BÁEZ, UN INTELECTUAL Y POLÍTICO

 

Uno de los más agudos pensadores paraguayos, Juan Santiago Dávalos, definió al doctor Cecilio Báez (1862-1941) como “un ideólogo liberal”, situado a mitad de camino entre el intelectual y el político. Lo hizo en un ensayo publicado en 1967 como separata de la célebre revista Alcor.

Es considerado el primer libro biográfico de Cecilio Báez, escrito por el doctor José Manuel Silvero. Esta obra es el volumen 6 de los 23 de que consta la Colección Protagonistas de la Historia, publicada por la Editorial El Lector y distribuida con el ejemplar de ABC Color domingo tras domingo.

Por su parte, Carlos Zubizarreta, en su libro “Cien vidas paraguayas”, define a Báez como “un gran maestro”, y apunta que su labor esencial “fue siempre el magisterio y durante medio siglo varias generaciones paraguayas se nutrieron con el fruto de su sabiduría”.

Aseveraba Zubizarreta que el doctor Cecilio Báez, “de sólido talento y vastísima cultura, era un divulgador de ideas liberales con base filosófica positivista”.

 

Báez, como vocero del derecho internacional, tuvo resonante actuación en el Segundo Congreso Panamericano realizado en México en 1902, defendiendo el arbitraje obligatorio.

 

Siendo canciller, le tocó firmar el tratado definitivo de límites con Bolivia, el 21 de julio de 1938. Fue ministro de Relaciones Exteriores de los presidentes Juan B. Gaona (1904-1905), Benigno Ferreira (1906-1908), Albino Jara (1911) y Félix Paiva (1937-1939). Ejerció además la presidencia provisional de la República entre 1905 y 1906.

 

Como docente, fue durante varios años decano de la Facultad de Derecho y se desempeñó hasta su muerte como rector de la Universidad Nacional, según recordaba Carlos Zubizarreta.

 

Enemigo declarado de todo tipo de dictaduras y adversario de la figura de Francisco Solano López, a comienzos del siglo XX Cecilio Báez protagonizó una dura y prolongada polémica con su ex discípulo Juan E. O’Leary, quien inició la reivindicación histórica de la memoria del Mariscal.

 

“Cecilio Báez”, el libro escrito por José Manuel Silvero, forma parte de una notable colección de libros escritos especialmente para esta oportunidad por destacados intelectuales paraguayos y extranjeros, conocedores profundos de las personalidades cuya biografía enfocan.

 

La Colección Protagonistas de la Historia consta de 23 obras que contienen las biografías de otras tantas personalidades nacionales y son textos que aportarán nuevos datos sobre el pasado. Este nuevo emprendimiento bibliográfico de El Lector y ABC, en el año del Bicentenario de la Independencia Nacional, ha tenido una excepcional acogida por parte del público. Prueba de ello es el hecho de que los cuatro primeros libros publicados debieron ser reimpresos, dado que la demanda superó ampliamente a la oferta.

 

Los cuatro primeros volúmenes fueron: Gaspar Rodríguez de Francia, de Ana Ribeiro; Carlos Antonio López, de Luis Verón; Francisco Solano López, de César Cristaldo, y Elisa Alicia Lynch, de Ana Barreto. Los mismos están ya a disposición de los lectores que no pudieron adquirirlos en su primera edición.

 

La dirección de la Colección Protagonistas de la Historia está a cargo del historiador compatriota doctor Herib Caballero, bajo la dirección general de Pablo León Burián. La coordinación editorial es de Bernardo Neri Farina.    Esta colección tiene, en el conjunto de todas las obras, aproximadamente 3.000 páginas impresas con la más alta calidad. Cada libro aparece semanalmente, los días domingo.

 

5 comentarios en “BÁEZ, UN INTELECTUAL Y POLÍTICO”

  1. El domingo sale biografía del gran intelectual Cecilio Báez

    El domingo 10 de abril, la Colección Protagonistas de la Historia presentará, con el ejemplar de ABC Color, su volumen número 6. Se trata de la biografía del doctor Cecilio Báez, el primer libro biográfico sobre esta personalidad fundamental en la memoria del Paraguay. El texto fue escrito expresamente para esta serie de la Editorial El Lector, por el doctor José Manuel Silvero. El autor se refiere, en esta entrevista, a los aspectos de su obra.

    –Su libro sobre Cecilio Báez es la primera biografía que se escribe sobre él en mucho tiempo. ¿Qué implicó para usted como autor ese hecho?

    –Probablemente sea la primera biografía. Como autor, el trabajo me deparó sorpresas muy auspiciosas y otras menos felices. Pude cotejar fechas de fuentes bibliográficas con documentos originales y en muchos casos no coincidían. Lo cierto es que Báez imprimió en mi quehacer como docente e investigador una dinámica nueva. El caudal de temas, su polifacética labor y la información variada esperando ser procesada y analizada ameritan que el trabajo de investigación continúe.

    –¿Por qué es importante para los paraguayos del Bicentenario conocer a Cecilio Báez?

    –Conocer la obra de Báez es conocer un proyecto país que en su momento fue defendido, no sin antes ser pensado y argumentado. En el Bicentenario, de la mano de Báez podemos reivindicar el valor de las “ideas”, del verdadero prestigio de la academia, del inmenso poder de los libros y las lecturas, del poder transformador de los grandes docentes y del impagable servicio a la patria de los hombres libres y de buena conducta.

    –¿Podría explicarnos por qué Báez fue un pionero y uno de los fundamentales pensadores del Paraguay de comienzos del siglo XX?

    –Sencillo. Captó el pulso del tiempo presente, escudriñó el pasado inmediato y proyectó un futuro progresista sobre la base del fortalecimiento de una educación progresista, de un pensamiento liberal y de una clara apuesta por el panamericanismo. Asimismo, su demoledora crítica a la tiranía hace de Báez un pensador capital. En el libro se intenta explicar las razones que movieron a Báez a sostener su discurso durante décadas. Ellas son las ideas de otros pensadores. Se rastrearon las fuentes y se trazó un paralelismo a fin de mostrar el influjo de los europeos en el pensamiento del pensador paraguayo. Muchos son los autores que han influido en él: Voltaire, Thiers, Pelletan, Timon, Hegel, Kant y por supuesto, Comte y Spencer. También Platón, Aristóteles, entre otros.

    –¿Qué aspectos inéditos ha logrado exhumar en su investigación?

    –En el libro, el lector atento podrá advertir una copiosa información, anécdotas y detalles de cada uno de sus hijos e hijas. Asimismo, hay una buena cantidad de fotos e imágenes, documentos y cartas inéditas.

    –¿Qué consecuencias tuvo el hecho de que Cecilio Báez profesara el positivismo?

    –Muchas. El positivismo surge a inicios del siglo XIX en Francia con Augusto Comte, y en parte gracias a las elucubraciones del británico John Stuart Mill. La marca principal de esta doctrina es el hecho de insistir en la manera en que puede ser conocido, pensado y dicho algo. La razón estaba muy contaminada por la metafísica tradicional. Para el positivista, lo primordial pasaba por el rigor y la demostración científica de los hechos, lo cual tenía implicancias en la educación en detrimento del mito y la superstición. La marca del positivismo en el pensamiento de Báez es evidente. Basta con hojear sus textos, para advertir que ha sido consecuente con sus ideas aun a costa de criticar a los pueblos originarios y a la falta de instrucción del pueblo.

    –En cuanto a su familia, ¿qué nos puede señalar?

    –Báez tuvo una familia grande. En el libro hay anécdotas a tener en cuenta. Varios de sus hijos ocuparon cargos de relevancia en el campo de las relaciones exteriores. La gran biblioteca de Báez les marcó a todos, pues varios de sus hijos e hijas dan fe de una gran preparación intelectual. Amadeo Báez Allende es una muestra clara de lo expresado.

    –¿Cómo fue la actuación de Cecilio Báez en la política paraguaya?

    –Compleja. En primer lugar hay que tener en cuenta su carácter de líder, gran conocedor de la doctrina liberal. Su pasión por la política le movió a que plasmara en su tesis doctoral “Ensayo sobre la libertad civil”, sus ideas y posturas acerca del liberalismo que él defendía. En segundo lugar, hay que tener en cuenta su hábil carácter como negociador y su capacidad como orador. Luego del apoyo que le brindó a Albino Jara, se retiró a la cátedra en el seno de la Universidad Nacional de Asunción. Sin embargo, tres años antes de su fallecimiento, sigue vigente como negociador en la firma de la paz del Chaco. Ocupó casi todos los cargos a los que puede aspirar un político.

    El autor

    José Manuel Silvero Arévalos nació en San Juan Nepomuceno, en 1975. Es profesor de Lengua y Cultura Guaraní por el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní; licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de Asunción; diplomado en Estudios Avanzados en Filosofía, por UNIOVI (España); diplomado en Políticas de Inclusión Social, IMF, CIRF, Universidad de Roma. Doctor en Filosofía por la Universidad de Oviedo (España), es socio fundador de la Sociedad Internacional de Filosofía (Intersophia).

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  2. Cecilio Báez fue uno de los grandes intelectuales

    El libro “Cecilio Báez” será presentado este domingo con el ejemplar de nuestro diario, en un emprendimiento de la Editorial y Librería El Lector y ABC Color. El texto es fruto de la investigación del Dr. José Manuel Silvero. Cecilio Báez fue un hombre polémico y polifacético.

    El doctor Cecilio Báez, pensador, político, docente universitario, presidente de la República, fue uno de los intelectuales más importantes que dio el Paraguay. Su biografía, justamente titulada “Cecilio Báez”, escrita por el doctor José Manuel Silvero, aparecerá el próximo domingo con el ejemplar de ABC Color, en el marco de la Colección Protagonistas de la Historia, publicada por la Editorial El Lector.

    Cecilio Báez es un hombre polémico y a la vez polifacético, destacado miembro de la intelectualidad paraguaya, fue uno de los primeros egresados del Colegio Nacional de la Capital. En forma aventajada egresó en la primera promoción de la entonces novel Universidad Nacional de Asunción.

    En el prólogo de la obra, el doctor Herib Caballero, director de la Colección Protagonistas de la Historia, señala que el doctor José Manuel Silvero nos presenta en tres capítulos la vida, la obra y el pensamiento de una personalidad que se destacó notablemente en cada una de las actividades que emprendió, ya sea en la cátedra o en la política, en la prensa o en la diplomacia.

    En este sentido Caballero rescata la sinceridad del autor, cuando sostiene que “la figura que me ha correspondido abordar es tan vasta y compleja que lo ‘mucho’ que pueda intentar decir de ella siempre será muy “poco”. Varios aspectos de su amplia producción no son desarrollados en este trabajo”.

    Uno de los principales aportes de este libro, de acuerdo con lo señalado por el prologuista, es el recuento de todos los hijos de Cecilio Báez y detalles de su vida que nos traen el ser humano más allá del político.

    El volumen presenta también fotografías inéditas del propio doctor Báez como de su familia, imágenes que acercan al lector a una mejor comprensión del texto presentado por el autor y que hasta esta obra han permanecido inéditas bajo el cuidado de sus descendientes, a quienes agradecemos su prestancia y colaboración para con este proyecto editorial.

    Herib Caballero destaca que en otro apartado importante Silvero nos explica cómo el pensamiento de Báez se entronca con el positivismo, corriente filosófica fundada por el francés Auguste Comte. En este sentido un aporte significativo es el detalle de las lecturas de libros fundamentales en la conformación del pensamiento de Cecilio Báez.

    “Podemos afirmar con propiedad que el trabajo de José Manuel Silvero se encuadra en la biografía intelectual, la cual facilita el entendimiento sobre el modo de pensar de un personaje tan relevante a la historia como el doctor Báez”, apunta Herib Caballero.

    Resalta también que este libro es el primero que se aproxima a la biografía de una figura tan descollante en el desarrollo político y cultural del Paraguay de comienzos del siglo XX, y cuya impronta quedó firme durante muchos años en la enseñanza del Derecho y las Ciencias Sociales.

    El autor

    José Manuel Silvero Arévalos nació en San Juan Nepomuceno, en 1975. Es profesor de Lengua y Cultura Guaraní por el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní; licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de Asunción; diplomado en Estudios Avanzados en Filosofía, por UNIOVI (España); diplomado en Políticas de Inclusión Social, IMF, CIRF, Universidad de Roma.

    Doctor en Filosofía por la Universidad de Oviedo (España), es socio fundador de la Sociedad Internacional de Filosofía (Intersophia) y secretario del Centro Paraguayo de Bioética (CPB).

    Es autor de “Lecturas para una filosofía de la educación, Intersophia: España”, 2003; “Nambréna. Escritos gua’u de filosofía y otras vyrésas”, Fondec: Asunción, 2009. Es compilador junto a Sergio Cáceres del libro “Pensar, discutir y escribir. Tres años de filosofía en el CCEJS”, Centro Cultural de España Juan de Salazar: Asunción, 2010. Coautor con Luis Galeano y Domingo Rivarola de “Historia del pensamiento paraguayo”, El Lector- ABC: Asunción –parte de la Colección La Gran Historia del Paraguay Vol. 18, 2010).

    Colabora como columnista en el diario ABC Color. Actualmente se desempeña como docente investigador de tiempo completo de dedicación exclusiva en la Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica de la Universidad Nacional de Asunción.

    Además publica en su blog: http://josemanuelsilvero. blogspot.com/.

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  3. El doctor Cecilio Báez, presidente de la República entre el 9 de diciembre de 1905 y el 25 de noviembre de 1906, fue uno de los máximos exponentes de la intelectualidad paraguaya, representante de la Generación del 900. Maestro de la juventud.

    Nació en Asunción el 1 de febrero de 1862. Hizo el ciclo secundario de su enseñanza en el Colegio Nacional y luego estudió Derecho. El 15 de julio de 1893 recibió su título de doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Fue uno de los tres primeros abogados recibidos en el Paraguay, junto con Gaspar Villamayor y Emeterio González.

    En 1896 fue designado profesor de Historia en la mencionada facultad y en 1900 enseñó también Sociología. El 10 de julio de 1887 participó en la fundación del Centro Democrático, más tarde conocido como Partido Liberal. Tras el malogrado alzamiento del 18 de octubre de 1891, se refugió, exiliado, en Formosa, Argentina.

    Regresó al país en 1892 y tuvo una activa participación en filas de su partido. Luego de la victoria liberal en la revolución de 1904 con la cual fue desalojado el Partido Colorado del poder, ocupó varios importantes cargos, entre ellos, el de presidente provisional de la República, desde el derrocamiento de su correligionario Juan B. Gaona, el 9 de diciembre de 1905, hasta la asunción constitucional de Benigno Ferreira, el 25 de noviembre de 1906.

    Otros cargos públicos

    También fue ministro de Relaciones Exteriores con los presidentes Juan B. Gaona (1904), Benigno Ferreira (1906) y coronel Albino Jara (1911). Asimismo, fue ministro (embajador) ante los gobiernos de México (1903) y Gran Bretaña y Francia (1919). Durante el gobierno de Félix Paiva (1937-1939) participó en las negociaciones que culminaron con el fin de la contienda del Chaco y la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites con Bolivia, el 21 de julio de 1938, en Buenos Aires.

    En otros ámbitos de su actividad pública, se destacó como vocero de Derecho Internacional en reuniones realizadas en México, Chile y Cuba. En el primer país nombrado, tuvo en 1902 una relevante actuación defendiendo la tesis del arbitraje obligatorio. También ocupó la presidencia de la Comisión Internacional del Congreso de Jurisconsultos de Montevideo, en 1914.

    En el ámbito local, llegó a presidente de la Corte Suprema de Justicia. Entre las distinciones internacionales que recibió se cuentan: miembro de la Sociedad de Ciencias Sociales de Filadelfia; Estados Unidos; de la Academia de Historia de La Habana, Cuba, y de la Societé Academiqué D’Histoire International, de París, Francia.

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