Es necesaria la ley de educación municipal para ordenar el cumplimiento de esta responsabilidad y potenciar el desarrollo de sus obligados servicios a la ciudadanía.

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  4. Otra manera de educar

    Por Jesús Montero Tirado

    En dos décadas las ciencias de la educación se han disparado con notable fecundidad, tan notable que el número de propuestas de nuevos modos de educar que están apareciendo no tiene antecedentes similares en la historia de la humanidad. Las madres y padres de familia y los educadores profesionales de todos los niveles del sistema educativo tienen un desafío más: conocer las novedades y saber elegir y/o hacer compatible lo mejor de su tradicional modo de educar entre tantas propuestas innovadoras.

    Varios factores han coincidido para impulsar esta fecundidad pedagógica. El primer factor es la creciente capacidad de investigación sobre la pedagogía por parte de los especialistas en educación. Las ciencias auxiliares de la educación ofrecen tantos descubrimientos que los pedagogos se encuentran con un extraordinario menú de posibilidades nunca imaginadas. Basta citar, para comprender este dinamismo, los descubrimientos de la neurología, que han generado la neurociencia y han desembocado en la necesidad de desarrollar la neuroeducación.

    Sin duda el factor más influyente, provocativo y desafiante es el despliegue incontenible de las tecnologías de la información y la comunicación. La aparición de las TIC y su progresiva invasión en todos los ambientes y sectores de la vida, sea social, laboral, científica, industrial, artística, lúdica, institucional, familiar, personal pública y privada, presiona día a día sobre los educadores y su misión de capacitar para la vida y ayudar al desarrollo personal.

    Las TIC han abierto las puertas de par en par para que corran las “pedagogías emergentes”. Estas pedagogías son diferentes porque cambian las herramientas y materiales pedagógicos, poco a poco van desplazando la pizarra de tiza o acrílica, el libro de texto y el cuaderno; cambian la metodología, cambian los modos y procesos de comunicación entre educador y educando, cambian los escenarios y la sincronización de los tiempos de relaciones con profesores y compañeros, aportan nueva cultura del aprendizaje (ubicuo, expandido, flexible, autónomo, permanente…) y obligan a los educadores docentes a un nuevo rol con y entre sus alumnos.

    El tercer factor, al que han contribuido también las TIC, que incide en la fecundidad de nuevos modos de educar, es la llamada globalización en sus diversas manifestaciones. Nos hemos convertido en una “aldea global” como intuyó McLuhan. Somos ciudadanos del mundo y aun a distancia física compartimos presencias en un permanente encuentro virtual inter y multicultural. La sociología se ha dilatado ilimitadamente, porque las redes sociales tendidas por internet nos incluyen en el entorno y la sociedad virtual nutriente de la sociedad natural.

    Hasta ahora educábamos para la sociedad natural, en sus enclaves familiar, vecinal, urbana, departamental y nacional. Ahora hay que educar para la macrosociedad mundial, como ciudadanos sin fronteras de la sociedad virtual. Esto supone educar para nuevas, sorpresivas e ilimitadas relaciones. Por eso surge con vigor la “pedagogía sistémica”.

    La teoría de los sistemas que nos regalo Ludwig Bertalanffy en 1945 se ha impuesto por su propio peso. Nada existe aislado, ningún ser humano, aun siendo libre y responsable, se justifica y existe por sí mismo, todos formamos parte de muchos sistemas, más aún nosotros mismos somos un sistema extraordinariamente complejo. Biológicamente el sistema nervioso está vinculado con el sistema sanguíneo, con el sistema digestivo, etc. Desde la teoría de los sistemas se ha hecho evidente que la educación también es en sí misma un sistema, que el alumno es un sistema complejo, y el educador también lo es.

    La pedagogía sistémica respeta todas las pedagogías, pero postula un cambio en la mirada de los educadores al proponerles que vean al niño, al adolescente, al joven y al adulto ubicados en las redes de los sistemas en que están insertos. Educar desde esta perspectiva es trabajar con y para identificar, inspirar y fortalecer las relaciones existenciales del educando, dentro de sí consigo mismo y en sus contextos vitales presentes y futuros.

    Los cambios en educación no tienen marcha atrás, porque la velocidad de los cambios culturales, científicos, tecnológicos y sociales es acelerada y no asumirlos inteligente y prudencialmente es quedarse en la cuneta de la historia. En cualquier caso, algo es ineludible: hay que elegir otra manera de educar, porque el educando, sus sueños y el mundo que les espera son diferentes.

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  5. Examen de ingreso

    El examen de ingreso a la universidad era uno de los temas que nos unía a todos los compañeros al llegar a los dos últimos cursos del bachillerato y se acercaba el momento de vencer ese obstáculo. En medio de tanta preocupación soñábamos que llegara el momento en que ya no hubiera dicha prueba y que pudiéramos acceder a la carrera que deseábamos seguir sin tener que pasar por aquellas horcas caudinas.
    Qué lejos estaban de la realidad nuestros sueños. No sólo no se suprimieron los exámenes de ingreso, sino que se ampliaron. Ahora también es necesario darlos para ingresar en el “pre-jardín”. Así como lo están escuchando. Los niños de tres años de edad deben dar un examen de ingreso para acceder a lo que antaño llamábamos guardería. Claro que dicha prueba no lleva ese nombre, sino va disfrazada bajo la denominación de “evaluación del niño”. Si la inocente víctima no pasa tal evaluación, pues no ingresa. Es decir, la prueba cumple la misma función que aquel pero bajo diferente nombre.

    La madre de un niño de tres años me contó visible y comprensiblemente compungida lo que acababa de vivir. Llevó a su hijo para la prueba. Una evaluadora, extraña para el niño, lo llevó a una habitación cerrada viéndose separado de su madre por primera vez en la vida. ¿No es acaso normal que un niño de tres años esté habituado a moverse nada más que dentro del círculo más cercano de su familia?

    Comienza la evaluación: la evaluadora le lee un breve cuento y le pide que le diga de qué se trata el relato. Esto se llama “lectura comprensiva” y es justamente lo que tienen que enseñarle en la escuela en lugar de llevar sabida la materia de casa. Pero esta es una materia que no se enseña ni en la guardería, ni en el jardín, ni en el bachillerato. Por eso, en un examen realizado por un organismo internacional se aplazó alrededor del 70 % de los estudiantes.

    Segundo paso: la evaluadora le pasa un lápiz negro y le pide que dibuje algo. El niño no lo acepta porque “el negro es un color muy feo”. Quiere lápices de colores y la respuesta es “No”. Debe dibujar con ese lápiz. ¿Qué se esperaba? ¿Qué dibujase el “Gernika” de Picasso que es en blanco y negro? ¿O bien pintar aquellos hermosos cuadros de Zurbarán (siglo XVII) que sólo utilizaba el blanco y negro? Posiblemente la evaluadora habría podido averiguar mucho más del niño recurriendo a los diferentes colores y no empeñarse en solo color, suponiendo que el negro sea un color (¿acaso no es justamente la ausencia de todos ellos?).

    Resultado: “el niño es muy mimado”. Albricias. Todo niño tiene que ser muy mimado. Justamente muchos problemas que arrastran los jóvenes de hoy es porque les falta cariño dentro de la familia. Y no confundamos “mimado” con “malcriado” o “maleducado” que los hay por toneladas. Pero este no es el caso.

    Cuando le dije a la madre cuál era el apuro de mandar a su niño a una guardería me dijo que todos los padres con hijos de esa edad no pueden ocultar la ansiedad que sienten ante dicha evaluación y el miedo al fracaso. Le dije que si el niño tiene buen ambiente en la casa, lo mejor es que se quede allí ya que nuestros sistemas educativos sólo logran destruir la creatividad, la espontaneidad y la imaginación del niño. No sé si pudo servir de consuelo para una madre cuya hijo, a los tres años, ya recibió su primer aplazo.

    Por Jesús Ruiz Nestosa

    http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/examen-de-ingreso-1731834.html

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  6. “Africanización” de la educación paraguaya

    Dos escuelas del municipio de Presidente Franco reportaron que los niños, en su mayoría de sectores pobres y con doble escolaridad, quedaron sin el almuerzo escolar. Están afectados unos 120 alumnos, según la supervisora del MEC, Ada Garayo. Las razones de esta lamentable situación serían la mala distribución, falta de planificación y carencia de recursos, al menos de manera extraoficial, ya que la municipalidad no ofreció mayores explicaciones sobre el grave caso.

    La empresa encargada de proveer los alimentos es la cuestionada FASV Import-Export, de la política colorada Fátima Sartorio. Esta firma tiene muy mala fama en cuanto a la calidad de la prestación de este servicio. La dueña de la citada empresa supuestamente consigue ganar las licitaciones mediante pago de prebendas a los jefes comunales.

    Las escuelas afectadas son de zonas consideradas vulnerables por la condición de pobreza y desnutrición infantil, además desarrollan la modalidad de doble escolaridad, es decir, imparten clases desde las 07:00 hasta las 15:00 para que los niños puedan almorzar en la institución.

    Precisamente para que los niños que viven en las zonas más carenciadas del país puedan permanecer en la escuela, y también aprovechar los contenidos, la merienda y el almuerzo escolar se han constituido en importantes aliados. Es una dolorosa realidad el hecho de que haya niños que asisten a la escuela motivados por la certeza de que recibirán alimentos, quizá los únicos en el día, debido a que sus familias son muy pobres.

    En el Paraguay del 2018, ese país que pasó del “nuevo rumbo” a ser el “Paraguay de la gente”, sigue siendo un hecho repudiable el que haya niños que van a la escuela sin haber desayunado o almorzado; en esas condiciones no pueden aprender nada, pues su capacidad de concentración es mínima. Por eso el Estado paraguayo tiene la obligación de seguir invirtiendo en la provisión de alimentos de buena calidad para estos niños que los necesitan, porque la inversión en educación es la única salida posible para un país que todavía tiene a una gran parte de su población en condiciones de pobreza extrema.

    Así como es imperioso dotar a las escuelas de aulas bien equipadas e infraestructura adecuada, es necesario que funcionen los programas de apoyo educacional, como la merienda y el almuerzo escolar, que son claves para que muchos chicos permanezcan en las instituciones.

    La situación planteada en escuelas de Pdte. Franco pone en evidencia la situación apremiante que se vive en muchas zonas del país, donde se respira un aire de “africanización” a raíz de la pobreza, que es generada, principalmente, por la incapacidad, el egoísmo y falta de voluntad política de las autoridades de turno.

    El almuerzo escolar no es una concesión graciosa que hace la municipalidad, la Gobernación o el Estado a los niños pobres. Tampoco es un favor o un gesto de grandeza; es una obligación. El Estado paraguayo debe cumplir el derecho consagrado en la propia Constitución Nacional, que garantiza el acceso a la educación para todos los niños. Esperemos que las nuevas autoridades nacionales y departamentales así lo entiendan y obren en consecuencia.

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  7. No es prioridad
    POR EMILCE RAMÍREZ.
    La distribución de la merienda y del almuerzo escolar no es prioridad para los intendentes de algunas municipalidades del departamento de Paraguarí. Es el caso de la Municipalidad de Carapeguá, donde unos 800 alumnos de 11 instituciones no recibieron el plato de comida.

    Esta situación obedece a la elaboración mañosa del pliego de bases y condiciones para los llamados a concurso o licitación para la adjudicación a alguna empresa para la provisión de los alimentos. En ese punto prevalece la intención de beneficiar a firmas de maletín antes que garantizar el alimento para niños con doble escolaridad.

    El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) inició las clases en febrero y el almuerzo debía ser distribuido desde el primer día entre los niños que estudian en la modalidad de jornada extendida, de 07:00 a 15:00.

    Sin embargo, en Paraguarí la mayoría de los 18 distritos iniciaron tarde, mientras en Carapeguá, repetimos, no se distribuyó el complemento nutricional a 800 escolares. Otros 600 niños de nueve escuelas de la ciudad de Quiindy, comenzaron a recibir el almuerzo faltando menos de un mes para que culminen las clases.

    Otros 16.000 alumnos de diversos distritos recibieron de la Gobernación de Paraguarí el almuerzo desde marzo hasta a mediados de octubre.

    La Ley N°4758/2012 que crea el Fondo Nacional de la Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) establece que el 30% de las transferencias recibidas por gobernaciones y comunas en ese rubo debe ser destinado a almuerzo escolar. Los jefes comunales y los gobernadores dicen que es insuficiente para cubrir todo el año lectivo.

    A sus quejas se suma la falta de trabajo coordinado entre el MEC, la Gobernación y las municipalidades en un programa de almuerzo que asegure la provisión todo el año lectivo y que sea de calidad. Algunos intendentes están con que se modifique la ley ampliando el porcentaje para almuerzo y merienda escolar y que en inversiones físicas se disminuya para garantizar el almuerzo escolar desde el inicio hasta el final de las clases.

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