Alerta Brasil

La “locomotora” sudamericana definitivamente ha puesto el cambio en reversa. El fantasma del “impeachment” recorre todo el Brasil y mantiene en jaque al gobierno de Dilma Rousseff, que en su desesperación denunció días atrás que en su país está en curso un “golpe a la paraguaya”. En el campo económico las cosas no están nada mejor. La recesión se agudiza día a día y hace que las perspectivas de crecimiento para este año estén en alrededor del -2% del Producto Interno Bruto (PIB). De poco o nada sirvió la reforma del gabinete que hizo la presidente a comienzos de octubre para recuperar el apoyo del Congreso y alejar los peligros de su destitución. Esta semana será clave, pues la Cámara de Diputados podría votar a favor de dar inicio a dicho procedimiento, cuyas repercusiones se sentirán con fuerza en toda  la región.

Dilma había dispuesto la eliminación de ocho ministerios, la reducción del 20 por ciento de los gastos de la administración pública y la baja de salarios de los ministros en un 10 por ciento. También anunció los nombres de dos nuevos ministros pertenecientes al PMDB, que ocuparán las carteras de Salud y Comunicación, que manejan cuantiosos ingresos, en el afán de revitalizar su resquebrajada relación con su principal aliado.

La fracasada maniobra para recuperar oxigeno fue promovida por el líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT), Luis Ignacio “Lula” Da Silva, quien tuvo que reaparecer en el escenario ante el descarrilamiento del gobierno de Dilma. Como una de las primeras medidas hizo nombrar como jefe de gabinete a uno de sus hombres de máxima confianza, en reemplazo de su antecesor que se resistía al recorte de los planes sociales, pero no pudo cambiar al actual ministro de Hacienda, Joaquim Levy, ante el temor de que los grupos de poder pudieran interpretar como un síntoma de abandono del plan de ajuste que está en desarrollo.

El gobierno petista se encuentra ante un dilema de hierro. Si pretende congraciarse con el “establishment”, que es lo que viene tratando, tiene que avanzar en la ejecución del plan de recortes sociales, pero esto le pone en contra de la base de su propio partido y, en general, de los sectores populares. Si no lo hace, el proceso destituyente que está en curso muy probablemente se corone a corto plazo.

La última de las hipótesis tiene a Dilma con los nervios de punta. Desde ADN  ya nos referimos al supuesto “golpe a la paraguaya”, pero no se quedó en eso. En una reunión que mantuvo con 10 de sus ministros en el Palacio de la Alvorada, la presidente brasilera expresó su serio temor de que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, acusado de tener cuentas secretas en Suiza con dinero desviado de Petrobrás, pudiera aceptar este martes el pedido de “impeachment”, como una forma de salir del ojo de la tormenta, según informaba ayer el diario “Estado de San Pablo”.

Lo que sucede en Brasil es, pues, más que preocupante. Su influencia en la región está fuera de toda discusión y el desenlace que tenga la crisis por la que atraviesa impactará en todos nuestros países, independientemente del signo ideológico de sus respectivos presidentes.

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2 comentarios en “Alerta Brasil”

  1. Paraguay sufre la resaca de una fiesta a la que no asistió

    Santiago Zavattiero

    Brasil y Argentina se están dando cuenta que se pasaron de copas en la fiesta denominada el “boom de los commodities” y Paraguay está pagando por la resaca de los vecinos.

    Mientras los dos colosos económicos de la región se agitan para no entrar en una crisis económica que se originó por años de excesos, políticas sociales sin fundamentos y una impresora de billetes que trabajo a un ritmo incansable, hacen pagar a Paraguay por esto, ya que no se habla más de un menor crecimiento de los países vecinos, sino que de un decrecimiento que golpea directamente a la economía nacional.

    El Banco Central del Paraguay ya recortó dos veces las perspectivas de crecimiento, alejando el porcentaje cada vez más del nivel óptimo de expansión, ahora el número es del 3,7% para el 2015, pero el sector privado tiro agua fria a estos números y consideran que para fin de año el número sería en realidad más cercano al 3% que al 4%, incluso algunos se animan a decir del 2% aproximadamente.

    El golpe de los vecinos es de 1,5 puntos porcentuales, mientras que la caída del precio de la soja es de 0,6 puntos a julio de este año.

    Según el mismo BCP el efecto Brasil le costó este año 0,5 puntos menos de crecimiento a Paraguay este año.

    Carlos Fernández Valdovinos tiempo atrás declaraba sobre la situación económica regional que las sucesivas revisiones a la baja en las estimaciones de crecimiento para América Latina, están explicadas principalmente por la caída de los precios de los commodities y las condiciones financieras externas menos favorables. En este contexto, resaltó los continuos recortes a la baja de las previsiones de crecimiento de Brasil y sus importantes desafíos para reactivar su actividad económica, en medio de políticas macroeconómicas contractiva.

    ARGENTINA

    La situación económica Argentina no necesita mucha explicación, un tipo de cambio considerado el oficial y decenas considerados que no, una inflación que muestra serias dudas por parte del sector privado que resalta que es el doble y que está entre las más altas de la región, fuertes políticas de subsidios y muchas cosas más han llevado a la que alguna vez fue considerada una de las promesas de América a la realidad actual de pelear por no sucumbir en una crisis.

    La impresora de billetes del BCRA -Banco Central de la República Argentina- ha llevado al tipo de cambio a mínimos históricos y con los subsidios de complementos se generó una ola de contrabando con una magnitud pocas veces vista en los últimos años que inundó las calles paraguayas.

    Para este año se proyecta una caída del PIB del 0,3%.

    BRASIL

    Dilma Rousseff que se ataja a su puesto ante la crítica de la ciudadanía por los hechos de contrabando que habían surgido en su primer mandato, estadios monumentales realizados para el mundial que podrían servir como cárceles y un real por el piso ha hecho que un importante socio comercial para Paraguay ya no tenga apetito de compra y caigan las ventas, principalmente en la frontera.

    Para este año se proyecta una caída del PIB del 1,5%.

    2 MALAS 1 BUENA

    Pero en la actual coyuntura no todo es negativo, muchos inversionistas de estos países han decidido invertir en Paraguay, en la mayoría de los casos en obras de infraestructura o empresas maquiladoras empleando así a un grupo de la mano de obra nacional que se encontraba ociosa.

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  2. Persecución a ex presidentes, ¿buena o mala?

    Por Alberto Acosta Garbarino

    Realmente me han impactado las imágenes del ex presidente Lula sacado a la fuerza de su domicilio por la Policía para llevarlo a declarar ante el juez que investiga el escándalo de Petrobras. Esas imágenes, por un lado tienen un aspecto positivo, porque demuestran al país y al mundo que en el Brasil se tiene una auténtica República, donde nadie puede estar por encima de la ley. Pero por otro lado, esas imágenes semejan una persecución política, porque denigran a un ex presidente que nunca se había negado a declarar. Este hecho me hizo reflexionar sobre un tema, que en el Paraguay y en gran parte de América Latina, nunca se ha debatido. El tema es si como sociedad en su conjunto debemos aceptar como algo normal y rutinario que los ex presidentes sean investigados judicialmente por acciones o decisiones tomadas durante su gestión. Si aceptamos, corremos el riesgo de que cualquier nuevo gobierno de turno, con el pretexto de juzgarlo por delitos cometidos, use este método como persecución política, para descalificar o acallar a su opositor. Este riesgo de persecución política hace que los gobernantes de turno se aferren al poder, porque saben que si lo pierden van a ser perseguidos por el nuevo gobierno. Esto a su vez le genera una gran inestabilidad al sistema democrático.Por otro lado, si no aceptamos las investigaciones judiciales, corremos el riesgo de que graves delitos, principalmente de corrupción, queden impunes, creando una casta de intocables que se encuentran por encima de la ley. En una de las democracias más antiguas del mundo, como es la de Estados Unidos, la decisión es muy clara. Los ex presidentes no son investigados ni perseguidos por errores o delitos que pudieran haber cometido durante su gestión. Un ejemplo lo tuvimos hace varios años con Richard Nixon, que cometió varios delitos en el caso de Watergate, que lo obligaron a renunciar antes de ser destituido, pero al día siguiente de irse a su casa, fue amnistiado por el nuevo presidente Gerald Ford. Otro ejemplo más reciente es el de George W. Bush, que mintió al pueblo norteamericano diciendo que en Irak había armas de destrucción masiva, para justificar una invasión militar que tuvo un costo de 850.000 millones de dólares y que ocasionó más de 200.000 muertos. A pesar de eso, él se fue a su casa y Barack Obama no abrió ninguna investigación al respecto.

    Sin embargo, en América Latina, en general los ex presidentes son perseguidos e investigados, y en no pocos casos, son enviados a prisión. Aquí cerca, en la Argentina, tenemos los casos emblemáticos de Menem y De la Rúa.

    El argumento es que estos presidentes cometieron actos de corrupción y que estos delitos no pueden quedar impunes, porque en una República nadie puede estar por encima de la ley. Pero esta actitud, como mencionaba anteriormente, genera una gran inestabilidad en el sistema democrático.

    El modo de encarar el retiro de los ex presidentes es un tema extremadamente complejo y nunca va a haber una solución que satisfaga a todos. Cualquiera sea la posición «no va a haber comida gratis».

    Mi opinión en el caso del Brasil, es que no se puede sostener que las actuales investigaciones sean producto de una persecución política, porque hoy se encuentra en el poder el mismo partido político del ex presidente Lula.

    Para mí, estas investigaciones son el resultado de un Poder Judicial absolutamente independiente y son el resultado de una corrupción que superó todos los límites imaginables y tolerables.

    De todos modos, en este tema existen tantos intereses y es tan complicado y engorroso que el mismo está abierto a las más variadas interpretaciones.

    Pero es un tema que como sociedad tenemos que debatirlo, por el bien de nuestra democracia.

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