Editorial ADN
Las aguas estaban bastante calmas en filas de la ANR. El oficialismo había logrado recuperar terreno en el Senado, la disidencia quedó prácticamente desarticulada y el tono de los discursos se volvió más moderado, incluso de parte de quienes se ubican “en la vereda de enfrente”. Pero, de golpe y porrazo, se tornaron turbulentas.
La divulgación de un audio del encuentro que mantuvo un grupo de diputados colorados, en el que la diputada Cynthia Tarragó proponía a sus colegas organizar un gran encuentro con la dirigencia de base, con el objeto de pasarle la factura por la derrota electoral a Horacio Cartes, hizo que se prendieran todas las luces de alarma en el tablero. Máxime por el hecho de que, según la legisladora, la iniciativa partió nada más y nada menos que del vicepresidente Juan Afara, quien se encargaría de correr con todos los gastos para no pedirle nada al presidente. “Ni pulp, para que no diga que siempre financia todas las actividades”, afirmó la diputada. Afara no desmintió, lo cual confirma que estaban preparando una maniobra a espaldas de su líder. Un hecho a todas luces grave, que revela la mentalidad conspiraticia que persiste en sectores políticos que así demuestran no tener el menor interés en preservar la estabilidad que hoy vive la República.
Ahora Tarragó dice que no dijo lo que dijo. Su falta de oficio político hizo que emergiera la modelo que lleva dentro y se fuera de lengua. Su nueva versión de los hechos es que la intención era “invitarle” a Cartes una vez que ya estuviera todo organizado. Sin embargo, ni ella ni Afara se tomaron la molestia de explicar algo muy simple: por qué le ocultaron la información al presidente? Por qué ni siquiera le consultaron sobre algo de tanta importancia, siendo que él es el líder del oficialismo?
Estas son preguntas elementales que ambos deben responder. Sorprendentemente, algunos asistentes a la reunión se molestaron porque alguien grabó la conversación y filtró a la prensa, entre ellos el diputado “zacariista” Walter Harms, del mismo valle del vice, Itapúa. Pero eso está muy lejos de ser lo más relevante, en cambio sí lo es el móvil real de la propuesta “Tarragó/Afara.
La Vicepresidencia se limitó a difundir unas escuetas declaraciones a través de su portavoz, Guillermo Yaluff, confirmando que existió un encuentro entre el número 2 del Ejecutivo y la exmodelo devenida en legisladora, pero evitó referirse al contenido de lo conversado y, en particular, al proyectado acto en Coronel Oviedo, para luego destacar el “apoyo incondicional de Afara al gobierno…”.
A decir verdad, esta no es la primera vez que se manifiestan problemas entre el segundo y el primero del Ejecutivo. En varias ocasiones circularon versiones que indicaban la existencia de un “distanciamiento”, pero nunca se había manifestado de una forma tan grosera como en el presente.
Ahora Cartes deberá estar muy atento a las movidas de su vice, del mismo modo que tuvieron que estar casi todos los presidentes a lo largo de la etapa democrática. Pareciera que la condición de “florero” que le asigna la Constitución, sumado a los vicios propios de nuestra política criolla, lo empujan a tramar conspiraciones que nada bien le hacen al país, como lo atestigua nuestra historia.
Una conspiración torpe, de muy bajo nivel, propia de políticos “cuartomundistas”, pero conspiración al fin, que como tal debe ser repudiada por quienes apuestan a la democracia y sus promotores recibir la condena ciudadana.
Ni Afara ni nadie debe ser el menor impedimento para que el país avance hacia la prosperidad que todos nos merecemos.
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HA… CHE RETÃ PARAGUAY (I) 